Los cinco minutos de María
Diciembre 12
Estar enamorado de la Virgen, nuestra Madre, es hallar una razón para vivir.
Sus ojos se posan en los nuestros y nos dan la luz que nos hace ver y gozar las cosas de Dios.
Enamorarse de la Virgen es elevarse sobre la oscuridad de la tierra, beber la luz que brota de su manto, e ir haciéndonos de a poco semejantes a Jesús.
María, extiende la caricia de Jesús sobre la humanidad sufriente.
* P. Alfonso Milagro
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