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miércoles, 22 de junio de 2016
SER MÁS SANOS
Ser más sanos
El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
Padecemos una especie de subdesarrollo emocional que nos impulsa a ciertas conductas autodestructivas, tanto en nuestra vida pública como privada. Nos urge encontrar un camino que nos permita hallar una manera de ser más sanos, y ese camino está íntimamente relacionado con el amor y la espiritualidad. El amor es el mejor símbolo de la salud del hombre, es todo lo opuesto a la agresión, al miedo y a la paranoia, que a su vez representan la patología que nos desune (Claudio Naranjo).
La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “Haz a los demás lo que te agrada que hagan a ti”. Norma fundamental; observarla te dará pacíficas y muy gratas relaciones con tus semejantes.
* Enviado por el P. Natalio
ABRIRTE UNA RENDIJA
Abrirte una rendija
Sólo me hace falta permitir, que mi tiempo ya no sea mío, y empezar a descubrir un mundo maravilloso de amor sin límites.
Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Lo sé por tu Palabra: amas al hombre. A ese hijo tuyo que tantas veces te ha negado. A ese ser débil y frágil que promete ser honesto y no lo cumple. A esa creatura que piensa, sueña, ama, y sucumbe ante el egoísmo, el placer, el dinero.
¿Por qué buscas al hijo rebelde? ¿Por qué abres puertas para que pueda encontrarte quien te ha rechazado tantas veces? ¿Por qué esperas a quien vive envuelto en autoengaños de poder y de soberbia?
Me cuesta entender esa paciencia infinita de tu Corazón. Dios, si no fueras tan bueno, hace ya mucho tiempo que nos habrías abandonado a nuestra suerte.
Sin embargo, sigues tras mis huellas. Esperas a que te abra una rendija, una pequeña grieta en mi alma.
Si algún día dejo de lado mis miedos, mis avaricias, mis complejos; si, tal vez en este momento, permito que tu Palabra limpie la sangre de mis heridas, empezaré a descubrir un mundo maravilloso de amor sin límites, de servicio alegre, de esperanza filial.
Sólo me hace falta abrirte una rendija. Permitir, por un momento, que mi tiempo ya no sea mío, para dejarte decirme, al oído, tu gran sueño: ven a casa, hijo mío, y celebremos juntos un banquete de perdón, de paz, de alegría plena...
JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 22 - CORAZÓN EUCARÍSTICO
Nardo del 22 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Corazón Eucarístico!
Meditación: ¡Oh Señor, Oh Mi Amor!. Que aquel Jueves Santo te quisiste quedar entre nosotros perpetuado en el Pan Sagrado. Señor, te conviertes en nuestro Alimento para que algún día veamos el Cielo. Cuántos hoy del Supremo Regalo se han olvidado y lo han despreciado, cuántos hermanos están profanando Tu Cuerpo Santo. Sabes, Señor, muy pocos creen que estás en el Pan Vivo, que el Vino en Tu Sacratísima Sangre se ha convertido...¡oh Mi Cristo, cuántos corazones perdidos!.
Señor que nos obsequias en las Especies Santas la Vida de las almas, qué pocas de ellas Te besan cuando en ellas entras. Jacinta de Fátima te llamaba el Jesús Escondido, al saber que estabas en el Pan Bendito. ¡Oh Señor, que renuevas el Supremo Sacrificio y te ofreces permanentemente para nuestra salvación!. Te pido perdón por todos los que no sabemos verte presente en el Pan de Dios y no te damos permanente adoración!.
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Ofrezcamos una mortificación al Señor por todos los ultrajes y sacrilegios cometidos contra Su Santísimo Cuerpo y Sacratísima Sangre.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
lunes, 20 de junio de 2016
SALMO 59, QUE TU MANO SALVADORA NOS RESPONDA, SEÑOR
ORAR CON EL SALMO DE HOY:
QUE TU MANO SALVADORA NOS RESPONDA, SEÑOR
Del Salmo 59:
R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda
Oh Dios, nos rechazaste
y rompiste nuestras filas;
estabas airado,
pero restáuranos. R/.
Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo. R/.
Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
Él pisoteará a nuestros enemigos. R/.
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 20 DE JUNIO DEL 2016
Con el juicio con que juzguéis seréis juzgados
Tiempo Ordinario
Mateo 7, 1-5 Tiempo Ordinario. Si el juicio de Dios es la misericordia, ¿con qué derecho puedo juzgar a mis hermanos?
Por: Miguel Ángel Andrés Ugalde | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
Oración introductoria
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
Oración introductoria
Señor, creo en el poder de la oración. Este tiempo que voy a pasar contigo es el más importante del día. Conoces lo que hay en mi corazón, sabes de mis esfuerzos, de mis límites, de mi juicio duro… y de mi deseo de amarte más. Toma toda mi vida, Dios mío, te la ofrezco en esta oración.
Petición
Dios mío, te pido la gracia para liberarme de la crítica y de juzgar duro a los demás.
Meditación del Papa Francisco
Petición
Dios mío, te pido la gracia para liberarme de la crítica y de juzgar duro a los demás.
Meditación del Papa Francisco
No se puede corregir a una persona sin amor y sin caridad. No se puede hacer una intervención quirúrgica sin anestesia: no se puede, porque el enfermo morirá de dolor. Y la caridad es como una anestesia que ayuda a recibir la cura y aceptar la corrección. Apartarlo, con mansedumbre, con amor y hablarle.
En segundo lugar es necesario no decir algo que no es verdad. Cuántas veces en nuestras comunidades se dicen cosas una persona de la otra que no son verdaderas: son calumnias. O si son verdad, se arruina la fama de esa persona. Por eso los chismorreos hieren, los chismes son bofetadas al corazón de una persona. Ciertamente, cuando te dicen la verdad no es bonito escucharla, pero si se dice con caridad y con amor es más fácil aceptarla. Por tanto, se debe hablar de los defectos de los otros con caridad.
A continuación, Francisco ha explicado que el tercer punto es corregir con humildad. “¡Si debes corregir un defecto pequeño allí, piensa que los tuyos son mucho más grandes!
La corrección fraterna es un acto para curar el cuerpo de la Iglesia. Hay un agujero, ahí, en el tejido de la Iglesia que es necesario coser de nuevo. Y como las madres y las abuelas, cuando cosen, lo hacen con mucha delicadeza, así se debe hacer la corrección fraterna. Si no eres capaz de hacerlo con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, se comete una ofensa, una destrucción del corazón de la persona, se hace un chismorreo más, que hiere y te convierte en un ciego hipócrita, como dice Jesús. ‘Hipócrita; quita primero la viga de tu ojo…’ ¡Hipócrita! Reconoce que eres más pecador que el otro, pero que tú, como hermano debes ayudara corregir al otro. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 12 de septiembre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
El día de hoy Cristo quiere ayudar a sacarnos la viga del ojo. Y lo hace de una manera muy sencilla: No juzguéis al modo humano, ojo por ojo, diente por diente, sino más bien como él nos enseñó en el Calvario. Perdonando a todos sin excepción.
No juzga a los soldados que lo han golpeado, se han burlado de él y lo han crucificado. Dice: Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen. Tenía razones para decir lo contrario, sin embargo, sabe encontrar una disculpa: hacen esto, porque no me conocen.
Después, podría haber reclamado a san Juan, que se acercaba a la cruz, su cobardía -le había abandonado-, su amistad tan débil -no había podido rezar con él cuando lo necesitaba-, etc. Pero en todo eso no ve malicia, sino debilidad humana y muestra de ello es que no reclama, sino que se apiada de su flaqueza y le entrega a su madre.
Al final dice: con el juicio con que juzguéis seréis juzgados. Cristo nos enseña a usar con los demás la medida con la que a nosotros nos gustaría que nos midieran.
¿Quién puede juzgar sino sólo Dios? Y si el juicio de Dios es la misericordia, ¿con qué derecho puedo juzgar a mis hermanos?
Propósito
Seré magnánimo hacia los demás, buscando ver el lado bueno de todos y de todo.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, ¿qué hacer para transformar mis criterios, de manera que el Evangelio impregne todos mis juicios? Porque la crítica malsana sigue siendo el pasatiempo de moda, el medio para torpemente pretender ser mejor que otros. Ayúdame a que esta oración me ayude a nunca acostumbrarme a mis faltas y debilidades, porque Tú no me quieres mediocre, sino santo.
El día de hoy Cristo quiere ayudar a sacarnos la viga del ojo. Y lo hace de una manera muy sencilla: No juzguéis al modo humano, ojo por ojo, diente por diente, sino más bien como él nos enseñó en el Calvario. Perdonando a todos sin excepción.
No juzga a los soldados que lo han golpeado, se han burlado de él y lo han crucificado. Dice: Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen. Tenía razones para decir lo contrario, sin embargo, sabe encontrar una disculpa: hacen esto, porque no me conocen.
Después, podría haber reclamado a san Juan, que se acercaba a la cruz, su cobardía -le había abandonado-, su amistad tan débil -no había podido rezar con él cuando lo necesitaba-, etc. Pero en todo eso no ve malicia, sino debilidad humana y muestra de ello es que no reclama, sino que se apiada de su flaqueza y le entrega a su madre.
Al final dice: con el juicio con que juzguéis seréis juzgados. Cristo nos enseña a usar con los demás la medida con la que a nosotros nos gustaría que nos midieran.
¿Quién puede juzgar sino sólo Dios? Y si el juicio de Dios es la misericordia, ¿con qué derecho puedo juzgar a mis hermanos?
Propósito
Seré magnánimo hacia los demás, buscando ver el lado bueno de todos y de todo.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, ¿qué hacer para transformar mis criterios, de manera que el Evangelio impregne todos mis juicios? Porque la crítica malsana sigue siendo el pasatiempo de moda, el medio para torpemente pretender ser mejor que otros. Ayúdame a que esta oración me ayude a nunca acostumbrarme a mis faltas y debilidades, porque Tú no me quieres mediocre, sino santo.
CADA DÍA ES UN REGALO DE DIOS
Cada día es un regalo de Dios
La vida es una sorpresa, Dios nos sale al encuentro en cada recodo del camino.
Por: P Idar Hidalgo | Fuente: Catholic.net
Cada día es una maravillosa oportunidad de dar gracias a Dios por todo lo que se nos da tan gratuita, tan regalado, tan como Don.
Muchas ocasiones vemos la vida como una cadena de sufrimiento, y por momentos se nos hace que vivimos encadenados al desorden, al pecado, al sufrimiento, sin embargo, deteniendo un poco la existencia, en la contemplación del amor de Dios, nos damos cuenta que cada situación vivida es una oportunidad o una prueba que nos prepara para dar respuesta a la siguiente oportunidad, por eso me parece importante ver la vida como un continuo nacer para recuperar el sentido de sorpresa, es decir: ¡Que maravilloso es vivir la luz del sol!
Que milagro respirar en este instante. La vida es una permanente sorpresa, Dios nos sale al encuentro en cada recodo del camino, con dones espirituales y materiales.
Este sentido de nacer cada día para agradecer a Dios, en ningún momento significa olvidar la experiencia, es decir esa historia vivida, experimentada y disfrutada. Para poder dar una respuesta a Dios en el día de hoy, Dios en su infinita bondad me preparó el día de ayer, por eso he de nacer cada día sin olvidar.
Nacer para descubrir el encanto del presente providente de Dios, sin olvidar la misericordia de nuestro padre Dios que nos ha llamado desde toda la eternidad a vivir con Él.
Nacer cada día a la Providencia de Dios, sin olvidar su eterna Misericordia.
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, LUNES 20 DE JUNIO DEL 2016
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Junio 20
El amor hace semejantes a los que se aman; por eso Dios, como amó al hombre, al crearlo, lo creó a su imagen y semejanza; de ahí que el hombre deba esforzarse por mantener en sí la mayor semejanza posible con Dios; es una semejanza que no recibimos de una vez para siempre: debemos forjarla día tras día, esfuerzo tras esfuerzo.
Esto te va a llevar a vivir lo divino en lo humano, que al fin es la única forma de vivir lo humano en lo divino, de “divinizarse”, de hacerse semejante a Dios.
Porque, si haz de hacer de tu vida una semejanza de Dios, también haz de hacerlo de las circunstancias existenciales tu vida, ya que tu vida no es tuya, sino por esas circunstancias que te ubican y te diferencian de los demás.
El cristianismo es el gran comprometido en el esfuerzo por dar a la vida un verdadero sentido de semejanza con la divinidad: eso es elevar y dignificar la vida.
“A los que Dios de antemano conoció, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que Él fuera el Primogénito entre muchos hermanos” (Rom 8,29). Haber descubierto que Cristo es nuestro Hermano Mayor, llena de gozo nuestro corazón; habla con Cristo con la confianza con que se habla a un hermano y con la seguridad de que Él quiere ayudarte, porque es tu Hermano.
* P. Alfonso Milagro
SABÍAS QUE UN SACERDOTE CATÓLICO FUE QUIEN PROPUSO LA TEORÍA DEL BIG BANG?
¿Sabías que un sacerdote católico fue quien propuso la teoría del Big Bang?
20 Jun. 16 / (ACI/EWTN Noticias).- Para muchos el padre de la teoría del Big Bang (la gran explosión), es el físico ruso nacionalizado estadounidense, George Gamov; sin embargo, pocos saben que años antes esta teoría que busca explicar el origen del universo ya había sido propuesta por el sacerdote jesuita Georges Lemaître.
Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento de este formidable matemático que desde muy joven, descubrió su doble vocación de religioso y científico.
El P. Lemaître nació en Charleroi (Bélgica), en 1894. Era hijo de un médico y ya desde su infancia se distinguió por su habilidad para las matemáticas y su espíritu curioso. Atracción por las ciencias que enriquece con su vocación sacerdotal.
Gracias a sus estudios, en la década de 1920 tuvo la intuición de que el universo tenía una historia y se encontraba en evolución; oponiéndose así a la concepción de todos los científicos de época, especialmente Albert Einstein.
Así, en 1930 propuso un modelo de universo bajo el nombre de universo Lemaître-Esinstein o hipótesis del átomo primitivo, el cual más tarde fue conocido como Big- Bang. Su reflexión se apoyó en los datos brindados por la observación de los espectros de ciertas galaxias recientemente descubiertas.
Según el sacerdote, la historia del universo se divide en tres periodos.
El primero es llamado “la explosión del átomo primitivo”, según la cual hace cinco mil millones de años existía un núcleo de materia hiperdensa e inestable que explotó bajo la forma de una super-radioactividad. Esta explosión se propagó durante mil millones de años y los astrónomos perciben sus efectos en los rayos cósmicos y las emisiones X.
Luego viene el período de equilibrio o el universo estático de Einstein. Afirma que finalizada la explosión, se establece un equilibrio entre las fuerzas de repulsión cósmicas en el origen del acontecimiento, y las fuerzas de gravitación, durante esta fase de equilibrio que dura dos mil millones de años, se forman los nudos y dan nacimiento a las estrellas y galaxias.
Finalmente siguen los períodos de expansión, iniciados hace dos mil millones de años. Afirma que el universo se encuentra en expansión a una velocidad de 170 km. por segundo de manera indefinida.
En Estados Unidos recibe rechazo, al igual que de parte de Albert Einstein. El P. Lemaître, que nunca buscó honores ni reconocimiento, deja sus trabajos de cosmología.
Años después, en 1948, Gamov propone una nueva descripción del comienzo del universo; y aunque es considerado hoy como el padre de la teoría del Big Bang, las líneas maestras estaban nítidamente presentes en la cosmología del P. Lemaître, que presidió la Pontificia Academia de las Ciencias en 1960. Finalmente, fallece en 1966.
Más información de este sacerdote científico aquí:
JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 20 - CORAZÓN DEL SUPREMO AMOR
Nardo del 20 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Corazón del Supremo Amor!
Meditación: Oh Señor, todo se ha consumado, todo nos has dado...la tierra ha crujido cual grito dado por la creación. Ha muerto el Salvador, el Hijo de Dios, lo hemos matado. Tú, mi Amado, mi Buen Jesús todo enllagado, con Tu Cuerpo destrozado te encuentras colgado, Tus Ojos se han cerrado...el cruel suplicio ha terminado. Te bajan de la Cruz, y Tu Pobre Santa Madre, desgarrada, te recibe en sus Brazos. Con gemidos y llanto, se ha atravesado su Santo Corazón por una espada de dolor. Parece acunarte como lo hacía en las claras mañanas de Belén, Ella te besa y te acaricia, tratando de devolverte la vida. Señor, permíteme besarte y acariciarte como lo hace Tu Madre, porque Tú por mí te entregaste. Permíteme dar todo por mis hermanos, aunque tenga que pasar por un calvario. Permíteme estar contigo, aún cuando no lo merezco, pues he dejado que mi corazón se ponga duro y maltrecho. Permíteme acompañarte en el dolor, porque así es el Verdadero Amor: compartir el sufrimiento y ser consuelo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Meditemos sobre los últimos momentos de la Pasión del Señor y el dolor de Su Santa Madre.
PAPA FRANCISCO: QUIERES JUZGAR A LOS DEMÁS? ANTES MÍRATE TÚ EN EL ESPEJO
Papa Francisco: ¿Quieres juzgar a los demás? Antes mírate tú en el espejo
Por Alvaro de Juana
VATICANO, 20 Jun. 16 (ACI).- En la homilía que el Papa Francisco realizó este lunes en la Misa en la capilla de la Casa de Santa Marta, habló de la importancia de no juzgar a los demás, puesto que el único que puede hacerlo es Dios, y de mirarse en el espejo antes de hacerlo.
Todos queremos que en el Juicio Final “el Señor nos mire con benevolencia, que el Señor se olvide de tantas cosas feas que hemos hecho en la vida”. “Si tú juzgas continuamente a los otros, con la misma medida serás juzgado”, recordó.
“Mírate en el espejo, pero no para maquillarte, para que no se vean las arrugas. No, no, no, ese no es el consejo. Mírate al espejo para ver cómo eres. ‘¿Por qué miras las brizna que hay en el ojo de tu hermano y no te fijas en la viga que tienes en el tuyo’? ¿Y cómo nos califica el Señor cuando hacemos esto? Una sola palabra: hipócrita, quita antes la viga de tu ojo y entonces verás bien para quitar la brizna del ojo de tu hermano”.
El Papa comentó así el Evangelio del día y mencionó que “parece que el Señor se enfada un poco aquí” y llama hipócrita a aquel que se pone “en el lugar de Dios”. Se trata de algo que quiere el demonio, como ya hizo con Adán y Eva, “ponerse en el lugar de Dios”, repitió.
“Por eso es tan feo juzgar. ¡El juicio sólo es de Dios, sólo es suyo! A nosotros nos corresponde el amor, la comprensión, rezar por los otros cuando vemos cosas que no son buenas, pero también hablarles a ellos: ‘mira, yo veo esto y quizás…’ Pero nunca juzgar. Nunca. Esto es hipocresía”.
Cuando uno juzga “nos ponemos en el puesto de Dios” pero “nuestro juicio es un pobre juicio” y “nunca puede ser un juicio verdadero”.
El Santo Padre se preguntó entonces: “¿Y por qué el nuestro no puede ser como el de Dios?”. “Porque –respondió– a nuestro juicio le falta la misericordia. Y cuando Dios juzga, juzga con misericordia”.
“Pensemos hoy en esto que el Señor nos dice: no juzgar, para no ser juzgados; la medida, el modo, la medida con la cual juzguemos será la misma que usarán con nosotros; y, tercero, mirémonos en el espejo antes de juzgar. ‘Esta hace eso, este hace eso otro…’. ‘Espera un momento’. Me miro en el espejo y después pienso. Al contrario seré un hipócrita, porque me pongo en el lugar de Dios y, también, mi juicio es un pobre juicio; le falta algo importante que sí tiene el juicio de Dios, le falta la misericordia”.
“Que el Señor nos haga entender bien estas cosas”, concluyó.
Evangelio comentado por el Papa:
Mateo 7:1-5
1 «No juzguéis, para que no seáis juzgados.
2 Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá.
3 ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?
4 ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo?
5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
PARA CONFIAR MÁS EN DIOS
Para confiar más en Dios
Al fin de una jornada agitada de lucha y de trabajo, nada ayuda tanto a restaurar la paz en el alma como una oración llena de confianza en el Señor. En efecto, en él encontramos un refugio seguro, un guardián siempre vigilante, un pastor que nos acompaña con solícito cuidado.
Señor, quiero creer en tus promesas, quisiera confiar más en tu poder y en tu amor para que toda mi vida esté realmente en tus manos. Regálame, Señor, el don de la confianza. Así todo lo que me suceda será para mi bien y para el bien de los demás. Tómame en tus brazos y no permitas que me llene de temores inútiles. Quiero conocer la alegría de la libertad espiritual, el gozo de darte a ti el control de mi existencia. Pero también quiero elevar mis ojos hacia ti y dejar en tus brazos todos mis seres queridos. Protégelos, Señor, te los confío, te los entrego para que todo lo que les suceda tenga un buen fin. Dales también la fuerza de tu amor para que conozcan la verdadera alegría. Amén. (Víctor M. Fernández).
“Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.
* Enviado por el P. Natalio
domingo, 19 de junio de 2016
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 19 DE JUNIO DEL 2016
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc, 9,18-24
¿CREEMOS EN JESÚS?
Las primeras generaciones cristianas conservaron el recuerdo de este episodio evangélico como un relato de importancia vital para los seguidores de Jesús. Su intuición era certera. Sabían que la Iglesia de Jesús debería escuchar una y otra vez la pregunta que un día hizo Jesús a sus discípulos en las cercanías de Cesárea de Filipo: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Si en las comunidades cristianas dejamos apagar nuestra fe en Jesús, perderemos nuestra identidad. No acertaremos a vivir con audacia creadora la misión que Jesús nos confió; no nos atreveremos a enfrentarnos al momento actual, abiertos a la novedad de su Espíritu; nos asfixiaremos en nuestra mediocridad.
No son tiempos fáciles los nuestros. Si no volvemos a Jesús con más verdad y fidelidad, la desorientación nos irá paralizando; nuestras grandes palabras seguirán perdiendo credibilidad. Jesús es la clave, el fundamento y la fuente de todo lo que somos, decimos y hacemos. ¿Quién es hoy Jesús para los cristianos?
Nosotros confesamos, como Pedro, que Jesús es el «Mesías de Dios», el Enviado del Padre. Es cierto: Dios ha amado tanto al mundo que nos ha regalado a Jesús. ¿Sabemos los cristianos acoger, cuidar, disfrutar y celebrar este gran regalo de Dios? ¿Es Jesús el centro de nuestras celebraciones, encuentros y reuniones?
Lo confesamos también «Hijo de Dios». Él nos puede enseñar a conocer mejor a Dios, a confiar más en su bondad de Padre, a escuchar con más fe su llamada a construir un mundo más fraterno y justo para todos. ¿Estamos descubriendo en nuestras comunidades el verdadero rostro de Dios encarnado en Jesús? ¿Sabemos anunciarlo y comunicarlo como una gran noticia para todos?
Llamamos a Jesús «Salvador» porque tiene fuerza para humanizar nuestras vidas, liberar nuestras personas y encaminar la historia humana hacia su verdadera y definitiva salvación. ¿Es esta la esperanza que se respira entre nosotros? ¿Es esta la paz que se contagia desde nuestras comunidades?
Confesamos a Jesús como nuestro único «Señor». No queremos tener otros señores ni someternos a ídolos falsos. Pero ¿ocupa Jesús realmente el centro de nuestras vidas? ¿Le damos primacía absoluta en nuestras comunidades? ¿Lo ponemos por encima de todo y de todos? ¿Somos de Jesús? ¿Es él quien nos anima y hace vivir?
La gran tarea de los cristianos es hoy aunar fuerzas y abrir caminos para reafirmar mucho más la centralidad de Jesús en su Iglesia. Todo lo demás viene después.
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 19 DE JUNIO DEL 2016
XII del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 19 de Junio de 2016
“Jesús es la respuesta a tantas preguntas“
Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías 12,10-11;13,1
Así dice el Señor: «Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia. Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo único, y llorarán como se llora al primogénito. Aquel día será grande el luto en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle de Meguido.» Aquel día, se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén, contra pecados e impurezas.
Palabra de Dios
______________________
Salmo
Salmo Responsorial: 62
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.
______________________
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3,26-29
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Palabra de Dios
____________________________
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (9,18-24)
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»
Palabra del Señor
CUATRO PRINCIPIOS DE LA TOLERANCIA
Cuatro principios de la tolerancia
1. No responder a las blasfemias
Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo como arma contra las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.
2. Mantenerse calmo frente a los infortunios
Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.
3. Compasión frente a la envidia y el odio
Frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarles nuestra intención pacífica.
4. Gratitud frente a las difamaciones
Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia.
El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos, opresiones.
JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 19 -
Nardo del 19 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Corazón Misericordioso!
Meditación: El viento arrecia, parece que la tierra se pone desierta, todo se oscurece...se va la Luz del mundo, y te escucho decir: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen..." y de repente se oye un grito desgarrador: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu". Mi Dulce Jesús ha muerto, mi Dios ha muerto...lo hemos matado. De nuestro corazón aún hoy lo arrancamos, la tierra tiembla...por eso nuevamente están aquí las tinieblas. Tu Cuerpo Santo cuelga inerte, pero a pesar del temor, un soldado con la lanza abre Tu Costado, y brotan de Él Tu última gota de Sangre, y Agua. La Sangre de la Redención, el Agua del Perdón. Así la Luz de Tu Misericordia nos baña en los sublimes Sacramentos que dejaste en Tu Iglesia Santa. Señor, mi Jesús amado, mi Redentor, me atrevo a pedirte a Vos que me liberes hoy y me enseñes a pedir perdón, para mi sanación, bañándome con los Rayos de Tu Misericordioso Corazón. Que goce así de la Nueva Jerusalén que algún día veré.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Recemos la coronilla a La Divina Misericordia dada por el mismo Jesús a Sor Faustina Kowalska.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
DESPUÉS DE LA VIDA
Después de la vida
Una vez un taxista me interrumpió una reflexión sobre la vida que sigue a esta vida terrenal, diciéndome: “¡Nadie ha venido a contarnos lo que hay después!”. “Mire, le dije, en la vida de san Juan Bosco hay un hecho que fue presenciado por un grupo de seminaristas entre los 20 y 30 años y que ha testificado este santo en sus memorias”.
Siendo Don Bosco seminarista hizo un trato con su amigo Luis Comollo: el que muera primero vendrá a avisar si está o no en el Cielo. Al poco tiempo murió el amigo de Don Bosco. Habían pasado cuatro días del entierro, y Bosco no podía dormir. Cuando el reloj de la iglesia tocó las doce, se oyó un rumor sordo que hizo vibrar las paredes, el pavimento y el techo. Los seminaristas se despertaron y quedaron mudos. “Yo estaba petrificado de horror —cuenta Don Bosco— se abrió violentamente la puerta del dormitorio; solo se vio un fulgor pálido. Luego un repentino silencio; la luz brilló más y oí la voz de Comollo, que por tres veces me dijo: “¡Bosco, Bosco, Bosco! ¡Me he salvado!”.
Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Eso es el infierno: algo peor que el fuego y cualquier tormento, la separación de un Dios todo bondad, belleza y verdad. Jesús habló quince veces del infierno para que estemos muy atentos.
Enviado por el P. Natalio
A TODOS LOS PADRES DE FAMILIA, FELIZ DÍA DEL PADRE!!
A todos los padres de familia
Día del Padre, esta fiesta es una gran tradición que nos da la oportunidad de reconocer la tarea loable del padre y jefe de familia
Por: Francisco Javier Chavolla Ramos | Fuente: Dimensión Episcopal de la Familia
A TODOS LOS PADRES DE FAMILIA,
A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD:
Hoy celebramos el “Día del Padre”, esta fiesta es una gran tradición que nos da la oportunidad de reconocer la tarea loable del padre y jefe de familia, como diría el escritor español Juan Luis Vives: “Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre”, y nada mejor que poner nuestros ojos en la sagrada escritura para contemplar, en la persona de Josué, la imagen de un buen padre que guía con fidelidad el camino a la tierra prometida: “…Yo y mi casa serviremos a Yahvé...”(Jos 24,15).
Ante la experiencia de destrucción en contra de la familia y del pueblo, sobre todo en sus valores, Josué, decide, desafiando a todo el mundo y exponiéndose a la muerte, servir él y su familia a Dios. Es cierto que en nuestro tiempo, abundan experiencias de ataque en contra de la persona, del matrimonio y de la familia. Ataques, comolos fueron en tiempos de Josué, donde el pueblo asumió el desafío de mantenerse fiel y seguramente, porque Josué motivo y guio a su familia para servir a Dios.
Hoy, quiero preguntar a todos los hombres a quienes Dios les ha concedido el don de la paternidad y a todo hombre y mujer de buena voluntad, ¿cuál es la realidad de la figura del padre en la familia?. Parece que en los inicios del tercer milenio el papel del padre, poco a poco va desapareciendo; debido a que ahora, la madre, asume responsabilidades que anteriormente eran solo del padre. Sin embargo la misión o tarea que Dios desde siempre ha encomendado al padre de familia, es como la de Josué, de acompañar, orientar y formar al hijo para afrontar los retos que la vida cotidiana presenta y optar desde la libertad, por la entrega al Señor formando el corazón de cada hijo en los valores humanos y cristianos y a los hijos queremos decirles con las palabras de S.S. Francisco: “No se olviden de dar gracias a Dios por sus padres…”
Por otro lado, es bien sabido, que el hombre de nuestros tiempos, en su mayoría se entrega fácilmente a una cultura hedonista, sin embargo al igual que en el tiempo de Josué, hoy el padre está llamado a ser testigo, guía y custodio de la familia, como lo haría un buen padre de cualquier tiempo, teniendo presentes algunos de los signos como lo son la fidelidad, la responsabilidad, el servicio, la generosidad y el compromiso de guiar a los hijos con amor, ya no a la tierra prometida, sino a la casa del Padre celestial.
Finalmente, nuestro reconocimiento a todos los padres , por su entrega, por su donación y por la vida compartida con sus hijos. Gracias por ser testigos del amor del Padre, Dios que los bendiga, que les llene de sabiduría para cumplir con su misión y que les de la fuerza para vivir esta bella vocación. Dios tenga, también, en su reino a todos los papás difuntos y les conceda la recompensa a sus trabajos y desvelos por la formación de sus hijos.
Les bendigo en nombre de este Dios nuestro Padre e imploro sobre ustedes la intercesión de San José y de la Santísima Virgen María.
¡Muchas felicidades por el día del Padre!
+ Francisco Javier Chavolla Ramos
Obispo de Toluca
y Responsable de la Dimensión Episcopal de Familia.
PAPA FRANCISCO EXPLICA QUÉ SIGNIFICA CARGAR LA CRUZ Y SEGUIR A CRISTO
Ángelus: Papa Francisco explica qué significa “cargar la cruz” y seguir a Cristo
VATICANO, 19 Jun. 16
(ACI/EWTN Noticias).- “¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros?”, invitó el Papa Francisco a reflexionar en sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, donde explicó a los fieles qué significa cargar con la cruz personal para seguir al Señor y llevarlo a un mundo que “tiene más que nunca necesidad de Cristo”.
Desde el balcón del Palacio Apostólico, el Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio del día para explicar a los fieles las palabras de Jesús cuando dice “el que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga”.
“No se trata de una cruz ornamental, o ideológica –señaló Francisco-, sino es la cruz de la vida, es la cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor, por los padres, por los hijos, por la familia, por los amigos, también por los enemigos; la cruz de la disponibilidad a ser solidario con los pobres, a comprometerse por la justicia y la paz”.
El Pontífice señaló que “en el asumir esta actitud, estas cruces, siempre se pierde algo. No debemos olvidar jamás que ‘el que pierda su vida – por Cristo – la salvará’. Es perder, para ganar. Y recordemos a todos nuestros hermanos que todavía hoy ponen en práctica estas palabras de Jesús, ofreciendo su tiempo, su trabajo, sus fatigas e incluso su propia vida para no negar su fe a Cristo”.
El Papa recordó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro que “Jesús, mediante su Santo Espíritu, nos dará la fuerza de ir adelante en el camino de la fe y del testimonio: hacer aquello en lo cual creemos; no decir una cosa y hacer otra. Y en este camino siempre está cerca de nosotros y nos precede la Virgen: dejémonos tomar de la mano por ella, cuando atravesamos los momentos más oscuros y difíciles”.
En su reflexión, el Papa Francisco dijo que el Evangelio de este domingo también “nos llama una vez más a confrontarnos, por así decir, ‘cara a cara’ con Jesús”.
El Santo Padre explicó que en aquel tiempo la gente “tenía estima por Jesús y lo consideraba un gran profeta, pero aún no eran conscientes de su verdadera identidad, es decir que Él fuera el Mesías, el Hijo de Dios enviado por el Padre para la salvación de todos”.
Por ello, ante la pregunta que hace a los apóstoles: “¿Quién dice la gente que soy yo?”; estos le responden: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”.
Sin embargo, lo que más interesa a Cristo es qué piensan los apóstoles y por ello les pregunta: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. “Enseguida, a nombre de todos, Pedro responde: ‘Tú eres el Mesías de Dios’, es decir: Tú eres el Mesías, el Consagrado de Dios, enviado por Él a salvar su pueblo según la Alianza y la promesa”.
“Así Jesús se da cuenta que los Doce, y en particular Pedro, han recibido del Padre el don de la fe; y por esto inicia a hablar con ellos abiertamente – así dice el Evangelio: ‘abiertamente’ – de aquello que le espera en Jerusalén: ‘El Hijo del hombre – dice – debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día’”.
Francisco dijo que “aquellas mismas preguntas hoy son propuestas a cada uno de nosotros: ¿Quién es Jesús para la gente de nuestro tiempo? Pero la otra es más importante: ¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros? ¿Para mí, para ti, para ti, para ti, para ti…? ¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros?”.
El Papa señaló que “estamos llamados a hacer de la respuesta de Pedro nuestra respuesta, profesando con alegría que Jesús es el Hijo de Dios, la Palabra eterna del Padre que se ha hecho hombre para redimir la humanidad, vertiendo sobre ella la abundancia de la misericordia divina. El mundo tiene más que nunca necesidad de Cristo, de su salvación, de su amor misericordioso”.
“Muchas personas experimentan un vacío a su alrededor y dentro de sí – tal vez, algunas veces, también nosotros –; otras viven en la inquietud y en la inseguridad a causa de la precariedad y de los conflictos. Todos tenemos necesidad de respuestas adecuadas a nuestras interrogantes, a nuestras preguntas concretas. En Cristo, solo en Él, es posible encontrar la paz verdadera y el cumplimiento de toda humana aspiración. Jesús conoce el corazón del hombre como ningún otro. Por esto lo puede sanar, dándole vida y consolación”, afirmó.
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