Papa Francisco: La Iglesia busca con firmeza justicia para las víctimas de abusos
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco reiteró la importancia de buscar justicia para las víctimas de abusos en la Iglesia Católica y destacó que, con la ayuda de Dios, ya se avanza en ese camino para hacer cada vez más “incisiva la acción judicial”.
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso, este viernes 21 de enero, a los participantes de la asamblea plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dicasterio de la Iglesia que tiene como una de sus funciones atender las acusaciones de abusos perpetrados por miembros del clero.
En su discurso, el Papa Francisco reflexionó sobre tres palabras: dignidad, discernimiento y fe.
“El ejercicio del discernimiento encuentra un ámbito de necesaria aplicación en la lucha contra los abusos de todo tipo”, subrayó el Pontífice.
“La Iglesia, con la ayuda de Dios, está llevando adelante con firme decisión el esfuerzo de buscar justicia para las víctimas de los abusos cometidos por sus miembros, aplicando con particular atención y rigor la legislación canónica prevista”, explicó el Santo Padre.
Francisco indicó que “en ese sentido he procedido recientemente a actualizar las normas sobre los delitos reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el deseo de hacer más incisiva la acción judicial”.
“Esta por sí sola no puede bastar para frenar el fenómeno, pero constituye un paso necesario para restablecer la justicia, reparar el escándalo y enmendar al reo”.
El Papa dijo luego que otro campo importante para el discernimiento es el de “la nulidad matrimonial, in favorem fidei” (a favor de los fieles).
“Cuando, en virtud de la potestad petrina, la Iglesia concede la nulidad de un vínculo matrimonial no sacramental, no se trata solo de poner fin canónico a un matrimonio, que ya fracasado de hecho, sino que, en realidad, a través de este acto eminentemente pastoral, busco siempre favorecer la fe católica – ¡in favorem fidei! – en la nueva unión y en la familia, de la cual el nuevo matrimonio será el núcleo”, indicó el Pontífice.
El Papa Francisco se refirió luego a la importancia del discernimiento en el proceso sinodal, el camino iniciado en la Iglesia en todo el mundo en octubre de 2021 y que concluirá con el Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano en 2023.
“Cualquier puede pensar que el camino sinodal es escuchar a todos, hacer una encuesta y dar los resultados. Tantos votos, tantos votos, tantos votos… No”.
El Santo Padre explicó que “un camino sinodal sin discernimiento no es un camino sinodal. Es necesario –en el camino sinodal– discernir continuamente las opiniones, los puntos de vista, las reflexiones. No se puede avanzar en el camino sinodal sin discernir”.
“Este discernimiento es el que hará del Sínodo un verdadero Sínodo, del cual el personaje –digamos así– más importante es el Espíritu Santo, y no un parlamento o una encuesta de opiniones que pueden hacer los medios”.
Sobre la dignidad, el Papa subrayó la importancia de reconocerla en todas las personas, para superar “la tentación de considerar al otro como un extraño o un enemigo, negándole una real dignidad”.
Francisco subrayó asimismo que, “siguiendo fielmente una enseñanza bimilenaria eclesial”, es necesario recordar que “la dignidad de cada ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural”.
En ese sentido, “la afirmación de tal dignidad es el presupuesto irrenunciable para la tutela de una existencia personal y social; es también la condición necesaria para que la fraternidad y la amistad social puedan realizarse entre todos los pueblos de la tierra”.
“La Iglesia, desde el inicio de su misión, siempre ha proclamado y promovido el valor intangible de la dignidad humana”.
Sobre la fe, el Papa Francisco dijo que sin ella “la presencia de los creyentes en el mundo se reduciría a la de una agencia humanitaria”.
“La fe debe estar en el corazón de la vida y de la acción de todo bautizado. Y no una fe genérica o vaga, como si fuese un vino aguado que pierde valor, sino una fe genuina, sincera, como la quiere el Señor cuando dice a sus discípulos: ‘Si tuvieran fe como un grano de mostaza’”.
Recordando el discurso que dio a la Curia Romana en diciembre de 2017, el Papa dijo que “no debemos olvidar que ‘una fe que no nos pone en crisis es una fe en crisis; una fe que no nos hace crecer es una fe que debe crecer; una fe que no nos interroga es una fe sobre la cual debemos preguntarnos; una fe que no nos anima es una fe que debe estar animada; una fe que no nos conmueve es una fe que debe ser sacudida’”.
Finalmente, el Papa Francisco alentó en su discurso de hoy a “no contentarnos con una fe tibia, habitual, de manual. Colaboremos con el Espíritu Santo y colaboremos entre nosotros para que el fuego que Jesús ha traído al mundo siga ardiendo e inflamando el corazón de todos”.
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