Lecturas de hoy Lunes de la 34ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 27 de noviembre de 2017
Primera lectura
Comienzo de la profecía de Daniel (1,1-6.8-20):
El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, llegó a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la asedió. El Señor entregó en su poder a Joaquín de Judá y todo el ajuar que quedaba en el templo; se los llevó a Senaar, y el ajuar del templo lo metió en el tesoro del templo de su dios. El rey ordenó a Aspenaz, jefe de eunucos, seleccionar algunos israelitas de sangre real y de la nobleza, jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien formados en la sabiduría, cultos e inteligentes y aptos para servir en palacio, y ordenó que les enseñasen la lengua y literatura caldeas. Cada día el rey les pasaría una ración de comida y de vino de la mesa real. Su educación duraría tres años, al cabo de los cuales, pasarían a servir al rey. Entre ellos, había unos judíos: Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Daniel hizo propósito de no contaminarse con los manjares y el vino de la mesa real, y pidió al jefe de eunucos que lo dispensase de esa contaminación.
El jefe de eunucos, movido por Dios, se compadeció de Daniel y le dijo: «Tengo miedo al rey, mi señor, que os ha asignado la ración de comida y bebida; si os ve más flacos que vuestros compañeros, me juego la cabeza.»
Daniel dijo al guardia que el jefe de eunucos había designado para cuidarlo a él, a Ananías, a Misael y a Azarías: «Haz una prueba con nosotros durante diez días: que nos den legumbres para comer y agua para beber. Compara después nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa real y trátanos luego según el resultado.»
Aceptó la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al acabar, tenían mejor aspecto y estaban más gordos que los jóvenes que comían de la mesa real. Así que les retiró la ración de comida y de vino y les dio legumbres. Dios les concedió a los cuatro un conocimiento profundo de todos los libros del saber. Daniel sabía además interpretar visiones y sueños. Al cumplirse el plazo señalado por el rey, el jefe de eunucos se los presentó a Nabucodonosor. Después de conversar con ellos, el rey no encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y los tomó a su servicio. Y en todas las cuestiones y problemas que el rey les proponía, lo hacían diez veces mejor que todos los magos y adivinos de todo el reino.
Palabra de Dios
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Salmo
Dn 3,52.53.54.55.56
R/. A ti gloria y alabanza por los siglos
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, çbendito tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.
Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos. R/.
Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.
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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,1-4):
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
Palabra del Señor
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Comentario al Evangelio de hoy lunes, 27 de noviembre de 2017
Luis Manuel Suárez CMF
Queridos amigos:
¿A quién no le gustaría ver más allá?
La historia humana está llena de inventos para ello. Hemos inventado los catalejos, para los que van en barco. O los telescopios, para ver las estrellas… Para las cosas pequeñas existen los microscopios. Y para ver los huesos, los rayos X.
Pero aún no se ha inventado el aparato que mire el interior de las personas, los secretos del corazón, lo íntimo de lo íntimo. Quizá porque nunca se podrá inventar. O quizá porque sólo una mirada penetrante es capaz de ver, de verdad, más allá de las apariencias…
El pueblo de Israel, en su relación personal con Dios, descubrió que éste era el único que conoce cada corazón y comprende todas sus acciones. El único capaz de ver más allá. Y no sólo de ver, sino de amar. Amar más allá de los méritos, de las cualidades, de las bondades.
Jesús, Dios-con-nosotros, tenía la misma mirada penetrante que el Padre. Y el mismo amor. Por eso fue capaz de ver, en aquellos niños que molestaban, unos benjamines del Reino; y en aquel Zaqueo ruin y estafador, una promesa de generosidad; y en aquella mujer que lloraba, un anticipo de evangelizadora… y en aquella viuda que echaba dos céntimos, una entrega más generosa que la de otros.
Los amigos de Jesús estamos llamados a ver más allá de las apariencias. Ejercitando la mirada, percibiendo los detalles, desvelando lo que a otros se les oculta… Descubriendo en cada persona un hijo de Dios y en cada acontecimiento una oportunidad para la Vida.
Me vienen a la memoria los versos del Salmo 32
“El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones”.
Y me viene al corazón darle gracias porque sea así, y pedirle que a mí también me dé la gracia de ver más allá. Para mí y para todos.
Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)