lunes, 20 de mayo de 2013

FELIZ INICIO DE SEMANA


PAGABA CON SU ALEGRÍA


Pagaba con su alegría
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD 


Cuenta una anécdota que yendo santa Teresa a hacer las escrituras de una de las fundaciones, preguntó al escribano, después de hechas, cuánto eran sus honorarios. Éste le contestó con desparpajo:
– Solamente un beso.

Y la santa se lo dio, natural y sonriente, al tiempo que exclamaba:

– Nunca una escritura me salió tan barata.

            El pueblo ha visto en Santa Teresa de Jesús la santa del buen humor, de la gracia y del donaire. Estaba dotada verdaderamente de gracias naturales como la jovialidad, espontaneidad, cordialidad, afabilidad y sencillez. María de la Encarnación nos dice que “era muy discreta, y alegre con gran santidad, y enemiga de santidades tristes y encapotadas, sino que fuesen los espíritus alegres en el Señor, y por esta causa corregía a sus monjas si andaban tristes, y les decía que mientras les durase la alegría les duraría el espíritu”.

            La vida de sacrificio y penitencia no la consideraba reñida con la alegría. Tanta importancia daba a la hora de la recreación como a la de la oración. Así ponía gran empeño en que las monjas participaran del momento de la recreación y pudieran compartir libremente. En cierta ocasión, estando en Medina del Campo, reprimió severamente a la hermana Alberta, que se quejaba: “¿Ahora nos llaman a cantar? Mejor fuera para contemplar”.

            Gozaba de gran libertad para hablar de sí misma, de sus dolores y achaques. Bromeaba con la Inquisición, ponía apodos con gracia. Al pintor Fray Juan de la Miseria, que la retrató, le dijo: “Dios te perdone, Fray Juan, que ya que me pintaste podías haberme sacado menos fea y legañosa”.

            Santa Teresa fue una mujer madura, capaz de maravillarse y asombrarse de las cosas de cada día. Ella nos dejó esta frase célebre: “También entre los pucheros anda Dios”, gozó con todo lo creado. De su fe en este Dios cercano, vivo en cada cosa y acontecimiento, le brotó esa alegría natural y contagiosa. A brazo partido luchó para que sus monasterios gozaran de este ambiente de libertad donde se respirase a un Dios alegre, capaz de llenar de felicidad cualquier corazón humano.

            Para ella la alegría era fuerza, alimento del espíritu, tan esencial para la vida como lo es el aire, el agua y el pan.

UN MINUTO MARIANO


UN MINUTO MARIANO

Cuando sufra, mire a su Madre Dolorosa con Jesús muerto entre sus brazos. 
Santa Teresa de los Andes

UNA CASA EN EL CIELO


CASA EN EL CIELO
 - Reflexión -

Un día una señora falleció y llego al cielo. Ahí, junto a las más de cien mil personas que diariamente mueren, estaban haciendo fila para saber cuál sería su destino eterno.

De pronto apareció San Pedro y les dijo:

-Vengan conmigo y les mostraré en qué barrio esta la casa que le corresponde a cada uno. Ello dependerá de la cantidad de amor que cada cual haya ofrecido en la tierra a los demás. Aquí la única cuota inicial que se recibe para su habitación eterna es la caridad y el buen trato que jamás hayan dado en la tierra.

Y los fue guiando por barrios de lujo como ella jamás pensó que pudiera existir.

Llegó a un barrio hecho todo de oro, casas de oro, puertas doradas, paredes y techos de oro, una maravilla. Y San Pedro exclamó:

- Aquí los que gastaron mucho dinero en ayudar a los necesitados, los que su amor a los demás, sí les costó en su vida!.

Y fueron entrando todos los generosos, los que partieron su pan con los hambrientos, los que regalaron sus vestidos a los pobres, consolaron a presos y visitaron a los enfermos.

La señora quiso entrar, pero un ángel la detuvo al tiempo que le decía:

- Perdóneme pero usted en la tierra no daba sino migajas a los demás, jamás dió nada que en verdad le costara tiempo o dinero. Este barrio es solamente para los de corazón generoso.

Y no la dejó entrar. Pasaron luego a otro barrio de la eternidad.

Todas las cosas estaban construidas de marfil. Toda blancura y elegancia nunca vista. La señora se apresuró a entrar en tan hermoso barrio, pero un Ángel Guardián la tomó del brazo y le dijo:

- Me da pena señora, pero en esta parte es donde residen solamente aquellos que tuvieron un trato limpio y sincero hacia a los demás, usted era una persona muy corriente en hablar, dura, criticona y a veces hasta grosera en su trato.

Y mientras los demás entraban gozosos a tomar posesión de sus lujosas casas, la pobre mujer se quedaba afuera mirando con envidia a aquellos que habían sido tan afortunados. Ella no pudo entrar, le faltaba la cuota inicial: haber tratado bien a los demás.

Siguieron luego a un tercer barrio. Toda era más puro de cristal, todos brillantes y hermosos. La señora corrió a tomar posesión de una de aquellas maravillas, pero el Ángel Portero la detuvo y le dijo muy serio:

- En su pasaporte dice que usted, no se interesó ni poco ni mucho por instruir a los demás. Y usted nunca se preocupó porque las demás personas con las que usted vivía se volvieran mejores. Así que no hay casa para usted, le falta la cuota inicial de: haber colaborado, para que otros se instruyeran en las cosas del Señor.

Entristecida, la pobre mujer veía, que entraban miles de personas muy alegres a tomar posesión de su casa, mientras ella con un numeroso grupo de egoístas era llevada cuesta abajo hacia un barrio verdaderamente feo y asqueroso. Todas las habitaciones estaban construidas de desechos. El único material que se había utilizado para la construcción de aquella casa, eran de objetos basura. Ella se tapó la nariz porque la fetidez era insoportable y quiso salir huyendo. No obstante el guardia del barrio le dijo muy seriamente:

- Una de estas casas será su habitación eterna, ven a tomar posesión de ella.

La mujer gritó angustiada que no, que eso era horrible, que jamás sería capaz de vivir en semejante montón de basura y el Angel le respondió:

- Señora esto es lo único que hemos podido construir con la cuota inicial que usted envió desde la tierra. Las habitaciones de la eternidad las hemos construido con los materiales que las personas manden desde el mundo. Usted solamente enviaba cada día egoísmo, malos tratos a los demás, murmuraciones críticas, palabras hirientes, odios, tacañerías y envidias.

¿Que más hubiéramos podido construirle? Usted misma nos envió el material para construirle su mansión.

La mujer empezó a llorar y a decir que ella no quería vivir ahí. Y de pronto para zafarse de las manos de que quienes quería hacerle entrar semejante casa, dió un salto y... se despertó, tenía la almohada empapada en lágrimas.

Sin embargo, aquella pesadilla le sirvió de examen de conciencia y desde entonces empezó a cambiar su vida y el material que enviaba como cuota inicial para la construcción de su mansión eterna.

Y USTED... Se ha preguntado: ¿Qué clase de material está enviando para que construyan la casa donde vivirá eternamente? Aún estamos a tiempo de cambiar el material de nuestra cuota inicial, empiece por amar a los demás, como nos amamos a nosotros mismos...

EL EVANGELIO DE HOY


Autor: Luis Felipe Nájar | Fuente: Catholic.net
Curación de un endemoniado
Marcos 9, 14-29. Tiempo Ordinario. La fe es capaz de mover montañas, las montañas del dolor, es capaz de arrebatar el milagro a Cristo.


Del santo Evangelio según san Marcos 9, 14-29


Al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. El les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?» Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espurnarajos, rechinar de dientes y le deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido». El les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!» 

Oración introductoria 

Una vez más, Señor, me acerco a Ti en esta oración. Aunque no te puedo ver, confío en que estás presente y quieres sanarme de mi debilidad. Aquí estoy para escucharte. Alimenta mi espíritu de fe, de confianza, de atención, para responderte con amor, eficacia y prontitud. 

Petición 

Señor, como el hombre del Evangelio te repito: ten compasión de mí y ayúdame. 

Meditación del Papa 

Este es un punto importante para nosotros; como cristianos no podemos nunca ser pesimistas; sabemos bien que en el camino de nuestra vida encontramos muchas veces violencia, mentira, odio, persecución, pero esto no nos desanima. Especialmente la oración nos educa a ver los signos de Dios, su presencia y acción, más aún, a ser nosotros luz del bien, que difunde la esperanza e indica que la victoria es de Dios.[...] nos dice que todas nuestras oraciones -con todos los límites, la fatiga, la pobreza, la aridez, las imperfecciones que puedan tener- son casi purificadas y llegan al corazón de Dios. Debemos estar seguros de que no hay oraciones superfluas, inútiles; ninguna se pierde. Y encuentran respuesta, aunque a veces sea misteriosa, porque Dios es Amor y Misericordia infinita. A menudo, frente al mal, se tiene la sensación de no poder hacer nada, pero es justamente nuestra oración la primera respuesta y más eficaz que podemos dar y que hace más fuerte nuestro cotidiano compromiso por defender el bien. La potencia de Dios hace fecunda nuestra debilidad. (Benedicto XVI, 12 de septiembre de 2012). 

Reflexión 

En estos tiempos donde la ciencia es la primera en levantar la voz altanera, donde la misma razón quiere solucionarlo todo, tratando de imponerse a Dios; se desata la tormenta que golpea contra nuestra barca. Se podría exclamar como el Evangelio: ¡oh generación sin fe! 

Este pasaje del evangelio nos recuerda la siguiente historia. En alta mar se desató una tormenta, el vendaval golpeaba contra la pobre embarcación y las olas la movían con ferocidad. Pero un niño que se encontraba en la proa jugando no parecía enterarse del problema. Un marinero sorprendido por su actitud corre hacia él cuando la tormenta ha pasado y le pregunta: -¿no tenias miedo? "No"-, responde con voz aguda, "porque mi papá era el timonel" 

Es en los momentos difíciles de la vida, en la tormenta, en un dolor grade, como el del evangelio cuando desde la niñez ha sufrido. Cristo sólo pide un poco de fe, basta un poco de fe para obrar el milagro. "Todo es posible para el que tiene fe". La fe es capaz de mover montañas, las montañas del dolor, es capaz de arrebatar el milagro a Cristo, como la hemorroisa, la fe es el faro que nos muestra el camino. Por eso debemos pedir siempre, "Señor, creo pero suple mi falta de fe". ¿Cuando venga el hijo del hombre encontrará fe en el mundo?

Diálogo con Cristo 

Gracias, Jesús, por recordarme tan claramente que hay una clase de demonios que no salen sino a fuerza de oración y de ayuno. Sin vida espiritual es inútil cualquier esfuerzo evangelizador, por eso te ofrezco alimentar mi trabajo con la fuerza de la oración. Convénceme que sólo podré ser instrumento de salvación para mis hermanos en la medida en que esté unido a Ti. 

Propósito 

Hacer una comunión espiritual durante el día para unirme constantemente a Jesús en la oración. 


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS


LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
20 DE MAYO DEL 2013

 Siempre es mejor construir que destruir. y sembrar es construir para el día de mañana, para recoger más adelante. Siembra tu fe, para sostener y apoyar a los que vacilan. Siembra tu abnegación y no la reserves solamente para ti. Siembra tu confianza y Dios no te dejará ni los hombres te fallarán. 
Siembra la sonrisa a tu alrededor; la sonrisa hace bien y te hace bien, la sonrisa disipa nubes y suaviza tiranteces. Siembra tu dulzura y llegarás a conquistar a los hombres, aun a aquellos que tienden a la violencia o no saben dominarse. 
Siembra tu amistad, tu gozo y tu entusiasmo en todos aquellos que lo necesitan, pues así llegarás a hacer felices a los demás y ellos te harán feliz a ti. 
Siembra tus sacrificios, aun con lágrimas y sin alarde; todo sacrificio requiere una cuota de dolor y de sangre; pero toda sangre es redentora y toda lágrima es purificadora. 
Siembra toda tu vida; que toda tu vida sea una verdadera siembra de alegría, de bondad, de paz y de amor; el que siembra luz, recogerá calor; en cambio, el que siembra vientos, recogerá tempestades.

"Todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas" (1 Tes, 5, 5). Como hijo de la luz, debes iluminar a cuantos están cerca de ti; iluminarles, para llevarles al Señor. Que las tinieblas no iluminen, no es extraño; pero que la luz se apague, causa angustia. 

Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  de Alfonso Milagros

EL FRUTO


domingo, 19 de mayo de 2013

PARA PEDIR LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO


PARA PEDIR LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.

Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.

Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.

Espíritu de Paciencia, enséńanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.

Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.
Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.

Espíritu de Longanimidad, enséńanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.

Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.

Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseńanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.

Espíritu de Modestia, enséńanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.

Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.

Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así sea.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


ORACION AL ESPIRITU SANTO
Cardenal Verdier


Oh Espíritu Santo,

Amor del Padre, y del Hijo,


Inspírame siempre

lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.


Espíritu Santo,

Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.


Dame acierto al empezar

dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 19 DE MAYO DEL 2013


LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
19 DE MAYO DEL 2013

 "Felices cuando se los insulte y se los persiga y se los calumnie a causa de mí". A causa de mí, es decir, por mi causa, por causa de Dios, por la causa del bien, de la justicia, del deber. Porque entonces el insulto es un honor, ya que es reconocer que somos fieles a la verdad, a la bondad, al deber; y ningún honor mayor puede darse que esa fidelidad. 
A causa de Dios, pues, entonces el insulto, la persecución y la calumnia no queda en nosotros sino que llega al Corazón del mismo Dios; el que habrá de compensarnos del insulto, de la calumnia y de la persecución, será el mismo Dios; y cuando Dios compensa, por cierto lo sabe hacer muy bien y lo quiere hacer maravillosamente. Es preferible caer en las manos de los hombres que caer en las manos de Dios; antes hay que obedecer a Dios que a los hombres. 
Ser perseguidos por la justicia es reconocer que somos justos; ser insultados por nuestra adhesión a Dios, es juzgamos partidarios y amigos de Dios.

"Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Y ellos, al instante, dejando las redes, le siguieron" (Mt, 4, 19-20). También a ti un día el Señor te llamó y te llamó para hacerte pescador de hombres; fuiste a aquel cursillo, a aquel retiro, a aquellos ejercicios, porque Dios te llamó. 

Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  de Alfonso Milagros

EL ESPÍRITU SANTO SOBRE LOS APÓSTOLES


Autor: P. Sergio Cordova LC | Fuente: Catholic.net
El Espíritu Santo sobre los apóstoles
Juan 20, 19-23. Pentecostés. El Espíritu Santo es todo: el fuego de la fe, del amor, de la fuerza y de la vida.


Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Oración introductoria

Ven, Espíritu Santo, llena mi corazón y enciende el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; hazme dócil a tus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor.

Petición

Espíritu Santo, mira mi vacío si Tú faltas, por eso te suplico vengas hacer en mi tu morada.

Meditación del Papa

Finalmente, el Evangelio de hoy nos entrega esta bellísima expresión: "Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor". Estas palabras son profundamente humanas. El Amigo perdido está presente de nuevo, y quien antes estaba turbado se alegra. Pero dicen mucho más. Porque el Amigo perdido no viene de un lugar cualquiera, sino de la noche de la muerte; ¡y la ha atravesado! No es uno cualquiera, sino que es el Amigo y al mismo tiempo Aquel que es la Verdad y que hace vivir a los hombres; y lo que da no es una alegría cualquiera, sino la propia alegría, don del Espíritu Santo. Sí, es hermoso vivir porque soy amado, y es la Verdad la que me ama. Se alegraron los discípulos, viendo al Señor. Hoy, en Pentecostés, esta expresión está destinada también a nosotros, porque en la fe podemos verle; en la fe Él viene entre nosotros, y también a nosotros nos enseña las manos y el costado, y nosotros nos alegramos. Por ello queremos rezar: ¡Señor, muéstrate! Haznos el don de tu presencia y tendremos el don más bello, tu alegría. Amén. Benedicto XVI, 12 de junio de 2011.

Reflexión

En cierta ocasión se encontraba una maestra en clase de religión con sus alumnos de tercero de primaria. Y les pregunta: - "Quién de ustedes me sabe decir quién es la Santísima Trinidad?" Y uno de los niños, el más despierto, grita: - "¡Yo, maestra! La Santísima Trinidad son el Padre, el Hijo ¡y... la Paloma!"

Para cuántos de nosotros el Espíritu Santo es precisamente eso:¡una paloma! De esa forma descendió sobre Cristo el día de su bautismo en el Jordán y así se le ha representado muchas veces en el arte sagrado. Pero ¡el Espíritu Santo no es una paloma! ¿Cómo se puede tener un trato humano, profundo y personal con un animalito irracional? La paloma es, a lo mucho, un bello símbolo de la paz, y nada más. Y, sin embargo, el Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad Santísima y Dios verdadero.

En la solemnidad de hoy celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles el día de Pentecostés. Pero en las lecturas de la Misa de hoy nos volvemos a encontrar con la misma dificultad de antes: el problema del lenguaje. En el pasaje de los Hechos de los Apóstoles se nos narra que el Espíritu Santo bajó del cielo "en forma de un viento impetuoso que soplaba". ¡Otra imagen! Como el viento que mandó Dios sobre el Mar Rojo para secarlo y hacer pasar a los israelitas por en medio del mar, liberándolos de la esclavitud del faraón y de Egipto (Ex 14, 21-31); o como ese viento que el mismo Dios hizo soplar sobre un montón de huesos áridos para traerlos a la vida, según nos refiere el profeta Ezequiel (Ez 37, 1-14). El mismo Cristo en el Evangelio de hoy usa también la imagen del viento para hablarnos del Espíritu Santo: "Jesús sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo". La misma palabra espíritu significa, etimológicamente, viento: procede del latín, spíritus (del verbo spiro, es decir soplar). El vocablo hebreo, ruah, tiene el mismo significado. Y la palabra latina que se usaba para decir alma era ánima, que a su vez viene del griego ánemos, viento.

El libro del Génesis nos narra que, cuando Dios creó al hombre modelándolo del barro, "le sopló en las narices y así se convirtió en un ser vivo" (Gén 2,7). Por eso también Cristo, como el Padre, sopla su Espíritu sobre sus apóstoles para transmitirles la vida. Sin el aliento
vital nada existe. Así como el cuerpo sin el alma es un cadáver, el hombre sin el Espíritu Santo está muerto y se corrompe. Por eso, en la profesión de fe, decimos que "creemos en el Espíritu Santo, que es Señor y Dador de vida". ¿Y cómo nos comunica esa vida? Cristo lo dice a continuación: "a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados..." Es la vida de la gracia santificante, que producen los sacramentos: el bautismo, la confesión, la Eucaristía y los otros cuatro. Él es el Espíritu Santificador, que da vida, alienta todo y "anima" todo. Es esto lo que Cristo nos quiere significar con esta imagen del viento.

En la Sagrada Escritura se nos habla del Espíritu Santo a través de muchas otras imágenes, dada nuestra pobre inteligencia humana, incapaz de abarcar y de penetrar en el misterio infinito de Dios. En la primera lectura misma que acabamos de referir, se nos dice que descendió "como lenguas de fuego" que se posaban sobre cada uno de los discípulos.

La imagen del fuego es también riquísima a lo largo de toda la Biblia. Es el símbolo de la luz, del calor, de la energía cósmica, de la fuerza. El Espíritu Santo es todo eso: el fuego de la fe, del amor, de la fuerza y de la vida.

Pero, además de las mil representaciones, el Espíritu Santo es, sobre todo, DIOS. Es Persona divina, como el Padre y el Hijo. Es el Dios-Amor en Persona, que une al Padre y al Hijo en la intimidad de su vida divina por el vínculo del amor, que es Él mismo. Vive dentro de nosotros, como el mismo Cristo nos aseguró: "Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a hacer en él nuestra morada" (Jn 14,23).

Podemos decir que una persona que amamos vive dentro de nosotros por el amor. Y si esto es posible en el amor humano, con mucha mayor razón lo es para Dios. El Espíritu Santo y la Trinidad Santísima viven dentro de nosotros por el amor, la fe, la vida de gracia, los sacramentos y las virtudes cristianas. El "dulce Huésped del alma" es otro de sus nombres; y san Pablo nos recuerda: "¿No saben que son templos de Dios y que el Espíritu Santo habita dentro de ustedes?" (I Cor 3,16).

Podríamos decir tantísimas cosas del Espíritu Santo y nunca acabaríamos. Pero lo más importante no es saber mucho, sino dejar que Él viva realmente dentro de nosotros. Y esto será posible sólo si le dejamos cabida en nuestro corazón a través de la gracia santificante: donde reina el pecado no hay vida. Es imposible que convivan juntos el día y la noche, o la vida y la muerte. Dios vivirá en nosotros en la medida en que desterremos el pecado y los vicios para que Él verdaderamente sea el único Señor de nuestra existencia. ¿Por qué no comienzas ya desde este mismo momento?

UN MINUTO MARIANO


UN MINUTO MARIANO

Durante mi vida llegué hasta el ateísmo intelectual, hasta imaginar un mundo sin Dios, pero ahora veo que siempre conservé una oculta fe en la Virgen María. En momentos de apuro se me escapaba maquinalmente del pecho esta exclamación: Madre de Misericordia, favoréceme. 

Miguel de Unamuno

Pentecostés, fiesta grande para la Iglesia


Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Pentecostés, fiesta grande para la Iglesia
Con el Espíritu Santo entramos en el mundo del amor. Gracias al Espíritu Santo cada bautizado es transformado en lo más profundo de su corazón.


Pentecostés fue un día único en la historia humana. 

En la Creación del mundo, el Espíritu cubría las aguas, “trabajaba” para suscitar la vida. 

En la historia del hombre, el Espíritu preparaba y enviaba mensajeros, patriarcas, profetas, hombres justos, que indicaban el camino de la justicia, de la verdad, de la belleza, del bien. 

En la plenitud de los tiempos, el Espíritu descendió sobre la Virgen María, y el Verbo se hizo Hombre. 

En el inicio de su vida pública, el Espíritu se manifestó sobre Cristo en el Jordán, y nos indicó ya presente al Mesías. 

Ese Espíritu descendió sobre los creyentes la mañana de Pentecostés. Mientras estaban reunidos en oración, junto a la Madre de Jesús, la Promesa, el Abogado, el que Jesús prometió a sus discípulos en la Última Cena, irrumpió y se posó sobre cada uno de los discípulos en forma de lenguas de fuego (cf. Hch 2,1-13). 

Desde ese momento empieza a existir la Iglesia. Por eso es fiesta grande, es nuestro “cumpleaños”. 

Lo explicaba san Ireneo (siglo II) con estas hermosas palabras: “Donde está la Iglesia, allí está el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios, allí está la Iglesia y toda gracia, y el Espíritu es la verdad; alejarse de la Iglesia significa rechazar al Espíritu (...) excluirse de la vida” (Adversus haereses III,24,1). 

Con el Espíritu Santo tenemos el espíritu de Jesús y entramos en el mundo del amor. Gracias al Espíritu Santo cada bautizado es transformado en lo más profundo de su corazón, es enriquecido con una fuerza especial en el sacramento de la Confirmación, empieza a formar parte del mundo de Dios. 

Benedicto XVI explicaba cómo en Pentecostés ocurrió algo totalmente opuesto a lo que había sucedido en Babel (Gen 11,1-9). En aquel oscuro momento del pasado, el egoísmo humano buscó caminos para llegar al cielo y cayó en divisiones profundas, en anarquías y odios. El día de Pentecostés fue, precisamente, lo contrario. 

“El orgullo y el egoísmo del hombre siempre crean divisiones, levantan muros de indiferencia, de odio y de violencia. El Espíritu Santo, por el contrario, capacita a los corazones para comprender las lenguas de todos, porque reconstruye el puente de la auténtica comunicación entre la tierra y el cielo. El Espíritu Santo es el Amor” (Benedicto XVI, homilía del 4 de junio de 2006). 

Por eso mismo Pentecostés es el día que confirma la vocación misionera de la Iglesia: los Apóstoles empiezan a predicar, a difundir la gran noticia, el Evangelio, que invita a la salvación a los hombres de todos los pueblos y de todas las épocas de la historia, desde el perdón de los pecados y desde la vida profunda de Dios en los corazones. 

Pentecostés es fiesta grande para la Iglesia. Y es una llamada a abrir los corazones ante las muchas inspiraciones y luces que el Espíritu Santo no deja de susurrar, de gritar. Porque es Dios, porque es Amor, nos enseña a perdonar, a amar, a difundir el amor. 

Podemos hacer nuestra la oración que compuso el Cardenal Jean Verdier (1864-1940) para pedir, sencillamente, luz y ayuda al Espíritu Santo en las mil situaciones de la vida ordinaria, o en aquellos momentos más especiales que podamos atravesar en nuestro caminar hacia el encuentro eterno con el Padre de las misericordias. 

sábado, 18 de mayo de 2013

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 18 DE MAYO DEL 2013


LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
18 DE MAYO DEL 2013

"Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos".
No será lo mismo "ser perseguidos por la justicia" que "ser perseguidos por practicar la justicia". A diario se nos presentan cien y mil ocasiones de practicar la justicia; siempre que cumplimos con un deber para con nuestros prójimos, estamos haciendo un acto de justicia, reconociendo su derecho y respetándolo; siempre que somos fieles a nuestra conciencia, estamos siendo justos y practicando la justicia, pues no hay mayor mal que podamos hacer a los demás que ser infieles a nuestros compromisos o a nuestras obligaciones.
Respetemos las leyes, respetemos los reglamentos, respetemos las costumbres sanas; todo eso redundará en bien común, aunque a primera vista parezca que alguno pueda padecer alguna consecuencia de nuestra fidelidad al deber.

"Convertíos, porque el Reino de los cielos está cerca. Esto es lo anunciado por el profeta Isaías, cuando dice: «Voz que clama en el desierto: preparad el camino del Señor, rectificad sus sendas." (Mt, 3,3). Lo torcido no es de Dios: lo torcido en las intenciones, en las ideas, en los sentimientos, en las obras; solamente lo recto lleva a Dios.

Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  de Alfonso Milagros

ORACIÓN AL SEÑOR DEL MILAGRO - SALTA, ARGENTINA


ORACIÓN AL SEÑOR DEL MILAGRO

SEÑOR DE LOS MILAGROS, te pido humildemente por todas las necesidades de nuestros seres queridos: de nuestros parientes, amigos y bienhechores. Escucha nuestros ruegos, sánanos y sálvanos; abrázanos con tu amor absoluto, quédate en nosotros y libéranos de todo aquello que pudiera quebrantar nuestra salud, nuestra paz, y nuestra armonía. Sánanos como individuos, como familia, como comunidad, como país, como humanidad.

NADA ES IMPOSIBLE PARA TI SEÑOR, BENDÍCENOS, SÁNANOS Y SÁLVANOS.

Amén. Amén. Amén.

UNA LÁGRIMA


UNA LÁGRIMA

Una lágrima: es eso que humedece los ojos del mundo. Y que el mundo se empeña en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón, comprimiéndonos todo. Es tan profunda, que no sabemos con certeza de donde nace, ni si podrá morir alguna vez.

A veces una lágrima: cicatriza una herida, lava una pena y ablanda.

Una lágrima: es un recuerdo, una angustia, una desesperación, un interrogante. Una lágrima: puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano.

Una lágrima: es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha, funde.

Una lágrima: también despide a alguien que compartió nuestro camino y ha partido buscando ser parte del reino de Dios.

Una lágrima: derramada con arrepentimiento, puede ayudarnos a limpiar nuestras faltas para reconciliarnos con el Señor.

La lágrima transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo en la amistad e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse. La lágrima descubre.

No temamos derramarla cuando elevamos nuestras plegarias al Padre Celestial, pues muchas veces nos abren el camino para ver con más claridad el camino a su verdad , única fuente de Amor y sabiduría.

UN MINUTO MARIANO



UN MINUTO MARIANO

Antes de morir Jesús ofrece al apóstol Juan aquello más precioso que posee: su Madre, María, quien «a los pies de la Cruz, en Juan, acoge en su corazón a toda la humanidad».  

Juan Pablo II

¿CÓMO SE MIDE LA VIDA?


¿Cómo se mide la vida? (Reflexiones)

La Vida no se mide anotando puntos, como en un juego. La vida no se mide por el número de amigos que tienes, ni por cómo te aceptan los otros. No se mide según los planes que tienes para el fin de semana o por si te quedas en casa sól@. No se mide según con quién sales, con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes has salido, ni por si no has salido nunca con nadie.

No se mide por las personas que has besado. No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.

No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo que música que te gusta.

La vida, simplemente, no es nada de eso…

La vida: Se mide según a quién amas y según a quién dañas. Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros. Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.

Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como un arma.
Se trata de lo que se dice y lo que se hace y lo que se quiere decir o hacer, sea dañino o benéfico.
Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién o contra quién los comentas.
Se trata de a quién no le haces caso o ignoras intencionalmente.
Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.
Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de tí, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas.

Pero por la mayor parte, se trata de sí usas la vida para alimentar el corazón de otros y para AMAR a DIOS por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Sin esperar nada a cambio, simplemente por AMOR.

Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida…

y recuerda siempre que solo DIOS ... es CAMINO...VERDAD Y VIDA.

ORACIÓN PARA DAR GRACIAS (Salmo 138)


ORACIÓN PARA DAR GRACIAS (Salmo 138)

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
me postraré ante tu santo Templo,
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.

Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.
Que los reyes de la tierra te bendigan
al oír las palabras de tu boca,
y canten los designios del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor está en las alturas,
pero se fija en el humilde
y reconoce al orgulloso desde lejos.

Si camino entre peligros, me conservas la vida,
Extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos!
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