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miércoles, 14 de febrero de 2024
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 14 DE FEBRERO - MIÉRCOLES DE CENIZA
Miércoles de Ceniza
miércoles 14 de febrero de 2024
1ª Lectura (Jl 2,12-18): Ahora —dice el Señor— convertíos a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y lamentos; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor, que se arrepiente del castigo. ¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá dejando tras de sí la bendición, ofrenda y libación para el Señor, vuestro Dios! Tocad la trompeta en Sion, proclamad un ayuno santo, convocad a la asamblea, reunid a la gente, santificad a la comunidad, llamad a los ancianos; congregad a los muchachos y a los niños de pecho; salga el esposo de la alcoba y la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y digan: «Ten compasión de tu pueblo, Señor; no entregues tu heredad al oprobio ni a las burlas de los pueblos». ¿Por qué van a decir las gentes: «Dónde está su Dios»? Entonces se encendió el celo de Dios por su tierra y perdonó a su pueblo.
Salmo responsorial: 50
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad en tu presencia.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
2ª Lectura (2Cor 5,20–6,2): Hermanos: Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él. Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice: «En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé». Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.
Versículo antes del Evangelio (Sal 94,8): Hoy, no queráis endurecer vuestros corazones, sino oíd la voz del Señor.
Texto del Evangelio (Mt 6,1-6.16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos»
Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez
(Campeche, México)
Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos» (Mt 5,20).
La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas, sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres.
Benedicto XVI insistía en que socorrer a los necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna, sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA ACEDIA, UNA TENTACIÓN POCO CONOCIDA PERO MUY PELIGROSA
El Papa Francisco durante una Audiencia General en el Aula Pablo VI
Crédito: Vatican Media
El Papa Francisco dedicó su catequesis de hoy a reflexionar sobre la acedia, la que definió como “una tentación muy peligrosa” o “el demonio del mediodía”, que hace que la vida pierda sentido y a la que se debe hacer frente con la paciencia de la fe.
A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles 14 de febrero:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Entre todos los vicios capitales hay uno que a menudo pasa bajo el silencio, no se habla de él, quizás en virtud de su nombre, que a muchos les resulta poco comprensible: estoy hablando de la la acedia. Por eso, en el catálogo de los vicios, el término acedia está a menudo sustituido por otro de uso mucho más común: la pereza. En realidad, la pereza es más un efecto que una causa. Cuando una persona se queda inactiva, indolente, apática, nosotros decimos que es perezosa. Pero, como enseña la sabiduría de los antiguos padres del desierto, a menudo la raíz es la acedia, que literalmente del griego significa “falta de cuidado”. Acedia significa en la raíz griega “falta de cuidado” y es uno de los vicios.
Se trata de una tentación muy peligrosa, no bromeen con esta. Quien cae víctima de este vicio, es como si fuera aplastada por un deseo de muerte: todo le disgusta; la relación con Dios se le vuelve aburrida; y también los actos más santos, los que le habían calentado el corazón, ahora, le parecen completamente inútiles. Una persona empieza a lamentar el paso del tiempo, y la juventud que queda irremediablemente atrás.
La acedia está definida como el “demonio del mediodía”: nos atrapa en mitad del día, cuando la fatiga está en su ápice y las horas que nos esperan nos parecen monótonas, imposibles de vivir. En una celebre descripción el monje Evagrio representa así esta tentación: “El ojo del acedioso se fija en las ventanas continuamente y en su mente imagina visitantes […] Cuando lee, el acedioso bosteza a menudo y se deja llevar fácilmente por el sueño, se frota los ojos, se refriega las manos y, quitando la mirada del libro, la fija en la pared; después, dirigiéndola nuevamente al libro, lee un poco más […]; finalmente, inclinando la cabeza, le coloca el libro debajo y se duerme en un sueño ligero, hasta que el hambre lo despierta y le apremia a atender sus necesidades”; en conclusión, “el acedioso no realiza con solicitud la obra de Dios”.
Los lectores contemporáneos advierten en estas descripciones algo que recuerda mucho el mal de la depresión, tanto desde el punto de vista psicológico como filosófico. En efecto, para los atenazados por la acedia, la vida pierde su sentido, rezar es aburrido, cada batalla parece carecer de significado. Si alimentamos pasiones en nuestra juventud, ahora nos parecen ilógicas, sueños que no nos hicieron felices. Así que nos dejamos llevar y la distracción, al no pensar, parecen ser la única salida: a uno le gustaría estar aturdido, tener la mente completamente vacía .... es un poco como morir por anticipado. Es feo este vicio, es feo.
Frente a este vicio, del que nos damos cuenta que es tan peligroso, los maestros de espiritualidad prevén varios remedios. Me gustaría señalar el que me parece más importante y que yo llamaría la paciencia de la fe. Aunque bajo el azote de la acedia el deseo del hombre sea estar “en otra parte”, escapar de la realidad, hay que tener en cambio el valor de permanecer y acoger en mi “aquí y ahora”, en mi situación tal como es, la presencia de Dios. Los monjes dicen que para ellos la celda es la mejor maestra de vida, porque es el lugar que concreta y cotidianamente te habla de tu historia de amor con el Señor. El demonio de la acedia quiere destruir precisamente esta alegría sencilla del aquí y ahora, este asombro agradecido de la realidad; quiere hacerte creer que todo es en vano, que nada tiene sentido, que no vale la pena preocuparse por nada ni por nadie.
Recordemos que en la vida, nosotros encontramos a gente que es acediosa. Esta gente que nosotros decimos: “Pero este es aburrido, no nos gusta estar con él”. Incluso tiene una actitud que te contagia el aburrimiento. Esta es la acedia.
Cuántas personas, en las garras de la acedia, movidas por una inquietud sin rostro, han abandonado tontamente el camino del bien que habían emprendido. La de la acedia es una batalla decisiva, que hay que ganar a toda costa. Y es una batalla que no ha preservado ni siquiera a los santos, porque en tantos de sus diarios hay algunas páginas que confiesan momentos tremendos, de verdaderas noches de fe, en las que todo parecía oscuro. Estos santos nos enseñan a atravesar la noche con paciencia, aceptando la pobreza de la fe. Recomendaban, bajo la opresión de la pereza, mantener una medida de compromiso más pequeña, fijarse metas más al alcance de la mano, pero al mismo tiempo aguantar, perseverar apoyándose en Jesús, que nunca nos abandona en la tentación.
La fe, atormentada por la prueba de la acedia, no pierde su valor. Al contrario, es la fe verdadera, la humanísima fe, que, a pesar de todo, a pesar de las tinieblas que la ciegan, sigue humildemente creyendo. Esa fe que permanece en el corazón, como permanecen las brasas bajo las cenizas, siempre permanecen. Si alguno de nosotros cae en este vicio, en la tentación de la acedia, que trate de mirar dentro y custodiar las brasas de la fe. Y así vamos a adelante. Que el Señor les bendiga.
MIÉRCOLES DE CENIZA: LA IGLESIA CATÓLICA COMIENZA LA CUARESMA - 14 DE FEBRERO
Miércoles de Ceniza: La Iglesia Católica comienza la Cuaresma
ACI Prensa
Hoy la Iglesia Católica comienza, con el Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma. Durante 40 días, y a través de la vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
En este tiempo, los fieles están llamados de manera especial a la conversión personal, a incrementar sus esfuerzos por transformar la mente y el corazón. La Iglesia exhorta a vivir ese espíritu de forma explícita en la liturgia, durante la imposición de las cenizas. El celebrante imprime la señal de la cruz en la frente de cada uno de los fieles, mientras dice: "Convertíos y creed en el Evangelio" (Mc 1, 15).
Por otro lado, con la expresión "acuérdate que eres polvo y al polvo volverás" (Gen 3, 19) -la otra fórmula que se utiliza durante la imposición de las cenizas- se quiere resaltar la caducidad y fragilidad de la vida humana, cuyo destino inevitable es la muerte.
En los primeros siglos de la Iglesia, los fieles iniciaban la Cuaresma con una penitencia pública, hecha durante el primer día, en el que eran salpicados de cenizas, se vestían con un sayal y estaban obligados a mantenerse alejados hasta que se reconciliaran con Dios el Jueves Santo.
Cuando estas prácticas cayeron en desuso entre los siglos VIII y X, se comenzó a colocar las cenizas en la frente, o sobre la cabeza, de todos los miembros de la congregación.
En tiempos más recientes la liturgia ordena que el sacerdote celebrante imprima o marque las frentes de todos los fieles con la señal de la cruz. Para ello ha de usar las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior.
martes, 13 de febrero de 2024
ORACIÓN PARA EL MIÉRCOLES DE CENIZA EN FAMILIA
jueves, 8 de febrero de 2024
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOURDES
Oración a la Virgen de Lourdes
Para finalizar, quiero compartirte esta bella oración que podemos dedicar a nuestra Madre. Con ella, podemos recordar sus palabras y su invitación a volver el rostro a su Hijo. Pidiéndole su intercesión, ahora y en los momentos en los que nos veamos más necesitados.
¡Oh, amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra!
Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.
Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches: pero acuérdate de que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Ti haya sido abandonado.
¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!
Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo.
Alcánzale de tu Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios.
Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios.
Amén.
Virgen de Lourdes, ¡ruega por nosotros!
Consuelo de los afligidos, ¡ruega por nosotros!
Salud de los enfermos, ¡ruega por nosotros!
8 PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA HISTORIA Y APARICIONES DE LA VIRGEN DE LOURDES
8 preguntas y respuestas sobre la historia y apariciones de la Virgen de Lourdes
La Virgen de Lourdes es una de las advocaciones más queridas y reconocidas en el mundo, no solo el católico.
La gruta de la Virgen se encuentra en la ciudad francesa de Lourdes y es un lugar de peregrinación para miles de personas de todo el mundo cada año.
Pero, ¿conoces la historia completa? ¿Por qué es tan querida? ¿Quién fue la pequeña campesina que recibió las apariciones de nuestra Señora? ¡Te lo contamos todo!
1. Un breve resumen: ¿Cómo fue la aparición de la Virgen de Lourdes?
La historia de la Virgen de Lourdes comienza en 1858, cuando una joven llamada Bernadette Soubirous vio una aparición de la Virgen María en una gruta cerca de la ciudad de Lourdes.
Desde entonces, la gruta se ha convertido en un lugar sagrado y ha atraído a miles de peregrinos cada año en busca de curación y consuelo.
2. ¿Quién fue Bernadette Soubirous?
Tal vez ahora te estés preguntando quién fue Bernadette Soubirous. Esta niña nació en 1844 y creció en una familia sencilla y pobre, que vivía en las afueras de Lourdes. Ella era la hija menor de una familia de catorce hijos.
Desde su nacimiento, Bernadette sufría de una enfermedad incurable. Sin embargo, a pesar de esto, tenía una fe muy profunda. De hecho, era conocida por su bondad y humildad.
A los 14 años, Bernadette vio su primera aparición de la Virgen María en una gruta cercana a la ciudad. Desde entonces, la pequeña tuvo 18 apariciones más de la Virgen María, en las que recibió mensajes importantes sobre la fe y la caridad.
La vida de Bernadette cambió radicalmente después de las apariciones. Se convirtió en una figura pública y fue objeto de mucha atención y crítica. Sin embargo, ella mantuvo su humildad y su fe inquebrantable. Más adelante, se retiró a un convento en Nevers, Francia, donde pasó los últimos años de su vida.
Bernadette murió el 16 de abril de 1879 a los 35 años, y fue canonizada como santa en 1933. Desde entonces, su vida y su fe han sido una inspiración para muchas personas.
3. ¿Cómo ocurrió la primera aparición de la Virgen de Lourdes?
virgen de Lourdes
El 11 de febrero de 1858, Bernadette se encontraba recolectando leña en un lugar conocido como la Grotte Massabielle, cuando vio a una figura vestida de blanco. Más tarde contaría: «Vi a una Señora vestida de blanco: llevaba un vestido blanco, un velo también de color blanco, un cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie».
Esta dama se dirigió a ella en un dialecto local, pidiéndole que regresara a visitarla por 18 días consecutivos. Bernadette así lo hizo, y mucha gente comenzó a imitarla, reuniéndose con ella para visitar a nuestra Señora.
En un momento, Bernadette le pregunta a la Virgen su nombre. «Soy la Inmaculada Concepción», le contó con cariño nuestra Madre.
4. ¿Cómo se obtuvo la aprobación eclesiástica?
Después de una investigación exhaustiva, la Iglesia reconoció la autenticidad de las apariciones en 1862. Desde entonces, la Iglesia también ha reconocido oficialmente la gruta de Lourdes como un lugar sagrado y ha aprobado la devoción a la Virgen de Lourdes.
Desde entonces, se construyó una capilla – querida por la misma Virgen – y la gruta se convirtió en un lugar de peregrinación para creyentes de todo el mundo, así como muchas otras personas que también se han sentidos atraídos por Ella.
Este santuario se convirtió en Basílica en 1874, cuando el Papa Pío IX le concedió este título. Más tarde, en 1876, el mismo Papa coronó la estatua de la Virgen de Lourdes.
El primer Papa que peregrinó hasta Lourdes fue Juan Pablo II, quien ofreció una misa en el lugar.
5. ¿Cuál fue el mensaje de la Virgen de Lourdes?
Recién en su tercera aparición la Virgen habla por primera vez a santa Bernardette, para decirle que no es necesario poner por escrito aquello que Ella le iría diciendo. Sus segundas palabras fueron una invitación para que la niña acudiera quince días más a visitar esta gruta.
La tercera palabra que la Virgen dedicó a Bernardette son mis favoritas, han sido un gran consuelo muchas veces: «no prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro». Es un recordatorio de las promesas de Dios, que nos espera a una fiesta que no terminará, donde verdaderamente encontraremos la plenitud de todos nuestros anhelos.
Un mensaje importante que la Virgen entregó a Bernardette fue que hemos de hacer penitencia y rezar por los pecadores. Mucha penitencia, mucha conversión, para acercarnos más a Él y para acercar a nuestros hermanos a Él.
Un pedido significativo que hizo la Virgen fue que se construyera una capilla, que acogiera a los peregrinos que la visitarían.
6. ¿Qué tenemos que saber sobre el Santuario de Lourdes?
Miles de peregrinos acuden anualmente al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes. Entre ellos, especialmente, aquellos necesitados, sufrientes, enfermos, que esperan un consuelo, alivio y curación de nuestra Madre.
Por eso, es más que una edificación histórica. Es un lugar donde tantos peregrinos descubren una gracia especial, donde visitan a la Virgen de Lourdes para pedirle que Ella interceda en la curación del cuerpo, alma y corazón.
Como dije, miles, millones, se acercan a rezar y meditar en las preciosas palabras y en el profundo mensaje que la Virgen quiso transmitir a Bernardette.
7. ¿De qué es patrona la Virgen de Lourdes?
Por lo que acabo de contarte, ya seguramente habrás adivinado el patronazgo de la Virgen de Lourdes. A Ella la reconocemos, principalmente, como patrona de los enfermos. Son muchos, como dije, los que se acercan para pedir una gracia especial relacionada con la salud física, mental o espiritual.
Claro que, como Madre, no escatimará sus gracias. También muchos han recibido otras gracias de parte de Ella, especialmente la de reencontrarse – o encontrar por vez primera – con la fe.
8. ¿Es cierto que ocurren milagros?
¡Sí! Suena increíble, pero, ¿por qué lo sería? ¿No respondería acaso la Virgen a sus hijos enfermos que acuden desde lejos?
Mientras preparaba este artículo, leí en un blog que, en los más de 160 años que han pasado desde la aparición de la Virgen en Lourdes, se han reconocido 70 milagros y han ocurrido más de 7.200 curaciones, luego de las correspondientes investigaciones científicas y criterios para determinar si efectivamente han sido tales (milagros y curaciones).
Y puedo estar segura de que han ocurrido muchas más curaciones. Tal vez, han quedado en lo oculto, en lo más hondo de un corazón humilde y agradecido.
Fuente: Catholic Link