martes, 1 de mayo de 2018

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 1 MAYO 2018, SAN JOSÉ OBRERO


Lecturas de hoy Martes de la 5ª semana de Pascua
Hoy, martes, 1 de mayo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,19-28):

EN aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo ya por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad.
Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe. Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 144,10-11.12-13ab.21

R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,27-31a):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 1 de mayo de 2018
Pepe Lillo, cmf

Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.



San José Obrero

La Buena Noticia se extiende. La comunidad de discípulos va creciendo en número y se organiza progresivamente. ¡Todo un notición en la cuenta de “beneficios” de la empresa apostólica. Si el autor de los Hechos hubiera vivido este tiempo de economía globalizada, no hubiera sido extraño que acogiera un lenguaje empresarial y economicista. De regreso a la sede de la empresa desde donde fueron enviados aquellos representantes, y tras haber pasado largo tiempo y no pocas peripecias, retornan gozosos transmitiendo a los gerentes y promotores que el “proyecto” prospera ventajosamente; se han fundado nuevas sedes, estableciendo representantes en cada lugar y que el coste en dificultades, desvelos, ayunos, fríos, calores, golpes, cansancios… está largamente superado con el beneficio, en bolsa. ¡Acaso no hablamos del “negocio de la salvación”!

Por supuesto que el testigo y discípulo debe acometer la empresa de la extensión del Reino y el anuncio del Evangelio. Pero los primeros renglones del Evangelio de hoy nos ponen una pauta importante para que no entendamos esta tarea desde los sobresaltos de las cotizaciones económicas. “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo”. Éste es un negocio que acoge la Paz y la transmite en nombre del Señor, y que tiene muy poco que ver con los valores y varemos de este mundo; el gozo del discípulo no está en las seguridades del “capital” ni en la cuantía de los seguros de vida, ni en la capacidad de tener más o de consumir sin que tiemble la tarjeta de débito. Aunque también deberíamos revisar nuestros varemos del “negocio pastoral”. El buen hacer del anuncio del evangelio tampoco se mide por los criterios del mundo.

La Paz del Reino suele estar bastante lejos del éxito popular; resulta peligroso confundir el anuncio coherente del evangelio con alargar la lista de nuestros prosélitos, llenar plazas de manifestaciones “religiosas” o responder a los rechazos, golpes, persecuciones… con diatribas violentas de anatema, en lugar de vencer temores por acercarnos a quien necesita realmente de la Paz del evangelio por más que resulte insatisfactorio y poco reconocido. Es curioso que las mayores críticas de Pablo no se dirigen contra quienes le rechazan y maltratan, sino contra quienes desde dentro del seno de la comunidad falsean la autenticidad del mensaje y hace fraudulento negocio evangélico, las más de las veces en propio interés.

Hoy día de San José Obrero, es buena tarea que revisemos la calidad de nuestro trabajo en la empresa del Reino. No vaya a ser que en más de una posición estemos en quiebra y malnegociando el Patrimonio Evangélico.

Que tengáis buen día:
Pepe Lillo cmf.

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