sábado, 16 de septiembre de 2017

LA NECESIDAD DEL DISCERNIMIENTO


La Necesidad del Discernimiento
Siempre es de mucha utilidad el discernir y el proyectar la vida de acuerdo a la profunda experiencia que haga de Cristo.


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 




En la vida podemos tener varias opciones, pero sólo cuando ponemos con claridad a Cristo como la primera opción, entendemos el sentido de la vida y podemos discernir las diferentes situaciones con que nos tenemos que enfrentar. JC es el único punto de referencia que puede guiarnos a la felicidad. Así como a veces nos perdemos en el coche y buscamos un punto de referencia, así la brújula, el punto de orientación (que puede ser un edificio o algo más) eso lo que nos regresa al camino. De la misma manera Jesús y sus criterios deben ser el único punto de referencia.

Hacer lo contrario significa poner otros criterios por delante de los evangélicos para juzgar nuestra realidad, y entonces poco a poco desvirtuamos nuestra misma persona. ¿Qué criterios quedan cuando quitamos los criterios del evangelio que nacen de la experiencia personal de Cristo? Pueden quedar los criterios derivados de modo diverso del egoísmo con todas sus implicaciones pero también con todo el vacío interior y el dolor inmenso que deja en el alma de cada uno y en el alma de los demás. ¿Quién puede decir que no es vencido en ocasiones por los defectos que tiene?
Cuántos males hay en el mundo a causa de los principios equivocados con que enfrentamos la vida… Qué difícil es enfrentar el matrimonio, la educación de los hijos, la vida de cada uno desde otros criterios diferentes a los criterios del evangelio. Muchas veces nos arrepentimos de lo que hablamos o lo que decimos. Preguntarnos si en mi vida voy o no siguiendo los criterios de JC.

Jesús en el evangelio de san Mateo tras terminar su enseñanza, lo que podríamos llamar los principios evangélicos, nos regala dos parábolas. La primera para que aprendamos a distinguir y la segunda para que sepamos sobre qué base tenemos que distinguir.


La parábola de la necesidad del discernimiento

Mt. 7,15-20
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.
20 Así que por sus frutos los reconoceréis.

Esta parábola nos invita a distinguir, a discernir. 

Todos tenemos siempre la tentación de seguir el camino más fácil, o el más brillante, o el que parece darnos más satisfacción. En esta cultura en la que vivimos no podemos restarnos a ello. Estamos acostumbrados a demasiadas comodidades. Nos hacemos dependientes y creemos que no podemos vivir.

Sin embargo Cristo nos avisa con gran claridad sobre la necesidad de ir un poco más allá de lo inmediato, de atrevernos a preguntarnos por lo que quizá no se ve a simple vista.

Por ejemplo, en el cuento de los 3 cochinitos los 2 primeros prefieren cantar y bailar antes de construir la casa firme, y (en el cuento original), acaban siendo comidos por el lobo. El de la cigarra y la hormiga, el de la liebre y la tortuga, etc. Dentro de estos cuentos esta la sabiduría y la ética del ser humano. Podemos ser personas que vivan al día y no pensemos en el fruto del mañana. Si quiero uvas, no puedo sembrar espinas. Si quiero higos no puedo sembrar abrojos.

Si habrá épocas difíciles, en las que quiero cosechar, hay que prepararse. No es posible que viviendo en la cultura de la comodidad tengamos frutos de esfuerzo.

Pensemos también en nuestros hijos. No pueden dar sacrificio si están acostumbrados a darse gusto en todo. ¿Cómo serán fieles en sus matrimonios si ven pornografía? ¿Si tienen relaciones muy sensibles, epidérmicas? ¿Cómo serán responsables si no les enseñamos a asumir las consecuencias de los actos? Viven en la cultura de “no pasa nada”

La vida es una y se vive una sola vez. La vida no se puede jugar con superficialidad, no se puede gastar con inconsciencia. Si me equivoqué no hay botón de “reset”, de volver a comenzar. Los principios que elegimos para que rijan nuestra existencia son tan importantes, porque en ellos nos jugamos los frutos de nuestra misma existencia.
¿Qué frutos estoy dando? ¿Qué frutos darán mis hijos? ¿Cómo los estoy formando?

Jesús, a diferencia del mundo que nos rodea, y que nos invita a no preocuparnos en exceso por las decisiones que tomamos, nos propone la urgencia de fijarnos bien en nuestras elecciones, en el modo en que enfrentamos la vida, en los frutos que queremos obtener. Planear, predecir. Lo que elegimos para hacer, nos dará ciertos frutos. Si la semilla que elijo para plantar es de abrojos ¿Cómo me va a dar higos? Y esta en mí, hacer la elección de lo que planto.

El mundo procura no mostrarnos las consecuencias de nuestras elecciones. El ejemplo del HOLA…Britney Spears…es una tragedia humana…con éxito, y aparentemente todo. Pero en que ha quedado? ¿Qué tanto nos avisó el mundo de lo que le iba a pasar? ¿Qué tanto nos advirtió? Pero si es una consecuencia lógica!!

Ciertamente que siempre puede parecer más sencillo el buscar el placer inmediato y presente, en contra de una visión de frutos para el futuro y para la trascendencia. La experiencia repetida una y otra vez es la misma, no podemos tomar a la ligera los frutos que queremos obtener de nuestra vida, y una existencia basada en la superficialidad, en lo inmediato, lleva a la frustración y a la muerte. Y esto no es filosofía abstracta. Del árbol malo, frutos malos, del árbol bueno, frutos buenos. 

Esto es la realidad que palpan cotidianamente tantos matrimonios que se rompen, tantos padres que pierden a sus hijos en los caminos de la droga o del desorden sexual, tantos hombres y mujeres maduras que constatan demasiado tarde lo vacío de la existencia que llevaron con más carcajada y exceso, que alegría y serenidad. Y parece que no pasa nada.


La parábola de la necesidad de saber sobre qué (quién) se construye.
M 5, 21-29
21 «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.
22 Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?"
23 Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!"
24 «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca:
25 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
26 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena:
27 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».
28 Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina;
29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.

¿Sobre que construyo? ¿En que me baso para discernir?

Jesús avisa con claridad que no se puede ir por la vida de cualquier manera. Hay un modo de ir por la vida, el de quien busca la voluntad del Padre celestial. Esta voluntad no es algo ajeno al ser humano. Al contrario, constituye su esencia más interior, porque constituye la identidad con la que fue creado para ser feliz para siempre.

La voluntad de Dios no es ajena a la mía, es mi propia felicidad.
Por eso solo es feliz quien hace la voluntad de Dios. El ser humano puede creer que busca la felicidad, pero la realidad es la que dice si en efecto la está buscando y se constata en la medida en que la vida se construye o se derrumba delante de Dios.

Ejemplo. Supongamos que un niño está viendo la tele y llega el hermano y le dice: mamá dice que te pongas a hacer la tarea. Podemos pensar que haya dos voluntades diversas:….la del niño que quiere ver la tele, y la de la mamá que quiere que haga la tarea. Pero la mamá sabe mejor que le conviene al niño. En el caso de la voluntad de Dios, lo que quiere para nosotros es solo que seamos felices para siempre, que nos ganemos el cielo, porque por eso nos ha creado. Confiar!

Fui creado solo por que Dios quiere que sea feliz. “Solo entrará en el reino de los cielos el que quiera ser feliz, el que cumpla con la voluntad de mi Padre”.
Ciertamente que a nadie le toca juzgar más que a Dios, pero los principios sobre los que construimos la vida, van siendo lo que nos conducen a la felicidad o a la desgracia. Por eso el ser humano tiene que basarse sobre la roca de la que Jesús habla en su parábola. Esta roca es el mismo Cristo. El que hizo la casa sobre arena, no quería que se cayera, pero el hecho es que se cayó…Por tanto dirigir nuestra vida desde la experiencia de Cristo.

Para ser hombre o mujer de principios, es necesario partir de la experiencia de Cristo. Los principios nacen de la capacidad de interiorizar en uno mismo y de descubrir el misterio de la propia vocación y de la voluntad de Dios sobre uno.

¿Cuáles son estos principios fundamentales para el ser humano?

Dios al crear al ser humano nos da dos principios creadores:

a) la decisión de Dios de hacer al ser humano a su imagen y semejanza
b) el espíritu divino como inicio de la vida del ser humano. El aliento o soplo de Dios, el Espíritu Santo que es el amor.

Ambos relatos del libro sagrado se complementan: Dios mismo, su Espíritu, y el amor de Dios y su decisión, nos hacen parecidos a Dios: Dios es amor.

El primer principio, el origen y el fin del ser humano es por lo tanto el amor. De ahí brotan todos los otros principios de la vida humana. El amor es principio esencial del ser humano y eje rector de todos los comportamientos y juicios que la persona hace sobre si misma y la realidad que la rodea. Nada puede ir en contra del amor, nada puede ir por encima del amor.

Pero ¿en qué consiste este amor? El amor no es un sentimiento lleno de romanticismo, sino que el amor es la entrega real y cotidiana de la propia vida por el otro.

Este es el ejemplo que el mismo Cristo nos da al definirnos con su existencia la esencia del amor. El amor que brota de Cristo es la roca de todos nuestros principios y el principio de nuestra felicidad. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único…

Ser hombre de principios es por lo tanto y por encima de todo, ser una persona que ama y que ilumina todas las realidades de su existencia desde el amor al estilo de Cristo.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 16 SEPTIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Sábado de la 23ª semana del Tiempo Ordinario



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 
(1,15-17):

Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna. Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 112,1-2.3-4.5a.6-7 

R/. Bendito sea el nombre del Señor, 
ahora y por siempre

Alabad, siervos del Señor, 
alabad el nombre del Señor. 
Bendito sea el nombre del Señor, 
ahora y por siempre. R/.

De la salida del sol hasta su ocaso, 
alabado sea el nombre del Señor. 
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, 
su gloria sobre los cielos. R/.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro, 
que se abaja para mirar al cielo y a la tierra? 
Levanta del polvo al desvalido, 
alza de la basura al pobre. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,43-49):

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca. ¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó y quedó hecha una gran ruina.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
17 de septiembre de 2017


El perdón de Dios, tan grande como su misericordia

      Jesús dice que tenemos que perdonar hasta setenta veces siete. Es una forma de hablar exagerada. Para que lo entendamos bien. Significa simplemente que hay que perdonar siempre. Nadie ha tenido la posibilidad de perdonar a otra persona esa enorme cantidad de veces. La exageración continúa en la parábola. La deuda que el empleado tiene con el rey, diez mil talentos, es en la práctica imposible de pagar por lo enorme. Pensemos que las rentas anuales del rey Herodes el Grande no llegaban a los mil talentos en los tiempos de Jesús. Para el empleado no hay salida. Lo sorprendente es que el rey le perdone. Y más sorprendente todavía es que el empleado se preocupe de recuperar cien denarios de su compañero, una miseria de deuda si pensamos que un talento equivalía a seis mil denarios. 

      Todas estas exageraciones nos llevan a un dato fundamental: la misericordia de Dios es tan enorme que no podemos siquiera imaginarla. Casi se podría decir que todas nuestras ideas sobre lo bueno y lo malo, sobre el pecado, etc desaparecen frente a la misericordia de Dios. El amor de Dios por sus criaturas es tan grande que ni siquiera se habla de perdón. Es simplemente un amor que lo cubre todo, que nos envuelve totalmente. Como dice Pablo en la segunda lectura: “en la vida y en la muerte somos del Señor”. Al lado de ese amor, de esa inmensa misericordia, queda claro que cualquier cosa que nos haga uno de nuestros hermanos es nada. Por heridos y dolidos que nos sintamos. 

      Pero tendríamos que ir un paso más allá. ¿No es mucha soberbia pensar que puedo perdonar a mi hermano o hermana? Cuando hago eso, me estoy situando en el lugar del rey de la parábola. Superior a mi hermano. Me arrogo el derecho de determinar, a juzgar, no sólo que me ha ofendido y me ha herido sino que además lo ha hecho voluntariamente y, por eso, es culpable. ¿Desde cuándo me han nombrado juez de mi hermano? ¿Desde cuándo sé lo que pasa por su corazón? Eso pertenece a su intimidad y a Dios que seguramente lo verá como un hijo y lo atenderá como tal. Por mi parte, ¿no será mejor que trate de usar con mi hermano un poco de la misericordia que tiene el rey de la parábola o, mejor, de la inmensísima misericordia con que Dios me mira y compadece? Situado en esa perspectiva, es difícil que llegue a tener que “perdonar” alguna vez en mi vida a mi hermano. 



Para la reflexión

¿Cuántas veces he experimentado en mi corazón el perdón enorme y misericordioso de Dios? ¿Qué ha sido lo que he sentido? Es posible que sepa también del rencor y del deseo de revancha contra mis hermanos. ¿Qué he sentido en esos momentos? ¿Cuándo me he sentido mejor? ¿Al reconciliarme o al mantenerme en el rencor? 

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 SEPTIEMBRE


Los cinco minutos de María
Setiembre 16


Cada bautizado ha de ser una encarnación de Jesús; este proceso de reproducción de los rasgos de Cristo en nosotros lo realiza el Espíritu mediante la colaboración de María; nadie se ha dejado modelar con tanta perfección  como ella.
Ningún molde mejor para que nosotros vayamos haciéndonos cristianos que el regazo maternal en el que el mismo Espíritu formó la naturaleza humana de Jesucristo.
Virgen purísima, que elevaste siempre los ojos al cielo y juntaste tus manos en oración, haz que mi vida no te pierda de vista, ni a ti, ni a tu cielo.



* P. Alfonso Milagro

FELIZ FIN DE SEMANA





viernes, 15 de septiembre de 2017

EL TURISTA Y EL SABIO


El turista y el sabio


Se cuenta que un turista americano fue a El Cairo, Egipto, para visitar a un famoso sabio. Se sorprendió mucho el turista al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Los únicos muebles que había eran una cama, una mesa y un banco.

— ¿Dónde están sus muebles? – preguntó el turista. Y el sabio rápidamente también preguntó:
— ¿Y dónde están los suyos?
— ¿Los míos? – se sorprendió el turista.
— Pero, si yo estoy aquí de paso.
— Yo también, concluyó el sabio.

La vida sobre la tierra es solamente temporal. Sin embargo algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente. Mientras tengas tiempo haz buenas obras. Con ellas te asegurarás una mansión eterna en el cielo.


* Enviado por el P. Natalio

CÓMO LLEVARTE BIEN CON TU FAMILIA POLÍTICA?


¿Cómo llevarte bien con tu familia política?
Te damos algunos tips para mejorar la relación con la familia polítíca


Por: Lucía Legorreta de Cervantes | 




Cuando una persona toma la decisión de compartir su vida en pareja, no sólo lo hace con el ser amado. Quiérase o no, también la relación incluirá a la familia política.

Convivir con estos familiares es inevitable y, en gran medida, la buena o mala relación con ellos, determinará el rumbo de la pareja. Esto incluye el trato con suegros, suegras, cuñados e incluso tíos y tías.

A veces estos familiares pueden contribuir a terminar una relación en su afán por consolidarla, pero con los métodos equivocados.

Establecer, por ejemplo, esas famosas tradicionales reuniones “en casa de mis papás”, como si fueran una obligación ineludible, es bastante serio y atenta contra la flexibilidad y la espontaneidad de la relación de pareja. Pero, sobre todo, atenta contra la posibilidad de construir un modo de comunicación único e intransferible que le sirve a una pareja y nada más. Empiezan las tensiones, porque la hija o hijo político se siente obligado, más que inclinado a ir y, por lo tanto, no va a gusto.

Otras prácticas que desembocan en conflictos seguros son:

- Pedir prestado dinero.

- Demostrar a los suegros falta de apoyo por parte de la pareja (“él o ella no me entiende ni me apoya”).

- Cuando los suegros tratan de resolver los conflictos de la pareja.
- En la pareja, comparar a la esposa con la madre.

- Delegar a los suegros el papel de educadores de los hijos (es algo que está sucediendo mucho en México).

Comparto contigo algunas reglas que pueden ayudarte:

- Quiere a tus suegros, pero recuerda que no son tus padres. No los uses como confidentes hablándoles mal de tu marido o esposa, ni les llames para quejarte, llorar o reclamar cuando él o ella se porta mal. No es un niño o niña chiquita.

- Ten atenciones para con ellos y procura siempre recordar los cumpleaños y fechas importantes para felicitarlos o tener algún buen detalle.

- Si tu pareja está alejada de ellos, incentiva su reconciliación o acercamiento.

- No andes con chismes; la discreción es una virtud que no debes olvidar.

- No acuses a tu suegra con tu marido o con tu esposa. Si tienes alguna diferencia con ella, es mejor aclararla de manera diplomática.

- Comídete cuando vayas a casa de ellos. No se trata de que seas servil o te humilles, sino que ayudes y te solidarices en tareas sencillas como recoger la vajilla, lavar algún traste o poner la mesa.
- Si tienes hijos, jamás les hables mal de sus abuelos paternos o maternos.

- Nunca te pelees ni faltes el respeto a tu suegra o suegro. Recuerda que es la mamá o el papá de tu cónyuge y que también los quiere. Si la relación es insoportable, antes de perder el estilo, mejor aléjate.

- Las diferencias entre tu cónyuge y tú sólo competen a ustedes, no hagan escenitas frente a los familiares.

El padre, la madre y los hermanos de la pareja nunca van a dejar de serlo, y como tal hay que asumirlo. La realidad en nuestro país demuestra que uno de los principales motivos de consulta psicológica es precisamente los conflictos de pareja, y un aspecto que lo provoca es una mala relación con los familiares políticos.

El “estudio sobre el origen de los conflictos en la familia política” realizado en el 2011 por el Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social arrojó que en el caso de las mujeres la relación más conflictiva no es, como pudiera pensarse, con la suegra, sino con los cuñados. En cambio, en los varones la interacción más problemática sí es con la suegra, seguida por su padre político.

Debemos aceptar esta realidad, tener una relación sana con ellos es sinónimo de salud emocional, que seguramente robustecerá la vida en pareja.


Los roles adecuados serían los siguientes:

- Que los suegros respeten el espacio de la pareja.
- Mostrar independencia económica y emocional.
- Tener una vida afectiva satisfactoria.
- Que los suegros respeten las decisiones de pareja y resuelvan solos sus conflictos.
- Que la pareja asuma su rol de padres cuidando a sus hijos.

EL SEÑOR DEL MILAGRO DE SALTA, 15 SEPTIEMBRE


El Señor del Milagro de Salta
15 de Setiembre


Señor del Milagro es una advocación católica, venerada en la ciudad de Salta, provincia de Salta, norte de la República Argentina. Aproximadamente diez años después de la fundación de la ciudad de Salta, el 19 de junio de 1592, se divisaron dos grandes cajones flotando sobre las aguas del Océano Pacífico, en las cercanías del puerto del Callao en Perú. Uno de los cajones traía grabado a fuego la frase «Una virgen del Rosario para el convento de predicadores de la ciudad de Córdoba», hoy Convento de Santo Domingo, y el otro «Un Cristo crucificado para la iglesia matriz de la ciudad de Salta», imágenes barrocas (de la Escuela Castellana) que eran enviadas por el antiguo Obispo del Tucumán Fray Francisco de Victoria, que estuvo presente en la fundación de la ciudad. Jamás se supo qué embarcación las trajo desde España ni qué fue del mismo.

Una vez transportadas en procesión hasta Lima, la capital de Perú, el virrey García Hurtado de Mendoza ordenó que se cumpliera el mandato y la voluntad del Obispo Vitoria. De modo que las imágenes fueron cargadas a lomo de mula y transportadas aproximadamente 2800 km por el viejo Camino del Inca, dejando en Salta el Cristo correspondiente y continuando la peregrinación con destino a la ciudad de Córdoba. En Salta, la imagen cuya autoría se atribuyen a Juan Martínez Montañés, fue recibida con entusiasmo en el llamado desde entonces Campo de la Cruz y, luego de un solemne oficio religioso, ubicaron el Cristo crucificado en el altar de las ánimas —o sacristía de la iglesia matriz— donde fue olvidado por largo tiempo.

Luego de 100 años de la llegada de la imagen a Salta, exactamente a las 10 de la mañana del 13 de septiembre de 1692, un gran temblor sacudió la ciudad de Esteco, que quedó definitivamente arruinada, por lo que poco más tarde sería despoblada. El sismo fue también percibido en Salta, donde causó grandes daños, aunque no tan graves como en Esteco.

En la Iglesia Matriz de Salta se encontraba una imagen de la Inmaculada, que posteriormente se llamaría «Virgen del Milagro». Cuenta la tradición, que los asustados salteños pensaron que su ciudad sería destruida, pero los daños no fueron tan graves; en cambio, el templo había sufrido graves daños. Al ingresar al templo, se encontró la imagen de la Virgen en el suelo, a los pies del Cristo, como si lo mirara en actitud orante, sin que sufriera ningún daño en su rostro ni manos, pese al gran tamaño de la imagen y la altura desde la cual había caído. Los colores del rostro habían cambiado, quedando pardo y macilento. Este hecho fue interpretado como una súplica e intercesión de la Virgen ante su Hijo, con el resultado de los escasos daños sufridos por la ciudad.

La imagen fue llevada a la casa del donde fue exhibida toda la noche y rodeada de orantes. Al día siguiente, la imagen fue colocada en el exterior de la Iglesia Matriz. Allí se confirmó que los colores del rostro seguían cambiando.

Los temblores de tierra continuaron, aunque con menos intensidad. Uno de los Padres de la Compañía de Jesús, José Carrión, afligido por la situación sintió una voz, con toda claridad, que le decía «mientras no sacasen al Cristo en procesión, no cesarían los terremotos». El sacerdote se dirigió urgentemente a comunicar el mensaje recibido. Los padres jesuitas recordaron la imagen enviada por Vitoria, entraron al templo y bajándola con mucha dificultad la acomodaron en andas que sirvieron para sacarla al atrio de la derruida iglesia, liberando del encierro la imagen luego de un siglo entero. La colocaron frente a la iglesia que la Compañía de Jesús tenía en el centro de la ciudad, y el pueblo acudió al templo con antorchas encendidas. Las campanas llamaron a penitencia y la imagen fue sacada en procesión por los fieles salteños, con el ruego de que cesaran los temblores.

Al amanecer del día 15 la tierra dejó de temblar, aunque volvió a estremecerse a la noche, en medio de procesiones y rogativas. Al cesar los estremecimientos, el día 16 renació la calma y con ella se comenzó a hablar del «milagro». Días más tarde se tuvo noticias de la destrucción de Esteco, lo cual aumentó la magnitud del «milagro» obrado por la Virgen y el Señor de la iglesia de Salta.

Una nueva historia empezaba para esta sencilla imagen y para los salteños, que conservan hasta hoy su culto y su devoción.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 15 SEPTIEMBRE 2017, NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES


Lecturas de hoy Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores
15 septiembre



Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. 

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 30,2-3a.3b-4.5-6.15-16.20

R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí. R/.

Ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R/.

Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: «Tú eres mi Dios.»
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.

Qué bondad tan grande, Señor,
reservas para tus fieles,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (19,25-27):

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy viernes, 15 de septiembre de 2017


Después de contemplar la Cruz de Jesús, la liturgia nos propone contemplar a la Madre que "está junto a la Cruz" ("Stabat Mater iuxta crucem"). Hoy hacemos memoria de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores. Os propongo, en primer lugar, contemplar su imagen serena, tal como la reflejó la pintura de El Greco. En palabras de Cristina Kaufmann, la carmelita que meditó hondamente sobre este cuadro, "María lleva en sus ojos todo el martirio de su corazón y al mismo tiempo aflora en su mirada todo el sufrimiento de Jesús. Lo interior de María y lo exterior se han totalmente encontrado en el espejo de sus ojos, convertidos en un lago insondable de amor y de dolor".

De este hermoso y sereno cuadro os propongo saltar ahora a un cuadro contemporáneo, en el que la figura de la Madre Dolorosa se multiplica en los rostros de las madres que han vivido en carne propia los horrorres de la guerra, las madres refugiadas que huyen con su familia. No es necesario que busquemos pongamos aqui un rostro concreto, en los medios de comunicación aparecen muchas todos los días.

El evangelio nos propone el "triángulo joánico": Jesús, la madre, y el hijo. Es la nueva comunidad universal que nace con la muerte de Jesús. Solo superamos las barreras que nos dividen, el dolor que nos desgarra, cuando "estamos junto a la cruz de Jesús" y acogemos en nuestra casa a su madre.

MARÍA ES LA PRIMERA PARTÍCIPE DE TODO EL SACRIFICIO

María es la primera partícipe de todo el sacrificio
Sábado Santo. Tratemos de imitar a María en su fe, en su esperanza y en su amor, que la sostienen en medio de la prueba. 


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




Contemplemos el corazón de la Santísima Virgen -dolorido en la pasión, en las lamentaciones del profeta Jeremías. El profeta está refiriéndose a la destrucción de Jerusalén, pero en esta poesía, que es la lamentación, hay muchos textos que recogen el dolor de una madre, el dolor de María. Como dice el profeta: "Un Dios que rompe las vallas y entra en la ciudad".

Podría ser interesante el tomar este texto desde el capítulo II de las lamentaciones de Jeremías, e ir viendo cómo se va desarrollando este dolor en el corazón de la Santísima Virgen, porque puede surgir en nuestra alma una experiencia del dolor de María, por lo que Dios ha hecho en Ella, por lo que Dios ha realizado en Ella; pero puede darnos también una experiencia muy grande de cómo María enfrenta con fe este dolor tan grande que Dios produce en su corazón.

Un dolor que a Ella le viene al ver a su hijo en todo lo que había padecido; un dolor que le viene al ver la ingratitud de los discípulos que habían abandonado a su hijo; el dolor que tuvo que tener María al considerar la inocencia de su hijo; y sobre todo, el dolor que tendría que provenirle a la Santísima Virgen de su amor tan tierno por su hijo, herido por las humillaciones de los hombres.

María, el Sábado Santo en la noche y domingo en la madrugada, es una mujer que acaba de perder a su hijo. Todas las fibras de su ser están sacudidas por lo que ha visto en los días culminantes de la pasión. Cómo impedirle a María el sufrimiento y el llanto, si había pasado por una dramática experiencia llena de dignidad y de decoro, pero con el corazón quebrantado.

María -no lo olvidemos-, es madre; y en ella está presente la fuerza de la carne y de la sangre y el efecto noble y humano de una madre por su hijo. Este dolor, junto con el hecho de que María haya vivido todo lo que había vivido en la pasión de su hijo, muestra su compromiso de participación total en el sacrificio redentor de Cristo. María ha querido participar hasta el final en los sufrimientos de Jesús; no rechazó la espada que había anunciado Simeón, y aceptó con Cristo el designio misterioso de su Padre. Ella es la primera partícipe de todo sacrificio. María queda como modelo perfecto de todos aquellos que aceptaron asociarse sin reserva a la oblación redentora.

¿Qué pasaría por la mente de nuestra Señora este sábado en la noche y domingo en la madrugada? Todos los recuerdos se agolpan en la mente de María: Nazaret, Belén, Egipto, Nazaret de nuevo, Canaán, Jerusalén. Quizá en su corazón revive la muerte de José y la soledad del Hijo con la madre después de la muerte de su esposo...; el día en que Cristo se marchó a la vida pública..., la soledad durante los tres últimos años. Una soledad que, ahora, Sábado Santo, se hace más negra y pesada. Son todas las cosas que Ella ha conservado en su corazón. Y si conservaba en el corazón a su Hijo en el templo diciéndole: "¿Acaso no debo estar en las cosas de mi Padre?". ¡Qué habría en su corazón al contemplar a su Hijo diciendo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, todo está consumado!"

¿Cómo estaría el corazón de María cuando ve que los pocos discípulos que quedan lo bajan de la cruz, lo envuelven en lienzos aromáticos, lo dejan en el sepulcro? Un corazón que se ve bañado e iluminado en estos momentos por la única luz que hay, que es la del Viernes Santo. Un corazón en el que el dolor y la fe se funden. Veamos todo este dolor del alma, todo este mar de fondo que tenía que haber necesariamente en Ella. Apenas hacía veinticuatro horas que había muerto su hijo. ¡Qué no sentiría la Santísima Virgen!

Junto con esta reflexión, penetremos en el gozo de María en la resurrección. Tratemos de ver a Cristo que entra en la habitación donde está la Santísima Virgen. El cariño que habría en los ojos de nuestro Señor, la alegría que habría en su alma, la ilusión de poderla decir a su madre: "Estoy vivo". El gozo de María podría ser el simple gozo de una madre que ve de nuevo a su hijo después de una tremenda angustia; pero la relación entre Cristo y María es mucho más sólida, porque es la relación del Redentor con la primera redimida, que ve triunfador al que es el sentido de su existencia.

Cristo, que llega junto a María, llena su alma del gozo que nace de ver cumplida la esperanza. ¡Cómo estaría el corazón de María con la fe iluminada y con la presencia de Cristo en su alma! Si la encarnación, siendo un grandísimo milagro, hizo que María entonase el Magníficat: "Mi alegría qué grande es cuando ensalza mi alma al Señor. Cuánto se alegra mi alma en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava, y desde ahora me dirán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí, su nombre es Santo". ¿Cuál sería el nuevo Magníficat de María al encontrarse con su hijo? ¿Cuál sería el canto que aparece por la alegría de ver que el Señor ha cumplido sus promesas, que sus enemigos no han podido con Él?

Y por qué no repetir con María, junto a Jesús resucitado, ese Magníficat con un nuevo sentido. Con el sentido ya no simplemente de una esperanza, sino de una promesa cumplida, de una realidad presente. Yo, que soy testigo de la escena, ¿qué debo experimentar?, ¿qué tiene que haber en mí? Debe brotar en mí, por lo tanto, sentimientos de alegría. Alegrarme con María, con una madre que se alegra porque su hijo ha vuelto. ¡Qué corazón tan duro, tan insensible sería el que no se alegrase por esto!

Tratemos de imitar a María en su fe, en su esperanza y en su amor. Fe, esperanza y amor que la sostienen en medio de la prueba; fe, esperanza y amor que la hicieron llenarse de Dios. La Santísima Virgen María debe ser para el cristiano el modelo más acabado de la nueva criatura surgida del poder redentor de Cristo y el testimonio más elocuente de la novedad de vida aportada al mundo por la resurrección de Cristo.

Tratemos de vivir en nuestra vida la verdadera devoción hacia la Santísima Virgen, Madre amantísima de la Iglesia, que consiste especialmente en la imitación de sus virtudes, sobre todo de su fe, esperanza y caridad, de su obediencia, de su humildad y de su colaboración en el plan de Cristo.

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES, 15 SEPTIEMBRE

Nuestra Señora, Virgen de los Dolores
15 de septiembre




Los siete dolores de la Santísima Virgen que han suscitado mayor devoción son: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, los tres días que Jesús estuvo perdido, el encuentro con Jesús llevando la Cruz, su Muerte en el Calvario, el Descendimiento, la colocación en el sepulcro.

Simeón había anunciado previamente a la Madre la oposición que iba a suscitar su Hijo, el Redentor. Cuando ella, a los cuarenta días de nacido ofreció a su Hijo a Dios en el Templo, dijo Simeón: "Este niño debe ser causa tanto de caída como de resurrección para la gente de Israel. Será puesto como una señal que muchos rechazarán y a ti misma una espada te atravesará el alma" (Lc 2,34).

El dolor de María en el Calvario fue más agudo que ningún otro en el mundo, pues no ha habido madre que haya tenido un corazón an tierno como el de la Madre de Dios. Cómo no ha habido amor igual al suyo. Ella lo sufrió todo por nosotros para que disfrutemos de la gracia de la Redención. Sufrió voluntariamente para demostrarnos su amor, pues el amor se prueba con el sacrificio.

No por ser la Madre de Dios pudo María sobrellevar sus dolores sino por ver las cosas desde el plan de Dios y no del de sí misma, o mejor dicho, hizo suyo el plan de Dios. Nosotros debemos hacer lo mismo. La Madre Dolorosa nos echará una mano para ayudarnos.

La devoción a los Dolores de María es fuente de gracias sin número porque llega a lo profundo del Corazón de Cristo. Si pensamos con frecuencia en los falsos placeres de este mundo abrazaríamos con paciencia los dolores y sufrimientos de la vida. Nos traspasaría el dolor de los pecados.

La Iglesia nos exhorta a entregarnos sin reservas al amor de María y llevar con paciencia nuestra cruz acompañados de la Madre Dolorosa. Ella quiere de verdad ayudarnos a llevar nuestras cruces diarias, porque fue en le calvario que el Hijo moribundo nos confió el cuidado de su Madre. Fue su última voluntad que amemos a su Madre como la amó Él.

La Palabra de Dios

 La Piedad"Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.

Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. 
Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él. Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 

Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca." Lc 2, 34-45

"Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando." Lc 2, 48

"Vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que me atormenta," Lam 1, 12

PAPA FRANCISCO RECIBE A P. TOM UZHUNNALIL, SACERDOTE SALESIANO QUE FUE SECUESTRADO POR ISIS


El Papa recibe al P. Tom Uzhunnalil, sacerdote salesiano que fue secuestrado por ISIS
 Foto: L'Osservatore Romano






VATICANO, 13 Sep. 17 / 10:50 am (ACI).- El P. Tom Uzhunnalil, liberado el martes 12 de septiembre tras haber permanecido 18 meses secuestrado en Yemen por terroristas de Estado Islámico, acudió este miércoles al Vaticano donde le recibió el Papa Francisco.

“He rezado todos los días por usted, ofreciendo los sufrimientos por su misión y por el bien de la Iglesia”, le dijo el sacerdote salesiano de origen indio al Santo Padre.



Foto: L'Osservatore Romano

El Pontífice recibió al P. Tom en su residencia de la Casa Santa Marta. Apenas lo vio, el misionero se arrodilló ante el Papa, que rápidamente le ayudó a ponerse en pie. Francisco le abrazó y le aseguró que continuará rezando por él como ha hecho durante su cautiverio. El sacerdote salesiano, a continuación, le besó las manos.

Según señala el diario del Vaticano L’Osservatore Romano, durante la conversación que mantuvo con el Papa, el P. Tom le explicó que su mayor pesar durante su cautiverio fue no poder celebrar la Eucaristía, “aunque todos los días repetía dentro de mí, en mi corazón, todas las palabras de la celebración”, indicó.



Foto: L'Osservatore Romano

Además, también afirmó ante el Papa que ahora que ya está libre continuará “rezando por todos los que han estado espiritualmente a mi lado”. En especial, indicó que recuerda de las cuatro religiosas y los doce ancianos que atendían cuando se produjo el asalto de los terroristas.

El P. Uzhunnalil fue secuestrado el 4 de marzo de 2016 después de que un grupo de yihadistas de Estado Islámico asaltaran el albergue de ancianos y personas con discapacidad que administraba un grupo de religiosas de las Misioneras de la Caridad en Aden, Yemen.

Durante el asalto, los terroristas asesinaron a cuatro religiosas, a doce ancianos y secuestraron al sacerdote salesiano.



Foto: L'Osservatore Romano

El estado de salud del P. Tom es bueno a pesar del largo cautiverio. En una carta hecha pública por el Rector Mayor de los Salesianos, P. Ángel Fernández Artime, se asegura que la Congregación Salesiana “no ha pedido el pago de ningún rescate y no tiene noticias de que se haya hecho ningún pago”.


Además, el Rector Mayor en la carta expresó “nuestra profunda gratitud a Su Majestad el Sultán de Omán y a las autoridades competentes del Sultanato por la labor humanitaria que han realizado”.



El P. Tom en Roma con sus hermanos salesianos. Foto: Info ANS

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 15 DE SEPTIEMBRE


Los cinco minutos de María
Setiembre 15



Para dar, es preciso tener; teniendo en cuenta el papel sublime de dispensadora de las gracias concedidas a los hombres, confiado por Dios a María, ¿no convenía que la colmara de los tesoros sobrenaturales más grandes? ¿No era acaso conveniente que la vida divina se derramara plenamente en ella, toda vez que por ella esta vida debía venir a nuestras almas?

Ella es lo que es, para poder darnos a nosotros; cuanto más nos acerquemos a ella por la amorosa devoción, más recibiremos sus gracias.

Virgen y Señora mía, cúbreme con el manto de tu protección y así viviré seguro y feliz.



* P. Alfonso Milagro

FELIZ VIERNES!!!





jueves, 14 de septiembre de 2017

CONFESIÓN FRECUENTE


Confesión frecuente




No esperamos a estar cubiertos de barro e inmundicia para bañarnos, sino que nos bañamos regularmente. Así también debe suceder con la confesión con el sacerdote. No hay que esperar a cometer un pecado mortal para ir a confesarnos, sino que debemos confesarnos regularmente, al menos una vez por mes, confesando los pecados veniales, si es que, gracias a Dios, no cometimos pecados graves.

Porque en la confesión se reciben gracias y fuerza para seguir en el camino hacia la santidad, y este sacramento nos va curando las heridas del alma, las consecuencias que nos han dejado los pecados pasados ya perdonados.

A veces nos cuesta ir a confesarnos, porque esto requiere un acto de humillación al tener que decir las culpas y pecados al sacerdote. Pero justamente esto es lo importante, porque ya lo dice el Señor que quien se humilla, será ensalzado; y nosotros, humillándonos ante el representante del Señor, que es el sacerdote, recibimos no solo el perdón de los pecados, sino que somos colocados en un grado más elevado de santidad.

En cada confesión bien hecha, el Señor derrama su sangre preciosa sobre nuestras almas, y nos recubre con su misericordia infinita.

Debemos confesarnos de forma urgente si tenemos la desgracia de cometer un pecado mortal. Tenemos que hacer así: si por desgracia cometemos un pecado grave o mortal, al momento siguiente de haberlo cometido tenemos que hacer un acto de contrición con el firme propósito de ir a confesarnos con el sacerdote cuanto antes podamos.

El acto de contrición debe ser un pedir perdón a Dios porque le hemos causado dolor con nuestro pecado, porque con nuestro pecado lo hemos vuelto a crucificar. Entonces ya si morimos en ese estado, antes de confesarnos, igual nos salvaremos porque no estamos ya en pecado, pero siempre y cuando no dejemos de ir a confesarnos con el sacerdote cuanto antes.

Porque lo importante es no permanecer ni un momento en pecado mortal, pues si morimos en ese estado, nos condenamos para siempre en el Infierno.

Recordemos el dicho que dice: “Pecador no te acuestes nunca en pecado, no sea que despiertes ya condenado”.

Así que si tenemos la gran desgracia de cometer un pecado grave, inmediatamente hagamos un acto de contrición, es decir, pedir perdón a Dios porque nos duele haberle ofendido tanto, y tratemos de confesarnos cuanto antes con el sacerdote.

Busquemos un buen sacerdote para confesarnos, porque si bien todos los sacerdotes tienen el poder de perdonar los pecados, hoy lamentablemente hay muchos sacerdotes que no están en la buena doctrina y ya no consideran como pecados los que realmente siguen siendo pecados. Esta es una lamentable realidad, y sucede a veces que cuando uno se va a confesar de un pecado, por ejemplo de impureza, a veces se encuentra con que el sacerdote le dice que eso no es pecado. ¡Qué barbaridad! Esto es parte de la oscuridad que ha sembrado el demonio dentro de la Iglesia.

Así que sepamos que todos los sacerdotes perdonan los pecados, pero no todos nos pueden aconsejar bien. Busquemos un sacerdote santo y prudente para abrirle nuestro corazón.


© Sitio Santísima Virgen

ANTES DE LEER LA BIBLIA


Antes de leer la Biblia




Dios está vivo en su Palabra para iluminarte, consolarte, fortalecerte… Pero debes acercarte a ella con verdadera fe. Antes de leerla es adecuado que te pongas en la presencia del Señor con alguna oración que te ambiente en un clima de devoción y acogida cordial del don de Dios. Puede servirte la que sigue.

Dios, mi Padre bondadoso. Estoy rodeado de ruidos y voces. Estoy cansado de escuchar palabras sin verdad, sin el calor de la intimidad personal, sin la eficacia del amor comprometido. Tú, Señor, me hablas con una Palabra nueva. Por eso quiero escucharte. Porque tu Palabra me muestra la verdad, me revela la eficacia de tu amor, me ofrece la participación en tu misma vida. Señor, que tu Palabra se haga carne en mi vida. Te ofrezco un corazón pobre y abierto. Siembra en mí tu Palabra, que tu Espíritu la haga fecunda, como en el seno de María, la Santísima Virgen y Madre de Jesús. Y seré en el mundo el eco de tu voz, la proclamación de tu Evangelio. Amén.

La actitud de humilde escucha es decisiva para leer con provecho, pero es un don que debes pedirle al Señor con la confianza de un hijo. Y el libro sagrado te animará con promesas de vida sin fin, será para ti una escalera para subir al cielo, te ofrecerá normas simples de vida inocente y te descubrirá el amor entrañable de Dios por ti. Que sea tu alimento cotidiano.


* Enviado por el P. Natalio
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