Los cinco minutos de María
Diciembre 26
Cuando la Virgen oraba al Padre de los cielos, teniendo a Jesús en sus brazos le ofrecía aquel Hijo recién nacido, que era todo para ella, y con él, se ofrecía por entero.
Cuando nosotros nos ofrezcamos a Dios, no nos reservemos nada para nosotros, no limitemos nuestra entrega. Que nuestra vida sea, como la de María, poseída por el Espíritu Santo.
María, que conduces a tus hijos para vencer con enérgica determinación el pecado (MC 57), impúlsanos a poner nuestros talentos y habilidades, nuestro tiempo y todo lo que poseemos al servicio de Dios.
* P. Alfonso Milagro
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