miércoles, 26 de febrero de 2020

CORONAVIRUS: EL PAPA FRANCISCO REITERA SU CERCANÍA CON LOS ENFERMOS












Coronavirus: El Papa Francisco reitera su cercanía con los enfermos
Y con los que los asisten y tratan de frenar el contagio



(zenit – 26 febrero 2020).- Durante la audiencia general, celebrada hoy, 26 de febrero de 2020, en la plaza de San Pedro el Papa Francisco ha reiterado su “cercanía” a los afectados por el coronavirus.

Igualmente, el Santo Padre extendió esta proximidad “a los operadores sanitarios, a las autoridades civiles y a todos aquellos que han trabajado para asistir a los pacientes y frenar el contagio”.

En la catequesis de hoy, Francisco ha reflexionado en torno al comienzo de la Cuaresma, al tiempo que Jesús pasó en el desierto, retirándose para orar y ayunar y donde fue tentado por el diablo y sobre el significado del “desierto espiritual”.

Más casos en el mundo

La Comisión Nacional de Salud de China ha comunicado en un nuevo informe las novedades referentes al coronavirus. Según este documento, el número de muertes provocadas por el Covid-19 en el país asiático asciende ya a 2.663.

La rapidez con la que se extiende la enfermedad ha provocado que varios países cierren sus fronteras con China y también con Irán, donde en los últimos días ha crecido el número de víctimas mortales. En Kuwait, Afganistán, Irak, Líbano, Israel y Baréin se han detectado los primeros casos de la enfermedad.

Italia y el Vaticano

En Italia, una mujer del norte del país que estaba de vacaciones en Palermo, en la isla de Sicilia, es el primer caso registrado en el sur. El virus ha llegado también a Toscana, donde dos hombres han dado positivo, y a Liguria. En este país han muerto siete personas y 283 se han infectado. Las regiones afectadas son: Lazio, Lombardía, Emilia Romaña, Véneto, Piamonte, Toscana y Sicilia.

Ante esta situación, el Vaticano ha previsto algunas medidas preventivas, como la de posponer algunas citas organizadas en lugares cerrados con significativa presencia pública.

CUARESMA


Cuaresma



La Cuaresma es un regalo anual de Dios, para que hagamos un alto en el camino de la vida y verifiquemos si andamos en la dirección correcta, purifiquemos nuestra conciencia y renovemos nuestra fidelidad a la alianza bautismal. Así, con la mirada en el proyecto de felicidad y santidad que el Señor pensó para nosotros, retornemos a lo más puro de nuestra identidad cristiana: a nuestra condición de hijos de Dios y hermanos de todos los hombres.

“¡Queridos hijos! En este tiempo cuaresmal de gracia, los invito a abrir sus corazones a los dones que Dios desea darles. No se cierren: con la oración y la renuncia digan sí a Dios y él les dará en abundancia. Así como en la primavera la tierra se abre a la semilla y da el ciento por uno, así también el Padre Celestial les dará en abundancia. Hijitos, yo estoy con ustedes y los amo con amor tierno. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!” (María Reina de la Paz)

¿Cuál es el camino concreto de Cuaresma? El diálogo personal con Dios mediante la oración, la lectura y meditación de la Palabra de Dios, el ayuno corporal, el control de los vicios, frivolidades y gastos superfluos, una mayor generosidad en compartir lo que tenemos, el visitar a los enfermos y a los que están solos, el socorrer a los que sufren a nuestro alrededor, etc. Estas semillas de buena voluntad el Señor te las retribuirá con abundancia.


* Enviado por el P. Natalio

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES DE CENIZA, 26 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de Ceniza
Hoy, miércoles, 26 de febrero de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel (2,12-18):

AHORA —oráculo del Señor—,,
convertíos a mí de todo corazón,
con ayunos, llantos y lamentos;
rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos,
y convertíos al Señor vuestro Dios,
un Dios compasivo y misericordioso,
lento a la cólera y rico en amor,
que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá
dejando tras de sí la bendición,
ofrenda y libación
para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sion,
proclamad un ayuno santo,
convocad a la asamblea,
reunid a la gente,
santificad a la comunidad,
llamad a los ancianos;
congregad a los muchachos
y a los niños de pecho;
salga el esposo de la alcoba
y la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes,
servidores del Señor,
y digan:
«Ten compasión de tu pueblo, Señor;
no entregues tu heredad al oprobio
ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes:
«Dónde está su Dios»?
Entonces se encendió
el celo de Dios por su tierra
y perdonó a su pueblo.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,20–6,2):

HERMANOS:
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice:
«En el tiempo favorable te escuché,
en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 26 de febrero de 2020
Pepe Lillo, cmf



El Miércoles de Ceniza se me asemeja al paso de una frontera, una puerta de embarque, un cambio de destino (para quienes por oficio o estado de vida nos toca de vez en cuando), si quieres hasta un agujero en el tiempo. Un antes y un después. Un acceso que nos empuja a un ámbito de la fe sin retorno al instante anterior; instante en el que nuestras rutinas, ataduras y aparentes albedríos sometidos a los criterios y valores del mundo que pisamos, nos tienen sumidos en el caos de cada jornada. Un antes y un después de la celebración de la ceniza.

Un antes que nos da pereza dejar: las calles de nuestra vida con sus recorridos habituales; nuestros escaparates de atractivo; nuestros ritmos de trabajo, ocio, pasión, indiferencia, tedio, ansiedad, palabrería, orden y desorden… pero es el mundo que conozco y que creo dominar a mi antojo, que recorremos a diario tú y yo bajo el principio de “sacar el máximo placer a la vida”.

No quisiéramos llegar a esa puerta de embarque en que la nostalgia de los recuerdos de lo vivido se agolpan en el sentimiento de abandono de las propias seguridades; dejar atrás todo aquello que acaparó nuestra dedicación y esfuerzo a cambio de comenzar un tiempo nuevo de la vida, es siempre incómodo e incierto. Las despedidas se alargan inútilmente, las lágrimas si las hubiere, remedian poco la soledad de la decisión por hacerse al necesario embarque en la respuesta a la llamada que se nos hace. Y la puerta, el paso, el instante, el cambio de vida… El MIÉRCOLES DE CENIZA están ahí de manera irremediable.

La llamada para embarcar en una conversión y cambio reales, interiores, transformadores de tu mundo, significativos en tu vida… está ahí de manera ineludible.

Puedes escenificar todo lo que quieras la batalla entre don carnal y doña Cuaresma, pero el momento y la toma de decisión no tienen vuelta. Prepara el visado de tu “Limosna, Oración y Ayuno”. No valen falsificaciones, apariencias, fingimientos ni obras de mala calidad; en la puerta de acceso está ese Padre que sin “escáner” ve en lo escondido de cada corazón.

¡Ánimo! Comienza la gran aventura de la Cuaresma.

Pepe Lillo cmf.

¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?


Miércoles de Ceniza
Fuente: Aciprensa



Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

Tradición

En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.

Significado simbólico de la Ceniza

La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.

PAPA FRANCISCO: CUARESMA ES TIEMPO DE APAGAR LA TELEVISIÓN Y ABRIR LA BIBLIA


Papa Francisco: Cuaresma es tiempo de apagar la televisión y abrir la Biblia

Antoine Mekary | ALETEIA
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Hoy, miércoles de cenizas, el Pontífice instó en Cuaresma a buscar el silencio del corazón


El papa Francisco pidió a los fieles apagar el celular y conectarse con el Evangelio, pues, recordó Cuaresma es un tiempo para guardar silencio en el corazón. Lo dijo durante la audiencia general de este miércoles, 26 de febrero de 2020, en la Plaza de San Pedro. 
Hoy, en el comienzo de la Cuaresma, el Papa predicó sobre el significado “espiritual del desierto” e invitó seguir a Jesús en este itinerario de oración, de ayuno, silencio y  donde fue “tentado por el diablo”. 

En su predicación, el Papa recordó que en la Biblia, de hecho, al Señor le encanta hablarnos en el desierto. En el desierto le da a Moisés las “diez palabras”, los diez mandamientos”. 


Silencio en el corazón
En el desierto – insistió – se encuentra la intimidad con Dios. “A Jesús le gustaba retirarse todos los días a lugares desiertos para orar (cf. Lc 5:16). Nos enseñó a buscar al Padre, que nos habla en silencio. No es fácil estar en silencio en el corazón, siempre tratamos de ir y hablar con los demás, pero, necesitamos silencio en el corazón”. 

La Cuaresma – rememoró – es el momento propicio para hacer sitio a la Palabra de Dios. Es el momento de apagar el televisor y abrir la Biblia. Es el momento de desconectarnos del móvil y conectarnos al Evangelio”. 


Desconectarse del móvil para conectar con Dios 
Francisco, insistió, es el momento de renunciar a las palabras inútiles, a la charla, a los rumores, a los chismes, y hablar con “tú” Señor.  “Es el momento de dedicarnos a una ecología sagrada del corazón. Vivimos en un ambiente contaminado por demasiada violencia verbal, por tantas palabras ofensivas y dañinas, que la red amplifica”. 

Francisco, lamentó, que hoy sea tan normal insultar. “Hoy se insultan como si dijeran: ¡buenos días! Estamos inundados de palabras vacías, publicidad, mensajes furtivos. Estamos acostumbrados a escuchar todo sobre todos y nos arriesgamos a caer en una mundanidad que atrofia nuestros corazones. Y no hay un bypass para curar esto, sólo silencio”. 

Distinguir la voz del Señor 
El Pontífice que insiste en el discernimiento espiritual entre el bien y el mal, afirma, que se trata de una lucha por distinguir la voz del Señor que nos habla, la voz de la conciencia, del bien. “Jesús, llamándonos al desierto, nos invita a escuchar lo que importa, lo importante, lo esencial”. 

Volver a lo esencial, instó Francisco. “Al diablo que lo tentó le respondió: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4,4). Como el pan, más que el pan necesitamos de la Palabra de Dios, necesitamos hablar con Dios: necesitamos rezar”. 

“Porque sólo ante Dios salen a la luz las inclinaciones del corazón y cae la duplicidad del alma. Aquí está el desierto, un lugar de vida, no de muerte, porque dialogar en silencio con el Señor nos devuelve la vida”. 


Desierto, lugar de lo esencial 
Francisco propone el desierto como un lugar de lo esencial para mirar la propia vida: “¡cuántas cosas inútiles nos rodean! Perseguimos mil cosas que parecen necesarias y en realidad no lo son. ¡Qué bien nos haría deshacernos de tantas realidades superfluas, redescubrir lo que importa, encontrar los rostros de los que están a nuestro lado!”

“Jesús – continuó- también nos da un ejemplo de esto al ayunar. Ayunar es saber renunciar a las cosas vanas, a lo superfluo, para ir a lo esencial. Ayunar no es sólo para perder peso,  es ir a lo esencial. Es buscar la belleza de una vida más simple”. 

Desierto nos lleva a escuchar personas silenciadas 
Finalmente, sostuvo, “el desierto es el lugar de la soledad. Incluso hoy, cerca de nosotros, hay muchos desiertos. Son las personas solitarias y abandonadas. ¡Cuántos pobres y ancianos están a nuestro lado y viven en silencio, en silencio, marginados y descartados!”. 

El desierto, lleva a la realidad de las personas abandonadas y necesitadas. El “desierto nos lleva a ellos, a aquellos que, silenciados, piden silenciosamente nuestra ayuda. ¡Tantas miradas silenciosas que piden nuestra ayuda!”. 

Así, invitó hacer un viaje espiritual por el desierto de Cuaresma. El viaje en el desierto de Cuaresma es un viaje de caridad hacia los más débiles. “Oración, ayuno, obras de misericordia: este es el camino en el desierto de Cuaresma”. 

Desierto florecerá 
Por último, el papa Francisco citó al profeta Isaías, cuando Dios hizo esta promesa: “He aquí que hago algo nuevo, abriré caminos en el desierto” (Is 43,19). “En el desierto se abre el camino que nos lleva de la muerte a la vida. Entramos en el desierto con Jesús, saldremos de él saboreando la Pascua, el poder del amor de Dios que renueva la vida”. 

“Nos pasará como a esos desiertos que florecen en primavera, haciendo que los brotes y las plantas broten repentinamente “de la nada”. Coraje, entremos en este desierto de Cuaresma, sigamos a Jesús: con Él nuestros desiertos florecerán”, concluyó. 

Estaba en programa un viaje a Iraq…
Por otro lado, el Papa dirigió su bienvenida cordial a los peregrinos venidos a Roma desde Oriente Medio, Siria, y Egipto, especialmente aquellos venidos desde Iraq. “A ustedes, ciudadanos de Iraq, les digo que les estoy muy cerca, Ustedes son un campo de batalla, ustedes sufren una guerra, de un lado y del otro, yo rezo por ustedes, y rezo por la paz en vuestro país, el cual estaba programado que yo visitará este año. Rezo por ustedes”.  

El miedo al coronavirus y el uso de las mascarillas también llegó al Vaticano 



UNA ORACIÓN PARA REZAR EL MIÉRCOLES DE CENIZA EN FAMILIA


Una oración para rezar el Miércoles de Ceniza en familia, ante un Crucifijo y después de haber participado de la Misa de Cenizas



El Miércoles de Ceniza marca el primer día de los 40 días de Cuaresma. Esta es una oración para ser rezada el Miércoles de Ceniza como anticipo a este tiempo de Cuaresma, un período más o menos de seis semanas (sin incluir domingos) dedicado a la reflexión, la oración y el ayuno como preparación para la Pascua.

La Cuaresma se termina el Jueves Santo, el quinto día de la Semana Santa, marcada por la celebración de la última cena.

Además de ciertas reglas sobre los alimentos y el ayuno, muchos cristianos (e incluso algunos no cristianos) se abstienen de alimentos adicionales, artículos de lujo o materiales o ciertas actividades y hábitos, y muchos más dedican este día especial a la oración.

¿Por qué una oración para el Miércoles de Ceniza?
Se realiza una oración para el miércoles de Ceniza como un signo del inicio de un camino a la conversión que comienza en esta nueva etapa de Cuaresma.

Se viene un tiempo de ayuno el cual debemos acompañar con oración para que podamos alcanzar esos frutos espirituales que deseamos para nuestra vida.

Oración: que las cenizas sea un signo de verdadero arrepentimiento y profunda conversión de mi corazón

A continuación, te presentamos una oración que está especialmente diseñada para ser rezada el Miércoles de Ceniza en familia y ante un crucifijo, después de haber asistido a la celebración de la Misa de las Cenizas.






Oración para el Miércoles de Ceniza.
Líder de familia: De las palabras de San Juan Evangelista (14,1-6).

"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.

Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.

Ya conocen el camino del lugar adonde voy". Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?" Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí".

Líder de familia: Demos gloria en la cruz a nuestro Señor Jesucristo.

Todos en Familia: ¡En quien está nuestra salvación, vida y resurrección!.

Líder de familia: Oremos. Concede a tus fieles, oh Señor, un espíritu generoso y suficiente para comenzar estos ayunos solemnes con suficiente fervor y así alcanzarlos con firme devoción. Te lo pedimos en nombre de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Todos en Familia: ¡Amén!

Todos en Familia: Favorece esta morada, Señor, con tu presencia. Aleja y rechaza todas las artimañas y asechanzas del Maligno. Permite a tus Santos Ángeles que hagan presencia en este lugar y se queden habitando aquí para mantenernos en paz. Y que tu bendición permanezca siempre sobre nosotros. Te lo pedimos en nombre de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. ¡Amén!

Líder de familia: Bendigamos al Señor.

Todos en Familia: Demos gracias a Dios

Líder de familia: (haciendo la señal de la cruz): Que el Señor omnipotente y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde para siempre

Todos en Familia: Amén.

HOY ES MIÉRCOLES DE CENIZA, 26 DE FEBRERO







Hoy Miércoles de Ceniza: La Iglesia Católica comienza la Cuaresma
Redacción ACI Prensa





La Iglesia Católica inicia hoy, con el Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que, durante 40 días y a través de la vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

En este tiempo los fieles están llamados a trabajar de manera especial en la conversión personal, exhortación que durante la imposición de las cenizas expresa el celebrante con las palabras: "Convertíos y creed en el Evangelio".

Asimismo, con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás" se recuerda la caducidad y fragilidad de la vida humana en la que la muerte es un destino inevitable.

En la Roma antigua, los fieles comenzaban con una penitencia pública el primer día de Cuaresma en el que eran salpicados de cenizas, se vestían con un sayal y estaban obligados a mantenerse alejados hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo.

Cuando estas prácticas cayeron en desuso entre los siglos VIII y X se comenzó a colocar las cenizas en las cabezas de todos los miembros de la congregación.

Actualmente los fieles son marcados con una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos anterior.

lunes, 24 de febrero de 2020

IMÁGENES DE MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2020






VALORA LO POSITIVO


Valora lo positivo



Ser optimista es cultivar una visión serena de la vida que nos lleve a descubrir todo lo que hay de bueno, alegre y gratificante en medio de espinas y carencias. No pierdas el sentido de la proporción y más bien destaca todo lo positivo, porque son muchos los obsesionados en detectar todo lo sombrío y difícil de nuestro diario caminar.

Vivir feliz es un arte. Y nada contribuye tanto a la paz del corazón como valorar todo lo bueno, agradable y valioso de la propia situación. Serás positivo, optimista y lleno de esperanza cuando te acostumbres a detectar cada día todo lo que te da satisfacción y contento, todo lo que te gratifica. Y sencillamente lo agradeces a Dios, sin compararte con los demás.

San Pablo recordaba a los cristianos de Colosas a “vivir dando gracias a Dios”. Ejercítate y verás que te ayuda a vivir la relación con Dios de una forma concreta y existencial, descubriendo con gozo los dones que te regala a cada paso. Es una oración que ensancha el corazón y descansa la mente y, además, es sencilla y accesible en cualquier ocasión Hasta mañana.



* Enviado por el P. Natalio

EL MIEDO AL FRACASO


El miedo al fracaso
La vida es un combate, pero sólo quienes luchan y tienen esperanza la viven en plenitud.


Por: Santiago Casanova, L.C. | Fuente: Catholic.net




“Es mejor perderse que nunca embarcar, mejor tentarse a dejar de intentar, aunque ya ves que no es tan fácil empezar”. Estas palabras del tema musical “Color esperanza” del cantante argentino, Diego Torres, nos ponen en guardia contra uno de los peores enemigos de nuestra vida. Tenemos muchos propósitos, nos gustaría emprender grandes proyectos, y quisiéramos superarnos en muchos aspectos, pero siempre hay algo que nos paraliza: el miedo al fracaso.

Parece ser que el lema de nuestra vida es: “ser sobresaliente o nada”, y ante los primeros síntomas de una derrota, nos desanimamos y dejamos todo a la deriva.

Este es el verdadero fiasco, dejar todo a la deriva, no emprender nada por temor a fracasar. Las caídas son algo normal en el ser humano que está luchando por alcanzar algún objetivo en su vida. Perder una batalla no significa perder la guerra.

¿Qué hacer para vencer el miedo al fracaso que tantas veces nos paraliza?

En primer lugar debemos tomar consciencia de que la lucha es algo connatural a nuestra condición humana. Ya nos lo decían las escrituras: “Militia est vita hominis super terram”. Somos hombres, no ángeles, podemos equivocarnos.

En segundo lugar debemos confiar, “pintarnos la cara color esperanza” diría en la misma canción el cantante anteriormente citado. Pero ¿en quién o en qué debemos confiar?

Nosotros necesitamos tener esperanzas –más grandes o más pequeñas- que día a día nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, que ha de superar todo lo demás, aquellas no bastan. Esta gran esperanza sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar (Benedicto XVI, Spe Salvi, nº 31).

Necesitamos tener motivaciones humanas precisamente porque somos humanos, y fácilmente nos cansamos si seguimos únicamente motivaciones sobrenaturales, pero ellas no pueden superar a la esperanza en Cristo. Siguiendo únicamente esperanzas pequeñas podemos llegar a hacer cosas muy buenas, pero limitadas como nuestras propias fuerzas, en cambio, con nuestra Gran Esperanza, podemos alcanzar incluso aquello que sobrepasa nuestras fuerzas. Necesitamos esperar en algo o en alguien para alcanzar frutos en nuestra vida, quien en nada espera, nada consigue.

Podemos ver ejemplos de personas de todo tipo que, a lo largo de la historia, han luchado y han tenido esperanzas –más grandes o más pequeñas- y han salido triunfantes.

Albert Einstein era considerado por sus padres un deficiente mental cuando era niño. A los tres años todavía no había aprendido a hablar. En la escuela fue un estudiante no destacado. Sin embargo, no se dejó llevar por esas limitaciones que podrían asustarlo, y por medio de un gran esfuerzo y de una esperanza en sus cualidades que parecían estar ocultas, salió adelante. Hoy, quien era tenido por deficiente mental, es considerado un genio.

El cura de Ars tuvo muchas dificultades en sus estudios. No conseguía aprender el latín. Teniendo 20 años de edad, era aventajado ampliamente por sus compañeros de 12 y 13 años. Reprobó exámenes en varias ocasiones, después de haber estudiado días y noches enteras, y fue aconsejado por sus superiores a abandonar la vocación sacerdotal debido a su limitada capacidad intelectual. El Cura de Ars confió en la Gran Esperanza, siguió luchando, y obtuvo de Dios la gracia de ser ordenado sacerdote (algo que no podía alcanzar con sus propias fuerzas), aunque sus capacidades intelectuales no crecieron en lo más mínimo, y hoy es el patrono de los sacerdotes.

Después de estas sencillas reflexiones tenemos que volver a nuestras ocupaciones ordinarias del día a día, al mismo ambiente que nos rodea, afrontando los mismos problemas de siempre. La vida parece una historia repetida y aburrida. Ofrece siempre lo mismo y nunca cambia. Nosotros podemos hacer más divertida nuestra vida, haciendo extraordinarias nuestras cosas ordinarias, con lucha y esperanza. Cuando nos cueste el estudio, hay que seguir luchando, confiando que en el día de mañana nos será útil en nuestra vida. Cuando nos cueste repetirle a nuestros hijos por décima vez lo mismo, hay que confiar que el hacerlo les ayudará a ser personas educadas en el futuro. Cuando nos parezca inútil continuar un proyecto emprendido y pensemos que ya no podemos, ahí debemos confiar en que Dios sacará de ello un fruto abundante, y seguir trabajando.

La vida es un combate, pero sólo quienes luchan y tienen esperanza la viven en plenitud.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 24 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 7ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 24 de febrero de 2020


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,13-18):

¿Hay alguno entre vosotros sabio y entendido? Que lo demuestre con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero, si tenéis el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no andéis gloriándoos, porque sería pura falsedad. Esa sabiduria no viene del cielo, sino que es terrena, animal, diabólica. Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18,8.9.10.15

R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,14-29):

En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: «¿De qué discutís?»
Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.»
Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.»
Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?»
Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos.»
Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.»
Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame.»
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él.»
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?»
Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 24 de febrero de 2020
Pepe Lillo, cmf



Un cordial saludo a todo el que se asoma a estos renglones con el fin de acoger la Palabra en el corazón:

Comenzamos esta semana en el tiempo ordinario y la terminaremos metidos en la cuaresma tras pasar esa puerta peculiar y fronteriza del Miércoles de Ceniza. Entretanto apuramos estos días con otro colorido de la Palabra y la liturgia, aunque dicho sea de paso nos invitan a pensar en las actitudes a cambiar y hasta en los demonios que nos dominan y tenemos que abandonar con la ayuda de Dios.

Qué panorama el que describe hoy el evangelio y qué dolor el de aquel padre que vive en la desesperación de no saber ya cómo atender y procurar el mejor cuidado a su hijo. “Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos”.

Seguro que en tu entorno como en el mío, hay más de un padre o madre con el dolor de un hijo clavado en la propia carne; por una causa u otra: enfermedad, accidente, abandono escolar, dependencia adquirida, fracaso familiar y afectivo… ¡Hay tantos padres y madres para quienes amanecer supone madrugar al dolor del corazón imposible de curar y cada anochecer es un resguardarse en el llanto de la desesperanza…!

La queja, el lamento, el grito…. dirigidos a Dios parecen más que justificados desde el amor. Un amor que reclama la mirada paterna-materna de Dios. Desde la fe aceptamos que Dios se hace solidario en nuestros dolores hasta la cruz, pero hay ocasiones en que la duda pugna con el dolor interior hasta el borde mismo de la desesperanza.

Como discípulos nos surgen muchas preguntas, con frecuencia nos desbordamos en explicaciones y hasta nos atrevemos a ejercer de chamanes de cuidados paliativos, pero el mal y el dolor del corazón de aquellos padres-madres o el del hijo/a que atiende a alguno de sus mayores en situación terminal irreversible, ahí sigue. Seguramente deberíamos arrimar nuestro corazón al suyo y aunar el lamento: “Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos” y puestos a remediar desde la fe sería necesario salir de la farmacopea de nuestra palabrería y darnos al “ayuno y la oración” que nos permitan iluminar el dolor de la cruz en la esperanza del amor del Dios y Padre de la Vida.

Buen día, amigos:

Pepe Lillo cmf.
lillo.jm@hotmail.com

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