lunes, 30 de abril de 2012

A LA SOMBRA DE TU IDEAL...


A la sombra de tu ideal


        Un día Diógenes, el cínico , fue al mercado y puso un puesto, y encima, un letrero que decía :
        " AQUÍ SE VENDE SABIDURÍA ".
        Un Griego que leyó el letrero se echó a reír y dándole a su criado tres sestercios de sabiduría( sesenta centavos ), le dijo :
        - Anda y dile a Diógenes que te venda tres sestercios de sabiduría,
        Diógenes tomó el dinero y dijo al criado:
        -Di a tu amo, que en todo lo que haga mire si no contradice a su ideal.

        Agradó tanto la sentencia al amo, que la hizo esculpir en la puerta de su casa...
        Yo te la he escrito estas líneas. Si la quieres no necesitas dinero.
        Tómala y grábala en tu espíritu, y sea entonces tu vida, un eco de tu ideal.
        Cuida que tus acciones no sean un a contradicción con tu manera de pensar.
        Pon a la sombra de tu ideal toda la variada actividad de tu vida.
        Esto es ser consciente con tus principios.
        Esta es la verdadera sabiduría práctica.
        Esto es vivir en el mundo de las conquistas espirituales y no en los campos fantásticos de las quimeras.
        Sólo así llegarás a la altura de los triunfos. No lo olvides, sólo así...
        Si sabes ser consecuente con tu ideal

EL AMOR Y LOS DETALLES...

El amor y los detalles
Autor:  Padre Justo López Melús


        El amor se manifiesta sobre todo en los pequeños detalles. Y es que cuando hay amor hay detalles, y cuando no hay detalles es que no hay amor. Un corazón sensible no admite extravagancias ni faltas de respeto. Un caballero, por ejemplo, no permite que se burlen de su madre, y no tiene reparos humanos en mostrarle cariño.

        Cuenta el cardenal Suenens que en una ocasión acompañaba al rey Balduino por una carretera secundaria. Conducía el rey, él era el único pasajero. De repente dio un brusco frenazo. Al pasar cerca de un pueblo vio una imagen de la Virgen sobre un pedestal, pero alguien había tenido el mal gusto de profanarla poniéndole en la cabeza un casco militar. El rey se bajó del coche, quitó el casco y lo tiró a una zanja. Luego cogió el volante y arrancó sin comentarios, como la cosa más natural del mundo.

HABLAN...


Hablan
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla



Hablan de repetir... pero poniendo sus bienes a salvo.

Hablan de fraternidad humana... pero cerrando su puerta a los males ajenos.

Hablan de amor... pero sin luchar por él, ni saber vivirlo.

Hablan de fe... y lo que tienen es miedo.

Hablan de fuerza... y por dentro son debilidad.

Hablan de despreciar el dinero... pero en el fondo le rinden pleitesía.

Hablan de justicia... pero inclinando de su lado la balanza.
    
Hablan de amistad... pero con el aguijón en la flor más conveniente.

Hablan de oración... pero rogando el remedio para sus problemas y sus males.

Hablan de Dios... pero siempre tras el muro  que los saque de su luz.

Hablan de despreciar el mundo... pero metidos en el foco de su notoriedad.

Hablan de la vida... pero creyendo que todo  lo merecen.

Hablan de éxito ajeno... pero siempre colocado debajo del suyo.

Hablan de apostolado... pero escabullan al momento de comprometerse.

Hablan de ayudar... pero sin dar consuelo, ni ser parte activa en la dificultad.

Hablan de siembra... pero transitan sin semilla, caminan sin huella.

Hablan de cambio... pero con materia,  ganancia y poder.

Hablan de perdón... pero nunca cicatrizan.

Hablan de ideales... pero nunca suben.
 
Hablan de promesas... pero nunca cumplen.

Hablan, pero a la hora de actuar, de sentir,  y de entregarse, están mudos, están ocultos, ¡están muertos!

DESDE EL NO HACIA EL SÍ...

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Desde el no hacia el sí
Necesito romper con esas negativas que me aprisionan a lo fácil, a lo cómodo, al egoísmo, que me encadenan al respeto humano y al miedo.

Desde el no hacia el sí

Dije no porque quería evitarme problemas y mantener la tranquilidad que hasta ahora me envolvía.

Dije no porque prefería salir de paseo en vez de ponerme en serio ayudar a quien lo necesitaba.

Dije no porque temía un fracaso, para no quedar nuevamente en ridículo ante esa persona conocida por sus críticas envenenadas.

Dije no porque la pereza fue más fuerte en mi jornada que el cariño que debería ofrecer a un familiar o un amigo.

Dije no incluso a Dios, porque la tentación se me hizo muy fácil y porque pensé que la gracia no me ayudaría.

Pero necesito romper con esas negativas que me aprisionan a lo fácil, a lo cómodo, al egoísmo, al pecado; que me encadenan al respeto humano, al miedo, al recuerdo de tantos fracasos del pasado.

Necesito, sobre todo, abrirme al horizonte del amor, de la fe, de la esperanza. Porque con Cristo hasta un criminal puede empezar a ser santo, un borracho puede superar su dependencia casi enfermiza, un cobarde puede revestirse de valor, un soberbio puede agachar la cabeza como un manso cordero ante el Hijo del Hombre que supo morir mansamente en el Calvario.

Hoy tengo entre mis manos unas horas en las que decido mi destino. Si me abro a Dios, si me dejo guiar por su gracia, si confío, seré capaz de dar un sí, y otro, y otro, para ayudar, para perdonar, para acompañar, para cuidar, para servir, para amar.

Aprenderé, entonces, a vivir como el Señor, que supo siempre dar un sí lleno de Amor al Padre y a los hombres. "Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús (...) no fue sí y no; en él no hubo más que sí" (2Co 1,19).


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    viernes, 27 de abril de 2012

    ORACION A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS



    ORACIÒN A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS
     
    Oh Santa Teresita del Niño Jesús, que has sido justamente proclamada Patrona de las Misiones de todo el mundo: acuérdate de los ardentísimos deseos de mostrarte, cuando vivías en la tierra, de querer plantar la Cruz de Jesucristo en todas las naciones, y anunciar el Evangelio hasta la consumación de los siglos. Te suplicamos que ayudes, según tu promesa, a los sacerdotes, a los misioneros y a toda la Iglesia. Así sea.
    Santa Teresita del Niño Jesús ¡Ruega por nosotros!



    PARA MEDITAR LAS PALABRAS DEL AVE MARÍA

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net Para meditar las palabras del Ave María
    Dios te salve, Bendita. Y bendícenos a nosotros. Dios te salve, María, llena eres de gracia.

    Para meditar las palabras del Ave María
    Para meditar las palabras del Ave María
    Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario


    Dios te salve

    Te saludo con todo mi amor
    y con toda la alegría de mi corazón.´
    Dios te salve, Bendita.
    Y bendícenos a nosotros,
    los hijos de la Bendita entre todas las mujeres.
    Todos tus hijos del mundo,
    en las ciudades populosas, en los valles y montañas de los cinco continentes
    te saludan a diario cuando rezan el avemaría.
    Yo me uno a ese coro de hijos amantes y felices,
    Oh Madre bendita.
    Sí, bendita mil veces, bendita para siempre.
    Dios te salve…

    María

    Me encanta pronunciar tu nombre porque es el tuyo: María, Virgen María, Santa María de Guadalupe.
    Tu nombre ha poblado de bellas iglesias
    las ciudades y las montañas.
    Lo pronuncian con grandísimo amor y ternura
    los jóvenes, los adultos y los niños,
    Tu nombre lo llevan con orgullo santo
    millones de mujeres del mundo cristiano.
    Porque te aman y porque quieren parecerse a Ti.
    Necesitamos de verdad en nuestro mundo
    muchas Marías que tengan un corazón
    parecido al tuyo.
    María bendita, míranos con tus ojos de cristal,
    con tus ojos purísimos de paloma,
    y llénanos de tu perfumada presencia,
    de tu ternura inmensa, de tu fe y de tu amor.
    Dios te salve, María…

    Llena eres de gracia

    Cántaro que rebosa de la gracia, de la vida de Dios,
    de su amor inefable, de su santidad.
    Más santa y pura que todos los santos,
    más que los querubines y serafines.
    Por eso la belleza de tu alma y de tu rostro
    son el encanto de tu Dios.
    Y el encanto de nosotros también.
    Nos colma de tanta alegría
    saber que nuestra madre es tan santa,
    tan bella, tan pura y tan sencilla.
    Así te saludó el ángel: Llena de gracia,
    impresionado de tu alma.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia…

    El Señor es contigo

    Esta frase de la Biblia
    siempre va después del “No tengas miedo”.
    Desde que naciste Dios ha estado contigo,
    porque te cuidó como a su perla preciosa,
    a su rosa exquisita.
    Él te preparó desde muy niña con sus manos santas
    para que fueras después su Madre santa.
    Todo el amor infinito de Dios
    cuidando una flor llamada María.
    Estuvo contigo en tus años de infancia
    cuidando a la niña más bella,
    más santa, más querida.
    Te cuidó en la adolescencia preparando tu alma
    y tu cuerpo bendito y santísimo para la maternidad.
    El Señor está contigo: Te lo dijo un arcángel
    y él sabía lo que decía.
    Contigo estuvo en los años de tu embarazo,
    dentro de tu seno, haciéndose un niño
    por amor a nosotros.
    Toda tu vida terrena estuvo contigo.
    Y Tú estuviste con Él.
    Fuiste madre, nueva Eva, corredentora.
    Estuvo contigo en la cruz, muriendo junto a Ti.
    También estuviste Tú con Él,
    hasta que murió en el patíbulo
    y pasó de los brazos muertos de la cruz
    a los brazos vivos y amorosos de su madre.
    Estuvo contigo en los años de tu soledad,
    santificando a su madre amadísima,
    para que llegara al cielo resplandeciente como el sol y blanca como la luna.
    Contigo está y estará por toda la eternidad en el cielo.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo….

    Bendita Tú eres entre todas las mujeres

    ¿Qué es Eva comparada contigo?
    ¿Qué son las mujeres de la tierra junto a Ti?
    Tú eres la imagen perfecta, única
    de la mujer que quiso crear.
    Por eso, las mujeres, si no se llaman Marías,
    al menos deben serlo, parecerse a Ti
    que eres el modelo preciosísimo
    de la mujer cristiana.
    Querer llamarse como Tú es una buena elección.
    Pero parecerse a Ti debe ser su ideal.
    Modelo de niña y mujer,
    adorable modelo de madre y esposa.
    Porque Tú pasaste por todas las etapas
    del crecimiento de la mujer,
    enseñando cómo se puede ser una gran mujer,
    una mujer santa, un apóstol de Jesús,
    y, además, una mujer feliz...
    Con muy poco presupuesto, en una casita humilde,
    pero donde estaba Dios,
    y donde Dios está nada hace falta.
    La pobre casita de María rebosaba de amor,
    de santidad y de felicidad.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo.
    Bendita Tú eres entre todas las mujeres…

    Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

    Bendita la flor, bendito también el fruto.
    Jesús, el amado del Padre
    ha nacido de Ti como la rosa del rosal.
    La rosa pertenece al rosal.
    Jesús te pertenece, es tuyo, hijo tuyo,
    fruto de tus purísimas entrañas.
    Y Tú eres de Jesús, toda de Jesús,
    pues Él, además de ser hijo tuyo,
    es tu Dios omnipotente,
    del que te consideras su esclava.
    Jesús y Tú sois, además, de nosotros.
    Jesús, porque Tú nos lo diste,
    en un gesto de amor único y lleno de misericordia…
    Y Tú nos perteneces porque Él te convirtió en Madre,
    en Madre nuestra.
    Entre las palabras que siempre meditas
    en tu corazón, están éstas:
    “Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre”.
    Para nosotros esta sola frase constituye
    todo un evangelio, una buena nueva.
    Si Jesús es nuestro, si María es nuestra,
    ¿qué dificultad nos podrá derrotar?
    ¡Qué poco felices nos atrevemos a ser
    cuando nos han dado la llave de la felicidad,
    de la felicidad completa y eterna!
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo,
    Bendita Tú eres entre todas las mujeres
    Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

    Santa María

    Si María es tu nombre,
    santa, santísima es tu sobrenombre,
    La cualidad que siempre va con tu nombre.
    Por eso tu nombre nos produce inmensa alegría
    y al mismo tiempo gran respeto.
    Santa María, dulce María, eres bellísimo jardín
    donde crecen las flores más bellas.
    Espiga dorada pletórica de fruto,
    mística rosa, perfumada y más pura
    que todas las rosas del mundo.
    Santa María, dulce Madre, Virgen pura,
    Reina bellísima y sencilla campesina
    de la entrañable campiña de Nazaret.

    Madre de Dios

    Te amamos como Madre nuestra
    y te veneramos como madre de Dios,
    grandeza incomparable que te ennoblece
    y nos llena de orgullo santo,
    porque nuestra madre es también madre de Dios.
    Para tan alto privilegio se requería
    una Madre virgen
    una virgen santa
    una mártir del alma
    una criatura llena de gracia
    y una humildísima esclava del Señor,
    que supiera decir: Hágase en Mí según tu palabra.
    ¿Cómo pudiste poseer al mismo tiempo
    la máxima grandeza
    y la más fina y profunda humildad?
    Dios te consideró digna madre suya.
    Aceptó ser Hijo de tus entrañas.
    Te hizo grande el que todo lo puede
    y tú te hiciste pequeña como una esclava
    al completo servicio de tu Señor.
    Madre y esclava del Señor.
    Como Madre de Dios
    me infundes un respeto inmenso.
    Como esclava del Señor una ternura infinita.

    Ruega por nosotros, pecadores

    Somos tus hijos pecadores
    Somos hijos pródigos que hemos recorrido
    los senderos del pecado y del hastío.
    Fuimos hijos de una madre pecadora,
    antes de ser aceptados por una Madre Inmaculada.
    Ruega a tu Hijo omnipotente,
    Tú que eres la omnipotencia suplicante.
    Ruega siempre para que no nos engañe más
    el padre de la mentira.
    Dile a Jesús que no tenemos vino,
    que se nos ha terminado la alegría y el amor.
    Pide para nosotros el milagro de la resurrección
    cuando caemos muertos de cansancio y de dolor.
    El que dijo ser la resurrección y la vida es hijo tuyo.
    El que dijo ser la Verdad y la Vida, te llama Madre.
    Entonces, suplícale que nos otorgue
    la resurrección y la vida.
    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores…

    Ahora…

    El día de hoy,
    El día de las oportunidades de santificarnos
    o de pecar.
    Hoy, el día al que le basta su afán.
    El único día que tenemos en las manos.
    Que lo llenemos de amor y de bondad.
    Ahora líbranos de caer en la tentación.
    Hoy que sepamos amar a nuestros prójimos,
    Hoy que no endurezcamos el corazón,
    Hoy que oigamos la voz del Espíritu Santo.
    Ahora, en este presente que se transforma
    constantemente en futuro.
    Hoy, que el día de hoy amemos, nos santifiquemos,
    Seamos instrumentos de la paz de Jesús.
    Hoy, en esta pequeña vida que es el día presente.

    Y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    En ese momento en el que se juega
    nuestra salvación eterna.
    Ese último día que sepamos decir
    un último “Te amo en este mundo”
    para repetirlo en la otra vida por siempre.
    Ruega por los que en ese momento
    no están preparados,
    para que si no vivieron en gracia,
    mueran en gracia de Dios
    y no vayan al eterno dolor.
    Ruega por los niños cuyo primer día de vida
    coincide con el de su terrible muerte.
    Así como lograste que el buen ladrón
    se arrepintiera el día de su muerte,
    consigue esa misma gracia a los pecadores
    más rudos, a los que no aceptan a tu Hijo.
    Une a la misericordia de Dios, tu bondad maternal
    para salvarles de las garras de Satanás,
    de la eterna condenación.
    Ruega por nosotros pecadores,
    ahora y en la hora de nuestra muerte.




     

    ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS


    San Francisco de Asís

    Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor;
    tan sólo tú eres digno de toda bendición, y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

    Loado seas por toda criatura, mi Señor, y en especial loado por el hermano sol, que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor, y lleva por los cielos noticia de su autor.

    Y por la hermana luna, de blanca luz menor, y las estrellas claras, que tu poder creé, tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son, y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

    Y por la hermana agua, preciosa en su candor, que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol, y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!

    Y por la hermana tierra, que es toda bendición, la hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores de color, y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

    Y por los que perdonan y aguantan por tu amor los males corporales y la tribulación: ¡felices los que sufren en paz con el dolor, porque les llega el tiempo de la consolación!

    Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

    ¡No probarán la muerte de la condenación! Servidle con ternura y humilde corazón. Agradeced sus dones, cantad su creación. Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.
     
     


    LA SOLEDAD COMPAÑERA DE LA VIDA

    Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
    La soledad compañera de la vida
    La soledad está en nuestras vidas, pero hay que saber amarla. Nos llevará al encuentro con Dios que llenará nuestras vidas porque El es todo amor.
    La soledad compañera de la vida
    La soledad es un sentimiento que nos llena el alma de un silencio frío y oscuro si no la sabemos encauzar. Hay rostros surcados de arrugas, de piel marchita, de labios sin frescura, de ojos empequeñecidos, turbios y apagados que nos hablan por si solos de la soledad. Si sus voces nos llegaran nos dirían de su cansancio, de su miedo, pero sobre todo de su soledad....


    Pero no hace falta que seamos ancianos para que en la vida nos acompañe la soledad.

    La soledad del sacerdote, aún los más jóvenes, con sus votos de obediencia, pobreza y castidad, pero a veces es más dura la soledad de su propio corazón, que aunque ayudado por la Gracia de Dios no deja de ser humano. Tienen que consolar a los seres que llegan hasta ellos con sus penas, con sus problemas pero su corazón no puede aferrarse a ninguna criatura de la tierra y a veces se sienten solos, muy solos, tan solo acompañados de una gran soledad

    La soledad en la adolescencia, duele profundamente por nueva, por incomprensible...Los padres se están divorciando, se quiere a los dos, se necesita a los dos, pero para ellos parece que no existe ese ser que no acaba de comprender y que está muy solo. Ellos tienen sus pleitos, su mal humor. La mamá siempre llorando, el papá alzando la voz... para él nada... tal vez sientan hasta que haya nacido. Si se divorcian será un problema ¿Qué será de él?¡Qué gran soledad, qué amarga soledad!

    Las monjas misioneras, los misioneros, lejos de sus seres queridos y en tierras extrañas.

    Y la soledad en algunos matrimonios, esa soledad que ahoga, que asfixia...que como dice el poeta: "es más grande la soledad de dos en compañía". El hombre de grandes negocios, empresario importante, magnate en la sociedad que parece que lo tiene todo pero que en el fondo vive una gran soledad.

    La soledad de las grandes luminarias siempre rodeadas de personas y siempre solas... Las esposas de los pilotos, de los marinos, de los médicos, saben de una gran soledad y ellos a su vez, en medio del cumplimiento del deber, también están solos. La soledad de las personas que han perdido al compañero o compañera de su vida, ese quedarse como partido en dos porque falta la otra mitad, ese no saber cómo vivir esas horas, ahora tan vacías, tan tristes, tan solas...

    Si no convertimos esa soledad en compañía para otros seres quizá, más solos aún que nosotros mismos, si no llenamos ese vacío y esas horas con el fuego de nuestro amor para los que nos rodean y nos necesitan, esa soledad acabará por aniquilarnos, ahogándonos en el pozo de las más profunda depresión.

    En realidad todos los seres humanos estamos solos. La soledad está en nuestras vidas pero hay que saber amarla. Si le tenemos miedo, si no la amamos y no aprendemos a vivir con ella, ella nos destruirá. Si le sabemos dar su verdadero sentido, ella nos enriquecerá y será la compañera perfecta para nuestro espíritu. Con ella podremos entrar en nuestra alma, con ella podremos hablar con nuestros más íntimos sentimientos.

    Ella nos ayudará, ella, la soledad bien amada y deseada a veces, nos llevará al encuentro de nuestra propia identidad y luego al mejor conocimiento de Dios, que llenará nuestras vidas porque El es todo amor.





  • Preguntas o comentarios al autor
  • Ma. Esther de Ariño

    jueves, 26 de abril de 2012

    LA EUCARISTIA


    LA  EUCARISTÍA
    La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidente—forma, color, sabor, etc.— permanecen iguales.

    La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, la celebración de la Eucaristía ( Fracción del Pan ) comenzó en la Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.

    Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."
    . Encuentro con Jesús amor

    Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman. Es por tanto imposible generalizar acerca de ellos. Porque sólo Dios conoce los corazones de los hombres. Sin embargo sí debemos traslucir en nuestra vida, la trascendencia del encuentro íntimo con el Amor. Resulta lógico pensar que quien recibe esta Gracia, está en mayor capacidad de amar y de servir al hermano y que además alimentado con el Pan de Vida debe estar más fortalecido para enfrentar las pruebas, para encarar el sufrimiento, para contagiar su fe y su esperanza. En fin para llevar a feliz término la misión, la vocación, que el Señor le otorgue.

    Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida, el Señor hoy nos dice a todos y a cada uno, lo mismo que les dijo a los Apóstoles "Con ansias he deseado comer esta Pascua con vosotros " Lc.22,15. El Señor nos espera con ansias para dársenos como alimento; ¿somos conscientes de ello, de que el Señor nos espera el Sagrario, con la mesa celestial servida.? Y nosotros ¿ por qué lo dejamos esperando.? O es que acaso, ¿ cuando viene alguien de visita a nuestra casa, lo dejamos sólo en la sala y nos vamos a ocupar de nuestras cosas.?

    Eso exactamente es lo que hacemos en nuestro apostolado, cuando nos llenamos de actividades y nos descuidamos en la oración delante del Señor, que nos espera en el Sagrario, preso porque nos "amó hasta el extremo" y resulta que, por quien se hizo el mundo y todo lo que contiene (nosotros incluidos) se encuentra allí, oculto a los ojos, pero increíblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades.

    DEBES PRIMERO PERDONAR...


    Debes primero perdonar...

    Sé que es difícil perdonar
    cuando no sabes amar;
    el rencor es algo tan amargo dentro,
    no te deja sonreir, ya no quieres vivir
    ¿Por qué no dejas eso atrás y empiezas a amar?

    Alguien que te amó
    su propia vida la entregó
    para que fueras libre de ese cautiverio.
    Él perdonó a los demás
    sin importar si hicieron mal
    ¿Por qué en lugar de odiar no decides hoy amar?

    Sólo tienes que pensar
    el perdonar es una decisión
    que deja en libertad tu corazón
    y limpia toda herida,
    la amargura en ti no reinará.

    Sólo Dios puede juzgar
    tú no puedes condenar
    y mucho menos murmurar;
    si tu quieres que el Señor te perdone
    debes primero perdonar.

    LA MEJOR AYUDA QUE ME PUEDES DAR....


    La mejor ayuda que me puedes dar...

    En Persia se cuenta la historia del gran Manú, Shah Babas, en cuyos dominios no se ponía el sol, que reinó con todo esplendor, tenía fama dejusto y le encantaba mezclarse con el pueblo, pasando desapercibido para compartir y dar solución a sus problemas.

    En cierta ocasión, se vistió de pobre y al pasar por la cocina observó en un rincón una angosta puerta para él hasta entonces desconocida. Descendió el largo, lóbrego y húmedo trecho de escaleras que conducía a un sótano, de reducidas dimensiones y calor asfixiante, en el que un carbonero sentado en un montón de cenizas, atendía la caldera de palacio. El Manú se sentó a su lado y comenzó a hablar. Llegó la hora de comer y el fogonero sacó un sucio pan moreno y áspero y una jarra de agua. Se sentaron a comer y beber. El shah se fue, pero continuó visitándolo con frecuencia, movido por la compasión que sentía por aquel hombre solitario.

    Amablemente le dio consejo y el pobre le abrió todo su corazón y amó a aquel amigo tan bondadoso y sabio pero tan pobre como él. Finalmente, el Manú pensó: " Este hombre que vive permanentemente recluido en el sótano, cumpliendo de forma abnegada con su trabajo, con total aceptación de su destino y sin que una sola queja salga de sus labios, merece una gran recompensa. Le diré quién soy a ver qué presente me pide."

    Le dijo pues:

    Crees que soy pobre, pero soy tu Manú, el Shah Babas, pídeme lo que quieras.

    El gobernante esperaba que le pidiera algo grande, pero el hombre se quedó sentado, inmóvil, petrificado, mirándolo con amor y asombro.

    Entonces el Manú le dijo posando una mano sobre su hombro:


    ¿No entiendes? Te puedo hacer rico y noble, puedo poner una ciudad en tus manos, te puedo hacer un gran gobernador: ¿No tienes nada que pedir?

    El hombre respondió amablemente:

    Sí, mi señor, he entendido. Más no entiendo cómo tu que gobiernas más de 3.000 por 10.000 mundos y varios soles, mandas sobre billones y trillones de seres y eres el encargado de crear un nuevo mundo para afrontar mejores tiempos, puedes haber salido de tu palacio y tu gloria para sentarte conmigo en este lóbrego cuchitril, comer mi tosca comida y preocuparte por si estoy feliz o apenado. Ni tú mismo me puedes dar nada más valioso. A otros les puedes otorgar ricos presentes, pero a mí me has dado a ti mismo; lo único que te puedo pedir es que nunca me quites este regalo de tu amistad y de tu amor".

    La emoción que embargaba su espíritu enmudeció sus palabras y desde el fondo del corazón brotó un "gracias" e inclinándose en señal de respeto depositó a sus pies dos brillantes lagrimas.

    EUCARISTÍA.. MISTERIO DE LUZ, MISTERIO DE VIDA!!


    Autor: SS Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net
    Eucaristía ¡Misterio de luz, Misterio de vida!
    Como los dos discípulos del Evangelio, te imploramos, Señor Jesús: quédate con nosotros!
    Eucaristía ¡Misterio de luz, Misterio de vida!

    "Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28,20).

    Reunidos ante la Eucaristía, experimentamos con particular intensidad en este momento la verdad de la promesa de Cristo: ¡Él está con nosotros!

    (...)

    ¡Misterio de luz!

    De luz tiene necesidad el corazón del hombre, oprimido por el pecado, a veces desorientado y cansado, probado por sufrimientos de todo tipo. El mundo tiene necesidad de luz, en la búsqueda difícil de una paz que parece lejana al comienzo de un milenio perturbado y humillado por la violencia, el terrorismo y la guerra.

    ¡La Eucaristía es luz! En la Palabra de Dios constantemente proclamada, en el pan y en el vino convertidos en Cuerpo y Sangre de Cristo, es precisamente Él, el Señor Resucitado, quien abre la mente y el corazón y se deja reconocer, como sucedió a los dos discípulos de Emaús "al partir el pan" (cf Lc 24,25). En este gesto convivial revivimos el sacrificio de la Cruz, experimentamos el amor infinito de Dios y sentimos la llamada a difundir la luz de Cristo entre los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

    ¡Misterio de vida!

    ¿Qué aspiración puede ser más grande que la vida? Y sin embargo sobre este anhelo humano universal se ciernen sombras amenazadoras: la sombra de una cultura que niega el respeto de la vida en cada una de sus fases; la sombra de una indiferencia que condena a tantas personas a un destino de hambre y subdesarrollo; la sombra de una búsqueda científica que a veces está al servicio del egoísmo del más fuerte.

    Queridos hermanos y hermanas: debemos sentirnos interpelados por las necesidades de tantos hermanos. No podemos cerrar el corazón a sus peticiones de ayuda. Y tampoco podemos olvidar que "no sólo de pan vive el hombre" (cf Mt 4,4). Necesitamos el "pan vivo bajado del cielo" ( Jn 6,51). Este pan es Jesús. Alimentarnos de él significa recibir la vida misma de Dios (cf. Jn 10,10), abriéndonos a la lógica del amor y del compartir.

    (...)

    Como los dos discípulos del Evangelio, te imploramos, Señor Jesús: quédate con nosotros!

    Tú, divino Caminante, experto de nuestras calzadas y conocedor de nuestro corazón, no nos dejes prisioneros de las sombras de la noche.

    Ampáranos en el cansancio, perdona nuestros pecados, orienta nuestros pasos por la vía del bien.

    Bendice a los niños, a los jóvenes, a los ancianos, a las familias y particularmente a los enfermos. Bendice a los sacerdotes y a las personas consagradas. Bendice a toda la humanidad.

    En la Eucaristía te has hecho "remedio de inmortalidad": danos el gusto de una vida plena, que nos ayude a caminar sobre esta tierra como peregrinos seguros y alegres, mirando siempre hacia la meta de la vida sin fin.

    Quédate con nosotros, Señor! Quédate con nosotros! Amén.


    Fragmentos de la homilía con ocasión del comienzo del Año de la Eucaristía el 17 de octubre de 2004.

    lunes, 23 de abril de 2012

    CAMINANDO CON FE


    Caminando con fe

    "El que con fe se acerca a Dios, no vuelve con la canasta vacía"

    "Fe es lo que da valor a las cosas que no podemos ver"

    "Fe es acercarse a Dios"

    "Fe es llevar fruto aun en la debilidad"

    "Fe es la palabra de aliento para los que están en sufrimiento"

    "Fe es la justificación que tenemos para lograr la paz
    con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo"

    "Fe es lo que recibimos al oír la palabra de Dios"

    "Fe es la que debe permanecer en nuestros corazones,
    junto con la esperanza y el amor."

    "Fe es lo que nos hace caminar confiados en los senderos
    espirituales"

    "Fe es el escudo o defensa que tenemos los cristianos
    para rechazar

    "Fe para vivir con gozo y fe para morir en paz"
    gracia santificante, la he recobrado ahora por este acto de amor a Dios. Hago propósito de confesarme en el momento más oportuno.

    GENEROSIDAD


    Generosidad...

    La vida es un cielo armónico entre el dar y el recibir. Mientras más das más recibes, si das con alegría.

    El placer de dar nos introuce en la corriente inextinguible del amor.

    Un amor que nos mueve a dar y a darnos sin medida y a vivir unidos.

    En el flujo generoso del dar y del recibir hallamos nuestra felicidad buscando la felicidad de los demás.

    Y la clave está en enseñarnos a dar siempre algo a los otros, conscientes de que es mucho lo que podemos ofrecer.

    Toma hoy la decisión de dar siempre algo a cada persona que te encuentres y tu vida se llenará de amor y de alegría.

    No se trata de dar cosas sino de regalar tiempo, una sonrisa, un abrazo, una flor, una tarjeta, un estímulo, una oración.

    Ora hoy por 3 personas que trates o que veas y ese don silencioso te dará felicidad. Es un excelente modo de amar sin interés.

    En saber dar y saber recibir está uno de los principios de la paz interior que anhelas y que es fuente de felicidad. Como decía Jesucristo: Hay más alegría en dar que en recibir.

    EL MUNDO DE LA MISERICORDIA

    Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
    En el mundo de la misericordia
    Nos sorprende ese Dios de misericordias que busca, que rescata, que cura, que salva. Precisamente cuando no lo merecíamos.
     
    En el mundo de la misericordia
    Nos sorprende tanto amor de Dios. Porque le dimos motivos para la ira y respondió con su perdón. Porque nos alejamos de sus brazos y no dejó de caminar a nuestro lado. Porque le olvidamos en nuestras alegrías y esperó a que le diéramos gracias. Porque protestamos en la hora del sufrimiento y no se ofendió por nuestras quejas.

    Es un amor que va mucho más allá de lo que podamos esperar, que no se explica por lo que podamos merecer. Ama simplemente, sin condiciones, porque es Dios, porque tiene entrañas de misericordia.

    Su amor da sentido a la vida. Porque nos quiso empezamos a existir. Porque nos quiere seguimos en este camino de maravillas y de lágrimas. Porque siempre nos querrá tenemos un lugar preparado en el cielo, en nuestra casa eterna.

    Nos sorprende ese Dios de misericordias que busca, que rescata, que cura, que salva. Precisamente cuando no lo merecíamos, cuando más lejos estábamos, cuando vivíamos de egoísmos, cuando habíamos pisoteado la justicia.

    Así es Dios, un enamorado lleno de pasión por cada uno de sus hijos.

    Si escuchamos su llamada discreta y constante, si le abrimos una puerta en nuestras vidas, entrará, limpiará, curará, salvará. (cf. Ap 3,20).

    Sólo quien ha sido tocado por ese amor comprende la maravilla de ser hijos de un Padre tan bueno.

    Es entonces cuando podemos dejar egoísmos, romper perezas, quitar rencores, empezar a vivir en el mundo de la misericordia y del perdón.

    A nosotros se nos perdonó mucho, muchísimo. También nosotros tenemos que perdonar a nuestro hermano (Lc 6,36-38). Seremos entonces semejantes a Dios, que es amor, misericordia y paciencia sin límites.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    jueves, 19 de abril de 2012

    FORMAS DE VER LA VIDA....


    Formas de ver la vida

    Hay dos formas de ver la vida, de manera positiva o de manera negativa. Tú eliges.

    Hay que agradecer a Dios...

    *Por todo lo que tengo que limpiar después de la fiesta, porque significa que estoy rodeado de familiares y amigos.

    *Por los impuestos que pago, porque quiere decir que tengo empleo.

    *Por la ropa que me aprieta un poco, porque significa que como lo suficiente.

    *Por la sombra que me vigila trabajando, porque significa que tengo luz del sol.

    *Por el patio que tengo que limpiar y arreglar, las ventanas que tengo que limpiar y las goteras que tengo que reparar, porque significa que tengo un hogar.

    *Por todas las quejas que escucho acerca de mi gobierno, pues significa que tenemos libertad de palabra.

    *Por el espacio más lejano que encuentro en el estacionamiento, porque significa que soy capaz de caminar.

    *Por la viejita que canta desentonada detrás mío en misa, porque significa que puedo oír.

    *Por los cerros de ropa que tengo que lavar y planchar, pues significa que tengo con qué vestirme a diario.

    *Por el cansancio y dolores musculares al final del día, pues significa que
    estuve muy productivo.

    *Por el despertador que suena a diario muy temprano en la mañana, pues significa que estoy VIVO.

    *Por el mal recuerdo en mi mente de aquel accidente, pues significa que aún conservo mi vida, mi memoria y mi razón.

    *Por los celos, producto del miedo de perder a esa persona, pues significa que tengo a alguien a quien amar y que me ama.

    *Por aquellos sueños que no se han cumplido, pues significa que aún tengo ilusiones.

    *Por recibir tanto correo electrónico y postales que me abruman a diario, porque así sé que tengo muchos amigos y gente que piensan en mí.

    ¡Elige vivir este día de manera positiva!

    REALISMO...


            Realismo


            Hay un dicho muy conocido según el cual un optimista inventó el avión, un pesimista no lo usa y un realista se sube en él con paracaídas.

            La persona realista sabe equilibrar los sueños del optimista con la prevención del pesimista.

            La persona realista piensa en lo mejor y lucha por lo mejor, pero acepta que los fracasos forman parte de todo proceso.

            En todo nos conviene actuar con realismo y en especial en nuestras relaciones amorosas y sociales. No contar con imponderables ni presupuestar crisis sería como practicar un deporte queriendo ganar siempre.

            Las derrotas también nos enseñan valiosas lecciones y casi siempre aprendemos más de las caídas que de los triunfos.

            En el deporte los ejemplos son constantes, como lo cuenta el atleta Carl Lewis, ya que sus inicios fueron bien desalentadores.

            Sólo que él supo insistir, se comprometió en su carrera y no se dio por vencido. Fue realista como ojalá lo seamos nosotros siempre. Es de sabios contar con las crisis y aprender de ellas.

    MILAGRO EUCARÍSTICO DE DAROCA

     MILAGRO EUCARISTICO DE DAROCA(1239 )
    Sagrados Corporales
    Nótese las impresiones de la Preciosa Sangre en los Corporales
    Introducción 
    La pintoresca ciudad de Daroca está situada a unas 50 millas de Zaragoza. Es la primera población española, y quizás del mundo, que estableció una fiesta pública en honor al Santísimo Sacramento.
     
    Fue escogida por Nuestro Señor Jesús para ser la custodia del Milagro Eucarístico. Contra una gran lucha y oposición, el Señor escogió este lugar, y lo hizo todo a Su manera.

    Historia del Milagro Eucarístico
    Los hechos transcurrieron así: Los Musulmanes, quienes siglos antes habían conquistado casi toda la península ibérica, tenían control de Valencia. Las tropas cristianas de Aragón se unieron para defender sus tierras y reconquistar lo perdido.
     
    Las tropas Cristianas de Daroca, Teruel y Calatayud se disponían a conquistar a los moros el Castillo de Chío, Luchente, distante tres leguas de Játiva, el día 23 de febrero, de 1239.

    El Capellán D.Mateo Martínez, de Daroca, celebraba momentos antes misa en la que consagró seis formas destinadas a la comunión de los seis capitanes de aquellas tropas: Don Jiménez Pérez, Don Fernando Sánchez, Don Pedro, Don Raimundo, Don Guillermo, y Don Simone Carroz. Un ataque sorpresivo del enemigo obligó a suspender la misa, ocultando el capellán las formas que ya estaban consagradas, envueltas en los corporales en un pedregal del monte.

    Rechazado el ataque del que salieron los cristianos victoriosos, los comandantes pidieron al sacerdote que les diera la Comunión en acción de gracias al Señor por la victoria. El Padre Mateo fue al lugar donde las había escondido y se encontró a las seis hostias empapadas en sangre y pegadas a los Corporales.

    Los comandantes se regocijaron ante lo que vieron. Tomaron esto como una señal de Jesús de que iban a ser victoriosos. Hicieron que el sacerdote levantara el corporal manchado de sangre en un marco, como un estandarte. Volvieron a batalla contra los Moros, y el castillo de Chio fue recapturado. El mérito de esta batalla triunfal, se le dio al Milagro Eucarístico bondadosamente otorgado por el Señor. Los seis comandantes eran todos de diferentes regiones de España. Cada uno de ellos creía que el sagrado corporal debía de ir a su ciudad, para ser honrado en la Catedral. Lo que empezó como una discusión sobre donde se colocaba el corporal. Decidieron hacer un sorteo. Tres veces, la ciudad de Daroca fue escogida para ser el hogar del Milagro Eucarístico. Pero dos comandantes no estaban de acuerdo. El general principal, propuso como solución un compromiso. Pondrían el corporal en la espalda de una mula Arabe, cogida en la conquista. La mula nunca había pisado tierra Cristiana antes del ataque Arabe a España. El plan era dejar que la mula vagara como quisiera, hasta que encontrara un lugar donde parar. En donde se detuviera sería el lugar escogido por el Señor para que se quedara allí el corporal. El plan se llevó a efecto.  

    plaqua del milagro Eucarístico
    Lápida a la entrada de la Iglesia de la Trinidad donde "encontró Daroca el Tesoro inestimable de sus Sagrados Corporales"
    pues aquí cayó muerta la mula que los traía.
    La fecha era el 24 de Febrero de 1239. La mula dejó el cerro de Codol, y empezó su jornada. Iba seguida por la asistencia cercana de sacerdotes con velas encendidas, y soldados. El primer camino que la mulo tomó fue hacia Valencia, pero nunca entró en esa ciudad. La mula continuó cruzando una quebrada que va de Catarroja a Manizes, tocando Segorbe, Jerica y Teruel. Pero no entró en ninguna de esas ciudades. La mula viajó durante 12 días una distancia de más de 200 millas antes de doblar las rodillas y caer muerta enfrente a la Iglesia de San Marcos, en la ciudad de Daroca (hoy Iglesia de la Trinidad).  El corporal estuvo en esta iglesia hasta que se trasladó a la iglesia de Santa María.
    La fecha fue el 7 de marzo, que se convertiría en la fiesta de Santo Tomás de Aquino, un gran defensor de la Eucaristía. ( En la época del milagro, 1239, Santo Tomas tenía 14 años. Después de su muerte, a mitad del siglo catorce, fue nombrado protector del Milagro Eucarístico de Daroca ). 

    Hay tradiciones y leyendas atadas al viaje de la mula. Se dice que durante los 12 días sucedieron muchas cosas milagrosas, como música y cantos angelicales, furia de demonios que abandonaban almas que habían poseído, muchas conversiones de pecadores. Pero no hay ninguna documentación sobre esto. Estas son historias locales que se han desarrollado a través de los años. Hay sin embargo, documentación sobre el Milagro Eucarístico de Luchente, del peregrinaje de la mula, y de la elección celestial de Daroca como la ciudad escogida para que el corporal fuera venerado.

    Una hermosa Iglesia fue construida para ser el hogar de este regalo especial al pueblo de Daroca. Un relicario majestuoso fue creado en 1385. Esculturas representando los hechos que conducían al milagro fueron colocadas en la Iglesia, como por ejemplo la Batalla de Luchente, al Padre Don Martínez levantando el corporal como un estandarte de batalla, el viaje de la mula, y la llegada a Daroca.
    En 1261, personas de Daroca fueron a Roma para informarle al Papa Urbano IV sobre el Milagro Eucarístico de Daroca. El Papa Urbano IV, Santiago Pantaleón, era contemporáneo de la Beata Juliana de Liege, la monja que se pasó su vida tratando de instituir un día de fiesta para el Santísimo Sacramento. El Papa Urbano IV fue el papa que declaró que el Milagro Eucarístico de Bolsena era auténtico, y un año después instituyó la Fiesta de "Corpus Cristi". Se cree que el Papa Urbano IV, aceptó las noticias del Milagro Eucarístico de Daroca como una señal más del Señor de que El quería que esta fiesta fuese instituida.

    En 1444, el Papa Eugenio IV concedió un año de Jubileo para Daroca, cada 10 años. Este fue el mismo Papa que hizo auténtico el Milagro Eucarístico de Walldurn, Alemania, y el Milagro Eucarístico de Ferrara, Italia. Fue durante ese tiempo que la ciudad de Daroca escogió a Santo Tomás de Aquino como el Protector del Milagro Eucarístico. El Papa Sixto IV también le concedió un jubileo al Milagro de Daroca, cada 6 años.

    La sangre en el corporal ha sido analizada, y ha sido determinado que es de origen humano. No hay ningún dato sobre el tipo de sangre.  
    Una Iglesia fue construida en Daroca, especialmente para los Sagrados Corporales. En el siglo 15 y 16 la Iglesia fue agrandada. Hoy es conocida como Iglesia de Santa María Colegiata. En la pared, donde esta la capilla de los Sagrados Corporales, se puede observar las escenas del milagro.  Este Milagro de Daroca, es conocido por todo el mundo y fue documentado oficialmente en el año 1340.
     -SCTJM

    lunes, 16 de abril de 2012

    ALGO SOBRE LA FELICIDAD...

         Algo sobre la felicidad
     

            La vida es una copa plena de felicidad, pero nunca se te da llena.
            Te dan un sorbito de vez en cuando, un sorbito que tienes que ir llenando gota a gota todos los días, para sobrevivir. No te la pases agitando tus desgracias, pronosticando tragedias imaginarias, asustado por posibles males que a lo mejor no llegan nunca.
            Nacemos para luchar por la felicidad... casi para crearla, para hacerla a pesar de la tristeza, los desencantos, los errores, las malas jugadas y los irremediables imprevistos.
            
            La felicidad no se va buscando en bienes y placeres.
            Se actúa bien y ella sola se nos va presentando.
            La felicidad no es estar añorando y extrañando todo lo que nos falta sino encajar en todo lo que tenemos.
            No vendas tu felicidad... ¡regálala!
            No busques para ella fórmulas sencillas ni baratas...
            Cuesta trabajo, son caros los ingredientes:
            * Compartir lo que tienes...
            * Amar sin exigencias...
            * Perdonar sin cicatrices...
            * Aceptar sin perfecciones...
            * Agradecer lo que te dan...
            ¡Y no rendirte nunca!
            Todo tiene que ir armonizando:

            * Del panal, un poquito de miel...
            * Del mar un poquito de sal...
            * De la vida un toquecito de optimismo...
            * De la imaginación, algo de sueño...
            * Del dolor, algo de raíz....
            ¡Y de la fé, algo de roca!


            No somos felices, porque no sabemos como llenar nuestra copa porque no sabemos dar a la vida un máximo de calidad y rendimiento, porque miramos al mundo como un esclavo, al camino empedrado como un imposible, a la mala suerte como una sombra que nos persigue, ¡al ideal como algo inalcanzable!

            No olvidemos que la más linda manera de ser Feliz es ocuparse de que otros lo sean.
            Demos mucho de nosotros mismos y la felicidad llegará SOLA...
            Llenemos nuestra copa...! y saldemos nuestra cuenta siendo  ¡¡¡FELICES !!!

    EL AMOR...


    El amor
    Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD



    Dios es amor, Dios es perdón. Él nos mandó amar y perdonar: “Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc 10, 27).
    San Juan recoge muy bien el mandato del amor y este mandato lo repetía machaconamente una y mil veces, como lo único importante en la vida. Ese mandato es único. Es un gran tronco con tres ramas: amor a Dios, al otro y a uno mismo, o mejor, al otro como a uno mismo. Nosotros los humanos estamos muy acostumbrados a dividir, a separar. Y nos cuesta comprender que no puede existir el amor a Dios sin el del prójimo, y que éste es la concretización del otro. Es necesario amar a Dios, amar al otro y amarse a sí mismo. El amor es vida, es fuerza. Al amar nos asemejamos a Dios, recogemos toda su fuerza y poder, y todo lo que tocamos, aunque sea de barro, le damos vida con nuestra presencia y nuestro aliento. Quien ama tiene vida, engendra vida y deja vivir. Quien odia, está dominado por la muerte.


    Necesitamos el amor y el cariño para poder desarrollarnos y crecer como seres humanos. Sin amor se marchita la flor, se muere el animal y desaparece todo el género humano. Cuando amamos –decía Chesterton– no sólo ofrecemos flores a la persona amada, sino que las flores de todos los parques y jardines nos lo recuerdan.
    Jesús fue maestro en el amor. Y amó a todos y hasta el final, pero especialmente a los más pobres e indefensos. Jesús amó y perdonó. Amó a los enemigos y perdonó a aquellos mismos que acabaron con su vida, porque no sabían lo que hacían. Quien no ama y no perdona es porque no ha conocido a Dios (1 Jn 4, 9).


    El ser humano vive en la medida que ama. La vida nos ofrece la oportunidad de hacerlo a plenitud o a medias, de vivir en libertad o dentro de los muros de la prisión. Toda la vida debiera ser una historia de amor.
    El amor es una respuesta aprendida en la infancia y a lo largo de la vida. Para que el niño pueda amar y perdonar necesita crecer en un ambiente de amor y respeto, pues nadie puede dar lo que no ha recibido. Quizá, por eso, es importante caer en la cuenta de la fuerza transformadora del amor, abrirse a él, optar por él y tenerlo como lo único importante de nuestra vida, ya que en eso seremos juzgados (Mt 25,31-46).


    Amor que sonríe, sirve, cura y engendra fuerzas. Amor que es bondad, perdón, compasión y ternura. Amor que se expresa en un saludo, en una sonrisa, en una comida. Amor que libera del odio, que acaba con la envidia, que siempre siembra vida por donde pasa y anida.

    JESÚS... TE NECESITO



    Jesús te necesito


    Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista.

    Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.

    Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla?" "Así es," respondió el pintor.

    "Porque esa es la puerta del corazón del hombre. Sólo se abre por el lado de adentro"
    ¡Solamente repite esta frase y verás como se mueve Dios! "Señor Jesucristo te amo y te necesito, ven a mi corazón por favor".

    ¿SERA QUE DIOS ES DIFÍCIL?

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    ¿Será que Dios es difícil?
    ¿No resulta difícil entregar parte de nuestro tiempo y de nuestro corazón a quien no vemos, ni sentimos, ni palpamos?
     
    ¿Será que Dios es difícil?

    El corazón humano está hecho para Dios. Así lo explica el Evangelio, así lo enseña la teología, así lo sentimos en momentos particulares de la propia vida.

    Sin embargo, muchos viven como si Dios fuese un extraño, un desconocido, un obstáculo, incluso un enemigo.

    Piensan y deciden cada día como si hubiera mil cosas más importantes. Dios, al máximo, es visto como si fuera un satélite lejano. Otros lo ven como un residuo de civilizaciones superadas por el avance de las ciencias y la tecnología. Otros llegan a pensarlo como un enemigo de la propia libertad, un obstáculo para la realización personal y social.

    ¿Por qué ocurre esto? Cada ser humano camina según experiencias e ideas, encuentros y esperanzas. Lo inmediato se toca y se palpa continuamente. Parece más real un aparato electrónico o una sopa de verduras que un Ser que vive en un cielo desconocido, lejano, misterioso.

    En cada elección quedamos marcados por lo que hacemos o por lo que dejamos de hacer. Nuestra mente y nuestro corazón perciben resultados concretos. El placer refuerza un comportamiento. El dolor nos aparta de lo que catalogamos como obstáculo para la propia felicidad.
    Dios, ¿tiene un lugar en el frenesí moderno? ¿Quedan rendijas en la vida humana para un ser tan poco visible? ¿No resulta difícil entregar parte de nuestro tiempo y de nuestro corazón a quien no vemos, ni sentimos, ni palpamos?

    La aparente lejanía de Dios, sin embargo, no es suficiente para apagar una luz interior que brilla en momentos concretos de nuestra vida. Tras un accidente, una enfermedad, un fracaso en las relaciones con amigos o compañeros, se hace más palpable que sin un Dios real y cercano la vida sería simplemente un juego de fuerzas y fortunas donde unos ríen y otros lloran, unos triunfan y otros sucumben.

    ¿Es eso el existir humano? ¿O podemos abrir ventanas a horizontes infinitos, posibles sólo si hay un Dios bueno, omnipotente, interesado por la vida de cada uno de sus hijos?

    Este día tendrá sus momentos de exaltación o sus ratos de angustia. Si vamos más allá de lo inmediato, si rompemos con apegos a lo material que encallan el alma en lo que pasa fugazmente, seremos capaces de dejar espacio a un Dios que busca, que espera, que ofrece, que cura, que salva.

    Entonces percibiremos que Dios no es difícil, porque es Alguien cercano, humilde, lleno de cariño. Tan cercano que el Padre envió a su Hijo al mundo para salvarlo. Tan humilde que Cristo puso sus manos en un madero y fue crucificado. Tan lleno de cariño que continuamente me ofrece, respetuosamente, el consuelo incomparable de su misericordia eterna.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    domingo, 15 de abril de 2012

    CREO EN LA MISERICORDIA DIVINA


    Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
    Creo en la misericordia divina
    Una devoción orientada a descubrir, agradecer y celebrar la infinita misericordia de Dios revelada en Jesucristo.



    Creo en la misericordia divina
    Los católicos acogemos un conjunto de verdades que nos vienen de Dios. Esas verdades han quedado condensadas en el Credo. Gracias al Credo hacemos presentes, cada domingo y en muchas otras ocasiones, los contenidos más importantes de nuestra fe cristiana.

    Podríamos pensar que cada vez que recitamos el Credo estamos diciendo también una especie de frase oculta, compuesta por cinco palabras: "Creo en la misericordia divina". No se trata aquí de añadir una nueva frase a un Credo que ya tiene muchos siglos de historia, sino de valorar aún más la centralidad del perdón de Dios, de la misericordia divina, como parte de nuestra fe.

    Dios es Amor, como nos recuerda san Juan (1Jn 4,8 y 4,16). Por amor creó el universo; por amor suscitó la vida; por amor ha permitido la existencia del hombre; por amor hoy me permite soñar y reír, suspirar y rezar, trabajar y tener un momento de descanso.

    El amor, sin embargo, tropezó con el gran misterio del pecado. Un pecado que penetró en el mundo y que fue acompañado por el drama de la muerte (Rm 5,12). Desde entonces, la historia humana quedó herida por dolores casi infinitos: guerras e injusticias, hambres y violaciones, abusos de niños y esclavitud, infidelidades matrimoniales y desprecio a los ancianos, explotación de los obreros y asesinatos masivos por motivos raciales o ideológicos.

    Una historia teñida de sangre, de pecado. Una historia que también es (mejor, que es sobre todo) el campo de la acción de un Dios que es capaz de superar el mal con la misericordia, el pecado con el perdón, la caída con la gracia, el fango con la limpieza, la sangre con el vino de bodas.

    Sólo Dios puede devolver la dignidad a quienes tienen las manos y el corazón manchados por infinitas miserias, simplemente porque ama, porque su amor es más fuerte que el pecado.

    Dios eligió por amor a un pueblo, Israel, como señal de su deseo de salvación universal, movido por una misericordia infinita. Envió profetas y señales de esperanza. Repitió una y otra vez que la misericordia era más fuerte que el pecado. Permitió que en la Cruz de Cristo el mal fuese derrotado, que fuese devuelto al hombre arrepentido el don de la amistad con el Padre de las misericordias.

    Descubrimos así que Dios es misericordioso, capaz de olvidar el pecado, de arrojarlo lejos. "Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es su amor para quienes le temen; tan lejos como está el oriente del ocaso aleja Él de nosotros nuestras rebeldías" (Sal 103,11-12).

    La experiencia del perdón levanta al hombre herido, limpia sus heridas con aceite y vino, lo monta en su cabalgadura, lo conduce para ser curado en un mesón. Como enseñaban los Santos Padres, Jesús es el buen samaritano que toma sobre sí a la humanidad entera; que me recoge a mí, cuando estoy tirado en el camino, herido por mis faltas, para curarme, para traerme a casa.

    Enseñar y predicar la misericordia divina ha sido uno de los legados que nos dejó el Papa Juan Pablo II. Especialmente en la encíclica Dives in misericordia (Dios rico en misericordia), donde explicó la relación que existe entre el pecado y la grandeza del perdón divino: "Precisamente porque existe el pecado en el mundo, al que Dios amó tanto... que le dio su Hijo unigénito, Dios, que es amor, no puede revelarse de otro modo si no es como misericordia. Esta corresponde no sólo con la verdad más profunda de ese amor que es Dios, sino también con la verdad interior del hombre y del mundo que es su patria temporal" (Dives in misericordia n. 13).

    Además, el beato Juan Pablo II quiso divulgar la devoción a la divina misericordia que fue manifestada a santa Faustina Kowalska. Una devoción que está completamente orientada a descubrir, agradecer y celebrar la infinita misericordia de Dios revelada en Jesucristo. Reconocer ese amor, reconocer esa misericordia, abre el paso al cambio más profundo de cualquier corazón humano, al arrepentimiento sincero, a la confianza en ese Dios que vence el mal (siempre limitado y contingente) con la fuerza del bien y del amor omnipotente.

    Creo en la misericordia divina, en el Dios que perdona y que rescata, que desciende a nuestro lado y nos purifica profundamente. Creo en el Dios que nos recuerda su amor: "Era yo, yo mismo el que tenía que limpiar tus rebeldías por amor de mí y no recordar tus pecados" (Is 43,25). Creo en el Dios que dijo en la cruz "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34), y que celebra un banquete infinito cada vez que un hijo vuelve, arrepentido, a casa (Lc 15). Creo en el Dios que, a pesar de la dureza de los hombres, a pesar de los errores de algunos bautizados, sigue presente en su Iglesia, ofrece sin cansarse su perdón, levanta a los caídos, perdona los pecados.

    Creo en la misericordia divina, y doy gracias a Dios, porque es eterno su amor (Sal 106,1), porque nos ha regenerado y salvado, porque ha alejado de nosotros el pecado, porque podemos llamarnos, y ser, hijos (1Jn 3,1).

    A ese Dios misericordioso le digo, desde lo más profundo de mi corazón, que sea siempre alabado y bendecido, que camine siempre a nuestro lado, que venza con su amor nuestro pecado. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento" (1Pe 1,3-5).

    CRISTO, CENTRO DE LA PASCUA



    Cristo, centro de la Pascua



    1) Para saber
    Al terminar el tiempo de cuaresma y con el comienzo de la Pascua, la Iglesia quiere que pongamos nuestra atención en el misterio de nuestra salvación, y reconozcamos la centralidad de nuestro Señor Jesucristo a quien le debemos nuestra liberación.

    El Papa Benedicto XVI nos invita a “celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación”. Dios nos envía a su Hijo, quien se sacrificará para que todos seamos justificados y perdonados.

    Aunque le debemos nuestra salvación a Jesús, no significa que ya no debamos poner de nuestra parte lo que nos corresponde. Aunque sea muy poco lo que podemos participar en comparación con lo que ya hizo Nuestro Señor Jesucristo, a Dios le basta ese poco para aplicarnos los méritos de su Hijo.

    2) Para pensar
    En base a un ejemplo puesto por el predicador de la Santa Sede, el padre Raniero Cantalamessa, ponemos a continuación una comparación que nos puede hacer comprender mejor nuestra participación en la Redención de Cristo.

    Era un hombre de escasos recursos que habiéndose casado, su mujer murió al dar a luz. El padre se hizo cargo de su hijo, el cual creció amándolo mucho, e hizo unos estudios sobresalientes. El padre, viudo, decidió volverse a casar y así tuvo más familia. Nacieron siete hijos. Mientras sus hermanastros aún eran pequeños, el hijo mayor comenzó a trabajar con gran éxito. Con muchas privaciones ahorró todo para regalarle un anhelo que su padre siempre había querido: una casa propia. Cuando ya tuvo el dinero, compró una casa grande en un millón de pesos. Decidió regalársela el día de su cumpleaños. Quiso hacer partícipes a sus hermanitos del regalo y, aunque sabía que casi no tenían dinero, les propuso que le dieran sus ahorros. Con gusto y generosidad aceptaron: el mayor de ellos, que tenía diez años, apenas llegaba a tener cincuenta pesos; una hermana que le seguía le dio veinte pesos; entre todos los restantes apenas juntaron diez pesos. No obstante, escribió una carta donde le agradecía a su padre todos sus esfuerzos por llevarlos adelante y al final firmaba él y los otros siete hijos.

    Sobra decir cuán agradecido leyó el padre la carta. Al final les dio amorosamente un beso a cada uno, sabiendo que en realidad era el mayor el que la compró. Hicieron una fiesta en la nueva casa donde todos celebraron una nueva vida. Aunque no todos pagaron igual, todos disfrutaron y fueron felices en la nueva casa.

    3) Para vivir
    De manera semejante Cristo, que ama al Padre, es el hermano mayor que ya pagó todo el precio de nuestro rescate, con su preciosísima sangre, un precio exorbitante, como dice el Papa.

    Jesús ha querido que nosotros también participemos con lo que tengamos. En su sacrifico al Padre que se hace presente en cada Misa, de un valor infinito, podemos unirnos ofreciendo con el corazón todo lo que somos y tenemos.

    Como en el ejemplo, todos podemos disfrutar en la casa del Padre en la gloria de una nueva vida, la vida de la gracia. En esta Pascua agradezcamos a Jesucristo habernos salvado con su sacrificio y acudamos a los sacramentos para recibir la gracia ganada.
    Pbro. José Martínez Colín 

    IMAGEN DE LA DIVINA MISERICORDIA

    ORACIONES BREVES A LA DIVINA MISERICORDIA




     ORACIONES BREVES
    PARA REZAR A LAS TRES DE LA TARDE

    Expiraste, Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo. Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota de sangre. (IV, 59). 



    Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío. (1, 35).


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