lunes, 29 de octubre de 2018

EL RATÓN MIEDOSO

El ratón miedoso



Temor a los ascensores, horror a hablar en público, pavor a comer delante de otros, terror a los aviones, éstas son algunas de las fobias más frecuentes que afectan al hombre moderno. Un sudor frío recorre la espalda, siente dificultad en respirar, aumenta el ritmo cardíaco, las manos comienzan a temblar y no hay forma de controlarlas, etc. Estos son los efectos somáticos de la angustia del miedo. Pero hay solución y tratamiento efectivo para esta debilidad sicológica.

En la India se cuenta una antigua fábula: había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo al gato. Un hechicero se compadeció de él y lo convirtió... en gato. Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. Entonces el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador. Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón”.

Además de las terapias de los profesionales, yo te sugiero la sanación profunda de tus miedos por la oración hecha con fe. Repite y siente en tu corazón estas palabras sagradas: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?” (Sal 27). “Sé valiente y firme, no temas ni te acobardes, porque yo, el Señor, tu Dios, estaré contigo dondequiera que vayas», (Jos. 1,1-8). El Señor te protege y bendice.



* Enviado por el P. Natalio

TU PRESENCIA ME ENVUELVE


Tu presencia me envuelve



Cuando san Pablo habló a los atenienses en el Areópago, al referirse a Dios expresó que en él “vivimos, nos movemos y existimos”. Es una verdad de nuestra fe que Dios está en todas partes  y, por lo tanto, su presencia nos envuelve y penetra enteramente. En una valiosa oración, Mons. V. Fernández te ayuda a meditar esta realidad.

Señor, tú eres vida, tú eres necesario para mí como el aire que respiro. Te doy gracias por el don de la vida, porque es maravilloso existir. Te adoro, Señor, porque así como el aire me rodea y penetra en mí, así también estoy rodeado por ti, me envuelves con tu presencia, lleno de vida y de alegría, me penetras con tu gracia y me transformas con tu presencia. Y junto con el aire que sale de mis pulmones, llévate todo lo que no me hace feliz: toda impureza espiritual, todas mis angustias y tristezas, mis rencores y malos recuerdos, todo egoísmo y toda mala intención. Llévate todo, Dios mío, y déjame sólo tu gracia, tu vida. Quédate tú reinando en mí con tu gozo, en medio de mis tareas. Amén.

Con los ojos cerrados, respirando lentamente, repite varias veces al espirar el aire de tus pulmones: “Llévate, Señor, mis angustias y tristezas, mis rencores y egoísmos”; y luego al inspirar el aire, añade: “Lléname, Señor, con tu gracia y fortaleza, con tu paz y alegría”. Te deseo de corazón un día de mucha paz.



* Enviado por el P. Natalio

HISTORIA DEL ESCLAVO QUE PINTÓ IMAGEN DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS LLEGARÁ AL CINE


Historia del esclavo que pintó imagen del Señor de los Milagros llegará al cine
Redacción ACI Prensa





“El Pintor: El esclavo y la imagen” es el nombre de la película que en octubre de 2019 llegará a los cines de Perú y que narra la historia del esclavo de origen angoleño llamado Pedro Dalcón que, por su devoción, plasmó en un muro de barro la venerada imagen del Señor de Los Milagros.

La película es realizada por Esencia Films, productora peruana que busca difundir la cultura del país a través del cine. Su director es el cineasta Alex Hidalgo, quien ya ha logrado varios éxitos en este ámbito.

En declaraciones a EWTN Noticias, Hidalgo  dijo que entre los objetivos de la película está fortalecer la fe católica e incentivar la cultura peruana.

El director indicó que la producción de la película coincide con “el Decenio Internacional para los afrodescendientes”, decretado por las Naciones Unidas desde el año 2015 al 2025 y que “se centra en la preservación de los derechos y la cultura de los afrodescendientes”.


“Entonces, estamos en un momento importante de la historia. Hacer una película en Perú con el tema de la esclavitud sobre un personaje muy poco conocido, me parece importante”, explicó Alex Hidalgo.

Para filmar “El Pintor: El esclavo y la imagen” se ha reunido un importante elenco actoral. El papel de Pedro Dalcón es interpretado por Renzo Zevallos.

La historia ocurre en el siglo XVII, cuando la población de Lima –capital del entonces virreinato del Perú- crecía con la llegada de esclavos provenientes de África occidental, los cuales eran clasificados por castas y entre las que se encontraban los angolas.

Estos últimos levantaron su cofradía en la zona de Pachacamilla, a las afueras del centro histórico de Lima. En ese lugar, un esclavo angoleño, cuyo nombre se cree que era Pedro Dalcón o Benito, pintó en una pared de adobe la imagen de cristo crucificado.

Según se sabe, el pintor no tenía estudios completos de pintura y ejecutó la obra de acuerdo a su propia devoción a Cristo. La imagen permaneció solo ante la vista de algunos, hasta que el 13 de noviembre de 1655 un terrible terremoto estremeció Lima y el Callao, derrumbándose todo y ocasionando miles de víctimas mortales.


Todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron, menos  el débil muro de adobe con la imagen de Cristo.

Paulatinamente la devoción al Cristo moreno se fue expandiendo y actualmente cientos de miles de personas acuden al Santuario de las Nazarenos, en el centro de Lima, especialmente en octubre para sacar en procesión una réplica de la imagen.

De acuerdo a su productor, la película nos habla precisamente de una época en la que las personas eran vendidas y obligadas a trabajar de manera indiscriminada, vulnerando sus derechos, pero a través de la imagen del Señor de los Milagros encontraron la forma de apartar sus miedos y recuperar la fe y la esperanza.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
29 Octubre



Así es el grupo de Jesús: un grupo de pecadores perdonados, que ya no pueden vivir sin él. Su vida se hace donación a Jesús y así se entregan a él y se convierten en sus apóstoles y así recorren con Jesús los pueblos y las aldeas, anunciando al Mesías que ellos han conocido.

Servir al Señor y servirlo con todo lo que tengas; ése debe ser tu lema.

Sirve, pues, al Señor, con todas tus cosas; con tu talento, con tus cualidades, con tus habilidades, con tu tiempo, con tus iniciativas y con tus planes, con tus esfuerzos y tu cansancio. Sirve también con tus bienes no sólo espirituales, sino también materiales o temporales. Sírvelo con tu profesión, con tu trabajo, con tu actividad social; sírvelo con tu dinero y tus bienes terrenos, porque tampoco eso es tuyo.


P. Alfonso Milagro

NO AL HALLOWEEN




IMÁGENES DE NO AL HALLOWEEN

















ES HALLOWEEN UN JUEGO INOCENTE O PELIGROSO? EXORCISTA RESPONDE


¿Es Halloween un juego inocente o peligroso? Exorcista responde
Redacción ACI Prensa




“Es la gran fiesta del mundo de lo oculto, el año nuevo de los satanistas, es la fiesta de este dios de las tinieblas”, dijo el P. Aldo Buonaiuto, sacerdote exorcista y autor del libro “Halloween: El truco del diablo”.

Ante las cámaras del canal de televisión italiano TV 2000, el sacerdote explicó que es importante comprender la institución de la Solemnidad de Todos los Santos para cada 1 de noviembre, ya que fue el Papa Gregorio IV quien alrededor del año 834 trasladó esta fiesta del 13 de mayo a esta fecha, justamente para detener la tradición que llegaba de Irlanda que enaltece el mundo de las tinieblas y los muertos.

Asimismo, el exorcista destacó que hoy en día muchas cosas se han relativizado, incluso lo macabro, la violencia, el horror, la sangre, llegando al punto de considerarlo a veces un juego.

“En las escuelas yo escucho a distintos padres que nos hablan de niños que están horrorizados y tienen pesadillas de noche: y también de otros niños que ya no entienden la diferencia entre la vida y la muerte”, lamentó el P. Buonaiuto.

En declaraciones a Interris.it, el P. Buonaiuto  dijo que su libro "Halloween: El truco del diablo” busca “informar, educar y prevenir los peligros, es un subsidio para los padres y los educadores, para los catequistas y para los sacerdotes, así como para los chicos, de manera que exista conciencia sobre los significados de los símbolos del oculto y satánicos de este carnaval del horror, que no debe ser trivializado”.

Sobre la tradición del “dulce o truco” al pedir caramelos de casa en casa en Halloween, el exorcista advirtió que “esconde algo mucho más serio y preocupante de lo que hace ver a las apariencias. En el antiguo culto pagano de los druidas, ‘trick or treat’, significaba la ‘maldición o sacrificio’: la obligación de ofrecer regalos a los sacerdotes del dios de la muerte, para evitar venganzas del más allá”.

“A través de está conocida moda festiva, se difunde el placer por el horror como normal, la seducción de lo macabro, la atracción por la muerte más que por la vida. Está profanando el significado de la muerte. Como escribí en el libro, el truco del diablo, es un dulce mortal para el alma”.

Por otro lado, también criticó el aspecto comercial de este evento, muy seguido por los jóvenes. “En Europa, los ingresos de la ‘Noche de brujas’ superan los 400 millones de euros”, señaló.

“Se trata de un fenómeno dañino, en el plano social, antropológico y cultural: una propuesta de valores negativos, vinculados a una visión materialista y utilitarista de la vida y el placer. Y es una profanación de la verdadera fiesta, cristiana, del culto a los Santos, de la devoción por hombres y mujeres que han tratado de imitar el ejemplo perfecto de Jesús en el amor al prójimo y en el respeto a los mandamientos divinos”.

El sacerdote exorcista Aldo Buonaiuto es antropólogo, demonólogo y coordinador del Servicio Anti-Sectas de la Comunidad Papa Juan XXIII. Estudió filosofía y teología en el Pontificio Ateneo “San Anselmo” (Roma) y antropología teológica en el Pontificio Ateneo Teresianum (Roma).

EL PAPA FRANCISCO INVITA A ESCUCHAR A LOS MIGRANTES: CUÁNTAS HISTORIAS HAY EN SUS CORAZONES


El Papa invita a escuchar a los migrantes: Cuántas historias hay en sus corazones
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco invitó a escuchar las historias de los migrantes como un primer paso para una acogida apropiada y sustentada en valores cristianos que favorezca su integración y su aceptación por parte de las sociedades de destino: “¡Cuántas historias hay en los corazones de los migrantes!”, exclamó.

El Santo Padre hizo esta apreciación en la audiencia que concedió, en el Palacio Apostólico del Vaticano, a los participantes en el XV Capítulo General de la Congregación de los Misioneros de San Carlos, también conocidos como Scalabrinianos.

En su discurso, el Papa puso en valor el tema del Capítulo General: ‘Encuentro y camino. Jesús caminaba con ellos’. Subrayó la imagen de los discípulos de Emaús presente en ese tema. Los discípulos volvían a su aldea, Emaús, decepcionados tras la muerte de Jesús. Sin embargo, se encuentran con el Señor resucitado por el camino y, aunque no lo reconocen, lo invitan a pasar con ellos la noche. Solo durante la cena, al partir el pan, lo reconocen, y en ese momento Jesús desaparece.

En esa escena evangélica, muy presente también a lo largo de los debates del reciente Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, se refleja, según explicó el Papa, la misión de la Congregación: anunciar la Palabra y caminar junto con los que son objeto de la evangelización. En definitiva: evangelización y proximidad, algo extensible a toda la Iglesia.


Francisco quiso descender desde el enunciado teórico a la práctica concreta de ese caminar en proximidad. Así, habló del fenómeno de la migración, con el que la Congregación se siente especialmente comprometida.

“Frente al actual fenómeno migratorio, muy amplio y complejo, vuestra Congregación dibuja los recursos espirituales necesarios para el testimonio”, afirmó. “Vuestra misión se desarrolla en contextos difíciles, y en ocasiones caracterizados por actitudes de sospecha y de prejuicio, e incluso de rechazo hacia la persona extranjera”.

Esa situación “os motiva todavía más a un valiente y perseverante entusiasmo apostólico para poder llevar el amor de Cristo a cuantos, lejos de la patria y de la familia, se arriesgan a sentirse alejados incluso de Dios”.

“El icono bíblico de los discípulos de Emaús muestra que Jesús explica las Escrituras mientras camina con ellos. La evangelización se hace caminando con la gente. En primer lugar, se necesita escuchar a las personas, escuchar la historia de la comunidad. Sobre todo, las esperanzas decepcionadas, las esperanzas del corazón, las pruebas que ha tenido que pasar la fe…”.

Por lo tanto, “lo primero es escuchar, y hacerlo con actitud de compasión, de cercanía sincera”. En este sentido, el Pontífice reflexionó sobre las historias que se encuentran en el corazón de los migrantes, “historias buenas y malas. El peligro está en que esas historias sean eliminadas”, porque “así el migrante queda desarraigado, sin rostro, sin identidad”.

Esa perdida, “se puede evitar mediante la escucha, caminando junto a las personas y a la comunidad de migrantes. Poder hacerlo es una gracia y es, también, un recurso para la Iglesia y para el mundo”.

Después de haber escuchado, continuó explicando el Pontífice, “es necesario dar la Palabra y el signo del pan repartido”. “Es fascinante dar a conocer a Jesús por medio de las Escrituras a personas de diferentes culturas. Contarles su misterio de Amor: encarnación, pasión, muerte y resurrección”.


“Compartir con los migrantes el estupor de una salvación que es histórica, que es universal, que es para todos. Disfrutar juntos de la alegría de leer la Biblia, de tomar de ella la Palabra de Dios para nosotros hoy. Descubrir que, por medio de las Escrituras, Dios quiere dar a estos hombres y a estas mujeres concretas su Palabra de salvación, de esperanza, de liberación de paz”.

Y luego, “invitar a la Mesa de la Eucaristía, donde las palabras disminuyen y permanece el Signo del Pan repartido: Sacramento en el cual todo que resumido, en el que el Hijo de Dios ofrece su Cuerpo y su Sangre para la vida de todos los migrantes, de todos los hombres y mujeres que se arriesgan a perder la esperanza y que, para no sufrir prefieren cancelar su pasado”.

Francisco aseguró a los miembros del Capítulo General de los Scalabrinianos que “Jesús Resucitado también os manda a vosotros, hoy, en la Iglesia, a caminar junto a muchos hermanos y hermanas que recorren, como migrantes, su camino de Jerusalén a Emaús. Misión antigua y siempre nueva; agotadora y, en ocasiones, dolorosa, pero capaz también de hacer llorar de alegría”.

El Papa finalizó su discurso pidiendo no olvidar que “la condición de cada misión en la Iglesia es que estamos unidos a Cristo Resucitado como los sarmientos a la vid”.

PREPARAS UN ALTAR DE MUERTOS? NO OLVIDES ESTOS 8 SÍMBOLOS CRISTIANOS


¿Preparas un altar de muertos? No olvides estos 8 símbolos cristianos [VIDEO]
Redacción ACI Prensa

En México y otros países es tradicional preparar para el 2 de noviembre, día de los fieles difuntos y también conocido como Día de Muertos, un “altar de muertos” con diversos símbolos cristianos.
La tradición, propia de la inculturación del cristianismo con las culturas prehispánicas presentes en México, busca crear un espacio de memoria y oración para los seres queridos ya fallecidos.
A continuación te presentamos 8 importantes símbolos que no pueden faltar en un altar de muertos:

1. Tener 3 niveles
Los tres niveles en el altar de muertos guardan relación con los “niveles” de la Iglesia: la Iglesia militante, quienes vivimos en la tierra; la Iglesia purgante, las almas de los fallecidos que se encuentran en el purgatorio para prepararse para la visión beatífica de Dios; y la Iglesia triunfante, que se encuentra en el Cielo.

2. Un arco
Sirve de alegoría a la puerta de entrada al Cielo.

3. La Cruz y una imagen de la Virgen
La Cruz nos recuerda la muerte de Cristo, que entregó su vida por nuestros pecados, pero que con su resurrección triunfó sobre la muerte y nos abrió las puertas del Cielo. La imagen de la Virgen María nos recuerda que es nuestra madre e intercesora.

4. Agua bendita
Nos recuerda el agua bendita usada en nuestro bautismo, que nos convierte en hijos de Dios, miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia.

5. Fotografías de nuestros seres queridos
Nos ayuda a recordarlos y a tenerlos presentes en nuestras oraciones.

6. Veladoras
Se coloca una por cada ser querido fallecido, y simbolizan la luz de Cristo, así como la fe y la esperanza.

7. Comida
En el altar de muertos se suele poner como recuerdo de nuestros seres queridos fallecidos sus platos de comida predilectos.

8. Flores de cempasúchil
Representa la luz del sol y es parte de las tradiciones precolombinas mexicanas, que creían que guiaba a los muertos hacia el altar. Habitualmente se colocan formando una cruz.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 29 OCTUBRE 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 30ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 29 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,32–5,8):

Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. Por otra parte, de inmoralidad, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de santos. Y nada de chabacanerías, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de sitio. Lo vuestro es alabar a Dios. Meteos bien esto en la cabeza: nadie que se da a la inmoralidad, a la indecencia o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con argumentos especiosos; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos; porque en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 1,1-2.3.4.6

R/ Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,10-17):

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» 
Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: «Seis días tenéis para trabajar; venid esos días a que os curen, y no los sábados.»
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?» 
A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 29 de octubre de 2018
 Pedro Belderrain
Queridos hermanos:

Estrenamos semana. Y no una semana cualquiera: la semana que nos introduce en el mes de noviembre y nos recuerda que poco a poco nos acercamos a 2019. El año, que parecía tan largo, va llegando a su fin. Empezamos además una semana singularmente hermosa en la que la Iglesia nos invita a recordar a Todos los Santos y a los fieles difuntos. No nos privemos de la riqueza que la liturgia va a poner a nuestra disposición.

Llevamos tiempo acompañando a Jesús, en el relato de Lucas, en su camino a Jerusalén. En él el Señor va anunciando el Evangelio con sus palabras y con sus hechos. En el relato de hoy brillan tanto unos como otros. Jesús cura (endereza) a la mujer encorvada. No le libra de un lumbago de días, sino de una dolencia de largos años vinculada a algo más profundo. Tampoco lo hace en un lugar ni en un momento cualquiera: estamos en la sinagoga y es sábado. No tenemos indicios, como otras veces, de que Jesús haya buscado expresamente estas provocativas circunstancias. Pero el lugar y el momento están cargados de significado.

Los enemigos del Reino invocan una vez más lo que ha sido presentado como voluntad de Dios: ¿a quién se le ocurre pedir curación en sábado?

Las lecciones pueden ser varias. Jesús nos invita por enésima vez a poner las cosas en su sitio y a dar a cada una la relevancia que tiene. Pero también vuelve a exhortarnos a ser cautos cuando invocamos el Nombre del Señor y desenmascara las excusas tras las que escondemos nuestras comodidades: “cualquiera de vosotros…”.

Los cristianos de hoy nos encontramos a menudo ante dilemas de este tipo: ¿qué valorar más?, ¿qué relevancia tiene cada cosa, cada principio, cada norma, cada situación? Que el Padre del Cielo nos dé su Espíritu (el de Jesús) para discernir como conviene.

FELIZ SEMANA





domingo, 28 de octubre de 2018

PEDALEA


Pedalea



Confiar en Dios es depositar toda tu fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposa en él “como un niño en brazos de su madre” (Salmo 131). Confía sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Aquel día estaba sentado junto a un camino que conducía a lo alto de una colina. Observé a un muchacho montado en bicicleta que se esforzaba en subir por la colina teniendo incluso el viento en contra. Evidentemente el esfuerzo que tenía que hacer era tremendo. Cuando estaba más fatigado apareció afortunadamente un ómnibus que subía la colina en la misma dirección. Su marcha no era muy acelerada y el joven pudo agarrarse con una mano de los barrotes de subida de la parte trasera del autobús. Puedes imaginarte lo que sucedió. El muchacho subió la cuesta a las mil maravillas.

Cuántas veces tú también estás pedaleando cuesta arriba contra toda clase de oposiciones y te encuentras casi extenuado por el esfuerzo. Recuerda que tienes a mano un poder disponible, la energía que te da la confianza en Dios. Ora así: “El Señor es mi fuerza y mi poder, confiaré y no temeré”. El transformará tu debilidad en fortaleza y tu cansancio en renovado vigor.



* Enviado por el P. Natalio

CON OJOS NUEVOS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 28 OCTUBRE 2018


Con ojos nuevos



La curación del ciego Bartimeo está narrada por Marcos para urgir a las comunidades cristianas a salir de su ceguera y mediocridad. Solo así seguirán a Jesús por el camino del Evangelio. El relato es de una sorprendente actualidad para la Iglesia de nuestros días.

Bartimeo es "un mendigo ciego sentado al borde del camino". En su vida siempre es de noche. Ha oído hablar de Jesús, pero no conoce su rostro. No puede seguirlo. Está junto al camino por el que marcha Jesús, pero está fuera. ¿No es esta nuestra situación? ¿Cristianos ciegos, sentados junto al camino, incapaces de seguir a Jesús?

Entre nosotros es de noche. Desconocemos a Jesús. Nos falta luz para seguir su camino. Ignoramos hacia dónde se encamina la Iglesia. No sabemos siquiera qué futuro queremos para ella. Instalados en una religión que no logra convertirnos en seguidores de Jesús, vivimos junto al Evangelio, pero fuera. ¿Qué podemos hacer?

A pesar de su ceguera, Bartimeo capta que Jesús está pasando cerca de él. No duda un instante. Algo le dice que en Jesús está su salvación: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!". Este grito repetido con fe va a desencadenar su curación.

Hoy se oyen en la Iglesia quejas y lamentos, críticas, protestas y mutuas descalificaciones. No se escucha la oración humilde y confiada del ciego. Se nos ha olvidado que solo Jesús puede salvar a esta Iglesia. No percibimos su presencia cercana. Solo creemos en nosotros.

El ciego no ve, pero sabe escuchar la voz de Jesús que le llega a través de sus enviados: "¡Ánimo, levántate, que te llama!". Este es el clima que necesitamos crear en la Iglesia. Animarnos mutuamente a reaccionar. No seguir instalados en una religión convencional. Volver a Jesús que nos está llamando. Este es el primer objetivo pastoral.

El ciego reacciona de forma admirable: suelta el manto que le impide levantarse, da un salto en medio de su oscuridad y se acerca a Jesús. De su corazón solo brota una petición: "Maestro, que recobre la vista". Si sus ojos se abren, todo cambiará. El relato concluye diciendo que el ciego recobró la vista y "le seguía por el camino".

Esta es la curación que necesitamos hoy los cristianos. El salto cualitativo que puede cambiar a la Iglesia. Si cambia nuestro modo de mirar a Jesús, si leemos su Evangelio con ojos nuevos, si captamos la originalidad de su mensaje y nos apasionamos con su proyecto de un mundo más humano, la fuerza de Jesús nos arrastrará. Nuestras comunidades conocerán la alegría de vivir siguiéndolo de cerca.


Padre José Antonio Pagola

JESÚS Y EL CIEGO BARTIMEO


JESÚS Y EL CIEGO BARTIMEO



El ciego oye que pasa Jesús y le llama a gritos. No quiere dejar pasar a Jesús sin obtener su ayuda. Jesús le pregunta, ¿qué quieres? Jesús sabía lo que el ciego necesitaba, pero quiere que se lo 
pidamos.


El ciego le pide ver. Nosotros muchas veces también necesitamos ver la voluntad de Dios en nuestra vida: para saber perdonar de corazón, para ver el valor redentor del dolor, para corregir nuestros defectos, etc.

El ciego llamaba a Jesús, y los demás le decían que se calle. El mundo no tolera que se confiese la fe. Lo malo es que muchos católicos caen en la trampa, y se avergüenzan de ser católicos. Lo disimulan. Y si lo manifiestan, lo hacen tímidamente, como pidiendo perdón por serlo.

Dijo Cristo: «A quien me confiese ante los hombres, yo lo defenderé ante mi Padre. Pero no al que se avergüence de Mí».
Tenemos que ser valientes en defender a Cristo y a su Iglesia, siempre que se nos presente ocasión. Hacerlo con prudencia, pero con valentía. Y si esto nos causa contratiempos, Dios nos lo premiará.


Padre Jorge Loring S.J.

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA DE CLAUSURA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS


Homilía del Papa Francisco en la Misa de clausura del Sínodo de los Obispos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


Escuchar, acompañae y testimoniar han sido los tres pasos del recorrido de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se ha celebrado en Roma del 3 al 27 de octubre, y sobre esos tres ejes reflexionó el Papa Francisco en su homilía de la Misa de clausura celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano este domingo 28 de octubre.

A continuación, el texto completo de la homilía pronunciada por el Papa Francisco:

El episodio que hemos escuchado es el último que narra el evangelista Marcos sobre el ministerio itinerante de Jesús, quien poco después entrará en Jerusalén para morir y resucitar. Bartimeo es, por lo tanto, el último que sigue a Jesús en el camino: de ser un mendigo al borde de la vía en Jericó, se convierte en un discípulo que va con los demás a Jerusalén.

Nosotros también hemos caminado juntos, hemos “hecho sínodo” y ahora este evangelio sella tres pasos fundamentales para el camino de la fe.

En primer lugar, nos fijamos en Bartimeo: su nombre significa “hijo de Timeo”. Y el texto lo especifica: «El hijo de Timeo, Bartimeo» (Mc 10,46). Pero, mientras el Evangelio lo reafirma, surge una paradoja: el padre está ausente. Bartimeo yace solo junto al camino, lejos de casa y sin un padre: no es alguien amado sino abandonado. Es ciego y no tiene quien lo escuche. Jesús escucha su grito.

Y cuando lo encuentra le deja hablar. No era difícil adivinar lo que Bartimeo le habría pedido: es evidente que un ciego lo que quiere es tener o recuperar su vista. Pero Jesús no es expeditivo, da tiempo a la escucha. Este es el primer paso para facilitar el camino de la fe: escuchar. Es el apostolado del oído: escuchar, antes de hablar.

Por el contrario, muchos de los que estaban con Jesús imprecaban a Bartimeo para que se callara (cf. v. 48). Para estos discípulos, el necesitado era una molestia en el camino, un imprevisto en el programa. Preferían sus tiempos a los del Maestro, sus palabras en lugar de escuchar a los demás: seguían a Jesús, pero lo que tenían en mente eran sus propios planes.


Es un peligro del que tenemos que prevenirnos siempre. Para Jesús, en cambio, el grito del que pide ayuda no es algo molesto que dificulta el camino, sino una pregunta vital. ¡Qué importante es para nosotros escuchar la vida! Los hijos del Padre celestial escuchan a sus hermanos: no las murmuraciones inútiles, sino las necesidades del prójimo.

Escuchar con amor, con paciencia, como hace Dios con nosotros, con nuestras oraciones a menudo repetitivas. Dios nunca se cansa, siempre se alegra cuando lo buscamos. Pidamos también nosotros la gracia de un corazón dócil para escuchar. Me gustaría decirles a los jóvenes, en nombre de todos nosotros, adultos: disculpadnos si a menudo no os hemos escuchado; si, en lugar de abrir vuestro corazón, os hemos llenado los oídos.

Como Iglesia de Jesús deseamos escucharos con amor, seguros de dos cosas: que vuestra vida es preciosa ante Dios, porque Dios es joven y ama a los jóvenes; y que vuestra vida también es preciosa para nosotros, más aún, es necesaria para seguir adelante.

Después de la escucha, un segundo paso para acompañar el camino de fe: hacerse prójimos. Miramos a Jesús, que no delega en alguien de la «multitud» que lo seguía, sino que se encuentra con Bartimeo en persona. Le dice: «¿Qué quieres que haga por ti?» (v. 51).

Qué quieres: Jesús se identifica con Bartimeo, no prescinde de sus expectativas; que yo haga: hacer, no solo hablar; por ti: no de acuerdo con ideas preestablecidas para cualquiera, sino para ti, en tu situación. Así lo hace Dios, implicándose en primera persona con un amor de predilección por cada uno. Ya en su modo de actuar transmite su mensaje: así la fe brota en la vida.

La fe pasa por la vida. Cuando la fe se concentra exclusivamente en las formulaciones doctrinales, se corre el riesgo de hablar solo a la cabeza, sin tocar el corazón. Y cuando se concentra solo en el hacer, corre el riesgo de convertirse en moralismo y de reducirse a lo social.

La fe, en cambio, es vida: es vivir el amor de Dios que ha cambiado nuestra existencia. No podemos ser doctrinalistas o activistas; estamos llamados a realizar la obra de Dios al modo de Dios, en la proximidad: unidos a él, en comunión entre nosotros, cercanos a nuestros hermanos. Proximidad: aquí está el secreto para transmitir el corazón de la fe, no un aspecto secundario.

Hacerse prójimos es llevar la novedad de Dios a la vida del hermano, es el antídoto contra la tentación de las recetas preparadas. Preguntémonos si somos cristianos capaces de ser prójimos, de salir de nuestros círculos para abrazar a los que “no son de los nuestros” y que Dios busca ardientemente.

Siempre existe esa tentación que se repite tantas veces en las Escrituras: lavarse las manos. Es lo que hace la multitud en el Evangelio de hoy, es lo que hizo Caín con Abel, es lo que hará Pilato con Jesús: lavarse las manos. Nosotros, en cambio, queremos imitar a Jesús, e igual que él ensuciarnos las manos.

Él, el camino (cf. Jn 14,6), por Bartimeo se ha detenido en el camino. Él, la luz del mundo (cf. Jn 9,5), se ha inclinado sobre un ciego. Reconozcamos que el Señor se ha ensuciado las manos por cada uno de nosotros, y miremos la cruz y recomencemos desde allí, del recordarnos que Dios se hizo mi prójimo en el pecado y la muerte. Se hizo mi prójimo: todo viene de allí.


Y cuando por amor a él también nosotros nos hacemos prójimos, nos convertimos en portadores de nueva vida: no en maestros de todos, no en expertos de lo sagrado, sino en testigos del amor que salva.

Testimoniar es el tercer paso. Fijémonos en los discípulos que llaman a Bartimeo: no van a él, que mendigaba, con una moneda tranquilizadora o a dispensar consejos; van en el nombre de Jesús. De hecho, le dirigen solo tres palabras, todas de Jesús: «Ánimo, levántate, que te llama» (v. 49). En el resto del Evangelio, solo Jesús dice ánimo, porque solo él resucita el corazón. Solo Jesús dice en el Evangelio levántate, para sanar el espíritu y el cuerpo.

Solo Jesús llama, cambiando la vida del que lo sigue, levantando al que está por el suelo, llevando la luz de Dios en la oscuridad de la vida. Muchos hijos, muchos jóvenes, como Bartimeo, buscan una luz en la vida. Buscan un amor verdadero. Y al igual que Bartimeo que, a pesar de la multitud, invoca solo a Jesús, también ellos invocan la vida, pero a menudo solo encuentran promesas falsas y unos pocos que se interesan de verdad por ellos.

No es cristiano esperar que los hermanos que están en busca llamen a nuestras puertas; tendremos que ir donde están ellos, no llevándonos a nosotros mismos, sino a Jesús. Él nos envía, como a aquellos discípulos, para animar y levantar en su nombre. Él nos envía a decirles a todos: “Dios te pide que te dejes amar por él”. Cuántas veces, en lugar de este mensaje liberador de salvación, nos hemos llevado a nosotros mismos, nuestras “recetas”, nuestras “etiquetas” en la Iglesia.

Cuántas veces, en vez de hacer nuestras las palabras del Señor, hemos hecho pasar nuestras ideas por palabra suya. Cuántas veces la gente siente más el peso de nuestras instituciones que la presencia amiga de Jesús. Entonces pasamos por una ONG, por una organización paraestatal, no por la comunidad de los salvados que viven la alegría del Señor.

Escuchar, hacerse prójimos, testimoniar. El camino de fe termina en el Evangelio de una manera hermosa y sorprendente, con Jesús que dice: «Anda, tu fe te ha salvado» (v. 52). Y, sin embargo, Bartimeo no hizo profesiones de fe, no hizo ninguna obra; solo pidió compasión.

Sentirse necesitados de salvación es el comienzo de la fe. Es el camino más directo para encontrar a Jesús. La fe que salvó a Bartimeo no estaba en la claridad de sus ideas sobre Dios, sino en buscarlo, en querer encontrarlo. La fe es una cuestión de encuentro, no de teoría. En el encuentro Jesús pasa, en el encuentro palpita el corazón de la Iglesia. Entonces, lo que será eficaz es nuestro testimonio de vida, no nuestros sermones.

Y a todos vosotros que habéis participado en este “caminar juntos”, os agradezco vuestro testimonio. Hemos trabajado en comunión y con franqueza, con el deseo de servir a Dios y a su pueblo. Que el Señor bendiga nuestros pasos, para que podamos escuchar a los jóvenes, hacernos prójimos suyos y testimoniarles la alegría de nuestra vida: Jesús.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 18


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 18
VISITA A LA CARTUJA



“Oremos, estos días la oración es el más grande y poderoso apostolado”. (San José Marello)



En 1876 José Marello fue a visitar la Cartuja de Pavía, un famoso y artístico monasterio de los cartujos.

En ese tiempo la cartuja no estaba abierta al Publio, y en ella no se celebraba ninguna función religiosa. En efecto, los cartujos habían sido expulsados por el gobierno. Hasta la hermosísima iglesia había sido convertida en almacenes del estado.

Esto es lo que paso en la visita de José Marello, como describe el Señor Sasso, custodio de la cartuja.

- Después de dar una vuelta por la iglesia (ya no iglesia), el canónigo Marello se fue al coro y se puso de rodillas. Oraba con tanta devoción que yo me quede maravillado; nunca había visto un sacerdote orar así en una Iglesia…

Casi sin darme cuenta me puse de rodillas yo también.
Cuando se puso de pie le pregunte, por curiosidad quien era.
- Un canónigo de Asti, me contesto. Eso, nada más.

Pero su imagen se quedó grabada en mi memoria y lo reconocí unos años después, durante cuando un viaje de Acqui tuve que presentarme al Obispo: era él, él mismo…

Recuerdo que dije al canónigo Mazzatti:
- Acqui tiene la dicha de un obispo que reza con mucha devoción.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...