jueves, 16 de febrero de 2012

CINCO LLAVES PARA ENTRAR EN LA EUCARISTÍA


Autor: J.Leoz | Fuente: Pan y Vida
Cinco llaves para entrar en la Eucaristía
Sentarse, relajarse, olvidarse de lo que nos rodea, lleva a vivir la presencia escondida de Dios.
Cinco llaves para entrar en la Eucaristía
Silencio


El silencio es un poder. Sin él es muy difícil escuchar. Nuestras eucaristías son deficitarias en silencio. Parece como si nos violentásemos por el simple hecho de estar unos segundos sin decir nada.

El silencio es el ruido de la oración.

El silencio, después de la homilía, es interpelación.

El silencio, después de la comunión, es gratitud al Dios por tanto que nos ha dado.

En el silencio se llena todo de nuestras intenciones personales, peticiones o deseos.

La música o el canto, los símbolos y otras cosas secundarias, nunca pueden ser una especie de tapagujeros que hagan más “digerible” la eucaristía. El silencio no es ausencia de…., es cultivar un lugar para que Dios nazca.

Comtemplación

La Eucaristía se hace más sabrosa cuando se la contempla. En el horizonte inmenso todo parece igual, pero cuando los ojos quedan fijos en él, surgen detalles que a simple vista parecían no existir.

Con la Eucaristía ocurre lo mismo. Es un paisaje que puede parecer todos los días igual. Sentarse, relajarse, olvidarse de lo que rodea lleva al alma contemplativa, a la persona contemplativa a vivir una serie de sensaciones que es la presencia escondida de Dios.

Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile que me ayude”. Le respondió el Señor: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”. (Lucas 10, 38-42).

Oración

La oración y la eucaristía van de la mano como la cerradura se acciona con la llave. La eucaristía. El diálogo con Jesús se hace más fecundo después de haber escuchado la Palabra de Dios. Para que la Eucaristía resulte vibrante, no es cuestión de recurrir a la ayuda puntual del ritmo maraquero o guitarrero. En el diálogo de las personas está el crecimiento personal y comunitario. En la oración reside uno de los potenciales más grandes para entender, comprender y vivir intensamente la Eucaristía.

"Cuando oréis, no seáis como los hipócritas que son amigos de rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas, para exhibirse ante la gente. Ya han cobrado su paga, os lo aseguro. Tú, en cambio, cuando quieras rezar, echa la llave y rézale a tu Padre que está ahí en lo escondido; Tu Padre que ve lo escondido te recompensará" (Mt. 6, 5-6).

Caridad

La fuente de la caridad perfecta es la Eucaristía. La fuente de la caridad que nunca se agota ni se cansa es la Eucaristía. En ella contrastamos nuestros personales egoísmos con las grandes carencias que existen en el mundo que nos rodea. Cada día que pasa es una oportunidad que Dios nos da para ofrecer algo o parte de la riqueza material o personal que podemos tener cada uno de nosotros.

Hay dos dimensiones que nunca podemos olvidar al celebrar la eucaristía: la caridad hacia Dios y la caridad hacia los hermanos. Amar a Dios con todo el corazón y con toda nuestra alma es subirse al trampolín, para saltar y amar, aunque se nos haga duro y a veces imposible, a los más próximos a nosotros. Y, esos próximos, ¡qué lejos los tenemos muchas veces del corazón y qué cerca físicamente!

Hoy, de todas maneras, está más de moda mirar horizontalmente al hombre que verticalmente acordarnos de que Dios existe.

«Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, cercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva." ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» El dijo: «El que practicó la misericordia con él». Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo».

Escucha

Cuando Dios habla no nos da simple información: se nos revela. Su Palabra es un escáner por el que vamos conociendo el corazón de Dios, sus sentimientos, sus pensamientos y, también, lo qué tiene pensado para cada uno de nosotros. Lo qué quiere de cada uno de nosotros.

El Antiguo Testamento nos prepara a la venida de Cristo. Las epístolas y otras lecturas nos ofrecen las reflexiones de San Pablo y de otros contemporáneos sobre Jesucristo, su vida y su mensaje. El Evangelio nos da la clave de cada encuentro eucarístico. Es el punto culminante de toda la Liturgia de la Palabra. Es en este momento, cuando puestos de pie rendimos homenaje presente en la Palabra.

Le reclamaba una vez por la noche al Señor: - "¿Por qué Señor no me escuchas?, si cada noche te hablo..." - "¿Por qué Señor no me atiendes?, cuando en cada momento te pido..." - "¿Por qué Señor no te veo?, si oro constantemente..." - "En esta noche Señor hablo y hablo contigo, mas no siento tu presencia, ¿por qué Señor no me tomas en cuenta?

A lo que Dios contestó: - "Cada noche escucho tu clamor, cada noche trato de atender, cada noche trato de hacerme ver delante de ti, y quisiera cumplir tus deseos. Pero me hablas y pides muchas cosas, las cuales escucho con atención, sin embargo, en cuanto terminas de agradecer y de pedir lo que necesitas, terminas tu oración, sin darme oportunidad de hablar"

Una conversación es un diálogo entre dos, muchas veces hablamos con Dios pero no nos damos un tiempo para escuchar su voz. ¿Alguna vez has tratado de hablar con alguien que no te deja decir ni una sola palabra? Pues bien, Dios quiere hacernos escuchar su voz y para eso necesita que le des la oportunidad de hacerlo, y solo entonces, al escuchar su voz y guardar silencio por un momento, tu oración será completa, y Dios cumplirá su promesa de darte todo aquello que pidas con fe.

Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino. El que fue sembrado en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumba enseguida. El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero los preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta.

miércoles, 15 de febrero de 2012

ADORA Y CONFIA



Adora y Confía

No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío.

Quiere tú, lo que Dios quiere. Ofrécele en medio de inquietudes y dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios de Su providencia.

Poco importa que te consideres un fracasado si Dios te considera plenamente realizado a su gusto.

Piérdete confiado ciegamente en ese Dios que te quiere para Sí y que llegará a ti, aunque no lo veas. Cuánto más decaído y triste te sientas, tanto más piensa que estás en sus manos, fuertemente cogido.

Vive feliz, vive en paz que nada te altere; que nada -ni la fatiga ni tus fallos-, sea capaz de quitarte la paz.

Haz que brote y conserva siempre sobre tu rostro una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor, continuamente, te dirige. Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada, todo aquello que te llene de la paz de Dios.

Adora y confía en Dios, porque Él te tomará en sus brazos y te hará volar..., volar como un águila
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EL BURRO Y SU HISTORIA


Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
El burro y su historia
Lo importante para nosotros cristianos, es que tengamos muy bien puestas nuestras ideas en la cabeza y en el corazón.
 




El ambiente en que vivimos los hombres cada día es más hostil y complicado, nos confunden, y a la hora de la hora hasta nos hacen dudar; ¿lo que estamos haciendo está bien o está mal? nos preguntamos. ¿Cómo satisfacer el querer y el parecer de todos? labor difícil, más aún en un mundo con tanta información, tan cambiante y con tantas apreciaciones personales.

Lo importante para nosotros cristianos, es que tengamos muy bien puestas nuestras ideas en la cabeza y en el corazón, para que no pensemos, hablemos y actuemos como la mayoría lo hace, de lo contrario, seremos como veletas que se mueven de acuerdo al viento, y eso sí que sería catastrófico.

Vivamos nuestros valores, actuemos según nuestra conciencia formada y madura con los principios correctos y con la certeza de que lo que importa no es lo que dirán, sino lo que ve Dios y el bien objetivo que tengo que hacer. Él sabe perfectamente mi intención y las convicciones que me mueven a actuar... ¿Cuántos de nosotros tal vez vivimos lo que esta familia vivió? no sé si decir, pobre burro o  pobre familia. Al final, tú puedes sacar tu propia conclusión, esperamos coincidir…

Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.

Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: “¡Mira ese chico mal educado; él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas!”. Entonces, la mujer le dijo a su esposo: No permitamos que la gente hable mal del niño. El esposo lo bajó y se subió él.

Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: “¡Mira qué sinvergüenza ese tipo; deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima!”. Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro, mientras padre e hijo tiraban de las riendas.

Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: “¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro y pobre hijo ¡qué le espera con esa madre!”. Se pusieron de acuerdo y decidieron subir los tres al burro para comenzar nuevamente su peregrinaje.

Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían: “¡Son unas bestias, más burros que el burro que los lleva, van a partirle la columna!”

Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.

Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: “¡Mira a esos tres mensos: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos!”

¿Cómo complacer a todos?, realmente un misterio y una proeza, ¡vaya aventurita que se dieron estos pobres! Siempre habrá alguien que te critique, que hable mal de tí y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes.

Entonces:

¡Vive como creas y según tus principios! ¡Haz lo que te dictamine tu conciencia y el corazón! Una vida es una obra de teatro que no permite ensayos.

Por eso:

¡Vive tu vida, no solo existas, cada día canta, ríe, ama, crece y lucha por tus convicciones! ¡Vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos!

martes, 14 de febrero de 2012

REZA, ESPERA y NO TE PREOCUPES


NADIE PUEDE VIVIR SIN AMOR

Nadie puede vivir sin amor
Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.



Es tan importante el amor en la vida de las personas que de tan importante es verdaderamente sagrado. Pero no es sagrado porque es importante. Es sagrado porque es un don de Dios, algo que viene de lo alto, algo que no logramos los humanos haciendo de tripas corazón.


El amor es un don que se alcanza por la comunión con las Personas divinas, por la comunión con el Padre Dios y su Hijo Jesús que viven en este Espíritu de Amor, y nos bendicen con este don a los humanos. Y esta comunión con las personas divinas es el Amor de Dios y a Dios.


Por eso Dios desde el principio nos da los mandamientos, y estos mandamientos se resumen en el amor a Dios y al prójimo, pero no como algo que podamos lograr haciendo de tripas corazón. Este amor que Dios nos exige es un don que viene de lo alto, y hay que pedirlo con insistencia en la oración y buscarlo en los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía.


Concédeme Señor tu Espíritu de Amor.
Ven Espíritu Santo.


AMIGOS

 Amigos

Quizás Dios quiere que conozcamos unas pocas personas equivocadas antes de conocer a la correcta, sepamos cómo estar agradecidos por ese regalo.

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto la puerta cerrada que no vemos la que ha sido abierta para nosotros.

El mejor tipo de amigo es aquel con quien te puedes sentar en el patio y columpiarte con él, sin decir una palabra, y después irte sintiendo como si hubiera sido la mejor conversación que jamás tuviste.

Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos qué nos está faltando hasta que llega.

¡Darle a alguien todo tu amor es garantía de que te amará de vuelta!  No esperes amor a cambio, sólo espera a que crezca en su corazón, pero si no lo hace, alégrate de que creció en el tuyo.

Toma sólo un minuto hacer el amor con alguien, una hora para que te guste, y un día para enamorarse.  Pero toma toda una vida olvidar a alguien.

 No te fijes en la pinta, te puede decepcionar. No te fijes en la riqueza, incluso eso se desvanece.  Fíjate en alguien que te haga sonreír porque se necesita sólo una sonrisa para hacer que un día oscuro parezca claro.  Encuentra al que hace sonreír a tu corazón.

Hay momentos en la vida en que extrañas tanto a alguien que tan sólo quieres tomarlo de sus sueños y ¡abrazarlo de verdad!  Sueña lo que tú quieres soñar; anda donde tú quieras ir; sé lo que tú quieres ser, porque sólo tienes una vida y una oportunidad para hacer todas las cosas que quieres hacer.

Que tengas suficiente felicidad que te haga dulce, suficientes pruebas que te hagan fuerte, suficiente esperanza que te haga feliz.  Ponte siempre en los zapatos del otro.  Si sientes que te duele probablemente también le duele a la otra persona.

La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos tan sólo saben sacar lo mejor de todo lo que se les presenta en el camino.  La felicidad está con aquellos que lloran, aquellos que están dolidos, aquellos que han buscado, y aquellos que han intentado, porque sólo ellos pueden apreciar la importancia de aquella gente que ha tocado sus vidas.

El amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y termina con una lágrima.

No puedes ir bien en la vida hasta que dejas ir tus fracasos y tus penas pasadas del corazón.

Cuando naciste estabas llorando y todos alrededor tuyo sonreían.  Vive tu vida para que cuando mueras, tú seas el que esté sonriendo y todos alrededor tuyo estén llorando.





HISTORIA DE SAN VALENTÍN

Historia de San Valentín

Los enamorados tienen un día en nuestro calendario para demostrar o reafirmar su amor mediante regalos, dedicatorias o poemas pero ¿por qué el 14 de febrero? ¿Quieres conocer la leyenda de San Valentín y de dónde procede esta celebración?

Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y  aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.

Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.

Cárcel de San Valentín
También, y hace muchos siglos, fue tradicional en Inglaterra la "fiesta de los valentinus", donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja. Muchas de estas parejas se convertían en marido y mujer y conseguían la felicidad de pareja que se espera encontrar y consolidar el Día de San Valentín.

Otras fuentes centran el origen de la historia de San Valentín en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo también se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.

Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos.

Valentín adquiere por proteger a los enamorados y auspiciar bodas secretas gran prestigio en toda la ciudad y es llamado por el emperador Claudio II para conocerle. El sacerdote aprovecha aquella visita para hacer propaganda de la religión cristiana y convencer al emperador para que siga los pasos de Jesús. Aunque en un principio Claudio II se sintió atraído por aquella religión que los mismos romanos perseguían, los soldados y el propio Gobernador de Roma le obligaron a desistir y organizaron una campaña en contra de Valentín. El emperador romano cambió de opinión y ordenó al gobernador de Roma que procesara al sacerdote.

La misión de condenar al sacerdote la tuvo que llevar acabo el lugarteniente, Asterius. Éste, cuando estuvo delante del sacerdote,  se burló de la religión cristiana y quiso poner a prueba a Valentín. Le preguntó si sería capaz de devolver la vista a una de sus hijas que era ciega de nacimiento. El sacerdote aceptó y en nombre del Señor obró el milagro. El lugarteniente y toda su familia se convirtieron al cristianismo pero no pudieron librar a Valentín de su martirio. San Valentín fue ejecutado un 14 de febrero.

Mientras estuvo encerrado, su carcelero le pidió que diera clases a su hija Julia, a base de lecciones y horas juntos, Valentín se enamoró de la muchacha. La víspera de su ejecución, envió una nota de despedida a la chica en la que firmó con las palabras "de tu Valentín", de ahí el origen de las cartas de amor y poemas que se envían los enamorados en la actualidad y de la expresión de despedida "From Your Valentine"; conocida en todo el mundo adjunta en miles de postales de San Valentín.

Cuerpo de San Valentín

La historia de San Valentín hubiera quedado ahí si no fuera porque dos siglos más tarde la Iglesia católica la recuperó. Por aquel entonces era tradición entre los adolescentes practicar una curiosa fiesta pagana derivada de los ritos en honor del dios Lupercus, dios de la fertilidad que se celebraba el día 15 de febrero. Era un sorteo mediante el cual cada chico escogía el nombre de una joven que se convertiría en su compañera de diversión durante un año. La Santa Sede quiso acabar con esta celebración pagana y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados.

El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.

Sea como fuese, San Valentín se ha convertido en el patrón de todos los enamorados y de todas aquellas personas que quieren tener una pareja. Los comerciantes se han hecho eco de esta festividad y la han convertido en un día perfecto para aumentar las ventas. Flores, postales, poemas de amor, dedicatorias, bombones y regalos de todo tipo se realizan este día al ser querido para demostrar su amor y amistad.

SE AMANTE DEL SILENCIO...

Sé amante del silencio
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD  


La palabra que no va precedida de una preparación, de una reflexión en silencio, corre el riesgo de ser vana.

El silencio no está de moda, dicen algunos. Nunca lo ha estado, afirman otros.

La verdad es que vivimos en un mundo de ruidos; estamos tan acostumbrados a ellos que no sabemos vivir sin ruidos. El silencio nos aterra, nos espanta y lo consideramos propio de monjes y ermitaños. Sin embargo, aunque vivimos inmersos en una cultura del ruido, el silencio es importante. El ser humano contemporáneo, aún inconscientemente, está gritando con Verlaine: “Dadme silencio y el amor del misterio”.

El silencio no es contrario a la palabra. Ésta tiene que reposar en aquél, porque “el resonar de la palabra auténtica puede brotar sólo desde el silencio” (Heidegger).

¿Qué es el silencio?

“Existe la ausencia de ruido, escribe Le Chevalier, y existe el silencio. El silencio es la paz; la ausencia de ruido, a veces, es la nada angustiosa”.

“El silencio, ha escrito Picard, pertenece a la estructura fundamental del hombre”. En él, afirma Guardini, se realiza el conocimiento auténtico”. Para Gandhi, “el silencio dilata el espacio de tiempo de nuestra vida”; para Psichari, es “un gran maestro de verdad”; para Lavelle, “es la forma más perfecta del pudor”; para san Pablo de la Cruz, “la llave de oro que conserva el tesoro de las virtudes”; para Bossuet, “el guardián del alma”. El silencio es algo más que callar la palabra, es el fruto de un convencimiento de concentración, meditación, reflexión y oración.

            El silencio puede asumir múltiples significados. Hay silencios positivos de aceptación, de promesa, creativos... Pero no todo en el silencio es positivo. Así como existe la palabra vana e hiriente, se da el silencio negativo y destructivo. Existe el silencio falso, como existe la palabra falsa. Existe el silencio de amenaza, de cólera, de odio, rencor... “Algunos, ha escrito Canetti, consiguen la cima de su maldad en el silencio”. Otros, con el silencio, callan la injusticia, el robo, la mentira...

            Para progresar en el silencio hay que dominar la lengua, los impulsos, los deseos... ya que el lenguaje que escucha es el del amor.

            El silencio prepara el camino para el encuentro con Dios, para escuchar a los otros y para escucharse uno mismo. Quien desee progresar en los caminos del Espíritu deberá hablar poco a las criaturas y mucho a Dios. Tendrá que guardar silencio al trabajar, al andar; silencio de los ojos, de los oídos, de la voz; silencio de la imaginación, de la memoria... Es necesario guardar el silencio de la mente, callar los pensamientos inútiles...

“Por el silencio se reconoce a los que llevan a Dios en el corazón” (G. Tersteegen).

CÓMO MEJORAR TU ORACIÓN CON UN CAMBIO DE VOCABULARIO

Autor: P Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com
Cómo mejorar tu oración con un cambio de vocabulario
Revisa tu vocabulario y está atento para usar el "quiero" en vez del "tengo que" en tu vida de oración y en todo; verás la diferencia.
 
Cómo mejorar tu oración con un cambio de vocabulario
Te habrá sucedido que asumes un compromiso y luego no tienes ganas de hacerlo. Tu actitud: "tengo que hacerlo porque no me queda más remedio", pero vas de mala gana.

A mí se me acaban las fuerzas por la noche. Hacia las 9.30 de la noche tengo mucho sueño y no puedo más. Desde que entré a la vida religiosa asumí el compromiso de hacer una hora de adoración a Cristo Eucaristía los jueves por la noche, además de la media hora de adoración eucarística que tenemos todas las noches en mi comunidad. Debo confesar que siempre me ha resultado un compromiso pesado. Me entra mucho sueño y a veces siento que la hora se vuelve eterna.

Tal vez algún día hayas sentido lo mismo con la misa dominical, o con tu meditación diaria, o con el rezo del rosario. Llega el domingo y: "¡Qué flojera ir a misa! Preferiría quedarme en la casa viendo un partido o una película y luego hacer un poco de deporte" Y vas a misa, porque todo cabe si te organizas, pero tu actitud no fue la mejor. Y seguramente tampoco la aprovechaste ni la disfrutaste igual de bien.

Cuando Jesucristo convocó a sus apóstoles en la última cena les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta pascua con vosotros" (Lc 22, 15) Su pascua era el sacrificio de su propia vida, la hora de su muerte. Y dijo: ¡cuánto he deseado este momento! Y sabemos que la oración en Getsemaní, en que pasó miedo y angustia y sudó gotas de sangre por el sufrimiento moral que llevaba dentro, fue algo terriblemente doloroso para Jesús. Lo que él deseaba era dar amor, salvarnos, hacer la Voluntad de su Padre, y eso lo quería con toda determinación.

Una cosa es no tener ganas o no tener fuerza, otra cosa es no quererlo. En el fondo te gusta porque lo quieres. Entonces interviene el cambio de actitud y la fuerza de voluntad: poner amor, como lo hizo Jesucristo en la cruz.

"La oración no se reduce al brote espontáneo de un impulso interior: para orar es necesario querer orar." (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2650)

No se trata de un lavado de cerebro personal, sino de poner delante de sí mismo las motivaciones por las cuales se hacen las cosas y adoptar una actitud positiva ante las responsabilidades.

Un cambio de vocabulario puede mejorar notablemente tu actitud. Lo he experimentado en carne propia a partir del momento en que los jueves por la tarde, al recordar que era jueves y tenía hora eucarística, comencé a decirme a mí mismo: "Qué bueno, hoy es jueves, esta noche quiero estar una hora adorando a Cristo Eucaristía". Ya no "tengo que" sino "quiero". Mi actitud fue muy diferente y comencé a disfrutarla y aprovecharla mucho más. Ahora se me hace corta y realmente espero que lleguen los jueves.

Esto vale para la oración como vale para las clases en la universidad, ir a recoger a los niños a la escuela, el trabajo, visitar a los abuelos... todo.

La actitud positiva es como la base del iceberg. Si haces las cosas de buenas las harás mejor.

Revisa tu vocabulario y está atento para usar el "quiero" en vez del "tengo que" en tu vida de oración y en todo; verás la diferencia





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lunes, 13 de febrero de 2012

LAS FLORECILLAS DEL CAMPO...

 Las florecillas del campo


Paseando por el prado me distraje mirando las pequeñas florecillas del campo, sencillas, humildes, tímidas, pero bellas... alegres mirando el sol de frente, sin titubeos.

Mirando las flores del campo entendí que en ellas está el secreto de la vida y sus misterios, y comprendí cuántas cosas no vemos por no saber mirarlas y descubrir su sabiduría...

Esas minúsculas florecillas están siempre allí, luciendo sus colores y su belleza, vi alguna un poco caída, marchita, pero sin dejar de ser hermosas, ni esconderse a llorar.

Mirando esas pequeñas florecillas del campo pude entender que la felicidad llega en cualquier instante y se queda o se va, según nosotros la tratemos; que todo termina en esta vida, aún las flores más bellas y la sonrisa más franca, que de nada sirve el orgullo, la soberbia, si no aprendes a “vivir con...”

Mirando esas pequeñas florecillas del campo me acordé del amor y descubrí que en ellas están los sueños, los besos, y todo el tiempo que perdí llorando.

Comprendí que el amor tiene sus maneras y sus verdades aunque no las veamos, aunque duelan sus tropiezos, aunque sea larga la espera, aunque esté enredada en suspiros...

Mirando esas florecillas del campo encontré muchas respuestas a mis por qués: que vale la pena vivir, porque vale la pena amar, aunque sea un imposible, que en el aprender a vivir como ellas, simple y humildemente entre otras florecillas está el secreto de la vida, de sus vidas y de nuestras vidas, aprender a vivir-con, es CONVIVIR, y esto requiere mucho AMOR.

¡Este es el secreto que debemos develar!

Ninfa Duarte


AMAR Y SER AMADO...

 Amar y ser amado...

 Es un grito y un don que las personas llevamos dentro. Lo que nos alegra es el amor hecho detalle, hecho realidad cotidiana. Lo que más duele es el desamor, la falta de amor.

Jesús añade un “pequeño” matiz: “como yo os he amado”. Tenemos un modelo y una forma de amar: amar como Jesús ama.

Hay que estar continuamente referidos a Jesús para captar su modo de amar, para entender la profundidad de su amor.

Amar como Jesús es novedad, es algo que nos tenía que revelar Jesús. No brota sin más. Lo vamos aprendiendo mirándole a Él.

CONSEJOS...

Consejos 

Primero: No pierdas el barco.

Segundo: Recuerda todos estamos en el mismo barco.

Tercero: Anticípate... no llovía cuando Noé comenzó a construir el arca.

Cuarto: Mantente en forma, cuando tengas 60 años alguien puede pedirte que hagas algo grande.

Quinto: No oigas las críticas, sólo dedícate al trabajo que se tiene que realizar.

Sexto: Construye tu futuro en tierras altas.

Séptimo: Por seguridad, viaja en pareja.

Octavo: La velocidad no es siempre una ventaja, los caracoles estaban a bordo junto con las gacelas.

Noveno: Cuando estés estresado, flota un momento.

Décimo: Recuerda que el arca fue construida por amateurs, el Titanic por profesionales.

Onceavo: No importa la tormenta, siempre hay un Arco Iris esperando....

Que tengas un día maravillosa... ¡sabiendo que depende de nosotros que así sea!

No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...

 

LA CONFESIÓN Y LA FE

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
La confesión y la fe
La confesión, es un auténtico milagro de fe. Dios nos ilumina, nos acompaña, nos da fuerzas, nos permite reconocer lo que está mal, nos abre a la esperanza.


La confesión y la fe

¿Existen relaciones entre el sacramento de la penitencia y la fe? Podemos encontrar ayuda para la respuesta si vemos un momento qué pasa cuando alguien se confiesa.

Lo primero que ocurre en cada confesión es que una persona reconoce que ha pecado. La idea de pecado sólo se entiende, en su sentido auténtico, si descubrimos que tenemos una relación profunda con Dios. Nuestra vida y nuestros actos le interesan, también cuando se trata de algo tan sencillo e íntimo como el pensar o el desear algo.

Sólo en relación con Dios existe la noción de pecado, que podemos definir como un acto que ofende a nuestro Creador, que hiere el corazón del Padre de los cielos, y que también, de modos no siempre visibles, daña las relaciones con nuestros hermanos y con la Iglesia.

Una segunda dimensión que se da en las confesiones consiste en recordar que Dios tiene un deseo muy grande de perdonarnos, de limpiar todo pecado. La fe nos enseña que Dios no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y que viva (cf. Ez 18,23; 33,11). Busca a la oveja perdida, hace todo lo posible por rescatar al hijo descarriado, tiende la mano a quien está caído, como leemos en el Evangelio.

Luego, llega el momento del siguiente paso en la fe: no me limito a pensar que Dios puede y quiere perdonar mis pecados, sino que descubro cómo ilumina mi conciencia para denunciarlos, mueve mi corazón para rechazarlos, y refuerza mi voluntad para acudir al sacramento del perdón.

La fe nos lleva, además, a buscar el perdón en la Iglesia, que ha recibido del Señor el poder de atar y de desatar (cf. Mt 16,19; Jn 20,23). Cada vez que acudimos a un sacerdote, a un elegido y consagrado para servir el altar y para hacer presente la misericordia en nuestro tiempo, reconocemos y confesamos nuestra fe en la acción salvadora de Cristo, vivo y cercano en quienes han sido elegidos como ministros del perdón.

La confesión, por lo mismo, es un auténtico milagro de fe. Dios nos ilumina, nos acompaña, nos da fuerzas, nos permite reconocer lo que está mal, nos abre a la esperanza. Luego, desde la fe recibida, acudimos a acoger, celebrar y vivir profundamente el milagro de la misericordia. Desde ella cualquier pecador, tocado por la gracia, puede empezar el camino maravilloso de la conversión, puede incluso llegar a ser santo.

Entonces, en los cielos, inicia una fiesta inmensa. Un hijo ha regresado a casa. El Padre lo acoge y lo abraza gracias a la obediencia llena de Amor de su Hijo muy amado.





  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    LA BELLEZA

    La belleza del rostro es frágil, es una flor pasajera, pero la belleza del alma es firme y segura. 

    Jean-Baptiste Poquelin Molière

    domingo, 12 de febrero de 2012

    ELEVEMOS NUESTRAS ORACIONES POR SU ETERNO DESCANSO...
    DESCANSA EN PAZ WHITNEY HOUSTON

    JESÚS SE CONMOVIÓ...

    JESÚS SE CONMOVIÓ...

    Sin duda alguna, en la época de Jesús lso leprosos serían un grupo de enfermos especialmente sufrientes. No sólo por las molestias naturales de una enfermedad incómoda como lo es la lepra, sino sobre todo por la soledad que esas personas debían vivir, como nos expresa el libro del Levítico, hoy.

    Jesús, que tiene una gran capacidad de compasión pues es el Hijo del Padre compasivo y misericordioso, realiza un hermoso milagro con un leproso, el mismo que nos lo relata el evangelio de hoy. Un leproso, quebrando la ley del aislamiento acercándose a Jesús, solicita al Maestro con humildad y confianza: "Si quieres puedes limpiarme". Cautiva ese modo humilde de pedirle el milagro al Señor. El leproso no impone ni exige, simplemente suplica. Y suplica dejando claro que él cree que Jesús tiene la potestad de hacer el milagro y está convencido de que puede hacerlo. Pero se somete a la voluntad del Señor, sabiendo que no merece nada; si Jesús decide obrar, eso es gracia, don inmerecido. 
    !Qué bien viene aprender esta actitud doble del leproso! Por una parte confianza cierta en el poder del Señor. Pero por otra parte, se sabe ubicar. Sabe que él no puede presionar al Señor sino suplicar con humildad.

    Con cierta frecuencia los cristianos podemos encontrarnos ante la situación de confiar en el poder del Señor y por eso pretender exigir sus favores. !Nada más errado! Ante el Señor nadie ha de exigir, hay que dejar a Dios la libertad de obrar como Él sabe actuar. Esto en la certeza de que todo cuánto Él hace es lo mejor.  Cuando nos situamos con confianza y a la vez humildad ante Dios, realizamos nuestro ser de auténticos seres creados por Él.


    Pbro. Pedro Hidalgo Díaz

    EL AMOR DE DIOS ES...


    EL AMOR DE DIOS ES...

    El amor de Dios es incondicional, no se espanta de nuestras miserias, errores, pecados, ni limitaciones. Para Él nosotros somos realmente importantes y valiosos. Él está dispuesto siempre a tocarnos y sanarnos. Sea el corazón, el alma, el cuerpo o la mente. Y no tiene vergüenza de nosotros..

    sábado, 11 de febrero de 2012

    NUESTRA MADRE TE BENDIGA


    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

    Oración a  Nuestra Señora de Lourdes

    Oh María, que te apareciste a Bernardita en la cavidad de la roca;
    al frío y a las sombras del invierno
    tú les trajiste el calor de tu presencia y el resplandor de tu belleza.

    Infunde la esperanza, renueva la confianza
    en el vacío de nuestras vidas, tantas veces sumidas en la sombra, y en el vacío de nuestro mundo,en el que el Mal hace valer su fuerza.

    Tú, que eres la Inmaculada Concepción, socórrenos, pues somos pecadores.
    Danos humildad para la conversión y valor para la penitencia.

    Enséñanos a rezar por todos los hombres.
    Guíanos a la fuente de la verdadera vida.
    Ayúdanos a caminar como peregrinos en el seno de la Iglesia.
    Estimula en nosotros el hambre de la Eucaristía, pan del caminante, el Pan de Vida.

    Oh María, el Espíritu Santo hizo en ti maravillas:

    Él, con su poder, te ha colocado junto al Padre,en la gloria de tu Hijo, el Viviente.
    Vuelve tu maternal mirada a nuestras miserias del cuerpo y del espíritu.

    Que tu presencia, como luz reconfortante, brille a nuestro lado en el trance de la muerte.

    Queremos rezarte, oh María, con sencillez de niños, como Bernardita.
    Que entremos, como ella, en el espíritu de las Bienaventuranzas; así podremos, ya aquí abajo, empezar a conocer las alegrías del Reino y cantar contigo tu Magníficat.

    ¡Gloria a Ti, Virgen María, dichosa servidora del Señor, Madre de Dios, morada del Espíritu Santo! ¡Amén!

    BLANCO Y NEGRO

    Blanco y negro


    Son sólo dos tonalidades...

    ¿Por qué alguna gente se empeña en separarlos?

    ¿Qué importa el color de la piel, si Dios nos quiere a todos por igual? Si todos terminaremos siendo polvo, y el polvo que quedará es de los huesos; no de la piel...

    Los seres humanos, todos somos especiales. Somos diferentes. Cada uno de nosotros, tenemos algo que nos distingue. Todos tenemos diferentes formas de pensar, de ver la vida, de caminar; hasta respiramos diferente y eso no quiere decir que debamos rechazarnos...

    Vivimos en un mundo materialista y frío en el cual todo es más importante que los sentimientos. Debemos poner nuestro granito de arena y así cambiar el mundo. Debemos poner nuestras fuerzas en amarnos los unos a los otros, sin importar el color de la piel, ni la religión , ni el sexo; mucho menos nuestros ideales políticos.

    Debemos poner más nuestro corazón al hacer las cosas y menos nuestros intereses. A veces no es tanto el color de la piel; sino quién es el portador de ese color...

    Debemos separar el materialismo de lo verdaderamente importante. Nuestro interior, nuestro propio ser, lo que hacemos por los demás; la mano que tendemos en el momento preciso a la persona que lo necesita; independientemente de quién sea esta persona.

    Si el color importara tanto...,¿habría creado Dios, tantas razas diferentes? Por supuesto que no. Nos hubiera creado a todos del mismo color para evitar separaciones...

    Así que, unámonos como hermanos que somos; sin importar nuestras diferencias y seamos los prójimos que debemos ser. Pongamos todo nuestro empeño en valorar más los sentimientos, el alma, la verdad, la justicia, la caridad, la bondad, el buen juicio y el corazón de las personas; ¡así seremos un mundo mejor, un paraíso terrenal...!

    LA ADVOCACIÓN DE LA VIRGEN DE LOURDES.

    LA ADVOCACIÓN DE LA VIRGEN DE LOURDES.

    La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes toma ese nombre debido a que, de acuerdo al testimonio de santa Bernadette Soubirous (1844-1879), las 18 apariciones de la Virgen María sucedieron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, en las estribaciones de los Pirineos. Ya en vida de Bernadette Soubirous, multitudes de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el Papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1962, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette. Bernadette Soubirous fue canonizada como "santa" por Pío XI el 8 de diciembre de 1933, durante el Jubileo de la Redención. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes fue motivo de peregrinaciones para millones de católicos de todo el mundo y su santuario ha sido estimado popularmente como un lugar emblemático en el que se conjugan el sufrimiento, la fe expresada en plegaria, la curación y la conversión.

    La Iglesia Católica considera a Nuestra Señora de Lourdes la patrona de los enfermos por antonomasia.

    MARÍA PROVOCA LA PRIMERA SEÑAL

    Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
    María provoca la primera "señal"
    Además de la gran confianza que María mostró en su Hijo, ella fue el medio que Dios usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús.
     
    María provoca la primera

    Ojalá puedas leer en el Evangelio Jn 2, 1-12, cuando María le pide a su Hijo que les falta el vino en una boda donde fueron invitado en Caná.

    A mí me llama poderosamente la atención ese detalle de María de acercarse a visitar a su prima santa Isabel tras tener conocimiento de su estado de gestación, también su fina observación en las bodas de Caná, en una situación de tanto embarazo para aquellos jóvenes esposos. Todo ello habla de un corazón amable, sencillo, bondadoso, atento, comprensivo, servicial en nuestra madre del cielo".

    Una contemplación superficial del episodio de la boda de Caná nos dice que lo más milagroso fue el hecho de que Jesús mostró su dominio absoluto sobre la materia, convirtiendo agua en vino. Sin embargo, el Evangelista nos da a entender que no fue así al decir "Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzó a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11).

    Según el Evangelista la finalidad intrínseca de este milagro fue el convencer a sus discípulos que Él era lo que decía que era: el Hijo de Dios. Así manifestó su "gloria" que era su divinidad, pues María le obligó a "hacer llegar su hora" de mostrar su gloria o divinidad.

    Independientemente de la gran confianza que María mostró en su Hijo, como hemos comentado antes, está el hecho de que ella fue el medio que Dios usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús de Nazaret como su Hijo. Aquí María aparece como aquella que hace conocer a Cristo. Uno podría pensar que tal vez su misión fuese solamente traer al Hijo al mundo y después dejarlo manifestarse como le pareciera mejor. Dios en su providencia quería hacer las cosas de otra manera: quería dar a conocer a su Hijo al mundo por medio de su Madre. Nosotros podemos no estar de acuerdo con esta metodología, pero no se puede negar que Él quiso adoptarla para manifestar a su Hijo.

    Parece ser que el Padre sigue usando esta metodología para dar a conocer a su Hijo. Son elocuentes las múltiples apariciones de la Virgen en estos dos últimos siglos. Pensemos en Lourdes, Fátima...

    jueves, 9 de febrero de 2012

    ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES


    ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN
    DE LOS SACERDOTES

    (S.S. PAPA PÍO XII)

    Oh Jesús, Pontífice Eterno, Buen Pastor, Fuente de vida, que por singular generosidad de tu dulcísimo Corazón nos has dado nuestros sacerdotes para que podamos cumplir plenamente los designios de santificación que tu gracia inspira en nuestras almas; te suplicamos: ven y ayúdalos con tu asistencia misericordiosa.

    Sé en ellos, oh Jesús, fe viva en sus obras, esperanza inquebrantable en las pruebas, caridad ardiente en sus propósitos. Que tu palabra, rayo de la eterna Sabiduría, sea, por la constante meditación, el alimento diario de su vida interior. Que el ejemplo de tu vida y Pasión se renueve en su conducta y en sus sufrimientos para enseñanza nuestra, y alivio y sostén en nuestras penas.

    Concédeles, oh Señor, desprendimiento de todo interés terreno y que sólo busquen tu mayor gloria. Concédeles ser fieles a sus obligaciones con pura conciencia hasta el postrer aliento. Y cuando con la muerte del cuerpo entreguen en tus manos la tarea bien cumplida, dales, Jesús, Tú que fuiste su Maestro en la tierra, la recompensa eterna: la corona de justicia en el esplendor de los santos. Amén.

    INTIMIDAD...

    Intimidad
    Autor: Phil Bosmans


    Cada hombre que viene al mundo pasa la vida en busca de intimidad. Quiere encontrar un "lugar suyo", un rincón de seguridad y de calor humano.

    Quien no encuentra la intimidad es un hombre partido, fallido, un infeliz, alguien que no se siente a gusto en su propia piel.

    Un niño debe encontrar una intimidad dulce y tierna junto al padre y a la madre. ¿Comprendes la terrible responsabilidad de dos seres que transmiten la vida a un niño?
    Un joven busca intimidad cerca de una muchacha y viceversa y los hombres buscan la intimidad en el matrimonio o en la amistad.

    El fundamento de toda intimidad se llama. ¡amor!
    La falta de amor y el egoísmo estorban toda intimidad y, poco a poco, hacen del hombre un "sin techo", un solitario, un ser gastado, siempre atareado y nunca satisfecho.
    El drama de nuestro tiempo es que nosotros no sabemos ya ofrecemos los unos a los otros en la intimidad. No podemos ya hospedarnos, darnos un "lugar nuestro" porque hemos abandonado al "amor"; porque hemos abandonado la fuente de todo amor: ¡Dios! Nosotros mismos no estamos ya en la intimidad.

    ALABANZAS AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

    ALABANZAS AL SANTISIMO SACRAMENTO

    Bendito sea Dios.
    Bendito sea su Santo Nombre.
    Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
    Bendito sea el Nombre de Jesús.
    Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
    Bendita sea su Preciosísima Sangre.
    Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
    Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
    Bendita sea María Santísima la excelsa Madre de Dios
    Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
    Bendita sea su gloriosa Asunción.
    Bendito sea el nombre de Maria Virgen y Madre.
    Bendita sea María Santísima Madre de la Iglesia.
    Bendito sea su castísimo esposo San José.
    Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

    UNA LUZ EN LA NOCHE


    Autor: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
    Una luz en la noche
    Hoy es jueves, Señor, y vengo con el alma en sombras, sombras que se llegan a convertir en oscuridad si nos falta la virtud de la esperanza.


    Una luz en la noche

    Hoy es jueves, Señor, y vengo con el alma en sombras, sombras que se llegan a convertir en oscuridad si nos falta la virtud de la Esperanza....

    Cuando eso sucede hay noches en las que parece que el tiempo se ha detenido y jamás veremos el amanecer... en ellas oímos el palpitar de nuestro corazón y cada latido nos duele....

    Noches de negrura espiritual en las que todo parece agrandarse, nuestra pena, nuestra angustia y nuestro malestar. Nos pesa la vida y en el silencio de esa noches nos parece que no hay pena como nuestra pena.

    Pero...si hay un poco de esperanza en nuestro corazón, estamos salvados.

    Sabemos de casos que esa gran "desesperanza" ha llegado a tal límite, a tal profundidad que no se ha encontrado otra solución que el buscar la "puerta falsa". Es el escape, el terminar con algo que pesa demasiado y el sentirse sumergido en las tinieblas de una noche "sin mañana"... sin esperanza. ¡Eso fue lo que les faltó a esas vidas: LA ESPERANZA.

    La Esperanza es un mañana mejor, la Esperanza es la luz que puede romper las negras sombras cuando parece que todo está perdido.

    Sin Esperanza no se puede vivir.

    Cuando hay Esperanza a pesar de la desilusión y del dolor, siempre habrá otro camino que no sea el de la desesperación y el total aniquilamiento del verdadero yo.

    Es cierto que hay situaciones en la vida que son como la más oscura de las noches, noches en que las horas parecen no pasar... pero cuando hay fe, cuando sabemos que tenemos un Dios que sabe de nuestro sufrimiento, cuando nos sabemos amados por El, a pesar de que nuestro sentimiento de soledad sea inmenso, si nos dejamos arropar y abandonar en sus brazos y en los de nuestra Madre María Santísima, la Esperanza, de saber que Dios nos ama, llegará con su luz que sabe consolar.

    Quien se siente amado no puede caer en la desesperación y Dios nos ama.

    La ESPERANZA, es una virtud que tenemos que cultivar como la flor más delicada y valiosa. Tres son las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, cuyo objeto directo es Dios Sin ellas es muy difícil caminar por la vida y no podemos olvidar que la Esperanza siempre será la luz en nuestras noches cuando las penas y las dificultades las hagan muy oscuras.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Ma. Esther de Ariño

    EL PENSAMIENTO DEL DÍA

    ¿Por qué he de preocuparme? No es asunto mío pensar en mi. Asunto mío es pensar en Dios. Es cosa de Dios pensar en mi.

    Simone Weil

    miércoles, 8 de febrero de 2012

    A MI CRISTO ROTO...

    A Mi Cristo Roto

    Estás así, Señor, por nuestras culpas,
    por tantos signos de egoísmo en nuestras vidas,
    por las muchas faltas de caridad que cometemos,
    porque no te amamos tanto como debemos.

    Estás así, Señor, por nuestra indiferencia,
    porque no nos conmueve el sufrimiento ajeno,
    ni el de las viudas, los huérfanos y
    los desplazados, ni el dolor y la angustia
    de una madre que llora,
    ni la desesperanza de las gentes sin techo.

    Estás así, Señor, porque no nos aceptamos,
    por la falta de amor en las familias,
    porque no dialogamos,
    porque no comprendemos,
    porque no hemos aprendido a perdonar.

    Estás así, Señor, por nuestra salvación
    porque desde siempre nos amaste
    y por nosotros te vejaron, te maltrataron,
    se burlaron de Ti y te crucificaron...
    por eso estás así, mi Cristo Roto.

     

    UNA PEQUEÑA ROSA ROJA...


    Una pequeña rosa roja


    Caminaba un día por la calle, cuando observé  como unas nubes oscuras se juntaban en el cielo, y vi luego como la lluvia empezó a caer,  rápidamente busqué refugio, al mismo tiempo que la suave lluvia se convertía poco a poco en tormenta.Encontré refugio bajo una cornisa,  a la entrada de una casa, en el momento en que la tormenta caía con más fuerza y estruendo.

    Vi entonces una pequeña rosa roja, golpeada y encorvada
    por las grandes gotas de agua que constantemente le azotaban;
    y a pesar de esto no se rompía, sino que soportaba con increíble resistencia el gran embate de la lluvia y cada uno de sus golpes;
    manifestado en grandes y pesadas gotas de agua.

    Me sorprendí al ver como a pesar del viento y lluvia,
    la pequeña rosa roja soportaba el gran castigo, sin ceder ni un ápice.
    En muchos momentos, pensé verla caer, derrotada por la furia del agua, mas sin embargo, volvía a enderezar su ya doblado tallo por la lluvia.

    Al pasar la lluvia, y ver como el sol salía de entre las oscuras nubes,
    noté con asombro como la pequeña y frágil rosa roja, estaba aún en su lugar, con su tallo erguido hacia el cielo, mostrando con orgullo sus bellos pétalos rojos, en señal de su victoria ante las fuerzas de la misma naturaleza, a la cuál pertenece.

    Esto me hizo reflexionar acerca de mi vida;
    pues al recordar como la indefensa rosa luchaba por seguir en pié ante la tempestad,  y después de observar cuán dura había sido su lucha,  me recordó las dificultades que había tenido en mi vida,
    y de como muchas veces, había sentido que ya no podía más,
    pero al ver la rosa roja, en pié y victoriosa,recordé aquel pasaje de la Biblia, donde Jesús nos dice que nosotros valemos más que las flores del campo y los pajarillos del cielo, y pensé:

    "Si Jesús dio fuerza a esa pequeña rosa roja para pasar la tempestad;
    ¿por qué he yo de temer a las adversidades? Pues si Jesús no dejó que esa rosa que no ama, no camina y no tiene razón soportara la tormenta, ¿cuánto más cuidará de mí, hijo de Dios y heredero de la vida eterna?”.

    Desde entonces no dejo que nada me asuste,atemorice o desanime,
    y cada vez que siento desfallecer; recuerdo aquella pequeña rosa roja, la cuál me mostró cuánto valgo y lo duro que he de pelear en este mundo,pero también recuerdo el amor que me tiene Aquel que dio fuerza a la rosa, para que pudiera resistir.

     

    ORACIÓN DE LAS BIENAVENTURANZAS

    LAS BIENAVENTURANZAS...

    Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:

    Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

    Bienaventurados los mansos , porque ellos posseerán en herencia la tierra.

    Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

    Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.

    Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

    Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

    Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

    Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

    Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

    Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

    ORACIONES PARA BENDECIR LA MESA

    Formas de bendecir la mesa:

    1.- Señor, bendice estos alimentos que recibimos de tu generosidad. Da pan a los que tienen hambre y hambre de Dios a los que tienen pan.

    2.- Bendito seas, Señor por esta comida que vamos a compartir y que es signo de paz, de alegría y fraternidad. Amén.

    3.- Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que vamos a tomar. Haz que no les falte el pan a los que pasan hambre. Amén.

    4.- Bendice, Señor, a cuantos hoy comemos este pan; bendice a cuantos lo hicieron y a cuantos no lo tendrán. Amén

    LA MARIPOSA AZUL...

    Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
    La mariposa azul
    No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos o no.
     
    La mariposa azul

    La diferencia la marcas tú, y tú y nadie más que tú; tu libertad, tus decisiones, tus juicios y tus acciones, ellas te llevarán por el camino de la verdad, del bien y de la paz si así lo quieres; de lo contrario, te puedes ir preparando, porque fácil no será, te lo aseguro.

    ¿Cómo enfrentar esos momentos que quisiéramos que nunca llegaran? pero ahí estarán y no le podremos dar la espalda o meter la cabeza al agujero como lo hacen las avestruces cuando ven que se acerca el peligro... ¡saca la cabeza, mira fijamente el problema y atácalo de raíz! Hay realidades que ni papá, ni mamá, ni la maestra, ni nadie podrá resolver por tí. En pocas palabras, todo está en tus manos. Tu presente y tu futuro, tu felicidad, tu realización, y al final, la vida eterna.

    Había un viudo que vivía con sus dos hijas, curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. A algunas de ellas él sabía responder, a otras no. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.

    El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar.

    Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no supiese responder; entonces una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.

    "¿Qué vas a hacer?" –preguntó la hermana.

    "Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta."

    Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. Y así, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada! jijijiji, soltó una risa maliciosa.

    Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando.

    - "Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?"

    Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:

    "Depende de tí. Ella está en tus manos."

    Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro, con nuestras decisiones y nuestros juicios. No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos (o no conquistamos). Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul... Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella.


    El día que puse mi vida en las manos de Dios, me quité de un gran peso, en Él confío y en Él tengo puestas todas mis esperanzas, con la seguridad que un día llegaré al cielo. Soy consciente que a Dios rogando y con el mazo dando... Por lo tanto, nunca tires la toalla y no dejes de mirarle a Él...




  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Dennis Doren LC

    martes, 7 de febrero de 2012

    EL SEÑOR TE AMA



    RODEADOS DE MARAVILLAS...

    Rodeados de maravillas...

    Un frigorífico es uno de los inventos más útiles creados por el ser humano. ¿A quiénes se lo debemos?

    Fue por allá, en 1685, cuando un científico de apellido Lahire descubrió las propiedades refrigerantes del cloruro armónico.

    Un siglo más tarde Cullón produjo frío con una máquina neumática y en 1834 Perkins avanzó más al evaporar éter en el vacío.

    Fue después, en 1857, cuando Ferdinand Carré causó sensación al mostrar una máquina que fabricaba bloques de hielo gracias al calor.

    El mismo construyó un apartado portátil para usos domésticos, y lo que se hizo después fue agregar mejoras ya no tan determinantes.

    Como podemos ver, los inventos se deben a muchas personas y casi siempre son el fruto de una gran dedicación y de aceptar fracasos.

    Lo grave es que no valoremos a las maravillas que usamos y nos quejemos tanto en lugar de dar gracias sin cesar.

    No estaría mal que fijaras este mensaje en tu nevera y, al verlo cada día, te animaras a agradecer y a mirar el lado amable de la vida. ¡Ten presente que vives rodeado de maravillas!

    ORACIÓN Y CONTEMPLACIÓN

    Oración y contemplación
    Autor: Padre Mamerto Menapace  OSB


    En una ocasión Jesús estaba rezando, y cuando terminó uno de sus discípulos le dijo: ¡Señor, enséñanos a rezar! (Lucas 11, 1).

    El Señor se iba de noche al cerro y allí pasaba las horas, rostro al Padre. Seguramente esas horas habrán sido de rumia profunda. Y lo que Cristo rumiaba era el actuar de Dios en su pueblo. La realidad que se llamaba: Reino.

    Es decir, la manera cómo el Señor Dios su Padre había ido santificando su Nombre en la historia de los hombres. Cómo su voluntad se había ido realizando por esos complicados senderos de la historia de su pueblo y de todos los pueblos. Porque el Padres que estaba en los cielos había estado comprometido con todo lo que estaba pasando aquí en la tierra. Sabía que faltaba el pan; sabía que había ofensas con ofensores y ofendidos. Y que esa realidad no dividía la mundo en dos grupos, sino que era una realidad que hería a todos los hombres. Que todos tenían necesidad de perdonar y de ser perdonados. Sabía también que la tentación era una realidad que amenazaba a cada hombre, y que cada hombre necesitaba que Dios Padre interviniera para librarlo de la tentación y de las intrigas del maligno.

    Allí, en las noches de silencio, en la oración y en la contemplación, Jesús se convertía en minero de la historia y de la naturaleza. Del actuar del Padre que había creado todo lo que hablaba en la noche: los grillos y las estrellas; las majadas en los cerros y la lámpara en la casa; y todo eso otro que pertenece a la vida concreta de los hombres: el ladrón que sorprende al dormido y la novia que no duerme esperando la sorpresa de su amado. Allí Jesús llegaba a la esencia profunda y sencilla de las cosas, y encontraba las imágenes primordiales para hablar del Padre a los hombres sus hermanos.

    En el silencio de la noche Jesús escuchaba el lenguaje elemental de las cosas, y a través de él ese lenguaje se hacía palabra y subía al Padre en forma de oración. Y esa oración daba espesor y fuerza vital a sus palabras y a sus imágenes que luego afloraban casi espontáneamente en las parábolas. Y la gente las comprendía.

    Porque la gente sencilla reconocía en ese lenguaje sencillo y grávido, el antiguo diálogo de las cosas. Reconocía ese lenguaje también escuchado por ellos en su silencio, pero aún no plenamente crecido como para ser captado como mensaje. Allí en cambio, en la boca de Jesús, el profundo lenguaje primordial de las cosas simples llegaba a hacerse comprensible. Los hombres comprendían el lenguaje del Señor porque su lenguaje había crecido en el silencio de la oración al Padre, por las noches. De la misma manera que la sangre de la tierra crece hasta pan en el silencio a la madrugada en cada mesa y que es asimilado por los hombres sin dificultad. Porque es el silencio fiel de los trigales lo que permite a la sustancia de la tierra llegar hasta el lenguaje compresible del pan.

    Y pienso que es también el silencio contemplativo y fiel de nosotros, los hombres y mujeres de Dios, lo que puede permitir a las cosas y a los acontecimientos llegar a crecer hasta hacerse oración al Padre en nuestras noches, y lenguaje comprensible para nuestros hermanos en las parábolas a la luz del día.

    El que tenga ojos para contemplar en la noche, que contemple. Por amor a Dios, a las cosas y a nuestro pueblo.

    ¿CUÁL ES LA MEJOR RECETA PARA EMPEZAR BIEN TU ORACIÓN?

    Autor: P. Juan Antonio Ruiz J., L.C. | Fuente: www.la-oracion.com
    ¿Cuál es la mejor receta para empezar bien tu oración?
    ¡No importa lo que hagas o en medio de quién estás: siempre puedes ponerte delante de Dios y elevar tu alma a Él!
    ¿Cuál es la mejor receta para empezar bien tu oración?

    ¡Cristo, como luz, ilumina y guíame!
    ¡Cristo como escudo, excede y cúbreme!
    Cristo conmigo, Cristo frente a mí,
    Cristo tras de mí, Cristo en mí,
    Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda,
    Cristo al descansar, Cristo al levantarme,
    Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
    Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
    Cristo en cada ojo que me mira,
    Cristo en cada oído que me escucha.
    (San Patricio)


    Nuestras acciones están, casi siempre, determinadas por la presencia de otras personas a nuestro alrededor. Hay cosas que no haríamos delante de algunos y cosas que, totalmente solos, no tenemos reparo en hacer. Imagínense, por ejemplo, que reciben la invitación del presidente de su país para visitar su casa. ¿Cómo se comportarían? Seguramente con la mayor educación posible. Al llegar a la sala, no me tiro en el sofá, sino que me siento con educación; en la mesa cuido de no hablar con la boca abierta, de usar adecuadamente los cubiertos, etc. Y ¿qué es lo que me mueve a comportarme así? La importancia de la persona que tengo delante. En cambio, si estoy en casa, tal vez no es necesaria tanta atención...

    Nuestra oración es, justamente, una invitación de Dios para visitarle y hablar con Él. Es un momento en que dialogo con el Señor de todo el Universo que -¡oh, maravilla!- me llama su amigo. ¿Cómo me comporto delante de Dios?

    Bueno… de acuerdo: no es tan sencillo como parece. Porque a Dios no lo vemos físicamente y en ocasiones es fácil distraerse con cualquier cosa. Sobre todo al inicio… ¡cuánto cuesta empezar bien la oración!

    San Patricio nos da una pista para empezar bien nuestra oración: saber ver a Dios en todo. Y al inicio de cada momento de oración, es importante hacer lo que comúnmente se llama ponerse en la presencia de Dios. Saber que estoy delante de Dios; repetírmelo a la mente y al corazón.

    ¡Decírselo a Dios!: Señor, vengo a tu presencia, ayúdame a darme cuenta de ello!. Darme cuenta de que REALMENTE Él me escucha y quiere hablarme. Sobrecogerme ante el misterio de su presencia y agradecerle que quiera venir a hablar conmigo.

    Se puede hacer de modo espontáneo (personalmente lo recomiendo) con una oración hecha por mí. Pero si en un primer momento no sale, las oraciones hechas, como el himno de San Patricio de arriba, pueden ayudar. Así, poco a poco, lograremos ponernos delante de Dios... incluso en medio de ocupaciones muy variadas. El ejemplo de Juan Pablo II, que podía abstraerse en misas multitudinarias, es excepcional en este sentido.

    ¡No importa lo que hagas o en medio de quién estás: siempre puedes ponerte delante de Dios y elevar tu alma a Él!

    Esto, a su vez, también nos ayudará a descubrir a Dios en todas las cosas, en cada momento de nuestra vida... y ¡maravillarnos! Como un enamorado, que ve a su amada en todo lo que vive y la extraña en cada momento. Así viviremos nosotros con Dios, sabiendo que, como rezaba el bueno de San Patricio, Él está presente a mi derecha, a mi izquierda, en cada persona que tengo delante. Y, de modo particular, en cada oración en la que voy a dialogar con Él.


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