domingo, 25 de abril de 2021

YO SOY EL BUEN PASTOR - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 25 ABRIL 2021



 «Yo soy el buen pastor»

+ Rev. D. Josep VALL i Mundó

(Barcelona, España)



Hoy, nos dice Jesús: «Yo soy el buen pastor» (Jn 10,11). Comentando santo Tomás de Aquino esta afirmación, escribe que «es evidente que el título de “pastor” conviene a Cristo, ya que de la misma manera que un pastor conduce el rebaño al pasto, así también Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su propio cuerpo y su propia sangre». Todo comenzó con la Encarnación, y Jesús lo cumplió a lo largo de su vida, llevándolo a término con su muerte redentora y su resurrección. Después de resucitado, confió este pastoreo a Pedro, a los Apóstoles y a la Iglesia hasta el fin del tiempo.

A través de los pastores, Cristo da su Palabra, reparte su gracia en los sacramentos y conduce al rebaño hacia el Reino: Él mismo se entrega como alimento en el sacramento de la Eucaristía, imparte la Palabra de Dios y su Magisterio, y guía con solicitud a su Pueblo. Jesús ha procurado para su Iglesia pastores según su corazón, es decir, hombres que, impersonándolo por el sacramento del Orden, donen su vida por sus ovejas, con caridad pastoral, con humilde espíritu de servicio, con clemencia, paciencia y fortaleza. San Agustín hablaba frecuentemente de esta exigente responsabilidad del pastor: «Este honor de pastor me tiene preocupado (...), pero allá donde me aterra el hecho de que soy para vosotros, me consuela el hecho de que estoy entre vosotros (...). Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros».

Y cada uno de nosotros, cristianos, trabajamos apoyando a los pastores, rezamos por ellos, les amamos y les obedecemos. También somos pastores para los hermanos, enriqueciéndolos con la gracia y la doctrina que hemos recibido, compartiendo preocupaciones y alegrías, ayudando a todo el mundo con todo el corazón. Nos desvivimos por todos aquellos que nos rodean en el mundo familiar, social y profesional hasta dar la vida por todos con el mismo espíritu de Cristo, que vino al mundo «no a ser servido, sino a servir» (Mt 20,28).

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 25 DE ABRIL DE 2021



 Lecturas de hoy Domingo 4º de Pascua - Ciclo B

Hoy, domingo, 25 de abril de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,8-12):

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido en nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»


Palabra de Dios




Salmo

Sal 117,1.8-9.21-23.26.28-29

R/. La piedra que desecharon los arquitectos

es ahora la piedra angular


Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia.

Mejor es refugiarse en el Señor

que fiarse de los hombres,

mejor es refugiarse en el Señor

que fiarse de los jefes. R/.


Te doy gracias porque me escuchaste

y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos

es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,

ha sido un milagro patente. R/.


Bendito el que viene en nombre del Señor,

os bendecimos desde la casa del Señor.

Tu eres mi Dios, te doy gracias;

Dios mío, yo te ensalzo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-2):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.


Palabra de Dios



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»


Palabra del Señor





«Yo soy el buen pastor»

Mons. José Ángel SAIZ Meneses, Arzobispo de Sevilla

(Sevilla, España)

Hoy celebramos el domingo del Buen Pastor. En primer lugar, la actitud de las ovejas ha de ser la de escuchar la voz del pastor y seguirlo. Escuchar con atención, ser dóciles a su palabra, seguirlo con una decisión que compromete a toda la existencia: el entendimiento, el corazón, todas las fuerzas y toda la acción, siguiendo sus pasos.

Por su parte, Jesús, el Buen Pastor, conoce a sus ovejas y les da la vida eterna, de tal manera que no se perderán nunca y, además, nadie las quitará de su mano. Cristo es el verdadero Buen Pastor que dio su vida por las ovejas (cf. Jn 10,11), por nosotros, inmolándose en la cruz. Él conoce a sus ovejas y sus ovejas le conocen a Él, como el Padre le conoce y Él conoce al Padre. No se trata de un conocimiento superficial y externo, ni tan sólo un conocimiento intelectual; se trata de una relación personal profunda, un conocimiento integral, del corazón, que acaba transformándose en amistad, porque ésta es la consecuencia lógica de la relación de quien ama y de quien es amado; de quien sabe que puede confiar plenamente.

Es Dios Padre quien le ha confiado el cuidado de sus ovejas. Todo es fruto del amor de Dios Padre entregado a su Hijo Jesucristo. Jesús cumple la misión que le ha encomendado su Padre, que es la cura de sus ovejas, con una fidelidad que no permitirá que nadie se las arrebate de su mano, con un amor que le lleva a dar la vida por ellas, en comunión con el Padre porque «Yo y el Padre somos uno» (Jn 10,30).

Es aquí precisamente donde radica la fuente de nuestra esperanza: en Cristo Buen Pastor a quien queremos seguir y la voz del cual escuchamos porque sabemos que sólo en Él se encuentra la vida eterna. Aquí encontramos la fuerza ante las dificultades de la vida, nosotros, que somos un rebaño débil y que estamos sometidos a diversas tribulaciones.

IMÁGENES Y GIFS DE JESÚS EL BUEN PASTOR




































 


BUENOS DÍAS

 





viernes, 23 de abril de 2021

NUESTRO AMOR POR DIOS

 


Nuestro amor por Dios

 

El amor de los hombres hacia Dios tiene su origen, su progreso y su perfección en el amor eterno de Dios hacia los hombres; así siente unánimemente la Iglesia, nuestra Madre, la cual, con un celo ardiente, quiere que reconozcamos que nuestra salud y los medios de llegar a ella provienen únicamente de la misericordia del Salvador, a fin de que lo mismo en la tierra que en el Cielo, a Él solo sea dada la honra y la gloria (1 Tim., 1, 17). ¿Qué tienes que no hayas recibido?, dice el divino Apóstol (1 Cor 4, 7), hablando de los dones de ciencia, de elocuencia y de otras cualidades semejantes de los pastores de la Iglesia; y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieses recibido? Todo es, pues, cierto, lo hemos recibido de Dios, pero muy particularmente hemos recibido de Él los bienes sobrenaturales del santo amor. Pues si los hemos recibido, ¿por qué pretendemos atribuirnos la gloria de ellos?

Y a la verdad, si alguno quisiera alabarse por haber hecho algún progreso en el amor de Dios: ¡Oh hombre miserable! —le diríamos—; tú yacías en el lecho de tu iniquidad, sin que te quedaran fuerzas ni vida para levantarte... y Dios, por su infinita bondad, acudió en tu ayuda, diciéndote: Abre la boca de tu atención, y Yo te saciaré plenamente (Ps. 80, 11); Él mismo puso sus dedos entre tus labios y entreabrió tus dientes, lanzando dentro de tu corazón su inspiración santa, que tú has recibido; después, recobrado ya el sentido, continuó con diferentes movimientos y medios fortaleciendo tu espíritu, hasta que finalmente derramó en él su caridad como tu vital y perfecta salud.

Dime, pues, ahora, miserable: ¿qué has hecho tú en todo esto de que te puedas alabar? Tú has dado tu consentimiento, es cierto; el movimiento de tu voluntad ha seguido libremente al de la divina gracia. Pero todo esto, ¿qué otra cosa es sino recibir la operación divina, y no resistir a ella?; ¿y qué hay en esto, que tú no hayas recibido? ¿Si hasta has recibido la misma recepción de que te glorías y el consentimiento de que te alabas? Porque, dime: ¿no confesarás que, si Dios no te hubiese prevenido, tú no hubieses jamás sentido su bondad, ni, por consiguiente, consentido a su amor? ¿Cómo? ¡Si ni siquiera hubieras tenido un solo pensamiento bueno! (2 Cor 3, 5).

Su movimiento, pues, ha dado el ser y la vida al tuyo; y si su liberalidad no hubiese animado, excitado y provocado tu libertad con sus poderosos y suaves llamamientos, tu libertad hubiera permanecido siempre inútil para tu salud. Es cierto que tú has cooperado a la inspiración consintiendo; mas he de advertirte, si por ventura lo ignoras, que tu cooperación ha nacido de la operación de la gracia y de tu libre voluntad juntamente, más de tal modo, que, si la gracia no hubiese prevenido y llenado tu corazón con su operación, jamás hubiese él podido ni querido prestar cooperación ninguna a ella.

Pero, dime de nuevo, hombre vil y abyecto, ¿no obras como un ridículo, cuando crees tener parte en la gloria de tu conversión, porque no has rechazado la inspiración? ¿No es presunción ésta propia de ladrones y de tiranos, pensar que dan la vida a alguno porque no se la quitan?; ¿y no es una impiedad propia de demente furioso pensar que tú hayas dado a la inspiración divina su santa eficacia y actividad, porque no se la has quitado con tu resistencia? No podernos impedir los efectos de la inspiración, pero tampoco dárselos: ella trae su fuerza y su virtud de la bondad divina, que es su origen, y no de la voluntad humana, que es su término.


(San Francisco de Sales - “Tratado del amor de Dios”)

EL CAMINO DE LA VIDA TIENE SUS COLORES



 EL CAMINO DE LA 

VIDA TIENE SUS COLORES


Aceptar el camino de la vida es vivir con todos sus colores; la vida no es monótona ni homogénea, la vida tiene variedad y es heterogénea. La belleza de la naturaleza esta en la variedad, así los mismo, la vida es bella en la diversidad. Cada uno experimenta en sí las diferentes etapas de la vida, unas muy buenas, otras buenas, algunas regulares, también malas. La experiencia es la mejor maestra de nuestro existir, pero una experiencia sin sabiduría ni inteligencia se convierte en limitación. En efecto, la vida está cargada de muchas experiencias y muchos conocimientos.

Vivir en esta vida es tener variedad de experiencias, unas que dependen exclusivamente de uno mismo, otras de circunstancias y personas de tu entorno. Cuando una situación buena o mala es vivida por ti puedes tener control de la situación; pero si la realidad está fuera de ti y los agentes de una experiencia mala o buena son otros, poco a nada puedes controlar. En este sentido, la vida va discurriendo entre luces y sombras, entre el bien y el mal, entre verdades y falsedades, entre calumnias y difamaciones, entre media verdades y mentiras, entre el éxito y el fracaso. Al final triunfa lo que se hace con MUCHO AMOR Y ENTREGA TOTAL.

El camino de la vida tiene sus colores que en conjunto de la historia personal manifiestan el ser íntimo de la persona, y va dejando huellas en los demás. Nadie conoce tu intimidad, la gente conoce lo que expresas y manifiestas, sólo eso existe para la sociedad, lo que nunca salió de tu mente o de tu corazón no existirá más que sólo para ti. Si quieres adornar la historia de tu vida de múltiples colores, vive la vida del cada día con mucho amor, con mucha fe, con mucha esperanza: AMA TU VIDA PORQUE ES LA ÚNICA VIDA QUE DIOS TE HA REGALADO, SI NO LA VIVES TÚ NADIE VIVIRÁ POR TI  (Marcos). 14/6/2016


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ

25 LIBROS CATÓLICOS QUE NO PUEDEN FALTAR EN TU BIBLIOTECA

 


25 libros católicos que no pueden faltar en tu biblioteca

La lectura amplía nuestros horizontes, alimenta nuestro espíritu y nos ayuda a ponerle palabras a nuestro mundo interior. Pero ¡ojo! no cualquier lectura.


Por: Luisa Restrepo | Fuente: catholic-link.com



Una de las mejores experiencias en la vida consiste en terminar un buen libro.  La lectura amplía nuestros horizontes, alimenta nuestro espíritu y nos ayuda a ponerle palabras a nuestro mundo interior. Pero ¡ojo! no cualquier lectura.

Tan grande es el provecho que causan los libros buenos, cuanto es grande el daño que causan los libros malos; así como aquellos han sido con frecuencia causa de conversión de muchos pecadores, así estos causan la ruina de muchos jóvenes. San Alfonso María de Ligorio

Tan necesaria, quizás, como la oración es la lectura para la vida espiritual. Escribe San Bernardo: «La lectura espiritual nos prepara para la oración y para la práctica de las virtudes» y luego añade, a modo de conclusión «la lectura y la oración son las armas con que se vence al demonio y se conquista el cielo». Ayuda muchísimo reservar un tiempo en nuestro día y alejarnos de las distracciones, con el fin de leer libros que aumenten nuestro conocimiento y comprensión de la fe. ¡Podemos ponernos como meta leer al menos tres libros al año! Para ayudarte en esta resolución, el equipo de Catholic-Link ha compilado una lista de lecturas espirituales de autores diversos para que te animes a leer, no solo uno, sino varios

 


1. La Biblia católica (¡Por supuesto!)

2. El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli.

3. Ortodoxia, G.K. Chesterton.

4. La Cena del Cordero, Scott Hahn.

5. La paz interior, Jacques Philippe.

6. Cinco Panes y Dos Peces, Card. Francisco Xavier Nguyen Van Thuan.

7. Cartas del diablo a su sobrino, C. S. Lewis.

8. El silencio de María, Ignacio Larrañaga.

9. Testigos de esperanza, Card. Francisco Xavier Nguyen Van Thuan.

10. Jesucristo, Karl Adam.

11. Confesiones, San Agustín.

12. La libertad interior, Jacques Philippe.

13. El arte de aprovechar nuestras faltas, José Tissot.

14. Jesús de Nazaret, Benedicto XVI.

15. Introducción a la vida devota, San Francisco de Sales.

16. Florecillas, San Francisco de Asís.

17. Las glorias de María, San Alfonso María de Ligorio.

18. Historia de un alma, Santa Teresita del Niño Jesús.

19. En las fuentes de la alegría, San Francisco de Sales.

20. Llamados a la vida, Jacques Philippe.

21. Un fuego que enciende otros fuegos, San Alberto Hurtado.

22. Discernimiento de los espíritus, Juan B. Scaramelli.

23. La amistad espiritual, San Elredo de Rievaulx.

24. El pozo de Jacob, Segundo Galilea.

25. Introducción a la vida de oración, Romano Guardini.

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