miércoles, 20 de septiembre de 2017

QUIÉN PUSO CAPÍTULOS A LA BIBLIA?

¿Quién puso capítulos a la Biblia?
Fueron los judíos quienes, al reunirse los sábados en las sinagogas comenzaron a dividir en secciones la Ley. 


Por: Ariel Álvarez Valdés | Fuente: Revista San Pablo 




Un detalle no previsto
Dentro de las cientos de páginas que contiene la Biblia, es muy fácil encontrar exactamente una palabra o frase cualquiera en muy poco tiempo gracias al sistema de capítulos y versículos que tiene, y que se emplea para citarlas.

Pero cuando los autores sagrados compusieron individualmente los libros que luego formarían parte de la Biblia, no los dividieron así. En efecto, nunca imaginaron, mientras escribía cada uno su obra, que ésta terminaría siendo leída por millones y millones de personas, explicada a lo largo de los siglos, comentadas cada una de sus frases, analizado su estilo literario. Ellos simplemente dejaron correr la pluma sobre el papel bajo la inspiración del Espíritu Santo, y compusieron un texto largo y continuo desde la primera página hasta la última.

Fueron los judíos quienes, al reunirse los sábados en las sinagogas comenzaron a dividir en secciones la Ley (es decir, los cinco primeros libros bíblicos, o Pentateuco), y también los libros de los Profetas, a fin de poder organizar la lectura continuada.

Nació así la primera división de la Biblia, en este caso del Antiguo Testamento, que sería de tipo "litúrgica" puesto que era empleada en las celebraciones cultuales.


El ensayo judío
Como los judíos procuraban leer toda la Ley en el transcurso de un año, la dividieron en 54 secciones (tantas, cuantas semanas tiene el año) llamadas "perashiyyot" (= divisiones). Estas separaciones estaban señaladas en el margen de los manuscritos, con la letra "p".

Los Profetas no fueron divididos enteros en "perashiyyot", como la Ley, sino que se seleccionaron de ellos 54 trozos, llamados "haftarot" (= despedidas), porque con su lectura se cerraba en las funciones litúrgicas la lectura de la Biblia.

El evangelio de san Lucas (4, 16-19) cuenta que en cierta oportunidad Jesús fue de visita a su pueblo natal, Nazaret, en donde se había criado, y cuando llegó el sábado concurrió puntualmente a la sinagoga a participar del oficio como todo buen judío. Y estando allí lo invitaron a hacer la lectura de los Profetas. Entonces él pasó al frente, tomó el rollo y leyó la "haftarah" que tocaba aquel día, es decir, la sección de los Profetas correspondiente a ese sábado. Lucas nos informa que pertenecía al profeta Isaías, y que era el párrafo que actualmente ha quedado formando parte del capítulo 61 según nuestro moderno sistema de división.


El ensayo cristiano
Los primeros cristianos tomaron de los judíos esta costumbre de reunirse semanalmente para leer los libros sagrados. Pero ellos agregaron a la Ley y los Profetas también los libros correspondientes al Nuevo Testamento. Es por eso que resolvieron dividir también estos rollos en secciones o capítulos para que pudieran ser cómodamente leídos en la celebración de la eucaristía.

Nos han llegado hasta nosotros algunos manuscritos antiguos, del siglo V, en donde aparecen estas primeras tentativas de divisiones bíblicas. Y por ellos sabemos, por ejemplo, que en aquella antigua clasificación Mateo tenía 68 capítulos, Mc 48, Lc 83 y Jn 18.

Con este fraccionamiento de los textos de la Biblia se había logrado no sólo una mejor organización en la liturgia, y una celebración de la palabra más sistemática, sino que también servía para un estudio mejor de la Sagrada Escritura, ya que facilitaba enormemente el encontrar ciertas secciones, perícopas o frases que normalmente hubieran llevado mucho tiempo hallarlas en el intrincado volumen.


Lo hizo un arzobispo
Pero con el correr de los siglos se acrecentó el interés por la palabra de Dios, por leerla, estudiarla, y conocerla con mayor precisión. Ya no bastaban estas divisiones litúrgicas, sino que hacía falta otra más precisa, basada en criterios más académicos, donde se pudiera seguir un esquema o descubrir alguna estructura en cada libro. Además se imponía una división de todos los libros de la Biblia, y no sólo los que eran leídos en las reuniones cultuales.

El mérito de haber emprendido esta división de toda la Biblia en capítulos tal cual la tenemos actualmente correspondió a Esteban Langton, futuro arzobispo de Canterbury (Inglaterra).

En 1220, antes de que fuera consagrado como tal, mientras se desempeñaba como profesor de la Sorbona, en París, decidió crear una división en capítulos, más o menos iguales. Su éxito fue tan resonante que la adoptaron todos los doctores de la Universidad de París, con lo que quedó consagrado su valor ante la Iglesia.

Se conserva el manuscrito
Langton había hecho su división sobre un nuevo texto latino de la Biblia, es decir, de la Vulgata, que acababa de ser corregido y purificado de viejos errores de transcripción. Esta división fue luego copiada sobre el texto hebreo, y más tarde transcripta en la versión griega llamada de los Setenta.

Cuando en 1228 murió Esteban Langton, los libreros de París ya habían divulgado su creación en una nueva versión latina que acababan de editar, llamada "Biblia parisiense", la primera Biblia con capítulos de la historia.

Fue tan grande la aceptación que tuvo la minuciosa obra del futuro arzobispo, que la admitieron inclusive los mismos judíos para su Biblia hebrea. En efecto, en 1525 Jacob ben Jayim publicó una Biblia rabínica en Venecia, que contenía los capítulos de Langton. Desde entonces el texto hebreo ha heredado esta misma clasificación.

Hasta el día de hoy se conserva en la Biblioteca Nacional de París, con el número 14417, la Biblia latina que empleara el arzobispo de Canterbury para su singular trabajo y que, sin saberlo él, estaba destinado a extenderse por el mundo.

Más cortas, son mejores
Pero a medida que el estudio de la Biblia ganaba en precisión y minuciosidad, estas grandes secciones de cada libro, llamadas capítulos, se mostraron ineficaces. Era necesario todavía subdividirlos en partes más pequeñas con numeraciones propias, a fin de ubicar con mayor rapidez y exactitud las frases y palabras deseadas.

Uno de los primeros intentos fue el del dominico italiano Santos Pagnino, el cual en 1528 publicó en Lyon una Biblia toda entera subdividida en frases más cortas, que tenían un sentido más o menos completo: los actuales versículos.

Sin embargo no le correspondería a él la gloria de ser el autor de nuestro actual sistema de clasificación de versículos, sino a Roberto Stefano, un editor protestante. Éste aceptó, para los libros del Antiguo Testamento, la división hecha por Santos Pagnino, y resolvió adoptarla con pequeños retoques. Pero curiosamente el dominico no había puesto versículos a los 7 libros deuterocanónicos (es decir, a los libros de Tobías, Judit, 1 y 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc), por lo cual Stefano tuvo que completar esta labor.

El trabajo definitivo
En cambio la división del Nuevo Testamento no fue de su agrado, y decidió sustituirla por otra, hecha por él mismo. Su hijo nos cuenta que se entregó a esta tarea durante un viaje a caballo de París a Lyon.

Stefano publicó primero el Nuevo Testamento en 1551, y luego la Biblia completa en 1555. Y fue él el organizador y divulgador del uso de versículos en toda la Biblia, sistema éste que con el tiempo se impondría en el mundo entero.

Esta división, al igual que la anterior en capítulos, también fue hecha sobre un texto latino de la Biblia. Sólo en 1572 se publicó la primera Biblia hebrea con los versículos.

Finalmente el papa Clemente VIII hizo publicar una nueva versión de la Biblia en Latín para uso oficial de la Iglesia, pues el texto anterior de tanto ser copiado a mano había sido deformado. La obra vio la luz el 9 de noviembre de 1592, y fue la primera edición de la Iglesia Católica que apareció con la ya definitiva división de capítulos y versículos.

No salió del todo bien
De esta manera quedó constituida la fachada actual que exhiben todas nuestras Biblias. Pero lejos de ser afortunadas, estas divisiones muestran muchas deficiencias, que revelan la manera arbitraria en que han sido colocadas, y que los estudiosos actuales pueden detectar pero que quienes las hicieron entonces no estaban en condiciones de saberlo.

Por ejemplo, Esteban Langton en el libro de la Sabiduría interrumpe un discurso sobre los pecadores para colocar el capítulo 2, cuando lo más natural hubiera sido colocarlo un versículo más arriba, donde naturalmente comienza. Otro ejemplo más grave es el capítulo 6 del libro de Daniel, que comienza en el medio de una frase inconclusa, cuando debería haberlo puesto pocas palabras más adelante.

También los versículos exhiben esta inexactitud. Uno de los casos más curiosos es el de Génesis 2, en el que el versículo 4 abarca dos frases. Pero la primera pertenece a un relato del siglo VI y la segunda a otro... ¡cuatrocientos años anterior! Y ambos forman parte de un mismo versículo. También en Isaías 22 tenemos que la primera parte del versículo 8 pertenece a un oráculo del profeta, mientras que la segunda, de otro estilo y tenor, fue escrita doscientos años más tarde.


La minuciosidad sabida
La disposición en capítulos y versículos de la Biblia ha sido el comienzo de un cada vez más profundo estudio de este libro.

Hoy de la Biblia conocemos hasta sus más pequeños detalles. Sabemos que sus capítulos son 1.328. Que posee 40.030 versículos. Que las palabras en el texto original suman 773.692. Que tiene 3.566.480 letras. Que la palabra Yahvé, el nombre sagrado de Dios, aparece 6.855 veces. Que el salmo 117 se encuentra justo en la mitad de la Biblia. Que si uno toma la primera letra "t" hebrea en la primera línea del Génesis, y luego anota las siguientes letras número 49 (49 es el cuadrado de 7) aparece la palabra hebrea "Torá" (= Ley) perfectamente escrita.

El libro ha sido puesto en la computadora, minuciosamente analizado, cuidadosamente enumerado en todos los sentidos, al derecho y al revés, y descubierto las combinaciones y las cábalas más curiosas imaginables. Se ha encontrado la frecuencia constante de determinadas palabras a lo largo de los distintos libros, hecho misterioso ya que quienes los escribían no sabían que iban a terminar formando parte de un volumen más grueso.

Ha sido sometida a cuantos estudios puedan hacerse. Ahora sólo falta que nos decidamos a vivir lo que enseña, y a creer lo que nos promete, con el mismo ahínco.

NOVENA A LOS SANTOS ARCÁNGELES DEL 20 AL 28 SEPTIEMBRE


Hoy 20 de septiembre se inicia la novena a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael



 (ACI).- El 29 de septiembre la Iglesia celebrará la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, quienes aparecen en la Biblia con misiones importantes de Dios.

Por ello, aquí una novena en honor de estos tres amigos del cielo que tienen la tarea de defender al hombre en la lucha contra los planes del demonio.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal.

Y tú, María, reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.

Oración a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael:

San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te imploramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios.

San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te imploramos, para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue.

San Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Te imploramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.

Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios. Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados. Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo.

Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración.

Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor.

Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros. Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa. Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor.

Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente.

Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna. Amén.

(Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

Invocaciones finales

San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros. Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 SEPTIEMBRE


Los cinco minutos de María
Setiembre 20



“María es la Virgen oferente, ejemplo para toda la Iglesia en el ejercicio del culto divino.

Bien pronto los fieles comenzaron a fijarse en María, para, como ella, hacer de su propia vida una ofrenda a Dios” (Beato Pablo VI).

“Ofrece tu Hijo, Virgen Sagrada, y presenta al Señor el fondo bendito de tu vientre. Ofrece por la reconciliación de todos nosotros, la víctima santa, agradable a Dios”


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 20 SEPTIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Miércoles de la 24ª semana del Tiempo Ordinario
20 septiembre




Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14-16):

Aunque espero ir a verte pronto, te escribo esto por si me retraso; quiero que sepas cómo hay que conducirse en la casa de Dios, es decir, en la asamblea de Dios vivo, columna y base de la verdad. Sin discusión, grande es el misterio que veneramos: Manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, predicado a los paganos, creído en el mundo, llevado a la gloria.

Palabra de Dios
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Salmo
Sal 110,1-2.3-4.5-6

R/. Grandes son las obras del Señor

Doy gracias al Señor de todo corazón, 
en compañía de los rectos, en la asamblea. 
Grandes son las obras del Señor, 
dignas de estudio para los que las aman. R/. 

Esplendor y belleza son su obra, 
su generosidad dura por siempre; 
ha hecho maravillas memorables, 
el Señor es piadoso y clemente. R/. 

Él da alimento, a sus fieles, 
recordando siempre su alianza; 
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, 
dándoles la heredad de los gentiles. R/.
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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,31-35):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocarnos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis." Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores." Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»

Palabra del Señor


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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 20 de septiembre de 2017


Queridos hermanos:

El texto nos presenta una ruptura en Israel, por un lado el éxito con  la acogida de los enviados de Dios, y por otro, el rechazo inscrito en unos corazones  obstinados. El final del libro de  los Hechos de los Apóstoles subraya esta dramática división que provocan las palabras de juicio contra los obstinados: “sabed, pues, que esta salvación de Dios ha sido ofrecida a los paganos; ellos sí la escucharán” (Hechos 28,28).

Lucas habla de unos muchachos que juegan, pero no es fácil describirlos, porque no se conocen realmente en qué consistían sus juegos. De todos modos podría entenderse también la historia en el sentido de que el juego ha fracasado porque los muchachos  se quedan sentados, obstinados, rechazando todo tipo de invitaciones. No han querido ni bailar en el juego de bodas ni llorar en el juego de los funerales; es decir, no han respondido a la llamada de los músicos.

Juan Bautista no bebía licores ni comía más que alimentos crudos,  no manjares preparados por la mano del hombre. Jesús comía y bebía acompañando a sus amigos, en especial a los publicanos y pecadores, manifestando así la benevolencia que Dios tiene por ellos. Y ambos se convierten en señal de contradicción  para los dirigentes del pueblo judío empeñados en hacer desaparecer a ambos.

El salmo que hoy leemos en la liturgia nos ayuda  a ser sabios con la sabiduría de Dios. Es un himno a la bondad de Dios manifestada en la belleza y bondad de sus obras. Y es en este salmo donde se recoge una de las afirmaciones  fundamentales de la tradición sapiencial: “el temor del Señor es el principio del saber”. Es decir, la sabiduría plena es un don divino y sólo se alcanza desde una actitud de “temor de Dios”, entendido como reconocimiento, obediencia y fidelidad amorosa. El fracaso de los que se consideran dueños de la verdad está precisamente en esa falta de sabiduría que les impide entrar en el Reino a ellos y que tampoco quieren dejar entrar a los demás.

* Ciudadredonda


PAPA FRANCISCO SE SOLIDARIZA CON VÍCTIMAS DE TERREMOTO EN MÉXICO, PIDE ORACIONES


Terremoto en México: Papa Francisco se solidariza con víctimas y pide oraciones



VATICANO, 20 Sep. 17 / 03:39 am (ACI).- El Papa Francisco mostró su cercanía y solidaridad con las víctimas del terremoto de magnitud 7,1 que el martes 19 asoló México y que dejó al menos 200 muertos como consecuencia del derrumbe de numerosas edificaciones.

“Ayer un terrible terremoto ha asolado México. Vi que hay muchos mexicanos hoy aquí entre ustedes. Causó numerosas víctimas y daños materiales. En este momento de dolor quiero manifestar mi cercanía y oración a toda la querida población mexicana”, señaló el Santo Padre tras pronunciar su catequesis este miércoles en la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Pontífice, también invitó a rezar por los fallecidos, los heridos, los que han perdido sus hogares y por todos los que ayudan en las tareas de rescate.

“Elevemos todos juntos nuestra plegaria a Dios para que acoja en su seno a los que han perdido la vida, conforte a los heridos, sus familiares y a todos los damnificados".

"Pidamos también por todo el personal de servicio y de socorro que presta su ayuda a todas las personas afectadas, y que nuestra madre, la Virgen de Guadalupe, esté cerca de la querida nación mexicana”, exhortó el Pontífice.

El terremoto se produjo a las 13.14, hora local, a 57 kilómetros de profundidad en la zona central de México.

Según indicó el Servicio Sismológico Nacional de México, el epicentro estuvo a 12 kilómetros al sureste de Axocchiapan, Morelos.

Este fuerte sismo ocurre el 19 de septiembre, exactamente 32 años después del devastador temblor de 1985 que dejó gran destrucción y miles de muertos en el país, y 12 días después del terremoto de 8,1 de magnitud que cobró la vida de 96 personas.

OREMOS POR MÉXICO!!!





martes, 19 de septiembre de 2017

PERDONAR A TODOS


Perdonar a todos




Hay que perdonar a todos, incluso a los difuntos. Dice la mística María Simma que un día fue a visitarla un campesino y le dijo:

—  Estoy construyendo un establo y cada vez que el muro llega a cierta altura, se cae. Hay algo extraño y sobrenatural en esto. ¿Qué puedo hacer?
—  ¿Hay algún difunto que tiene algo contra ti, a quién guardas rencor?
—  Oh sí, pensaba que no podía ser sino él. Me hizo mucho daño y no lo puedo perdonar.
—  Él quiere que lo perdones para estar en paz.
—  ¿Perdonarlo yo? ¿A él que tanto daño me ha hecho de vivo? ¿Para que vaya al cielo? No.
—  Pues no te dará reposo hasta que lo hayas perdonado de corazón. ¿Cómo puedes decir en el Padrenuestro: “Perdónanos como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”? Es como si dijeras a Dios: No me perdones como yo tampoco perdono.

El hombre se quedó pensativo y dijo: Tienes razón. En nombre de Dios lo perdono para que Dios me perdone también a mí. Desde ese día, no tuvo más problemas con el establo y pudo tener paz y amor en su corazón.


* Enviado por el P. Natalio

SAN GENARO DE NÁPOLES, 19 SEPTIEMBRE


Genaro de Nápoles, Santo
Memoria Litúrgica, 19 de septiembre


Por: n/a | Fuente: evangeliodeldia.org 




Obispo y Mártir

Martirologio Romano: San Genaro, obispo de Benevento, mártir por Cristo en Puzzuoli, cerca de la ciudad de Nápoles, en la Campania, en tiempo de persecución contra la fe cristiana (siglo IV).

Breve Biografía

Los santos Genaro, Festo, Desiderio, Sosso, Eutiques y Acucio, de los que tenemos Passiones muy posteriores, parece que derramaron su sangre por Cristo al comienzo del siglo IV.-

En una breve nota hagiográfica de la Liturgia de las Horas se lee, efectivamente, que Genaro "fue obispo de Benevento; durante la persecución de Diocleciano sufrió el martirio, juntamente con otros cristianos, en la ciudad de Nápoles, en donde se le tiene una especial veneración".-

Los obispos de Benevento con este nombre son por lo menos dos: San Genaro, mártir en el 305, y San Genaro 11, que en el 342 participó en el concilio de Sardes. Este último, perseguido ,por los arrianos por su adhesión a la fe de Nicea, se lo habría venerado como mártir. Pero la mayoría de los historiadores se inclinan a identificar al patrono de Nápoles con el primero, o mejor con un mártir napolitano de Pozzuoli.-

Condenado "ad bestias" en el anfiteatro de Pozzuoli, junto con los compañeros de fe, a causa del atraso de un juez, fue decapitado en vez de ser echado en pasto a las fieras para la gratuita y macabra diversión de los paganos.-

Más de un siglo después, en el 432, con ocasión del traslado de las reliquias de Pozzuoli a Nápoles, una mujer le habría entregado al obispo Juan dos ampollas pequeñas con la sangre coagulada de San Genaro. Casi como garantía de la afirmación de la mujer la sangre se volvió líquida ante los ojos del obispo y de una gran muchedumbre de fieles.-

Ese acontecimiento extraordinario se repite constantemente todos los años en determinados días, es decir, el sábado anterior al primer domingo de mayo y en los ocho días siguientes; el 16 de diciembre y el 19 de septiembre y durante toda la octava de las celebraciones en su honor.-

El fenómeno se realiza también en fechas variables, y de ahí deducen los devotos del santo acontecimientos faustos o infaustos. Los testimonios de este fenómeno comienzan desde 1329 y son tan numerosos y concordantes que no se pueden tener dudas.-

El prodigio, porque así lo considera hasta la ciencia, merece la afectuosa admiración con que lo sigue el pueblo. La sincera devoción de los napolitanos por este mártir, históricamente poco identificable, ha hecho que la memoria de San Jenaro, celebrada litúrgicamente desde 1586, se haya conservado en el nuevo calendario.-

Puesto que el fenómeno no tiene ninguna explicación natural, pues no depende ni de la temperatura ni del ambiente, podemos atribuirle el significado simbólico de vivo testimonio de la sangre de todos los mártires en la vida de la Iglesia, que nació de la sangre de la primera víctima, Cristo crucificado.-


Entre los elementos positivamente ciertos en relación con esta reliquia, figuran los siguientes:

1 -La substancia oscura que se dice ser la sangre de San Genaro (la que, desde hace más de 300 años permanece herméticamente encerrada dentro del recipiente de cristal que está sujeta y sellada por el armazón metálico del relicario) no ocupa siempre el mismo volumen dentro del recipiente que la contiene. Algunas veces, la masa dura y negra ha llenado casi por completo el recipiente y, en otras ocasiones, ha dejado vacío un espacio equivalente a más de una tercera parte de su tamaño.-

2 -Al mismo tiempo que se produce esta variación en el volumen, se registra una variante en el peso que, en los últimos años, ha sido verificada en una balanza rigurosamente precisa. Entre el peso máximo y el mínimo se ha llegado a registrar una diferencia de hasta 27 gramos.-

3 -El tiempo más o menos rápido en que se produce la licuefacción, no parece estar vinculado con la temperatura ambiente. Hubo ocasiones en que la atmósfera tenía una temperatura media de más de 30º centígrados y transcurrieron dos horas antes de que se observaran signos de licuefacción. Por otra parte, en temperaturas de 5º a 8º centígrados más bajas, la completa licuefacción se produjo en un lapso de 10 a 15 minutos.-

4 -No siempre tiene lugar la licuefacción de la misma manera. Se han registrado casos en que el contenido líquido burbujea, se agita y adquiere un color carmesí muy vivo, en otras oportunidades, su color es opaco y su consistencia pastosa.-

Aunque no se ha podido descubrir razón natural para el fenómeno, la Iglesia no descarta que pueda haberlo. La Iglesia no se opone a la investigación porque ella busca la verdad. La fe católica enseña que Dios es todopoderoso y que todo cuanto existe es fruto de su creación. Pero la Iglesia es cuidadosa en determinar si un particular fenómeno es, en efecto, de origen sobrenatural .-

La Iglesia pide prudencia para no asentir ni rechazar prematuramente los fenómenos. Reconoce la competencia de la ciencia para hacer investigación en la búsqueda de la verdad, cuenta con el conocimiento de los expertos.-

Una vez que la investigación establece la certeza de un milagro fuera de toda duda posible, da motivo para animar nuestra fe e invitarnos a la alabanza. En el caso de los santos, el milagro también tienen por fin exaltar la gloria de Dios que nos da pruebas de su elección y las maravillas que El hace en los humildes.-

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San Genaro
ORACIÓN

Señor,
tú que nos has congregado hoy
para venerar la memoria del mártir San Genaro,
concédenos que podamos ir a gozar en tu reino,
juntamente con él, de la alegría que no tiene fin.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-
Amén

UN AÑO MÁS SE PRODUCE EL MILAGRO: SE LICUÓ LA SANGRE DE SAN GENARO


Un año más se produce el milagro: Se licuó la sangre de San Genaro
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




Nápoles, 19 Sep. 17 / 04:08 am (ACI).- Ha vuelto a ocurrir. Un año más, la sangre de San Genaro Obispo y santo patrón de Nápoles, se licuó en el día de su fiesta y martirio a las 10:00 a.m., hora de Italia.

Cientos de fieles abarrotaron la Catedral napolitana a la espera de que ocurriese el esperado milagro. Cuando fue anunciado el hecho extraordinario, rompieron en un largo aplauso.


El Arzobispo de Nápoles, Cardenal Crescenzio Sepe, levantó el relicario que contiene la sangre del santo del siglo III mientras se agitaba un tradicional pañuelo blanco.

Como es tradición, las ampollas que contienen la sangre permanecerán a la vista en la Catedral durante varios días antes de ser devuelto a una bóveda en la capilla del tesoro de la catedral.

La sangre seca de San Genaro se conserva en dos ampollas de vidrio y se licua tradicionalmente tres veces al año: el primer domingo de mayo, el 19 de septiembre, fiesta del Santo y el 16 de diciembre. La Iglesia dice que el milagro sucede gracias a la dedicación y las oraciones de los fieles.

El milagro consiste en que la masa de sangre reseca rojiza, adherida a un lado de la ampolla, se convierte en sangre completamente líquida tras el paso de varios minutos, llegando a cubrir todo el vidrio.

El proceso de licuefacción a veces toma horas, incluso días o en ocasiones no sucede en absoluto. En los días en que no se produce el milagro, los fieles locales interpretan que podría haber un desastre.

“La prodigiosa licuefacción de la sangre de Genaro es un evento de naturaleza exclusivamente religiosa que es vivida con fe viva y sincera”.

“Cualquier otra interpretación, que tendría que estar ausente de esta dimensión religiosa, sería ridícula y engañosa, incluso si es posible, como ha ocurrido en el pasado, profundizar y discutir algunos aspectos del fenómeno como el científico, el sociológico, el artístico”, afirmó.

PAPA FRANCISCO DA UN NUEVO IMPULSO AL INSTITUTO JUAN PABLO II SOBRE MATRIMONIO Y FAMILIA


El Papa da un nuevo impulso al Instituto Juan Pablo II sobre matrimonio y familia
Por Álvaro de Juana
 Foto: ACI Prensa






VATICANO, 19 Sep. 17 / 05:41 am (ACI).- El Papa Francisco ha aprobado un “Motu Proprio” con el que instituye el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia cambiando de esta manera el hasta ahora Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, surgido bajo la inspiración del Papa Wojtyla que quiso ser recordado como el Papa de la Familia.

En el texto, el Santo Padre afirma que tras el Sínodo de la Familia celebrado entre el 2014 y el 2015, así como después del documento post sinodal Amoris Laetitia, se ha visto la necesidad de “una renovada conciencia del evangelio de la familia y de los nuevos desafíos pastorales a los que la comunidad cristiana está llamada a responder”.


“El cambio antropológico-cultural, que influencia hoy todos los aspectos de la vida y requiere un enfoque analítico y diversificado, no nos consiente limitarnos a prácticas de la pastoral y de la misión que reflexionen sobre formas o modelos del pasado”.

Por ello, “debemos ser intérpretes conscientes y apasionados de la sabiduría de la fe en un contexto en el que los individuos son menos ayudados que en el pasado por las estructuras sociales, en su vida afectiva y familiar”, dice el Papa.


“Debemos mirar con intelecto de amor y con sabio realismo la realidad de la familia hoy, en toda su complejidad, en sus luces y en sus sombras”.

Francisco explica que “por estas razones he creído oportuno dar un nuevo aspecto jurídico al Instituto Juan Pablo II para que la ‘profética intuición de San Juan Pablo II, que ha querido fuertemente esta institución académica, hoy pueda ser todavía mejor reconocida y apreciada en la fecundidad y la actualidad”.

Los cambios

Con las modificaciones establecidas por el Pontífice, se amplían “los campos de interés, tanto en orden a las nuevas dimensiones de la tarea pastoral y de la misión eclesial, como en referencia a los desarrollos de las ciencias humanas y de la cultura antropológica en un campo fundamental para la cultura de la vida”.

El Motu Proprio se compone de 6 artículos y en ellos se establecen los cambios. En ellos se subraya que el nuevo Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia, que pertenece a la Pontificia Universidad Lateranense, continúe siendo fiel “a la inspiración original”.

El artículo 2 señala que el nuevo Instituto “constituirá un centro académico de referencia, al servicio de la misión de la Iglesia universal, en el campo de las ciencias que respectan al matrimonio y a la familia, y respecto a los temas relacionados con la fundamental alianza del hombre y de la mujer para el cuidado de las generaciones y de la creación”. 


El nuevo Instituto tendrá una estrecha relación con la Congregación para la Educación Católica, con el dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y con la Pontificia Academia por la Vida.

Además, dispondrá de cátedras, profesores, programas y personal administrativo para que desempeñe correctamente su misión. Podrá otorgar el doctorado en Ciencias sobre el Matrimonio y Familia; la licenciatura en Ciencias sobre Matrimonio y Familia, así como el diploma en Ciencias sobre Matrimonio y Familia.

El Pontificio Instituto Juan Pablo II fue creado en 1981 por el San Juan Pablo II, con el objetivo de ofrecer una contribución sobre la verdad sobre matrimonio y la familia. Desde entonces se ha convertido en todo un referente.

EL CORAZÓN DE DIOS SE ESTREMECE ANTE EL SUFRIMIENTO


El Corazón de Dios se estremece ante el sufrimiento
Demos cabida a Dios en nuestra vida para que él nos consuele, nos ayude, nos de paciencia.


Por: P Juan J. Ferrán | Fuente: Catholic.net 




Contemplamos a Cristo siempre en acción, haciendo el bien, de ciudad en ciudad. Un día se dirige a una ciudad llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. De repente en la puerta de la ciudad se cruza con un cortejo fúnebre. Se llevaba a enterrar a un muerto, hijo único de una madre viuda, tal vez muy conocida en la ciudad, porque la acompañaba mucha gente. Jesús, al ver aquella escena, se conmueve y dijo a la madre: "No llores". Luego se dirigió al féretro, lo tocó, y dijo: "Joven, a ti te digo: Levántate". El milagro fue espectacular: el joven se incorporó y se puso a hablar. Y Jesús, dice curiosamente el Evangelio, "Se lo dio a su madre". Aquel milagro provocó un gran temor y admiración y frases como "Dios ha visitado a su pueblo" empezaron a ir de boca en boca. Aquel hecho traspasó los límites del pueblo y se extendió por toda la comarca.

En la vida de la mujer, madre, esposa, soltera, viuda, joven o mayor siempre se termina dando una realidad estremecedora que es la aparición del dolor y del sufrimiento. Es una forma de participación en la cruz de Cristo. El dolor por los hijos en sus múltiples formas, el abandono de un marido, la ansiedad por un futuro no resuelto, el rechazo a la propia realidad, en anhelo de tantas cosas bellas no conseguidas, las expectativas no realizadas, la soledad que machaca a corazones generosos en afectos, la impotencia ante el mal constituyen formas innumerables de sufrimiento. Y ante el sufrimiento y el dolor siempre se experimenta la impotencia y la incapacidad. Nunca se está tan solo como ante el dolor.

El mal, el sufrimiento, el dolor han entrado al mundo por el pecado. Dios no ha querido el mal ni quiere el mal para nadie. Es una triste consecuencia, entre otras muchas, de ese pecado que desbarató el plan original de Dios sobre el hombre y la humanidad. Por ello, no echemos la culpa a Dios del sufrimiento, sino combatamos el mal que hay en el ser humano y que es la raíz de tanto dolor en el mundo. Demos cabida a Dios en nuestra vida para que él nos consuele, nos ayude, nos de paciencia. Saquemos del dolor y del sufrimiento la lección que Cristo nos ha dado en la cruz: el dolor es fuente de salvación y de mérito.

No tratemos de racionalizar el sufrimiento y el dolor. Es ya parte de una realidad que es nuestra condición humana. La razón se estrella contra el dolor. Por ello, hay que buscar otros caminos. En lugar de tratar de explicarlo, démosle sentido; en lugar de querer comprenderlo, hágamoslo meritorio; en lugar de exigirle a Dios respuestas, aceptémoslo con humildad. No llena el corazón el conocer por qué una madre ha perdido un hijo o una esposa ha sido abandonada por su marido o una mujer no encuentra quien la quiera. El dolor no se soluciona conociendo las respuestas. El dolor se asume dándole sentido. Eso es lo que el Señor nos enseña desde la Cruz.

Abramos también el corazón a la pedagogía del dolor y del sufrimiento. El dolor es liberador: enseña el desprendimiento de las cosas, educa en el deseo del cielo, proclama la cercanía de Dios, demuestra el sentido de la vida humana, proclama la caducidad de nuestras ilusiones. Además el dolor es universal: sea el físico o el moral, se hace presente en la vida de todos los seres humanos: niños y jóvenes, adultos o ancianos. Nadie se libra de su presencia. No nos engañemos ante las apariencias, si bien hay sufrimientos más desgarradores y visibles que otros. Y el dolor es salvador: el sufrimiento vivido con amor salva, acerca a Dios, hace comprender que sólo en Dios se pude encontrar consuelo.

Jesús es Perfecto Dios y Hombre Perfecto. Por eso, ante aquella visión de una mujer viuda que acompaña al cementerio a su joven hijo muerto, "tuvo compasión de ella ", como dice el Evangelio. Dios sabe en la Humanidad de Cristo lo que es sufrir. Y, por ello, cualquier sufrimiento, el sufrimiento más grande y pequeño de uno de sus hijos, le duele a Él. Dios no es insensible ante el sufrimiento humano. No es aquél que se carcajea desde las alturas cuando ve a sus hijos retorcerse de dolor y de angustia.

"Sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda". En pocas frases no se puede concentrar tanto dolor y sufrimiento: -muerto, hijo único-, -madre viuda-. Parece que el mal se ha cebado en aquella familia. Una mujer que fue esposa y ahora es viuda, y una mujer que fue madre y ahora se encuentra sola. ¿Qué más podría haber pasado en aquella mujer? ¿Iba a llenar aquel vacío la presencia de aquella multitud que la acompañaba al cementerio? Después, al volver a casa, se encontraría la soledad y esa soledad la carcomería día tras día. No hay consuelo para tanto dolor.

"Al verla, el Señor tuvo compasión de ella". El Corazón de Dios se estremece ante el sufrimiento, ese sufrimiento que él no ha querido y que ha tenido que terminar aceptando, fruto del pecado querido por el hombre. Y esta historia se repite: en cualquier lugar en donde alguien sufre, allí está Dios doliéndose, consolando, animando. No podemos menos que sentirnos vistos por Dios y amados tiernamente cuando nuestro corazón rezuma cualquier tipo de dolor. Por medio de la humanidad de Cristo, el Corazón de Dios se ha metido en el corazón humano. Nada nuestro le es ajeno. Enseguida por el Corazón de Cristo pasó todo el dolor de aquella madre, lo hizo suyo e hizo lo que pudo para evitarlo.

"Joven, a ti te digo: Levántate". Dios siempre consuela y llena el corazón de paz a pesar del sufrimiento y del dolor. No siempre hace este tipo de milagros que es erradicar el hecho que lo produce. ¿Dónde están, sin embargo, los verdaderos milagros? ¿En quién se cura de una enfermedad o en quien la vive con alegría y paciencia? ¿En quien sale de un problema económico o en quien a través de dicho problema entiende mejor el sentido de la vida? ¿En quien nunca es calumniado o en quien sale robustecido en su humildad? ¿En quien nunca llora o en quien ha convertido sus lágrimas en fuente de fecundidad? Es difícil entender a Dios, ya lo hemos dicho muchas veces. Si recibimos los bienes de las manos de Dios, ¿por qué no recibimos también los males?

Tarde o temprano el sufrimiento llamará a nuestra puerta. Para algunos el dolor y el sufrimiento serán acogidos como algo irremediable, ante lo cual sólo quedará la resignación, y ni siquiera cristiana. Para nosotros, el sufrimiento y el dolor tienen que ser presencia de Cristo Crucificado. Si en mi cruz no está Cristo, todo será inútil y tal vez termine en la desesperación. El sufrimiento para el cristiano tiene que ser escuela, fuente de méritos y camino de salvación.

El sufrimiento en nuestra vida se tiene que convertir en una escuela de vida. Si me asomo al sufrimiento con ojos de fe y humildad empezaré a entender que el sufrimiento me enseña muchas cosas: me enseña a vivir desapegado de las cosas materiales, me enseña a valorar más la otra vida, me enseña a cogerme de Dios que es lo único que no falla, me enseña a aceptar una realidad normal y natural de mi existencia terrestre, me enseña a pensar más en el cielo, me enseña lo caduco de todas las cosas. El sufrimiento es una escuela de vida verdadera. Y va en contra de todas esas propuestas de una vida fácil, cómoda, placentera que la sociedad hoy nos propone.

El sufrimiento se convierte para el cristiano en fuente de méritos. Cada sufrimiento vivido con paciencia, con fe, con amor se transforma en un caudal de bienes espirituales para el alma. El ser humano se acerca a Dios y a las promesas divinas a través de los méritos por sus obras. El sufrimiento y el dolor, vividos con Cristo y por Cristo, adquieren casi un valor infinito. Si Dios llama a tu puerta con el dolor, ve en él una oportunidad de grandes méritos, permitida por un Padre que te ama y que te quiere.

El sufrimiento es camino de salvación. La cruz de Cristo es el árbol de nuestra salvación. El dolor con Cristo tiene ante el Padre un valor casi infinito que nos sirve para purificar nuestra vida en esa gran deuda que tenemos con Dios como consecuencia de las penas debidas por nuestros pecados. Pero además desde el dolor podemos cooperar con Cristo a salvar al mundo, ofreciendo siempre nuestros sufrimientos, nuestras penas, nuestras angustias, nuestras tristezas por la salvación de este mundo o por la salvación de alguna persona en particular. Cuando sufrimos con fe y humildad estamos colaborando a mejorar este mundo y esta sociedad.

Ante la Cruz de Cristo, en la que sufre y se entrega el Hijo de Dios, no hay mejor actitud que la contemplación y el silencio. Ante esa realidad se intuyen muchas cosas que uno tal vez no sepa explicar. Para nosotros la Cruz de Cristo es el lenguaje más fuerte del amor de Dios a cada uno de nosotros.

Para Dios nuestro sufrimiento, sobre todo la muerte, debería ser el gesto más hermoso de nuestra entrega a él, a su Voluntad. Dios quiera que nunca el sufrimiento y el dolor nos descorazonen, nos aparten de él, susciten en nosotros rebeldía, nos hundan en la tristeza, nos hagan odiar la vida. Al revés, que el sufrimiento y el dolor sirvan para hacer más luminoso nuestro corazón y para ayudarnos a comprender más a todos aquellos que sufren.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 SEPTIEMBRE


Los cinco minutos de María
Setiembre 19



Su opción por Cristo no le hizo a María la vida más fácil; por el contrario, se la complicó: ella llevaba clavada una espada en su Corazón…

Su ejemplo debe hacernos desconfiar de nuestra pretendida devoción, si seguimos tranquilamente instalados, sin preocuparnos de los demás. Nada más opuesto a la verdadera devoción que el apego obsesivo a la comodidad, que nos impide entregarnos a Dios y a los hermanos.

Nuestra Señora del Amén, que abrazaste plenamente la voluntad salvífica de dios, recuérdame tu sí cada vez que deba sufrir por amor.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 19 SEPTIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Martes de la 24ª semana de Tiempo Ordinario
19 septiembre



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,1-13):

Es cierto que aspirar al cargo de obispo es aspirar a una excelente función. Por lo mismo, es preciso que el obispo sea irreprochable, que no se haya casado más que una vez; que sea sensato, prudente, bien educado, digno, hospitalario, hábil para enseñar; no dado al vino ni a la violencia, sino comprensivo, enemigo de pleitos y no ávido de dinero; que sepa gobernar bien su propia casa y educar dignamente a sus hijos. Porque, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios quien no sabe gobernar su propia casa? No debe ser recién convertido, no sea que se llene de soberbia y sea por eso condenado como el demonio. Es necesario que los no creyentes tengan buena opinión de él, para que no caiga en el descrédito ni en las redes del demonio. Los diáconos deben, asimismo, ser respetables y sin doblez, no dados al vino ni a negocios sucios; deben conservar la fe revelada con una conciencia limpia. Que se les ponga a prueba primero y luego, si no hay nada que reprocharles, que ejerzan su oficio de diáconos. Las mujeres deben ser igualmente respetables, no chismosas, juiciosas y fieles en todo. Los diáconos, que sean casados una sola vez y sepan gobernar bien a sus hijos y su propia casa. Los que ejercen bien el diaconado alcanzarán un puesto honroso y gran autoridad para hablar de la fe que tenemos en Cristo Jesús.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 100

R/. Danos, Señor, tu bondad y tu justicia

Voy a cantar la bondad y la justicia; 
para ti, Señor, tocaré mi música. 
Voy a explicar el camino perfecto. 
¿Cuándo vendrás a mí? R/.

Quiero proceder en mi casa con recta conciencia. 
No quiero ocuparme de asuntos indignos, 
aborrezco las acciones criminales. R/.

Al que en secreto difama a su prójimo 
lo haré callar; 
al altanero y al ambicioso 
no los soportaré. R/.

Escojo a gente de fiar 
para que vivan conmigo; 
el que sigue un camino perfecto 
será mi servidor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7,11-17):

En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre. 
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores.» 
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces dijo Jesús: «Joven, yo te lo mando: levántate.»
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.»
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 19 de septiembre de 2017


Queridos hermanos:

En una sociedad en que la seguridad de la mujer dependía de los hombres, esta viuda, que perdido a su hijo único, se encuentra indefensa y en la ruina total. Sobre ella se acumulan las desgracias. Pero, por otra parte, Jesús había declarado dichosos a los pobres y pequeños, a cuyo número pertenece ciertamente esta mujer. (Lc 6, 20-21)

Al hacer revivir a su hijo, Jesús provoca en el pueblo una confesión de fe en su persona y en la misericordia de Dios (Lc 7,16)

Esta resurrección es, con la de la hija de Jairo, la única que nos refiere Lucas: por un lado, madre-hijo; por otro, padre-hija. Se trata de jóvenes, cuya muerte es particularmente trágica.

Llama la atención que la madre angustiada y desesperada no lucha con toda su fe por recobrar vivo al hijo único, llora desconsolada. Este milagro tiene como única motivación la compasión y el poder de Jesús, que ocupa el centro del relato, como omnipotente vencedor y señor sobre la muerte.

El cortejo fúnebre sale de la ciudad por la puerta. Jesús, a quien presenta Lucas como maestro, está de camino y justamente en este momento va a entrar con sus discípulos en la ciudad. Este caminar de Jesús tiene un relieve muy especial en el desarrollo de la historia de la salvación, como subrayará Lucas.

Todo comienza por la mirada de Jesús a la madre. Y esta mirada provoca en él una infinita compasión por aquella mujer aplastada por el dolor. El Dios de  Lucas es compasivo, también lo es su Mesías. Pero además de este impulso del corazón, Jesús tiene poder para cambiar los destinos de las personas. Dice a la madre: “No llores”. El consuelo tiene su fuente en Dios, que puede despertar a los muertos. Y Jesús manifiesta este designio y esta voluntad de vida no por una nueva palabra, sino por un gesto, el de tocar el féretro. Y a continuación la palabra de Jesús da la vida y levanta al joven que iban a enterrar. Al devolver el hijo a su madre, Jesús se revela como señor de la vida.

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