viernes, 6 de diciembre de 2019

IMÁGENES DE PESEBRES PARA IMPRIMIR Y RECORTAR
















































































LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 6 DE DICIEMBRE DE 2019


Lecturas del Viernes de la 1ª semana de Adviento
Enviar por email En PDF ImprimirViernes, 6 de diciembre de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (29,17-24):

ESTO dice el Señor:
«Pronto, muy pronto,
el Líbano se convertirá en vergel,
y el vergel parecerá un bosque.
Aquel día, oirán los sordos las palabras del libro;
sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos.
Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor,
y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel;
porque habrá desaparecido el violento, no quedará rastro del cínico;
y serán aniquilados los que traman para hacer el mal:
los que condenan a un hombre con su palabra,
ponen trampas al juez en el tribunal,
y por una nadería violan el derecho del inocente.
Por eso, el Señor, que rescató a Abrahán,
dice a la casa de Jacob:
“Ya no se avergonzará Jacob,
ya no palidecerá su rostro,
pues, cuando vean sus hijos mis acciones en medio de ellos,
santificarán mi nombre,
santificarán al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel”.
Los insensatos encontrarán la inteligencia
y los que murmuraban aprenderán la enseñanza».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 26,1.4.13-14

R/. El Señor es mi luz y mi salvación.

R/. El Señor es mi luz y mi salvación.

V/. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

V/. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

V/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,27-31):

EN aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
«Ten compasión de nosotros, hijo de David».
Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
«¿Creéis que puedo hacerlo?».
Contestaron:
«Sí, Señor».
Entonces les tocó los ojos, diciendo:
«Que os suceda conforme a vuestra fe».
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
«¡Cuidado con que lo sepa alguien!».
Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio del viernes, 6 de diciembre de 2019
Javier Goñi, cmf


Que los ciegos vean es uno de los signos, anunciados en los textos proféticos del Antiguo Testamento, de la futura venida del Salvador, el Enviado de Dios. En el Evangelio de hoy contemplamos precisamente una de las curaciones de ciegos que Jesús realizó. Es uno de los signos que permiten reconocer al Mesías, pero hay otros. Isaías, en el texto que hoy escuchamos, recoge algunos de ellos: los sordos oirán, los ojos de los ciegos verán, los oprimidos se alegrarán, los pobres se llenarán de júbilo, de la tierra muerta surgirá la vida, … Son signos que acompañan y anuncian la llegada del Mesías y la presencia del Reino. Son signos que Jesús realizó, con la clara intención de mostrar con ellos que él era quien pretendía ser: el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador. Así, su anuncio de que con él ha llegado el Reino de Dios, la Buena Noticia que traía a los pobres, queda refrendado por los signos que realiza.

La Iglesia recibió del mismo Jesús la encomienda de continuar su misión. Hoy, por la fuerza del Espíritu Santo, la Iglesia ha de hacer presente al Salvador en nuestro mundo. Por eso, las comunidades cristianas continuamos anunciando el Evangelio y proclamando la Palabra del Señor. ¿Cuáles son los signos que hoy día hacen creíble nuestro anuncio del Reino y la pretensión de la presencia del Señor a través de su Iglesia? Si estamos realizando nuestra misión en fidelidad a Jesucristo, también nos acompañarán los signos de su presencia y de la cercanía del Reino. Quizás de otra manera, eso sí, pero habrán de acompañarnos. El mismo Jesús lo prometió.

Donde hay Iglesia fiel a su misión, el Señor se hace presente, y los signos de ello son bien reconocibles: los enfermos son acompañados en su dolor, los oprimidos en sus luchas por la liberación, los pobres en su miseria. La auténtica Iglesia de Jesús es la que está ahí, con ellos, a su lado, compartiendo sus situaciones, su sufrimiento, luchando con ellos. Y entonces se obra el milagro: la alegría y el júbilo emergen de sus rostros, la solidaridad y el amor de sus corazones, la paz y la justicia de sus manos. Porque en ellos nace la esperanza: el Señor está con nosotros; Dios es “Dios-con-nosotros”.

Javier Goñi

PAPA FRANCISCO: SI CAES,AGRADECE AL SEÑOR LA POSIBILIDAD DE LEVANTARTE


Papa Francisco: Si caes, agradece al Señor la posibilidad de levantarte
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media


El Papa Francisco animó a agradecer al Señor la posibilidad de levantarse de las caídas para ir hacia adelante.

“Si tú caes, agradece al Señor porque tendrás la posibilidad de levantarte y de ir hacia adelante y de volver a caminar. Pero uno que no se mueve por miedo a caer o resbalar o cometer errores, nunca, nunca será fructífero en la vida”, dijo el Papa en forma espontánea en el Vaticano este 6 de diciembre.

El Pontífice realizó esta afirmación después de entregar el discurso previsto para la audiencia a los trabajadores de la revista “Aggiornamenti sociali” y al improvisar unas palabras para invitar a los redactores a escuchar y dialogar.

El Santo Padre los alentó a “ir hacia adelante con valentía” a pesar de las críticas, y explicó que “si la crítica es buena los hará crecer, les hará ver dónde están las equivocaciones”.

Pero “si la crítica viene de un corazón malo, te hará ‘bailar’ un poco con la furia que ocurre en estos casos”, señaló.

En esos casos, Francisco aconsejó “mantener siempre la libertad interior” porque “la libertad interior la tiene solamente quien reza, quien se coloca delante de Dios, quien toma el Evangelio, esta es la libertad interior” y añadió que “eso no es pietismo” sino que es “autenticidad”.

De este modo, el Papa instó a los colaboradores de esta revista que cumple 70 años de fundación a “tener las manos en el trabajo y con el corazón escuchar qué sucede en la gente”.

Al despedirse les pidió: “recen por mí, yo rezaré por ustedes, y vayan hacia adelante, ¡siempre adelante!”. 

HOY ES LA FIESTA DE SAN NICOLÁS DE BARI, 6 DE DICIEMBRE



Hoy es fiesta de San Nicolás, patrono de los niños, marineros y viajeros
Redacción ACI Prensa





“Sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos da tanto”, solía decir San Nicolás, patrono de los niños, los marineros, los viajeros y de Rusia, Grecia y Turquía. Un aceite milagroso brota de sus restos, que ha servido para la curación de los enfermos. Su fiesta se celebra cada 6 de diciembre.

Al tratarse de un santo de los primeros siglos, poco se sabe con certeza de él, salvo que nació en Licia (actual Turquía), y en una familia muy rica. Tenía un tío Obispo que lo ordenó sacerdote.

Sus padres murieron atendiendo a los enfermos de una epidemia y dejaron a San Nicolás una fortuna. sin embargo, el joven decidió repartirla entre los pobres e ingresar a un monasterio como monje. Más adelante peregrinó a Egipto y Palestina, donde conoció Tierra Santa.

A su regreso, llegó a la ciudad de Mira, en Turquía, donde los obispos y sacerdotes discutían en el templo sobre quién debía ser elegido como nuevo Obispo de la ciudad. Al final decidieron que sería el próximo sacerdote que ingresara al recinto. En ese momento entró San Nicolás y fue elegido como Prelado por aclamación de todos.

Sin embargo, se desató una persecución contra los cristianos y es encerrado en una prisión, de la que es liberado por el emperador Constantino, cuando éste subió al trono.

"Gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Mira fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal", decía San Metodio. El arrianismo negaba la divinidad de Jesucristo. Así mismo San Nicolás combatió incansablemente el paganismo.


Defensor de la justicia, salvó a tres jóvenes de ser ejecutados, víctimas de un soborno del gobernador Eustacio, quien luego se arrepintió al ser reprendido por San Nicolás.

Tres oficiales fueron testigos de estos hechos y posteriormente, cuando estaban en peligro de muerte, rezaron a San Nicolás. El Santo se le apareció en sueños a Constantino y le ordenó que los liberase porque eran inocentes.

El emperador, luego de que los soldados le dijeran que ellos habían invocado a San Nicolás, los envió libres y con una carta al Santo Obispo, en la que le pedía que orase por la paz en el mundo.

Es patrono de los marineros porque en medio de una tempestad unos marineros empezaron a  clamar: “Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos”. En ese momento, se cuenta, apareció San Nicolás sobre el barco, bendijo el mar y este se calmó. Luego el Obispo desapareció.

Según la costumbre de oriente, los marineros del mar Egeo y del Jónico tienen una “estrella de San Nicolás” y se desean buen viaje diciendo: “Que San Nicolás lleve tu timón”.

Se narra también que tres niños fueron asesinados y arrojados en un barril de sal. Sin embargo, por la oración de San Nicolás los infantes volvieron a la vida. Por ello es patrono de los niños y se le suele representar con tres pequeños a su costado.

Otra leyenda narra que en la Diócesis de Mira había un vecino en extrema pobreza que decidió exponer a sus tres hijas vírgenes a la prostitución para que todos ellos puedan subsistir.

San Nicolás, buscando evitar que esto sucediera y en la oscuridad de la noche, arrojó por la chimenea de la casa de aquel hombre una bolsa con monedas de oro. Con el dinero se casó la hija mayor.

Quiso el Santo hacer lo mismo en bien de las otras dos, pero en la segunda ocasión, después de tirar la bolsa sobre la pared del patio de la casa, San Nicolás se enredó con la ropa que estaba tendida para secar y el padre descubrió a su bienhechor y le agradeció su caridad.

San Nicolás partió a la Casa del Padre un 6 de diciembre, pero no sabe con exactitud si fue en el año 345 o en el 352. Más adelante su devoción aumentó y se reportaron numerosos milagros.

En el S. VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla (hoy Estambul) en su honor, y se hizo popular en todo el cristianismo. San Nicolás es patrono de Rusia, Grecia y Turquía. Además es honrado en ciudades de Italia, Holanda, Suiza, Alemania, Austria y Bélgica.

En 1087 sus huesos fueron rescatados de Mira, que había caído bajo invasión musulmana, y se llevaron a Bari, en la costa adriática de Italia. Por esto es llamado San Nicolás de Mira o San Nicolás de Bari. Sus reliquias reposan en la Iglesia de “San Nicola de Bari”.

De sus restos brota un aceite conocido como el “Manna di S. Nicola”. En Mira, se decía que "el venerable cuerpo del obispo, embalsamado en el aceite de la virtud, sudaba una suave mirra que le preservaba de la corrupción y curaba a los enfermos, para gloria de aquél que había glorificado a Jesucristo, nuestro verdadero Dios".


Biografía de San Nicolás


Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños. De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos, pero su biografía fue escrita por el Arzobispo de Constantinopla, San Metodio.

Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Unos de sus tíos era obispo y fue éste quien lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, el santo repartió todas sus riquezas entre los pobres e ingresó a un monasterio.

Según la tradición, en la ciudad de Mira, en Turquía, los obispos y sacerdotes se encontraban en el templo reunidos para la elección del nuevo obispo, ya que el anterior había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". En ese momento sin saber lo que ocurría, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Fue muy querido por la cantidad de milagros que concedió a los fieles.

En la época del Licino, quien decretó una persecución contra los cristianos, Nicolás fue encarcelado y azotado. Con Constantino fueron liberados él y los demás prisioneros cristianos. Se dice que el santo logró impedir que los herejes arrianos entrasen a la ciudad de Mira.

El santo murió el 6 de diciembre del año 345. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí, en secreto, las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.

En esta ciudad se obtuvieron tan admirables milagros por su intercesión, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.



Himno a San Nicolás



Desde este mar proceloso
Oh Padre San Nicolás,
Conduce al puerto seguro
Desde la patria celestial.

De las luchas de la vida
Y mortales tempestades
Sálvanos por tu favor
Y virtudes singulares.

Siempre acudes en socorro
De cuantos tu auxilio imploran
Enfermos y navegantes
Pobres o ricos te invocan.

Por tu santidad eximia
E intercesión poderosa,
Haz que elegidos seamos
A la eternidad dichosa.

A los fieles que devotos
Vuestro culto propagamos
Haznos merecer la gloria
Amando a nuestros hermanos. Amén

Oración. Imploramos, Señor, suplicantes, tu misericordia, y por tu intercesión de San Nicolás, Obispo, guárdanos de todos los peligros, para que se nos muestre expedito el camino de salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.



Oración a San Nicolás


¡Oh glorioso san Nicolás mi especial protector! desde aquella morada de luz, en que gozáis de la presencia divina, volved piadoso vuestros ojos hacia mí, y alcanzadme del Señor aquellas gracias y auxilios convenientes a mis presentes necesidades, tanto espirituales como corporales, y en particular la gracia (mencionar aquí), que sea conducente para mi eterna salvación. Proteged también, oh glorioso santo obispo, a nuestro Sumo Pontífice, a la Iglesia santa y a esta devota ciudad. Reducid al camino recto de la salvación a los que viven sumidos en el pecado, o envueltos en las tinieblas de la ignorancia, del error y de la herejía. Consolad a los afligidos, socorred a los necesitados, confortad a los pusilánimes, defended a los oprimidos, asistid a los enfermos; y haced por fin que todos experimenten los efectos de vuestro poderoso patrocinio para con el supremos Dispensador de todos los bienes. Amén.

Rezar un padrenuestro y avemaría.


BIENVENIDOS





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