SANTA ROSA DE LIMA
La belleza que Dios le da al alma que le adora, excede la imaginación.
Santa Rosa de Lima, primera santa de América. Se llamaba Isabel de nacimiento, pero su madre la llamaba mi pequeña Rosa por la dulzura de su rostro. Fue bautizada por Santo Toribio de Mogrovejo, Obispo de Lima, con el nombre de Rosa, que le va bien por sus innumerables muestras de piedad, que evidenciaban la belleza de su alma.
A muy temprana edad tenía una especial atracción por Jesucristo en la Eucaristía y en la cruz, a quien veía en los pobres y dolientes llevándolos a su casa para atenderlos con gran caridad.
Siendo niña, tuvo una visión, en la que el niño Jesús le decía “Rosa de mi corazón, yo te quiero por esposa, consagra a mí todo tu amor” y desde ese día, le consagró su vida. A santa Rosa de Lima, la movía su deseo de santidad inspirado por Santa Catalina de Siena. Y el 10 de agosto de 1606, vistió el hábito de las monjas de la orden de Terciarias Dominicas.
Construyó una pequeña capilla en el jardín de su casa, donde solo cabía ella y Jesús, pero ahí encontraba todo el deleite para su vida. Se mortificaba grandemente, demasiado talvez para su edad, pero en aquel tiempo, era la forma de dominar las pasiones del cuerpo y educar el alma.
Fue amiga de san Martín de Porres, otro gran santo dominico.
Santa Rosa, Patrona de Hispanoamérica, Perú y de las Islas Filipinas. Indescriptible es la belleza de un alma que se entrega a Dios por amor verdadero.