lunes, 16 de mayo de 2016

RECIBID EL ESPÍRITU SANTO


Recibid el Espíritu Santo



La tarde de Pascua, Jesús en el cenáculo «sopló sobre ellos [sus discípulos] y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo"» [Jn 20,19-23 Ndr]). Este soplo de Cristo evoca el gesto de Dios que, en la creación, «sopló sobre el hombre, hecho de polvo del suelo, un aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente» (Gn 2,7). Con aquel gesto Jesús viene a decir, por lo tanto, que el Espíritu Santo es el soplo divino que da vida a la nueva creación, como dio vida a la primera creación. El Salmo responsorial subraya este tema: «Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra» [Sal 103,1-34. Ndr].

Proclamar que el Espíritu Santo es creador significa decir que su esfera de acción no se restringe sólo a la Iglesia, sino que se extiende a toda la creación. Ningún tiempo, ningún lugar está privados de su presencia activa. Él actúa en la Biblia y fuera de ella; actúa antes de Cristo, en el tiempo de Cristo y después de Cristo, si bien nunca separadamente de Él. «Toda verdad, de donde quiera que venga dicha -escribió Santo Tomás de Aquino-, viene del Espíritu Santo». Cierto: la acción del Espíritu de Cristo fuera de la Iglesia no es la misma que dentro de la Iglesia y en los sacramentos. Allí Él actúa por poder, aquí por presencia, en persona.

Lo más importante, a propósito del poder creador del Espíritu Santo, no es en cambio comprenderlo o explicar sus implicaciones, sino experimentarlo. ¿Y qué significa experimentar al Espíritu como creador? Para descubrirlo partimos del relato de la creación. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas» (Gn 1, 1-2). Se deduce que el universo existía ya en el momento en que interviene el Espíritu, pero aún era informe y tenebroso, caos. Es después de su acción cuando lo creado asume contornos precisos; la luz se separa de las tinieblas, la tierra del mar, y todo adquiere una forma definida.

El Espíritu Santo es, por lo tanto, Aquél que permite pasar -a la creación- del caos al cosmos, el que hace así algo bello, ordenado, limpio ( cosmos viene de la misma raíz que cosmético, ¡y quiere decir bello!), realiza así un «mundo», según el doble significado de esta palabra. La ciencia nos enseña hoy que este proceso ha durado miles de millones de años, pero lo que la Biblia quiere decirnos, con lenguaje sencillo e imaginativo, es que la lenta evolución hacia la vida y el orden actual del mundo no ocurrió por casualidad, obedeciendo a impulsos ciegos de la materia, sino por un proyecto aplicado en él, desde el inicio, por el creador.

La acción creadora de Dios no se limita al instante inicial; Él está siempre en acto de crear. Aplicado al Espíritu Santo, esto significa que Él es siempre el que hace pasar del caos al cosmos, esto es, del desorden al orden, de la confusión a la armonía, de la deformidad a la belleza, de la vejez a la juventud. Esto a todos los niveles: en el macrocosmos y en el microcosmos, o sea, en el universo entero así como en cada hombre.

Debemos creer que, a pesar de las apariencias, el Espíritu Santo está a la obra en el mundo y lo hace progresar. ¡Cuántos descubrimientos nuevos, no sólo en el campo físico, sino también en el moral y social! Un texto del Concilio Vaticano II dice que el Espíritu Santo está a la obra en la evolución del orden social del mundo ( «Gaudium et spes», 26 ). No es sólo el mal el que crece, sino también el bien, con la diferencia de que el mal se elimina, termina consigo mismo, mientras que el bien se acumula, permanece. Ciertamente aún existe mucho caos a nuestro alrededor: caos moral, político, social. El mundo tiene todavía mucha necesidad del Espíritu Santo; por ello no debemos cansarnos de invocarle con las palabras del Salmo: «¡Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra!».



* P. Raniero Cantalamessa

BENDITA SEA TU PUREZA


Bendita sea tu pureza


Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: LUNES 16 DE JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 16



"Felices los que tienen el corazón recto, porque verán a Dios". Es difícil poder afirmar con verdad que tenemos el corazón recto; siempre se anidan en él instintos humillantes y malas inclinaciones. ¡No es tan natural criticar a los demás! ¡Pensar mal de ellos, de sus acciones!  ¡Sospechar de sus intenciones!

Hay en nuestro corazón una carga de soberbia y de agresividad que, con frecuencia, se manifiesta en nuestro modo de proceder y en el trato con los demás.

En cambio, los que tienen el corazón recto, los que son sencillos de corazón, los que no tienen malicia ni la suponen en los demás, los que son de corazón limpio y que con limpieza ven todas las cosas, ellos son los que verán a Dios.

Si tú no ves a Dios con más frecuencia, ¿no será porque no tienes tu corazón suficientemente limpio? Porque el corazón sucio es el que ensucia la vista del alma y con esa vista sucia es imposible llegar a ver a la divinidad.

“Todo es puro para los puros; en cambio para los que están contaminados y para los incrédulos nada es puro; su mente y su conciencia están contaminadas” (Tit 1,15). Solamente con el corazón limpio se tienen limpios los ojos y solamente con los ojos limpios se puede ver a Dios. Si no ves a Dios, examina tus ojos y tu corazón.


* P. Alfonso Milagro

IMÁGENES DE JESÚS EUCARISTÍA






CELEBREMOS EL TIEMPO ORDINARIO


Celebremos el Tiempo Ordinario
El Tiempo Ordinario de la Liturgia, ordinario no significa de poca importancia


Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net 




Ordinario no significa de poca importancia, anodino, insulso, incoloro. Sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes”, que son el ciclo de Pascua y el de Navidad con su preparación y su prolongación.

Es el tiempo más antiguo de la organización del año cristiano. Y además, ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34 semanas, de las 52 que hay.

El Tiempo Ordinario tiene su gracia particular que hay que pedir a Dios y buscarla con toda la ilusión de nuestra vida: así como en este Tiempo Ordinario vemos a un Cristo ya maduro, responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad, sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los hombres…así también nosotros en el Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios. Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante estas 33 semanas del Tiempo Ordinario.

Crecer. Crecer. Crecer. El que no crece, se estanca, se enferma y muere. Debemos crecer en nuestras tareas ordinarias: matrimonio, en la vida espiritual, en la vida profesional, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas. Debemos crecer también en medio de nuestros sufrimientos, éxitos, fracasos. ¡Cuántas virtudes podemos ejercitar en todo esto! El Tiempo Ordinario se convierte así en un gimnasio auténtico para encontrar a Dios en los acontecimientos diarios, ejercitarnos en virtudes, crecer en santidad…y todo se convierte en tiempo de salvación, en tiempo de gracia de Dios. ¡Todo es gracia para quien está atento y tiene fe y amor!

El espíritu del Tiempo Ordinario queda bien descrito en el prefacio VI dominical de la misa: “En ti vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.

Este Tiempo Ordinario se divide como en dos “tandas”. Una primera, desde después de la Epifanía y el bautismo del Señor hasta el comienzo de la Cuaresma. Y la segunda, desde después de Pentecostés hasta el Adviento.

Les invito a aprovechar este Tiempo Ordinario con gran fervor, con esperanza, creciendo en las virtudes teologales. Es tiempo de gracia y salvación. Encontraremos a Dios en cada rincón de nuestro día. Basta tener ojos de fe para descubrirlo, no vivir miopes y encerrados en nuestro egoísmo y problemas. Dios va a pasar por nuestro camino. Y durante este tiempo miremos a ese Cristo apóstol, que desde temprano ora a su Padre, y después durante el día se desvive llevando la salvación a todos, terminando el día rendido a los pies de su Padre, que le consuela y le llena de su infinito amor, de ese amor que al día siguiente nos comunicará a raudales. Si no nos entusiasmamos con el Cristo apóstol, lleno de fuerza, de amor y vigor…¿con quién nos entusiasmaremos?

Cristo, déjanos acompañarte durante este Tiempo Ordinario, para que aprendamos de ti a cómo comportarnos con tu Padre, con los demás, con los acontecimientos prósperos o adversos de la vida. Vamos contigo, ¿a quién temeremos? Queremos ser santos para santificar y elevar a nuestro mundo.

FELIZ SEMANA!!


domingo, 15 de mayo de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 15 DE MAYO



LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 15


"Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia"  La misericordia es fruto de un corazón tierno y compasivo, que sabe sufrir con los que sufren y llorar con los que lloran y afligirse con los que tienen alguna pena.

Ser misericordioso es volcar un poco de dulzura en el corazón amargo, derramar algo de bálsamo en el ánimo abatido y comunicarle nuevas fuerzas, para ir repechando el camino del deber.

Ser misericordioso es consolar al triste, acompañar al que se halla en soledad, dejar que el prójimo vuelque en nosotros sus preocupaciones, que se desahogue de sus aflicciones y opresiones.
Los misericordiosos obtendrán también ellos misericordia, encontrarán corazones que los comprendan; cuando para ellos llegue la hora del dolor, hallarán quien les suavice su pena, quien comparta su amargura; y como ellos supieron aliviar la pena de los demás, los demás aliviarán la pena de ello
“El que retira la compasión al prójimo, abandona el temor de Dios” (Job 6,14). “¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?” (Mt 18,33). Es la mejor forma de conseguir que Dios nos perdona: perdonando.


* P. Alfonso Milagro

MEDITACIÓN DE PENTECOSTÉS

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn, 20,19-23



INVOCACIÓN

Ven, Espíritu Creador, e infunde en nosotros la fuerza y el aliento de Jesús. Sin tu impulso y tu gracia, no acertaremos a creer en él; no nos atreveremos a seguir sus pasos; la Iglesia no se renovará; nuestra esperanza se apagará. ¡Ven y contágianos el aliento vital de Jesús!

Ven, Espíritu Santo, y recuérdanos las palabras buenas que decía Jesús. Sin tu luz y tu testimonio sobre él, iremos olvidando el rostro bueno de Dios; el Evangelio se convertirá en letra muerta; la Iglesia no podrá anunciar ninguna noticia buena. ¡Ven y enséñanos a escuchar solo a Jesús!

Ven, Espíritu de la Verdad, y haznos caminar en la verdad de Jesús. Sin tu luz y tu guía, nunca nos liberaremos de nuestros errores y mentiras; nada nuevo y verdadero nacerá entre nosotros; seremos como ciegos que pretenden guiar a otros ciegos. ¡Ven y conviértenos en discípulos y testigos de Jesús!

Ven, Espíritu del Padre, y enséñanos a gritar a Dios «Abba» como lo hacía Jesús. Sin tu calor y tu alegría, viviremos como huérfanos que han perdido a su Padre; invocaremos a Dios con los labios, pero no con el corazón; nuestras plegarias serán palabras vacías. ¡Ven y enséñanos a orar con las palabras y el corazón de Jesús!

Ven, Espíritu Bueno, y conviértenos al proyecto del «reino de Dios» inaugurado por Jesús. Sin tu fuerza renovadora, nadie convertirá nuestro corazón cansado; no tendremos audacia para construir un mundo más humano, según los deseos de Dios; en tu Iglesia los últimos nunca serán los primeros; y nosotros seguiremos adormecidos en nuestra religión burguesa. ¡Ven y haznos colaboradores del proyecto de Jesús!

Ven, Espíritu de Amor, y enséñanos a amarnos unos a otros con el amor con que Jesús amaba. Sin tu presencia viva entre nosotros, la comunión de la Iglesia se resquebrajará; la jerarquía y el pueblo se irán distanciando siempre más; crecerán las divisiones, se apagará el diálogo y aumentará la intolerancia. ¡Ven y aviva en nuestro corazón y nuestras manos el amor fraterno que nos hace parecernos a Jesús!

Ven, Espíritu Liberador, y recuérdanos que para ser libres nos liberó Cristo y no para dejarnos oprimir de nuevo por la esclavitud. Sin tu fuerza y tu verdad, nuestro seguimiento gozoso a Jesús se convertirá en moral de esclavos; no conoceremos el amor que da vida, sino nuestros egoísmos que la matan; se apagará en nosotros la libertad que hace crecer a los hijos e hijas de Dios y seremos, una y otra vez, víctimas de miedos, cobardías y fanatismos. ¡Ven, Espíritu Santo, y contágianos la libertad de Jesús!

LECTURAS BÍBLICAS Y EL EVANGELIO DEL DOMINGO 15 DE MAYO 2016 - SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS


Pentecostés – Ciclo C
Domingo 15 de Mayo de 2016

“Cuando acoges al Espíritu…VES“



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,1-11):

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.»

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra

Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.

Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.

Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios


Secuencia

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.



Lectura del Santo Evangelio según san Juan (20,19-23)

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»


Palabra del Señor

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 15 - VIRGEN VENERABLE


MAYO, MES DE MARÍA
Décimo quinto día: Explicación de las letanías



Virgo veneranda

Virgen venerable. Leemos en la Escritura que cuando Betsabé se fue a encontrarse a Salomón para hablarle, este rey se levantó prestamente para hacerle los cumplimientos que merecía, y que después de haberla saludado respetuosamente, la sentó en un trono que hizo colocar al lado del suyo, con el fin de honrar públicamente a la autora de sus días. Ahora bien, si este honor convenía a la madre de un Rey, ¿qué gloria, qué distinción conviene a aquella que, por su calidad de Madre de Dios, tiene derechos incomparablemente más santos y mas claros a los honores? Igualmente, Jesucristo para honrar a María, le concedió todos los privilegios y la preeminencia que convenía a tal hijo conceder a tal Madre. Igualmente, ella forma en el cielo un rango aparte: tiene un orden separado, siempre, debajo de Dios, pero siempre por encima de o que no es Dios.

Virgo predicanda

Virgen digna de alabanza. Esforcémonos por ofrecer a María el tributo de nuestras alabanzas y, a ejemplo d esta señora que exclamó al ver al salvador: Dichosas las entrañas que te tuvieron y los pechos que te amamantaron; celebremos su gloria y su honor, porque todo es honorable en ella, que el cielo y la tierra no presentan un objeto más digno de nuestros homenajes y de nuestras alabanzas, después de Dios, que María.

Ejemplo

El admirable san Luís, honor y ejemplo de los reyes, tenía una devoción tan tierna y tan viva por la Santísima Virgen, y tanto amor por su humildad, que para honrarla y para imitarla, hacia reunir todos los sábados, días consagrados a María, una multitud de pobres en su palacio, en su apartamento mismo. Ahí, siguiendo el ejemplo del Salvador, les lavaba los pies en una vacía y los secaba con sus manos reales; enseguida, les besaba con  un respeto que hacía ver que reconocía en ellos a los miembros de Jesucristo; después de aquello, para juntar la caridad con la humildad, los hacía comer, y los servía él mismo en la mesa. Terminaba con una rica limosna que distribuía a cada uno de ellos, siempre en honor de la Reina del cielo y de la tierra. Había deseado morir un sábado, como para coronar con el homenaje de sus últimos suspiros todos los honores que había rendido cada semana  de su vida ese día. Fue escuchado. María quiso que ese día de honor para ella fuese también el de la entrada al la gloria al cielo para su fiel servidor. 
Merezcamos, por nuestra caridad, que los pobres nos alaben delante de Dios


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

ESPÍRITU SANTO, VERDADERO PROTAGONISTA DE LA IGLESIA



Espíritu Santo, verdadero protagonista de la Iglesia
Las raíces de nuestro ser y de nuestro actuar están en el silencio sabio y providente de Dios.


Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net 




En el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió con potencia sobre los apóstoles; de este modo comenzó la misión de la Iglesia en el mundo. Jesús mismo había preparado a los once para esta misión al aparecérseles en varias ocasiones después de la resurrección (Cf. Hechos 1, 3). Antes de la ascensión al Cielo, «les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre» (Cf. Hechos 1, 4-5); es decir, les pidió que se quedaran juntos para prepararse a recibir el don del Espíritu Santo. Y ellos se reunieron en oración con María en el Cenáculo, en espera de este acontecimiento prometido (Cf. Hechos 1, 14).

Permanecer juntos fue la condición que puso Jesús para acoger el don del Espíritu Santo; el presupuesto de su concordia fue la oración prolongada. De este modo se nos ofrece una formidable lección para cada comunidad cristiana. A veces se piensa que la eficacia misionera depende principalmente de una programación atenta y de su sucesiva aplicación inteligente a través de un compromiso concreto. Ciertamente el Señor pide nuestra colaboración, pero antes de cualquier otra repuesta se necesita su iniciativa: su Espíritu es el verdadero protagonista de la Iglesia. Las raíces de nuestro ser y de nuestro actuar están en el silencio sabio y providente de Dios.

(...)

El Espíritu Santo, hace que los corazones sean capaces de comprender las lenguas de todos

El Pueblo de Dios, que había encontrado en el Sinaí su primera configuración, se amplia hoy hasta superar toda frontera de raza, cultura, espacio y tiempo. A diferencia de lo que sucedió con la torre de Babel, cuando los hombres que querían construir con sus manos un camino hacia el cielo habían acabado destruyendo su misma capacidad de comprenderse recíprocamente, en el Pentecostés del Espíritu, con el don de las lenguas, muestra que su presencia une y transforma la confusión en comunión. El orgullo y el egoísmo del hombre siempre crean divisiones, levantan muros de indiferencia, de odio y de violencia. El Espíritu Santo, por el contrario, hace que los corazones sean capaces de comprender las lenguas de todos, pues restablece el puente de la auténtica comunicación entre la Tierra y el Cielo. El Espíritu Santo es el Amor.

...no les dejará huérfanos

Pero, ¿cómo es posible entrar en el misterio del Espíritu Santo? ¿Cómo se puede comprender el secreto del Amor? El pasaje evangélico nos lleva hoy al Cenáculo, donde, terminada la última Cena, una experiencia de desconcierto entristece a los apóstoles.

El motivo es que las palabras de Jesús suscitan interrogantes inquietantes: habla del odio del mundo hacia Él y hacia los suyos, habla de una misteriosa partida suya y queda todavía mucho por decir, pero por el momento los apóstoles no son capaces de cargar con el peso (Cf. Juan 16, 12). Para consolarles les explica el significado de su partida: se irá, pero volverá, mientras tanto no les abandonará, no les dejará huérfanos. Enviará el Consolador, el Espíritu del Padre, y será el Espíritu quien les permita conocer que la obra de Cristo es obra de amor: amor de Él que se ha entregado, amor del Padre que le ha dado.

Este es el misterio de Pentecostés: el Espíritu Santo ilumina el espíritu humano y, al revelar a Cristo crucificado y resucitado, indica el camino para hacerse más semejantes a Él, es decir, ser «expresión e instrumento del amor que proviene de Él» («Deus caritas est», 33). Reunida junto a María, como en su nacimiento, la Iglesia hoy implora:

«Veni Sancte Spiritus!» - «¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos fel fuego de tu amor!». Amén.


Homilía de Benedicto XVI en la misa de Pentecostés, domingo, 4 junio 2006.

LOS OCHO SORPRENDENTES SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO - NOS ENSEÑA EL CATECISMO


Nos enseña el Catecismo: Los 8 sorprendentes símbolos del Espíritu Santo



 (ACI).- El Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, que coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia. En el día de su fiesta, Pentecostés, que celebramos este domingo, recordamos ocho símbolos que, según el Catecismo, lo representan.

1. Agua

El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

2. Unción

Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.


3. Fuego

Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

4. Nube y luz

Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

5. Sello

Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

6. La Mano

Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".

7. El Dedo

"Por el dedo de Dios expulso yo [Jesús] los demonios" (Lc 11, 20). El himno “Veni Creator” invoca al Espíritu Santo como “dextrae Dei Tu digitus (“dedo de la diestra del padre”).

8. La Paloma

En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.


Más información en: https://www.aciprensa.com/fiestas/pentecostes/catecismo.htm

CINCO COSAS QUE TODO CATÓLICO DEBE SABER SOBRE EL ESPÍRITU SANTO


5 cosas que todo católico debe saber sobre el Espíritu Santo

 (ACI).- Pentecostés es el día en que los cristianos recuerdan cuando Jesús, después de su Ascensión al cielo, envió al Espíritu Santo a sus discípulos. Posteriormente los apóstoles salieron a las calles de Jerusalén y comenzaron a predicar el Evangelio, y "los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas." (Hechos 2:41)

En la siguiente nota se presentan algunos puntos para entender quién es el Espíritu Santo. 

1) El Espíritu Santo es una persona

El Espíritu Santo no es una "cosa" o un "qué", el Espíritu Santo es un "Él" y un "quién". Él es la tercera persona de la Santísima Trinidad, aunque pueda parecer más misterioso que el Padre y el Hijo, es tan persona como ellos.


2) Es completamente Dios

Que el Espíritu Santo sea "tercera persona de la Trinidad" no significa que sea inferior que el Padre o el Hijo. Las tres personas, incluyendo el Espíritu Santo, son totalmente Dios y “tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad”, como dice el Credo de Atanasio.

3) Siempre ha existido, incluso en los tiempos del Antiguo Testamento

Aunque aprendemos la mayoría de cosas sobre Dios-Espíritu Santo (así como de Dios-Hijo) en el Nuevo Testamento, Éste siempre ha existido. Dios existe eternamente en tres personas. Así que, cuando lea acerca de Dios en el Antiguo Testamento, recuerde que se trata de las tres personas de la Trinidad, entre ellos el Espíritu Santo.

4) En el Bautismo y la Confirmación se recibe el Espíritu Santo

El Espíritu Santo puede estar activo en el mundo de formas misteriosas y que no siempre se comprenden. Sin embargo, una persona recibe el Espíritu Santo de una manera especial por primera vez en el Bautismo (Hechos 2:38), y luego es fortalecido en Sus dones en la Confirmación.

5) Los cristianos son templos del Espíritu Santo

Los cristianos tienen al Espíritu Santo que habita en ellos de una manera especial, y por lo tanto, existen graves consecuencias morales, como explica San Pablo:

“Huyan de las relaciones sexuales prohibidas. Cualquier otro pecado que alguien cometa queda fuera de su cuerpo, pero el que tiene esas relaciones sexuales peca contra su propio cuerpo ¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos. Ustedes han sido comprados a un precio muy alto; procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la gloria de Dios”. (1 Cor 6:18-20)

Traducido y adaptado por Diego López Marina.

sábado, 14 de mayo de 2016

OCHO CLAVES PARA COMPRENDER PENTECOSTÉS


8 claves para comprender Pentecostés


 (ACI).- Este domingo la Iglesia celebra la Fiesta de Pentecostés, día en que se cumplió la promesa de Cristo a los apóstoles, de que el Padre enviaría al Espíritu Santo para guiarlos en la misión evangelizadora. Para comprender más de esta fecha, aquí presentamos 8 claves:

1) ¿Qué significa el nombre Pentecostés?

Proviene de la palabra griega que significa "quincuagésimo" (pentecoste). La razón es que Pentecostés es el quincuagésimo día (en griego, pentecoste hemera) después del Domingo de Pascua (en el calendario cristiano).

Este nombre se empezó a usar en el período tardío del Antiguo Testamento y fue heredado por los autores del Nuevo Testamento.

2) ¿Qué otros nombres tiene esta festividad?

La fiesta de las semanas

La fiesta de la cosecha

El día de los primeros frutos

Hoy en día en los círculos judíos se le conoce como Shavu`ot (en hebreo, "semanas"). Además, se le conoce con diferentes nombres en varios idiomas.


En los países de habla inglesa también se le ha conocido como "Whitsunday" (Domingo Blanco), nombre que se deriva probablemente de las prendas blancas de los recién bautizados.

3. ¿Qué clase de fiesta fue Pentecostés en el Antiguo Testamento?

Fue un festival para la cosecha y significaba que esta estaba llegando a su fin. Deuteronomio 16 dice:

“Luego contarás siete semanas; las contarás desde el día en que comiences a cortar el trigo. Entonces celebrarás la fiesta de las Siete Semanas a Yahvé, tu Dios, haciéndole ofrendas voluntarias según lo que hayas cosechado por la gracia de Yahvé, tu Dios”. (Dt. 16:9-10)

4. ¿Qué representa Pentecostés en el Nuevo Testamento?

Representa el cumplimiento de la promesa de Cristo al final del Evangelio de San Lucas:

“Les dijo: ‘Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. Ustedes son testigos de todo esto. Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba’”. (Lc. 24:46-49)

5. ¿Cómo es simbolizado el Espíritu Santo en los eventos del día de Pentecostés?

Hechos 2 recuerda:

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran”.

Este pasaje contiene dos símbolos del Espíritu Santo y su actividad: el viento y el fuego.

El viento es un símbolo básico del Espíritu Santo; la palabra griega que significa "Espíritu" (Pneuma) también significa "viento" y "aliento". Aunque el término usado para "viento" en este pasaje es pnoe (un término relacionado con pneuma), al lector se le da a entender la conexión entre el viento fuerte y el Espíritu Santo.

En relación al símbolo del fuego el Catecismo señala:

Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. El profeta Elías que “surgió […] como el fuego y cuya palabra abrasaba como antorcha” (Si 48, 1), con su oración, atrajo el fuego del cielo sobre el sacrificio del monte Carmelo (cf. 1 R 18, 38-39), figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca. Juan Bautista, “que precede al Señor con el espíritu y el poder de Elías” (Lc 1, 17), anuncia a Cristo como el que “bautizará en el Espíritu Santo y el fuego” (Lc 3, 16), Espíritu del cual Jesús dirá: “He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviese encendido!” (Lc 12, 49). En forma de lenguas “como de fuego” se posó el Espíritu Santo sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él (Hch 2, 3-4). La tradición espiritual conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del Espíritu Santo (cf. San Juan de la Cruz, Llama de amor viva). “No extingáis el Espíritu” (1 Ts 5, 19). (CIC 696)

6. ¿Hay una conexión entre las "lenguas" de fuego y el hablar en otras "lenguas" en este pasaje?

Sí. En ambos casos la palabra griega para "lenguas" es la misma (glossai), y el lector está destinado a entender la conexión.

La palabra "lengua" se utiliza para significar tanto una “llama (fuego)” como “lenguaje”.

Las "lenguas como de fuego" que se distribuyen y se almacenan sobre los discípulos, provocan que empiecen a hablar milagrosamente en "otras lenguas" (es decir, los idiomas)

Ese es el resultado de la acción del Espíritu Santo, representado por el fuego.

7. ¿Quién es el Espíritu Santo?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.

8. ¿Qué significa la fiesta de Pentecostés para nosotros?

La solemnidad de Pentecostés es una de las más importantes en el calendario de la Iglesia y contiene una rica profundidad de significado. De esta forma lo resumió Benedicto XVI el 27 de mayo del 2012:

“Esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los demás discípulos, reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo (cf. Hch 2, 1-11). Jesús, después de resucitar y subir al cielo, envía a la Iglesia su Espíritu para que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y se convierta en su testigo en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, derrota su aridez, abre los corazones a la esperanza, estimula y favorece en nosotros la maduración interior en la relación con Dios y con el prójimo”.



Traducido por y adaptado por Diego López Marina

IMÁGENES DE PENTECOSTÉS

















EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 14 DE MAYO DEL 2016



Ámense los unos a los otros como yo los he amado
Solemnidades y fiestas


Juan 15, 9-17. Fiesta de San Matías apóstol. Si llevamos en nuestro corazón a Dios tendremos el verdadero amor. 


Por: Estanislao García | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.

Oración introductoria
Señor, dame a entender que el amor es la esencia del cristianismo, que éste debe ser mi distintivo como cristiano, no dejes que olvide la necesidad urgente de vivir a fondo el espíritu de caridad. Tú, que eres todo Amor, infunde en mi corazón, en esta oración, tu divino amor.

Petición
Jesús, hazme comprender que la verdadera caridad cristiana se dirige a todos, sin distinciones ni medidas.

Meditación del Papa Francisco
Esta palabra "amor" es una palabra que se usa muchas veces y no se sabe, cuando se dice, qué significa exactamente. Pensamos en el amor de las telenovelas: no, eso no se parece al amor. Eso que parece amor es en realidad entusiasmo por una persona y después se apaga. ¿De dónde proviene el verdadero amor? Escribe san Juan: "Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, porque Dios es amor”. El apóstol no dice todo amor es Dios. Lo que dice es «Dios es amor». Y continúa Juan, "Dios nos ha amado tanto que envió a su Hijo unigénito, para que vivamos por medio de él". Por ello, es Dios quien da su vida en Jesús, para darnos a nosotros la vida. El amor es hermoso, amar es hermoso y en el cielo habrá sólo amor, la caridad: lo dice Pablo. Y si el amor es hermoso, se hace siempre fuerte y crece en el don de la propia vida: crece en el darse a los demás. (Homilía de S.S. Francisco, 15 de enero de 2016).
Reflexión
"Amaos los unos a los otros como yo os he amado"; es el nuevo mandamiento que sale del Corazón de Dios; no sale de la ley, ni de una prohibición. Sale de un reclamo de Cristo que quiere que le imitemos hasta dar nuestra vida por nuestros hermanos, porque así lo ha hecho Cristo muriendo en la cruz.

Muy cerca de nosotros está la Virgen María; nadie mejor que ella ha amado a Dios y a todos los hombres, pues por su amor en la Anunciación se convirtió en Madre de Dios, y por su amor en la cruz en Madre de todos los hombres; su amor ha sido tan grande que ni siquiera el pecado, se ha atrevido a tocarla. La clave de todo está en el amor, donde se encuentra la paz, donde se encuentra la fortaleza en el seguimiento de la voluntad de Dios.

Como dice san Juan: "Dios es amor". Por lo tanto si llevamos en nuestro corazón a Dios tendremos el verdadero amor, y la medida del amor a Dios está en el amor a nuestros hermanos, porque si no somos unos mentirosos, como dice la carta de Santiago.

Propósito
Ser un auténtico testigo del amor de Dios al hacer hoy, en su nombre, una obra buena, aunque sea difícil.

Diálogo con Cristo 
El cristianismo es una llamada al verdadero amor, por eso estoy llamado a ser un auténtico testigo del amor. La caridad nunca debe limitarse a evitar el mal sino que debe concentrarse en hacer a todos el bien, brindándoles apoyo en todo lo que es posible y dando de lo propio con generosidad. Jesús, no dejes que me olvide que el sí amoroso a mi vocación cristiana debe también llevarme un sí a las demás personas, especialmente a las más cercanas.

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 14 - VIRGEN PRUDENTÍSIMA


MAYO, MES DE MARÍA 
Décimo cuarto día: Explicación de las letanías




Virgo prudentissima

Virgen prudentísima. ¿Quién podrá concebir la sabia prudencia que María conservó en el momento en que el enviado del Padre eterno se presentó delante de ella? Cuando la llamó llena de gracia y bendita entre las mujeres, ella se turbó, y no comprendió como semejante elogio podía serle dirigido: a la vista del grado de elevación al que se le destinaba, se humilló delante de Dios y se creyó dichosa de merecer la calidad de esclava. Luego, recibiendo la confirmación del ángel, no dudó que todo lo que se le acababa de anunciar ocurriría; y lo creyó sin buscar comprenderlo. Ella no pidió un signo, no dudó como Zacarías. Ninguna objeción al Ángel, ninguna pregunta y ninguna curiosidad propia del alma débil. María no dijo más que las palabras absolutamente necesarias, unas para destacar el voto de virginidad que había hecho, las otras para destacar su obediencia a la voluntad del Señor. Tal fue la prudencia sublime de María que debemos admirar siempre, ya que es imposible alabarla tan dignamente como merece.

Ejemplo

El bienaventurado Simón Stock pedía a menudo a la Santísima Virgen que la enseñara una forma en que pudiera honrarla. Un día que estaba en oración delante de la imagen de la Santa Madre de Dios, se le apareció levando en sus manos un escapulario, que le dio, agregando que era el medio que ella deseaba que utilizara para servir a su gloria, y que lo mirara como un signo de salvación, de suerte que cualquiera que lo llevara santamente hasta la muerte, no caería en las penas del infierno. Los Soberanos Pontífices, que expidieron bulas y concedieron indulgencias a favor de esta devoción, incluso los reyes como San Luís, se apresuraron a entrar en la Asociación del Escapulario. Pero nada sirvió más para difundir esta santa devoción que los prodigios que el cielo operó a favor del Escapulario. Uno de los más señalados, fue el que ocurrió en el sitio de Montpellier. Un soldado que llevaba consigo esta prenda de devoción a María, recibió una herida de mosquete cuando se lanzaba al asalto; pero la bala, después de haber atravesado su uniforme, se detuvo frente al escapulario sin hacerle ningún mal. Luís XIII, que se encontraba en el sitio, fue testigo de este prodigio  de protección. En consecuencia, se apresuró a tomar este santo hábito cuyo efecto sorprendente acababa de ver.

Imitemos la prudencia de la Santísima Virgen, llevemos su escapulario, porque María nos protege contra e peligro, especialmente a la hora de la muerte.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa
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