10 ideas para calmar los nervios
Recopilemos ideas para afrontar eventos que nos ponen especialmente nerviosos: citas, entrevistas, exámenes, días especiales, etc. Si te sientes especialmente tenso, espero que alguna de estas sugerencias te sea útil. Pocos días antes del evento
1. Identifica qué te preocupa
Cuando el miedo se apodera de ti, el evento venidero se transforma en una masa terrorífica difusa.
Es hora de ser objetivo. Pregúntate qué te estresa exactamente:
¿Quedarte en blanco? ¿Que te hagan preguntas difíciles? ¿Que alguien se ría?
Repasa mentalmente esos pequeños desastres. Te darás cuenta de que parte de tus nervios se deben a las exageraciones en las que te hace caer el miedo.
Quita importancia a eso que temes. Trivialízalo. Si puedes, añádele algo de humor. Y trata de convencerte de que tú tienes “arte” para salir airoso de cualquier inconveniente. ¿Acaso no lo has hecho otras veces?
2. Practica
Está bien. Quizás no tengas todo el “arte” que te gustaría. Entonces, ¿por qué no preparas el evento a conciencia? Por ejemplo: Si es un examen, estudia más. Si es una entrevista, simula alguna. En otro caso, haz un plan o simulacro con algún amigo.
Planea, lee, investiga, pide asesoramiento y entérate de la experiencia de gente que haya pasado por la misma situación.
Cuanto mejor estudies y planees el caso, y cuanto más te expongas, más preparado estarás para afrontar ese momento difícil.
3. Cuídate cuanto puedas
Quedan días para ese evento y prepararte para él hará que lo afrontes mejor, pero servirá de muy poco si dejas de cuidar de ti.
La preparación sin energía no llega muy lejos. Así es que no pases por alto tus horas de sueño y de comida. Haz ejercicio y también incluye algún ratito de esparcimiento.
4. Ocúpate en otras cosas
Practica actividades que se relacionen poco con el evento que te tiene de los nervios. También pueden servirte para desconectar.
5. Haz algo divertido
Dentro de esas actividades, que no falten aquéllas que te hagan reír o, en general, que te hagan sentir muy bien.
Baila, pasea por la playa, visita a un amigo y recordáis anécdotas divertidas, etc. Lo que se te ocurra. Así, hasta que llega el “gran día”. ¿Se desbocarán los nervios? ¡Nada de eso!
6. Respira
Llega el día del evento… Hoy es el gran día. Una buena manera de empezarlo es respirando tranquilamente. Tómate unos instantes para respirar sin pensar en nada más. Si tienes la ocasión, medita, pasea o haz algo de ejercicio.
Yo he comprobado que esto es muy útil. Porque experimentas sensaciones de calma que puedes evocar en los momentos en los que la tensión pretende apoderarse de ti. Si no sabes cómo llegar a ese estado de calma, es más difícil controlar los nervios en las situaciones más tensas.
7. Arréglate para la ocasión
Elige un atuendo con el que te sientas cómodo, que te siente bien y que sea apropiado para la situación.
En este punto, lo que más te ayudará es que te gustes cuando te mires al espejo antes de salir de casa. Eso da un plus de confianza.
8. Tómate tiempo
Para respirar, ejercitarte, arreglarte, alimentarte y desplazarte donde sea que tengas que ir. No llegues tarde. Eso te haría estar más tenso. Al contrario, puedes llegar un poquito antes de la hora “H”, para familiarizarte con el lugar (si no lo conoces).
9. Aprovecha los nervios
¿Sigues un poquito nervioso? Sientes ese cosquilleo porque te enfrentas a algo que te importa. Es natural… Es más, estar algo nervioso es positivo, ya que puedes sacarle provecho a esa adrenalina que corre por tu cuerpo. Estás totalmente despierto, alerta, con tus cinco sentidos aguzados.
No hablamos de nervios desbocados o un miedo paralizante, sino una situación sobre la que tienes control.
10. Sé positivo
Dítelo a ti mismo: La situación está controlada. ¡Puedes hacerlo! Eres tú (tu aliado incondicional) quien tiene que inyectarte algo de confianza. ¿No puedes?
Si, justo a la hora de la verdad, crees que el asunto se te va de las manos, acude al viejo truco de ir al baño (o a cualquier lugar donde puedas pasar a solas unos instantes).
Ve allí. Respira con calma. Y recuérdate que tú puedes con esto.
Vuelve también a recordarte que es mucho peor lo que imaginas que lo que puede suceder en realidad.
Bueno, así es en muchas ocasiones, ¿o no?
Nota:
Este artículo me llegó por correo de parte de una persona amiga. No consta quién es el autor. He procedido a transcribirlo sin cambiar nada del texto original. Pero ahora, al final, se me ocurre adecuado agregar un consejo más, el número 11 (o tal vez debería ser el primero): Reza. Encomiéndate a Dios y a la Virgen para que te ayuden a superar los nervios y te acompañen en la actividad que vas a realizar… No creo que exista mejor ayuda.
Felipe