LA VIDA DE SAN JUAN BOSCO
La vida de San Juan Bosco era una plegaria constante. Decía Don Bosco: "Orar quiere decir levantar el corazón a Dios y entretenerse con Él, por medio de los santos pensamientos y devotos afectos. Por eso, cada pensamiento y cada mirada a Él es oración cuando está unido a un sentimiento de piedad".
Quien piensa en el Señor y en sus infinitas perfecciones, y en este pensamiento experimenta un afecto de alegría, de veneración, de amor, de amor, de admiración... ora.
Quien considera los grandes beneficios recibidos del Creador y lo reconoce... ora.
El que en los peligros de su inocencia y de la virtud, consciente de su propia debilidad suplica al Señor ayuda... ora.
Quien en la constricción del corazón se dirige a Dios y recuerda que ha ultrajado al Padre, ofendido al Juez y ha perdido el más grande de los bienes, pide perdón y propone enmendarse... ora.
La plegaria es una compañera inseparable de la vida cristiana, porque la vida cristiana es esencialmente una vida espiritual: es el primer alimento del Espíritu, como el pan lo es del cuerpo.
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