miércoles, 13 de enero de 2016

EN UN ACCIDENTE


En un accidente…



La anécdota de hoy es una invitación a examinar si tienes una correcta jerarquía de los valores que orientan tu vida. Porque a veces puedes cometer el error de perder serenidad y alegría, fuerza y coraje de vivir por pérdidas que, si bien lamentables y dolorosas, no deben significar una catástrofe total. Como ves ésta es una reflexión de suma importancia.

Un hombre tiene un accidente con su coche y llega la policía al lugar del suceso. Allí se encontraron al accidentado en el suelo gritando entre sollozos por su coche que estaba destrozado. Los policías entonces le dicen: —Pero, ¡hombre! ¡Cómo se lamenta por su coche...! ¿No se da cuenta que ha perdido su brazo izquierdo? El hombre, con cara de terror, grita:
 —¡Cómo! ¡Que he perdido mi brazo izquierdo! ¡Dios mío, mi Rólex! ¿Dónde está mi Rólex?

El divino Maestro presentó este problema con una pregunta que nos lleva más allá de los límites terrenos: “¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo, si pierde su vida?”. La vida a la que se refiere Jesús es la vida que él vino a ofrecer en abundancia, la vida eterna que esperamos gozar en la visión del Sumo Bien. Don Bosco lo decía con sencillez: “Un rinconcito de Cielo lo arregla todo”. Que este pensamiento de fe te aliente en las penas.


* Enviado por el P. Natalio

HOY ES LA FIESTA DE SAN HILARIO DE POITIERS, DOCTOR DE LA IGLESIA, 13 DE ENERO


Hoy es la fiesta de San Hilario de Poitiers, Doctor de la Iglesia
13 de Enero 



(ACI).- “Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre lo es totalmente”, decía San Hilario de Poitiers, Doctor de la Iglesia y gran defensor de la divinidad de Cristo. Su fiesta es cada 13 de enero.

San Hilario nació en Poitiers, Francia, a inicios del siglo IV, en una familia acomodada y recibió formación literaria. Al parecer no se formó en un ambiente cristiano. Fue bautizado hacia el 345 y elegido Obispo de su ciudad natal entre el 353 al 354.

Su primera obra “Comentario al Evangelio”, es el comentario más antiguo en latín que ha llegado de este Evangelio. En el 356 participó como Obispo en el Sínodo de Béziers, al sur de Francia.



Esta reunión fue llamada por el santo mismo como “el sínodo de los falsos apóstoles” porque la asamblea estaba dominada por Obispos filo-arrianos, que negaban la divinidad de Jesucristo.

Estos “falsos apóstoles” solicitaron al emperador Constancio que el Obispo de Poitiers fuera condenado al exilio. Es así que San Hilario tuvo que abandonar Galia para irse a vivir a Frigia, en la actual Turquía, donde se insertó en un contexto religioso dominado por el arrianismo.

De esta manera y buscando el restablecimiento de la unidad de la Iglesia, redacta su obra dogmática más importante y conocida como “De Trinitate” (sobre la Trinidad), la cual defiende la doctrina del Concilio de Nicea y demuestra que las Sagradas Escrituras testimonian claramente la divinidad del Hijo.

Hacia el 360 ó 361, San Hilario regresa del exilio a su tierra y en el Sínodo celebrado en París por esos mismos años se retomó el lenguaje del Concilio de Nicea.

En los últimos años de su vida elaboró los “Tratados sobre los Salmos”, comentario a 58 Salmos y es que el Santo encontraba en todos los Salmos la transparencia del misterio de Cristo y de su Cuerpo que es la Iglesia. Partió a la Casa del Padre en el 367. En 1851, el Beato Pío IX lo proclamó Doctor de la Iglesia.

“Haz, Señor -reza Hilario movido por la inspiración- que me mantenga siempre fiel a lo que profesé en el símbolo de mi regeneración, cuando fui bautizado en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Que te adore, Padre nuestro, y junto a ti, a tu Hijo; que sea merecedor de tu Espíritu Santo, que procede de ti a través de tu Unigénito… Amén” (“De Trinitate” 12, 57).

A DIOS SE LO ENCUENTRA EN LAS COSAS SIMPLES DE LA VIDA


Dios se lo encuentra en las cosas simples de la vida
Dios está en lo simple, en lo humilde, en lo pequeño. Vivamos en la pequeñez a la que El nos invita.
Por: Oscar Schmidt 




Si, Dios es simple. Sus Palabras y Sus mensajes también lo son. Simplicidad y sabiduría hacen de Sus cosas algo redondo, llano, perfecto. Es que al comprender la forma en que El se comunica con nosotros, el alma grita ¡como no me di cuenta antes! Así, a Dios se lo encuentra en las cosas simples de la vida, en aquello que es tan obvio que difícilmente le prestemos atención. Una sonrisa de alguien que no nos conoce, una preocupación que de repente se resuelve del modo más inesperado, un hijo que viene al mundo producto del amor de dos simples personas.

Sin embargo, es detrás de esa simplicidad que se descubre toda la Omnipotencia, toda la Infinita Sabiduría del Señor. Es como abrir una puerta, una simple puerta, y del otro lado encontrar todas las respuestas que nuestra alma pueda necesitar. A veces siento que contemplar y comprender a Dios es como estar suspendido en el espacio, sin traje de astronauta ni nada que se le parezca, y tener al frente nuestro a todas las galaxias y constelaciones, todas las maravillas del universo desplegadas frente a nuestra vista. ¡Ese es Dios! ¿Cómo podemos pretender comprender Su Potencia Creadora, Su Divina Inteligencia? El universo fue creado desde Su Pensamiento, y sin embargo, para El, vale más esta pequeña alma que está aquí indefensa, que toda esa compleja sinfonía de planetas, estrellas, cometas y polvo estelar que danzan silenciosos a nuestro alrededor. Este es el secreto de Su Simplicidad: El resume todo en el amor que tiene por nosotros.

Por eso es que la simplicidad de Dios hace que no se requieran palabras difíciles para comprenderlo, y amarlo. Las almas más elevadas, nuestros queridos santos, llegaron a comprender la simplicidad de Su mensaje en ayuno y oración intensa, más que leyendo libros y tratados sobre teología. Es que en esas cuevas o ermitas donde solían retirarse a meditar y orar, doblegaban la resistencia de la carne y llegaban a abrirse al amor de Jesús, a pleno. En esos momentos, el Espíritu Santo entraba en sus almas dejando una huella imborrable de sabiduría y fortaleza espiritual.

Cuando escuchamos a alguien cuyas palabras realmente nos llegan al corazón, advertimos que más que la complejidad del discurso, lo que nos llega es la pasión y el sentimiento puesto en escena. Un buen predicador sabe que la gente ve mucho más allá de las palabras, por eso las escoge muy simples y directas, y pone toda su energía en transmitir que realmente habla desde el corazón, desde la convicción más profunda. Un corazón simple se expresa en forma directa, humilde, limpia, poniendo los acentos y las pausas donde se requieran.

De la misma forma nos habla Dios. El a veces se introduce en nuestra vida de modo sorpresivo, mientras en otras oportunidades prefiere sutiles mensajes, aquí y allá. Nosotros solemos esperar el gran milagro, a Dios bajando del Cielo y hablándonos en forma directa, o venciendo las leyes naturales para que quede clara Su Divinidad. No, el Señor no nos quiere hacer las cosas tan fáciles, porque en ese caso poco mérito quedaría de nuestra parte. Para que nuestra fe se construya sobre bases firmes y resistentes, Jesús nos habla con el milagro de miles de cosas cotidianas que debemos advertir y valorar, y agradecer.

Dios está en lo simple, en lo humilde, en lo pequeño. Vivamos en la pequeñez a la que El nos invita, nos llama. Como pequeños niños debemos aceptar Su Voluntad, y con amor y docilidad meditaremos Sus Palabras y sus Deseos. Y así, con la alegría sencilla y cristalina de los hijos de Dios, gritaremos con el pecho inflamado:

¡Gloria al Señor, que nos da el sustento y el aire que respiramos!

¡Gloria al Cristo Resucitado que eligió la simpleza de Dos Maderos para darnos la Salvación!

¡Gloria al Padre que nos dio a María, Reina de la sencillez y la simplicidad!

¡Gloria al Espíritu Santo que no habla a través de poderosos sino de sencillas almas que lo acogen sin preguntar!

¡Gloria al Cielo todo, que fue hecho para albergarnos por los siglos de los siglos!

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: MIÉRCOLES 13 DE ENERO DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS 
Enero 13



Todos consideramos como una verdadera alabanza el que digan de nosotros que tenemos mucha personalidad.

Ahora bien, la propia personalidad no se forma sino con el dominio de sí mismo, con el acero de la voluntad, que sabe negarse muchas cosas y ser fiel a otras. No traicionar la propia conciencia, que es lo mismo que no traicionar a Dios.

Por el contrario, se considera como un insulto que nos digan que somos "cobardes"; pero resulta que, para adquirir una personalidad propia, resulta imprescindible el valor; el valor que sepa decir sí cuando hay que decirlo, pero no titubee en decir no cuando no se pueda decir sí.

Ser valiente, ser cobarde; tener personalidad, no tenerla.
Es la voluntad la que deberá regirnos; pero esa voluntad debe ser iluminada por el entendimiento y por la gracia del Señor; deberemos pedir esa luz y esa fuerza y con ellas lanzarnos a las cumbres sin titubeos, sin miedos, sin angustias de ninguna clase.
Si tenemos conciencia de que somos hijos de Dios, esa conciencia deberá regir todos nuestros actos. “El bautismo por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una buena conciencia por medio de la resurrección de Jesucristo” (1 Pe 3,21)


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MIÉRCOLES!!


martes, 12 de enero de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 12 DE ENERO DEL 2016



Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen

Milagros



Marcos 1, 21-28. Tiempo Ordinario. Que la fama de Jesús se extienda también a nuestros corazones. 



Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 





Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

Oración introductoria
Señor, son muchas las inmundicias que rodean mi entorno social. No debo, inocentemente, pensar que mi familia y yo estamos exentos a su influencia ni que no contribuímos, un poco o un mucho, a esta triste realidad. Por ello te pido que ilumines mi mente y mi corazón para que este momento de oración me haga crecer en el amor.

Petición
Señor, dame la gracia de conocer y vivir tu doctrina del amor para entregarme a los demás con total desinterés y donación.

Meditación del Papa Francisco
El pasaje evangélico presenta a Jesús que, con su pequeña comunidad de discípulos, entra en Cafarnaún, la ciudad en la que vivía Pedro y que en aquellos tiempos era la más grande de Galilea. Y Él entra en aquella ciudad.
El evangelista Marcos relata que Jesús, siendo aquel día un sábado, fue inmediatamente a la sinagoga y se puso a enseñar. Esto hace pensar en la primacía de la Palabra de Dios, Palabra que hay que escuchar, Palabra que hay que acoger, Palabra que hay que anunciar.
Al llegar a Cafarnaún, Jesús no posterga el anuncio del Evangelio, no piensa primero en la disposición logística, ciertamente necesaria, de su pequeña comunidad, no se detiene en la organización. Su preocupación principal es la de comunicar la Palabra de Dios con la fuerza del Espíritu Santo. Y la gente en la sinagoga permanece asombrada, porque Jesús "les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas".
¿Qué significa "con autoridad"? Quiere decir que en las palabras humanas de Jesús se sentía toda la fuerza de la Palabra de Dios, se sentía la misma autoridad de Dios, inspirador de las Sagradas Escrituras. Y una de las características de la Palabra de Dios es que realiza lo que dice. Porque la Palabra de Dios corresponde a su voluntad. En cambio, nosotros con frecuencia pronunciamos palabras vacías, sin raíz, o palabras superfluas, palabras que no corresponden a la verdad. (Angelus, S.S. Francisco, 1 de febrero de 2015).


Reflexión
Jesús inicia su predicación anunciando la llegada del Reino. Interpela al mundo con la necesidad de la conversión. Recluta a sus primeros seguidores... Reino, conversión y llamada, son realidades inseparables que desde entonces vivimos en la Iglesia.

Desde que Cristo nace, se ha cumplido el tiempo. Dios interviene en la historia del hombre fundando su Reino en el corazón de cada discípulo. Y desde entonces hasta hoy, el mensaje, no ha sido otro sino la preparación para le llegada definitiva del Reino de Dios. Para ello, se ha querido valer de tantas almas consagradas a su servicio. Los sacerdotes, los diáconos, obispos y papas, las religiosas y religiosos dedicados a la vida contemplativa o al apostolado, a la educación o a las misiones en tierras lejanas... Todos ellos han sido la prolongación de las obras de Nuestro Señor.

Pero la hora aún no ha llegado, ni parece venir pronto. Es obvio que no conoceremos el día ni la hora del final de los tiempos. Y por eso mismo, es necesario vivir preparados. Debemos entender, que cuando Cristo proclama el Reino, como un tiempo cumplido, se trata igualmente del tiempo concedido a cada uno de nosotros. El tiempo de nuestra vida, en la que debemos obrar siempre el bien. Pero no un bien ideal. El bien que tiene el rostro de cuantos nos rodean: hermanos, amigos, hijos, esposo, empleados y compañeros de trabajo; pobres y enfermos... Darse a sí mismo para procurar el bien de los demás. De ésto se nos pedirán cuentas al final de nuestra vida.

El evangelio nos muestra a Cristo como el Maestro poderoso. Y no sólo porque enseña en la sinagoga, como lo hacían en sus tiempos tantos otros judíos piadosos, sino porque va a obrar uno de tantos prodigios: expulsar un demonio. Así, el simple maestro Galileo, se presenta como el profeta poderoso. No en vano decía la gente que enseñaba con autoridad, y no como los escribas y fariseos, que sólo cargaban al pueblo con los preceptos de la ley. Cristo es el hombre más impactante que haya conocido la humanidad en toda su historia.

De Él se ha escrito, muchísimo más que de cualquier otro tema. Su vida y sus milagros han sido admirados o negados, creídos o refutados, durante los veinte siglos que le han seguido. Y su persona se plantea como el máximo representante de cuantos han sabido remar contra corriente.

Cristo sigue interpelando al hombre de todos los tiempos, para que se coloque con él, o contra él. Desafortunadamente no hay más posiciones. Y siempre tendremos que decidir: Cristo o nuestro egoísmo. Cristo o nuestra sensualidad. Jesús mismo hablaba de que no se puede servir a dos señores. Es imposible encender una vela a Dios y otra al diablo...

Vemos que no es fácil mantenerse fiel a las enseñanzas del Maestro, y que por más buenas intenciones que tenemos en hacer el bien y ayudar a los demás, no siempre conquistamos nuestras metas. Sin embargo, no tenemos que amilanarnos. Hay que confiar y pedir a Cristo la fuerza para dar la cara por Él y por su Reino, del mismo modo que Él dio la vida por nosotros...

Dar la cara es no dejarse confundir por las sectas, ni dejar que otros se dejen. Dar la cara es estudiar la propia fe, para dar respuestas convincentes, a cuantos atacan al Papa, al Magisterio y la moral cristiana, sabiendo que sólo en Cristo está la Verdad. Y que sólo Cristo salva...

Propósito
Ante el dolor y situaciones difíciles, identificarme con Cristo al vivirlas con serenidad y confianza.

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por enseñarme que lo fundamental en mi vida es la caridad. Ayúdame a amar a mi prójimo con el mismo amor con que te amo a Ti. Dame la gracia de descubrirte y servirte en los demás, porque eso es la verdadera fe cristiana. El milagro de la curación del hombre poseído por un espíritu inmundo me recuerda que quieres hacer conmigo el mayor de los milagros: mi santidad.

¿SE COMPRA TODO CON DINERO?


¿Se compra todo con dinero?



Jesús señaló la seducción de las riquezas como un peligro que asecha al hombre: “No pueden servir a Dios y al dinero”. Sin duda es un medio importante para nuestra vida y los objetivos que nos proponemos. Pero hay que estar alerta para no poner el corazón en las riquezas. El creyente está invitado a confiar más en la Providencia de Dios, que vela con bondad por nosotros.

Con el dinero puedes comprar una casa, pero no un hogar; la comida, pero no el apetito; una cama, pero no el sueño; un libro, pero no la sabiduría; el lujo, pero no la belleza; la compañía, pero no el amor; la diversión, pero no la alegría; un crucifijo, pero no la fe; un magnífico ataúd, pero no un lugar en el cielo. Preocúpate primero por las cosas de Dios. No siempre te dará todo lo que pidas, pero siempre te dará todo lo que necesitas.

Detrás de estas afirmaciones hay una constatación que Saint Exupery dejó en su famoso libro: “El Principito”: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y lo esencial son esos valores intangibles que el dinero por sí mismo no puede apropiarse, como la paz del hogar, la serenidad de la conciencia, la sensatez que es sabiduría, el amor sacrificado, la belleza del alma.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: MARTES 12 DE ENERO DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS 
Enero 12


Si no con frecuencia, al menos de cuando en cuando te sorprendes a ti mismo después de una discusión, de una disputa, de una pelea con los tuyos, con los que más amas en la vida, o con los que te están rodeando a diario por motivos de trabajo, de vecindad, etc.
Y después del altercado, después de haberte dejado llevar por tu nerviosismo, ya sereno, comenzaste a recordar lo pasado y viste que ellos tenían razón, y no tú. Otras veces has visto con claridad que la razón era tuya, pero que fuiste bastante niño y terco en la defensa de tu razón.


Consecuencia: que en toda discusión, en todo encontronazo has salido perdiendo, que siempre toda pelea ha resultado negativa, que nunca sirvió para esclarecer la verdad, o para acercar los corazones, más bien los alejó, los agrió; con la razón de tu parte o en contra tuya, quedaste bastante lejos de los tuyos, amargado con los tuyos; ¿valía la pena entonces, el altercado?
El Espíritu Santo nos aconseja: “Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por los que agradan a Dios” (Eclo 3,17). “Las palabras traen gloria y deshonor, y la lengua del hombre puede provocar su caída” (Eclo 5,13). Será, pues, muy prudente pensar antes de hablar, pensar si tenemos que hablar o callar y pensar cómo debemos hablar.


* P. Alfonso Milagro

CALENDARIOS RELIGIOSOS PARA IMPRIMIR , AÑO 2016




UNA PERSONA CRISTIANA


UNA PERSONA CRISTIANA



Una persona realmente cristiana no puede ni debe vivir más que de la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Esta vida divina debe ser el principio de todos sus pensamientos, de todas sus palabras y de todas sus acciones.

Jesucristo fue concebido en el seno de María por obra del Espíritu Santo. Jesucristo nació del seno virginal de María. Concebido por obra del Espíritu Santo, nacido de María Virgen.

El bautismo y la fe hacen que empiece en nosotros la vida de Jesucristo. Por eso, somos como concebidos por obra del Espíritu Santo. Pero debemos, como el Salvador, nacer de la Virgen María.
María, con un amor inimaginable, nos lleva siempre en sus castas entrañas como hijos pequeños, hasta tanto que, habiendo formado en nosotros los primeros rasgos de su hijo, nos dé a luz como a Él. María nos repite incesantemente estas hermosas palabras de san Pablo: Hijitos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo se forme en vosotros (Gál 4,19). Hijitos míos, que yo quisiera dar a luz cuando Jesucristo se haya formado perfectamente en vosotros.



Ágora marianista

IGLESIAS, SECTAS Y RELIGIONES


Iglesias, sectas y religiones




La historia nos dice que los rusos y griegos “ortodoxos”, por ejemplo, se separaron de la Iglesia Católica en el año 1054. Los protestantes y evangélicos empezaron con Martín Lutero a partir de 1521. Los anglicanos fueron fundados en 1534 por el rey de Inglaterra, Enrique VIII, porque el Papa no le permitió divorciarse. Todas las demás sectas nacieron de la revolución luterana. Los Testigos de Jehová fueron fundados en Estados Unidos en 1871 por Carlos Taze Russell; Los Mormones en 1830 por Joseph Smith; Los de la supuesta “Luz del mundo” en 1926 por Eusebio Joaquín González en México. Así miles de sectas e iglesias fundadas por hombres hasta nuestros días.

De todas estas sectas y religiones y de todas las demás religiones que hay por todo el mundo, se llamen como se llamen, ninguna tiene 2000 años, y ninguna viene de los Apóstoles, excepto la Católica.  Jesús solo fundó la Iglesia Católica.

Ahora bien, si Cristo no las fundó ¿qué garantía de veracidad y legitimidad pueden tener? Absolutamente ninguna. Al contrario, la Biblia, la historia, el sentido común y la justicia las condenan como usurpadoras de misión y función (Jeremías 23, 21, 25).

Cristo sólo fundó la Iglesia Católica y Apostólica, desde el primer Papa San Pedro al actual Papa Francisco, y Jesús nos advierte: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas; más por dentro son lobos feroces…" No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos; más el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los Cielos, éste entrará en el Reino de los Cielos.

Jesús dijo lo que dijo cuando estuvo entre nosotros y nadie puede cambiar su mensaje. No se puede cambiar su Palabra, poner o quitar lo que a cada uno le conviene, en ningún aspecto, nunca. Jesús dijo lo que dijo, nos guste o no, y todo es verdad.

La verdad es inmutable y eterna, no varía con el paso del tiempo. Y es Dios quien establece lo que está bien o mal, ya que Él es el Creador y pone las normas. No los hombres, criaturas creadas por Él. Y Él será quien juzgue a cada cual con sus normas, no los hombres con sus ideas y leyes mundanas.

Jesús demostró que es Dios por los milagros sobrenaturales que hizo, que ningún hombre puede hacer, salvo los santos por voluntad de Dios. Nadie, excepto Dios, puede hacer milagros sobrenaturales, ni crear planetas, ni estrellas, ni devolver la vida a los muertos… salvo Dios, que es un ser superior. Y Jesús probó con hechos que Él era dios y es Dios creador del hombre, del universo, y de todo lo visible e invisible.

En su época, al igual que se hace ahora, también hubo testigos (además de los Apóstoles y seguidores) que hablaron y escribieron sobre Él, historiadores judíos y romanos que, como cualquier historiador de cada época, escribieron los acontecimientos, tales como Flavio Josefo, Plinio el Joven, Poncio Pilato, Luciano de Samosata, Cornelio Tácito, etc.

Y todos los Mártires y Santos, que dieron y dan su vida por la Verdad de Jesús. ¡Nadie se deja matar por una mentira o una estupidez!

Para saber, conocer y poder amar a Dios-Jesús-Santísima Trinidad es imprescindible leer su Palabra, contenida en las Sagradas Escrituras –Biblia- y lo que dicen los santos aprobados por la Iglesia Católica.

Su palabra es “ley”. Leamos su Palabra -Biblia y Catecismo- para poder conocer y entender a Dios y su plan de salvación. Todos los cristianos católicos nos debemos unir y trabajar por extender el Reino de Dios y su Gloria. Así nos lo ordenó Él: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mc 16,15

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: 11 DE ENERO DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Enero 11



Cuando vas por la ruta con tu coche a alta velocidad, vas con cierta tranquilidad si sabes que el coche responde bien.

Tu vida es eso; un coche lanzado a alta velocidad; debes conservar la calma y el dominio de tu vida; debes dominar siempre la situación en que te halles.

Cuando manejas tu coche, por más que éste te responda, si no eres dueño de tus nervios, si tus reflejos son tardíos, estarás al borde de la catástrofe.

Tu vida tendrá muchos encontronazos, si no eres dueño de ti mismo, si no dominas tus instintos, si no frenas tus impulsos. El dominio propio es el secreto de la vida; saber ir a donde se quiere, eso es control propio, eso es dominio, eso es mandar uno en la propia vida, eso es éxito.
¿Sabes dominarte? ¿Eres dueño de ti mismo?
O, por el contrario, ¿te dominan tus pasiones, tus instintos, tus nervios? Cuidado, porque puedes estar próximo a un accidente inesperado.

Pensar en Dios será un buen freno para tus impulsos; saber que Dios está contigo, te acompañará. “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mt 16,24)


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MARTES!!


domingo, 10 de enero de 2016

PAPA FRANCISCO BAUTIZA A 26 NIÑOS Y PIDE A LOS PADRES: HAGAN LO POSIBLE PARA QUE NO PIERDAN LA FE


El Papa bautiza 26 niños y pide a los padres: Hagan lo posible para que no pierdan la fe
Por Alvaro de Juana


 (ACI).- El Papa Francisco celebró esta mañana en la Capilla Sixtina de los Museos Vaticanos la celebración del Bautismo del Señor con una Misa en la que impartió el Sacramento del Bautismo a 26 niños: 13 niños y 13 niñas.

Como es tradición, los bautizados son hijos de empleados del Vaticano. En una brevísima homilía, Francisco recordó la importancia de la fe y pidió a los padres que hagan lo posible porque sus hijos no la pierdan.

“Cuarenta días después de su nacimiento, Jesús fue llevado al templo. María y José lo llevaron para presentarlo a Dios. Hoy, fiesta del Bautismo del Señor, ustedes padres llevan a sus hijos a recibir el Bautismo. A recibir lo que ustedes han pedido al inicio, cuando yo les he hecho la primera pregunta: la fe. ‘Yo quiero para mi hijo la fe’. Y así la fe viene transmitida de una generación a otra, como una cadena”, dijo el Santo Padre.



El Papa recordó tanto a los padres como a los padrinos que “estos niños, estas niñas, pasados los años, ocuparán vuestro lugar con otro hijo y pedirán la fe, la fe que nos da el Bautismo, la fe que nos lleva el Espíritu Santo al corazón, al alma en la vida de estos hijos vuestros. Ustedes han pedido la fe”.

“La Iglesia, cuando les entregue la vela encendida, les dirá de custodiar la fe de estos niños. Y al final, no olviden que la herencia más grande que ustedes les pueden dar a sus hijos es la fe”.

“Busquen que no la pierdan. Háganla crecer y déjenla como herencia. Les deseo esto hoy, que es un día alegre para ustedes. Les deseo que sean capaces de hacer crecer a estos niños en la fe, y que la más grande verdad que ellos reciban de ustedes sea la fe. Y solamente un aviso: cuando un niño llora porque tiene hambre, a la madre le digo: ‘si su niño tiene hambre, dele de comer aquí, con toda libertad”, concluyó para dar inicio al rito bautismal.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: DOMINGO 10 DE ENERO DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Enero 10



Un joven se quejó a Daniel Webster:
Ya no hay oportunidad para los jóvenes; todos los puestos buenos están ocupados.
Aún hay sitio en las cumbres, le respondió.
Si quieres detenerte en el llano, ciertamente seguirás siendo un hombre anónimo, de la masa, vulgar, sin proyección; pero, si te lanzas hacia la altura, si clavas tu mirada en la cumbre, si no te contentas con lo común, como ser como son los demás, sino que aspiras a ser como fueron los menos, llegarás a la perfección.
Por eso tienes que subir, siempre subir, esforzarte por ser mejor, cada día con un nuevo esfuerzo, con redoblado aliento, con más entusiasmo.
No olvides que en las cumbres se respira aire más puro, más oxigenado; que en las cumbres del propio renunciamiento es donde el hombre se va purificando y se va haciendo mejor; que las cumbres son el único lugar que habitan los santos.
La gracia, además de consciente, ha de ser creciente; no puedes contentarte con ser amigos de Dios; profundiza cada vez más en esa amistad. “Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre” (Jn 15,15)

* P. Alfonso Milagro

¿QUÉ ES EL BAUTISMO DEL SEÑOR?


¿QUÉ ES EL BAUTISMO DEL SEÑOR?


Todos los años, después de la fiesta de los reyes magos, viene la fiesta del Bautismo de Jesús. Para algunos litúrgicamente forman una unidad por lo que indica de epifanía o manifestación del Señor. Hoy el Padre, en unidad con el Espíritu, manifiesta la misión mesiánica del Hijo para comenzar su predicación.

Algunos creían que Juan Bautista era el Mesías. Pero él les dijo que bautizaba; pero sólo en agua, mientras que el Mesías, que ya llegaba, iba a bautizar en el Espíritu Santo. Bautizar en agua era sólo un símbolo de lo que pasaba en el interior de la persona, si se arrepentía. Significaba la purificación que se suponía tenía el penitente. Pero nuestro bautismo, el que nos dio Jesucristo, es mucho más, porque además de la purificación que simboliza el agua, se nos da la gracia, que es una participación de la vida divina, y las tres divinas personas habitan de una manera más vital en el alma, de modo que el Espíritu Santo comienza a realizar la obra de santificación, si esa persona colabora dejando que el Espíritu desarrolle en ella sus dones, frutos y carismas.

Para nosotros el día de hoy debe ser la renovación de nuestra dignidad como hijos de Dios, que recibimos el día de nuestro bautismo. Es una dignidad, pero es de una manera especial un compromiso que nos debe hacer pensar en lo que somos, ya que el bautismo es para siempre. Por el bautismo tenemos un compromiso de amor con Dios, que vive en lo profundo del alma para poder ser fuente de intimidad en el amor. Pero es un compromiso también con todas las demás personas, pues nos debe hacer ser solidarios. El bautismo nos dice que hemos sido llamados a dar testimonio del Reino de Dios en el mundo. No fue solamente una llamada pasada. La fuerza del bautismo continúa, porque el Espíritu Santo quiere estar muy activo en nosotros. Lo peor es que muchas veces no le dejamos actuar. En este día nos entreguemos más a su amor con nuestras obras de vida cristiana.


* P. Silverio Velasco

UN BAUTISMO DE FE - SOLEMNIDAD DEL BAUTISMO DEL SEÑOR 10 DE ENERO 2015

Un Bautismo de Fe



Han pasado las navidades, y con el Bautismo del Señor, se inicia su andadura y su  misión. ¿Qué andadura? ¿Qué misión? Ni más ni menos que aquello, que nosotros los cristianos, olvidamos con frecuencia: ser discípulo de Jesús es ser conocedor de su vida, entusiasta de Dios y orientar nuestra vida desde el Evangelio. ¿Lo  hacemos?

Para ser testigos de Cristo, primero, hay que conocerlo,  sentirlo y vivirlo personalmente. Y es que, el Bautismo, lejos de ser un rito ha de  ser un punto de salida de una vida de fe cimentada, asentada, consolidada y enriquecida en Cristo.   

El Niño, al que visitaron humildemente los pastores; al que reverenciaron los magos para abrir su historia y su nombre a todos los pueblos de la tierra, inicia con su bautismo personal aquello para lo que ha nacido: ha venido para estar junto a nosotros, para enseñarnos el camino de la vida y del amor de Dios, y sobre todo, para dignificar nuestra existencia, divinizarla y darle otro color.   

Se involucra de lleno en aquello que Dios le pide. Se abre el cielo, una vez más, no para entrar en el seno virginal de María, y sí para caminar por las entrañas de la tierra ofreciendo esperanza e ilusión a todo aquel que la ha perdido.   

Aquel Niño que nació en una noche estrellada y silenciosa, hablará con fuerza sobre el amor y la justicia. Nos dirá que, el perdón, es distintivo de aquellos que se dicen amigos suyos y, sobre todo, nos invitará a ser testigos de lo que, Él dice, forja y enseña.   

El Bautismo del Señor es la inauguración de una gran obra. De una tarea que, además, sacude nuestras conciencias y nos ofrece muchas posibilidades.   

- Sacude nuestras conciencias. Nos invita a plantearnos varios interrogantes. ¿Es  nuestra fe operativa, profunda, convencida, creativa y activa?  ¿No la tenemos  demasiado dormida y arrinconada por vicisitudes o por vergüenza a exhibirla?  ¿Por qué tanta bravura para hablar de lo superfluo, de aquello que pasa, y tanto  miramiento o timidez para expresar aquello que decimos creer y sentir?

- Nos da muchas posibilidades. Escuchamos, una vez más, que somos hijos preferidos por parte de Dios, que nos ama pero, que hemos de intentar practicar  aquello que Jesús nos dice. Y que, su misión, es nuestra misión. Que su locura, ha de ser nuestra locura. Que su fin, ha de ser nuestro fin. Que su camino, ha de ser  el nuestro. El Bautismo del Señor es descubrir el sentido de nuestro propio bautismo. No se construye una casa para nunca habitarla. Ni, tampoco, se  descorcha una botella de buen vino para desperdiciar su contenido. Ni, mucho  menos, compramos un artículo de belleza para nunca lucirlo.   

Me gusta pensar en aquel momento del Bautismo del Señor: “Jesús haciendo cola para ser bautizado por las manos de Juan Bautista”. Pero lo hacía con todas  las consecuencias. Sabedor del compromiso que adquiría. Consciente de las dificultades que le esperaban en el recorrido del anuncio de su reino. Y, también, me preocupa –por comparación- recordar la escena de tantos cristianos que se acercan (con muy poca paciencia, sin hacer cola y si puede ser, sin preparación alguna, mejor que mejor) para ser bautizados pero muy poco conscientes de lo que implica el vivir y sentirse como bautizados.   

A una con el Señor, renovemos nuestro deseo de que la presencia de Dios en nuestra vida sea algo real, vivo, visible y testimonial. Y es que es un momento propicio para que, los cristianos, nos pongamos de una vez por todas las pilas y sepamos en quién creemos, por qué creemos y qué es lo que estamos llamados a  ser en medio de este complicado mundo: algo distinto y con tintes divinos.   


* P. Javier Leoz

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 10 DE ENERO DEL 2016 - FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR



La maravilla de ser hijos de Dios
Tiempo Ordinario


Lucas 3, 15-16. 21-22. Fiesta del Bautismo del Señor. Vivamos de acuerdo con nuestra condición de hijos de Dios y agradezcamos con nuestro testimonio.


Por: P. Sergio A. Córdova | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 3, 15-16. 21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En un bautismo general Jesús también se bautizó. Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.
Oración introductoria
Jesús, gracias por el don de mi existencia y el don de mi bautismo. Gracias porque tu gracia puedo amar, porque tus mandamientos no son obstáculos sino señales que indican el camino que hay que recorrer para encontrarte. Pongo en esta oración toda mi libertad en tus manos para que Tú me guíes hacia la verdadera vida.

Meditación del Papa Francisco


Esta noche los artistas harán del escenario un lugar desde donde transmitir enseñanzas sobre el amor, sobre la necesidad del otro, sobre la solidaridad, sobre cómo en las dificultades se encuentra el amor del Padre.
La pobreza es la gran enseñanza que nos dio Jesús cuando bajó a las aguas del Jordán para ser bautizado por Juan Bautista. No lo hizo por necesidad de penitencia, de conversión. Lo hizo porque quería ponerse en medio de la gente, la gente necesitada de perdón, en medio de nosotros pecadores, y cargarse el peso de nuestros pecados. Este es el camino que eligió para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Es decir, lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura y de compartir.
Ustedes no son un peso para nosotros, sino la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos. Recordando la carta que recibí de ustedes a los pocos días después de mi elección como Pontífice, les confirmo, como les respondí en su momento, que los llevo en el corazón y estoy a vuestra disposición. (Cf Video mensaje del Papa Francisco dirigido a los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas diocesana de Roma, 28 de abril de 2015).
Reflexión
En algunas ocasiones –pocas, por fortuna— he escuchado decir a ciertas parejas: “A nuestro hijo no lo vamos a bautizar porque no queremos imponerle nada; mejor, cuando crezca, que él escoja qué religión quiere tener”. La verdad es que a mí me causan una grandísima pena quienes así piensan porque, además de reflejar la poca fe que ellos mismos tienen y su escasa formación religiosa, hacen ver con esos comentarios que no tienen ni idea de lo que es realmente el bautismo. Si dicen que no quieren imponer la fe a sus hijos, entonces, ¿por qué no les preguntaron también si querían venir a esta vida o no, si querían nacer o preferían no haber vivido nunca?

A lo mejor puede sonar esto un poco duro. Pero así es. Esos padres de familia no se dan cuenta de que, así como la vida es un don gratuito que se ofrece al hijo, sin condiciones, sólo por amor, con el bautismo sucede algo bastante semejante. La fe es un inmenso regalo, un don de Dios de un valor incalculable, y los padres –si son de verdad cristianos— consideran que es la mejor herencia que pueden dar a sus hijos. Es como si un señor muy rico quisiera regalar a un niño un millón de dólares y sus padres se opusieran rotundamente dizque para no "obligar" a su hijo a recibir algo sin su consentimiento. ¿Verdad que sería el absurdo más grande del mundo, aunque se hiciera en nombre de una supuesta "libertad"?

Cuentan que san Luis, rey de Francia, cuando alguno de sus hijos pequeños recibía el bautismo, lo estrechaba con inmensa alegría entre sus brazos y lo besaba con gran amor, diciéndole: “¡Querido hijo, hace un momento sólo eras hijo mío, pero ahora eres también hijo de Dios!”. El apóstol san Juan se expresa así, con inmensa emoción: "Mirad qué gran amor nos ha mostrado el Padre para llamarnos hijos de Dios. ¡Y lo somos realmente!" (I Jn 3,2). Y un poco más adelante dice también: "Quien ha nacido de Dios no peca, porque la semilla de Dios está en él, y no puede pecar" (I Jn, 3,9).

El Evangelio de hoy nos narra el bautismo de Cristo, y nos refiere san Lucas que mientras Jesús era bautizado, "se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma y se dejó oír la voz del Padre que venía del cielo: Tú eres mi Hijo, el amado, mi predilecto". Es entonces cuando el Padre da ante el mundo ese maravilloso testimonio a favor de Cristo, ratifica solemnemente la condición divina de Jesús e inaugura con su sello la misión que su Hijo estaba para iniciar sobre la tierra.

Jesús es el Hijo eterno del Padre, el Hijo por naturaleza, el predilecto por antonomasia. Pero también nosotros, por una especialísima dignación de Dios y una predilección de su amor, a través del bautismo, también quedamos constituidos “hijos en el Hijo” y llegamos a ser hijos de Dios por adopción.

El bautismo es, pues, el sacramento por el que nacemos a la vida eterna y el que nos abre las puertas del cielo. El mismo Juan nos refiere en su evangelio aquellas profundas palabras que dirigió Jesús a Nicodemo: "En verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu, no podrá entrar en el reino de los cielos. Lo que nace de la carne, es carne; pero lo que nace del Espíritu, es espíritu" (Jn 3, 5-6).

Después de las hermosas fiestas navideñas que todos hemos podido pasar estos días en familia, hoy la Iglesia quiere celebrando con todos sus hijos la fiesta del bautismo del Señor. De esta forma, así como Cristo inició su vida pública con su bautismo, nosotros ahora iniciamos nuevamente la vida "ordinaria" recordando y reviviendo el bautismo del Señor.

Pero no es sólo una celebración para iniciar el tiempo ordinario. La Iglesia, como buena Madre, quiere atraer nuestra atención hacia las verdades más esenciales y fundamentales de nuestra vida. Nos remonta hasta los orígenes de nuestra fe.

Se cuenta que san Francisco Solano, siendo ya religioso franciscano, fue un día a visitar su pueblo natal de Montilla, en España. Y, entrando a la iglesia de Santiago, en donde había sido bautizado, se fue derecho a la pila bautismal, se arrodilló en el suelo con la frente apoyada sobre la piedra y rezó en voz alta el Credo para dar gracias a Dios por el don de su fe. Algo casi idéntico repitió San Juan Pablo II, cuando visitó Polonia por primera vez como Papa, en el año 1979. Acudió de peregrinación a su natal Wadowice y, entrando a la iglesia parroquial, encontró rodeada de flores la pila bautismal donde fue bautizado en 1920. Entonces se arrodilló ante ella y la besó con profunda devoción y reverencia. ¡Los santos sí saben lo que es el bautismo!

Gracias a Dios, también nosotros hemos recibido este don maravilloso. Pero, ¿cuántos de nosotros somos conscientes de este regalo tan extraordinario y nos acordamos de él con frecuencia para darle gracias al Señor, para renovar nuestra fe con el rezo del Credo y ratificar nuestro compromiso cristiano? El Vaticano II nos recuerda que, por el bautismo, todos los cristianos tenemos el deber de tender a la santidad y de ser auténticos apóstoles de Cristo en el mundo: con nuestra palabra, nuestro testimonio y nuestra acción. ¿Somos cristianos de verdad? ¿De vida y de obras, y no sólo de nombre, de cultura o tradición?

¡Ojalá que cada día vivamos más de acuerdo con nuestra condición y agradezcamos a Dios, con nuestro testimonio, el maravilloso privilegio de ser sus hijos predilectos!
Propósito
Hoy evitaré hacer juicios temerarios y moralizantes respecto a otros, para disponer mi corazón a la misericordia de Cristo.

CUANDO EN TU CORAZÓN HAY UN TESORO


Cuando en tu corazón hay un tesoro
Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar a donde Tú quieres.


Por: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net 





"Detrás de un sufrimiento, a veces hay un pensamiento equivocado" (Anónimo).

El pequeño Chad era un muchachito tímido y callado. Un día, al llegar a casa, dijo a su madre que quería preparar una tarjeta para el día de la amistad a cada chico de su clase.

Ella pensó, con el corazón oprimido: "ojalá no haga eso", pues había observado que, cuando los niños volvían de la escuela, Chad iba siempre detrás de los demás. Los otros reían, conversaban e iban abrazados, pero Chad siempre se quedaba excluido del grupo.

Así y todo, por seguirle la corriente, compró papel, pegamento y lápices de colores. Chad dedicó tres semanas a trabajar con mucha paciencia, noche tras noche, hasta hacer treinta y cinco tarjetas.

Al amanecer del día de la amistad, Chad no cabía en sí de entusiasmo. Juntó los regalos con todo cuidado, los metió en una bolsa y salió corriendo a la calle. La madre decidió prepararle sus pastelitos favoritos para servírselos cuando regresara de la escuela. Sabía que llegaría desilusionado y de ese modo esperaba aliviarle un poco la pena.

Le dolía pensar que él no iba a recibir muchos regalos ese día, y menos de sus compañeros de escuela. Ninguno, quizá.

Esa tarde, la mamá puso en la mesa los pastelitos y el vaso de leche, al oír el bullicio de los niños, miró por la ventana. Como era de esperar, venían riendo y divirtiéndose en grande. Chad siempre venía último, pero en esta ocasión caminaba algo más deprisa que de costumbre.

La mamá supuso que estallaría en lágrimas en cuanto entrara, tal vez comentando que sus compañeros eran malos amigos. El pobre venía con los brazos vacíos, le abrió la puerta haciendo un esfuerzo para contener las lágrimas.

Mami te preparó leche con pastelitos -dijo con una voz dulce y entrecortada-, era la expresión de una mamá que intuía el dolor de su hijo. Apenas él oyó esas palabras, pasó a su lado con una expresión radiante, sin decir más que:¡ninguno!, ¡ninguno!...

Ella sintió que el corazón le daba un vuelco, al pensar que se refería a los regalos que nunca recibió de sus compañeros.

Y en entonces agregó: ¡no me olvidé de ninguno!, ¡de ninguno!

Chad, con este corazón tan grande y lleno de nobleza, tiene un lugar privilegiado en el corazón de Dios. Espero que tu también lo tengas...

Recuerdo que antes de que yo naciera estaba preocupado porque no conocía el mundo al que llegaría, entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.

Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:

Sé como el sol: Levántate temprano y no te acuestes tarde.

Sé como la luna: Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.

Sé como los pájaros: Come, canta y vuela.

Sé como las flores: Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.

Sé como el buen perro: Obediente, pero nada más a su Señor.

Sé como la fruta: Bella por fuera, saludable por dentro.

Sé como el día: Que llega y se retira sin alardes.

Sé como el oasis: Da tu agua al sediento.

Sé como la luciérnaga: Aunque pequeña, emite su propia luz.

Sé como el agua: Buena y transparente.

Sé como el río: Siempre hacia adelante.

Sé como Lázaro: Levántate y anda.

Sé como José: Cree en tus sueños.

Y por sobre todas las cosas, sé como el cielo: La morada de Dios.

Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar a donde Tú quieres.
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