jueves, 6 de marzo de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: 06.03.2014

Autor: Miguel Esponda | Fuente: Catholic.net
Si alguno quiere venir en pos de mí
Lucas 9, 22-25. Cuaresma. Bueno es aquel que no cubre con su yo la luz de Dios, no se pone delante él mismo, sino que deja que se transparente Dios.
 
Si alguno quiere venir en pos de mí
Del santo evangelio según san Lucas 9, 22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús: "El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día". Decía a todos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?".

Oración introductoria

Jesús, se nota que lo que tú querías no era -ni ha sido nunca- ganarte un buen número de seguidores que quisieran ir en pos de ti para hacer milagros, o para adquirir mucha fama entre la gente, o incluso para vivir un evangelio diseñado a su comodidad. Por eso, desde que predicaste tu mensaje, dejaste bien claro que implicaba necesariamente la cruz, renunciar a sí mismo, perder la vida por ti. Ese es el camino para seguirte, para acercarnos al misterio tan gigante de tu persona y para encontrar en ti la verdadera vida.

Petición

Jesús mío, dame mucha fe y amor para llevar la cruz que tú me has dado, pues es el camino por donde has querido que te encuentre y llegue hasta ti.

Meditación del Papa Francisco 

Tenemos todo: tenemos la Iglesia, tenemos a Jesucristo, los sacramentos, a la Virgen, todo, un buen trabajo para el Reino de Dios. Pero no basta el bienestar espiritual sino hasta un cierto punto. Como aquel joven que era rico: quería ir con Jesús, pero hasta un cierto punto. Falta esta última unción del cristiano, para ser cristiano de verdad: la unión de la cruz, la unción de la humillación. ¿Soy un cristiano de cultura y de bienestar? ¿Soy un cristiano que acompaña al Señor hasta la cruz? El signo es la capacidad de llevar la humillación. La verificación si un cristiano es un verdadero cristiano es su capacidad de llevar con alegría y con paciencia las humillaciones; y como esto es algo que a nadie le gusta... hay muchos cristianos que, mirando al Señor, piden humillaciones para parecerse a Él. Esta es la elección: o cristianos de bienestar - que irán al Cielo ¿eh?, seguro te salvarás ¿eh? - o cristiano cerca de Jesús, por el camino de Jesús. (S.S. Francisco, 27 de septiembre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta).

Reflexión 

El camino que Cristo propone es difícil. Pero ¿qué es aquello que ha movido a tantos hombres y mujeres a seguir a alguien que predica todo lo contrario que el mundo de hoy ofrece? Es cierto, que hay algo de locura en esto. Una locura que experimentan sólo quienes han conocido a Cristo y, por consiguiente, le han experimentado vivo y enérgicamente atractivo. Por algo el Papa Juan Pablo II gritaba con ardor en sus labios: "¡Abrid de par en par las puertas a Cristo! ¿Qué teméis? Tened confianza en él. Arriesgaos a seguirlo. Esto exige, evidentemente, que salgáis de vosotros mismos, de vuestros razonamientos, de vuestra «prudencia», de vuestra indiferencia, de vuestra suficiencia, de vuestras costumbres no cristianas que quizá habéis adquirido. Dejad que Cristo sea para vosotros el camino, la verdad y la vida. Dejad que sea vuestra salvación y vuestra felicidad."

Propósito

Sobrellevaré con gozo las contrariedades y dificultades que forman mi cruz de este día.

Diálogo con Cristo

Jesucristo, estoy dispuesto a seguirte por este camino hermosísimo de ser cristiano. Ante todo lo que tú has hecho por mí, no encuentro otro camino para corresponderte que rendirme a tus pies para aprender de ti, para vivir lo que tú viviste. Sé que este camino entraña abnegación y sacrificio, y será fecundo sin comparaciones si busco encontrarte.

"Pon amor donde no hay amor, y sacarás amor" (San Juan de la Cruz).




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Miguel Esponda 

    SONRÍE, JESÚS TE AMA


    miércoles, 5 de marzo de 2014

    ¿QUÉ SIGNIFICA EL RITO DE LA CENIZA?


    ¿Qué significa el rito de la Ceniza?
    La cuaresma empieza para los cristianos con la ceniza de la conversión y acaba con la luz pascual renovadora
     



    Miércoles de Ceniza

    Hoy empezamos la Cuaresma a través de la imposición de las cenizas, un símbolo que es muy conocido para todos. La ceniza no es sino un símbolo de muerte que indica que ya no hay vida ni posibilidad de que la haya. Nosotros la vamos a imponer sobre nuestras cabezas pero no con un sentido negativo u oscuro de la vida, pues el cristiano debe ver su vida positivamente. La ceniza se convierte para nosotros al mismo tiempo en un motivo de esperanza y superación. La Cuaresma es un camino, y las cenizas sobre nuestras cabezas son el inicio de ese camino. El momento en el cual cada uno de nosotros empieza a entrar en su corazón y comienza a caminar hacia la Pascua, el encuentro pleno con Cristo.

    Jesucristo nos habla en el Evangelio de algunas actitudes que podemos tener ante la vida y ante las cosas que hacemos. Cristo nos habla de cómo, cuando oramos, hacemos limosna, hacemos el bien o ayudamos a los demás, podríamos estar buscándonos a nosotros mismos, cuando lo que tendríamos que hacer es no buscarnos a nosotros mismos ni buscar lo que los hombres digan, sino entrar en nuestro interior: “Y allá tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.”

    Es Dios en nuestro corazón quien nos va a recompensar; no son los hombres, ni sus juicios, ni sus opiniones, ni lo que puedan o dejen de pensar respecto a nosotros; es Nuestro Padre que ve en lo secreto quien nos va a recompensar. Que difícil es esto para nosotros que vivimos en una sociedad en la cual la apariencia es lo que cuenta y la fama es lo que vale.

    Cristo, cuando nosotros nos imponemos la ceniza en la cabeza nos dice: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres; de lo contrario no tendrán recompensa con su Padre Celestial”. ¿Qué recompensa busco yo en la vida?

    La Cuaresma es una pregunta que entra en nuestro corazón para cuestionarnos precisamente esto: ¿Estoy buscando a Dios, buscando la gloria humana, estoy buscando la comprensión de los demás? ¿A quién estoy buscando?

    La señal de penitencia que es la ceniza en la cabeza, se convierte para nosotros en una pregunta: ¿A quién estamos buscando? Una pregunta que tenemos que atrevernos a hacer en este camino que son los días de preparación para la Pascua; la ceniza cae sobre nuestras cabezas, pero ¿cae sobre nuestro corazón?

    Esta pregunta se convierte en un impulso, en un dinamismo, en un empuje para que nuestra vida se atreva a encontrarse a sí misma y empiece a dar valor a lo que vale, dar peso a lo que tiene.

    Este es el tiempo, el momento de la salvación, nos decía San Pablo. Hoy empieza un período que termina en la Pascua: La Cuaresma, el día de salvación, el día en el cual nosotros vamos a buscar dentro de nuestro corazón y a preguntarnos ¿a quién estamos buscando? Y la ceniza nos dice: quita todo y quédate con lo que vale, con lo fundamental; quédate con lo único que llena la vida de sentido. Tu Padre que ve en lo secreto, sólo Él te va a recompensar.

    La Cuaresma es un camino que todo hombre y toda mujer tenemos que recorrer, no lo podemos eludir y de una forma u otra lo tenemos que caminar. Tenemos que aprender a entrar en nuestro corazón, purificarlo y cuestionarnos sobre a quién estamos buscando.

    Este es le sentido de la ceniza en la cabeza; no es un rito mágico, una costumbre o una tradición. ¿De qué nos serviría manchar nuestra frente de negro si nuestro corazón no se preguntara si realmente a quien estamos buscando es a Dios? Si busco a Dios, esta Cuaresma es el momento para caminar, para buscarlo, para encontrarlo y purificar nuestro corazón.

    El camino de Cuaresma va a ser purificar el corazón, quitar de él todo lo que nos aparta de Dios, todo aquello que nos hace más incomprensivos con los demás, quitar todos nuestros miedos y todas las raíces que nos impiden apegarnos a Dios y que nos hacen apegarnos a nosotros mismos. ¿Estamos dispuestos a purificar y cuestionar nuestro corazón? ¿Estamos dispuestos a encontrarnos con Nuestro Padre en nuestro interior?

    Este es el significado del rito que vamos hacer dentro de unos momentos: purificar el corazón, dar valor a lo que vale y entrar dentro de nosotros mismos. Si así lo hacemos, entonces la Cuaresma que empezaremos hoy de una forma solemne, tan solemne como es el hecho de que hoy de una forma solemne, tan solemne como es el hecho de que hoy guardamos ayuno y abstinencia (para que el hambre física nos recuerde la importancia del hambre de Dios), se convertirá verdaderamente en un camino hacia Dios.

    Este ha de ser el dinamismo que nos haga caminar durante la Cuaresma: hacer de las mortificaciones propias de la Cuaresma como son lo ayunos, las vigilias y demás sacrificios que podamos hacer, un recuerdo de lo que tiene que tener la persona humana, no es simplemente un hambre física sino el hambre de Dios en nuestros corazones, la sed de la vida de Dios que tiene que haber en nuestra alma, la búsqueda de Dios que tiene haber en cada instante de nuestra alma.

    Que éste sea el fin de nuestro camino: tener hambre de Dios, buscarlo en lo profundo de nosotros mismos con gran sencillez. Y que al mismo tiempo, esa búsqueda y esa interiorización, se conviertan en una purificación de nuestra vida, de nuestro criterio y de nuestros comportamientos así como en un sano cuestionamiento de nuestra existencia. Permitamos que la Cuaresma entre en nuestra vida, que la ceniza llegue a nuestro corazón y que la penitencia transforme nuestras almas en almas auténticamente dispuestas a encontrarse con el Señor.


    Autor: Cipriano Sánchez | Fuente: Catholic.net

    POR CUARESMA...



    POR CUARESMA.!
      
    Como ciertos utensilios, también las personas necesitamos
    una revisión personal de nuestra vida. El mejor escáner
    es la Palabra de Dios. Escúchala y medítala con cierta frecuencia.
    Te dará pistas para situar aquellos aspectos de tu persona
    que no están en armonía con Jesús
      
    Participar en una fiesta implica el revestirse interior
    y exteriormente en consonancia con la situación.
    La Pascua, la cruz, el amor de Dios, la muerte de Jesús
    y su Resurrección, nos exige derribar esos muros
    que nos impiden vivir cerca de Él.

    En cuaresma, durante 40 días, intentamos recuperar
    el brillo perdido de nuestra fe cristiana. Acompañar a Jesús
    en el camino hacia la cruz. En definitiva tenemos un reto:
    recuperar y consolidar el estilo de los primeros cristianos
    que celebraban con gran alegría la Pascua del Señor.

    Aprovechemos este tiempo para convertirnos (regresar
    de caminos equivocados), para entrar en una comunión
    más perfecta con Dios (la oración) y para no olvidar
    los sufrimientos de los demás (la limosna).

    La cuaresma es un espacio de tiempo en el que peregrinamos
    hacia el interior de nosotros mismos. Ante tanta dispersión,
    estas semanas, nos invitan al recogimiento, a la reflexión
    y a encontrarnos con nosotros mismos. Jesús nos acompaña.

    La cuaresma es un camino que nos lleva al Señor.
    No nos detengamos en ninguno de sus cuarenta peldaños.
    Este tiempo tiene un fin: llevarnos al encuentro personal
    con la misericordia de Dios. Lo hace por nosotros.
    Por nuestra salvación.

    Que contemplando la cruz, y arropados por María
    y por Juan, acompañemos al Señor que ofrece todo
    lo que es por la humanidad. En Juan tendremos un amigo
    y, en la Virgen, una buena Madre.

    Muchos son los ídolos que llaman nuestra atención.
    Que no nos acostumbremos a tener al Señor como una especie
    de legado, de herencia de tiempos pasados. Es mucho más:
    ¡es el Señor! ¡El Salvador que nos revela plenamente
    el amor que Dios nos tiene!

    Saltar al camino de la cuaresma es saber que estamos
    llamados a despojarnos de aquello que nos impide ser
    “otros cristos”. La oración, el ayuno y la limosna nos abrirán
    una ventana a Dios, una oportunidad para el dominio personal
    y una mano para el que vive en dificultades.

    Los cuarenta días de la cuaresma pueden ser un noviazgo
    entre el Señor y cada uno de nosotros. Es la hora de tomar
    posiciones: ¿El pecado o la gracia? ¿La vida o la muerte?
    ¿La conversión o la mediocridad? ¿La verdad o la mentira?
    ¿La oración o la dispersión?

    La cuaresma es un tiempo de conocimiento de Jesús.
    Que no falte su Palabra y la eucaristía diaria. Sólo así podremos
    comprender y entender lo qué quiere de nosotros y seremos
    fuertes en el duro combate de la vida.

    La cuaresma es un “volver a casa”. Como el hijo pródigo
    meditamos nuestros errores y nuestras traiciones a Dios Padre.
    Pensándolo es bueno dar marcha atrás, examinar y clarificar
     nuestra conciencia y blanquear nuestro interior con una buena
    confesión sacramental

    La cuaresma es discernimiento y, también, afán identitario
    de lo que somos: cristianos. Jesús va por delante y nos muestra
    esa opción desde la proclamación pausada del Evangelio diario.

    Igualmente, este periodo pre-pascual, es una oportunidad
    para dar testimonio de nuestra fe. Los discípulos, camino
    de Jerusalén, acompañaron al Señor. Se dejaron seducir
    por su Palabra, oración y milagros. Que no nos perdamos
    en el inmenso carnaval que nos rodea.

    La cuaresma no es un fin en sí misma; es un camino
    que desemboca en la Pascua. En la pasión, muerte
    y resurrección de Jesús. No aventurarnos a recorrer
    este camino no nos facilitará el vivir con intensidad
    esos misterios que nos aguardan.

    Toda obra escrita tiene un índice. La gran obra redentora
    de Jesús fue su “semana santa”. La cuaresma es un índice
    que nos ayuda a centrar y nos conduce a celebrar la obra
    de la salvación que Jesús nos trae en la Pascua.

    P. Javier Leoz

    EL AYUNO EN LA CUARESMA



    EL AYUNO EN LA CUARESMA

    El ayuno fortifica el espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma a Dios; abate la concupiscencia, dando fuerza para vencer y amortiguar sus pasiones y dispone el corazón para que no busque otra cosa distinta de agradar a Dios en todos.

    El ayuno purifica el alma, eleva el espíritu, sujeta la carne al espíritu, da al corazón contrición y humildad, aplaca los ardores del placer y enciende la luz de la castidad.

    El ayuno significa un dominio sobre nosotros mismos, ser exigentes en las relaciones con nosotros mismos, estar prontos a renunciar a las cosas y no solo a los manjares sino también a los goces y placeres diversos que nos perjudican.

    El ayuno riguroso es penitencia gratísima a Dios sin poner en riesgo nuestra salud.
    Es alimento del alma y del espíritu, la vida de los Ángeles, la muerte del pecado, la extinción de las culpas, el remedio de la salud, la raíz de la gracia, el fundamento de la castidad.

    La abstinencia y la mortificación del cuerpo son excelentes virtudes, cuando al mismo tiempo nos abstenemos de los vicios y pecados.

    PROPÓSITOS DE CUARESMA



    Propósitos de Cuaresma


    1) Para saber

    En el mensaje de Cuaresma del Papa Benedicto XVI nos invita a ser conscientes de dos cosas: primero, de nuestra condición de criaturas que no siempre correspondemos a Dios como debemos creyéndonos autosuficientes. La segunda, y muy relacionada con la primera, del gran amor de Dios por nosotros que fue capaz de enviarnos a su Hijo quien murió para que fuéramos perdonados.

    Si esta Cuaresma somos más conscientes de ese amor de Dios, una consecuencia consistirá en alejarnos de todo aquello que pudiera ofenderlo.

    2) Para pensar

    A veces los seres de la naturaleza nos dan lecciones. Tal es el caso del armiño. Es uno de los carnívoros más pequeños del mundo, tiene el cuerpo alargado y extraordinariamente flexible. Habita bosques y estepas. Suele establecer su madriguera bajo un montón de piedras o disimulada en el interior de una mata espinosa. Antiguamente se cazaba al armiño por su suave piel, de una gran calidad, y de la que se confeccionaban abrigos. Su piel es muy cotizada gracias a su color muy blanco, atractivo y suave.

    Se dice que el armiño es el animal más celoso en cuanto a mantenerse limpio. Al ser muy ágil, cuando los cazadores quieren atraparlo, sabiendo de su aversión a ensuciarse, utilizan una estrategia: optan por ensuciar la cueva donde el armiño vive. Y así, cuando lo van siguiendo los perros, el armiño se niega a entrar a su guarida al ver la suciedad, no importando caer en el peligro, incluso aunque lo atrapen o muera.

    La historia nos recuerda a personas que han preferido cuidar su alma a costa de grandes sacrificios. Algunos han dejado su puesto de trabajo, por no ser cómplices de la corrupción. Incluso hay mártires que han preferido perder la vida antes que ofender a Dios.

    Un ejemplo edificante fue el de la niña Santa María Goretti. Ella era una niña de gran fe que ayudaba a su madre viuda con su arduo trabajo al sostenimiento de su casa. A pesar de ser analfabeta, María soñaba con poder instruirse, y poseía una notable inteligencia que se demostró cuando se aprendió el Catecismo con sólo oírlo, y así pudo hacer su Primera Comunión.

    Había un joven que pretendía a María llamado Alessandro, pero no era correspondido. Un día la sorprendió sola e intentó abusar por la fuerza de ella, pero María opuso resistencia y trató de hacerlo razonar, mencionando que lo que quería hacer era un grave pecado y que ella no quería que Alessandro se condenase.

    Alessandro se descontroló por completo, y la apuñaló. En su lecho de muerte, María perdonó a su asesino; y añadió que quería que Alessandro estuviera con ella en el Paraíso. María murió, a la edad de doce años.

    El asesino de María, cumplió su condena en la cárcel y tuvo un cambio de vida gracias al ejemplo de María, incluso ingresó a un convento capuchino.

    María fue beatificada en 1947, en presencia de su propia madre y de su asesino, ambos reconciliados; y fue canonizada por el Papa Pío XII en 1950.

    3) Para vivir

    La tentación a pecar está a la vuelta de la esquina. Puede resultar difícil no ceder, pero no es imposible. Este tiempo de Cuaresma ha de servir para examinarnos y evitar aquellas situaciones que nos llevan a pecar.

    San Josemaría Escrivá nos aconseja. “A la hora de la tentación piensa en el Amor que en el cielo te aguarda: fomenta la virtud de la esperanza, que no es falta de generosidad” (Camino 139).

    Pbro. José Martínez Colín

    CAMINOS DE CUARESMA



    Caminos de Cuaresma
       
    Ya lo sé. No me lo digan.
    La cuaresma es un camino.
    Camino de tentación y de triunfo.
    Camino de lucha y esfuerzo.
    Es de los caminos que me gustan.
    No me gustan los caminos hechos.
    No me gustan los caminos andados.
    No me gustan los caminos cortos.
    No me gustan los caminos de todos.
    Me gustan los caminos de Dios,
    Que también son mis caminos.
    Me gustan los caminos que exigen esfuerzo.
    Los caminos que requieren valentía.
    Los caminos que exigen decisión.
    Por eso me gustan los caminos de cuaresma.
    Esos que requieren conversión.
    Esos que exigen cambiar de corazón.
    Esos que requieren cambiar de cabeza.
    Esos que exigen cambiar de vida.
    Y que cuando lleguemos al final
    El sea nuevo para nosotros
    Y nosotros nuevos para El.
    Me gustan los caminos de cuaresma.
    Son los caminos que Dios nos pone por delante.
    Son los caminos que El anduvo primero.
    Son los caminos que El anda con nosotros.
    Son los caminos que El anda a nuestro lado.
    Caminos en los que Dios cae, cuando yo caigo.
    Caminos en los que Dios se levanta, cuando yo me levanto.
    Caminos en los que Dios se cansa en mis cansancios.
    Caminos en los que Dios sonríe en mi propia alegría.
    Pero los caminos de la Cuaresma
    No los quiero andar solo. Te necesito a mi lado.
    No quiero llegar solo la final. Quiero llegar contigo.
    Que si me canso, cuente con tu mano.
    Que si me fatigo, escuche siempre tu voz.
    Que si me voy quedando, alguien me empuje.
    Por eso te necesito a ti.
    Por eso me necesitas.
    Por eso nos necesita Él.
    Y cuando lleguemos a la Pascua,
    Sintamos que no hemos andado en balde.
    Que no hemos corrido por gusto.
    Que no hemos luchado inútilmente.
    Y sentiremos que bien valió la pena.
    Porque habrás hecho de nosotros,
    Los primeros testigos de tu Resurrección.
    Y se lo contaremos a los demás.
    Y se lo diremos gozos a todo el mundo:
    “Lo hemos visto”. “Y está vivo”.
    “Lo conocimos al partir el pan”.
    “Se nos apareció”. “Y vimos sus llagas”.
    “Y tocamos su costado”.  Aleluya.

    (Clemente Sobrado C.P.)

    EL EVANGELIO DE HOY: 05.03.2014

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Rectitud de intención
    Mateo 6, 1-6.16-18. Miércoles de Ceniza. Esperar la recompensa no del aplauso de los hombres sino de Dios.
     
    Rectitud de intención
    Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18


    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 

    Oración introductoria 

    Señor, hoy que inicia la Cuaresma te imploro me ayudes a vivirla animado por una fe más auténtica, más firme, con una mayor pureza de intención y por la esperanza que la anima, busque crecer en el amor. Que tu gracia me guíe para aprovechar todos los medios espirituales que me ofreces a través de nuestra madre, la Iglesia.

    Petición

    Señor, dame la gracia de convertirme a Ti con todo mi corazón, recordando que polvo soy.

    Meditación del Papa Francisco

    El Señor habla de ayuno, oración y limosna: los tres pilares de la piedad cristiana, de la conversión interior que la Iglesia nos propone a todos en Cuaresma. Y en este camino están los hipócritas, que presumen al hacer ayuno, al dar limosna, al rezar. […] Éstos no saben de belleza, no saben de amor, no saben de verdad; son pequeños, viles. El camino contrario nos habla de largueza, de alegría. Todos hemos tenido la tentación de la hipocresía. Todos. Todos los cristianos. Pero todos tenemos también la gracia, la gracia que viene de Jesucristo, la gracia de la alegría, la gracia de la magnanimidad, de la largueza. El hipócrita no sabe lo que es la alegría, no sabe lo que es la largueza, no sabe lo que es la magnanimidad. ¡Cuánto mal nos hace a todos! Todos nosotros tenemos la posibilidad de convertirnos en hipócritas, por eso hay que pensar en Jesús, que nos habla de rezar en lo secreto, perfumar la cabeza el día del ayuno y no tocar la tromba cuando hacemos una obra buena. En esto, en la oración nos hará bien la imagen tan bella del publicano: “Ten piedad de mí, Señor, que soy un pecador”. Y esta es la oración que nosotros debemos hacer todos los días, con la conciencia de que somos pecadores, con pecados concretos, no teóricos. (S.S. Francisco, 19 de junio de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

    Reflexión

    Es propio del hombre la tendencia natural que siente a que se le recompense cuando ha hecho algo bien. Parte de la educación que recibimos de pequeños es por medio de la premiación y del regalo. Un regalo si nos portamos bien, si sacamos buenas notas en el colegio, si nos tomamos la medicina cuando estamos enfermos, etc. Y ya de mayores la mayoría de las veces actuamos para ser vistos por los demás, porque nos gusta llamar la atención en medio de un grupo de amigos o incluso en la propia familia. Y no digamos cuando hemos hecho un acto de beneficencia a otra persona. En estos casos pensamos que todos deben darse cuenta de la grandiosa generosidad con que cuenta el mundo con mi presencia en esta tierra. Nos incluimos dentro de las maravillas del mundo.

    Sin embargo, el evangelio de hoy no enseña completamente lo contrario. Dice que ni siquiera la mano izquierda se debe enterarse de lo que hace la derecha. Parecería una exageración, pero detrás de este evangelio se encuentra la enorme riqueza y el enorme valor de Cristo. Pues, cuando quiere que le ofrezcamos un sacrificio, un acto de generosidad, quiere que se la ofrezcamos sólo a Él y para Él. Lo que llaman algunos "pureza de intención". Es decir, hacer las cosas sólo por amor a Cristo. Esperando la recompensa no del aplauso de los hombres sino de Dios. Es un aplauso muy silencioso en la tierra pero exageradamente estruendoso en el cielo. Hagamos la prueba buscando no ser vistos y alabados por los hombres la próxima ocasión en que hagamos el bien a una persona.


    MIÉRCOLES DE CENIZA

    En este día los buenos cristianos asisten a las iglesias a que les impongan la ceniza, al mismo tiempo que escuchan unas palabras: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio". Esas palabras explican el sentido de ese rito tan atrevido con el que da inicio la cuaresma. ¡Arrepiéntete!, se nos dice.

    Hay tiempo de pecar y tiempo de convertirse. El tiempo de pecar suele ser muy largo. Todos pasamos por momentos malos, en que abandonamos el buen camino y nos adentramos en la mala vida. Incluso, podemos observar, cuando miramos hacia atrás, que hay un período en la vida en que nos hemos alejado mucho de Dios, de la Iglesia, de las buenas costumbres. Son esos días negros a los que no queremos mirar.

    Pero hay también épocas buenas, en las que hemos sido capaces de hacer el bien, hemos estado en paz con Dios, con los demás y con nosotros mismos.

    Si pudiéramos observar en una película nuestro mejor día vivido y nuestro peor día, nos asombraríamos de dos cosas: Primero: de cómo hemos bajado tanto. Quizá tendríamos que decir: "Nunca me imaginé que podía llegar a hacer lo que he hecho". Pero también nos asombraríamos de lo bien que nos hemos portado en nuestro mejor día; de tal forma que si todos los días de nuestra vida hubieran sido como ese día, podríamos ser contados entre los hombres verdaderamente buenos y honrados de este mundo.

    De aquí podemos sacar la siguiente conclusión: el hombre puede, si se esfuerza, subir mucho, mejorar; o, por el contrario, bajar, corromperse, destruirse. El ser humano puede llegar a ser un ángel o un demonio.

    Se cuenta que a la hora de buscar a un personaje que representara a Cristo en una película, eligieron a un joven que, por su vida y costumbres reflejadas en el rostro, parecía ser el más idóneo. Al pasar el tiempo se trató de buscar a alguien que representara el papel de Judas, y después de mucho buscar, encontraron por fin a un hombre que, por la expresión de su cara parecía el más acertado. Era el mismo hombre que un día representó el papel de Cristo. ¿Tanto había cambiado...?
    En la cuaresma se nos invita a un cambio. Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos. Es un tiempo de gracia en que Dios nos ofrece su perdón con especial generosidad.

    Aún sabiendo que lo tenemos que hacer, preferimos seguir lo mismo, dejando para más adelante esa conversión, ese cambio de vida que nos cuesta tanto.

    Un hombre dejó hasta los 31 años su cambio. Una vez cuando sus compañeros decían: "vamos a cambiar la vida, pero más adelante", el convertido les contestó: "Si alguna vez lo vas a hacer, ¿por qué no ahora?, y, si no lo haces ahora ¿por qué dices que lo harás más adelante? ¿Podrás? ¿Querrás hacerlo? ¿Tendrás tiempo?"
    También de él es esta frase significativa: "Teme a Dios que pasa y que no vuelve". Dios suele pasar una y varias veces por nuestra vida, pero no tiene obligación de volver apasar. Por eso decía respetuosamente aquél, que primero no tenía ningún miedo ni respeto: "Teme a Dios que pasa y que puede no volver a pasar en tu vida".


    ¿Cambio, conversión? Vuelva usted mañana. El que deja las cosas para mañana, se encontrará con que un día no tendrá mañana.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    martes, 4 de marzo de 2014

    ORACIÓN DURANTE MI EMBARAZO




    ORACIÓN DURANTE MI EMBARAZO

    Padre Nuestro que estas en los cielos.
    Heme aquí que llevo en mi seno a un niño pequeñito, 
    débil y vulnerable, que ya va transformando todo mi 
    cuerpo y mi corazón.

    Gracias por habérmelo confiado, gracias por permitirle acogerlo. Como María acogió a Jesús en el día de la anunciación.

    Padre Bueno que nos amas, estoy maravillada ante esta vida tan secreta y palpitante, tan frágil y llena de promesas. Gracias por haberme dado los ojos del corazón que me permiten desde ahora ver a mi hijo.

    Padre lleno de bondad, ayúdame a hacer cada día lo que puedo hacer para que este pequeñito sea feliz. Te pido, Padre de todas las gracias, poder transmitir a este hijo toda la fe, toda la esperanza, todo el amor, que llevo en mi corazón.

    Por último, con mi hijo que antes que nada es tuyo, te pido Padre, mantenernos bajo tu protección. Ahora y por siempre.
    Amen.

    IMÁGENES DE CUARESMA 2014






















    LA CUARESMA



    LA CUARESMA

    Preparemos para la venida de la Cuaresma:
    La Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia. Es una peregrinación en la que Él mismo nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza 

    CUARESMA

    EN LA FRENTE... UNA CRUZ DE CENIZA BENDECIDA



    En la frente... una cruz de ceniza bendecida


    La puerta del Sagrario esta cerrada, una luz roja parpadeante nos anuncia que está ahí el Señor, Dios nuestro.
    En la frente... una cruz de ceniza bendecida
    Mañana iniciamos la Cuaresma con el mércoles de ceniza, tiempo penitencial para los católicos y veremos como infinidad de personas, quizá algunas que hace mucho tiempo no han acudido a la Iglesia, se formarán en largas filas para que les marquen la frente con una cruz de ceniza bendecida.

    Llegan, se forman en la fila, reciben la ceniza y se iban... Personas buenas, almas cándidas quizá, que siguen una tradición que tienen carácter de ritual al que pudiera caber, en su entendimiento, algo mágico y que por nada del mundo dejarían pasar esta fecha sin llevar en su frente la huella de la ceniza.

    Cosa buena es que esta tradición del Miércoles de Ceniza esté tan arraigada en el corazón de los fieles católicos.

    Quizá todos los que estemos en la fila sepamos qué es lo que significa y que de ninguna manera es, ni obligación ni Sacramento.

    Quizá todos meditamos -ya que de eso se trata- sobre el punto filosofal de que polvo somos y en polvo nos convertiremos.

    Quizá todos deseamos empezar la Cuaresma con un acto de humildad y pidiendo perdón por nuestros pecados.

    Tal vez, y esto esta muy bien, pero hay "algo" que no está bien.

    Veamos: entramos al Templo, estamos en la Iglesia, en la casa de Dios y no parecería posible entrar en esa casa y no saludar al Dueño, al Señor, al Dios Supremo Hacedor de todas las cosas, al Rey de Reyes, el Altísimo Señor, el Omnipotente que está en infinita humildad en el Sagrario en Cuerpo y Alma. Tan auténtico como cuando caminaba por las orillas del Jordán, tan real como cuando se sentó en el borde del pozo para pedirle agua a la samaritana, el mismo Dios, el mismo Cristo.

    La puerta del Sagrario estará cerrada, una luz roja parpadeante nos anunciará que está ahí el Señor, Dios nuestro.

    Las personas estarán en la fila de la ceniza... ¡ni una mirada, ni un saludo, ni una reverencia al Dios que está escondido en el Misterio de amor que es la Eucaristía!

    ¿Cómo es esto posible? ¿Será más importante llevar en la frente un signo de humildad que caer primero de rodillas ante el Sagrario y aunque no lo veamos con los ojos de la carne, decirle con los del alma: "Creo en Tí, Señor, y te amo", o simplemente con las palabras de Santo Tomás: "Señor mío y Dios mío" ?

    Y ya que estamos en este tema diremos que ocurre lo mismo cuando algunas personas entran en la Iglesia y se van derechitas al Santo de su devoción. Se arrodillan, le piden quién sabe que cosa y se van. Tal vez no haya culpa, es falta de formación y de que no nos hayan dicho una y mil veces, hasta que nos cale, que al que tenemos que reverenciar y adorar es al Dios vivo que está presente con su Cuerpo, su Alma y su Divinidad en el Sagrario. Los grandes santos son intercesores de las gracias que pedimos ante Dios.

    Tal vez también sea que creer en esto, es más difícil que creer en el poder del Santo. El culto a los Santos, - como nos dice en sus homilías Mons. George Chevort, no es obligatorio, sino facultativo." Pedirle a los Santos es como una etapa, como un escalón, no un término.

    El objetivo de nuestra religión es la Santísima Trinidad que tiene derecho a nuestra adoración y de la cual proceden todos los bienes que necesitamos y el Mediador indispensable es Jesucristo, Hijo de Dios y hombre.

    Glorifiquemos a Dios en sus Santos. Ahora bien, la primera de todos los Santos: no fuera de, sino en primer rango y un rango a parte, es la Bienaventurada Virgen María. La primera y aparte porque no solo es obra de Dios, sino que es la obra maestra de Dios. Es la Madre de Dios porque Ella difundió en el mundo la luz Eterna, Jesucristo Nuestro Señor.

    ¡Cuánta preparación y cuánta información sobre nuestra Fe nos hace falta para vivir y obrar como verdaderos cristianos!. Vivamos nuestra religión con orden y profundidad. Que seamos el ejemplo viviente para los que nos ven, que formándonos y estudiando podremos cumplir con los grandes misterios de nuestra religión tal y como nos lo enseña nuestra Santa Madre la Iglesia Católica y que imitando a los Santos entremos en esta Cuaresma con espíritu de oración y sacrificio.

    Y ,al estar formados para recibir la ceniza "saludemos" al mismo Dios en el Sagrario, que no nos distraigamos con la ceniza... Mañana es un buen día para un momento de adoración, de muestra de amor a nuestro Dios.


    Autor: Ma esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

    VUELO DEL ALMA


    VUELO DEL ALMA

    Cuando el camino se hace cuesta arriba, NO LO DEJES.
    Cuando las cosas andan mal como a veces sucede NO ABANDONES.

    Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas, NO TE RINDAS.

    Cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar NO TE CAIGAS.

    Cuando la suerte, te sea adversa, y no encuentres fuerzas para seguir NO RENUNCIES.

    Cuando no encuentres compañeros de lucha, NO TE APURES.

    Hay manos que sostienen las tuyas!
    Cree y Siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma " vuele libre " por los jardines hermosos de la confianza en algo superior que llega donde nuestra visión no puede alcanzar, pero sí nuestro corazón puede sentir.

    Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo!

    INTENTA !

    Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.

    No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener ya resueltos todos nuestros problemas, pero podemos a cada minuto mirar con ojos del amor a cada cosa.

    Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo que te encamina a la elevación y perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.

    Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.

    Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.

    Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan, hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente... no te quedes en el medio del camino
    porque allá... algo te espera !.

    LA FAMILIA DEL TIEMPO


    LA FAMILIA DEL TIEMPO

    Yo soy parte de la vida de aquellos que tienen amigos, porque tener amigos es ser Feliz. 

    Yo soy parte de la vida de aquellos que viven rodeados por personas como ustedes, pues vivir así es ser Feliz. 

    Yo soy parte de la vida de aquellos que creen que ayer es pasado, mañana es futuro y hoy es un regalo, por eso es llamado presente. 

    Formo parte de la vida de aquellos que creen en la fuerza del Amor, que creen que para una historia bonita no hay punto final. 

    Yo estoy casada, ¿sabían? Estoy casada con el Tiempo. ¡Ah!... mi marido es lindo! 
    El es responsable de la solución de todos los problemas. El reconstruye los corazones, él cura lastimaduras, él vence la Tristeza... 

    Juntos, el Tiempo y yo, tuvimos tres hijos: La Amistad, la Sabiduría, y el Amor. 
    La Amistad es la hija mayor. 
    Una muchacha linda, sincera, alegre. Ella brilla como el sol. 
    La Amistad une a las personas, nunca pretende herir, siempre consolar. 

    La del medio es la Sabiduría, culta, íntegra, siempre fue la más apegada al padre, el Tiempo. 
    La Sabiduría y el Tiempo andan siempre juntos.

    El menor es el Amor. ¡Ah! ¡cuánto trabajo me da! 
    Es terco, a veces sólo quiere vivir en un lugar...
    Yo vivo diciendo: 
    "Amor, usted fue hecho para vivir en dos corazones, no en uno".

    El Amor es complejo, pero es lindo, ¡muy lindo! 
    Cuando el comienza a hacer estragos y perjuicios yo llamo a su padre, y pronto el Tiempo sale a cerrar todas las heridas que el Amor abrió. 

    Una persona muy importante me enseñó una cosa:
    Todo final siempre es verdadero... si todavía no conoce su verdad, es porque no llegó el final. Por eso, me atrevo a pedirle algo: crea siempre en mi familia. 

    Crea en el Tiempo, en la Amistad, en la Sabiduría y principalmente en el Amor. 
    Y con seguridad un día, yo, la Felicidad, golpearé a su puerta!!!

    LECTIO DIVINA PARA EL MIÉRCOLES DE CENIZA: 05.03.2014



    Lectio Divina Miércoles de Ceniza 
    Autor: Ángel Moreno de Buenafuente

    La liturgia de la Palabra para la lectio divina 
    del Miércoles de Ceniza (5-3-2014) es
     Jl 2, 12-18; Sal 50; 2 Cor 5, 20 – 6, 2; Mt 6, 1-6. 16-18

     Tres llamadas

    “Convertíos a mí de todo corazón”.

     “En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”.

     “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos”.

    Consideración

    La Iglesia nos invita a volvernos hacia Dios, movimiento trascendente y teologal; a poner nuestros ojos en el rostro divino revelado, en Cristo. Él deberá ser el motivo absoluto del itinerario cuaresmal.

    Te ofrezco siete efectos o manifestaciones de la conversión del corazón, de la mente y de las fuerzas.

    Convertirse

    Convertirse es girar los pies, y ponerse en la dirección del que se nos revela Camino y Guía, Jesucristo.

    Convertirse es fijar la mirada en quien se nos muestra modelo de humanidad, e iniciar o reiniciar un movimiento emulativo, no para ser visto por los hombres, sino por Aquel que penetra las entrañas y el corazón.

    Convertirse es vivir tomando los valores del Evangelio como norma de vida, y hacer de la Palabra de Dios la hoja de ruta en el día a día, durante toda la existencia, que se simboliza en la cuarentena.

    Convertirse es abandonar el seguimiento del pensamiento mundano, huir del espectáculo vanidoso y de la apariencia de virtud, para avanzar de manera discreta y coherente con la fe que se desea profesar en la Noche de Pascua.

    Convertirse es obedecer las insinuaciones del Espíritu Santo, en relación con el trato con Dios en la oración, y en el trato con el prójimo con las obras de misericordia, como se simboliza en el ayuno solidario.

    Convertirse es vivir de manera coherente la identidad recibida en el bautismo, y no contradecir con la propia conducta lo que profesan los labios.

    Convertirse es no tener doblez de corazón, y ser el mismo ante Dios, que ve lo escondido, y ante la sociedad, sin negociar, según el ambiente, la identidad cristiana.

    EL EVANGELIO DE HOY: 04.03.2014

    Autor: Andrés Pérez Apablaza | Fuente: Catholic.net
    Recompensa a los que dejan todo por Jesús
    Marcos 10, 28-31. Tiempo Ordinario. No tengamos miedo. Optar por Cristo siempre será la mejor empresa de nuestra vida.
     
    Recompensa a los que dejan todo por Jesús
    Del santo Evangelio según san Marcos 10, 28-31


    En aquel tiempo Pedro se puso a decirle a Jesús: Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» Jesús dijo: Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.

    Oración introductoria

    Señor, gracias por darme la oportunidad de estar contigo en esta oración. Aunque me prometes retribuir el ciento por uno, hoy me conformo con poder experimentar tu cercanía para que mi corazón pueda amarte como al único totalmente amable; mi inteligencia pueda creer en Ti como en él único que no engaña y mi libertad pueda elegirte a Ti como lo único que colma mis ansias y anhelos.

    Petición

    Señor, dame el don de saber orar y encontrarme contigo en esta oración.

    Meditación del Papa Francisco

    Pedro le pregunta: "Está bien, ¿y nosotros? Nosotros hemos dejado todo por Ti. ¿Cuál será el salario? ¿Cómo será el premio?". La respuesta de Jesús, tal vez, es un poco irónica: pero sí, también tú y todos vosotros que habéis dejado casa, hermanos, hermanas, madre, hijo, campos, tendréis el ciento por uno de esto. Sin embargo les advierte que deberán afrontar la persecución, descrita como el salario o la paga del discípulo. El cristiano sigue a Jesús por amor, y cuando se sigue a Jesús con amor, la envidia del diablo hace muchas cosas. El espíritu del mundo no tolera esto, no tolera el testimonio. Pensad en la Madre Teresa, considerada como una figura positiva que hizo tantas cosas hermosas por los demás... El espíritu del mundo nunca dice que la beata Teresa todos los días, muchas horas, estaba en adoración; nunca. Reduce la actividad cristiana al hacer un bien social. Como si la existencia cristiana fuese una pintura, un barniz de cristianismo. Pero el anuncio de Jesús no es un barniz, penetra en los huesos, va directo al corazón; va al interior y nos cambia. Y esto, el espíritu del mundo no lo tolera; y por ello vienen las persecuciones. (S.S. Francisco, 28 de mayo de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). .

    Reflexión

    Hoy es Pedro quien se gloría de haberlo dejado todo. Cuando antes todos se espantaban de las palabras del Señor: quién podrá salvarse. Tan duras les resultaban las palabras de Maestro cuando decía que ningún rico se salvaría. Ellos no eran ricos. Pero bien que entendieron las palabras de Cristo. Con mucho o con poco se es rico, esto es, todo hombre se apega a las cosas. Pedro, hablando más con el espíritu que con la carne, dice bien: "lo han dejado todo y le siguieron".

    Jesús le responde, esperando que sus oidores entiendan también como antes el fondo de sus palabras: "recibirán el ciento por uno". Cierto que les habla de cosas, de bienes que aumentarán. Cierto que para ello han de hacer una opción radical por Él, una opción que no es despreciar las cosas sino desapegarse de ellas para apegarse a Dios y amar en Dios esas cosas que han dejado, con un amor rectificado por la experiencia de Cristo. Es más, el que haya logrado experimentar la plenitud liberalizadora de la opción radical por Cristo, no sentirá gusto sino sólo en Dios. Y las creaturas, tan bellas como su Hacedor, serán los medios para mejor amarle y servirle.

    Pero entre las cosas que se nos prometen está una poco agradable, poco comprensible: las persecuciones. Se nos prometen persecuciones como premio por el seguimiento de Cristo. ¿Quién, en efecto, está libre de las cruces de esta vida? ¿Quién en esta tierra ha vivido sin sufrir algo? Nadie. Todos somos pasto de las fieras del egoísmo de nuestros hermanos. Y sin embargo Cristo nos promete estos sufrimientos por Él. ¡Qué extraño regalo! Muy extraño. Pero extraño es para el que no ama. Es una locura sufrir por Cristo si no se le tiene. Quien lo tiene lo da todo porque lo ama. Quien sufre por alguien amado crece, se enaltece, siente que recibe más de lo que ha podido dar. Pero también sabe que esos padeceres no son eternos. Eterna será la Gloria junto a Cristo en el cielo. Y por eso lo sufre todo, se deja querer por Jesús plenamente. No tengamos miedo. Optar por Cristo siempre será la mejor empresa de nuestra vida. Hay que vivirlo para comprenderlo.

    Propósito

    Desprenderme de alguna posesión material para ayudar a un necesitado.

    Diálogo con Cristo

    Señor auméntame la fe, auméntame mi amor a Ti, porque cuando hay fe sincera y amor verdadero, nada ni nadie será más importante en mi vida que el cumplir tu voluntad. Permite que sea tu discípulo y misionero para hacer partícipes a los demás de tu amor, de esa felicidad que sólo Tú puedes dar. 

    ROGUEMOS AL SEÑOR


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