jueves, 19 de julio de 2012

INSISTENCIA


Insistencia

Autor: Paulo Coelho


En 1989, yo estaba en los Pirineos, cuando vi en un cartel postal: "Capilla de Gez", decía. Abrí el mapa, noté que estaba cerca del monte Gez, y resolví escalarlo para conocer la iglesia, pues calculé en mi cabeza que la ciudad quedaba en lo alto, del otro lado de la montaña.

Durante horas subí por los caminos más duros posibles. Solo cuando estaba a cien metros de la cima, me di cuenta de dos cosas: a) estaba perdido: b) no había ciudad ninguna en la cima del monte (descubrí más tarde que la capilla quedaba allá en lo bajo).

Me quise morir aquella tarde. ¿De donde saqué la idea de la ciudad? ¿Porqué no desistí cuando vi que no había ninguna carretera?

Las veces que nos ensimismamos con ciertas cosas, solo descubrimos el error demasiado tarde. Por eso es siempre bueno recordar la frase de Goethe: "Nadie consigue engañarnos mejor que nosotros mismos".

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO POR VOCACIONES



AL ESPÍRITU SANTO POR VOCACIONES

¡Espíritu Santo! Jesús invita a los hombres a seguirle. A uno invita a dejar las redes de pesca, a otro el campo, a un tercero la mesa de recaudaciones; a todos llama personalmente. Él pronuncia las palabras de invitación: “Ven, sígueme” (Mt 4,19). Y ellos siguen la llamada y aceptan sus exigencias.

¡Espíritu Santo! Tú despiertas las vocaciones religiosas. Tú suscitas el anhelo del perfecto seguimiento de Jesús en los corazones de los jóvenes.

Tú confieres a cada uno tus dones según tu beneplácito, y nadie llega al sacerdocio o al estado religioso sin tu moción, sin tu impulso amoroso y si tu guía.

Para que la Iglesia de hoy tenga vocaciones, es necesaria tu acción. Por eso te pedimos hagas germinar la gracia de la vocación en el corazón de muchas personas. Dales valor para seguir con generosidad el llamado y vivir con alegría su vocación.

Consérvales el primer amor a Cristo, para que perseveren fieles y lleven mucho fruto, como los sarmientos que permanecen unidos a la vid. “Enciende en nosotros la luz de la gracia, derrama amor en el corazón vacío, y robustece siempre con tu fuerza la debilidad de nuestro cuerpo”. Amén.

TESTIMONIO EUCARISTICO


El rey que supo imitar la misericordia del Rey del cielo
Testimonio Eucarístico


Por el año 987 Roberto fue coronado rey de Francia. Era un príncipe piadoso y un gran devoto de Jesús en la Eucaristía. Su mayor placer fue el de adornar los altares y las iglesias, y lo más hermoso y precioso lo dejaba por Jesús.

Algunos hombres impíos y ambiciosos habían conspirado para asesinarlo y así apoderarse del gobierno. Mas la confabulación fue descubierta y los culpables fueron traídos ante el tribunal que los condenó a muerte. El rey les envió a un sacerdote a la cárcel. Los malhechores se arrepintieron y, después de una
sincera confesión, recibieron la Sagrada Comunión.

Era la mañana del día de su ejecución. Las esposas y madres de los sentenciados fueron al rey a pedirles perdón, pero sus consejeros no querían de ninguna manera indultarlos.

Entonces una anciana madre se echó a los pies del rey y llorando, dijo: "Es cierto que estos hombres han merecido tal castigo; pero, tened presente, oh rey, que han sido, hace pocos instantes, huéspedes de Jesús, porque acaban de recibir la Santa Comunión. Él les ha perdonado todo; perdonadles también".

Al oir el rey estas palabras de la afligida madre, y recordando la infinita misericordia de Jesús en la Santa Comunión, hizo llamar inmediatamente a los condenados y, estrechándoles la mano, los indultó.

Todo el pueblo aplaudió la bondad del rey que, en adelante, fue el ídolo de sus súbditos.

Breves Relatos Eucarísticos. pg.92
P. Pablo Schneider, S.V.D.

CON MARÍA, Y LA SOLEDAD DE JESÚS SACRAMENTADO

Autor: Maria Susana Ratero | Fuente: Catholic.net
Con María, y la soledad de Jesús Sacramentado
Hay un sitio en el Sagrario que tiene tu nombre y toda la paz que ansías... y Jesús te espera.
Con María, y la soledad de Jesús Sacramentado


Madre, hoy he venido a visitar a tu Hijo en el Sagrario, pero siento que no soy hoy la mejor compañía. Mi corazón está triste, con una tristeza pesada y gris que, como humo denso, tiñe mis afectos y mis sueños. Siento una gran soledad, no porque Jesús o tu, Madre querida, se hayan alejado de mí, sino que soy yo la que no logra hallarlos.

- Soledad, hija, soledad... Bien comprendemos esa palabra mi Hijo y yo... soledad. Ven, entra con tu corazón al Sagrario y conversaremos un poco. Sé bien que lo necesitas.

- Gracias, María, gracias. Yo sabía, en lo más íntimo del alma, en ese pequeño rinconcito iluminado y eterno donde la tristeza no llega, allí, sabía que podía contar contigo.

Y mi corazón, lento y pesado por mis pecados y olvidos, se va acercando al Sagrario.

Tú estás a la puerta y me abres. ¡Qué deliciosos perfumes percibe el alma cuando está cerca de ti!
Con gran sorpresa veo que, por dentro, el Sagrario es muchísimo más grande de lo que parece y hay allí demasiados asientos desocupados, demasiados...
Me llevas a un sitio, un lugar inundado de toda la paz que anhela mi alma. Noto que tiene mi nombre, ¡Oh Dios mío, mi nombre!. Me duele el corazón al pensar cuánto tiempo lo he dejado vacío.

- Cuéntame, ahora, de tu soledad- me pides, Madre mía.

Pero ni una palabra se atreve a salir de mi boca. Por el bello y sereno recinto del Sagrario, Jesús camina, mirando uno a uno los sitios vacíos... Solo el más inmenso amor puede soportar la más inmensa soledad.
Inmensa soledad que es larga suma de tantas ausencias. Y cada ausencia tiene un nombre y sé, tristemente, que el mío también suma.
Entonces tu voz, María, me ilumina el alma:

- El Sagrario es demasiado pequeño para tanta soledad. Tú no puedes hacer más grande el Sagrario, pero sí puedes hacer más pequeña su soledad.

Tus ojos están llenos de lágrimas y le miras a Él con un amor tan grande como jamás vi.

- Hija, ¡Si supieras cuánto eres amada! ¡Si supieras cuánto eres esperada!. Cada día, cada minuto, el Amor aguarda tus pasos, acercándose, tu corazón, amándole, tu compañía, que hace más soportable tanta espera.

Siento una dolorosa vergüenza por mis quejas. Cada Sagrario, en su interior, es como todos los Sagrarios del mundo juntos. Miro a mi alrededor y veo a muchas personas. Son todos los que, en este momento, en todo el mundo, están acompañando a Jesús Sacramentado.

Cada uno con su cruz de dolor, tristeza, soledad, vacíos, traiciones.. Y Jesús repite, para cada uno de ellos, las palabras de la Escritura “Vengan a Mí cuando estén cansados y agobiados, que Yo los aliviaré” Mt 11,28.

Y me quedo a tu lado, en mi sitio, Madre, esperando a Jesús que se acerca. Me tomo fuerte de tu mano, para no caerme, para no decir nada torpe e inoportuno, muy habitual en mi. Y allí me quedo, y el Maestro sigue acercándose, y el perfume envuelve al alma y ahuyenta los grises humos de mis penas.
Entonces, escucho en el alma tus palabras, Madre:

- Ahora, ve a confesarte.

Sin preguntar nada, sin saber como terminará este encuentro, te hago caso Madre. Me quedo cerca del confesionario, aunque aún no ha llegado el sacerdote y la misa está por comenzar. Pero si tú lo dices, Madre, seguro lo hallaré. En ese momento llega el sacerdote. Como él no daba la misa, sino el obispo, tuve tiempo de prepararme bien para mi confesión, que me dejó el alma tranquila y sin la pesada carga de mis pecados...

Me quedo pensando en Jesús, que venía a acercándose a mí, en el Sagrario. Pero allí me doy cuenta de tu gesto, Madre querida. Tu me ofrecías algo más. Tú me ofrecías el abrazo real y concreto de Jesús en la Eucaristía, y para que mi alma estuviera en estado de gracia para responder a ese abrazo, me pediste que fuera a confesarme.

¡Gracias Madre! Gracias por amarme y cuidarme tanto... ¡Qué hermosa manera de terminar este encuentro con Jesús! ¡Con su abrazo real, bajo la forma del Pan!
La misa ha comenzado. Siento que la soledad del Sagrario es un poquito más pequeña, no mucho, pero sí mas pequeña... Y si mi compañía alivió su soledad, seguro que la tuya, amigo que lees estas líneas, también la aliviará. Y si invitas a un amigo a hacerle compañía... ¡Oh, cuanto podemos hacer disminuir la soledad de Jesús en el Sagrario!¡Cuánto puede Él, en su infinita Misericordia, colmar nuestras almas de paz!

Hay un sitio en el Sagrario que tiene tu nombre y toda la paz que ansías... y Jesús te espera, diciéndote “Ven a Mi, cuando estés cansado y agobiado, que Yo te aliviaré”

Amigo, nos encontramos en el Sagrario.


NOTA de la autora: "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."




  • Preguntas o comentarios al autor
  • María Susana Ratero.

    martes, 17 de julio de 2012

    ¿QUÉ ES EL ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN?




    Autor: Padre Sergio G. Román | Fuente: www.mariologia.org
    ¿Qué es un escapulario?



    ¡Qué fácil es pasar de una devoción legítima a la superstición!
     


    Actualmente es común ver a jóvenes lucir al cuello no uno, sino muchos escapularios que cuelgan allí hasta que se caen de viejos y de sucios: de la Virgen, de san Juan Diego, de san Judas y de San Charbel; escapularios rojos, verdes, azules, blancos, amarillos y de todos los colores habidos y por haber. 

    Y es que no cabe duda: los escapularios están de moda, una moda impuesta por el ingenio y la creatividad de los comerciantes en artículos religiosos para incrementar sus ventas.

    Hace tiempo le pregunté a un joven por qué usaba tantos escapularios. 

    -“Porque me dan protección, son poderosos”, me contestó.

    ¡Qué fácil es pasar de una devoción legítima a la superstición! Y yo, sacerdote, me sentí culpable por no haber explicado suficientemente a mis fieles el uso de los escapularios, antigua tradición de la Iglesia convertida ahora en práctica de magia y brujería.

    Si mis fieles supieran lo que significa un escapulario no usarían tantos y, si aceptaran usar uno solo, lo llevarían con más devoción y respeto.


    ¿Qué es un escapulario?

    Literalmente es una prenda que se lleva sobre los hombros colgando por delante y por detrás. Es una tira de tela que los monjes y monjas llevan sobre el hábito y en la que se borda el escudo de la comunidad a la que se pertenecen. El que lleva un escapulario es porque quiere pertenecer a esa orden o comunidad religiosa.

    Cuando surgieron las órdenes religiosas, a finales de la Edad Antigua y principios de la Edad Media, se fundaron la “primera orden”, para varones; la “segunda orden”, para mujeres, y la “tercera orden”, para laicos de ambos sexos, que anhelaba pertenecer a la orden religiosa, pero que querían hacerlo desde su estado de vida propio.

    Las “terceras órdenes” agruparon a muchos fieles laicos que se comprometían en un tipo especial de vida, en la pobreza, en la castidad dentro del matrimonio y en la obediencia a Dios y a sus ministros. Mediante la oración, la mortificación y las obras buenas, aunadas a ciertas prácticas características de la orden, buscaban su santificación en medio del mundo. Se organizaban bajo la dependencia de la orden religiosa e incluso hacían una especie de votos que renovaban año con año. 

    Estos fieles no podían usar el hábito completo de la orden, pero se les concedía usar un “mini hábito”, es decir, el escapulario reducido a su mínima expresión.

    Hay escapularios de los dominicos, mercedarios, franciscanos, agustinos, carmelitas y demás órdenes y comunidades religiosas. El más conocido y usado, sin duda, es el escapulario de la Virgen del Carmen a quien hoy celebramos.

    DIOS ESTA EN TODAS PARTES..

    DIOS ESTA EN TODAS PARTES..

    Si Dios está en todas partes, entonces ¿cómo podemos estar separados de Su presencia amorosa y Sus bendiciones? Creo que es porque se nos ha dado el regalo del libre albedrío. Esta es una espada de doble filo. Podemos utilizar nuestro libre albedrío para profundizar nuestra conciencia de la presencia de Dios o podemos utilizarla para actuar como que si Dios no existiera. 

    Esta situación me recuerda el dicho: “piensa antes de hablar". Nuestro cerebro está siempre presente, pero no siempre lo utilizamos antes de hablar. En vez de hablar con sabiduría podemos hablar sin pensar y ofender a los demás. Esto no es porque no tengamos cerebro, sino porque no lo utilizamos. Siempre tenemos una elección y siempre es nuestra. El libre albedrío pone sobre nuestros hombros la responsabilidad de la manera en que vivimos. ¿Reconoces la presencia de Dios en tu vida y actúas como que si Dios y tú estuvieran trabajando juntos para bien?

    Una manera de tomar conciencia de la presencia de Dios en nuestras vidas es comenzar a ver nuestro libre albedrío como Dios en acción. Cada vez que tomamos una decisión, y tomamos muchas cada día, podemos vernos haciendo el trabajo de Dios. ¿Diré un cumplido a mi hija o la regañaré? ¿Qué tono de voz voy a utilizar para hablar con la próxima persona que me llame para tratar de venderme algo? ¿Qué voy a cenar? ¿Cuándo haré las compras? Estas pueden no parecer decisiones grandes, pero Dios existe en todos los rincones de nuestras vidas. Hasta que veamos a Dios en las cosas pequeñas no estaremos conscientes de Su presencia guiadora y sanadora con nosotros todo el tiempo.

    No puedo más..

    No puedo más

    Esta es la frase en la que nos escudamos no pocas veces para justificar nuestra falta de voluntad, nuestra falta de generosidad.

    Los psicólogos nos dicen que son pocas las personas que desarrollan toda la actividad de la que serían capaces. Y los teólogos nos dicen que son menos aún las personas que hacen por Dios y por los demás todo lo que podrían hacer.

    ¿Eres tú de esos pocos? ¿O eres acaso del montón?

    Debes convencerte de que, si te lo propones, puedes hacer más de lo que haces; si quieres, pero si quieres de veras, sabrás descubrir en ti resortes de insospechada potencialidad que te elevarán hacia Dios y que harán que te abras a los hermanos.

    Lo que pasa es que la comodidad, la pereza espiritual para vencerse, dominarse, para molestarse por los demás, anulan en ti esos recursos y resortes. Por eso te sientes cansado, decepcionado, desilusionado, amargado, y has llegado a convencerte de que no puedes hacer nada más, de que ya haces todo lo que te corresponde.

    Te está faltando un poco de voluntad; no digas que te faltan fuerzas, tiempo, oportunidades, entusiasmo, compañía y tantas otras cosas con las que te estás engañando y, por consecuencia, anulando, esterilizando, haciendo inútil; y eso, el sentirte inútil, es lo que impide que tu vida sea feliz y optimista.

    Hay hombres que hacen muchísimo más que tú; no me digas que es porque ellos "pueden" más que tú: la verdad es que ellos "quieren" más que tú y por eso "pueden" más que tú. Aquí es donde se aplica aquello de que "querer es poder". Esta no será una afirmación apodíctica, pero es real en mil ocasiones, y si no lo crees, haz la prueba y verás.

    Alfonso Milagro

    Tú en mi corazón


    Tú en mi corazón

    Solo Tú en mi corazón Señor Jesús
    Solo quiero que estés Tú
    que inundes cada rincón de mi ser
    como el suave viento entre las hojas
    Dame tu aliento en la mañana
    y acaríciame con tu misericordia en la noche
    cuando sé que he caído
    cuando sé que he fallado.

    Solo Tú en mi corazón Señor Jesús
    Solo quiero que estés Tú
    que le susurres a mi espíritu
    con tus palabras de luz
    Esculpe con tu amor las horas que han de venir
    y así al final yo pueda decir
    como tú dijiste en la cruz:
    Todo está cumplido.

    Solo Tú en mi corazón Señor Jesús
    Solo quiero que estés Tú
    que alegres mi vida con Tu presencia
    como la luz del sol salpicando la quebrada
    sigue transformándome Jesús mío
    y sálvame de mí mismo
    y del baile seductor de este mundo
    que esclaviza y entristece.

    Solo Tu en mi corazón Señor Jesús
    Solo Tú...

    Arturo Weisler

    ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN




    ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN

                                                 
    Corazón negro (cartas)¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario.

    Corazón negro (cartas)Miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección.

    Corazón negro (cartas)Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad.

    Corazón negro (cartas)Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos.

    Corazón negro (cartas)Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el Paraíso.
    Amén.Corazón negro (cartas)Corazón negro (cartas)Corazón negro (cartas)

    ¿DE QUÉ AGRADEZCO A DIOS?


    Autor: P. Armengol | Fuente: www.la-oracion.com
    ¿De qué agradezco a Dios?
    Intentemos agradecer a Dios no sólo las cosas que nos suceden en la superficie de nuestra existencia.
     


    El Santo Padre comenta en su catequesis el inicio de la carta a los Efesios (Ef 1,3-14). San Pablo inicia su escrito con una oración de bendición a Dios, para agradecerle sus beneficios.

    ¿Te has planteado los motivos que tú tienes para agradecer a Dios?

    Seguramente sí y tienes muchos: tu familia, la salud, la realización exitosa de algún proyecto, el haber encontrado el amor de tu vida, algún golpe de suerte que hayas tenido últimamente, etc.

    Esos son motivos, efectivamente, para dar gracias a Dios, pero el Santo Padre nos invita a no detenernos ahí, girar la tuerca un poco más e ir a un nivel más profundo, a agradecerle cosas que están a la base de nuestra existencia. ¿Qué le agradece San Pablo a Dios?

    Por habernos amado incluso antes de que existiéramos
    Por habernos participado su vida divina
    Por habernos destinado a ser felices eternamente con él en el cielo
    Por haber entregado su vida por nosotros en la cruz
    Por habernos enviado el Espíritu Santo 


    Ciertamente parecen cosas abstractas. Nos parece más concreto agradecerle a Dios el que nos haya ido bien en un examen o que nos hayan aumentado el sueldo, por ejemplo. Sí, eso también conviene hacerlo, pero intentemos agradecer a Dios no sólo las cosas que nos suceden en la superficie de nuestra existencia, sino también aquellos regalos que Él nos ha hecho y que los encontramos en el núcleo mismo de nuestro ser. 

    lunes, 16 de julio de 2012

    EL COLLAR TURQUESA



    El collar turquesa

    Un hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente.

    Una pequeña niña de 8 años llegó a la tienda y apretó su naricita contra el vidrio de la vitrina. De pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio aquello que estaba buscando. Pidió ver el collar de turquesa azul.

    - Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo al hombre del mostrador.

    El dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le preguntó:

    - ¿Cuánto dinero tienes?

    Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:

    - ¿Eso da?

    Eran apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo.

    - Sabe, continuó, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y estoy convencida que estará feliz con este collar que es del color de sus ojos.

    El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.

    - Tome -dijo a la niña-. Llévelo con cuidado.

    Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo. Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.

    Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho y preguntó:

    - ¿Este collar fue comprado aquí?

    - Sí señora, respondió el dueño

    - ¿Y cuánto costó?

    - ¡Ah!. El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.

    - La joven continuó: Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tenía dinero para pagarlo.

    El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la
    cinta y lo devolvió a la joven diciéndole:

    - Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar. ELLA DIO TODO LO QUE TENIA.

    JESÚS EN TU CASA...


    Jesús en tu casa

    Un día estaba un joven en su casa y alguien tocó la puerta.

    Al abrir la puerta como sorpresa encontró al diablo quien lo agarró del pelo, lo pateó, lo golpeó y se luego se fue.

    ¿Y dijo el muchacho que debo hacer?

    De pronto cuando el diablo se había marchado vio pasar a Jesús y pensó...

    ¡Si Él esta en mi casa el diablo no va a entrar!

    !Entonces lo invitó a pasar y le mostró la casa y le dijo, puedes venir mañana cuando el diablo pase por aquí...

    Y Jesús le dijo que sí.

    Al día siguiente el diablo volvió a tocar la puerta y ya Jesús estaba dentro de la casa.

    El muchacho muy tranquilo abrió la puerta y el diablo volvió a darle una golpiza.

    Entonces el muchacho muy molesto le reclamó a Jesús que porqué no hizo nada por defenderlo y dijo: No hice nada porque no estoy en mi casa, sólo estoy de visita.

    El muchacho pensó un poco y lo invitó a vivir en su casa, le mostró su cuarto y dijo:

    Vas a seguir viviendo aquí, éste será tu cuarto y Jesús aceptó.

    Como era ya costumbre al día siguiente tocaron nuevamente la puerta, y era otra vez el diablo, el joven muy confiado abrió la puerta pues ya Jesús vivía en su casa, y el diablo nuevamente le dio la golpiza.

    El joven, molesto fue donde Jesús y dijo: Ya vives en mi casa, ¿qué más deseas para defenderme?

    Y Jesús contestó: Yo sólo vivo en tu casa, en mi cuarto. Mientras no estés en mi cuarto no te puedo defender.

    Entonces el joven reflexionó un poco y dijo:

    De hoy en adelante ésta es tu casa, yo estaré aquí como un invitado si me lo permites.. Y así fue.

    Al otro día tocan nuevamente la puerta, pero esta vez no fue el joven quien abrió la puerta pues ya no era él dueño de la casa, al abrir Jesús la puerta el diablo se disculpó pues pensó que se había equivocado de casa.

    Queridos amigos, como consejo quiero decir que no es suficiente el decir dentro de nosotros que Jesús vive en nuestro corazón, tenemos que entregar de corazón nuestra vida para que Él pueda actuar por nosotros.

    REGLAS PARA LA TRANQUILIDAD INTERIOR


    Reglas para la tranquilidad interior
    Autor: Germán Darío Montoya


    Nunca odies.
    ¿Quién vive con más paz interior,
    al que odia o el que es odiado?

    Nunca envidies.
    ¿Quién vive mejor,
    el que envidia o el que es envidiado?

    Sé humilde.
    ¿A quién se le quiere más,
    al orgulloso o la humilde?

    Nunca mientas.
    ¿Quién vive mas preocupado,
    el que miente o el que es mentido?

    Nunca aborrezcas.
    ¿Quién vive mejor,
    el que es aborrecido o el que aborrece?

    Nunca te preocupes por lo que ya pasó.
    ¿Acaso puedes cambiar el pasado?

    Nunca te preocupes por el que viaja.
    ¿Acaso lo puedes cuidar desde donde estás?

    Nunca te preocupes por algo
    de lo cual no puedes hacer.
    No vale la pena preocuparse por cosas así.
    Nunca te preocupes por lo que vas a hacer.
    Sólo hazlo.

    Nunca peques.
    El pecado es la mayor causa de la infelicidad.

    Ama a Dios con todo tu corazón
    y deja que el maneje tu vida.

    Ni vivas de la felicidad pasajera.
    Pues está se acaba pronto.

    Ama a tu prójimo como a ti mismo
    y verás que el prójimo te amará a ti.

    Que tu rostro siempre
    demuestre una sonrisa interior.
    Te ayudara a ser feliz.

    NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, 16 DE JULIO


    Autor: . | Fuente: Corazones.org
    Nuestra Señora del Carmen
    Advocación Mariana, 16 de julio



    Nuestra Señora del Carmen
    Patrona de los marineros

    Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.

    Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.

    En las palabras de Benedicto XVI, 15,VII,06:
    "El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del  Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.

    La estrella del Mar y los Carmelitas

    Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.

    Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.

    Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo

    La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es  decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.

    La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.

    España
    Entre los lugares en que se venera en España la Virgen de España como patrona está Beniaján, Murcia. Vea ahí mas imágenes.

    América
    Es patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región de Cuenca y del Azuay, recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del 2002. En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más de 300 años. Es además venerada por muchos en todo el continente.

    viernes, 13 de julio de 2012

    PARA DIOS NO HAY IMPOSIBLES


    SENCILLEZ


    Sencillez


    Del pensador Edgar Fauré es el siguiente dicho, que ojalá, se pusiera en un lugar bien visible en esas empresas o instituciones en las que los de arriba tienen "complejo de dios".

    "No es suficiente combatir la ignorancia de los ignorantes. Es preciso también y en primer lugar, combatir la ignorancia de los que saben muchas cosas, y en especial de los que creen saberlo todo".

    Frase muy apropiada para tantos que se creen intocables por sus títulos, por un cargo o por su experiencia en un puesto.

    Personas arrogantes, con un ego faraónico y que, como canta Alberto Cortez, se creen "pluscuanperfectos sobre todos los demás".

    Personas que se hacen odiosas y al final acaban siempre mal. Víctimas de su soberbia y su intransigencia.

    Cuanta falta les hace aprender de líderes que se hacen querer y que logran lo mejor con el encanto de su sencillez.

    Si tú estás en un pedestal con "complejo de dios", lee la Biblia y haz un curso intensivo de humildad antes de caer.

    Recuerda que ante "Dios hay muchos últimos que serán primeros y hay muchos primeros que serán últimos".

    Gratitud de amigo


    Gratitud de amigo
    Autor: Padre Zezinho

        
    Por la amistad que me profesas, por mis defectos que no notas, por mis valores que estimulas, por mi fe que alimentas, por esta paz que nos transmitimos, por este pan de amor que repartimos, por el silencio que dice casi todo, por esa mirada muda que reprueba, por esa mirada que dice:

    -¡Amigo, vas hacia adelante!, porque no te callas y no consientes, por la pureza de estos sentimientos, por estar presente en todos los momentos, aun cuando estás ausente, por ser feliz cuando me ves contento, por estar triste cuando estoy entristecido, por reír conmigo cuando estoy alegre, por reprenderme cuando estoy equivocado, por mi secreto que siempre guardaste, por tu secreto que sólo yo conozco, y por darme cuenta que apenas lo merezo, porque en cada instante me acercas a Dios, por ese amor fraterno tan constante, por todo esto y mucho más yo te digo:
    -Dios te bendiga, mi querido amigo.



    OLVIDA EL AYER...


    Olvida el ayer
    Autor:C. Torres Pastorino
    Libro: "Pensamientos - Guía a la sabiduría"

    "Recordar los malos ratos del pasado no aporta nada positivo al presente.

    ¿Por qué detenerse en el pasado si lo que importa es el futuro? El espejo retrovisor del automóvil te muestra el camino recorrido y sirve únicamente de aviso para ver los vehículos que te piden el paso y que podrían poner en peligro tu propio viaje.

    El pasado sirve de base al presente como los muros del primer piso que hoy sostienen la azotea de mañana.

    Quien está en el primer piso quiere sencillamente subir a la terraza y no detenerse escarbando en los cimientos de la casa porque encontraría sólo alacranes.

    Sube y contempla las estrellas que te muestran los caminos del futuro y deja que la animalidad se pierda entre los terrenos del suelo húmedo y frío.

    No vuelvas al pasado que se ha ido y no regresará jamás. Si regresara sería un gran impedimento para tu progreso.

    Lo que pasó, pasó. La vida pasada te dejó experiencias y conocimientos que tendrías que aprovechar.

    El estudiante experimenta en el laboratorio con instrumentos de química. Al salir del aula se lleva los conocimientos y deja las probetas y elementos porque ya no le sirven.

    ¿Qué ganamos con recordar errores, cuyas consecuencias nos hacen sufrir, si ya es imposible corregirlos y su recuerdo constante puede arruinar nuestro camino? Por eso, no vuelvas al pasado y mira hacia el porvenir.

    No remuevas la tierra con la azada y planta frutales que mañana te abriguen y alimenten.

    Olvida el ayer y orienta el corazón hacia mañana.

    Cuando el hoy despuntó con la aurora del nuevo día, el ayer había concluido.

    Táchalo en la hoja de tu vida.

    Prepara tus lecciones para el examen de mañana porque en el examen de ayer fuiste aprobado con notas demasiados bajas.

    Levántate y camina hacia lo alto y hacia adelante, dejando que los muertos en espíritu entierren a sus muertos (Mateo 8,22).

    ¿Me salvé o no me salvé?

    Autor: P. Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net
    ¿Me salvé o no me salvé?
    Si yo no me preocupo de mi propia salvación, ¿quién se va a preocupar? Si yo no arreglo este asunto y no me preocupo por solucionarlo, ¿quién lo va a solucionar en mi lugar?
     
    ¿Me salvé o  no me salvé?


    Se nos cuenta en la Biblia que, al final de los tiempos, una vez que hayamos resucitado, todos los hombres nos vamos a reunir. Es impresionante la cantidad de personas que vamos a ser: millones y millones de seres humanos.

    En ese momento va a venir Dios de una manera solemne, rodeado de ángeles, para decir unas palabras decisivas a los hombres. Toda esa gran multitud estará dividida en dos bandos: unos, se nos dice, estarán a la derecha, otros estarán a la izquierda. Los que estén a la derecha sabrán que definitivamente se han salvado. Nada ni nadie les podrá quitar esa felicidad eterna que lograron con su buena vida. Los que estén a la izquierda sabrán que definitivamente se han perdido para siempre, y que nada ni nadie podrá cambiar ya su situación.

    Tú y yo, todos los hombres estaremos ahí presentes. Estaremos a la derecha o estaremos a la izquierda. Si estamos a la derecha, escucharemos las palabras más hermosas que se puedan oír de labios de Dios: "Venid benditos de mi Padre, a tomar posesión del Reino de los cielos, preparado para vosotros desde el principio del mundo". Si estamos a la izquierda, escucharemos las palabras más tremendas que se puedan escuchar de labios de Dios: "Id malditos al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles".

    Me salvé, no me salvé: este es el asunto más importante. Esto es lo único necesario de que hablaba el maestro de Nazaret, Jesús. A pesar de ser el asunto más importante, nadie lo podrá resolver en tu lugar. Cada uno tiene que resolver este problema por sí mismo, no habrá secretarios, no habrá embajadores, ni representantes. Es un asunto aparte, ineludible: aunque uno no se preocupe, aunque uno no tenga ganas de meditarlo, de pensarlo en serio, el asunto, el problema está ahí presente. Tanto los que se han preocupado como los que no se han preocupado de su salvación, al pasar el umbral de esta vida, se encontrarán de frente a un problema resuelto o no resuelto: me salvé, no me salvé.

    En este momento me permito una reflexión sencilla: ¿Cuánto tiempo le dedico a este asunto de mi salvación eterna? ¿Cuantas veces pienso en él? ¿Lo tengo solucionado? ¿Lo tengo en regla? ¿O hace mucho tiempo, quizás muchos años, que ya no me preocupo, y me tiene sin cuidado?. Y, si yo no me preocupo de mi propia salvación, ¿quién se va a preocupar? Si yo no arreglo este asunto, que es mío, si no me preocupo por solucionarlo, ¿quién lo va a solucionar en mi lugar?


    Un día me dirá Dios: "Ven, bendito de mi Padre", o "apártate de mí, maldito". Dios está escribiendo ya en el Libro de la Vida la frase que dirá al final de mi existencia...


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC

    jueves, 12 de julio de 2012

    LA SOLEDAD....

    La Soledad
    Autor: Padre José Alcázar Godoy

    Cierto día, le dijo una joven a su soledad: "¿No podrías buscarme un compañero que aliente mi corazón y comparta mis afectos?".


    La soledad le contestó: "Ah, ¿un joven como tú que también esté solo y necesite alguien para compartir tus deseos? Me parece que no va a ser una tarea fácil, pero voy a intentarlo con el muchacho que vive en la otra ladera del valle.


    Habitaba allí un joven solitario que añoraba comunicar los secretos de su corazón. En sus monólogos decía: "Soledad, enemiga mía, ¿serías capaz de proporcionarme un corazón a mi lado a quien comunicar cuanto llena el mío?".
    La soledad contestó: "¿No te basta con mi compañía?".


    Pero el joven dijo: “Todo lo que te cuento lo sepulta tu silencio. Nunca hallo
    consuelo. Yo necesito un corazón vivo que me escuche, me sonría y me ame".
    Entonces la soledad añadió: "No es una tarea fácil; sin embargo, lo intentaré con la joven que habita en la otra vertiente de la montaña".


    Unos días después, la soledad los presentó. Se conocieron y acordaron reunirse cada atardecer para intercambiar las inquietudes que albergaban sus corazones.


    Al encontrarse, siempre hablan a la vez, sin parar y sin escucharse; ella le da a a él su eterna soledad; y él, a ella, la suya. Mientras tanto, la soledad susurra a cada uno: “¡Permaneceré a tu lado mientras no escuches el secreto del otro!”.


    Han pasado muchos años y los jóvenes son mayores. Cada atardecer se reúnen en la ladera del valle, trayendo cada uno de la mano a su soledad.
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