¡Oh Sagrado Corazón, valiente y obediente!
Meditación: Oh Delicioso Señor, que nos
enseñaste desde Tu ímpetu juvenil a combatir, cuando a Tu Madre confiaste, a
Tus dulces doce años, que a los doctores explicabas las cosas de Tu Padre. Eras
apenas un niño, pero en Ti el Amor había vencido a todo temor, ya que cumplías
con obediencia el Querer de Quien te había enviado. No importaban los
escarnios, las burlas ni tu pequeñez, pues la Sabiduría y el Amor habían de
vencer. ¡Que vergüenza la de mi pobre alma siempre llena de temor para defender
las cosas de mi Dios, tanto con la voz como con el testimonio que doy! ¿Y no es
el miedo acaso falta de Fe?, pues yo nada soy, todo lo es y lo hace el Señor.
Entonces si El habita en mí, y me hace vivir, sólo tengo que servir para llegar
a ser un instrumento y un puente hacia el Cielo.
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón
de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz
que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al
buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre
si. Amén.
Florecilla: Seamos discípulos del Señor
haciéndolo conocer más y más, prediquemos a un hermano para que pueda encontrar
a Cristo en su corazón.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y
un Gloria.
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