jueves, 14 de julio de 2011

NO PIERDAS EL ÁNIMO, VALE LA PENA VIVIR


Autor: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net 
No pierdas el ánimo, vale la pena vivir Vale la pena vivir... porque Dios nos ama, porque nos regala la vida cada día, porque somos sus hijos.  
  
EL ánimo es alma y soplo.
Alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana.
Perder el ánimo es perder la esencia de la vida. Hay un refrán que nos dice así:- " Si pierdes el dinero, no has perdido nada. Si pierdes el amor, has perdido algo. Si pierdes el ánimo, lo has perdido todo." 

Y es que por muchos reveses e infortunios que nos lleguen, todo se podrá resistir si no perdemos el ánimo.
En nuestros días vemos muchas personas que están sumidas en una gran depresión y en esa gran depresión está la falta de ánimo. Son cuerpos que les falta la vida, todo les da igual, y se dejan morir lentamente porque el ánimo se les fue. Lo perdieron, alguna veces por causas muy justificadas: la pérdida de uno o varios seres queridos, una grave enfermedad y cosas tan fuertes que el ánimo ya no está dentro del cuerpo. Entró la tristeza, el abatimiento y el ánimo desapareció. 

Se ha perdido. Cuando perdemos algo valioso queremos poner un anuncio en el periódico. Queremos encontrarlo, queremos recuperarlo y anunciamos esta pérdida para ver si logramos encontrarlo.
Pero el ánimo ¿dónde encontrarlo de nuevo?... Se nos acercan personas que nos quieren dar algo del que traen consigo, a veces lo logran, quizá por un rato, que ese espíritu nos aliente y nos reconforte pero luego, como no era nuestro propio ánimo, volvemos a quedar sumidos en la propia situación. 

Pero como cosa contraria también vemos personas y casos que aún en los peores momentos, en los más amargos trances, se conservan serenas con el ánimo aferrado a su propio dolor. Enfermos que llevan su pesada cruz dándonos un ejemplo de valentía y buen estado de ánimo. Personas minusválidas que no se dejan vencer por la adversidad de sus limitaciones. Todos las conocemos o sabemos de ellas y nos están brindando un ejemplo maravilloso con su alegría, su conformidad y su aceptación. 

Cuando atravesamos un momento difícil, una dura prueba, hemos de luchar por no perder el ánimo. Llorar, sentirse triste es cosa natural en ciertos momentos, pero el ánimo está ahí diciéndonos que las cosas se van a arreglar, que siempre hay un "mañana"... que hay que luchar por cambiar esa situación o problema. 

Cuando se trata de un mal que no tiene remedio, porque el ser querido se fue o porque no tardaremos en alejarnos de los seres que amamos...pensemos mejor en el ejemplo que les queremos dejar, valientes en nuestra partida y que no es el final, sino el comienzo de una nueva vida en la que algún día nos volveremos a ver. 

Y si lo que lloramos es la ausencia de un ser amado, la fe nos dará el ánimo que necesitamos para aceptar ese misterio que está en las manos de Dios y que es la Vida y la Muerte. 

Y ante estas borrascas que nos alcanzan en el caminar de nuestros días, pidamos saber levantarnos como el Ave Fénix de las cenizas del dolor con el ánimo de saber que la vida vale la pena vivirla porque siempre hay quién nos necesita. Dio ssiempre tiene algo nuevo para nosotros cada día. 

Vale la pena vivir... porque Dios nos ama, porque somos sus hijos.  



miércoles, 13 de julio de 2011

SABER ORAR...

Saber orar


Cuentan que un humilde zapatero tenía la costumbre de hacer siempre sus oraciones en la mañana, al mediodía y en la tarde. Se servía de un libro de plegarias porque no se sentía capaz de dirigirse al Creador con sus pobres palabras. Un día, se sintió muy mal porque, estando de viaje, olvidó su libro.

Nuestro buen zapatero le dijo entonces a Dios: "Perdóname, Dios mío, porque necesito orar y no sé cómo. Ahora bien, ya que Tú eres un Padre de amor voy a recitar varias veces el alfabeto desde la a hasta la z, y Tú que eres sabio y bueno podrás juntar las letras y sabrás qué es lo que yo te quiero decir".

Cuenta la historia que ese día Dios reunió a sus ángeles en el cielo y les dijo conmovido que esa era la más sincera y la más bella de las oraciones que le habían hecho en mucho tiempo. Una oración con las cualidades de la plegaria que hace milagros, cierra heridas, ilumina, fortalece y acerca los corazones, es decir, una plegaria humilde, confiada, sincera y amorosa. 

¡Cuánta necesidad tenemos de estas oraciones!
Todos debemos aprender a orar con el corazón, a alabar, a bendecir, a perdonar, a agradecer. Y, claro, a tener bien presente que la oración se ve en la acción, en los buenos frutos y en un compromiso por la justicia y por la paz. En efecto, actuar sin orar es desgastarse y orar sin actuar es engañarse. 

Por eso comparto con ustedes este comentario al Padre Nuestro, esperando deje valiosas inquietudes en su espíritu:

Di Padre, si cada día te portas como hijo y tratas a los demás como hermanos.

Di Nuestro, si no te aíslas con tu egoísmo.

Di que estás en los cielos, cuando seas espiritual y no pienses sólo en lo material.

Di santificado sea tu Nombre, si amas a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas tus fuerzas.

Di venga a nosotros tu Reino, si de verdad Dios es tu rey y trabajas para que Él reine en todas partes.

Di hágase Tu voluntad, si la aceptas y no quieres que sólo se haga la  tuya.

Di danos hoy nuestro pan, si sabes compartir con los pobres y con los que sufren.

Di perdona nuestras ofensas, si quieres cambiar y perdonar de corazón.

Di no nos dejes caer en tentación, si de verdad estás decidido a alejarte del mal.

Di líbranos del mal, si tu compromiso es por el bien.

Y di Amén si tomas en serio las palabras de esta oración.



FALTAS TÚ...


Faltas Tú...





Dios me pidió un poema sobre las bellezas de la creación, y yo me puse a hablar de las cosas que El creó.

Hablé del sol, y sentí sus manos calentándome.

Hablé de la luna, y sentí su brillo envolviéndome.

Hablé de la noche, y sentí sobre mí su manto de estrellas.

Hablé de todo lo verde del planeta, y sentí su soplo de esperanza.

Hablé de las aguas, y sentí su inmersión en el misterio de mi espíritu.

Hablé del cielo, y sentí que su azul me protegía.

Hablé del fuego, y sentí sus llamas quemando mis penas.

Hablé del aire, y sentí su soplo divino renovándome.

Hablé de todos los seres, y sentí su presencia en cada forma viviente.

Y a El le presente todo lo que escribí: " Aquí está el poema que pediste, espero que apruebes todo lo que escribí "

Y oí su respuesta: " Prosigue, aún no has hablado de ti" 

CÓMO NO HE DE ADORARTE...


Cómo no he de adorarte



¿Cómo no he de adorarte, Jesús mío, si eres el suave manto de rocío que ha revivido mis raíces secas?
¿Cómo no he de adorarte si tu truecas en esperanza ardiente mi hondo hastío?
 
¿Quién como tú Jesús? que das al río cauce y corriente que jamás se agota y que haces estallar la estéril roca en fresco manantial para el estío. 
 
Ya mi vaso jamás veré vacío ni seré más un triste abandonado, no sentiré la herida del pecado ni del traidor mordaz el desafío. 
 
La misma soledad de ningún modo, torna mi vida triste y desolada, porque si ayer sin Ti, no tuve nada, hoy contigo Jesús, lo tengo todo. 
 
Es tan bello Señor, estar contigo y tiene tu verdad tan dulce acento, que sin poder decirte lo que siento, arder yo siento en mi lo que te digo. 
 
En la cumbre estelar de lo que ansío, Tú eres la luz polar que solo veo, eres mi fe, en Ti solo yo creo y es solo tu poder, mi poderío. 
 
Más si al fin de mi senda, Jesús mío nubló mi ser la sombra de la muerte de nada temeré porque confío que en la aurora estelar habré de verte.

ORACIÓN POR MIS AMIGOS...

martes, 12 de julio de 2011

¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABRA "PAPA"?

 
 Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
¿Qué significa la palabra "Papa"? 
El término “Papa” procede del griego “Pappas” o “Papas” y significa “papá” o “padre”  
  



Un error muy difundido en internet acerca de por qué al Sumo Pontífice se le dice "Papa" es el que se basa en las iniciales de 4 palabras latinas: P etrí - A postoli - P otestatem - A ccipiens, y se traducen así: "El que recibe la Potestad del Apóstol Pedro". 

El segundo error en la interpretación del significado es el que se atribuye a la unión de las dos primeras sílabas de estas palabras latinas: PA ter y PA stor, que se traducen como "padre y pastor". 
El orígen de la palabra PAPA es muy distinto. El término “Papa” procede del griego “Pappas” o “Papas” y significa  “papá” o “padre”. Se encuentra testimoniado en Aristófanes (Pax 120), Menandro (Mis 213). P. Levillain observa que en Homero significa “sacerdote”.

Como quiera que sea, el término se hizo común en oriente como signo de afecto y respeto para con obispos y sacerdotes. 

En Occidente hace su aparición a inicios del S. III, progresivamente se fue aplicando a los obispos [Cipriano, Ep 8,8.23,30; 31,36]. Aplicado al obispo de Roma como signo de afecto y respeto se encuentra por vez primera en una inscripción del diácono Severo a san Calixto: "Jussu Papae sui Marcellini" (por orden del Papa Marcelino). Se hizo específico para finales del S. IV y en el V al título se precisa la expresión “Papa Urbis Romae" (Papa de la ciudad de Roma). 

En el S. VI la cancillería de Constantinopla se dirigió al obispo de Roma con el título “Papa”. Para finales del S. VIII el título se emplea solamente para los romanos pontífices. Con Gregorio V (996-999) el Concilio de Pavía estipuló que el arzobispo Arnulfo de Milán no se designara así. Gregorio XI (1073-1085) prescribió de modo formal que el título se aplicara definitivamente a los sucesores de Pedro. 

La expresión “Santísimo Padre” se remonta al S. XII y corresponde al significado histórico de “papa”, es decir, “reverendo padre” y con él se relaciona su definición de “pater patrum”, de uso común por parte de los obispos de la Iliria y del África que así se dirigían a los sucesores de Pedro en los primeros siglos VI-VII. 

Nominalmente el Papa es el Obispo de la Diócesis de Roma. Según la tradición católica, desde que San Pedro se estableció para predicar el Evangelio en la ciudad y nombró su sucesor a uno de los Presbíteros de Roma, se ha establecido la ciudad como la sede de la Iglesia Universal. 

En el principio a los sucesores de San Pedro se los llamaba simplemente Obispo de Roma. El título de "Papa", como hemos visto, comezó a ser usado muchos siglos después. 

El título papa, que alguna vez fue utilizado con gran amplitud, actualmente se emplea exclusivamente para denotar al Obispo de Roma quien, en virtud en su posición como sucesor de san Pedro, es el supremo pastor de toda la Iglesia, el vicario de Cristo sobre la tierra. Además del obispado de la diócesis romana, el Papa detenta varias otras dignidades junto con la de pastor universal y supremo.

Él es el arzobispo de la provincia romana, primado de Italia e islas adyacentes, y único patriarca de la Iglesia Occidental. La doctrina de la Iglesia acerca del Papa fue declarada por el Concilio Vaticano I en la Constitución Dogmática “Pastor Aeternus”, el 18 de julio de 1870. 

Los cuatro capítulos de esa constitución tratan respectivamente del oficio de cabeza suprema conferido a san Pedro, la perpetuidad de ese oficio en la persona del romano pontífice, la jurisdicción papal sobre todos los fieles y su autoridad suprema para definir cuestiones de fe y moral. 
(Enciclopedia Católica)  

CONSEJOS DE UN CURA VETERANO A UN CURA JOVEN...


Consejos de un cura veterano a uno joven



• El único Salvador es Jesucristo. El cristianismo ya está inventado. Ayudar a vivirlo hoy, es tu misión.

• Si predicas a otro que escuche la Palabra de Dios, escúchala tú primero.

• La oración no tiene buena prensa, pero sin ella no “saborearás” a Dios.

• Cuando hables, prepárate, que sabemos mucha teología, pero somos capaces de decir muchos “disparates”.

• No te pegues al dinero, pésimo pegamento, mal amor, pero buen criado. No abunda hoy el “cura avaro”, sino el “gastón”; ni uno ni otro evangeliza.

• Si pudiendo elegir un trabajo, escoge el menos remunerado; estarás cerca del Evangelio. Si esto lo haces “sin presumir”, más evangélico aún.

• No gastes “aires de superioridad”. La sencillez gana los corazones.

• Al llegar a un pueblo elogia su agua, su clima y sus gentes. Consejo de un cura que ya ha vivido mucho. Y “sabe más el diablo por viejo….”

• Si empiezas desarmándolo todo, malo, malísimo. Decía otro cura de antaño: En el primer año ver, oír y callar, sobre todo callar. Y como norma, hablar siempre bien del antecesor. Esto edifica “cantidad”.

• Si gastas dinero de la comunidad, rinde cuentas a la comunidad.

• Nunca llames “perder el tiempo” a charlar con la gente de sus cosas y preocupaciones, sean cristianas o no. Basta que sean personas.

• Y menos creer que escuchar y perdonar pecados es labor inútil, aunque lo parezca y no “brille”.

• Si te toca ayudar a un cura mayor, recuerda que es cura y que es mayor.

• Consulta tus proyectos con peritos, compañeros, pueblo, comunidad. Consultar no es tiempo perdido. Tú no eres infalible… ¡Y la Iglesia tiene más de dos mil años!

• En ocasiones te verás convertido en custodio de arte religiosos. Todo arte, más el religioso, es signo de la belleza de Dios. Respétalo como algo divino.

• No te metas a “gobernar” la política, la cultura, los sindicatos… ¿Te parece poca extensa tu parcela religiosa? Respeta la ley de “incompatibilidades”. Y no seas cacique.

• Tu tarea apostólica quedará estéril si no suscitas hombres y mujeres apóstoles en todos los campos. Haz comunidad continuadora de la obra de Jesús.

• Tarde o temprano, en el horizonte de tu vida aparecerá marcado por el dolor, la tentación, la fragilidad, la cruz. Eres ministro del crucificado. No extrañes, no rehúyas la cruz.

• Tu celibato te exigirá renuncia, ofrecimiento, lucha… Y somos ¡tan frágiles! Por lo menos andemos advertidos por el mundo.

Si has tenido paciencia para leer los consejos de este cura veterano, te saludo como compañero. Si reflexionas en ellos, eres casi amigo. Si te sirven de algo, reza por mí.

JESÙS NO TIENE MANOS...

 
Jesús no tiene manos 

JESÚS no tiene manos,
tiene sólo nuestras manos
para construir un mundo nuevo
donde haya más fraternidad y justicia.

JESÚS no tiene pies,
tiene sólo nuestros pies,
para poner en marcha a los derrotados
por el camino de la libertad.

JESÚS no tiene labios,
cuenta tan sólo con nuestros labios
para anunciar a los hombres
la buena noticia de la salvación.

JESÚS no tiene recursos,
cuenta tan sólo con nuestro trabajo
para lograr que todos los hombres
vivan como hermanos.

JESÚS, aquí tienes mis manos, mis pies,
mis labios, mi trabajo, mi sonrisa,
mi tiempo, mi ilusión, mi vida.

¡Aquí estoy Señor!
¡Iré contigo!
Eduardo Cáceres Contreras

LA FAMILIA


La Familia




La familia es lo más importante y valioso que tienes. Considérate un privilegiado y reconoce en ella tu mayor riqueza.

La familia es como un oasis en el desierto de la vida. En ella es donde saciamos nuestra sed de amistad, orientación y comodidad. Con ella nos sentimos seguros de que no estamos solos en esta jornada. Tus familiares son tus mejores amigos. Ellos sí, realmente, te quieren. La familia es la base que sostiene la sociedad. Es tu refugio en los días de tormenta. 

Presérvala como un tesoro que es igual para ricos y pobres.











UNA VEZ

 
UNA VEZ...

Una vez que hayas dado un paso hacia adelante con fe, nunca mires atrás o comiences a lamentarte por lo que has dejado atrás. Simplemente espera el futuro más maravilloso y contémplalo realizarse. Deja lo viejo atrás; está terminado.

Agradece las lecciones que has aprendido y las experiencias que has tenido. Te han ayudado a crecer y te han dado un conocimiento más profundo, pero no trates de aferrarte a ellas.
Lo que te está esperando es mucho, mucho más prodigioso que lo que has dejado atrás. Dice Dios: "Si has puesto tu vida bajo Mi guía y Mi dirección directas..... ¿Cómo puede irte mal en algo?"

Cuando das un paso adelante y luego te preguntas si has hecho bien, y te permites dudar y temer, las cosas comienzan abrumarte, y te encuentras agobiado por el peso de tu decisión.

De manera que relájate, libérate del pasado y avanza con el corazón colmado de amor y gratitud. 


Eileen Caddy.
 
                                                                                                     
 





DE LA MANO...


De la mano...

 Creo que no existe nada más sincero que "caminar de la mano con alguien". En el sentido amplio de la palabra, caminar con su compañera/o, de la mano, sea por la calle o por la vida...

Nada más lindo... También en el sentido figurado, o sea, estar siempre listo para caminar "de la mano" con una persona amiga, ayudándola en el más amplio sentido de la palabra (una ayuda moral), oyendo un desahogo... o socorriéndola en una necesidad.

En fin... ¿puede existir algo más lindo que una pareja de viejitos, que después de caminar la vida entera, lado a lado, de la mano, aún losigan haciendo en un inocente paseo, en un parque o en la playa?

Es importante que aprendamos el valor que representa el calor de las "manos juntas".

¿Existe algo más agradable que simplemente oír un desahogo de una persona amiga? Si hay algo que decir para ayudarla o consolarla, hazlo, si nada puedes hacer sólo la actitud de oír ya valió la pena....

Nos posibilita reanudar lazos perdidos en el tiempo, posibilitando una comunicación con personas que ya juzgábamos irremediablemente apartadas... sean parientes o amigos.

Así, si las personas buscarán más la unión en las "manos dadas" (de la mano), ciertamente el mundo sería mejor.



 


 
 

lunes, 11 de julio de 2011

CÓMO OFRECER EL EVANGELIO

Cómo ofrecer el Evangelio
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
El mundo ha levantado mil barreras al Evangelio. No tienen ni tiempo ni deseos de escuchar la noticia que cambia: Cristo me amó y se entregó a sí mismo por mí.
 

Cómo ofrecer el Evangelio

La fe surge desde el don de Dios y desde la libertad de cada uno. No puede ser impuesta, ni se consigue por los méritos personales. No se  gana como un premio, ni se conserva gracias a las cualidades que uno tenga.

La fe, además, es dinámica. No podemos acoger un regalo tan grande sin sentir, dentro del alma, el deseo de compartirlo a otros. Quisiéramos que familiares, amigos, compañeros de trabajo, personas que conocemos, puedan abrir sus corazones, encontrar a Cristo, recibir el don de Dios, dar un sí que les introduzca en la familia de los creyentes. De este modo, llegarán a ser parte del Cuerpo de Cristo, de la Iglesia.

Pero el mundo ha levantado mil barreras al Evangelio. Unos simplemente no tienen ni tiempo ni deseos de escuchar la noticia que cambia: Cristo me amó y se entregó a sí mismo por mí (cf. Ga 2,20). Otros están aturdidos por los placeres, por las riquezas, por las preocupaciones de este mundo (cf. Lc 8,14).

Otros tienen miedo: miedo a ser ridiculizados, relegados, criticados, incluso despedidos y castigados (cf. Lc 8,13). Para evitar problemas en este breve tiempo dejan de lado el ofrecimiento más importante: el bautismo que salva (cf. 1Pe 3,21).

Mientras, el tesoro sigue escondido en un campo, la perla no ha sido descubierta (cf. Mt 13,44-46). Miles de corazones siguen tras placeres de espejismo, tras drogas para los corazones o para los cuerpos. Se dejan atrapar por la avaricia o la soberbia.

¿Cómo podemos ofrecer el Evangelio? ¿Cómo conseguir que la luz que ilumina a todo hombre llegue a más corazones (cf. Jn 1,9)?

Ante nuestra pequeñez, ante la gran cantidad de dificultades, sentimos la urgencia de rezar a Dios para pedirle que nos haga mensajeros convencidos, enamorados, coherentes, de su Evangelio. Para suplicarle que nos permita hablar con nuestros actos, con nuestra integridad, con nuestra alegría, con nuestra justicia. Para que nos dé fuerzas para que el amor esté siempre encendido, como lámpara que brilla sobre los techos (cf. Mt 5,15-16).

Así será posible que pronto, muy pronto, otros hombres y mujeres puedan confesar que Cristo Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre (cf. Flp 2,11).

TODOS TENDREMOS UN FIN...

Todos tendremos un fin


Si bien, la idea de la muerte nos sobrecoge, sobre todo si la experimentamos en alguien cercano, hemos de contar con ella para prepararnos para ese momento. Un cuento nos lo ilustra.

Salím era el sirviente favorito del Rey Salomón. Vivía en el palacio en Jerusalén y se encargaba de que todo estuviera en orden y no faltara nada. Por ello aquel día salió muy de mañana del palacio rumbo al mercado. Necesitaba supervisar personalmente los ingredientes necesarios para preparar un banquete que tendría lugar esa noche para celebrar al rey. Al llegar al mercado empezó a inspeccionar los diferentes puestos en busca de los mejores comestibles. Mientras miraba las especies, he aquí que de repente se encuentra de frente con la figura tenebrosa de la misma muerte que iba cubierta con un manto negro. Ambos se miraron muy sorprendidos. Salím al instante salió corriendo, tomó su caballo y se dirigió al palacio de vuelta.

Espantado y con miedo, pidió hablar con el rey. Aún con temblor le contó lo sucedido y cómo la muerte se sorprendió. Por ello le pedía el mejor caballo para salir huyendo a toda prisa hacia Damasco y alcanzar a llegar a sus puertas justo al ponerse el sol. El rey sabio intentó calmarlo diciéndole que la muerte es inevitable y le advirtió que nada impide que llegue a su tiempo. Sin embargo su sirviente insistió, por lo que el rey ordenó que se le diera su propio caballo, tal como lo deseaba.

Sin más demora, Salím partió hacia Damasco. A toda velocidad salió de la ciudad y emprendió la huída desesperada. Se repetía insistentemente: “Tendré que llegar a las puertas de Damasco justo al ponerse el sol”. Parecía difícil la meta pues estaba mucha distancia. Sin embargo, el caballo era extraordinariamente fuerte y veloz. Nada lo distraía ni detenía, ni siquiera para comer algo, y a toda velocidad cabalgaba queriendo llegar con el sol a su destino. Casi se ponía el sol cuando por fin ve a lo lejos la ciudad. Quiso poner un último esfuerzo seguro de llegar a las puertas de Damasco justo al ponerse el sol como se había propuesto.

Sin embargo, cuál va siendo su sorpresa que, junto a las puertas de Damasco, le esperaba una extraña silueta que fue reconociendo conforme se acercaba. Era la figura lúgubre de la misma muerte que esperaba con su manto negro de pie.

Rendido por el cansancio, ya no podía intentar huir. Llegó a las puertas justo al ponerse el sol. Se detuvo, bajó rendido del caballo y se sometió a la muerte: “Has vencido, aquí me tienes”, le dijo. Ésta lo saludo cortésmente diciéndole: “Sí Salím, hoy es el día en que estaba dispuesto que te llevara conmigo”. Sin embargo Salím quiso salir de una duda y se la hizo saber a la muerte: “Si estabas dispuesta a llevarme contigo, ¿por qué en el mercado te sorprendiste tanto al verme?”. La muerte respondió: “Efectivamente, me quedé muy sorprendida al verte en el mercado, pues tenía asignado recogerte justo al ponerse el sol en las puertas de Damasco. Al verte en el mercado pensé que no era posible hacerlo, pero ahora veo que has llegado puntual a la cita”, y diciendo esto se lo llevó consigo.

El carácter ineludible de la muerte nos debe llevar a estar preparados tanto respecto a nuestros asuntos humanos, pero sobre todo en los espirituales puesto que entramos a la vida definitiva.


Pbro. José Martínez Colín


CIERRO SUAVEMENTE LAS PUERTAS...


Cierro suavemente las puertas... 



Cierro suavemente la puerta a todas las distracciones exteriores y me encuentro con Dios en el silencio de mi ser.

En el silencio se renueva mi conciencia de Dios y de los dones que Él me ha brindado.

En silencio, recibo el don de paz y lo acepto ahora en mi vida. La paz es la copa que presento para que sea colmada con todas las bendiciones que estoy dispuesto a recibir.

En silencio recibo el don de la guía. Me  colma, me rodea e ilumina mi camino. Avanzo, viviendo y marchando bajo la maravillosa luz reveladora de Dios.

En silencio recibo el don de la curación. Ahora la curación brota desde lo más profundo de mí. Estoy sano, bien y fuerte.

En silencio reclamo los dones que me ha dado Dios y digo: "Te agradezco, Señor, la paz, la guía y la curación".

"Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto". Mateo 6, 6 

EL SEMBRADOR


El SEMBRADOR.
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Era una tierra árida, gris, abierta por numerosos surcos negros que zigzageantes la cruzaban como enormes cicatrices de guerras pasadas. Desértica, amarilla, totalmente inerte, aguantaba los ardorosos rayos del sol que la quemaban las entrañas, filtrándose entre sus grietas.
Ni una nube, ni un hálito de esperanza surcaba el cielo para calmar su sed amarga con una sola gota de lluvia blanca y perlada.

El Sembrador caminaba, mirando con sus bellos ojos la tierra reseca y árida. Había viajado mucho, cruzando bosques angostos, sábanas africanas, estepas blancas por la nieve, enormes montañas, y en todas ellas había dejado caer una semilla de esperanza.
Abrió sus brazos de par en par y soltó aquella carga tan preciada, dejándola posar suavemente sobre la grieta abierta en la tierra llana y, sentado, esperó a ver si brotaba...

La semilla asustada se acurrucó en la grieta, temerosa de sacar sus raíces al alba. Pero poco a poco las tinieblas se tornaron blancas y estirándose inició su ascendente marcha.
En su mente evocaba la adusta visión de la tierra y pensó que no sobreviviría en aquella hostil explanada. Mas de pronto en su boca cayeron gotas de agua, preciosas, sanadoras, que le dieron esperanza, y continuó subiendo por la grieta que la encerraba. Su piel comenzó a sentir el calor de los rayos del sol que con brazos amorosos la cobijaban, dándole cariño como si de un niño se tratara.

Ya veía la luz, ¿qué hacer? .... Y en un último esfuerzo se asomó a la ventana, abrió los ojos y .....
¿Qué vio?...

La tierra no estaba muerta, negra y hastiada, sino llena de alegría, verde y azulada. Las flores con sus colores invitaban a mirarlas y los pájaros con sus cantos alegraban la mañana.

De pronto se sintió avergonzada ante tanta belleza. Ella era pequeña y fea; no tenía nada...
Volvió la vista a lo alto y vio, asombrada, que lenta y cálidamente el Sembrador la esperaba. La cogió entre sus manos dulcemente y posó sobre ella su mirada. Lo que vió la semilla le alegró su apenada alma...
A los ojos de Èl era hermosa, llena de flores blancas, con abundante fruto que esperaba brotar. No importaba lo que hubiera sido, ni la tierra en la que había sido plantada. Lo importante es que Èl la esperaba.
Así como el Sembrador planta la semilla y la cuida, Jesús planta su amor en nuestro corazón y, esperando que crezca, lo riega con su sangre y lo cuida con pasión hasta que crecemos y nos miramos en sus ojos, para vernos convertidos en parte de Él.



Almys
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sábado, 9 de julio de 2011

NO TODO VALE...

 
No todo vale

Jesús va caminando hacia Jerusalén. Su marcha no es la de un peregrino que sube al templo para cumplir sus deberes religiosos. Según el Evangelio de Lucas, Jesús recorre ciudades y aldeas “enseñando”. Hay algo que necesita comunicar a estas personas: Dios es un Padre bueno que ofrece a todos su salvación. Todos son invitados a acoger su perdón.

Su mensaje sorprende a todos. Los pecadores se llenan de alegría al oír a Jesús hablar de la bondad sin medida de Dios: también ellos pueden esperar la salvación. En los sectores fariseos, sin embargo, critican el mensaje de Jesús y también cómo acoge a los recaudadores, las prostitutas y los pecadores: ¿no está Jesús abriendo el camino hacia una relajación religiosa y hacia una moral que no se puede aceptar?

Según el Evangelio de Lucas, un desconocido interrumpe su marcha y le pregunta por el número de los que se salvarán: ¿serán pocos?, ¿serán muchos?, ¿se salvarán todos?, ¿se salvarán sólo los justos? Jesús no responde directamente a su pregunta. Lo importante no es saber cuántos se salvarán. Lo decisivo es vivir con actitud lúcida y responsable para acoger la salvación de ese Dios tan Bueno. Jesús quiere recordarlo a todos: «Esfuércense por entrar por la puerta estrecha».

De esta manera, corta de raíz la reacción de quienes entienden su mensaje como una invitación a la facilidad. Sería burlarse de Dios Padre. La salvación no es algo que se recibe de manera irresponsable de un Dios que lo permite todo. No es tampoco el privilegio de algunos elegidos. No basta ser hijos de Abrahán. No es suficiente haber conocido al Mesías.

Para acoger la salvación de Dios es necesario esforzarnos, luchar, imitar al Padre, confiar en su perdón. Jesús no rebaja sus exigencias: «Sean misericordiosos como el Padre de Ustedes es misericordioso»; «No juzguen y no serán juzgados»; «Perdonen setenta veces siete» como el Padre de Ustedes; «Busquen el Reino de Dios y su justicia».

Para entender correctamente la invitación a «entrar por la puerta estrecha», debemos recordar las palabras de Jesús que podemos leer en el Evangelio de Juan: «Yo soy la puerta; si uno entra por mí, se salvará» (Juan 10,9). Entrar por la puerta estrecha es «seguir a Jesús»; aprender a vivir como Él; tomar su cruz y confiar en el Padre que lo ha resucitado.

En este seguimiento a Jesús, no todo vale, no todo da lo mismo; debemos responder con fidelidad al amor del Padre. Lo que Jesús pide no es el rigor de la ley, sino el amor radical a Dios y al hermano. Por eso, el llamado que nos hace es fuente de exigencia, pero no de angustia. Jesucristo es una puerta siempre abierta. Nadie la puede cerrar. Sólo nosotros lo hacemos, cuando nos cerramos a su perdón.

José Antonio Pagola


 

MECÁNICO DEL ALMA


 Mecánico del alma
 

Una vez iba un hombre en su auto por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía.
Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su auto pues hacía muchos años que lo conducía; sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba la falla del motor. 

En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer auto dijo: Mira este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú sin ser el dueño puedas o sepas hacer algo.

El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:
Está bien, haz el intento, pero no creo que puedas, pues este es mi auto.

El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar. 

El primer hombre quedó atónito y preguntó:   ¿Cómo pudiste arreglar el fallo si es MI auto?
El segundo hombre contestó: Verás, mi nombre es Felix Wankel... Yo inventé el motor rotativo que usa tu auto. 

Cuántas veces decimos: Esta es MI vida; Este es MI destino, esta es MI casa... Déjenme a mí, sólo yo puedo resolver el problema!. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues "esta es MI vida".

Pero... Te voy a hacer unas preguntas:
¿Quién hizo la vida?
¿Quién hizo el tiempo?
¿Quién creó la familia?
Sólo aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.

Te doy sus datos por si alguna vez necesitas un buen "mecánico":

Nombre del mecánico del alma: DIOS Dirección: El Cielo

Horario: 24 horas al día, 365 días al año por toda la eternidad

Garantía: Por todos los siglos

Respaldo: Eterno

Teléfono: No tiene. Pero basta con que pienses en Él con fe, además de que esta línea no está nunca ocupada. 



(Desconozco Autor)

 


AVISO IMPORTANTE



AVISO IMPORTANTE

El Fabricante de todos los seres humanos avisa a todas sus unidades, no importa color o año, que existe un serio defecto en el componente central y primario: el corazón de la máquina.

Esto se debe al mal funcionamiento de los prototipos originales, cuyo nombre de código es Adán y Eva, a través de quienes se ha reproducido el mismo defecto en todas las unidades subsiguientes.

Este defecto ha sido llamado técnicamente "Inmoralidad interna subsecuencial" , o más comúnmente conocido como P.E.C.A.D.O.

Algunos síntomas comunes son:

1. Pérdida de rumbo
2. Emisión de expresiones ofensivas o insultos
3. Amnesia del propio origen
4. Falta de paz y alegría
5. Comportamiento egoísta
6. Depresión o confusión.
7. Estado nervioso
8. Idolatría
9. Rebelión
10. Comportamiento violento

El Fabricante, quien no es culpable de este defecto, provee sin embargo, la reparación autorizada y el 'service pack' gratuito para corregir el defecto P.E.C.A.D.O.

El Técnico Reparador Jesús ha hecho la oferta más generosa:
afrontar el costo total de estas reparaciones. No se requiere por ello ninguna tarifa adicional por parte de ninguna unidad.

El número para comunicarse es el mismo en todas las regiones: O-R-A-C-I-O- N

Una vez conectado, por favor, exprese su P.E.C.A.D.O. a través del procedimiento de ARREPENTIMIENTO.

Luego, descargue RECONCILIACIÓ N desde el Técnico Reparador Jesús y ubíquela dentro del componente Corazón.

No importa cuán grande o pequeño sea el defecto PECADO, Jesús lo reemplazará con:

1. Amor
2. Alegría
3. Paz
4. Paciencia
5. Amabilidad
6. Bondad
7. Fe
8. Tranquilidad
9. Autocontrol

Por favor, lea el manual de operaciones, cuyo nombre en inglés es B.I.B.L.E.(Biblia) (Believers' Instructions Before Leaving Earth = Instrucciones para creyentes antes de dejar la Tierra ), para ampliar detalles.

ADVERTENCIA: El contínuo operar del ser humano sin las correcciones que se aconsejan, hará que las garantías del Fabricante decaigan, exponiéndose la unidad a problemas y peligros demasiados numerosos para enumerar aquí y sería necesaria la confiscación de la unidad en una fecha futura.

Si tiene algún problema, hay un servicio gratuito de emergencias 7 x 24 x 365 atendido por JESÚS.

PELIGRO: La unidad humana que no responda a este llamado será confiscada y desechada antes de dejar la Tierra. El defecto P.E.C.A.D.O. no le permitirá entrar al CIELO, debido a que se procura prevenir una posible contaminación de las facilidades que se están ofreciendo.

Gracias por su atención.

DIOS

ORACIÓN BREVE A MARÍA SANTÍSIMA

 


 Oración breve a Marìa Santìsima


¡Oh María, Hija humildísima del Padre, Madre Purísima del Hijo, Esposa amadísima del Espíritu Santo! Yo te amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas. Madre admirable, Consuelo del que llora, Abogada dulcísima de los pecadores, ten piedad de todos aquellos a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario de la Santísima Trinidad, Asiento de tu poder, Trono de Sabiduría y Piélago de bondad, alcánzanos que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre, Alcánzame lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma, ¡Virgen Santa, Esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre! Amén.

 


viernes, 8 de julio de 2011

ACCIÓN DE GRACIAS...



  
Acción de Gracias

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.

San Ignacio de Loyola 
 
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