Nos mira con amor
La Biblia nos asegura que “el Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres, desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra; él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones” (Salmo 33). Esta mirada tiene su predilección por los humildes, los sencillos, los justos, los que sirven al Señor.
Un ladrón a media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana, y cuando está adentro en la oscuridad oye una voz que dice: —¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego, como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice: —¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: —¡Ahhh que susto me diste! ¿Cómo te llamas lorito? Y el loro le responde: —Me llamo Pedro. —Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: —Más extraño es el nombre “Jesús” para un Doberman.
Una vez Dios se apareció a Abrahán y le dijo: “Camina en mi presencia y sé perfecto” (Gen. 17, 1). Convencido de que tu vida externa e interna se desarrolla ante la mirada de Dios, estarás atento a no ofender los divinos ojos con pensamientos o acciones. Así avanzarás por el camino de la honestidad hacia la perfección. Que el Señor te bendiga en este día.
* Enviado por el P. Natalio
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