viernes, 24 de abril de 2020

CUÁNDO COMIENZA EL DÍA


Cuándo comienza el día



La buena convivencia comienza por el respeto. Respetas a una persona cuando la tienes por lo que es: un ser humano con toda su dignidad. Despreciar a los demás no ayuda a formar una comunidad fraterna. “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos” (Martin King).

Un sabio preguntó a sus discípulos: “Pueden determinar ¿cuándo termina la noche y comienza el día?”. Un oyente contestó: “Es cuando puedo desde lejos distinguir un pino de una palmera”. “No es así”. Respondió el maestro. Otro participante opinó: “Me parece que es cuando se puede distinguir una vaca de un caballo”. “Tampoco es exacto. Pero, entonces, ¿cuál es el momento preciso?” Insistió el pensador. Ante el silencio de los discípulos, el sabio afirmó: “Cuando miras un rostro humano, y descubres en él al hermano o a la hermana, entonces terminó la noche y comenzó el día”.

Hay un defecto corriente: la falta de comprensión por los que son distintos de nosotros. Esto se llama discriminación. Respetar y comprender son actitudes que están en la base de la convivencia humana. Jesús nos advirtió: “No hagas a otro lo que no te gustaría que te hagan a ti”. Sin comprensión y respeto se viene abajo el amor a los hermanos.



* Enviado por el P. Natalio

PAPA FRANCISCO: EL PODER DEL PASTOR ES EL SERVICIO AL PUEBLO DE DIOS


El poder del pastor es el servicio al pueblo de Dios, afirma el Papa Francisco
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco afirmó, durante la Misa celebrada este viernes 24 de abril en la Casa Santa Marta, que el poder del pastor es el servicio. El apóstol de Cristo, el obispo, el sacerdote, no tiene más poder que el servicio al pueblo de Dios, y cuando busca otro poder “se equivoca, arruina su vocación”.

El Santo Padre señaló que no es lo mismo ser un pastor que se un “gestor de empresas pastorales”. “La estructura no hace pastoral”, advirtió. En cambio, “el corazón de un pastor es el que hace la pastoral”. Ese corazón de pastor es el que Jesús trataba de enseñar a sus apóstoles.

En el Evangelio de este día se narra cómo, después de una intensa predicación, Jesús se retira con los apóstoles a una zona apartada a orillas del mar de Galilea para descansar y celebrar la Pascua.

Pero, como describió el Papa en su homilía, “la agente se da cuenta de adónde se dirigen por la trayectoria que seguían en el mar, y dieron la vuelta por tierra y les esperaron en el lugar al que se dirigían”.

“Los apóstoles”, señaló el Papa, “no estaban felices porque la gente les había arruinado la Pascua. Ya no podían hacer esa fiesta con el Señor”.

Al ver a la multitud congregada, “Jesús empezó a enseñar. Los apóstoles escuchaban, luego hablaban entre ellos. Pasaban las horas, y Jesús hablaba, y la gente feliz y los apóstoles decían: ‘Nuestra fiesta ha quedado arruinada, nuestro descanso, arruinado’”.

Sin embargo, “el Señor buscaba la cercanía con la gente”. Esa cercanía es la que trataba de transmitir, de enseñar a los apóstoles, “buscaba formar el corazón de los pastores a la cercanía con el pueblo de Dios, para servirlo”.

Para ello, explicó el Pontífice, Jesús ponía aprueba a los apóstoles, porque esa era la manera de enseñarles a ser pastores cercanos al pueblo.

El Papa señaló que a los apóstoles no les gustaban las multitudes, al contrario que a Jesús, que amaba estar cercano al pueblo.

“Una de las cosas que Jesús más amaba era estar con la multitud, porque también esto es un símbolo de la universalidad de la redención. Y una de las cosas que menos gustaba a los apóstoles era las multitudes, porque a ellos les gustaba estar cerca del Señor, escuchar al Señor, escuchar todo lo que el Señor decía…”.


Los apóstoles no entendían el modo de actuar del Señor, afirmó Francisco, ellos “se sentían elegidos. Se sentían uno un poco, privilegiados, una aristocracia cercana al Señor. Y muchas veces el Señor hacía gestos para corregirlos”.

“Es cierto que el pueblo de Dios cansa al pastor. Cuando hay un buen pastor, se multiplican las tareas porque siempre la gente acude donde el buen pastor, por un motivo o por otro”, y explicó una anécdota personal para ilustrarlo:

En una ocasión, “un gran párroco de un barrio sencillo, humilde, de la diócesis de Roma. Tenía la canónica como una casa normal, como las otras, y la gente llamaba a la puerta, o a la ventana a cualquier hora. Y una vez me dice: ‘Me gustaría tapiar la puerta y la ventana para que me dejen descansar’. Pero él era consciente de que era pastor y que debía estar con la gente”.

En ese espíritu, “Jesús forma enseña a los discípulos, a los apóstoles esta actitud pastoral que es la cercanía al pueblo de Dios. Y el pueblo de Dios cansa, porque siempre pide cosas concretas. Quizás equivocadas, pero te pide cosas concretas, y el pastor debe acudir a estas cosas”.

Esa enseñanza se revela en toda su plenitud en esta escena evangélica. Los apóstoles “cuando hacen ver a Jesús que han pasado las horas y que la gente debía marcharse porque comenzaba la oscuridad, le dicen: ‘Despide a la gente para que vayan a comprar para comer’”.

“Justo cuando ya estaba oscuro, cuando comenzaba la oscuridad. ¿Pero qué tenían en la cabeza?”, se preguntó el Papa. “Al menos hacer un poco de fiesta entre ellos. Ese egoísmo, no malo, pero se comprende, de estar con el pastor, de estar con Jesús. Y Jesús responde, para ponerlos a prueba: ‘dadles vosotros de comer’”.

El Evangelio explica cómo los apóstoles consiguieron únicamente cinco panes y dos peces. Ante la incredulidad de los apóstoles, Jesús bendice los panes y los peces y les ordena que den de comer a la multitud con esa escasa comida.

Entonces se produjo el milagro: no sólo comió todo el mundo hasta saciarse, sino que incluso sobraron doce cestos llenos de comida.

Es precisamente esa frase, la que “Jesús nos dice hoy a todos los pastores: ‘Dadles vosotros de comer. ¿Están angustiados? Dadles vosotros el consuelo. ¿Están perdidos? Dadles vosotros una vía de salida. ¿Están equivocados? Dadles vosotros lo necesario para resolver los problemas. Dádselo vosotros’”.

Sin embargo, también “muchas veces la multitud se equivoca, y aquí se equivocó”. Al ver el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, la gente intentó hacer rey a Jesús, pero Él “se retiró otra vez a la montaña solo”.

“No lo dice el Evangelio”, continuó el Papa, “pero quizás alguno de los apóstoles le habría dicho: ‘Pero Señor, aprovechémonos de esto y asumamos más poder’. Otra tentación. Y Jesús les hace ver que ese no es el camino”.

Porque, insistió el Papa Francisco, “el poder del pastor es el servicio, no tiene otro poder”.

El Papa concluyó la homilía animando a pedir al Señor “por los pastores de la Iglesia, para que el Señor los ame mucho: que siempre les hable, que les diga cómo son las cosas, que les explique y que, sobre todo, les enseñe a no tener miedo del pueblo de Dios, a no tener miedo de ser cercanos”.

A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.

Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?».

Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?».

Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo».

Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.

Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».

Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 24 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Viernes de la 2ª semana de Pascua
Hoy, viernes, 24 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,34-42):

EN aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo:
«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus secuaces y todo acabó en nada.
Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron todos sus secuaces.
En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios».
Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la buena noticia acerca del Mesías Jesús.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 26,1.4.13-14

R/. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,1-15):

EN aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?».
Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?».
Jesús dijo:
«Decid a la gente que se siente en el suelo».
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».
Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
«Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 24 de abril de 2020
Eguione Nogeira, Misionero Claretiano


¡Queridos hermanos!


El hambre en la tierra es una realidad que acompaña la historia de la humanidad. La pregunta “¿Con qué compraremos panes para que coman estos?” (Jn 6,5) es una preocupación que sigue presente en las estrategias políticas y sociales de todos países, especialmente con la situación de la pandemia que golpea la economía global. Junto a los cuidados sanitarios, casi todos los gobiernos presentaron planes de ayuda económica a las familias, a los pequeños comerciantes, a las personas en paro… Es una respuesta necesaria, que nos lleva a pensar otro tipo de economía. Esto puede ser iluminado con el Evangelio de hoy.

Así como Moisés, Jesús sube al monte. Se trata de una experiencia de alianza. Jesús piensa de inmediato en el alimento de sus seguidores, y aunque sabe lo que va a hacer, interroga primeramente a Felipe. Éste piensa en el gran dispendio que supondría alimentar a tantos. El salario de doscientos días de trabajo no sería suficiente. Interviene Andrés comunicando que allí hay un muchacho que tienes cinco panes de cebadas y dos peces. En el Evangelio de Mateo, Jesús convoca a sus discípulos a participar en la solución: “dadles vosotros de comer” (Mt 14,16). En el Evangelio de hoy no es diferente: los discípulos buscan soluciones, pero son incapaces de ver más allá de lo que es posible humanamente. Lo que queda claro es que todos somos responsables en la solución.

Como en aquel día en el monte, frente al Mar de Galilea, Jesús quiere contar con nosotros, aunque sean solo cinco panes y dos peces lo que tenemos para ofrecer, es decir, Cristo nos llama a repartir la vida, ahí donde estemos, en las pequeñas cosas, las que tal vez ni se ven ni hacen ruido.

No se puede esperar una intervención divina cuando nosotros tenemos la posibilidad en hacer algo, aunque sea para descubrir que tenemos solo cinco panes y dos peces (Jn 6,9). Lo demás Dios se encarga, pues no espera de nosotros soluciones que superen nuestra capacidad humana. Desea que cada uno colabore como pueda. Lo que no puede es eludir de lo que es nuestra responsabilidad.

Junto a las graves consecuencias del COVID-19, vemos surgir una ola de solidaridad en diferentes ámbitos, desde personas que están haciendo la compra a los ancianos para que ellos no tengan que salir de casa, hasta la cooperación entre los diversos países. Desde estos gestos sencillos, Dios va multiplicando los pocos “panes” que disponemos para ayudar a los que necesitan.

Vuestro hermano en la fe,

Eguione Nogueira, cmf

EL PAPA FRANCISCO REZA POR LOS PROFESORES QUE DEBEN ENSEÑAR A DISTANCIA DURANTE EL CORONAVIRUS


El Papa reza por los profesores que deben enseñar a distancia durante el coronavirus
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media



El Papa Francisco pidió rezar, este viernes 24 de abril durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta, por lo profesores que deben realizar su trabajo desde casa por medio de instrumentos telemáticos debido al confinamiento decretado en varios países por la pandemia de coronavirus.

“Rezamos hoy por los profesores que deben trabajar mucho para impartir las lecciones por internet y otras vías telemáticas, y rezamos también por los estudiantes que deben realizar los exámenes de un modo al que no están habituados. Acompañémoslos con la oración”, fueron las palabras del Santo Padre.


En los últimos días, el Papa Francisco ofreció la Misa celebrada cada día en la capilla de su residencia en Casa Santa Marta por las familias necesitadas (el jueves 23 de abril) que están padeciendo hambre por culpa de la pandemia de COVID 19 y que están a merced de la explotación de los usureros.

También ofreció la Misa el 22 de abril por la unidad de Europa, para que, a pesar de las tensiones entre los países europeos por la crisis del coronavirus, el viejo continente sepa mantener la unidad fraterna “soñada por los fundadores de la Unión Europea”.

Asimismo, el 20 de abril el Pontífice ofreció la Misa por los hombres y mujeres con vocación política, para que descubran que “la política es una forma de alta caridad” y que se pan gestionar la crisis del coronavirus buscando “el bien del país y no el bien de sus partidos políticos”.

SANTORAL DE HOY VIERNES 24 DE ABRIL DE 2020

Alejandro de Lyon, SantoAlejandro de Lyon, Santo
Mártir, 24 de abril
Antimo de Nicomedia y compañeros, SantosAntimo de Nicomedia y compañeros, Santos
Obispo y Mártir, 24 de abril
Melito de Canterbury, SantoMelito de Canterbury, Santo
Obispo, 24 de abril
Egberto de Iona, SantoEgberto de Iona, Santo
Presbítero, 24 de abril
Gregorio de Elvira, SantoGregorio de Elvira, Santo
Obispo, 24 de abril
Wilfrido de York, SantoWilfrido de York, Santo
Obispo, 24 de abril
María Isabel Hesselblad, SantaMaría Isabel Hesselblad, Santa
Religiosa Brigidina, 24 de abril
Benito Menni, SantoBenito Menni, Santo
Fundador, Abril 24
Salomé, SantaSalomé, Santa
Madre de los Apóstoles Santiago y Juan, 24 de abril
María de Santa Eufrasia Pelletier, SantaMaría de Santa Eufrasia Pelletier, Santa
Virgen y Fundadora, 24 de abril
María de Cleofás, SantaMaría de Cleofás, Santa
Discípula de Jesús, 24 de abril
Fidel de Sigmaringen, SantoFidel de Sigmaringen, Santo
Memoria Litúrgica, 24 de abril

BUENOS DÍAS





jueves, 23 de abril de 2020

MI AMIGO



Mi amigo
Autor: Aida Bornik


Mi amigo es un puerto donde pasar tormentas.

Un oasis verde en mitad de mis desiertos.

Mi amigo es un valle repleto de flores donde yo busco el color y el aroma de la vida.

Mi amigo es a veces un silencio inexplicable que debo aprender a respetar.

Mi amigo es una cumbre desde donde puedo mirar sin caerme.

Mi amigo es el pozo mullido donde caigo sin golpearme.

No pueden impedir que uno sufra; no pueden reemplazar a la madre ni al padre; no pueden confundirse ni con el amante ni con el hijo, no evitan que uno cometa errores; no impiden que el amor duela,  ni aseguran que el amor ame...

Los amigos solamente hacen que el espejo nos devuelva la imagen de alguien capaz de ser amado.

Los amigos solamente hacen que la vida valga la pena ser vivida.

BELLEZA EN EL CORAZÓN


Belleza en el corazón



Una mujer preguntó a un filósofo: "¿Puede una mujer hacer feliz a un hombre?". "Puede intentarlo", dijo el filósofo, "pero para ello debe tener una serie de cualidades". 

"Dígame si las cualidades que yo creo son las que se necesitan y deme una puntuación a cada una de ellas". 
"Veamos" 
"Belleza física" "0"
"Simpatía" "0"
"Hermosura" "0"
"Belleza de corazón" "1"

"Pero doctor, la puntuación es 0001, tan baja que con ello y a pesar de esas buenas cualidades, una mujer no va a conseguir hacer feliz a un hombre", dijo la mujer.

"Efectivamente, pero si damos la vuelta a las cualidades y empezamos por la Belleza en el Corazón, obtendremos 1 y si además es guapa, simpática y hermosa, obtendremos una puntuación de 1000; pero fíjese que la belleza, la simpatía y la hermosura no tienen ningún valor si van delante de la Belleza en el Corazón".

¿POR QUÉ DECIMOS AMÉN?


¿Por qué decimos Amén?
¿Tienes idea de cuántas veces lo has dicho?... pero.. ¿Sabes en realidad qué significa?


Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente: ConMasGracia.org




¿Cuántas veces hemos pronunciado la palabra “amen” después de alguna oración? La mayoría la aprendimos al mismo tiempo que aprendimos a rezar. Es una palabra muy corta, pero que está cargada de mucho significado. Lástima que muchos de nosotros ya la repetimos sin darle mayor importancia o hasta lo hacemos por rutina.


Esta palabra deriva de “aman”, que en hebreo y en arameo significa “hacer estable” o “consolidar”, es decir, es estar seguro.

Decir amén es expresar seguridad y confianza ante algo que se cree. De hecho, la palabra pertenece a la misma raíz que la palabra “creer”. Por lo tanto, nosotros al decir “amén” después de alguna oración, afirmamos que creemos y que deseamos que dichas palabras se cumplan.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos reafirma: Creer es decir “Amén” a las palabras, a las promesas, a los mandamientos de Dios, es fiarse totalmente de Él, que es el Amén de amor infinito y de perfecta fidelidad (1064). Como ejemplo tenemos lo que sucede en la Eucaristía, ya que antes de recibirla, el Sacerdote alza la hostia consagrada y nos dice “El Cuerpo de Cristo” y nosotros asentamos con un “Amén”, es decir, lo creo y lo acepto en mi vida.


Jesús mismo lo llegó a profesar muchas veces, antes de cada enseñanza al decir “En verdad, en verdad os digo” (Jn 5, 19) y esto para demostrar que hablaba con autoridad y con verdad. Con esto, es como si él mismo nos dijera “créeme que es verdad lo que te estoy diciendo”.

El uso de esta palabra lo podemos ver, incluso, desde el Antiguo Testamento y hasta las primeras comunidades cristianas. El Profeta Isaías se refiere a Dios como el Dios del Amén, es decir, el Dios fiel, el Dios de la verdad: “Quien desee ser bendecido en la tierra, deseará serlo en el Dios del Amén” (Is 65, 16).

Por lo tanto, cada que decimos “amén” debemos darnos cuenta de lo que decimos. Al repetirla hacemos un compromiso con Dios, pues le reafirmamos nuestro “sí”, confírmanos que creemos en Él, en su palabra y, por lo tanto, que queremos ser siempre fieles aún a pesar de nuestras dificultades.

Pero este compromiso no lo podremos cumplir por nuestras propias fuerzas, sino que es Dios mismo quien nos ayuda por medio de su Hijo Jesucristo. Así lo afirma el emérito Papa Benedicto XVI: En nuestra oración estamos llamados a decir “sí” a Dios, a responder con este “amén” de la adhesión, de la fidelidad a Él a lo largo de toda nuestra vida. Esta fidelidad nunca la podemos conquistar con nuestras fuerzas; no es únicamente fruto de nuestro esfuerzo diario; proviene de Dios y está fundada en el “sí” de Cristo, que afirma: mi alimento es hacer la voluntad del Padre (cf. Jn 4, 34).

Este “sí” a Dios debe ser una tarea de todos los días, puesto que sólo así nos mantendremos firmes y unidos con Él. De esta manera sentiremos el consuelo de su amor y su compañía. Dios no se cansa de nosotros, no pierde la paciencia ni se enoja cada que nosotros no le hacemos caso, al contrario, Él sale a nuestro encuentro, da el primer paso para demostrarnos que su fidelidad es eterna.

Busquemos encontrarnos con el Señor que está vivo y que espera por nosotros. La oración es ese “sí” al diálogo con Aquél que nos ama y que busca dar consuelo en medio de las tempestades de nuestra vida y hacernos vivir unidos sólo a Él.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 23 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Jueves de la 2ª semana de Pascua
Hoy, jueves, 23 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27-33):

EN aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo:
«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».
Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 33,2.9.17-18.19-20

R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,31-36):

EL que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy jueves, 23 de abril de 2020
Eguione Nogeira, Misionero Claretiano



¡Queridos hermanos!

El Evangelio de Juan repite incansablemente que Jesús es el enviado del Padre para dar testimonio de Él: “No vine por mi cuenta, sino que él me envió” (Jn 8,42). En su libro Teología de la Revelación, René Latourelle, presenta a Jesús como testigo por excelencia: “Manifiesta lo que ha visto y oído en el seno del Padre, y nos invita a la obediencia de la fe. Forma un grupo de testigos, los apóstoles. Éstos dan testimonio de la vida y de la enseñanza de Cristo. Invitan a todos los hombres a creer lo que ellos vieron, oyeron y experimentaron del Verbo de vida”. El testimonio, según Latourelle, une las almas entre sí a través de la historia. Así mismo, el testimonio vincula también el tiempo con la eternidad.

El cristianismo es la religión del testimonio, porque asegura la comunicación interpersonal y revela el misterio de la persona de Cristo. Por eso, los discípulos, en continuidad a la enseñanza de Jesús, son testigos de que el Padre ha resucitado su Hijo Jesús de los muertos y lo constituyó Salvador del mundo. En este sentido, podemos decir que nuestra religión es fundamentalmente una profesión de fe en Jesús resucitado y en su mensaje.

Como hemos visto en los Hechos de los Apóstoles, los primeros discípulos de Jesús no temen en anunciar las enseñanzas de Jesús y a denunciar los que hicieron alianzas con un sistema de muerte. Por eso, los apóstoles fueron llevados a juicio, interrogados y presos por el sumo sacerdote. Y no dudaran en responsabilizar incluso al sumo sacerdote: “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero” (Hch 5,29-30).

¡Qué distinto es la actitud de los apóstoles después de la resurrección de Jesús! Son hombres libres, hablan con firmeza, testimonian la fe con mucha vitalidad. Así debe ser los discípulos de Jesús, renacidos de lo alto. No debemos intimidarnos con las cosas del mundo, sino testimoniar con nuestra vida lo que Cristo resucitado hizo en nosotros. Dar testimonio no es sólo narrar, sino hacer vida con las palabras que decimos, pues el testimonio compromete al testigo. Nuestra palabra debe tener la fuerza suficiente para substituir la experiencia para el que no ha visto. Esta fuerza no es otra que el Espíritu Santo, que “Dios da a los que lo obedecen”.

Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf

CON SUS PROPIAS MANOS, SACERDOTES LIMPIAN 5 MIL POLLO PARA DONAR A LOS MÁS NECESITADOS

Con sus propias manos, sacerdotes limpian 5 mil pollos para donar a los más necesitados
POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa






Casi 30 sacerdotes de la Diócesis de Lurín (Perú) se unieron para limpiar y pelar cinco mil pollos para las familias más pobres de Lima Sur y que no pueden trabajar debido a la cuarentena decretada por el Gobierno para evitar el avance del coronavirus.

Según el Ministerio de Salud, Perú tiene más de 19 mil casos confirmados de COVID-19 y 530 fallecidos por la enfermedad.

El Gobierno, para luchar contra la expansión del virus, declaró el 15 de marzo cuarentena en todo el país y la inmovilización total los días domingos. Estas medidas, junto al toque de queda, están vigentes hasta el domingo 26 de abril, pero se pueden extender por más días.

En su cuenta de Facebook, el secretario general de Cáritas Lurín y director de la Asociación de las Bienaventuranzas, P. Omar Sánchez Portillo, relató que una avícola les donó pollos vivos para ser entregados a los más necesitados.

Sin embargo, los voluntarios que apoyan al sacerdote no se iban a dar abasto para preparar la cuantiosa donación de cinco mil pollos, por lo que el P. Sánchez decidió convocar a los sacerdotes de la Diócesis.

La convocatoria fue respondida y cerca de 30 sacerdotes se presentaron a trabajar todo el día “pelando pollos, limpiándolos y preparándolos”, con la única motivación de dar de comer a las personas que pasan hambre.

“Me siento orgulloso de pertenecer a una Diócesis tan activa, tan viva, tan llena de Dios y de ser parte de un presbiterio lleno de santidad e ilusión por nuestro ministerio sacerdotal”, indicó.

En declaraciones a ACI Prensa, el P. Sánchez señaló que en la Diócesis de Lurín, que comprende “55 parroquias desde San Juan de Miraflores hasta Pucusana”, hay mucha gente pobre que no tienen ni agua ni luz para sobrevivir.

El sacerdote subrayó que probablemente el 60% de la población vive en extrema pobreza y, lamentablemente Lima Sur, donde se ubica su diócesis, tiene el tercer y cuarto distrito con más contagiados por el coronavirus.

Además, señaló que la mayoría de peruanos no tienen capacidad y cultura de ahorro, lo que, junto a la cuarentena, que obliga a esta población vulnerable a quedarse sin una manera de llevar dinero a casa, crean una situación muy delicada.

“Muchos han perdido el trabajo, muchos se han quedado en la calle, muchos son trabajadores eventuales, muchos son los que ganan día a día su alimento”, indicó.

A nivel de Iglesia señaló que los sacerdotes, a pesar de tener los templos cerrados, están actuando a través de la celebración de Misas privadas, la unción de los enfermos y la entrega de canastas de alimentos a los necesitados. “Porque una fe sin obras es una fe muerta”, resaltó.

El sacerdote indicó que hasta el momento han repartido 75 mil canastas en todo Lima Sur y en provincias que lo necesiten, como Huancavelica, Tarma, Chuquibambilla y Cañete.

Sin embargo, la cantidad de necesitados es grande, y a pesar de la solidaridad entre los mismos pobladores, que comparten con sus vecinos lo poco que tienen, de extenderse la cuarentena necesitarían intensificar la campaña “Compartir tu Pan con el Hambriento”, para poder abastecerse con alimentos, “que es la necesidad en este momento más apremiante y más urgente”.

“Todos los días en las parroquias hay personas que buscan, que tocan las puertas, que no han recibido (alimentos), o lo que ha recibido no es suficiente o ya se le acabó”, agregó.

El P. Sánchez pidió a las personas de buen corazón que apoyen a la Asociación de las Bienaventuranzas, la cual con 15 soles (tres dólares aproximadamente) puede dar una canasta básica a una familia en necesidad.

Las donaciones se pueden hacer a nivel nacional a través de los bancos BCP, BBVA y Scotiabank, o por la Fundación Telefónica; y a nivel internacional por GoFundMe y PayPal.

Para donar a la Asociación de las Bienaventuranzas ingrese  AQUÍ.


EL PAPA FRANCISCO INVITA A CREER EN LA ORACIÓN DE JESÚS QUE CONVIRTIÓ A PEDRO EN UN APÓSTOL VALIENTE


El Papa invita a creer en la oración de Jesús que convirtió a Pedro en un apóstol valiente
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



En la Misa celebrada en Casa Santa Marta este jueves 23 de abril, el Papa Francisco explicó cómo pudo San Pedro pasar de ser un hombre cobarde que renegó de Jesús por miedo a la cárcel, a un apóstol valiente capaz de enfrentarse al Sanedrín.

La clave, explicó el Santo Padre, es la oración de Jesús. Jesús rezó por Pedro para que no perdiera la fe.

En la Primera Lectura de este jueves, del Libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra el interrogatorio al que los miembros del Sanedrín someten a Pedro y los apóstoles. El Sumo Sacerdote les dijo: “Os prohibimos severamente enseñar en ese nombre”, es decir, en el nombre de Jesús, “y sin embargo vosotros habéis llenado Jerusalén con vuestra doctrina y queréis hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre”.

Pero Pedro respondió con contundencia: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándole de un madero”.

Ante esta valiente reacción de Pedro, el Papa se preguntó: “Pero, ¿este es el Pedro que había renegado de Jesús? ¿Aquel Pedro que tenía tanto miedo? ¿Aquel Pedro que era un cobarde? ¿Cómo ha llegado ahí?”.


“¿Cuál fue el camino de Pedro para llegar a este punto, a esta valentía, a esta franqueza para exponerse?”. Porque Pedro no siempre había sido así. Pedro “era un hombre entusiasta, un hombre que amaba con fuerza, también un hombre temeroso, un hombre que estaba abierto a Dios, hasta el punto de que Dios le revela que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”.

Sin embargo, “poco después, inmediatamente después, se deja caer en la tentación de decir a Jesús: ‘No, Señor, por ese camino no. Vamos por otro’: la redención sin Cruz. Y Jesús le llama ‘Satanás’”.

Pedro era un hombre “que pasaba de la tentación a la gracia, era capaz de arrodillarse ante Jesús y decir: ‘Aléjate de mí que soy un pecador’, y luego tratar de sobrevivir sin ser visto y que para no terminar en la cárcel reniega de Jesús”.

Pedro era “inestable, era muy generosos y también muy débil. ¿Cuál era el secreto? ¿Cuál era la fuerza que encontró Pedro para llegar hasta aquí?”.

Para explicarlo, el Pontífice recordó cómo “antes de la Pasión, Jesús dice a los apóstoles: ‘Satanás os ha buscado para moleros como al grano’. Es el momento de las tentaciones: ‘Seréis así, como el grano’. Y a Pedro le dice: ‘Yo rezaré por ti, para que tu fe no disminuya’”.

“Y este es el secreto de Pedro: la oración de Jesús. Jesús reza por Pedro, para que su fe no disminuya y pueda confirmar en la fe a los hermanos. Jesús reza por Pedro”.

Francisco aseguró que al igual que rezó por Pedro, Jesús “reza por nosotros; reza delante del Padre. Nosotros estamos acostumbrados a rezar a Jesús para que nos dé esta gracia o aquella otra, pero no estamos acostumbrados a contemplar a Jesús que hace ver al Padre las heridas; a Jesús el intercesor; a Jesús que reza por nosotros”.

“Y Pedro fue capaz de hacer todo este camino de cobarde a valiente con el don del Espíritu Santo y gracias a la oración de Jesús”.

El Papa invitó a pensar en ese camino de Pedro gracias a la oración del Señor. “Dirijámonos a Jesús, agradeciéndole que rece por nosotros. Jesús reza por cada uno de nosotros. Jesús es el intercesor. Jesús quiso llevar consigo las heridas para mostrárselas al Padre”.

“Es el precio de nuestra salvación. Debemos tener más confianza, más que en nuestras oraciones, en la oración de Jesús”, concluyó su homilía el Papa Francisco.

Lectura comentada por el Papa Francisco:

Hechos 5:27-33
27 Les trajeron, pues, y les presentaron en el Sanedrín. El Sumo Sacerdote les interrogó
28 y les dijo: «Os prohibimos severamente enseñar en ese nombre, y sin embargo vosotros habéis llenado Jerusalén con vuestra doctrina y queréis hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre.»
29 Pedro y los apóstoles contestarón: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándole de un madero.
31 A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
32 Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo que ha dado Dios a los que le obedecen.»
33 Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.
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