viernes, 8 de mayo de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 8 DE MAYO DEL 2015



Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos
Pascua

Juan 15, 12-17. Pascua. Al final de nuestra vida lo único que contará será lo que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos. 


Por: Carlos Llaca | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17 
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros. 

Oración introductoria
Gracias, Jesús, por darme tu amor y amistad. Me pongo hoy ante tu presencia suplicándote humildemente que abras mi mente, mi voluntad y mi corazón, para dejar que la luz de tu Espíritu Santo ilumine mi oración.

Petición
Señor, hazme capaz de salir de mí mismo para crecer en el amor a Ti y a los demás.

Meditación del Papa Francisco
En el Cenáculo, Jesús resucitado, enviado por el Padre, comunicó su mismo Espíritu a los Apóstoles y con su fuerza los envió a renovar la faz de la tierra. Salir, marchar, no quiere decir olvidar. La Iglesia en salida guarda la memoria de lo que sucedió aquí; el Espíritu Paráclito le recuerda cada palabra, cada gesto, y le revela su sentido.
El Cenáculo nos recuerda el servicio, el lavatorio de los pies, que Jesús realizó, como ejemplo para sus discípulos. Lavarse los pies los unos a los otros significa acogerse, aceptarse, amarse, servirse mutuamente. Quiere decir servir al pobre, al enfermo, al excluido, a aquel que me resulta antipático, al que me molesta.
El Cenáculo nos recuerda, con la Eucaristía, el sacrificio. En cada celebración eucarística, Jesús se ofrece por nosotros al Padre, para que también nosotros podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestras penas…, ofrecer todo en sacrificio espiritual.
Y el Cenáculo nos recuerda también la amistad. “Ya no les llamo siervos –dijo Jesús a los Doce–… a ustedes les llamo amigos”. El Señor nos hace sus amigos, nos confía la voluntad del Padre y se nos da Él mismo. Ésta es la experiencia más hermosa del cristiano, y especialmente del sacerdote: hacerse amigo del Señor Jesús, y descubrir en su corazón que Él es su amigo.» (Homilía de S.S. Francisco, 26 de mayo de 2014).
Reflexión
De este Evangelio se pueden sacar muchas enseñanzas. Una es el verdadero amor. Otra, lo que es el verdadero amigo. Pero nos centraremos en lo que es la tarjeta de presentación de todo seguidor de Jesucristo, que somos todos los que creemos en él, y es el mandamiento de Jesús de amarnos los unos a los otros.

¿Qué implica esto? No es solamente una simple frase piadosa que se escucha cada domingo desde los púlpitos de las iglesias. Es el compromiso de todo cristiano. Implica salir de nuestro pequeño mundo, llámese trabajo, estudios, cosas personales, placeres, gustos, para fijarnos en las necesidades de nuestro prójimo. ¿Y quién es nuestro prójimo? Es el trabajador enfermo de nuestra compañía, es la humilde muchacha que hace la limpieza de la casa todos los días, es el cocinero que prepara nuestra comida, es la viejecita sentada fuera de la Iglesia que lo único que tiene para taparse del frío de la noche es su roído chal, son nuestros familiares y demás personas con quien tratamos. Y Cristo nos llama a amarlos desinteresadamente, no para ser vistos por las personas que nos rodean y que digan "Ah, qué bueno es fulano o fulana..." sino para cumplir con nuestro deber aquí en la tierra. ¿Y qué es amarlos? Es ayudarles en sus necesidades básicas, darles educación, casa, alimento, vestido, paciencia, cariño, comprensión.

Recordemos que al final de nuestra vida lo único que contará será lo que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Propósito
Dar prioridad a mi amistad con Cristo para, con su gracia, poder vivir para los demás.

Diálogo con Cristo
Señor, ayúdame siempre a conocerte mejor. Ayúdame a estar cada vez más unido a tu voluntad. Ayúdame a vivir mi vida, no para mí mismo, sino junto a Ti, para los otros. Ayúdame a ser cada vez más tu amigo, al pensar como Tú, al hablar como Tú y, sobre todo, al amar como Tú.

FLORECILLAS A MARÍA: 8 DE MAYO - VIRGEN DE LUJAN

Flor del 8 de mayo: Virgen prudentísima
Fiesta de Nuestra Señora de Luján


Meditación: “Se turbó, preguntándose qué podría ser éste saludo” (Lucas 1,29). Prudentísima porque turbada calló, porque obedeció, porque creyó y supo entregarse como esclava de Dios. ¡Qué modelo para nuestra locuacidad, nuestra poca fe y nuestro orgullo!. “Las vírgenes prudentes llenaron sus lámparas de aceite” (Mateo 25,4). María la llenó con fe. “Feliz porque haz creído”. La llenó con amor. “Mi Amado es mío y yo soy suya” (Cantar de los cantares 2,16). La llenó de esperanza. “Guardaba todas las Palabras de Jesús en su Corazón” (Lucas 2,51).

Oración: ¡Oh Virgen de Luján que señalas el camino de nuestro peregrinar!. Haz que la prudencia de tu Corazón la cultivemos también hoy, para que nuestras lámparas se aviven con una ardiente llama de fe, el pabilo de la esperanza y el aceite del Amor, como verdaderos templos de Dios. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Reflexionar sobre si cumplo lo que Dios quiere de mi, si hago Su Voluntad, o la mía.

EL SECRETO DEL ÉXITO


El secreto del éxito
Jesús abre un nuevo horizonte a la pregunta por el éxito en la vida: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5).


Por: Alejandro Ortega Trillo | Fuente: Catholic.net




Los “secretos del éxito” son un tópico de la literatura actual. Una búsqueda rápida en internet arroja 11,600,000 resultados, y títulos como: “Los diez secretos del éxito, “Los siete secretos del éxito”, “Los veintiún secretos del éxito”, “Secretos del éxito en ocho palabras”. Las listas típicas suelen incluir: optimismo, autoestima, inteligencia, enfoque, asertividad, tenacidad, innovación, fama, relaciones y buena suerte. 

De acuerdo con la mentalidad pragmática contemporánea, muchos autores muestran cómo alcanzar el éxito sin examinar qué contiene este concepto. Sobreentienden que el éxito consiste en alcanzar las propias metas. Quizá no se equivocan. Pero no todas las metas valen igualmente la pena. Algunas ni siquiera corresponden a la dignidad de la persona humana, cuyo instinto de realización se sitúa más en la línea del ser que del hacer y del tener. Lo confirma el hecho de que no pocas personas exitosas en obras y haberes sienten en las profundidades del alma enormes vacíos e insatisfacciones. 

Jesús abre un nuevo horizonte a la pregunta por el éxito en la vida: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). La frase, aunque formulada negativamente, no podía ser más positiva. Jesús da la máxima relevancia a la vida. La comprende a fondo y la transforma en vida plena y fecunda: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). “Vida en abundancia” no significa vida próspera; ni, mucho menos, vida sin límites ni cortapisas. Significa “vida unida a Jesús”, porque Él es la Vida. 

Sin Él, como fuente y motivación de nuestro obrar, todo se seca, todo se marchita, todo se queda en fruto aparente, incluso bastardo: la oración se reduce a un momento de reflexión, concentración o ejercicio mental; la espiritualidad se confunde con una búsqueda interior del propio yo; y la caridad no rebasa el nivel de la filantropía, con frecuencia animada por el reconocimiento social. 

¡Qué diferente es la vida unida a Jesús! Todo, hasta lo más sencillo, gana significado, fecundidad y relevancia. En este sentido, quizá la vida más exitosa y abundante sea aquella que se consume cada día dando algún fruto, por modesto que sea, a Dios y a los demás con pureza de intención.

La unión con Jesús se realiza través de la oración, las virtudes teologales –fe, esperanza y caridad–, los sacramentos y la vivencia amorosa de sus mandamientos. Como se ve, medios no faltan. Pero la vida diaria, con tanto trajín y distracción, tiende a impedir el flujo de esa savia divina que llamamos “gracia”, y cuya virtualidad nos permitiría repetir siempre, ante cualquier situación, la atrevida frase de san Pablo: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Fil. 4, 13). 

Por otra parte, bien lo sabemos, ninguna vida exitosa es ajena a las caídas, los reveses y las lágrimas. Jesús dijo que su Padre “poda” al sarmiento que da fruto, “para que dé más fruto” (Jn 15, 2). Toda poda es dolorosa pero eficaz, porque quita lo que sobra, lo que estorba, lo que dispersa la savia del alma para concentrarla en aquellas ramas de la vida que estás destinadas a dar más y mejor fruto. En este sentido, Jesús mismo fue modelo de la poda más fecunda que ha existido. Colgado del árbol de la cruz, Jesús gritó: “todo está cumplido”. No era un perdedor quien así se expresaba, sino el hombre más exitoso de la historia. 

Santa Faustina Kowalska, por revelación del mismo Cristo, mandó hacer la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: “Jesús, en ti confío”. Ésta fue, en cierto modo, el corolario de su biografía, que culminó en la madurez cristiana –la santidad– y fue también, en términos profanos, el secreto del éxito en su vida.

IMÁGENES DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN POMPEYA





NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE POMPEYA, ADVOCACIÓN MARIANA, 8 DE MAYO



Nuestra Señora del Rosario de Pompeya

Nuestra Señora del Rosario de Pompeya


Advocación Mariana, 8 de mayo



Por: . | Fuente: Corazones.org




En el año 79 ocurrió la famosa erupción del Volcán Vesubio que sepultó a la pagana ciudad de Pompeya (Sur de Italia). Allí la aristocracia Romana gustaba pasar tiempo de recreo y fue sorprendida por la súbita destrucción.

A comienzos del siglo XIX se instalaron en la cercanía familias de campesinos que erigieron una humilde capilla. En 1872 llegó el abogadoBartolo Longo (beatificado el 26 de octubre de 1980), quien trabajaba para la Condesa Fusco, dueña de ésas tierras. Longo descubrió que, después de la muerte del sacerdote, ya no habían misas en la capilla y pocos seguían firmes en la fe.

Salva a esta gente Bartolo. Propaga el Rosario
Una noche Longo vio en sueños a un amigo muerto años atrás que le dijo "Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan". Longo trajo de Nápoles muchos Rosarios para repartir.

Bartolo también animó a varios vecinos para que le ayuden a reparar la capilla. La gente comenzó a venir a rezar allí el rosario, cada vez en mayor número.

En 1878, Longo obtuvo de un convento de Nápoles un cuadro de Nuestra Señora entregando el Santo Rosario a Santo Domingo y Santa Rosa de Lima. Estaba deteriorado así que un pintor lo restauró. Este cambió la figura de la Santa Rosa por la de Santa Catalina de Siena. Puesta sobre el altar del Templo, aún inconclusa, la Sagrada imagen comenzó a obrar milagros.

El 8 de mayo de 1887, el Cardenal Mónaco de la Valleta colocó a la venerada imagen una diadema de brillantes bendecida por el Papa León XIII y el 8 de mayo de 1891, se llevó a cabo la Solemne Consagración del nuevo Santuario de Pompeya, que existe actualmente

NUESTRA SEÑORA DE LUJAN, 8 DE MAYO

Autor: . | Fuente: ACI Prensa
Nuestra Señora de Luján
Advocación Mariana, 8 de mayo




Nuestra Señora de Luján
Patrona de la Argentina

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se halla la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Vinieron en su ayuda troperos y peones pero no tuvieron suerte. Finalmente juzgaron que era necesario aliviar el peso de la carreta. Descargaron las imágenes y en ese momento los bueyes pudieron moverse con facilidad. Queriendo cerciorarse si el obstáculo provenía de las imágenes las pusieron nuevamente en la carreta y no se pudo mover. Entonces viendo que las imágenes se querían quedar en aquel lugar decidieron que una de ellas permaneciera en la Cañada y la entregaron al dueño de esas tierras. La fama del prodigio corrió hasta Buenos Aires y no faltaron quienes emprendieron un viaje a Luján para contemplar la imagen.

En 1887 la imagen fue coronada canónicamente por el Papa León XIII


IMÁGENES DE NUESTRA SEÑORA DE LUJAN












¿QUÉ ES LA LITURGIA DE LAS HORAS? ¿CUÁL ES SU FINALIDAD? ¿CÓMO ORAR CON LAUDES Y VÍSPERAS?


¿Qué es la Liturgia de las Horas? ¿Cuál es su finalidad? ¿Cómo orar con Laudes y Vísperas?


Oración

El oficio divino es parte de la liturgia y, como tal, constituye, con la Santa Misa, la plegaria pública y oficial de la Iglesia 
Fuente: Corazones.org



El oficio divino (Liturgia de las Horas) es el conjunto de oraciones (salmos, antífonas, himnos, oraciones, lecturas bíblicas y otras) que la Iglesia ha organizado para ser rezadas en determinadas horas de cada día.

El oficio divino es parte de la liturgia y, como tal,constituye, con la Santa Misa, la plegaria pública y oficial de la Iglesia. Su fin es consagrar las horas al Señor, extendiendo la comunión con Cristo efectuada en el Sacrificio de la Misa. Quien reza el oficio hace un paro en las labores para rezar con la Iglesia aunque se encuentre físicamente solo. Aunque sin duda es necesaria la oración privada, también es necesario que recemos formalmente unidos como Iglesia.

Los sacerdotes, religiosos y religiosas tienen obligación de rezar el Oficio Divino.

La Iglesia invita a TODOS a rezar la Liturgia de las Horas:

"Se invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es acción de la Iglesia. Código de Derecho Canónico [Canon 1174 § 2.]"

La Liturgia de las Horas se reza en diferentes "horas" del día.

Las principales son los "laudes", que se hacen por la mañana antes de comenzar las labores , y las "vísperas", al atardecer, cuando regresamos a casa. Cada una requiere solo unos 15 minutos y se pueden muy bien hacer en familia. ¡Le recomendamos que le pida a un sacerdote o religiosa para que le enseñe y se una a la oración de la Iglesia!

Ya los judíos desde antes de Cristo tenían la práctica de orar en horas establecidas. Jesús mismo, como judío piadoso, rezaba en estas horas. En la hora nona, mientras colgaba de la cruz, rezó las primeras palabras del salmo 22: "Dios mío, por qué me has abandonado"

Según las Sagradas Escrituras debemos orar sin cesar:

"(Jesús) les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer" (Lucas 18,1)
San Pablo enseña a vivir "perseverantes en la oración" (Romanos 12,12)
La Iglesia siempre ha enseñado la importancia de la oración continua. Los Hechos de los Apóstoles presenta el testimonio de los primeros cristianos: "Todos ellos perseveraban en la oración" (Hechos 1,14)
El oficio divino es la forma oficial de implementar en la vida diaria la "oración continua" de manera que se mantenga una perpetua comunión con Dios. El oficio, siendo oración hecha como Cuerpo de Cristo, es la misma respiración de la Iglesia y expresión de la vida cristiana que es unión con Dios.

Las horas del oficio divino:

Estas horas se llaman "horas canónicas". Recuerde que no es necesario para los laicos rezarlas todas para participar de esta oración. Pueden reducir el oficio a estas dos horas: Los Laudes antes de ir a trabajar y las Vísperas al terminar los trabajos.

Maitines (la oración de la mañana) también llamadas (matutinae laudes o alabanzas matutinas). El nombre es del latín matutinus. La primera de las horas canónicas. Antiguamente se cantaban los maitines durante las primeras horas del día, poco después de la media noche.

Laudes, que significa "alabanzas". Es, con las vísperas, una de las horas principales. Consiste de un himno, dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura corta de la Biblia, el Benedictus, responsorios, intercesiones, el Padrenuestro y una oración conclusiva.

"horas menores"
Prima: primera hora después de salir el sol, aprox. 6AM
Tercia: tercera hora después de salir el sol, aprox. 8AM
Sexta: sexta hora, aprox. 11AM
Nona: novena hora, aprox. 2PM

Vísperas: (viene de "vesper": tarde). Es el oficio de la tarde. Consiste de un himno, dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura corta de la Biblia, el Magnificat de la Santísima Virgen, responsorios, intercesiones, el Padrenuestro y una oración conclusiva.

Completas: oraciones del oficio divino al acostarse.

En los monasterios suelen cerrar el oficio las antífonas de la Santísima Virgen María,costumbre que parte del siglo XIII

También se reza diariamente el Oficio de las lecturas que consiste en tres salmos y de dos lecturas, una de la Biblia y la otra de otra fuente, generalmente de los Padres, de los santos o de un documento de la Iglesia.
Historia

Durante la Edad Media el Oficio Divino se organizó partiendo principalmente de los monasterios benedictinos. En su regla, San Benito recomienda insistentemente a sus monjes que durante sus viajes no dejen pasar las horas de la oración. Debían rezar cada semana el salterio íntegro (los 150 salmos). Para rezar algunas horas, las "horas menores", no era obligación acudir a la iglesia, sino que, al escuchar la trompeta o campana, los monjes, interrumpiendo sus ocupaciones se ponían a orar en el lugar que se encontraban (como hacen los musulmanes). Para las "horas mayores", (maitines, laudes, vísperas), toda la comunidad se reunía en la iglesia.

A partir del siglo XII, por la influencia de los frailes menores (Franciscanos), que viajaban con frecuencia, se promulgó un libro abreviado (breviario) ya que era imposible llevar los numerosos volúmenes que se requieren en el monasterio. La actual forma del Oficio Divino fue promulgada por el Papa Paulo VI en 1970 en la constitución apostólica Laudis Canticum. Los textos y los arreglos de la liturgia de las horas fueron revisados de acuerdo a las directrices del Concilio Vaticano Segundo (Constitución sobre la Liturgia, IV, 83-101).

Organización del Oficio Divino

Como aparece en el Breviario, el oficio está dividido en:

El Propio del Tiempo, con lecturas bíblicas y homilías.
Solemnidades del Señor
El Ordinario (el orden regular cuando no hay una fiesta señalada)
El Salterio (salmos para las diferentes horas) que sigue un ciclo de cuatro semanas.
El Propio de los Santos, con secuencia de fiestas
Oficios Comunes, para las Misas votivas
El Oficio de los Muertos.
Un suplemento contiene cánticos y lecturas de la Palabra para las vigilias, pequeñas oraciones de intercesión, e índices detallados.
La revisión del Breviario desde el Concilio Vaticano Segundo prescribe:

Oficio de las Lecturas, Oración de Laudes (mañana), Oración del Día (optar por una de las menores), Oración de Vísperas (Atardecer) y Completas (Oración de la Noche). Estas incluyen las antífonas apropiadas, así como las oraciones, salmos, cánticos, himnos, y responsorios que aparecen en el breviario.

Para todo el clero, religiosos y religiosas, el Oficio Divino continúa siendo obligación formal. Su primer cometido es orar por el pueblo y en nombre del pueblo que se les ha encomendado. Lo ideal es que el clero rece con su pueblo en cuanto sea posible

Aunque no es obligación para los laicos, La Iglesia recomienda a todos los fieles que recen el Oficio Divino. San Pío X, en 1903 exhortó encarecidamente al pueblo cristiano a participar en el Oficio Divino. El Concilio Vaticano II confirmó esta recomendación que aparece también en el Catecismo de la Iglesia Católica:

#1196 Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la Palabra de Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a su oración incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu Santo sobre el mundo entero.

Aparece también en la actual ley canónica:

"Se invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es acción de la Iglesia." -Canon 1174 § 2.

jueves, 7 de mayo de 2015

TARJETAS DEL DÍA DE LA MADRE











MEDITACIÓN DEL DÍA DE LA MADRE


MEDITACIÓN DEL DÍA DE LA MADRE



Cuenta una antigua leyenda que un niño antes de nacer le dijo a Dios: 

“Me dicen que me vas a enviar a la tierra, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso que soy?” Dios le dijo: “Entre muchos Ángeles escogí uno para ti, que te está esperando, él te cuidará.”
“Pero dime Dios, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.”

“Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.”

“Y ¿cómo entender, Dios lo que la gente me hable si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?”

Dios le contestó al niño: “Tú ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.”

“Y ¿qué haré, Dios cuando quiera hablar contigo?”

“Tú ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.”

“He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?”

“Tú ángel te defenderá aún a costa de su propia vida”.
“Pero estaré siempre triste, porque no te veré más Dios.”

“Tú ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia aunque yo siempre estaré contigo.”

En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía suavemente.

“Dios mío, Dios mío, si me voy dime su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?”

Dios le contestó: ”Su nombre no importa….. Tú le dirás… Mamá”

UN HIJO, ES SIEMPRE UN NIÑO PARA SU MADRE


Un hijo, es siempre un niño para su madre
Pedir mucho a Dios por las mamás de todo el mundo, para que siga habiendo madres buenas, fieles, heroicas en su labor de educar al hombre


Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net




Se celebran muchas cosas y acontecimientos en el mundo, pero el día de la madre es el que más se merece una celebración, porque se celebra el amor más tierno, más desinteresado y más hermoso que pueda existir sobre la tierra. Habría que celebrarlo con versos y canciones. Hasta Dios quiso tener una madre, la Santísima Virgen. Quiso sentir las caricias y el amor de una madre humana como tú.

A la hora de dirigirles una felicitación se me ocurre ponerme en el caso de un niño que habla a su mamá. Hacerme también niño, porque resulta que un hijo, es siempre un niño para su madre. Lo primero que un niño dice a su madre es un ¡gracias! muy grande y muy tierno.

¡Gracias! mamá, por haberme traído a este mundo: tu primer regalo para mi fue el regalo de la vida, te debo la vida. Pude no haber nacido y ahora no correría a tu brazos a decirte que te quiero y no podrías mirarte en mis ojos de angelito travieso. Pero dijiste sí.

¡Gracias! ¡mamá!, me quisiste mucho antes de nacer; cuántas veces soñaste conmigo. ¡Gracias! por haberme cuidado de pequeñito con tantos sacrificios, desvelos, cansancios. No puedo saber cuánto has hecho por mi, porque en esos años no me daba cuenta; te he costado mucho, mamá, eso lo sé. Nunca te sabré agradecer lo suficiente, no podré hacerlo porque es demasiado lo que te debo. Cuántas noches en vela junto a mi, cuando estaba enfermo.

¡Gracias! porque me has enseñado a conocer y a querer a Dios. Cuando sea mayor quizá me vuelva un poco frío, quizá salga de hijo pródigo, pero volveré, sí, volveré a ese Dios que tú me enseñaste amar.

Perdóname todas mis travesuras de niño y mis travesuras ya no tan inocentes de mayor. En el fondo no iban con mala intención, no pretendía molestarte. Aunque si te han hecho sufrir, yo sé que tú tienes siempre corazón para perdonarme y para comprender mis debilidades.

Pero no tengo derecho a entristecerte. Perdóname si alguna vez has tenido que llorar por mi y te he hecho enojar; no tenia derecho a hacerlo, perdóname. Te prometo desde hoy portarme mejor, no puedo seguir haciéndote sufrir con mi mal comportamiento. Ayúdame a cumplir este propósito.

Voy a pedir por ti tantas cosas. Hay que pedir mucho a Dios por las mamás de todo el mundo, para que siga habiendo madres buenas, fieles, heroicas en su labor de educar al hombre, porque los grandes hombres se forman en las rodillas de su madre.

Pedir para que no tomen como dogma de fe, aquello de que la familia pequeña vive mejor. En algunos ambientes algunas familias han reducido su fecundidad, su amor y su generosidad a una criatura, a un hijo. No tienen amor más que para un ser. La familia que vive mejor, no es la pequeña o la grande, sino la que vive unida en el amor.

Pidamos por todas nuestras familias para que reine de verdad el amor y así vivan mejor cada día. Ojalá que todas las madres se sientan orgullosas, felices de su maternidad pues eso es lo más grande que han recibido. Que se sientan felices con sus hijos, orgullosas de sus hijos, realizadas en su misión de madres por encima de cualquier otra cosa en su vida. Otras tareas y oficios pueden añadir algo a su persona, pero ninguna como la gloria y la alegría de ser madre.


Tus hijos te perdonarán fácilmente no ser una extraordinaria profesionista, si eres una estupenda mamá. El mundo está más necesitado de mamás verdaderas que de profesionistas excelentes.

SECUESTRAN A SACERDOTE CATÓLICO EN NIGERIA


Secuestran a sacerdote católico en Nigeria

ROMA, 07 May. 15 / 12:19 pm (ACI).- Un sacerdote católico nigeriano ha sido secuestrado de su parroquia en Ikanepo, en la diócesis de Idah en el estado de Kogi, en la zona centro sur de Nigeria.

La agencia vaticana Fides, con información de la prensa local nigeriana, señala que el P. Innocent Umor fue secuestrado en la madrugada del 4 de mayo.

Habrían sido cinco los hombres armados los que atacaron la casa parroquial donde el sacerdote estaba descansando.

Los secuestradores han pedido un rescate de 4 millones de Naira, unos 20 mil dólares. La policía ha declarado que ha puesto en marcha una investigación.

70 ANIVERSARIO DEL FINAL DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial
En esa ocasión confío al Señor, por la intercesión de María, Reina de la Paz, el deseo de que la sociedad humana aprenda de los errores del pasado


Por: Redacción | Fuente: www.agenciasic.com / Otros



En los próximos días se conmemorá en algunas capitales el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa -recordó el Papa Francisco al final de la catequesis del miércoles 6 de mayo:
"En esa ocasión confío al Señor, por la intercesión de María, Reina de la Paz, el deseo de que la sociedad humana aprenda de los errores del pasado y que también frente a los conflictos actuales que desgarran algunas regiones del mundo, todos los responsables civiles se comprometan en la búsqueda del bien común y en la promoción de la cultura de la paz".
Mundialmente, la organización de las Naciones Unidas ha establecido como evento especial el 8 de mayo la celebración del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
La Segunda Guerra Mundial se desarrolló entre 1939 y 1945. En él se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo, incluidas todas las grandes potencias, agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas: los Aliados y las Potencias del Eje. Fue la mayor contienda bélica de la historia, con más de cien millones de militares movilizados y un estado de «guerra total» en que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción entre recursos civiles y militares. Marcada por hechos de enorme significación que incluyeron la muerte masiva de civiles, el Holocausto y el uso, por primera y única vez, de armas nucleares en un conflicto militar, la Segunda Guerra Mundial fue el conflicto más mortífero en la historia de la humanidad,[1] con un resultado final de entre 50 y 70 millones de víctimas.

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 7 DE MAYO DEL 2015


Permaneced siempre en mi amor
Pascua

Juan 15, 9-11. Pascua. En todo momento Jesús quiere estar conmigo, la realidad más grande de la fe. 


Por: Óscar Santana | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. 

Oración introductoria
Señor, ¿cómo corresponder a tanto amor? ¿Cómo conservar en el corazón la alegría con la que colmas mi vida? ¡Ven, Espíritu Santo, lléname de tu amor para que pueda cumplir en todo tu voluntad, viviendo el mandamiento supremo de la caridad.

Petición
Señor, ayúdame a seguir el camino de mi felicidad, que es el de vivir la caridad.

Meditación del Papa Benedicto XVI
En cualquier necesidad y aridez, Él es la fuente de agua viva, que nos nutre y fortalece. Él en persona carga sobre sí el pecado, el miedo y el sufrimiento y, en definitiva, nos purifica y transforma misteriosamente en vino bueno. En esos momentos de necesidad nos sentimos a veces aplastados bajo una prensa, como los racimos de uvas que son exprimidos completamente. Pero sabemos que, unidos a Cristo, nos convertimos en vino de solera. Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo importante es que "permanezcamos" en la vid, en Cristo. En esta breve perícopa, el evangelista usa la palabra "permanecer" una docena de veces. Este "permanecer-en-Cristo" caracteriza todo el discurso. En nuestro tiempo de inquietudes e indiferencia, en el que tanta gente pierde el rumbo y el fundamento; en el que la fidelidad del amor en el matrimonio y en la amistad es frágil y efímera; en el que desearíamos gritar, en medio de nuestras necesidades, como los discípulos de Emaús: "Señor, quédate con nosotros, porque anochece, porque las tinieblas nos rodean"; el Señor resucitado nos ofrece aquí un refugio, un lugar de luz, de esperanza y confianza, de paz y seguridad.Benedicto XVI, 22 de septiembre de 2011.

Reflexión
Permaneced en mí y yo en vosotros

Jesucristo en este pasaje nos hace viva una realidad que posiblemente nos es difícil recordar. Puede ser porque parece a simple vista algo complicado. "Permaneced en mí y yo en vosotros".

¿Qué significa esta frase de Cristo en nuestras vidas? Quiere decir la realidad más grande de nuestra Fe. ¡Dios está con nosotros!

Es una presencia que se hace real no sólo en el Sacramento de la Eucaristía, donde Dios mismo, bajo las apariencias de pan y vino, se queda junto a nosotros. Es también real en la vida diaria, en mis dificultades y en mis alegrías, en mis altas y en mis bajas. En todo momento Jesús quiere estar conmigo.

Mas Cristo quiere que yo también me una a Él. Quiere que junto a Él yo viva los afanes del día. Que mis estudios, mi trabajo, los asuntos de la familia y demás ocupaciones las viva junto a Él. Que mi día no corra sin ningún sentido. ¿Cuántas veces no he llegado al final del día y al mirar atrás no me he sentido vacío, como si sólo hubiese ido y venido sin ningún fruto? Pues si eso ha sucedido es la prueba más contundente de que esa jornada Dios no ha estado presente en lo más mínimo. Jesús ya nos lo había dicho. "Como el sarmiento no puede dar fruto sin estar unido a la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis unidos a mí... Yo soy la vid, vosotros los sarmientos."

El cristiano no debería pasar por la vida como quien sólo busca "matar el tiempo", "divertirme lo más posible para no aburrirme". El cristiano debe ir por esta vida sufriendo, disfrutando; mas no como un animal sino como un hombre que vive unido a la vid. Hagamos la prueba. Vivamos un día, tan sólo un día unido a la vid, ofreciendo a Dios nuestras alegrías, nuestras penas, nuestras venturas y desventuras. Y al final, cuando llegue la noche, preguntémonos: ¿He tenido frutos hoy? ¿Ha valido la pena que yo haya vivido hoy? Si la respuesta es un sí, no tengas miedo a darle sentido a tu vida y a las de tus semejantes. "Quien permanece en mí y yo en Él tendrá mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada."

Propósito
Con esperanza y confianza rezar hoy un rosario, fuente de paz y alegría.

Diálogo con Cristo
Gracias, Dios mío, por tanto amor. No puedo dejar de agradecerte por darme a tu santísima Madre. Por su intercesión quiero pedirte que sepa cambiar o eliminar todo aquello que me impida vivir el mandamiento de la caridad.

Y VENDRÁ LA SANIDAD SOBRE TI...


Y vendrá la sanidad sobre ti…



Para que llegue la sanidad a un cuerpo, o al alma, debe haber previamente una enfermedad o herida. Existen varias clases de enfermedades: físicas, mentales y emocionales. Cada una tiene su origen en algo diferente pero, gracias a Dios, para todas ellas existe la misma sanidad: la que provee nuestro Señor Jesucristo. La medicina ha logrado grandes avances y los medicamentos ayudan a muchas personas a recibir alivio, pero el Sanador por excelencia es el Señor Jesucristo.

En realidad toda sanidad es milagrosa, inclusive la que viene por medio de los médicos, pues si su cuerpo no asimila el medicamento que le han recetado la sanidad nunca llegará a su vida. A veces Dios sana directamente, pero otras veces utiliza la ciencia médica que Él ha creado para el beneficio de la humanidad.

La medicina humana tiene su límite y es allí donde interviene el Señor con poder para hacer lo que nadie puede hacer. Una persona, humanamente hablando, puede estar al borde de la muerte o ya muerta, pero aún Dios tiene todo poder para levantarlo y/o resucitarlo. La vida trae muchas veces diferentes enfermedades a nuestras vidas, pero qué bueno es saber que tenemos al Gran Médico Jesucristo, que está dispuesto a que le pidamos para que Él opere su obra sanadora. ¡No existe mejor Sanador que El Señor!

¡Ánimo! ¡Ven a Cristo y sigue clamando porque Dios escucha tu oración! Hay personas que han sido enseñadas que llorar es para los débiles y que es vergonzoso hacerlo. Pareciera que alguien hubiera escrito un código que dice que las lágrimas son para los niños, las mujeres y los débiles. ¡Esta no es la perspectiva de Dios! Para un Padre amoroso como es Él, no hay cosa que toque más su corazón que ver a uno de sus hijos e hijas llorar ante su presencia. Las lágrimas pueden estar originadas por muchos factores, pero cuando uno va en oración a buscar al Señor y empiezan a correr por las mejillas las lágrimas, algo sucede en el mundo espiritual: Dios ve el clamor desesperado, la angustia y comienza a sanar lo que está enfermo.

Puede ser un cuerpo dolorido o una relación rota; puede ser una amistad o un matrimonio desecho. No te canses ni tengas vergüenza de llorar ante el Señor, pues tus lágrimas son para Él como una joya cristalina de mucho valor. "Jesús le dijo: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?" (Juan 11,40).



Oración
Gracias Señor porque en tu presencia no hay vergüenza alguna, y tengo la libertad de tu Espíritu para llorar y derramarme ante Tí. Gracias porque sé que tú no te deleitas en el dolor de tus hijos, sino que te enterneces de tal manera que mueves tu mano para sanar. Recorre en este momento mi cuerpo con tu poder, oh Dios, y sana aún aquellas enfermedades ocultas que pueda tener incubando en mi ser y el de las personas que más amo. Recibo en éste momento tu sanidad divina. Gracias Señor Jesús. Amén.
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