|
¿Quiénes son los ángeles? |
Juan XXIII, el "Papa bueno", cómo le llamaba la
gente, comentó en cierta ocasión: «Siempre que tengo que afrontar
una entrevista difícil, le digo a mi ángel de la
guarda: Ve tú primero, ponte de acuerdo con el ángel
de la guarda de mi interlocutor y prepara el terreno.
Es un medio extraordinario, aún en aquellos encuentros más temidos
o inciertos...».
Este ejemplo tan sencillo introduce nuestra reflexión sobre
la existencia de los ángeles.
Los ángeles son seres espirituales creados
por Dios por una libre decisión de su voluntad divina.
Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad.
Debido a su
naturaleza espiritual, los ángeles no pueden, normalmente, ser vistos ni
captados por los sentidos. En algunas ocasiones muy especiales, con
la intervención de Dios, han podido ser oídos y vistos
materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos
ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, el
profeta Daniel y Zacarías.
En el siglo IV el arte religioso
representó a los ángeles con forma o figura humana. En
el siglo V se les añadieron las alas como símbolo
de su prontitud en hacer la voluntad divina y en
trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad.
En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles
sean representados como seres brillantes de aspecto humano y alados.
Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un "como varón",
Gabriel, volando rápidamente, vino a él (8,15-16; 9,21). Y en
el libro del Apocalipsis son frecuentes las visiones de ángeles
que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores
de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan;
otros que están de pie en cada uno de los
cuatro ángulos de la tierra, o junto al trono del
Cordero.
La misión de los ángeles es amar, servir
y dar gloria a Dios, ser sus mensajeros, cuidar y
ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia
de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, alabando
a Dios y pregonando sus perfecciones. Son mediadores, custodios, protectores
y ministros de la justicia divina.
La presencia y
la acción de los ángeles aparece a lo largo del
Antiguo Testamento en muchos de sus libros sagrados. Aparecen frecuentemente
también en la vida y enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo,
en las cartas de San Pablo, en los Hechos de
los Apóstoles y principalmente en el Apocalipsis.
Con la lectura de
estos textos, podemos descubrir que:
Los ángeles nos protegen, nos defienden
físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal.
Luchan con todo su poder por nosotros y con nosotros.
Como ejemplo tenemos la milagrosa liberación de Pedro que fue
sacado de la prisión por un ángel (Hech 12,7ss) y
cuando el ángel del Señor detuvo el brazo de Abraham
para que no sacrificara a Isaac.
Los ángeles nos comunican mensajes
del Señor importantes en determinadas circunstancias de la vida. En
momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar
una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente, descubrir la
verdad. Como ejemplo tenemos las apariciones a la Virgen María,
San José y Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes de los
ángeles.
Los ángeles cumplen las sentencias de castigo del Señor. Como
ejemplo tenemos el castigo de Herodes Agripa (Hechos de los
Apóstoles) y la muerte de los primogénitos egipcios (Ex 12,29).
Los
ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a
Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y
nos conducirán, con toda bondad, cuando muramos, hasta el Trono
de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Éste será
el último servicio que nos presten, pero el más importante,
pues al morir no nos sentiremos solos. Como ejemplo de
ello, tenemos al arcángel Rafael cuando dice a Tobías: "Cuando
ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor" (Tob 12,12-16).
Los
ángeles nos animan a ser buenos. Ellos ven continuamente el
rostro de Dios, pero también ven el nuestro. Debemos tener
presentes las inspiraciones de los ángeles para saber cómo obrar
correctamente en todas las circunstancias de la vida. Como ejemplo
de esto, tenemos el texto que nos dice: "Los ángeles
se regocijan cuando un pecador se arrepiente" (Lc 15,10).
¿Qué
nos enseñan los ángeles?
- A glorificar al Señor, proclamar su
santidad y rendirle sus homenajes de adoración, de amor y
de ininterrumpida alabanza.
- A cumplir con exactitud y prontamente
todas las órdenes que reciben del Señor. A cumplir con
la voluntad de Dios sin discutir sus órdenes ni aplazando
el cumplimiento de éstas.
- A servir al prójimo. Están preocupados
por nosotros y quieren ayudarnos en las diversas circunstancias que
se nos presentan a lo largo de la vida. Esto
nos debe animar a servir generosamente a nuestros hermanos y
a compartir con ellos penas y alegrías y los dones
que nos ha dado Dios.
Nota acerca de los demonios o
ángeles caídos
Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos
se encontraban en estado de gracia, pero algunos, encabezados por
Luzbel, el más bello de los ángeles, por su malicia
y soberbia, se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho
hombre, por sentirse seres superiores y así rechazaron eternamente a
Dios con un acto inteligente y libre de su parte.
Luzbel, llamado Lucifer, Diablo o Satán y los ángeles rebeldes
que le siguieron, convertidos en demonios, fueron arrojados del Cielo
y fueron confinados a un estado eterno de tormento en
donde nunca más podrán ver a Dios. No cambiaron su
naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales.
Lucifer es el
enemigo de Dios, a quien Jesús le llama "el engañador",
"el padre de la mentira". Su constante actividad en el
mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante engaños
e invitaciones al mal. Quiere evitar que lo conozcan, que
lo amen y que alcancen la felicidad eterna. Es un
enemigo con el que se tiene que luchar para poder
llegar al cielo.
Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal
y como fueron creados en un principio, subordinados los inferiores
a los superiores.
Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas
acciones con Adán y Eva y no se dan por
vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre
hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después
del pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de
bien.
¿Por qué dedicar dos días del año litúrgico a los
ángeles?
Es muy fácil que nos olvidemos de la existencia
de los ángeles por el ajetreo de la vida y
principalmente porque no los vemos. Este olvido puede hacernos
desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a
través de los ángeles. Por esta razón, la Iglesia ha
fijado estas dos festividades para que, al menos dos días
del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles,
nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya
asignado un ángel custodio y aprovechemos este día para pedir
su ayuda.
Cuida tu fe
Actualmente se habla mucho de los ángeles:
se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema;
se venden "angelitos" de oro, plata o cuarzo; las personas
se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y
sus nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales,
pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no
le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses,
los convierten en "amuletos" que hacen caer en la idolatría,
o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y
los consejos de los ángeles.
Es verdad que los ángeles son
muy importantes en la Iglesia y en la vida de
todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que
no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como
si fueran dioses. No son lo único que nos
puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza
de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los
mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos,
la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir
cerca de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario