viernes, 18 de noviembre de 2011

PERSONAS ESPECIALES...

Personas especiales
Autor: Deanna Beisser

Haz que el amor forme parte de todo lo que haces
Las personas especiales son aquellas que tienen la capacidad de compartir su vida con los demás.
Son gente honesta, tanto en las palabras como en los hechos; son sinceros y compasivos, y siempre se aseguran de que el amor forma parte de todas las cosas.
Las personas especiales son aquellas que tienen la capacidad de brindarse a los demás y ayudarlos frente a los cambios que enfrentan en la vida.
No temen mostrarse vulnerables; creen en su singularidad y están orgullosos de ser lo que son.
Las personas especiales son aquellas que se permiten el placer de acercarse a los demás y preocuparse por su felicidad. Han llegado a comprender que es el amor lo que marca toda la diferencia en la vida.

LA CENA DE MARIA

LA CENA DE MARIA
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


Había que recorrer todo el mercado, primero había que observar y luego comprar, María  sabía bien lo que necesitaba,  alimentos frescos, la cena era para su Hijo y sus doce amigos, además la cena pascual era por tradición una preocupación de la madre de la familia, además había que dar de comer a todos los que ayudaran a que esta cena se hiciera  tal como el Hijo  la requería.

Así es, María se encontraba por esos días en Jerusalén, y era el tiempo de la tradicional cena pascual, Jesucristo cenaría con sus doce más cercanos, ella como su buena madre estaba preocupada de que todo salga bien.

Es que a María no se les escapaba ningún detalle, todos la admiraban por esto, siempre estaba en la memoria las bodas de Caná, cuando advirtió la falta de vino.

Además el servir a Jesús, era para María un constante infaltable en todo, en efecto  ella como madre siempre estuvo en los momentos mas importante de la vida de Jesús, desde su nacimiento en Belén, la presentación al templo, en su primera participación divina en público,  su muerte en la cruz, esto es en toda su vida, es así, como su rol de madre es total.

Nada podía faltar, además le correspondía encender las luces, poner el mantel de la mesa, distribuir los asientos, darle calidez al recinto, entonces era necesario preocuparse de la leña, del agua, los botijos, la jofaina.

Aún no habían llegado los comensales, pero estaba casi todo preparado, los platos, los utensilios para comer, bastante agua, y por supuesto el pan ácimo y el vino estaban en la mesa sobre un pequeño y especial mantel, el cordero había sido aderezado.

Entonces antes que llegaran los invitados, María y las mujeres que le acompañaban, acomodaron los cojines, ordenaron el lugar. Por alguna razón María presentía que esta era una cena distinta a las de los otros años, es que una madre siempre presiente las cosas de un hijo.

María mira atentamente todo, nada parece faltar, ahora ha de ir a la cocina para verificar si esta todo preparado, se siente feliz por atender a su Hijo Jesús, abre el horno y deja otro leño, le toma la temperatura al agua, se seca las manos, ordena los alimentos, el cordero esta casi listo, todo esta a punto.

Se sienten voces y pasos, ahí vienen, pero no hay de que preocuparse, esta todo listo, es la hora de atender a su Hijo y sus amigos.

Se abre la puerta y entra Juan, el discípulo amado saludando primero a Maria y luego a los demás,  Pedro entra en segundo lugar, como si quisiera verificar rápidamente si todo esta bien, sonríe, saluda, y el abre la puerta a su Maestro, María su madre corre hasta él a recibirlo, Felipe entra sonriendo y alabando la calidez existente, al entrar Mateo, pregunta si hubo suficiente dinero para comprar todo, Luego entró Santiago, hijo de Zebedeo y Salomé,  junto con Santiago, hijo de Alfeo, quien aplaude todo lo que ve, Andrés como siempre tan cariñoso, mira a su hermano Pedro y saluda a Maria afectuosamente, Tomas entra junto a Judas Tadeo, finalmente Simón el Zelote, entra y se queda en el umbral de la puerta, esperando a Judas Iscariote, que se ha quedado extrañamente atrás.

Todos sonríen, y comienzan a tomar asiento, Maria enciende las luces, se frota las manos, luego se prepara ella y quienes le ayudan para atender a Jesús y su amigos, nuevamente está juntos para la cena pascual.

La cena de pascua estaba lista, y María muy de cerca en la fracción del pan, María es una presencia viva y significativa en la eucaristía.


María, madre mía, eres dueña de mi corazón
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

ORACIÓN PIDIENDO SERENIDAD


EL ENFERMO Y LA RELACIÓN CON DIOS

  
EL ENFERMO Y LA RELACIÓN CON DIOS

«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda sanada de tu enfermedad» Mc 5,21-43

Una mujer que padecía ya doce años flujo de sangre. Debía de ser de cierta posición social, pues había consultado muchos médicos y gastado toda su hacienda con ellos, pero no había podido ser curada por ninguno, pero sin provecho alguno, es decir iba de mal en peor, no sólo por la inutilidad de aquellos remedios, sino, en parte, causados por los mismos.

Cuando Jesús iba a casa del Jefe de la Sinagoga para curar a su hija, tiene lugar esta escena. Iba acompañado de una gran multitud, que le apretujaba. En las callejuelas del viejo Oriente, el entusiasmo despertado por Jesús hacía que la multitud, empujándose por acercarse, le “apretujase.” Entre esta turba se mezcló la mujer angustiada y tocó con fe el vestido del Señor. Y al punto se hizo su curación.

Habiendo oído esta mujer la fama curativa de Jesús, apeló, desesperada ya de médicos, al mejor recurso, El. Sólo pensó en tocar su vestido, porque creía que con ello se curaría. La mujer enferma, a como de lugar quiere llevar adelante su propósito, entonces viene por atrás, y como queriendo robarle o sorprenderle un milagro. Esto es, porque era debido al tipo de impureza legal que significaba su enfermedad, ya que otros enfermos “tocaban” a Jesús para curarse. Las prescripciones rabínicas, aislaban a la mujer que padecía de esta enfermedad a fin de que no “contagiase” su impureza legal.

Jesús, se vuelve preguntando quién le ha tocado, porque una fuerza había salido de El. “Y se dio vuelta”, es decir, miraba en torno suyo,” — es la clásica “mirada circular” del estilo de san Marcos, como queriendo descubrir quién había sido. Si Jesús obra así, no es por ignorancia, sino por elevar y confirmar la fe de aquella mujer, haciéndole ver que no fue la curación por un contacto supersticioso, sino por efecto de la fe. Ante esto, los “discípulos”, se extrañan de esta pregunta, pues todos le “apretujaban” y nadie se había acercado a El con gestos o modos especiales. Pero Jesús insistió en su afirmación. Ante esto, la mujer se postró ante El y le confesó, lo mismo, ante todo el pueblo toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda sanada de tu enfermedad»

El hombre enfermo se desmorona, es decir, se deshace, siente que se destruye y se derrumba poco a poco. En el abandono, cae en un estado de profundo desánimo, pero Dios tiene el atributo por el cual, así como perdona y remedia los pecados y miserias de las personas, fortalece y levanta a los enfermos y los hace caminar nuevamente.

Pero es bueno ser moderados y prudentes al pasar a conversar sobre Dios y la relación que debe tenerse con El. En otras palabras, el modo de actuar frente al enfermo, debe ser con afecto, pero al mismo tiempo con profundo respeto, a fin de ayudar a mantener el sentido de integridad de la propia persona a pesar del desmoronamiento causado, en el cuerpo y en el espíritu, Por la enfermedad.

Lo anterior, tiene sentido en tener el máximo respeto a la religiosidad del enfermo, evitando imponerle los propios estilos de fe. Es decir, si alguien no cree o cree a medias, no le entreguemos una atención distinta del que cree, tal como lo hizo Cristo, que nunca discrimino su ayuda a los enfermos y necesitados, sin importarle su origen. Del mismo modo, si nos encontramos con hermanos que respaldan su fe en la piedad popular, no les impongamos nuestra propia forma de ver nuestra relación con Dios. En efecto, muchos creyentes, se apoyan en su devoción a diversos santos y a la Virgen María, esas son otras formas de acercarse a Dios, pero nosotros no estamos llamados a Juzgar sobre ello.

Entonces, respetando los distintos caminos que tiene el enfermo, los cuales muchas veces no son coincidentes con los nuestros, hagamos un acompañamiento en la fe, desde la actitud cristiana que nos corresponde. Es decir, con gestos empapados en el amor de Cristo, sepamos hacer llegar la palabra de Dios como un símbolo de amor y de solidaridad, haciendo notar que la presencia del Señor es el alivio más reconfortante de cualquier enfermedad. En este contexto, haremos de mejor forma nuestra tarea evangelizadora, y así, la palabra del anuncio de las Buenas Noticias, llegará con gran eficacia al que más la necesita.

Tengo la convicción, que ayudando a los enfermos de este modo, podemos conseguir una transformación nacida de la propia experiencia de la enfermedad, de un estado de pesimismo y negatividad ante Dios, en un estado de buen ánimo y sobre todo de esperanza, con la confianza plena de que Dios quiere algo bueno para nosotros y que depende nosotros el aceptar cual la voluntad de El y sentirnos satisfecho de esta voluntad.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Bendición¡

¡Bendición¡


Busco ser una bendición para otros.
En uno de mis viajes en avión una niña de unos 11 años se inquieto al ver que estábamos pasando por nubes cargadas de agua. La pasajera que estaba enseguida de mí controlo la situación inmediatamente. "No te preocupes, los pilotos tienen mucha experiencia y saben como manejar esta situación." La niña
se relajo y tranquilizó.

Hoy salgo de mi caparazón interno y busco ser una bendición para otros. Estoy atento a las necesidades de los que me rodean y los bendigo con palabras de aliento, amor y paz. Hoy soy luz de un nuevo día para los que están tristes, y desilusionados.
Dibujo una sonrisa en mi rostro y les brindo mi apoyo y atención.

"Porque nuestro Dios; nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad."---Lucas 1:78-79a

VENGA A TU REINO SEÑOR !VIVA CRISTO REY!


Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Venga tu Reino Señor ¡Viva Cristo Rey!
Un Reino que los hombres no entendemos porque lo que tú viniste a enseñar no está en el exterior sino en lo más profundo de nuestro corazón.
Venga tu Reino Señor ¡Viva Cristo Rey!



Ante ti, Señor una vez más.

Ante ti, que siempre estás en el Sagrario para escucharme, para infundir calor a mi corazón muchas veces indiferente y frío. Más frío que estas tardes del ya cercano invierno. Pero hoy quiero que hablemos, no del cercano invierno, sino del cercano día en que vamos a festejar Tu día, Señor, el DÍA DE CRISTO REY.

El Padre Eterno, como tú nos enseñaste a llamarle a Dios, es el Rey del Universo porque todo lo hizo de la nada. Es el Creador de todo lo visible y de lo invisible, pero... ¿cómo podía este Dios decírselo a sus criaturas? ¿cómo podría hacer que esto fuese entendido?... pues simplemente mandando un emisario.

No fue un ángel, no fue un profeta, fuiste tú, su propio Hijo, tu, Jesús.

Como nos dice San Pablo: - "Fue la propia imagen de Dios, mediador entre Este y los hombres y la razón y meta de toda la Creación. Él existe antes que todas las cosas y todas tienen su consistencia en Él. Es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia Católica. Es el principio, el primogénito, para que sea el primero en todo". Así se expresa San Pablo de ti, Jesús mío y en esa creencia maravillosa vivimos.

Cuando fuiste interpelado por Pilato diste tu respuesta clara y vertical: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos... PERO MI REINO NO ES DE AQUÍ". Entonces Pilato te dijo: "Luego... ¿tú eres rey?. Y respondiste: - "Tú lo dices que soy rey. Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la Verdad, escucha mi voz. (Juan 18,36-37).
Jesús... tú hablabas de un Reino donde no hay oro ni espadas, donde no hay ambiciones de riquezas y poder. Tu Reino es un reino de amor y de paz.

Un Reino que los hombres no entendieron y seguimos sin entender porque lo que tú viniste a enseñar no está en el exterior sino en lo más profundo de nuestro corazón.

Pertenecer a este Reino nos hace libres de la esclavitud del pecado y de las pasiones.

Pertenecer a este Reino nos hace súbditos de un Rey que no usa la ley del poder y del mando sino del amor y la misericordia.

Diariamente pedimos "venga a nosotros tu Reino".... y sabemos que en los hombres y mujeres de bien, ya está este Reino, pues el "Reino de Dios ya está con nosotros" (Lc.17, 20-21.

El domingo, la Iglesia celebra a "CRISTO REY". A ti, Jesús, que pasaste por la Tierra para decirnos que "REINAR ES PODER SERVIR Y NO SERVIRSE DEL PODER".

Que viniste para ayudar al hombre y bajar hasta él, morir con él y por él, mostrándonos el camino hacia Dios.

¡VENGA TU REINO, SEÑOR!

¡Viva Cristo Rey !

SER FELIZ

SER FELIZ

Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro.  A partir de aquel instante comenzó a buscarla.

Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.
En un recodo del camino vio un letrero que decía:
"Le quedan dos meses de vida".
Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo:
- Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean.

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.
Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.
Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión.  Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser ÉL: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total.
Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."
Ser Feliz, es una actitud.
"Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando"

De "El Alquimista" - Paulo Coelho

SANTA ISABEL DE HUNGRIA , 17 DE NOVIEMBRE


Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Isabel de Hungría, Santa
Viuda, 17 de noviembre de 1231
Isabel de Hungría, Santa
Viuda
Noviembre 17



A los cuatro años había sido prometida en matrimonio, se casó a los catorce, fue madre a los quince y enviudó a los veinte. Isabel, princesa de Hungría y duquesa de Turingia, concluyó su vida terrena a los 24 años de edad, el I de noviembre de 1231. Cuatro años después el Papa Gregorio IX la elevaba a los altares. Vistas así, a vuelo de pájaro, las etapas de su vida parecen una fábula, pero si miramos más allá, descubrimos en esta santa las auténticas maravillas de la gracia y de las virtudes.

Su padre, el rey Andrés II de Hungría, primo del emperador de Alemania, la había prometido por esposa a Luis, hijo de los duques de Turingia, cuando sólo tenia 11 años. A pesar de que el matrimonio fue arreglado por los padres, fue un matrimonio vivido en el amor y una feliz conjunción entre la ascética cristiana y la felicidad humana, entre la diadema real y la aureola de santidad. La joven duquesa, con su austeridad característica, despertando el enojo de la suegra y de la cuñada al no querer acudir a la Iglesia adornada con los preciosos collares de su rango: “¿Cómo podría—dijo cándidamente—llevar una corona tan preciosa ante un Rey coronado de espinas?”. Sólo su esposo, tiernamente enamorado de ella, quiso demostrarse digno de una criatura tan bella en el rostro y en el alma y tomó por lema en su escudo, tres palabras que expresaron de modo concreto el programa de su vida pública: “Piedad, Pureza, Justicia”.

Juntos crecieron en la recíproca donación, animados y apoyados por la convicción de que su amor y la felicidad que resultaba de él eran un don sacramental: “Si yo amo tanto a una criatura mortal—le confiaba la joven duquesa a una de sus sirvientes y amiga—, ¿cómo debería amar al Señor inmortal, dueño de mi alma?”.

A los quince años Isabel tuvo a su primogénito, a los 17 una niña y a los 20 otra niña, cuando apenas hacía tres semanas había perdido a su esposo, muerto en una cruzada a la que se había unido con entusiasmo juvenil. Cuando quedó viuda, estallaron las animosidades reprimidas de sus cuñados que no soportaban su generosidad para con los pobres. Privada también de sus hijos, fue expulsada del castillo de Wartemburg. A partir de entonces pudo vivir totalmente el ideal franciscano de pobreza en la Tercera Orden, para dedicarse, en total obediencia a las directrices de un rígido e intransigente confesor, a las actividades asistenciales hasta su muerte, en 1231.

ORACIÓN A SANTA ISABEL DE HUNGRIA - POR LA PACIENCIA Y TEMPLANZA


miércoles, 16 de noviembre de 2011

PARÁBOLA DE LOS LEPROSOS ESPIRITUALES

Parábola de los leprosos espirituales
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB



El Maestro se dirige esta vez a unos leprosos. Los curó a todos. Tan sólo uno fue a darles las gracias porque le había permitido con su curación formar parte de la comunidad, asistir a los cultos  del Templo y ser un una persona completamente normal y  purificada por su fe.

Este que fue a darle gracias era samaritano.

¿ Qué tuvo de particular este hombre?
 -    En primer lugar, que se curó de la lepra, y , en segundo lugar, que sintió  la purificación que solamente proviene de la fe.

¿Cuáles son los leprosos en la actualidad?
-    Son todos aquellos que se miran el ombligo como seres especiales y no tienen para nada en cuenta a  Dios.
-    Son los leprosos del espíritu. Hay muchos y, lo malo es, que ni siquiera se dan cuenta de que padecen esta enfermedad.

Son ciegos que guían a otros ciegos. Me sienta mal que, viviendo ya  el pleno reinado de Dios,  se encogen de  hombros y tiran para adelante sin fe ni ilusión que den  sentido a sus vidas. Hay muchos leprosos espirituales en nuestra sociedad.¡ Más de lo que os podéis imaginar!

El Samaritano que vino a verme, quedó sano de su lepra y también purificado en su mundo interior, el mundo de la fe.
-¿ No te das cuenta de que puedes estar enfermo de lepra espiritual?

O
RACIÓN DEL MAESTRO:
 Padre, hoy han venido a  mi algunos leprosos para que los curara. Lo he hecho en tu nombre. Pero tan sólo  uno, el Samaritano, ha venido a darme las gracias.  A éste, además de darle la curación de su mal físico, le he dado la curación de su alma porque tenía una  fe profunda.
Haz, Padre, que mi Iglesia sepa anunciar tu mensaje y curar con su palabra – la nuestra –  a muchos que tienen el alma en malas condiciones.

PRECES
-    Por  la juventud: para que , desde sus años jóvenes, comprenda el amor de Dios por la curación material y espiritual, roguemos al  Señor
 -    Por tus intenciones

Con amor hoy te decimos: Padrenuestro

¿Vida o Muerte?

¿Vida o Muerte?

El aborto es la muerte de un niño o niña en el vientre de su madre producida durante cualquier momento de la etapa que va desde la fecundación (unión del óvulo con el espermatozoide) hasta el momento previo al nacimiento.

Se habla de aborto espontáneo cuando la muerte es producto de alguna anomalía o disfunción no prevista ni deseada por la madre; y de aborto provocado (que es lo que suele entenderse cuando se habla simplemente de aborto) cuando la muerte del bebé es procurada de cualquier manera: doméstica, química o quirúrgica.

Los defensores del aborto han procurado cubrir su naturaleza criminal mediante terminología confusa o evasiva, ocultando el asesinato con jerga como "interrupción voluntaria del embarazo" o bajo conceptos como "derecho a decidir" o "derecho a la salud reproductiva". Ninguno de estos artificios del lenguaje, sin embargo, pueden ocultar el hecho de que el aborto es un infanticidio.

NO al Aborto! - SI a la Vida!

VEN ESPÍRITU SANTO!!!


El Bordado de Dios

El Bordado de Dios

Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando.

Yo observaba el trabajo de mi mamá desde una posición más baja que donde estaba sentada ella, así que siempre me quejaba diciéndole que desde mi punto de vista lo que estaba haciendo me parecía muy confuso.

Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: "Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición".

Me preguntaba porqué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y porqué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba. Unos minutos más tarde escuchaba la voz de mi mamá diciéndome: "Hijo, ven y siéntate en mi regazo."

Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo se veía tan confuso. Entonces mi mamá me decía: "Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Había un diseño, sólo lo estaba siguiendo. Ahora míralo desde mi posición y sabrás lo que estaba haciendo."

Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho:

"Padre, ¿qué estás haciendo?

Él responde: "Estoy bordando tu vida".

Entonces yo le replico:

"Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿por qué no son más brillantes?".

El Padre parecía decirme:

"Mi niño, ocúpate de tu trabajo... y yo haciendo el mío, un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás..."

SANTA GERTRUDIS - 16 DE NOVIEMBRE




Autor: P. Felipe Santos
Gertrudis, Santa
Mística, 16 de noviembre

Gertrudis, Santa
Noviembre 16


Etimológicamente significa “ fiel defensora”. Viene de la lengua alemana.

Esta joven, modelo y patrona de las místicas, nació en Eisleben, Alemania, en 1256. Cuando contaba solamente 5 años se le confió su educación al monasterio benedictino de Helfta. La superiora del convento era su tía santa Matilde.

Encontró un clima espiritual tan bueno que se sintió plenamente feliz.

Mientras hacía sus estudios, demostró en todas las materias una inteligencia fuera de lo común.

Su salud no era lo buena que debiera haber sido. Le apenaba no poder asistir a las oraciones de comunidad. Sin embargo, ante su mala salud física mantuvo siempre y en todo instante un enorme equilibrio espiritual e intelectual.

Al llegar los años que van del 1291 hasta su muerte, comenzó para ella una época dorada a causa de las muchas revelaciones o visiones del cielo.

Menos mal que tuvo la suerte de escribirlas todas en cinco volúmenes, en los que cuenta su experiencia mística, es decir, su continua unión con Dios.

Su mística, por otra parte, no se basa en cosas raras sino simplemente en los misterios que cada día celebra la liturgia en honor del Señor y de la Virgen.

Se abrió plenamente a los deseos de Dios y rechazó toda clase de egoísmo estéril. Fue ella la que comenzó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Su tía Matilde le preguntó a Jesús:" Señor, fuera de la Santa Hostia, ¿dónde te puedo encontrar?" Y Jesús le respondió:"Búscame en el corazón de Gertrudis".

A la santa se le atribuyen cinco libros que componen el "Heraldo de la amorosa bondad de Dios"(Comúnmente llamados "Revelaciones de Santa Gertrudis"). El primero fue escrito por amigos íntimos de la santa después de su muerte, el segundo fue escrito por la santa y los restantes fueron compuestos bajo su dirección.

Sus escritos relatan visiones, comunicaciones y experiencias místicas. Habla de un rayo de luz, como una flecha, que procedía de la herida del costado de un crucifijo. Cuenta también que su alma, derretida como la cera, se aplicó al pecho del Señor como para recibir la impresión de un sello y alude a un matrimonio espiritual en el que su alma fue como absorbida por el corazón de Jesús. Enseña al mismo tiempo que "la adversidad es le anillo espiritual que sella los esponsales con Dios".

Murió en noviembre del año 1302.

martes, 15 de noviembre de 2011

AMIGOS..

Amigos

Si tuviera millones de amigos le pediría a cada uno una moneda y seria millonario.
Si tuviera 500 mil amigos les pediría tomarnos de las manos para unir el país.
Si tuviera 200 mil amigos, fundaría una ciudad donde todo el mundo me saludaría con una sonrisa.

Si tuviera 25 mil amigos, la empresa de teléfonos me cortaría la línea cada vez que cumpliera años.
Si tuviera 6 mil amigos, me gustaría ser padrino de 6 mil niños.
Si tuviera mil amigos, tendría mil manos para mi.
Si tuviera 365 amigos, pasaría cada día del año con uno de ellos.

Si tuviera 100 amigos, tuviera cada día cien consejos.
Si tuviera 10 amigos, mi madre tendría 10 hijos más.
Si tuviera 4 amigos, tendría aseguradas cuatro manos que cargaran mi ataúd.

Si tuviera 2 amigos, seria 2 veces mas feliz...
Pero si tuviera un solo amigo, no necesitaría tener mas

PENSAMIENTOS DE MADRE TERESA DE CALCUTA

PENSAMIENTOS DE 
MADRE TERESA DE CALCUTA

Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.

No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.

El amor, para que sea auténtico, debe costarnos. 

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.

VAS A LLEGAR

¡Vas a Llegar!
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

        
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ¡Ni perfecciona la vida con una sola rectificación!¡Ni alcanza altura con un solo vuelo!

Nadie camina la vida sin haber pisado en  falso muchas veces...
Nadie recoge cosecha, sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas, ¡y abonar mucha tierra! Nadie mira la vida, sin acobardarse en muchas ocasiones... Ni se mete en el barco sintemerle a la tempestad... ¡Ni llega a puerto sin remar muchas veces!

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas... Ni recoge rosas, sin sentir sus espinas...¡Ni forma hogar sin prolongarse en otros! Nadie hace obra, sin martillar sobre su edificio... Ni cultiva amistad, sin renunciar a si mismo. ¡Ni se hace hombre, sin sentir a Dios...

¡Nadie llega a la otra orilla, sin haber ido haciendo puentes al pasar!...¡Nadie se hace un rió caudaloso, sin entroncar con muchos afluentes!¡Nadie deja su alma lustrosa sin el pulimento diario de Dios!¡Nadie se viste de príncipe, sin haberse puesto el traje de faena muchas veces!...

¡Nadie llega al final, sin que le hayan cortado el camino, muchos tramos!...¡Nadie recoge buen fruto, sin esperar la estación de lloverle y madurarlo!¡Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad!...

¡Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible!...¡Nadie conoce la oportunidad, hasta que pasa por su lado... y la dejan ir!¡Nadie encuentra el pozo de Dios, hasta caminar por la sed del desierto!...

¡Nadie acepta cargar una cruz, hasta que Dios se la acomoda!... ¡y se ve que puede resistirla!¡Nadie enciende su luz, sin haber tenido la mecha dentro mucho tiempo!Nadie se salva del naufragio, sin haberse tragado mucha agua... ni saca a relucir un sueño sin
haberle dado forma bajo sus alas... Ni crea una novedad, sin que le salte la duda de un disparate...

Ni deja de fallar cuando tiene mucho que decidir... Ni es una bujía tan segura, ¡que no sienta en algún momento deseos de retroceder! Nadie es luz que no parpadee... ni torre que no se mueva... ni pájaro que no se asuste... ni vida que no se atemorice... ni fortaleza que  todo lo resista...

Pero nadie deja de llegar, cuando tiene la claridad de un don... El crecimiento de su voluntad...la abundancia de la vida... El poder para realizarse... ¡Y el impulso de Dios!
¡Nadie deja de arder con fuego dentro!...
Nadie deja de llegar, cuado se lo propone!
"Si saca todo lo que tienes...
"¡Vas a llegar!"

EL JESÚS DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA


Autor: Teresa de Calcuta | Fuente: Catholic.net
El Jesús de Madre Teresa de Calcuta
Conoce cómo describía a Jesús, quién era para ella....para que sea lo mismo para ti.




 
El Jesús  de Madre Teresa de Calcuta

Para mí, Jesús es
El Verbo hecho carne.
El Pan de la vida.
La víctima sacrificada en la cruz por nuestros pecados.
El Sacrificio ofrecido en la Santa Misa por los pecados del mundo y por los míos propios.
La Palabra, para ser dicha.
La Verdad, para ser proclamada.
El Camino, para ser recorrido.
La luz, para ser encendida.
La Vida, para ser vivida.
El Amor, para ser amado.
La Alegría, para ser compartida.
El sacrificio, para ser dados a otros.
El Pan de Vida, para que sea mi sustento.
El Hambriento, para ser alimentado.
El Sediento, para ser saciado.
El Desnudo, para ser vestido.
El Desamparado, para ser recogido.
El Enfermo, para ser curado.
El Solitario, para ser amado.
El Indeseado, para ser querido.
El Leproso, para lavar sus heridas.
El Mendigo, para darle una sonrisa.
El Alcoholizado, para escucharlo.
El Deficiente Mental, para protegerlo.
El Pequeñín, para abrazarlo.
El Ciego, para guiarlo.
El Mudo, para hablar por él.
El Tullido, para caminar con él.
El Drogadicto, para ser comprendido en amistad.
La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga.
El Preso, para ser visitado.
El Anciano, para ser atendido.
Para mí, Jesús es mi Dios.
Jesús es mi Esposo.
Jesús es mi Vida.
Jesús es mi único amor.
Jesús es mi Todo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS!!


LA SEGUNDA TENTACIÓN

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
La segunda tentación
Esa que nos hace pensar que no ha pasado nada. O esa que nos dice que es imposible volver a empezar.
 
La segunda tentación

Llega una tentación. De avaricia o de lujuria, de envidia o de soberbia, de pereza o de egoísmo, de vanidad o de ira.

Si no estuvimos atentos, si no recurrimos a la ayuda divina, la tentación penetra, poco a poco, en el alma. Luego crece desde las pasiones, entre dudas y ansiedades. Al final, sucumbimos. Hemos pecado.

Entonces puede insinuarse la segunda tentación. Esa que nos hace pensar que no ha pasado nada. O esa que nos dice que es imposible volver a empezar. O esa que nos aparta de Dios: si hemos sido tan malos, ¿con qué cara podemos pedir misericordia?

La segunda tentación es terrible: paraliza el corazón, encadena la voluntad, hiere mortalmente la esperanza, prepara el terreno a nuevos pecados, nos aparta de Dios.

Si el pecado ha vencido en nuestras vidas, si nos ha robado la amistad con Dios y la unión con los hermanos, necesitamos más que nunca pedir la gracia del perdón. No podemos permitir que la segunda tentación nos hunda más y más en el mal cometido. No podemos dejar crecer el monstruo de la desconfianza que destruye tantas vidas. No podemos abrir las puertas al pecado diabólico por excelencia: pensar que ni siquiera Dios es capaz de perdonarnos.

Resistir la primera tentación es posible sólo con Dios. Si el pecado se hizo presente por nuestra culpa, necesitamos más que nunca volver a Dios para resistir al más terrible de los males: la segunda tentación.

Para ello, hemos de aprender a ver nuestro pecado como Dios lo ve: como la herida en un hijo. Porque para Dios el hijo no deja de serlo si está enfermo. Somos también suyos en medio del lodo del pecado.

La mirada paterna del Dios de misericordia nos da fuerzas para reemprender la lucha, para acudir al sacramento de la confesión, para amar más porque hemos sido muy amados, para perdonar a mis hermanos porque también yo, mil y mil veces, he sido perdonado...




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  • P. Fernando Pascual LC
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