viernes, 22 de diciembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 22 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy 22 de Diciembre. Feria de Adviento
Hoy, viernes, 22 de diciembre de 2017



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1,24-28):

EN aquellos días, una vez que Ana hubo destetado a Samuel, lo subió consigo, junto con un novillo de tres años, unos cuarenta y cinco kilos de harina y un odre de vino. Lo llevó a la casa del Señor a Siló y el niño se quedó como siervo.
Inmolaron el novillo, y presentaron el niño a Elí. Ella le dijo:
«Perdón, por tu vida, mi Señor, yo soy aquella mujer que estuvo aquí en pie ante ti, implorando al Señor. Imploré este niño y el Señor me concedió cuanto le había mi pedido. Yo, a mi vez, lo cedo al Señor. Quede, pues, cedido al Señor de por vida».
Y se postraron allí ante el Señor.

Palabra de Dios


Salmo
1S 2,1.45.6-7.8abcd

R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador

V/. Mi corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R/.

V/. Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor.
Los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R/.

V/. El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R/.

V/. Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,46-56):

EN aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
—como lo había prometido a “nuestros padres”—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 22 de diciembre de 2017
Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

Si ardiera tu casa y sólo pudieras llevarte tres cosas, ¿qué rescatarías? ¿Qué es para ti lo más valioso? ¿Quién te ha ayudado y querido más? ¿A quién estás agradecido? Todas estas preguntas pueden sintetizarse en una: ¿por quién das gracias a Dios? Te lo vuelvo a preguntar con la antífona que la liturgia nos propone hoy como salmo: ¿por qué se regocija tu corazón? Déjalo sentir durante unos instantes escuchando sus latidos…

De vez en cuando necesitamos recordar, actualizar o tomar conciencia, si no lo has hecho, de los signos de agradecimiento. Lo podemos hacer con las palabras del Magníficat que hoy meditamos como lectura evangélica, “de las obras grandes que el Poderoso ha hecho por mí”. Porque una gran parte de lo que somos se lo debemos a Dios, a la obra de su gracia y amor en nosotros.

En la Palabra de hoy, Ana da gracias por el nacimiento de su hijo Samuel. María canta, da gracias, por lo que el Señor ha hecho por ella. Agradecimiento, reconocimiento de lo que el Señor ha hecho en ti y de lo que quiere hacer. Porque a veces, el Señor quiere y no puede. No puede porque no siempre somos dóciles, no siempre dejamos al Espíritu Santo actuar en nosotros. Déjate querer, deja que tu corazón se regocije, deja que el nacimiento del Niño Dios llegue a ti. Porque llega a todos, especialmente y con fuerza a “los humildes” y “hambrientos” de todo tipo. Nos lo amplía el Primer libro de Samuel que la liturgia de la Palabra utiliza hoy como interleccional:

Se rompen los arcos de los valientes, / mientras los cobardes se ciñen de valor; / los hartos se contratan por el pan, / mientras los hambrientos engordan; / la mujer estéril da a luz siete hijos, / mientras la madre de muchos queda baldía. R.

Él levanta del polvo al desvalido, / alza de la basura al pobre, / para hacer que se siente entre príncipes / y que herede un trono de gloria. R.

¿Por qué das gracias? ¿Por qué se regocija tu corazón? La antífona de hoy que vamos siguiendo estos días reza: “Oh Rey” (Rex). El acróstico ya casi está revelado. De momento las letras dicen: SARCOR_ Nos falta la última letra para descifrar esta expresión en latín que esconde la primera letra de cada antífona.

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

9 RECOMENDACIONES DE LA IGLESIA PARA VIVIR LA NAVIDAD



9 recomendaciones de la Iglesia para vivir la Navidad
Por María Ximena Rondón





 (ACI).- La Navidad es la solemnidad que recuerda el nacimiento de Jesucristo, Dios hecho hombre para salvar a la humanidad, y para vivirla correctamente y profundizar en su significado, la Iglesia elaboró una serie de recomendaciones.

Estas se encuentran en el Capítulo IV del Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, elaborado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede y publicado en el año 2002.

Las recomendaciones son las siguientes:

1.-Profundizar en el don otorgado por Dios

La Santa Sede exhortó a profundizar que la Navidad es un “don que es expresión del amor infinito de Dios que ‘tanto amó al mundo que nos ha dado a su Hijo único’”.

Por ello, en esta solemnidad se debe valorar la “solidaridad con el hombre pecador, por el cual, en Jesús, Dios se ha hecho hombre” y que “el Hijo de Dios ‘siendo rico se ha hecho pobre’ para enriquecernos ‘por medio de su pobreza’”.



2.-Reflexionar sobre el valor de la vida

La Santa Sede recordó que en la Navidad se destaca “el valor sagrado de la vida” y “el acontecimiento maravilloso que se realiza en el parto de toda mujer, porque mediante el parto de María” nació el Salvador del mundo.


3.-Celebrar con sencillez

En el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, el Vaticano recomienda vivir esta celebración en un “clima de sencillez, y de pobreza, de humildad y de confianza en Dios, que envuelve los acontecimientos del nacimiento del niño Jesús”.

Indicaron que es importante profundizar en el valor religioso de la Navidad para que esta “no se convierta en terreno abonado para el consumismo ni para la infiltración del neopaganismo”.


4.-Cantar villancicos

En el texto, la Santa Sede subrayó que los villancicos son “instrumentos muy poderosos para transmitir el mensaje de alegría y paz de Navidad” y por ello recomiendan cantarlos en Nochebuena.


5.-Leer en familia el relato del nacimiento de Jesús

El documento vaticano indicó que Nochebuena es “una ocasión de oración de toda la familia” y recomendaron leer “la narración del nacimiento de Jesús según San Lucas”.

También exhortaron a entonar “los cantos típicos de la Navidad y se eleven las súplicas y las alabanzas, sobre todo las de los niños, protagonistas de este encuentro familiar”.


6.-Rezar ante el árbol de Navidad

La Santa Sede invitó a que las familias recen entorno al árbol de Navidad porque “independientemente de su origen histórico” es “hoy un signo fuertemente evocador, bastante extendido en los ambientes cristianos; evoca tanto el árbol de la vida, plantado en el jardín del Edén, como el árbol de la cruz, y adquiere así un significado cristológico”.

“Cristo es el verdadero árbol de la vida, nacido de nuestro linaje, de la tierra virgen Santa María, árbol siempre verde, fecundo en frutos”, precisó.


7.-Dar regalos a los pobres

En el documento, la Iglesia Católica indicó que “entre los regalos colocados bajo el árbol de Navidad no deberían faltar los regalos para los pobres: ellos forman parte de toda familia cristiana”.


8.-Compartir juntos la cena de Navidad

Otro gesto que sugirió el Vaticano es realizar una cena de Navidad porque en ella “se manifiestan con toda su fuerza la firmeza y la alegría de los vínculos familiares”.

“La familia cristiana que todos los días, según la tradición, bendice la mesa y da gracias al Señor por el don de los alimentos, realizará este gesto con mayor intensidad y atención en la cena de Navidad”, aseguraron.



9.-Asistir a Misa

La Santa Sede invitó a los fieles a asistir a la Misa de Nochebuena porque esta “tiene un gran sentido litúrgico y goza del aprecio popular”.

Destacaron que al inicio de la Eucaristía se entona “el canto del anuncio del nacimiento del Señor, con la fórmula del Martirologio Romano”, en el momento de “la presentación de los dones para el ofertorio siempre habrá un recuerdo concreto de los pobres” y la “oración de los fieles deberá asumir un carácter verdaderamente universal, incluso, donde sea oportuno, con el empleo de varios idiomas como un signo”.

“Al final de la celebración podrá tener lugar el beso de la imagen del Niño Jesús por parte de los fieles, y la colocación de la misma en el nacimiento que se haya puesto en la iglesia o en algún lugar cercano”, manifestó en el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.

BUENOS DÍAS!!!





jueves, 21 de diciembre de 2017

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 21 DICIEMBRE


Los cinco minutos de María
Diciembre 21




“Hágase tu voluntad” fue la respuesta que la Virgen dio al Señor, sometiéndose a la infinita y perfectísima voluntad de Dios.
A partir de entonces su vida se regirá por el querer divino, incluso cuando ese querer suponga sacrificios.

Al rezar el Padrenuestro le pedimos a Dios que se cumpla su voluntad y, con ello, nos ponemos incondicionalmente en las manos del Padre celestial. Jamás podremos arrepentirnos de haberlo hecho, porque en ningún lugar nos vamos a sentir mejor que en los brazos del Padre.

Nuestra Señora del sí, por tu mediación nos ponemos en las manos de Dios Padre para hacer su voluntad.


* P. Alfonso Milagro

ZAPATOS PARA JESÚS


Zapatos para Jesús
(Una historia que nos enseña el verdadero valor de las cosas)





Solo faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu de estas fiestas. Los estacionamientos llenos y dentro de las tiendas el caos era mayor. No se podía ni caminar por los pasillos.  ¿Por qué vine hoy? Me pregunté.

Me dolían los pies lo mismo que mi cabeza. En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sabía que si no les compraba algo, se resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que serían por lo menos 20 minutos de espera.

Frente a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, a lo mejor tres tallas más grande. Los jeans le quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos uno cuantos billetes arrugados.

Su hermana lucía como él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro.

La cajera les entregó un recibo y dijo: son $6.09. El niño puso sus arrugados billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos.

Finalmente contó $3.12. "Bueno, pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compraremos", añadió. Ante esto la niña dibujó un puchero en su rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos".

"Volveremos a casa, trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No llores, vamos a volver". Sin tardar yo le completé los tres dólares que faltaban a la cajera. Ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de todo era Navidad.

Y en eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo: "Muchas gracias señor".

Aproveché la oportunidad para preguntarle qué había querido decir cuando dijo que a Jesús le encantarían los zapatos. Y la niña con sus grandes ojos redondos me respondió:

"Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá a mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?

Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. "Por supuesto que sí le respondí". Y en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor de las cosas.

QUIÉNES SOMOS NOSOTROS PARA QUE VINIERAS A NUESTRA CASA?


¿Quiénes somos nosotros para que vinieras a nuestra casa?




¿Quiénes somos nosotros para que vinieras a nuestra casa? ¿Cómo agradecerte la delicadeza de tu visita? Viniste, Señor Jesús, y tu gracia envolvió todo nuestro ser.

Tu perdón reblandeció la dureza de nuestras cobardías, desencantos, excusas y miedos. Tu llamada nos dio cabida entre los tuyos.

Tus palabras aportaron luz a nuestras oscuridades y ensancharon de confianza el corazón.

Tu Pan nutrió la esperanza puesta en Ti y sostuvo el empeño de seguirte. Tu Promesa cumplida alegró nuestra casa.

Tu encargo ha prendido en nosotros y nos urge a la tarea cotidiana de ser Iglesia abierta, fraterna, servidora y solidaria.

Tu encargo nos apremia a abrir puertas al cercano y al lejano, al hermano y al que es diferente.

Nos invitas a crear espacios de acogida y escucha. Nos pides que nada humano nos sea ajeno. Nos llamas a ser signo creíble de tu estar-con-nosotros, y de tu amor volcado, discreta y humildemente a favor de todos.

Vienes, Señor Jesús, a nuestra casa y nos indicas qué hacer para ser una página actual y viva de tu Navidad.

Gracias por tu empeño constante y paciente de atraernos hacia Ti, no solo en este tiempo de gracia sino también en cualquier otro tiempo.

NAVIDAD, LOCURA DEL AMOR DE DIOS AL HOMBRE


Navidad, locura del amor de Dios al hombre
Si queremos que haya Navidad en nuestro corazón tenemos que abrir el corazón y aceptar esa invasión del amor de Dios.


Por: P Antronio Rivero LC | Fuente: Catholic.net 




Sí, locura de Cristo:

Siendo Dios Omnipotente, fuerte, Majestad...se hace bebé, débil, necesitado, pobre, indefenso, digno de compasión, con ojos para llorar y reír, con manos para trabajar, con cuerpo para sufrir, con corazón para compadecerse de nosotros, los hombres. ¿No es esto locura? Si locura es exceso de algo, desconcierto, el salirse uno de sus casillas...aquí en Belén Dios salió de sus casillas divinas para tropezarse con la choza, pobre y necesitada, del hombre.

Locura precisamente porque cuando el mundo estaba en grave descomposición, en grave crisis moral (libertinaje), en grave degeneración, en un auténtico colapso espiritual (basta leer el inicio de la carta a los romanos para darnos cuenta de cómo estaba el mundo antes de que Cristo viniese por vez primera), es en ese momento cuando aparece en nuestra pobre historia humana el sol naciente que venía a enterrar ese ocaso ya descompuesto y en putrefacción. Y no sólo crisis moral, sino también social (ociosidad: en las mañanas se dedicaban a recibir visitas, a hablar de todo y de nada), gimnasia, sauna o baño y una comida de lujo); crisis económica (auténtica bancarrota, debido al placer y al lujo).

Locura también porque viniendo como Médico divino a sanar a un gran enfermo, la Humanidad...este enfermo no le abre las puertas, no le acepta en su mesón, no quiere saber nada de El, y prefiere que el cáncer que le carcome por dentro siga galopando hasta matarle el alma.

Locura porque viniendo el Mesías por tanto tiempo esperado, nadie le reconoce, pues se presentó en ropa de pordiosero.

Locura porque siendo Rey, viene en plan de mendigo, pidiendo un trozo de tierra para nacer, un latido de mujer, unos brazos que le sostengan, unos labios que le besen...y nace en un pesebre, posada ésta indigna para un Dios, pero al parecer más digna que el corazón de los hombres.

Locura porque siendo Pastor amoroso, encuentra que sus ovejas no sólo están dispersas, sino que siguen la voz de otros pastores que son ladrones y salteadores que les han manchado y robado el alma, pero que les han prometido paraísos de muerte.

Locura porque viniendo como Luz verdadera, los hombres prefirieron las tinieblas para seguir haciendo sus perversas obras.

Locura porque viniendo como Manjar y alimento, los hombres disfrutaron de los alimentos corruptibles que les dejaban más hastiados.

Locura porque precisamente cuando el hombre vivía en su más atroz egoísmo, personificado en el tirano Herodes y en los ingratos posaderos de Jerusalén y en la inconsciencia de casi todos los humanos...Dios viene a darnos su corazón, pedazo tras pedazo. Pedazo en Belén; el primer latido del Hijo de Dios. Pedazos en Nazaret. Pedazos en la vida pública. Y el último latido en el Calvario.

El único motivo que movió a Dios a hacerse hombre fue el amor. No, no pudo ser el pecado, porque de una causa tan horrible (el pecado) no podía brotar un efecto tan extraordinario y generoso (la Encarnación del Hijo de Dios). La causa fue el amor; y la ocasión para que Dios manifestara una vez más ese amor que le desbordaba su corazón fue el pecado de los hombres. Quiso, por puro amor, sin estar obligado a nada, salir a la reconquista del hombre, pues El había venido a llamar a los pecadores.

Y ese amor de Cristo en la Encarnación y durante toda su vida fue:

1. Incomparable y único porque nos ama con todo su corazón. No ama como hacemos los mortales, "a ratos". Incomparable, porque nada hay que se pueda comparar con este misterio: un Dios que se hace pequeño. Único, porque como Dios nadie puede amarnos nunca.

2. Amor sanante porque viene a cubrir nuestras miserias, a condescender con nuestras fragilidades, a perdonar nuestros más hondos pecados. A pesar de que había una distancia infinita entre Dios y el hombre, entre el ser y la nada, entre la santidad y el pecado...sin embargo, para el amor no hay distancias ni obstáculos invencibles. Tanto se abajó el Hijo de Dios al hacerse hombre que san Pablo no vacila en llamar a este misterio no sólo destrucción sino auténtico aniquilamiento: "exinanivit, formam servi accipiens": tomando la forma de siervo.

3. Amor elevante porque no sólo limpia, sino que diviniza; no sólo perdona, sino que da la fuerza para auparnos a besar a Dios, a abrazarle, a acunarle. Sabemos por la sana filosofía que el amor cuando nace tiende irresistiblemente hacia la unión espiritual con el amado; y ese amor, cuando se consuma no es otra cosa que esa misma unión. Ahora bien, como el hombre no podía elevarse por sí mismo hacia Dios y abrazarle, entonces tuvo que ser el mismo Dios quien se agachó a nosotros, como contaba el filósofo chino. Pero al agacharse, Dios no perdió nada ("Siendo El de condición divina...", Fp 2,6).

Navidad: desbordamiento del amor de Dios al hombre. Locura del amor de Dios. Si queremos que haya Navidad en nuestro corazón no tenemos otra cosa que hacer que abrir el corazón y aceptar esa invasión del amor de Dios. Ojalá que también nuestro amor a El y a nuestros hermanos tenga algo de locura, porque nos damos sin medida, sin tasa, sin regateos, sin tacañerías.

Pidamos la locura del amor. Tenemos que incendiar este mundo y hacer de él un inmenso manicomio espiritual donde sólo tengan visado los apasionados y locos por Cristo y por el Reino.



P. Antonio Rivero LC

CÓMO REACCIONARÍAS SI EN ESTA NAVIDAD RECIBIERAS ESTA CARTA DEL NIÑO JESÚS?


¿Cómo reaccionarías si en esta Navidad recibieras esta Carta del Niño Jesús?




 (ACI).- La Navidad está próxima y con ella los regalos, la cena navideña, las actividades en la parroquia, los viajes, etc. Toda una serie de actividades que podrían hacer olvidar al verdadero agasajado. Por eso, te compartimos esta historia sobre el verdadero sentido de la Navidad titulada “Carta de Jesús”. 



Querido Amigo:  

Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que festejan mi nacimiento. 

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue. 

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad. 

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?

Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado. Al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!

Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia? Ni se dieron cuenta de que yo estaba allí.

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo, vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!".

Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.

Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: “¡Santa Claus!” Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor.

Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacerme regalos, se obsequian cosas unos a otros y, para colmo, casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta.

Te voy a hacer una pregunta. ¿A ti no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a ti? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí.

Yo siempre he dicho: "pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión. Todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente" (Mateo 25,34-40).

Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace más de 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias

Tu amigo,

Jesús.

PAPA FRANCISCO EXHORTA A SER CRISTIANOS ALEGRES Y EVITAR LA CARA DE VELORIO


El Papa exhorta a ser cristianos alegres y evitar la “cara de velorio”
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 21 Dic. 17 / 07:05 am (ACI).- Durante la Misa celebrada este jueves 21 de diciembre en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco pidió a los cristianos ser alegres, que muestren a los demás esa alegría de haber sido perdonados y redimidos por el Señor, evitando tener “cara de velorio”.

En su homilía, el Papa se refirió a la historia del filósofo “que criticaba a los cristianos, que afirmaba ser agnóstico o ateo y criticaba a los cristianos diciendo: ‘Estos, los cristianos, dicen que tienen un Redentor. Yo lo creeré, creeré en el Redentor cuando tengan cara de redimidos, cara gozosa por haber sido redimidos’”.

El Pontífice cuestionó entonces: “Por eso, si tienes cara de velorio, ¿cómo podrán los demás creer que tú has sido redimido? ¿Qué tus pecados han sido perdonados?”. “Este es el primer punto, el primer mensaje de la liturgia de hoy: tú has sido perdonado, cada uno de nosotros es un perdonado”.

El Santo Padre reflexionó en la Misa de hoy sobre la alegría cristiana, una alegría que se sustenta en tres elementos: es una alegría que procede de haber recibido el perdón, que se alimenta del Señor, y que evita el derrotismo.

Francisco recordó que “el Señor revocó tu condena” y por lo tanto invitó a alegrarse y a no llevar una vida tibia: “Esta es la raíz específica de la vida cristiana, que hemos sido perdonados”.

Francisco insistió: “Dios es el Dios del perdón”. Recordó que “el Señor camina con nosotros”, está “en medio de nosotros, en nuestras pruebas, dificultades, alegrías, en todo”.

En este sentido, animó a dirigir “cualquier palabra al Señor, que se encuentra a nuestro lado”.

Por ello, animó a ser optimistas, “el pesimismo no es cristiano”. El pesimismo “nace de una raíz caracterizada por no saberse perdonado. De una raíz que no ha sentido la ternura de Dios”.

“El Evangelio nos hace ver esta alegría: ‘María, alegre, se levantó y fue adelante’, también la alegría nos hace ir adelante, siempre, porque la gracia del Espíritu Santo no conoce la lentitud. El Espíritu Santo siempre va adelante, siempre nos empuja adelante, siempre adelante, como el viento en la vela, en la barca”.

En definitiva, la alegría cristiana es la alegría del niño en el vientre de Santa Isabel cuando se encontró con María.

“Esta es la alegría que nos pide la Iglesia: por favor, seamos cristianos alegres, hagamos todo el esfuerzo para mostrar a los demás que hemos sido redimidos, que el Señor nos ha perdonado todo, que, si caemos, Él también nos perdonará porque es el Dios del perdón, es el Dios en medio de nosotros que no nos dejará caer de la barca”.

“Este es el mensaje de hoy”, concluyó Francisco: “‘Levántate’. Es ese ‘levántate’ de Jesús a los enfermos: ‘Levántate, grita de alegría, regocíjate, aclama con todo tu corazón”.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 21 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy 21 de Diciembre. Feria de Adviento
Hoy, jueves, 21 de diciembre de 2017



Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los Cantares (2,8-14):

¡LA voz de mi amado!
Vedlo, aquí llega,
saltando por los montes,
brincando por las colinas.
Es mi amado un gamo,
parece un cervatillo.
Vedlo parado tras la cerca,
mirando por la ventana,
atisbando por la celosía.
Habla mi amado y me dice:
«Levántate, amada mía,
hermosa mía y ven.
Mira, el invierno ya ha pasado,
las lluvias cesaron, se han ido.
Brotan las flores en el campo,
llega la estación de la poda,
el arrullo de la tórtola
se oye en nuestra tierra.
En la higuera despuntan las yemas,
las viñas en flor exhalan se perfume.
Levántate, amada mía,
hermosa mía, y vente.
Paloma mía, en las oquedades de la roca,
en el escondrijo escarpado,
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz:
es muy dulce tu voz
y fascinante tu figura».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 32,2-3.11-12.20-21

R/. Aclamad, justos, al Señor;
cantadle un cántico nuevo.

V/. Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.

V/. El plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

V/. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-45):

EN aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 21 de diciembre de 2017
 Juan Lozano, cmf



Querido amigo/a:

Cuando el amor llega a tu vida, si es amor verdadero, sientes alegría. Amor de distintas formas y múltiples expresiones. Da igual que sea amor fraterno entre amigos, filial entre padres e hijos, erótico de pareja… Si el amor llega, te ilumina. Y digo amor, no enamoramiento, pues este último es una emoción, y las emociones son pasajeras, mientras que el primero es un sentimiento, y estos perduran y se anclan en el interior de la persona. Está llegando el Amor de Dios y la Palabra nos muestra dos bellos relatos.

En el Cantar de los Cantares, la amada está como loca pues viene su amado, y con este amor hasta la naturaleza cambia de estación: del invierno a la primavera. Las flores del campo, las higueras que despuntan, las viñas abultadas, la estación de los cánticos, el arrullo de la tórtola…, todo invita a celebrar el amor y a gozar de él. El oído despierto percibe la proximidad del amado, aunque no sea más que «un rumor... ». La amada se imagina cómo se acerca presuroso su amado, cómo mira y atisba por la ventana y por la reja. Oye su voz.

En el evangelio de Lucas, María no puede soportar más la alegría que lleva dentro y la tiene que compartir con alguien, con su prima Isabel. Su gozo es expansivo. No se lo puede guardar. Le resulta imposible permanecer callada, quiere alegrar con la alegría que lleva dentro de tal modo que hasta el otro niño, futuro Juan, salta de gozo en el seno de su madre. La alegría auténtica y verdadera, como sentimiento profundo, no como emoción pasajera, es contagiosa.

Pues bien, querido hermano/a, este amor llega. Ya queda menos. Ojalá lo esperemos con la misma expectación con que lo esperó la amada del Cantar y la Virgen María, nuestra Madre. Ojalá llegue a nuestra vida en la forma en la que el Espíritu considere más oportuna. De momento rezamos con la antífona de hoy que reza: “Oh  Sol” (Oriens) ¡Que esta divina luz entre hasta el fondo del alma y nos enriquezca!

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

BUENOS DÍAS!!!




miércoles, 20 de diciembre de 2017

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 DICIEMBRE


Los cinco minutos de María
Diciembre 20




El alma y el cuerpo de la purísima Virgen María fueron como dos instrumentos que producían una misma melodía, que alababa y cantaba las grandezas del Señor. Jamás en su cuerpo o en su alma hubo la menor disonancia que distorsionase la melodía de su canto.
En nosotros, quizá en alguna ocasión nuestro cuerpo se rebele o nuestro espíritu nos haga sentir sus instintos soberbios; sobre ese fondo desagradable y sucio, tratemos de que se destaque el amor de nuestro corazón que nos eleve a Dios.
María, que sea mi vida como una flauta en la que Dios pueda tocar y hacer oír sus melodías.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 20 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy 20 de Diciembre. Feria de Adviento
 Hoy, miércoles, 20 de diciembre de 2017



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (7,10-14):

EN aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
«Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Ajaz:
«No lo pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, casa de David: ¿no basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.

V/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

V/. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede entrar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

V/. Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

EN el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazarat, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Él ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?»
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido en hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 20 de diciembre de 2017
 Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

Necesitamos señales para ver por dónde vamos. Para ver si por donde vamos, vamos bien; si este es el camino o nos hemos salido de él. Estas señales son las balizas que vemos en los caminos de montaña, los hitos, los mojones, los indicadores,…no sé cómo los llaman en tu región. Los que utilizan los actuales GPS para desplazarse, también los necesitan para no salirse de la ruta; se llaman “tracks” o “way points”. Cuando vas caminando por la montaña, por un bosque o por el páramo y llegas a uno de ellos, sientes un gran alivio, una gran tranquilidad, pues te confirman que vas en la dirección correcta.

¿Has encontrado estos indicadores durante este Adviento? Piénsalo despacio, porque si has trabajado este tiempo de esperanza, seguro que has pasado por ellos, aunque no siempre hayas sido consciente. Situaciones, acontecimientos ocurridos durante estas tres semanas anteriores, personas y relaciones, conversaciones, momentos de silencio y oración, de paz, de reflexión, de prueba…

El profeta Isaías hoy nos muestra una de estas señales o balizas que el rey Acaz necesitaba de Dios para asegurarse de que estaba con ellos ante la invasión asiria. Señal que le cuesta pedir porque Dios va a pensar que no se fía de él. La señal es el nacimiento de un niño llamado “Emanuel” cuyo nombre ya significa que Dios está con su pueblo y no lo abandona: “Dios con nosotros”.

El Evangelio de Lucas nos muestra la señal de las señales: la Anunciación. “Ahí tienes a  tu pariente Isabel, que a pesar de su vejez…” María se fió de esta señal, siguió esta baliza y la siguiente, y la siguiente hasta el pie de la cruz. Pero allí no terminaban, habría más: Jerusalén, Pentecostés… No quedo defraudada, como ya sabemos.

¿Qué señales ves en este Adviento? ¿Qué te quiere decir el Señor? ¿Por dónde vas? No importa saber el final del camino ni a dónde nos lleva, sólo Dios lo sabe. Lo importante es caminar confiado, como el buen peregrino, siguiendo las señales del camino para no perderse. Nunca adelantándose al Espíritu Santo, siempre detrás, para ir seguro.

La antífona del Magníficat de las Vísperas de hoy es “Oh llave de David” (Clavis). Con lo que ya tenemos la palabra en latín: SARC

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

FELIZ MIÉRCOLES!!





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