LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Enero 24
De pocas cosas nos solemos quejar tanto, en nuestros tiempos, como de la ausencia de la paz; pocas cosas necesitamos tanto como la paz.
El pacífico siempre está en paz y siempre contagia paz; viene, pues, la reflexión: si todos estamos ansiando la paz, ¿no será que ninguno de nosotros es verdaderamente pacífico?
Porque si lo fuéramos, no solamente gozaríamos nosotros de la paz, sino que seríamos sembradores de la paz, productores de la paz, implantadores de la paz, donde quiera que actuemos: en el hogar, en el trabajo, en la oficina, en el ambiente, en el vecindario... en todas partes.
¡Al pacífico nunca le falta paz! ¡Qué hermosa reflexión para que cada uno de nosotros nos autoanalicemos y descubramos nuestra responsabilidad personal en la construcción de la paz en el hogar!
El cristiano es un sembrador de la paz; de la paz que tiene consigo mismo, al estar en paz con Dios. “Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). Los ángeles cantan la paz en el nacimiento de Cristo; es que el Dios del Evangelio es el Dios de la paz.
* P. Alfonso Milagro
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