MES DE JUNIO AL CORAZÓN DE JESÚS
NOVENA EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
18 DE JUNIO AL 26 DE JUNIO DEL 2014
1.- CANTO DE ENTRADA.
2.- ACTO PENITENCIAL:
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
3.- SALUDO AL CORAZÓN DE JESÚS:
¡Oh Corazón de Jesús! Que en este mes de Junio quisiste manifestar a Santa Margarita María de Alacoque las riquezas de tu Corazón, nosotros también acudimos a Ti en este mes para beber esos tesoros de gracia y dones celestiales. Amén.
4.- ALABANZAS AL CORAZÓN DE JESÚS:
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre. Te alabamos, Señor.
Corazón de Jesús, Templo del Espíritu Santo. Te alabamos Señor.
Corazón de Jesús, horno de amor a los hombres. Te alabamos Señor.
5.- LECTURA BÍBLICA Y MEDITACIÓN DEL DÍA:
DÍA 18 DE JUNIO: JESÚS Y SUS AMIGOS
“Viéndola llorar Jesús a María y que también lloraban los judíos, que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó y dijo: ¿Dónde le habéis puesto? Le responden: Señor, ven y lo verás. Jesús se echó a llorar. Los judíos entonces decían: Mirad, cómo le quería” (Jn 11, 33-37)
Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Jesús era humano, sensible a la amistad: “Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro”, dice San Juan. Pero era ésta una amistad divinamente ordenada, sometida a la voluntad de Dios y sus preceptos. Cuando le dan el recado: “Señor, aquel a quien tú quieres, está enfermo”… no se mueve de donde se encuentra. Aquella enfermedad y muerte, dijo, era para la gloria de Dios. Hace falta esperar para que esta gloria resplandezca, además de otras razones, y aguarda.
Más tarde Marta le reprocha de alguna manera su tardanza, pero Cristo no cede hasta que ésta reconoce que acta la voluntad divina. Sin embargo, ante la resignación y las lágrimas de María la entereza de Jesús se resquebraja y se desploma: “Se conmueve en su espíritu”, dice San Juan: “Jesús lloró” y más tarde todavía añade: Jesús se conmovió de nuevo en su interior.
Completa el cuadro maravilloso el espléndido milagro de la resurrección del amigo entrañable: “Dicho esto, gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, sal fuera!” Y sonriente lo entregó a las hermanas. He ahí el guión divino de las amistades humanas de Cristo. Por encima de la amistad y el amor, está Dios y su ley. Pero aun así quedo amplio margen al corazón y a los afectos humanos.
El amor y la verdadera amistad son perfectamente cristianos. Contemplémoslos en éste y en otros ejemplos de Cristo. Pero siempre sometidos y subordinados a la ley y voluntad divinas. A esta ley está sometido todo el amor humano de Cristo, hasta el más entrañable, que tuvo a su madre: ¿Quién es mi Madre y mis hermanos? (pregunta y contesta) Todo el que cumple la voluntad de mi Padre Celestial” (Mt 12, 45, 50)
DÍA 19 DE JUNIO: CRISTO Y LA JUVENTUD
“Jesús fijando en él su mirada, le amo y le dijo: Una cosa te falta, vete, vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme. Pero él, ante estas palabras, se entristeció y se marchó apenado, porque tenía muchos bienes” (Mc 10, 21-22). Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Tres contactos de Jesús con la juventud vamos a evocar. Fue el primero con la hija del Archisinagogo Jairo. Tenía 12 años, los mismos que Jesús cuando subió a presentarse, como mayor de edad, en el Templo. Pero esta joven enfermó tan gravemente, que se moría. Su padre acudió a Jesús y le apremiaba para que fuera a curarla. En efecto, fue y en presencia de sólo sus padres y de los discípulos amados, la curó. “TALITÁ KUM, que quiere decir… levántate…. Reparemos en la dulce mirada de cariño y amor de Cristo a los padres y a la hija, que se abrazan entre transportes de alegría.
El segundo contacto de Cristo con la juventud lo tenemos narrado en el Evangelio, que encabeza esta consideración. Se trata de un joven fascinante humanamente y de una religiosidad y moralidad. Por eso Cristo le miró con amor. Pero para ser su discípulo y aspirar a la perfección evangélica le falta algo: La renuncia a los bienes de la tierra. Más el joven se acordaba. Es muy rico y se retira triste. Cristo también le miraría ir con pena. ¿Le seguiría después el joven con sus riquezas? No lo sabemos. Jesús insistió a sus discípulos en la dificultad de las riquezas para su seguimiento.
El tercer contacto de Jesús con la juventud, que queremos señalar, tuvo lugar con dos jóvenes de la clase trabajadora o de la pequeña empresa pescadora. Se llamaban Santiago y Juan. Un día Jesús los encontró en la ribera del mar de Tiberíades arreglando las redes y demás aperos de la pesca. Jesús, dice San Mateo, “Les llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron”.
Santiago y Juan serán dos de los discípulos predilectos de Jesús, con Pedro y Juan, además, el discípulo “amado” por excelencia de Jesús, que le permitirá recostar la cabeza sobre su pecho en la última cena.
Ellos corresponderán al Maestro Divino con un amor decidido y ardiente, que les valdrá el sobrenombre de “BOANERGES” o hijos del trueno.
DÍA 20 DE JUNIO: JESÚS Y ZAQUEO
“Zaqueo, baja pronto, porque conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador” (Lc 19, 5-7). Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Zaqueo tenía todos los inconvenientes para acercarse y amar a Cristo. Era en primer lugar rico y ya son conocidos las duras expresiones de Jesús sobre los ricos y el reino de los Cielos.
Además Zaqueo era alcabalero o recaudador de contribuciones, que subarrendaba a los romanos a un tanto alzado, quedando con las manos libres para un mal habido negocio a costa de sus compatriotas. Estos lo odiaban y el epíteto más suave que les decían era el de pecadores.
Por lo demás, Zaqueo era de pequeña estatura, con lo que le era físicamente casi imposible acercarse, y menos hablar con Jesús, el gran taumaturgo del que oía cosas tan bellas, y al que tan ardientemente deseaba ver y conocer. Algo muy íntimo le empujaba a acercarse y entrevistarse con el Maestro. Se lo pedía a Dios en su corazón.
Pero pese a todas las dificultades, el amor de Zaqueo a Cristo y de éste a Zaqueo, superó todos los obstáculos. Zaqueo por inspiración divina tomó la delantera. Se subió a un sicómoro de junto al camino, por donde Cristo había de pasar. Y Jesús se paró, levanto la vista y la fijó en Zaqueo. Su emoción debió ser inmensa. Y ésta creció cuando oyó a Cristo: Zaqueo, baja pronto, porque es conveniente que hoy me hospede en tu casa. Y a las murmuraciones de los escribas y fariseos el Maestro contestó: no necesitan médico los sanos, sino los enfermos; no ha venido a curar a los justos, sino a los pecadores.
Y entró en la casa de Zaqueo, que le recibió con alegría inmensa. Aquellos dos corazones se comprendieron mutuamente. El Maestro le trazó la línea a seguir de arrepentimiento y reparación. Zaqueo no se quedó en la estricta justicia, pasó a la generosidad de corazón: “Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo”. Jesús respondió con este juicio sobre la conducta de Zaqueo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham.”
DÍA 21 DE JUNIO: EL MANDAMIENTO DE CRISTO: LA CARIDAD
“Este es el mandamiento mío: Que os améis los unos a los otros, como Yo os he amado. Nadie puede tener mayor amor que el que da su vida por sus amigos… Lo que os mando es que os améis los unos a los otros (Jn 15, 12, 13, 17)
Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Este mandamiento de la caridad ya existía en el A.T., pero Cristo le añadió tales ampliaciones y detalles, que salió de sus manos “nuevo” y especialmente “suyos”. Este mandamiento ya existía; pero Él lo colocó en el corazón de su Iglesia y como distintivo de sus discípulos. El que no lo posea no será auténtico cristiano.
San Pablo lo ha matizado en sus epístolas, especialmente en la Primera a los Corintios, Capítulo 13. Para él es el cambio más excelso del cristiano. Supera al mismo de los carismas. Presenta la caridad como superior a todas las virtudes y gracias de Dios, que se perpetúa y acrece en la eternidad.
Pero quizá sea San Juan quien, a fuerza de repetirlo, haya clavado más esta virtud en el Corazón de la Iglesia primitiva y de todos los siglos: “Es que, repetía a los primitivos cristianos, es el mandamiento del Señor”.
Y en sus Epístolas añade primores a esta Caridad de Cristo. Recordemos algunos de sus detalles: “Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad” (1 Jn 3, 18). Bueno es el afecto, excelentes las palabras; pero el amor auténtico y verdadero es el de las obras.
Alguien ha escrito: “El amor se ha de poner en las manos” y nuestro viejo refrán afirmaba; “Obras son amores y no buenas razones”. Como hace nuestro Maestro divino ofrezcamos a Dios ya los hermanos, además del afecto y las palabras, nuestras obras, y si esas obras son grandes y heroicas, si es la muerte, nuestro amor y caridad, como el de Cristo, será el máximo, que se puede dar.
DÍA 22 DE JUNIO: CRISTO INSTITUYE EL SACRAMENTO DEL AMOR
“Y tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi Cuerpo, que va a ser entregado por vosotros, haced esto en memoria mía. De igual modo, después de cenar, tomó el Cáliz, diciendo: Este Cáliz es la Nueva Alianza en mi Sangre, que va ser derramada por vosotros” (Lc 22, 19.20)
Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Jesús nos había tomado inmenso cariño. ¡Había vivido tanto con nosotros! Inventó marcharse, quedándose al mismo tiempo con nosotros. Este invento divino es la Eucaristía.
Este quedarse de Cristo con nosotros no es un simbolismo, ni una concepción mental, ni menos una comedia, como dicen los protestantes. Lo ha definido el Tridentino al decir que Cristo está en la Eucaristía “real, verdaderamente y substancialmente”. Y en otra parte añade que se ha quedado con nosotros para realizar aquellas palabras de Cristo en el Evangelio: “Venid a mí todos los que están fatigados y agobiado, y yo los aliviaré” (Mt 11, 28).
Vayamos a Él en nuestras necesidades espirituales, por supuesto, pero también en las materiales. Cristo no hace excepciones. Él quiere ser nuestro remedio universal. Símbolo sublime de este acercamiento a Jesús Eucarístico en demanda de lo material, es aquella Santa española, la Madre Sacramento, que dé pie junto al Sagrario, coloca amorosamente su mano sobre Él, mientras dice a Jesús: “las que amas, hoy no tienen que comer”. Jesús no dejó fallida la fe y confianza de su sierva.
Pero indudablemente la Eucaristía, presencia amorosa de la santidad misma entre nosotros, es ante todo el río y la fuente donde han nacido, han crecido y se han desarrollado plenamente las almas, las instituciones y los movimiento espirituales de la Iglesia.
Un ejemplo concreto lo tenemos en la Devoción al Corazón de Jesús. La Eucaristía es su centro vital, donde tiene más cerca de su objeto, que es el Amor de Cristo, callado, oculto, velado; pero real, verdadera y substancialmente presente bajo las especies sacramentales.
DÍA 23 DE JUNIO: JESÚS ORA POR SU IGLESIA
“No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno. Como Tú, Padre, en Mí y yo en Ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado” (Jn 17, 20,21). Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Esta es la llamada oración Sacerdotal de Cristo. En ella pide por su Iglesia. Por la pequeña, que tiene delante, y por la dilatada y católica, que divisa con lontananza.
¡Con delicadeza y cariño lo hace! Al fin y al cabo es su Esposa, por la que va a derramar su sangre y dar su vida, en la suprema prueba del amor. Por otra parte es su Cuerpo Místico. En él, como dirá el Apóstol, Cristo es la Cabeza, la Jerarquía y los fieles, los miembros. ¡Qué cabeza no amará a sus miembros y se desvivirá por ellos!
Pero lo que más duele y siente un cuerpo es la amputación de un miembro. Esta es la nube oscura, que entristece el espíritu y el Corazón de Cristo, las divisiones, las herejías y cismas de la Iglesia. El con su ciencia divina y aun con su ciencia infusa penetraba en el porvenir de la historia de la Iglesia y veía su manto rasgado en mil pedazos y fracciones.
Esta fue, sin duda, una de las realidades, que más laceraron el Corazón de Cristo, tanto en la Oración del Huerto, como después a lo largo de toda su pasión y Muerte. Nada extrañaba la insistencia de Cristo en pedir a su Padre la unidad de su Iglesia: “Que todos sean uno”. Esta oración ecuménica en su sentido más amplio, ha de ser una respuesta de amor y reparación, que debemos dar al Corazón de Cristo. Roguemos, con sentido misionero, por los miembros potenciales de la Iglesia, que son los paganos y los ateos.
Pidamos de una manera especial con sentido ecuménico, por ese inmenso mundo del Cisma y la Herejía – Hermanos Separados – para que vengan aun visiblemente a incorporarse en la Iglesia Católica, según la voluntad divina. Y roguemos también por ese mundo católico del pecado, para que se arrepientan y formen en la Iglesia de Cristo, no sólo externa y corporalmente, sino sobre todo espiritualmente y de corazón. Esta es la unidad, que Cristo quiere y pide para su Iglesia, la que es imitación de la unidad divina entre el Padre y el Hijo, en el Espíritu Santo. Amén.
DÍA 24 DE JUNIO: AGONIZA EL CORAZÓN DE CRISTO
“Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo comenzó a entristecerse y angustiarse. Entonces les dijo: Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco dijo…: Padre mío, si es posible, pases de mí este Cáliz. (Mt 26, 37-39; Lc 22, 47 ss). Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
El Evangelio agota el léxico para expresar la angustia infinita de Cristo en esta noche: “Jesús empezó a entristecerse y angustiarse, a atemorizarse y acongojarse” y añade: “triste está mi alma hasta la muerte”. ¿Cuál es la causa de este derrumbamiento moral de la psicología más entera, que jamás ha existido, ni existirá sobre la tierra?
No es una ficción, Cristo sufrió real y verdaderamente. Dejemos a la Dogmática su explicación. Nosotros nos quedamos con el hecho incontrovertible. Muchas causas señalan los autores a esta pena inmensa de Cristo: La pasión terrible, que se avecina y que se abalanza sobre Él como una manada de toros furiosos, a decir del Salmista.
La defección y traición de sus discípulos en su Pasión y a lo largo de la Historia de la Iglesia. El Martirio de su Cuerpo Místico o Iglesia a través del tiempo y del espacio… Pero hay algo que hiere y afecta más personalmente al Corazón de Cristo. Según una doctrina profunda del Antiguo y Nuevo Testamento, Jesús entra en su Pasión cargado y como revestido con los pecados todos de los hombres.
Estos pecados son tantos, tan repugnantes y pegadizos, que le forman, penetran en su ser, se meten en la médula de su alma y Cristo, como dice San Pablo le contempla así compenetrado con nuestros pecados y aparta de él como asqueado su mirada. La sensación de tantas y distintas iniquidades le causan náuseas impredecibles. Su mismo Padre le contempla así compenetrado con nuestros pecados y aparta de Él como asqueado su mirada.
Es la impresión que da la queja amorosa de Cristo a su Padre en la cumbre del Calvario “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?” El único consuelo a este inmenso dolor es nuestra reparación. El mismo Cristo lo indicó, en esta noche triste: “Quedaos aquí y velad conmigo”. Reparemos el Corazón de Cristo. El hecho ha pasado veinte siglos; pero nuestra oración y reparación tienen efecto retroactivo. Ojalá que, cuando el Ángel consoló a Cristo, descubriendo ante su vista el porvenir, le haya llevado una brisa de consuelo y amor nuestro.
DÍA 25 DE JUNIO: JESÚS ES TRAICIONADO
“El llamado Judas, uno de los doce, iba el primero y se acercó a Jesús para darle un beso. Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? ( Lc 22, 47 ss)
Palabra de Dios…
MEDITACIÓN:
Bien se ha dicho que la corrupción del mejor, es la peor. En el ejemplo de Judas es trágicamente evidente esta realidad. Y añade detalles de una bajeza moral repugnante: hipocresía, ironía y beso traidor. ¡Que sentimiento tan doloroso el de Cristo al advertir sobre su rostro santo el veneno de aquel reptil humano!
Pero se sobrepuso y dio una muestras de infinito dominio y bondad: “ Judas, con un beso entregas al hijo del Hombre?” Fue un rayo de amor del Corazón de Cristo al corazón de Judas. ¡Que hubiera sucedido si Judas se hubiera agarrado a este cable tendido por el amor!
La deserción de los allegados, de sus sacerdotes y almas consagradas a su servicio, constituye la gran pena del Corazón de Jesús. “He aquí este Corazón – dijo Santa Margarita María – que tanto ha amado a los hombres, que nada ha ahorrado hasta agotarse en amor. Y en reconocimiento no recibo más que ingratitudes.”
Pero hay algo todavía más lamentable e hiriente en esta línea. Por eso añadió: “Lo que todavía me es más sensible, es que son corazones que me están consagrados, los que así me tratan”. El hecho es tan evidente y triste, que no admite comentario. La traición de los amigos, de los íntimos, siempre será la puñalada más lacerante.
Nada extraño que el Corazón de Jesús haya pedido siempre especiales desagravios y reparaciones en este sentido: “Cárgate (dijo un día Cristo a Santa Margarita María de Alacoque) con este peso; viene lágrimas de dolor por la insensibilidad de esos corazones, que yo había escogido para consagrarlos a mi amor”. La Santa triunfó; pero añade: “fue necesario sufrir mucho antes de conseguirlos”
DÍA 26 DE JUNIO: JESÚS MUERE PERDONANDO
“Llegando al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a Él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…” (Lc 23, 33, 34) .Palabra de Dios...
MEDITACIÓN:
El Corazón se manifiesta al exterior por las palabras. ¡Que bueno – por consiguiente – debe ser el Corazón de Cristo!
Siete palabras salieron de su boca en la Cruz, Siete rosas encendidas de amor a los hombres y a Dios. Recordemos algunas de ellas.
Primera, a su Padre por los hombres: “Padre, perdónalos”, a todos, sin excluir a nadie; y tiene la sublime elegancia espiritual de añadir una excusa: “Porque no saben lo que hacen”. Sí lo sabíamos; pero el amor le ciega.
La Segunda palabra la dirigió a un particular. Óyela tú como dicha a ti: “En verdad te digo – dijo al buen ladrón – que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Confía siempre en el Corazón de Jesús hasta en el postrer momento y en el abismo del pecado. Su misericordia no tiene límites.
De nuevo vuelve a hablar. Esta tercera palabra va dirigida a su Madre. Le da un encargo dulcísimo para ti: “Mujer, le dice, he ahí a tu hijo” e hija. Por esta palabra, María solemnemente fue proclamada Madre Mía, tuya y de todos los hombres. ¡Corazón de Jesús, gracias por tal regalo!
Omitimos otras palabras y nos fijamos en la última, que Jesús dirige a su Padre Celestial. Ojalá podamos todos pronunciarla dulce y tranquilamente en nuestro último momento: “Padre, en tus manos entrego mi espíritu”.
Después Cristo – flor de la Humanidad – inclinó su cabeza y quedó como una azucena que se marchita en el jardín… Su Cuerpo y Alma separados, desgarrados; pero unidos ambos al Verbo y a la Divinidad. Aun muerto, la sublime y dulce figura de su Corazón atrae nuestros corazones. “Y yo dice, cuando fuere levantado de la tierra a todos atraerá hacia mí”.
Vayamos, caminemos sin cesar a Cristo en la lectura evangélica de la meditación, en la Eucaristía…. Hasta identificarnos con Él, hasta cristificarnos…
6.- ACTOS DE DESAGRAVIO AL CORAZÓN DE JESÚS:
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza del soldado. Te desagraviamos, Señor.
Corazón de Jesús, herido por los pecados de los hombres. Te desagraviamos, Señor.
Corazón de Jesús, ofendido por las almas consagradas. Te desagraviamos, Señor.
Corazón de Jesús, ofendido por las injusticias de los hombres. Te desagraviamos, Señor.
7.- CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS:
¡Señor mío y Dios mío Jesucristo! Adoro reverentemente tu Corazón, inflamado de amor nuestro y herido por nuestros pecados. Quiero ratificar cada día mi consagración bautismal a Ti y servirte fielmente según ella por amor.
Me uno a tus designios de redención y salvación y quiero hacer del Sacrificio de la Cruz y de la Misa el centro de mi vida, que me impulse a creer en tu amor y cooperar a la expansión de tu Reino en nuestra Patria y en el mundo entero.
¡Oh Jesús, vivo y glorioso en el Cielo y en el Sagrario! Me consagro todo a Ti, confío plenamente en Ti todos los momentos de mi vida, y, sobre todo, en la hora de mi muerte, que acepto humildemente, desde este momento, como la mayor muestra de acatamiento y gratitud al amor de tu Corazón.
¡Oh Corazón de Jesús, me entrego todo a Ti por manos de tu Madre! Espero que no quedará defrauda mi esperanza. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío! Amén.
8.- PETICIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:
- Por el Papa Francisco, supremo Pastor de la Iglesia – Roguemos al Señor -
- Por la Iglesia, para que se renueve constantemente en el amor a Dios – Roguemos al Señor.
- Por las vocaciones sacerdotales y religiosas – Roguemos al Señor –
- Por los Padres Oblatos de San José – Roguemos al Señor –
- Por los enfermos del alma y cuerpo, para que encuentren en el Corazón de Jesús el alivio a sus enfermedades – Roguemos al Señor –
- Por la paz en el mundo entero – Roguemos al Señor –
- Por nosotros aquí reunidos, para que aprendamos a ser mansos y humildes de corazón – Roguemos al Señor –
- Por el Reinado del Corazón de Jesús, en la Iglesia, mi Patria y el mundo entero – Roguemos al Señor -
9.- CONSAGRACIÓN DIARIA DEL HOGAR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:
REDENTOR Y MAESTRO MIO JESUCRISTO,
Te doy gracias por tu bondad,
Te pido perdón por mis faltas,
Quiero y deseo ser siempre tuyo.
PARA REPARAR pecados y sacrilegios,
Olvidos y tibiezas,
Y todas mis ingratitudes.
OFREZCO MI HOGAR a tu Corazón Sagrado.
¡Ven a morar aquí
Como en la casa de un amigo fiel!
QUIERO trabajar y descansar contigo,
Orar y padecer contigo,
Salvar las almas contigo.
POR LA VIRGEN, MI MADRE, te suplico,
Que siempre encuentres aquí
Un corazón que viva para amarte,
Y el cual puedas descansar. Amén.
10.- PRECES DE DESPEDIDA:
- El soldado abrió con la lanza el costado de Cristo.
- Y al punto salió sangre y agua.
Oremos: ¡Oh Padre Eterno! Que depositaste en el Corazón de tu Hijo los tesoros de la sabiduría y de la gracia; te rogamos, que de este Corazón, abierto por la lanza del soldado, caigan toda suerte de gracias y bendiciones sobre la humanidad, la Iglesia y nuestras almas. Amén.
11.- CANTO FINAL.