viernes, 20 de noviembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DEL 2015



Mi casa es casa de oración
Tiempo Ordinario


Lucas 19, 45-48. Tiempo Ordinario. A la Iglesia hemos de acudir con la confianza de un niño pero con un corazón que ore y busque el encuentro con Dios. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48
Entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, diciéndoles: «Está escrito: Mi casa será casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!» Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle, pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.

Oración introductoria
Señor, así como purificaste el templo de Jerusalén, te suplico vengas hoy a este encuentro en la oración para que me muestres qué tengo que expulsar de mi vida para quedar purificado, reconciliado, digno de Ti, porque anhelo que vengas hacer en mí tu morada.

Petición
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento para conocer la voluntad divina sobre mí.

Meditación del Papa Francisco
Los explotadores, los comerciantes en el templo, explotan también el lugar sagrado de Dios para hacer negocios: cambian las monedas, venden los animales para el sacrificio, también entre ellos se vuelven como un sindicato para defender.
Esto no solo era tolerado, sino también permitido por los sacerdotes del templo. Son los que hacen de la religión un negocio. En la Biblia está la historia de los hijos de un sacerdote que empujaban a la gente a dar ofrendas y ganaban mucho, también de los pobres. Y Jesús dice: Mi casa será llamada casa de oración. Vosotros, sin embargo, la habéis convertido en una cueva de ladrones.
De este modo, la gente que iba en peregrinación allí a pedir la bendición del Señor, a hacer un sacrificio, era explotada. Los sacerdotes allí no enseñaban a rezar, no les daban catequesis… Era una cueva de ladrones. No sé si nos hará bien pensar si con nosotros ocurre algo parecido. No lo sé. Es utilizar las cosas de Dios por el propio beneficio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de mayo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
El pasaje de hoy nos muestra una cara de Jesús muy sorprendente. Tras haber llorado por Jerusalén, parece contradictorio contemplar un primer momento de ternura y otro de dureza casi seguidos en el tiempo.

Los sumos sacerdotes, los escribas y notables del pueblo saben muy bien de qué se trata todo esto y quieren quitarlo de en medio, que no les paralice ni boicotee sus negocios.

Parece que Jesús se enfada con mercaderes y vendedores, y en parte es así. Pero su enfado no viene por su profesión, su enfado no va dirigido a los de fuera del templo, va dirigido a los de dentro. Esto que parece una apreciación sin importancia la tiene y mucha, pues el mensaje que Jesús quiere transmitir va encaminado a cada uno de nosotros. Sí, a cada uno de los cristianos que vamos a visitar el templo, a cada uno de los sacerdotes y religiosos que sirven de manera especial al Señor y a cada uno de los que llevan la iglesia con una responsabilidad mayor y de dirección. El mensaje es único: " mi casa es casa de oración ". ¿Qué querrá decirnos Jesús con esto? Quizás esté pensando en las personas que muchas veces usamos la iglesia como medio para nuestros intereses, quizás esté pensando en cada hijo suyo que frecuenta los sacramentos y no se acaba de convencer de que lo importante verdaderamente es servir sin ser visto, sin sacar tajada, sin que nadie lo note.

A la Iglesia hemos de acudir de puntillas, con la confianza de un niño pero con un corazón que ore, que busque el encuentro verdadero con Dios, y no con los hermanos que pueden terminar en negociaciones ajenas al dueño de la casa. La Iglesia indudablemente es un misterio, y está llena de humanidad, y cuenta con fallos humanos.

Con nuestra vida sincera y sencilla y nuestra actitud orante formamos también esa otra Iglesia, que es la que vale: la Iglesia de los Santos, la Iglesia que es camino de Salvación, la Iglesia compañera nuestra en la gran aventura de encontrarnos con Dios.

Propósito
Acudir a la Iglesia con la confianza de un niño, pero con un corazón que ore, que busque el encuentro verdadero con Dios.

Diálogo con Cristo 
¡Gracias Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento de oración! ¡Gracias por el don de tu amistad, de tu gracia y de tu misericordia! No quiero escatimar esfuerzo alguno por crecer en mi vida de oración, con tu gracia, lo podré lograr.

LECTURAS BÍBLICAS DEL DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE 2015 - JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO - CICLO B

Jesucristo, Rey del Universo – Ciclo B
Domingo 22 de Noviembre de 2015

“El reino nace entre espinas y no entre laureles”

Odres Nuevos Evangelio 22 noviembre color



Primera lectura

Lectura del Profeta Daniel 7, 13-14

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios    

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Salmo

Salmo Responsorial: 92, 1ab. 1c-2. 5

R/. El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder.
Así está firme el orbe y no vacila. R/

Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/

Tus mandatos son fieles y seguros,
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/



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Segunda lectura

Lectura del Libro del Apocalipsis 1, 5-8

A Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra.
A aquel que nos amó, nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A Él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. ¡Mirad! Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que le atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.»

Palabra de Dios


Lectura del santo Evangelio según San Juan 18, 33-37

En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús:
–¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús le contestó:
–¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
Pilato replicó:
–¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí: ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó:
–Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Pilato le dijo:
–Conque, ¿tú eres rey?
Jesús le contestó:
–Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.

Palabra del Señor

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn, 18, 33-37

EXAMEN ANTE EL TESTIGO DE LA VERDAD

Dentro del proceso en el que se va a decidir la ejecución de Jesús, el evangelio de Juan ofrece un sorprendente diálogo privado entre Pilato, representante del imperio más poderoso de la Tierra y Jesús, un reo maniatado que se presenta como testigo de la verdad.

Precisamente Pilato quiere, al parecer, saber la verdad que se encierra en aquel extraño personaje que tiene ante su trono: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús va a responder exponiendo su verdad en dos afirmaciones fundamentales, muy queridas al evangelista Juan.

«Mi reino no es de este mundo». Jesús no es rey al estilo que Pilato puede imaginar. No pretende ocupar el trono de Israel ni disputar a Tiberio su poder imperial. Jesús no pertenece a ese sistema en el que se mueve el prefecto de Roma, sostenido por la injusticia y la mentira. No se apoya en la fuerza de las armas. Tiene un fundamento completamente diferente. Su realeza proviene del amor de Dios al mundo.

Pero añade a continuación algo muy importante: «Soy rey… y he venido al mundo para ser testigo de la verdad». Es en este mundo donde quiere ejercer su realeza, pero de una forma sorprendente. No viene a gobernar como Tiberio sino a ser «testigo de la verdad» introduciendo el amor y la justicia de Dios en la historia humana.

Esta verdad que Jesús trae consigo no es una doctrina teórica. Es una llamada que puede transformar la vida de las personas. Lo había dicho Jesús: «Si os mantenéis fieles a mi Palabra… conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ser fieles al Evangelio de Jesús es una experiencia única pues lleva a conocer una verdad liberadora, capaz de hacer nuestra vida más humana.

Jesucristo es la única verdad de la que nos está permitido vivir a los cristianos.

· ¿No necesitamos en la Iglesia de Jesús hacer un examen de conciencia colectivo ante el «Testigo de la Verdad»?

· ¿Atrevernos a discernir con humildad qué hay de verdad y qué hay de mentira en nuestro seguimiento a Jesús?

· ¿Dónde hay verdad liberadora y dónde mentira que nos esclaviza?

· ¿No necesitamos dar pasos hacia mayores niveles de verdad humana y evangélica en nuestras vidas, nuestras comunidades y nuestras instituciones?

IMÁGENES DEL CALENDARIO DE ADVIENTO 2015



ES LA HORA


ES LA HORA 



Es la hora, en esta historia nuestra de cada día, de ser testigos de Cristo por eso testigos de la Vida.

Testigos del que lo dio todo en un madero por un amor entrañable a todos los hombres, pero sobre todo el hombre en el dolor.

Testigos del que fue levantado del sepulcro y se puso en pie marcando un rumbo claro y gritándonos que al amor “ni la misma muerte lo puede matar”.

Testigos de que hay alguien que abrazado por el Padre, nos abraza también a nosotros porque nos ama.

Testigos de que alguien nos quiere, que nos ira, se involucra y acompaña nuestro andar, muchas veces a los tumbos.

Jesús resucitado nos llama a ser testigos que comuniquen la experiencia de la Buena Nueva del Evangelio: esa manera nueva de ver las cosas desde los ojos de Jesús.

Testigos que muestran una nueva manera de pensar, de sentir, amar, actuar, como lo hizo Jesús.

Testigos que se animan a un nuevo estilo de vida que se convierte en cuestionamiento de otros estilos de vida que terminan siendo estilos de muerte.


Mons. Eduardo García

HAY VIDA MÁS ALLÁ DEL WHATSAPP


Hay vida más allá del WhatsApp




Luego de un tiempo de esfuerzo tuve que darme por vencido y volver a instalar WhatsApp en mi celular. Saturado al recibir demasiados mensajes innecesarios e inoportunos y por leer toda la basura que manda gente más desocupada que uno, a mediados de agosto decidí borrar la bendita aplicación, convertida en un motivo de molestia permanente.

El hecho de que cualquier persona que tenga el número celular de uno se sienta con derecho a escribirle a cualquier hora para decirle cualquier cosa, o para incluirlo en un grupo que a usted no le interesa, me resultaba muy molesto. Si a eso se suma la ansiedad que causamos o que sentimos cuando no hay respuesta inmediata a ese mensaje que ya tiene doble chulo azul, la situación se vuelve aún más crítica.

Para acabar de completar, la adicción a WhatsApp no solo lo convierte a uno en una persona menos productiva sino que puede transformarlo en un perfecto antisocial que no se relaciona cara a cara con nadie y en un maleducado que nunca levanta la mirada por estar tecleando frenéticamente con sus pulgares.

Sin embargo, aunque tuve que dar marcha atrás –sobre todo por razones de trabajo– este breve autoexilio digital me dejó varias enseñanzas. En primer lugar, las semanas que estuve alejado de WhatsApp me sirvieron para recuperar buena parte de mi tranquilidad cotidiana. Los valiosos minutos que antes dedicaba a revisar periódicamente el teléfono para ver si me habían entrado mensajes los pude destinar a otras actividades más gratas o más fructíferas.

También me di cuenta de que en un alto porcentaje los chats, lejos de ser imprescindibles, terminan convertidos en una perdedera de tiempo. Asuntos que para su trámite requieren treinta minutos por WhatsApp se pueden resolver en treinta segundos con una simple llamada.

Además, las cuestiones de veras importantes no llegan por un chat y muchas de las que llegan por esa vía pierden su intensidad o su verdadero significado. La vida real no está en las redes sociales, sino en las miradas, en el contacto, en el aliento, en la voz, en las sonrisas, en los gestos, en los suspiros, en los abrazos o en las lágrimas; no en unas figuritas amarillas que hoy por hoy se les mandan por igual al compañero de trabajo, a la familia, a la novia o al señor que cuida el perro.

No es lo mismo decir “te quiero” en persona –o incluso por teléfono– que enviar corazoncitos o caritas felices por WhatsApp. No nos digamos mentiras: ninguna colección de ‘emojis’ va a reemplazar jamás el impacto de unos ojos aguados ni la emoción de una voz entrecortada por la alegría o el dolor.

No puedo negar que WhatsApp es una plataforma muy útil, sobre todo para comunicarse desde y hacia otro país, pero sería interesante saber qué porcentaje de los 54.000 millones de mensajes que se envían a diario valen la pena o cuántos de sus más de 800 millones de usuarios están dejando pasar la vida sin darse cuenta, por estar pegados a la pantalla del celular.


Vladdo en El Tiempo

EL PAPA ES UNIVERDAL


El Papa es «universal»
Entre menos interpretaciones, definiciones y hermenéutica se propongan sobre Papa Francisco, más eficaz será el servicio que cada católico puede ofrecer a su ministerio


Por: Un análisis de Luis Badilla de «Il Sismografo» | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it 




Recordar y subrayar que Papa Francisco es «jesuita y latinoamericano», en particular durante los primeros meses del Pontificado, no solo era justo y oportuno, sino también necesario. Se trataba de «contarle» al pueblo de Dios y al mundo quién era el nuevo Sucesor de Pedro. Pero hacer que estas dos connotaciones del Papa se conviertan en una especie de «absolutos» que desplegar en cualquier ocasión se está volviendo contraproducente y, tal vez, sería oportuno reflexionar sobre algunas observaciones que se escuchan cada vez más.

1) La primera, más bien descontada, recuerda que el Papa, en definitiva, es «universal», y que desde el momento de su elección, de cierta manera, se «separa», en cuanto Obispo de Roma y por servir a la Iglesia que debe guiar, de cualquier connotación anterior. Claro, Francisco sigue y seguirá, por siempre, siendo «jesuita y latinoamericano», pero si esto es presentado, subrayado, desplegado como una letanía de formulario acaba por enjaular justamente a aquel que (el Pontífice) no puede ni debe ser enjaulado. Enjaular al Papa es la peor manera de ponerse al servicio de su misión, aunque sea por buenas intenciones.

2) Subrayar que el Papa es jesuita-ignaciano o latinoamericano-sudamericano puede ayudar a comprender determinados pasajes del Pontificado (gestos, decisiones y magisterio) pero de ninguna manera estas connotaciones describen el total, complejo y multiforme ministerio petrino. Insistir en el uso y en la proposición de estas connotaciones, a menudo sin que sea necesario, acaba creando la sensación de estar frente a reivindicaciones indebidas sobre el ministerio universal del Santo Padre; reivindicaciones que después no tienen nada que ver con la realidad, puesto que el Papa no guía a la Iglesia en cuanto jesuita o latinoamericano. No son los jesuitas ni mucho menos América Latina los que guían a la Iglesia. Dar esta imagen no solo no es exacto, sino que también es dañino para la vida de la Iglesia y del mismo Pontificado.

3) Está claro, y hay muchos momentos del Pontificado que lo demuestran, que para Francisco es importante su ser jesuita y latinoamericano, como muchos otros Papas para los cuales era importante ser europeos; pero también es evidente que para él, como para sus predecesores, tales definiciones biográficas no son algo que condicione el ejercicio del propio ministerio de manera reducida o excluyente. Los que presentan constantemente al Papa como «jesuita y latinoamericano», y lo hacen más allá de las medidas del sentido común y de lo objetivamente necesario, «sitúan» a Papa Francisco en una posición reducida y excluyente, privando la realidad del Pontificado de otras connotaciones singulares e importantes.

4) Entre menos definiciones, menos interpretaciones y menos hermenéutica se propongan sobre Papa Francisco, más eficaz será el servicio que cada católico puede ofrecer a su ministerio. El Papa es una fuerza gigantesca de fe, libertad y parresía, reconocida por sus críticos más feroces, como no se veía desde hace muchos años y no solo en la Iglesia católica. Cualquier «narración» o «interpretación» ‘de parte’ sobre el Papa, aunque autorizada, acaba por atrapar esta fuerza que tanto la Iglesia como el mundo necesitan. Insistir en lo contrario provocará una percepción dramática y falsa: que el Papa, es, justamente, ‘de parte’. Y aún más: acabará también obscureciendo uno de sus carisma excepcionales: hacerse escuchar por todos sin intermediarios. Francisco no es un oráculo y, por lo tanto, no se necesitan pitonisas. Tomemos nota todos de esta verdad.

TRECE SANTOS PARA REZAR POR LA PAZ Y RECONCILIACIÓN EN FRANCIA Y EL MUNDO ENTERO


Trece santos para rezar por la paz y reconciliación en Francia y el mundo
Por Abel Camasca



(ACI).- Francia, el país donde hace unos días murieron más de 120 personas en los atentados perpetrados por los terroristas del Estado Islámico, ha dado a la Iglesia un gran número de santos que destacaron por su gran caridad.

Presentamos 13 de estos santos franceses -de los más de 150 que figuran en el santoral católico- a quienes se puede acudir para rezar pidiendo su intercesión por la paz en Francia y en todo el mundo.

Sobre el orden cronológico de esta lista cabe resaltar que desde la reforma protestante (siglo XVI), tiempo en que algunos sectores de Francia empezaron a alejarse históricamente de la fe, Dios ha suscitado santos franceses casi consecutivamente que defendieron a la Iglesia.

Por otro lado, justo en los momentos de mayor crisis moral, social, política y religiosa, el Señor puso en medio del pueblo francés santos que impulsaron con más fuerza la educación cristiana y el cuidado de los fieles en las parroquias, bajo el cuidado cercano de la Virgen María.

1- San Bernardo de Claraval (1090-1153), Doctor de la Iglesia, aconsejaba acudir siempre a la Madre de Dios y más en los momentos de gran dificultad. “Si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar, ¡invoca a María!”, exclamaba.



2 y 3- San Francisco de Sales (1567-1622) es considerado el Santo de la amabilidad y en su vida tuvo que afrontar diversos ataques de los protestantes, así como insultos y maltratos de la gente.

No obstante, con su paciencia ante las dificultades se fue ganando la simpatía y el cariño de la gente sencilla. “Yo he repetido con frecuencia que la mejor manera de predicar contra los herejes es el amor, aun sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas”, explicó una vez a su discípula Santa Juana de Chantal (1572-1641).

4- San Vicente de Paul (1581-1660), siendo ya sacerdote, iba en un barco que fue atacado por los turcos musulmanes y cayó prisionero. Se dice que fue vendido como esclavo y que logró escapar. Esta experiencia lo marcó en su vida y más adelante llegó a decir que “la caridad es el centro que une a la comunidad con Dios y a todos sus miembros entre sí; contribuye a la unión de los corazones y los vincula indisolublemente a Dios".

5- Santa Margarita de Alacoque (1647-1690), vidente del Sagrado Corazón de Jesús. Los primeros viernes de cada mes aparecía un su cuerpo de manera misteriosa una llaga similar a la del costado de Cristo. Solía recomendar “tener a todo el mundo por amigo y a nadie por enemigo, en cuanto según Dios sea posible”.

6- San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), sabiendo de la importancia de la educación para el progreso integral de las personas, trabajó mucho por formar a los de escasos recursos, llegando a ser patrono de los maestros. En una de sus meditaciones animó a sus formadores diciendo que “vuestra actuación haga ver que amáis a los que Dios os encomendó con el mismo amor con que Cristo amó a su Iglesia”.

7- San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), en su Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, al hablar de los últimos tiempos afirma que “María estará allí por orden del Altísimo para extender su imperio sobre el de los impíos, idólatras y mahometanos. ¿Cuándo y cómo sucederá esto?... Dios sólo lo sabe; a nosotros sólo nos toca callar, orar, suspirar y esperar”.

8- San Juan María Vianney (1786-1859), el famoso Santo Cura de Ars, creció con la gran crisis de la Revolución Francesa. Sin embargo, esto no lo desanimó, sino que llegó a ser un gran párroco y en una ocasión enfatizó que “la mayor desgracia para nosotros los párrocos es que el alma se endurezca”.

9- San Marcelino Champagnat (1789-1840) un día fue a visitar a un joven enfermo y cayó en la cuenta que el pobre muchacho no conocía nada de religión. Lo preparó a bien morir y se propuso buscar compañeros que le ayuden en la instrucción cristiana de la juventud.

En una carta dirigida a sus seguidores les dijo: “Recemos a Dios para que nos haga conocer su santa voluntad; y llamémonos siempre sus siervos inútiles”.

10- Santa Bernardita Soubirus (1844-1879) fue la vidente de la Virgen de Lourdes y recibió los mensajes de la Madre de Dios que pedía la conversión del mundo. Ella que había visto la gruta de la cual brota un agua milagrosa, al final de su vida, cuando una hermana le dijo que iba a orar para que el Señor le mandara consolación, respondió: “No, no, no consolación, solo fortaleza y paciencia”.

11- Santa Teresa de Lisieux (1873-1897), Doctora de la Iglesia y Patrona de las misiones, decía que “la santidad no consiste en tal o cual práctica, sino en una disposición del corazón (del alma) que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra nonada y confiados hasta la audacia en la bondad del Padre".

12 y 13- San Luis Martin (1823-1894) y Santa Celia Guérin (1831-1877) son los padres de Santa Teresita y los últimos en ser canonizados por el Papa Francisco en el 2015. Cierta vez, cuando un vecino los demandó por una disputa en la cual hasta el juez los encontró inocentes, Santa Celia escribió a su hija Paulina diciéndole: “Debemos aceptar las contradicciones pacientemente”.

FELIZ VIERNES!!


jueves, 19 de noviembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 19 DE NOVIEMBRE DEL 2015



Jesús llora sobre Jerusalén
Tiempo Ordinario


Lucas 19, 41-44. Tiempo Ordinario. Porque en el corazón de Jesús había toda esta historia donde la fidelidad había desaparecido. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44
Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita». 

Oración introductoria
Señor, ayúdame a comprender en esta oración lo que puede conducirme a la paz y a la auténtica felicidad. Abre mi mente y mi corazón, aumenta mi fe, acrecienta mi confianza, inflámame de tu amor y ayúdame a aprovechar esta oportunidad que me das para encontrarme contigo en esta meditación.

Petición
Jesús, ayúdame a evitar todo lo que te ofende y a agradarte con amor en mi comportamiento de cada día.

Meditación del Papa Francisco
El pueblo elegido, aun habiendo recibido muchos beneficios, no le había escuchado. Dios ha dado todo, pero ha recibido de vuelta solamente cosas feas. La fidelidad ha desaparecido, no sois un pueblo fiel.
Esta es la historia de Dios. Parece que Dios llorase, aquí. Te ha amado tanto, te he dado tanto y tú… Todo contra mí. También Jesús mirando a Jerusalén lloró. Porque en el corazón de Jesús había toda esta historia donde la fidelidad había desaparecido. Nosotros hacemos nuestra voluntad, pero haciendo esto en el camino de la vida seguimos un camino de endurecimientos: el corazón se endurece, se petrifica; y la Palabra del Señor no entra. Y el pueblo se aleja. También nuestra historia personal se puede convertir en esto. Y hoy, podemos preguntarnos: ‘Yo, escucho la voz del Señor, o hago lo que quiero, lo que me gusta? (Cf Homilía de S.S. Francisco, 12 de marzo de 2015, en Santa Marta).

Reflexión
Jesús llora por Jerusalén. Y profetiza una realidad que seguimos contemplando hoy. Existe división, existen enfrentamientos, existe desencuentro, existen guerras. A lo largo de todo el Antiguo Testamento la tierra prometida ha sido un punto de referencia, una esperanza y hasta cierto punto la garantía de un pueblo. Sin embargo, no es suficiente para la salvación, la tierra no deja de ser un lugar y sus miembros los responsables de lo que en ella sucede.

El pasaje de hoy parece sorprendente. Por un lado Jesús profetiza una realidad negativa de este mundo y por otro llora por el presente y el futuro de un pueblo. Jesús ama su tierra, ama a su pueblo y sufre por lo que no ve en él. El enfrentamiento es consecuencia de no entender lo que conduce a la paz, de obstinarse en creer que la paz global no es el resultado de la paz con uno mismo. Quizás, cuando Jesús llora, esta teniendo presente todas las guerras que se sucederán en el tiempo, todo el dolor que el hombre se produce a sí mismo. Y es que el hombre, la criatura que Dios ama con ternura, puede destruirse a sí mismo.

Podemos pensar en la guerra como en algo lejano en el espacio y en el tiempo, algo ajeno a nuestra realidad cotidiana. Y algo por lo que no podemos hacer mucho. Sin embargo nosotros podemos ser ángeles de paz o demonios de guerra. Porque la guerra en definitiva es el odio, es el rencor, el tomarse la justicia por su mano. Cuando no perdonamos una falta de caridad que han tenido con nosotros, cuando guardamos y recordamos el mal que nos han hecho, no estamos entendiendo lo que conduce a la paz.

Porque el hombre tiene un sentido de la justicia limitado y sobretodo imposible de realizar de modo exclusivamente horizontal. Porque nosotros somos limitados y vamos a fallar muchas veces, vamos a herir, aun sin intención, y vamos a ser heridos. No podemos aplicarnos un sentido de la paz irrealizable. Jesús llora porque nos obstinamos en no aceptar las normas flexibles del amor.

Propósito
Buscar la paz, que es fruto del amor y del perdón, de la comprensión y de la lucha por mejorar y amar sin medida. Jesús llora porque nos obstinamos en no aceptar las normas flexibles del amor.

Diálogo con Cristo
Señor, no puedo cerrar mi corazón y ahogar en mi egoísmo mi celo apostólico. Fortaléceme, hazme generoso para crecer en el amor y dedicarme a mi misión con ahínco, y así, hacer cuanto pueda para que la Nueva Evangelización llegue a muchas más personas.

CLAVOS QUE DEJAN HUELLA



Clavos que dejan huella 


 

Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal caracter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, deberia clavar un clavo detras de la puerta.

El primer dia, el muchacho clavo 37 clavos detras de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendia a controlar su genio,clavaba cada vez menos clavos detras de la puerta.

Un día descubrio que era mas facil controlar su genio que clavar clavos detras de la puerta. Llego el dia en que pudo controlar su caracter durante todo el dia.

Despues de informar a su padre, este le sugirio que retirara un clavo cada dia que lograra controlar su caracter.

Los dias pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban mas clavos para retirar de la puerta...

Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mio, pero mira todos esos hoyos en la puerta.. Nunca mas sera la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aqui ves.

Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa fisica"



BESITOS


Besitos 


 

La historia cuenta que hace algún tiempo un hombre castigó a sus hijita de 5 años por desperdiciar un rollo de papel dorado para envolver regalos. 

Estaban apretados de dinero y se molestó mucho cuando la niña pegó todo el papel dorado en una cajita que puso debajo del árbol de Navidad. 

Sin embargo, la mañana de Navidad, la niña le trajo la cajita envuelta con el papel dorado a su papá: "ésto es para tí papá". 

El papá se sintió avergonzado por haberse molestado tanto la noche anterior, pero su molestia resurgió de nuevo cuando comprobó que la caja estaba vacía y le dijo en tono molesto: "¿que no sabe usted señorita que cuando uno dá un regalo debe haber algo dentro del paquete? ". La niña volteó a verlo con lágrimas en sus ojitos y le dice:

" Pero papi, no está vacía. Le puse besitos hasta que se llenó ".
El papá estaba conmovido, cayó de rodillas, abrazó a su hijita y pidió que le perdonara su desconsiderado coraje.

Un tiempo después, un accidente tomó la vida de la niña, se dice que el papá conservó la cajita dorada junto a su cama por el resto de su vida. 

Cuando se sentía sólo y desanimado, metía su mano en la cajita dorada y sacaba un besito imaginario de ella.

SANTÍSIMA VIRGEN DE LA DIVINA PROVIDENCIA, ADVOCACIÓN MARIANA, 19 DE NOVIEMBRE

Santísima Virgen de la Divina Providencia
Advocación Mariana, 19 de noviembre

Fuente: Corazones.org 




Patrona de Puerto Rico

La devoción a la Virgen de la Divina Providencia se origina en el siglo XIII en Italia, de donde llegó poco tiempo después a España, en donde se construyó un santuario en Tarragona, Cataluña.

Se dice que el nombre de Divina Providencia, le fue asignado a la Virgen por San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien en una ocación en la que él y sus frailes no tenían nada que comer, invocó la protección de su Patrona, al poco tiempo se oyó toques en la puerta del convento, encontrando al abrila dos canastas llenas de alimentos.

La imagen original venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas italianas, es un hermoso óleo en el que aparece la Virgen con el Divino Niño dormido plácidamente en sus brazos. Se cuenta que el título "de la Divina Providencia", se debe a San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien al invocar la protección de la Virgen un día en que sus frailes no tenían nada que comer, encontró a la puerta del convento dos cestas repletas de alimentos sin que se pudiese conocer su procedencia.

La imagen mandada a hacer por Don Gil Esteve fue tallada en Barcelona según el gusto de la época. Es una hermosa imagen sentada, "de ropaje, (es decir, hecha para ser vestida), y estuvo expuesta al culto en la catedral durante 67 años, hasta que en 1920 fue sustituida por otra magnífica talla, toda de madera, que es la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia más familiar y conocida por las comunidades puertorriqueñas.

María se inclina sobre el Niño, que en total actitud de confianza duerme plácidamente en su regazo. Las manos de la Virgen se unen en oración mientras sostiene suavemente la mano izquierda del Divino Infante. El conjunto sugiere ternura, abandono, devoción y paz.

El Papa Pablo VI declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, como patrona principal de la isla de Puerto Rico mediante un decreto firmado el 19 de noviembre de 1969. En ese documento se decretó también que la solemnidad de la Virgen debía trasladarse del dos de enero, aniversario de su llegada a la isla, al 19 de noviembre, día en que fue descubierta la isla de Borinquen. Se quiso unir así los dos grandes afectos de los puertorriqueños; el amor por su preciosa isla y el amor por la Madre de Dios.

La talla más antigua, que data del 1853, fue la elegida para ser coronada solemnemente durante la reunión del Consejo Episcopal Latino Americano celebrada en San Juan de Puerto Rico el 5 de noviembre de 1976. La víspera del acontecimiento esta imagen fue vilmente quemada en la Parroquia de Santa Teresita de Santurce. Pero eso no detuvo la solemne coronación, que ocurrió en medio de la emoción y las lágrimas de millares de sus hijos y la presencia de cardenales, arzobispos y obispos venidos de toda Latinoamérica.

La imagen quemada fue enviada a España para ser restaurada. Actualmente espera la construcción del proyectado gran santuario nacional para ser allí colocada

VENGA TU REINO SEÑOR !VIVA CRISTO REY¡

Venga tu Reino Señor ¡Viva Cristo Rey!
Un Reino que los hombres no entendemos porque lo que tú viniste a enseñar no está en el exterior sino en lo más profundo de nuestro corazón.


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net 




Ante ti, Señor una vez más.

Ante ti, que siempre estás en el Sagrario para escucharme, para infundir calor a mi corazón muchas veces indiferente y frío. Más frío que estas tardes del ya cercano invierno. Pero hoy quiero que hablemos, no del cercano invierno, sino del cercano día en que vamos a festejar Tu día, Señor, el DÍA DE CRISTO REY el próximo domingo.

El Padre Eterno, como tú nos enseñaste a llamarle a Dios, es el Rey del Universo porque todo lo hizo de la nada. Es el Creador de todo lo visible y de lo invisible, pero... ¿cómo podía este Dios decírselo a sus criaturas? ¿cómo podría hacer que esto fuese entendido?... pues simplemente mandando un emisario.

No fue un ángel, no fue un profeta, fuiste tú, su propio Hijo, tu, Jesús.

Como nos dice San Pablo: Fue la propia imagen de Dios, mediador entre Este y los hombres y la razón y meta de toda la Creación. Él existe antes que todas las cosas y todas tienen su consistencia en Él. Es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia Católica. Es el principio, el primogénito, para que sea el primero en todo. Así se expresa San Pablo de ti, Jesús mío y en esa creencia maravillosa vivimos.


Cuando fuiste interpelado por Pilato diste tu respuesta clara y vertical: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos... PERO MI REINO NO ES DE AQUÍ. Entonces Pilato te dijo: Luego... ¿tú eres rey?. Y respondiste: Tú lo dices que soy rey. Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la Verdad, escucha mi voz. (Juan 18,36-37).
Jesús, tú hablabas de un Reino donde no hay oro ni espadas, donde no hay ambiciones de riquezas y poder. Tu Reino es un reino de amor y de paz.

Un Reino que los hombres no entendieron y seguimos sin entender porque lo que tú viniste a enseñar no está en el exterior sino en lo más profundo de nuestro corazón.

Pertenecer a este Reino nos hace libres de la esclavitud del pecado y de las pasiones.

Pertenecer a este Reino nos hace súbditos de un Rey que no usa la ley del poder y del mando sino del amor y la misericordia.

Diariamente pedimos "venga a nosotros tu Reino"  y sabemos que en los hombres y mujeres de bien, ya está este Reino, pues el "Reino de Dios ya está con nosotros" (Lc.17, 20-21.

El domingo, la Iglesia celebra a CRISTO REY. A ti, Jesús, que pasaste por la Tierra para decirnos que REINAR ES PODER SERVIR Y NO SERVIRSE DEL PODER.

Que viniste para ayudar al hombre y bajar hasta él, morir con él y por él, mostrándonos el camino hacia Dios.

¡VENGA TU REINO, SEÑOR!

¡Viva Cristo Rey !

JESÚS, ROSTRO DE LA MISERICORDIA


Jesús, rostro de la misericordia
Necesitamos contemplar el misterio de la misericordia divina, porque es fuente, condición, revelación y acción del amor de Dios por nosotros


Por: Ramiro Pellitero 



Con la bula de convocación para el Jubileo extraordinario de la Misericordia, Misericordiae Vultus (11-IV-2015) se abre un periodo preparatorio de oración y estudio, diálogo y acción. Es un camino, el de la misericordia, que la Iglesia viene recorriendo desde su comienzo, más intensamente desde mediados del siglo pasado; y que ahora Francisco propone como catalizador de un impulso nuevo.

Para facilitar la lectura del texto del Papa y su asimilación, cabe estudiarlo distinguiendo algunas partes (distinción que es nuestra, no del documento).



La Misericordia, característica de Dios y de su obrar

“Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre” (n. 1). El texto se abre con esta afirmación que sirve a la vez de explicación del título y de síntesis, no solo del documento, sino de la fe cristiana. Santo Tomás considera que “es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta u omnipotencia” (S. Th. II-II, q30, a4). La liturgia lo recoge desde antiguo. Dios, rico en misericordia, nos ha enviado a su hijo para salvarnos. “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (Ib.). Necesitamos contemplar el misterio de la misericordia divina, porque es fuente, condición, revelación y acción del amor de Dios por nosotros, que se hace para nosotros ley y camino en nuestra relación con Él y los demás. 


El Concilio Vaticano II, signo de la Misericordia

El Jubileo extraordinario se iniciará el 8 de diciembre, a los 50 años de la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II. También aquí la primera frase dice ya lo más importante: “La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento” (n. 4). El Concilio –tal como lo impulsaron san Juan XXIII y el beato Pablo VI– quiso anunciar el Evangelio en nuestro tiempo de un modo más comprensible, en el marco de la caridad y de la misericordia de Dios. 


La misericordia divina en el Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento describe a Dios como “paciente y misericordioso”, para presentarle con entrañas de padre y de madre. El salmo 136 repite continuamente “eterna es su misericordia”. Y Francisco lo interpreta como “un intento por romper el círculo del espacio y del tiempo para introducirlo todo en el misterio eterno del amor. Es como si se quisiera decir que no solo en la historia, sino por toda la eternidad el hombre estará siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre” (n. 7). 


La misericordia, núcleo del Evangelio

Ese salmo 136 forma parte de un himno judío (el hallel), recitado en las fiestas litúrgicas importantes. Jesús rezó con él (cf. Mt 26, 30) y lo hizo suyo –señala el Papa– tras la última Cena, precisamente como explicación de la institución de la Eucaristía y preludio de su pasión y muerte, que llevaban hacia la consumación su entrega por nosotros. Una entrega manifiesta en toda su vida: en sus actitudes (particularmente hacia los enfermos y los pecadores, como Mateo) y en sus enseñanzas, sobre todo en algunas parábolas (como la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos, y la del siervo despiadado que no quería perdonar a su compañero) y en las bienaventuranzas.

A partir de ahí la misericordia es considerada por Francisco como núcleo del mensaje evangélico y como criterio para saber quiénes son realmente hijos de Dios, como ideal de vida y como signo de credibilidad de la fe cristiana; pues el amor se demuestra en la vida concreta: “intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano” (n. 9).


La misericordia en la misión de la Iglesia

Por todo ello “la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (n. 10). Siguiendo los pasos de san Juan Pablo II (cf. encíclica Dives in misericordia”, 30-XI-1080), Francisco propone que anunciar la misericordia y testimoniarla en primera persona debe ser hoy camino para la Iglesia. De ahí el significado de la peregrinación –símbolo del camino que es la vida de cada persona– en los Jubileos. Cita las palabras del Evangelio que apuntan a la peregrinación interior: “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la medida que midáis” (Lc 6,37-38).

Entre los modos concretos de ejercitar la misericordia, destaca las obras de misericordia corporales y espirituales: “Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina” (n.15). Más aún, en cada uno de los necesitados hemos de ver a Cristo mismo (cf. Mt 25, 31-45). Otros modos concretos de vivir el Jubileo de la misericordia serán la iniciativa “24 horas para el Señor” (adoración de la Eucaristía, y confesión de los pecados: el Papa pide “que los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre”, n. 17), las misiones populares y las indulgencias. Francisco invita a todas las personas a la conversión, especialmente a los más alejados de la gracia de Dios, a los criminales y a los promotores o cómplices de la corrupción.


La conexión entre justicia y misericordia

El documento se detiene a explicar la relación entre justicia y misericordia (que corre paralela a la relación entre verdad y caridad y es manifestación visible de esa relación). “No son –indica Francisco– dos momentos contrastantes entre sí, sino un solo momento que se desarrolla progresivamente hasta alcanzar su ápice en la plenitud del amor” (n. 20).

La justicia, observa, ha sido interpretada con frecuencia de una manera estrecha, como mero cumplimiento de la ley. “Para superar la perspectiva legalista, sería necesario recordar que en la Sagrada Escritura la justicia es concebida esencialmente como un abandonarse confiado en la voluntad de Dios” (Ib.). Contra la mentalidad legalista de los fariseos, “Jesús subraya el gran don de la misericordia divina que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y la salvación” (Ib.) y reclama ante todo la atención a las necesidades que tocan la dignidad de las personas. 

También San Pablo, en palabras de Francisco, enseña que “el juicio de Dios no lo constituye la observancia o no de la ley, sino la fe en Jesucristo, que con su muerte y resurrección trae la salvación junto con la misericordia que justifica. La justicia de Dios se convierte ahora en liberación para cuantos están oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. La justicia de Dios es su perdón (cf. Sal 51,11-16)” (Ib.). En suma, “Dios no rechaza la justicia. Él la engloba y la supera en un evento superior donde se experimenta el amor que está en la base de una verdadera justicia. (…) Esta justicia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón de la muerte y resurrección de Jesucristo. La Cruz de Cristo, entonces, es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre el mundo, porque nos ofrece la certeza del amor y de la vida nueva” (n. 21).


Tiempo de crecer en misericordia

Concluye deseando que el Jubileo sea una ocasión de encuentro con el judaísmo, el Islam y otras nobles tradiciones religiosas. Y, tras evocar la figura de santa Faustina Kowalska –apóstol de la misericordia–, se confía en María, Madre de la Misericordia y Arca de la Alianza entre Dios y los hombres.

Como decíamos al principio, con este documento se abre, ante el Jubileo de la misericordia, un periodo preparatorio de oración y estudio, diálogo y acción, bajo el impulso del Obispo de Roma. Debe ser un periodo de crecimiento auténticamente espiritual y evangelizador para cada cristiano, y para la Iglesia en sus instituciones y agrupaciones.

FELIZ JUEVES!!


miércoles, 18 de noviembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 18 DE NOVIEMBRE DEL 2015


¡Muy bien, siervo bueno! has sido fiel siempre
Parábolas


Lucas 19, 11-28. Tiempo Ordinario. Aquí está mi misericordia, mi ternura, mi perdón: tóma tus dones y úsalos abundantemente. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la Semana 33o. del Tiempo Ordinario, del domingo 15 al sábado 21 de noviembre 2015.
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Del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28
Estando la gente escuchando estas cosas, añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez talentos y les dijo: "Negociad hasta que vuelva." Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros." «Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu talento ha producido diez talentos." Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades." Vino el segundo y dijo: "Tu talento, Señor, ha producido cinco talentos." Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades." «Vino el otro y dijo: "Señor, aquí tienes tu talento, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de tí, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste." Dícele: "Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses." Y dijo a los presentes: "Quitadle el talento y dádsela al que tiene los diez talentos." Dijéronle: "Señor, tiene ya diez talentos." - "Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará." «"Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí."» Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.

Oración introductoria
Gracias, Señor, por recordarme la importancia de multiplicar los dones que me has dado en custodia. No quiero tener nunca miedo a tu exigencia, ni quiero justificar mi pereza, apatía o pasividad, por ello recurro a Ti en esta oración, dame la sabiduría y audacia para multiplicar los talentos que he recibido.

Petición
Padre mío, ayúdame a corresponderte con generosidad, responsabilidad y eficacia creciente.

Meditación del Papa Francisco
El significado de esto es claro. El hombre de la parábola representa a Jesús, los siervos somos nosotros y los talentos son el patrimonio que el Señor nos confía. ¿Cuál es el patrimonio? Su Palabra, la Eucaristía, la fe en el Padre celeste, su perdón… en definitiva, tantas cosas, sus más preciosos bienes. Este es el patrimonio que Él nos confía. ¡No sólo para custodiar, sino para multiplicar! Mientras en el lenguaje común el término "talento" indica una notable cualidad individual – por ejemplo, talento en la música, en el deporte, etcétera –, en la parábola los talentos representan los bienes del Señor, que Él nos confía para que los hagamos rendir.
El hoyo excavado en el terreno por el "siervo malo y perezoso" indica el miedo del riesgo que bloquea la creatividad y la fecundidad del amor. Porque el miedo de los riesgos en el amor nos bloquea. ¡Jesús no nos pide que conservemos su gracia en una caja fuerte! No nos pide esto Jesús, sino que quiere que la usemos para provecho de los demás. Todos los bienes que hemos recibido son para darlos a los demás, y así crecen. Es como si nos dijese: 'Aquí está mi misericordia, mi ternura, mi perdón: tómalos y úsalos abundantemente'. Y nosotros ¿qué hemos hecho con ellos? ¿A quién hemos "contagiado" con nuestra fe? ¿A cuántas personas hemos animado con nuestra esperanza? ¿Cuánto amor hemos compartido con nuestro prójimo? Son preguntas que nos hará bien hacernos.
Cualquier ambiente, también el más lejano e impracticable, puede convertirse en un lugar donde hacer rendir los talentos. No existen situaciones o lugares excluidos a la presencia y al testimonio cristiano. El testimonio que Jesús nos pide no está cerrado, está abierto, depende de nosotros. (Ángelus de S.S. Francisco, 16 de noviembre de 2014).


Reflexión
El evangelio de hoy contiene una exigencia y a la vez una gran confianza de Dios en cada uno de nosotros. Jesús una vez más habla a través de parábolas sencillas que encierran toda la grandeza de su mensaje y que son una invitación a saber descubrir la grandeza de la vida corriente. Parece duro, o al menos exigente el pasaje de hoy, y nos muestra la gran diferencia entre el temor de Dios y el temor a Dios.

Dios es infinitamente justo, Dios es infinitamente misericordioso. Parece contradictorio que Dios sea infinitamente justo y a la vez infinitamente misericordioso, pues en el primer caso parece difícil de entender su actuación que sin su infinita misericordia parecería no responder a su ser. Sin embargo, hemos de aceptar que para nosotros Dios siempre será un misterio, que sólo Él mismo nos puede desvelar. Si nos fijamos exclusivamente en su justicia es fácil que caigamos en una especie de miedo paralizador que nos haga creer en la imposibilidad de nuestra salvación y nos haga verle como un juez justo y severo.

Esto nos convertirá en personas que temen a Dios, personas que intentan rehuirle, que se arredran y no arriesgan por temor a perder: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras..." Nuestra visión se nubla hasta el punto de convertir a Dios en un ser exigente e injusto y no ponemos en juego todo lo que tenemos sino que de hecho lo escondemos.

Sin embargo, cuando contemplamos la justicia y la misericordia de Dios, en seguida entendemos que Dios ante todo es Bueno, que quiere que nos salvemos. Pero para eso tenemos que querer y tenemos que dejarle hacer. Tomarse en serio a Dios, tomar en serio sus cosas significa tener temor de Dios, y significa poner en juego todo aquello que nos ha dado, siendo conscientes de que muchas veces fallaremos y no daremos el fruto que nos gustaría. Eso no importa, porque a Él sólo le preocupan nuestras intenciones. Muchas veces sólo podremos ofrecer eso, nuestro propósito de hacer las cosas lo mejor posible, desprendiéndonos del resultado final. En cualquier caso, nuestras actitudes delatan y ponen de manifiesto nuestras intenciones.

Propósito
Pidámos a Dios, como nos enseña el Papa, que nos ayude a ser siervos buenos y fieles, para que podamos participar un día en el gozo de nuestro Señor.

Diálogo con Cristo
Jesús, no quiero ser un espectador pasivo, sino un colaborador infatigable de tu Reino. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad y hacer multiplicar todos los dones que me has confiado. Tengo mucho que dar, pero mucho más que ganar, si uso mis talentos para extender tu Reino.
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