miércoles, 14 de enero de 2015

LAS FIESTAS DEL AÑO LITÚRGICO


Las fiestas del Año Litúrico
Año Liturgico
El calendario litúrgico. Solemnidades, fiestas y memorias.
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net




El tiempo celebrativo

La fiesta como espacio cronológico y marco de la celebración, hace posible la inserción plena del acontecimiento celebrado en la vida de los hombres. El clima que se palpa en la celebración hace que ese tiempo de celebrar sea distinto del tiempo ordinario y común, en el que no sucede nada. El hombre vive el tiempo festivo como una inclusión de la eternidad en nuestro presente fugaz e inexorable. Por eso encuentra este tiempo feliz y gratificante.

A estas notas humanas se añaden las específicamente cristianas del tiempo celebrativo de la liturgia, un tiempo que se convierte en acto de culto y en oportunidad de salvación presidido por la eucaristía.

Las notas características de la fiesta cristiana podemos sintetizarlas de la siguiente manera:

La fiesta es símbolo de la presencia del Señor en medio de los suyos.

Tiene un valor escatológico como figura, prenda y anticipo de lo que está por venir: la vida eterna.

El culmen de toda fiesta cristiana por excelencia es el domingo, anterior a cualquier fiesta o tiempo litúrgico. Las diversas fiestas y tiempos litúrgicos, organizados posteriormente descansan sobre los domingos.

Los dos factores que determinan el tiempo de la celebración son el factor cósmico y el factor histórico.

En el examen de las fiestas cristianas encontramos una relación constante entre las estaciones del año y las fiestas litúrgicas.

Es claro que en la constitución del domingo como fiesta cristiana prima el hecho histórico: la muerte y la resurrección de Cristo. Pero el hecho cósmico no está ausente.

Se impone el ritmo repetitivo semanal, como criterio para elegir y señalar el día de reunión de los cristianos para celebrar su fiesta. Y el ritmo semanal es claramente un ritmo lunar: es la fracción del período mensual determinado por los ciclos de la luna.

Junto a esta celebración semanal pronto aparece la celebración anual: La Pascua. También aquí encontramos una síntesis entre el tiempo histórico y el cósmico. El año es el resultado del ciclo solar con sus cuatro estaciones.

Siguiendo la tradición Judía, los cristianos elegirán para la fiesta anual de la resurrección, el equinoccio de primavera: punto de equilibrio entre el día y la noche, momento de resurgimiento de la vida nueva en la naturaleza, de renacimiento de la vida. A ésto se añadirá un simbolismo complementario: la luna llena, la plenitud de la luz.

La liturgia elegirá otro momento del año para celebrar las fiestas de la fe: el solsticio de invierno, el tiempo que los días empiezan a crecer y parece que el sol renace. Este contexto servirá para celebrar el otro hecho histórico de nuestra fe: el nacimiento de Cristo, verdadero Sol que vence la tiniebla. Tenemos el tiempo de Navidad.

Alrededor de estos dos ejes del año, Pascua y Navidad, se articulan otras fechas festivas: los dias natales de los seguidores más inmediatos de Cristo: María, los apóstoles, los mártires, etc.

El retorno regular de estas fiestas constituye los ciclos de la celebración cristiana, sus ritmos y cadencias, la liturgia llama a esta estructuración de los tiempos celebrativos año litúrgico y considera a éste como el marco y la entraña de su fiesta, como las auras de la eternidad del Reino.

Es por todo esto que decimos que las principales solemndades son "moviles"


El calendario litúrgico

El tiempo está dividido en períodos que marcan la vida, las actividades y las fiestas de los hombres. Los cristianos tienen también una distribución del tiempo en el que celebran los misterios de Cristo y expresan su fe. Es el calendario litúrgico. Tiene su propio ritmo, una sucesión de fiestas y una alternancia de tiempos.

La liturgia cristiana ha establecido divisiones en el tiempo para distribuir en ellas las distintas celebraciones del misterio de Cristo. El calendario litúrgico se establece conforme a estos ritmos:

Diario: cada día es santificado por las celebraciones del pueblo de Dios, principalmente por la Eucaristía y la liturgia de las Horas.
Semanal: gira entorno al domingo, día del Señor y fiesta primordial de los cristianos.
Anual: cuenta con 52 semanas y a través de ellas se desarrolla todo el misterio salvífíco de Cristo, cuya fiesta principal es el Triduo Pascual.


Solemnidades, fiestas y memorias

Solemnidad: Es la máxima clasificación de una celebración (fiesta muy importante). Su celebración comienza en las primeras vísperas del día precedente.


Fiesta: Es una celebración importante que sale del común del tiempo ordinario, a través de él se celebran los misterios de nuestra salvación.


Memoria: Es la celebración que conmemora de manera libre u obligada a un santo.


Feria: Se denomina así a los días de la semana que siguen al domingo. En ella no hay oficio propio, ni memoria de algún santo. Son privilegiadas las ferias del miércoles de ceniza y de semana santa y las ferias de adviento del 17-24 diciembre.


Solemnidades y fiestas del Señor

Forman parte de la memoria y de la celebración que la Iglesia hace del misterio de Cristo a lo largo del año y están relacionadas con los tiempos litúrgicos específicos más cercanos:


Están relacionadas con la Navidad: la Presentación y la Anunciación.


Están relacionadas con Pascua: Trinidad, Corpus, el Corazón de Jesús, la Transfiguración, la Exaltación de la Cruz, etc.


La Solemnidad de Cristo, Rey, que abre y prepara el Adviento y es recuerdo de la última venida del Señor, se relaciona con los dos ciclos y hace de enlace entre un año que termina y otro que comienza.



Solemnidades y fiestas de la Virgen Santísima

En el culto a la Virgen la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la redención, en la que ella tuvo activa participación.

A lo largo de todo el año, aunque estas solemnidades y fiestas están en el Santoral, deben contemplarse en especial conexión con el Año Litúrgico. Sus relaciones son:


Se relacionan con Adviento: la Inmaculada, la Anunciación, la Visitación.

Se relacionan con Navidad-Epifanía: Madre de Dios, Natividad de María, Sagrada Familia, Presentación de María.

Se relacionan con Pascua; Asunción, Dolores, Corazón de María, Carmen y muchas otras advocaciones con que el pueblo cristiano venera a la Virgen María.



Los Santos en el Año Litúrgico

La santidad es un atributo de Dios y de su Hijo, es también un don de Dios a su pueblo, el don de Cristo a su Iglesia y a cada uno de sus miembros.

El título de santo se atribuye a aquellos cristianos que han vivido con mayor plenitud su pertenencia a Crisfo. Celebrar a un santo es celebrar a Dios, darle gracias, reconocer su presencia en nuestra historia. Los santos son en verdad un don de Dios a la humanidad y a la Iglesia. Son los que nos enseñan a escuchar la Palabra divina, a asimilar las bienaventuranzas, a vivir el estilo de la vida nueva que Cristo nos ha comunicado. Los santos son una prueba de que Cristo Jesús sigue presente en su Iglesia con su santidad radical y nos muestran que es posible cumplir el evangelio.

Los santos, habiendo llegado a ta patria y estando en presencia del Señor, no cesan de interceder por El, con El y en El a favor nuestro ante el Padre (cf. LG 49).

El día de su muerte o nacimiento para la vida futura se considera el día más propio para recordarlos, y así lo hace la Iglesia en su Liturgia.

Las celebraciones del Tiempo Ordinario y del Santoral van completando, a lo largo del año, el recuerdo y la actualización del Misterio pascual, tanto en la evocación de la vida histórica de Jesús como en su cumplimiento en la vida de la Madre de Dios y de los que se distinguieron como los más fieles testigos de la fe y del evangelio.

LAS VISITAS A CRISTO Y A LA VIRGEN MARÍA


Las visitas a Cristo y a la Virgen
Ellos están ahí, cerca de tu puerta, con una sonrisa cada día, con amor cada hora, con las manos repletas de bendiciones para ti.
Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net



Las visitas a la Santísima Virgen y a Jesucristo, realizadas con fe y fervor, infunden no pocos ánimos. En tu ciudad viven, a unos pasos de tu calle; no cuesta gran cosa visitarles un minuto, darles los buenos días, pedirles una misericordia para la jornada. Esas pequeñas visitas, esos pequeños momentos, robados a tu abultada agenda, inyectarán vigor a tu alma triste; ve a visitarles con más frecuencia, con más amor y menos prisa, que son los amigos de tu alma, los que ponen suavidad y eficacia en tus actividades febriles.

María Santísima y Jesús están ahí, cerca de tu puerta, con una sonrisa cada día, con amor cada hora, con las manos repletas de bendiciones para ti.

Jesús y María son dos antiguos amigos desaprovechados; siempre los tuviste, siempre los tendrás muy cerca de ti, a total disposición, con un amor que, si supieras... pero conocer es el arte que pocos aprenden; si conocieras quién es... suena a dulce reto.

Si el arte de vivir es amar y ser amado, ahí tienes dos amigos que siempre te han querido y a los que no has sabido amar.

Una breve visita, un corto detenerse, un pequeño gesto de cariño, un mirar y ser mirado, un alargar la mano y dar la diaria limosnita de amor.

martes, 13 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 13 DE ENERO DEL 2015


Jesús expulsa a un espíritu
Milagros

Marcos 1, 21-28. Tiempo Ordinario. ¿Amamos apasionadamente a la Iglesia que seguimos o es sólo una tradición más? 


Por: Juan Mª Piñero | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

Oración introductoria
Señor, son muchas las inmundicias que rodean mi entorno social. No debo, inocentemente, pensar que mi familia y yo estamos exentos a su influencia ni que no contribuímos, un poco o un mucho, a esta triste realidad. Por ello te pido que ilumines mi mente y mi corazón para que este momento de oración me haga crecer en el amor.

Petición
Señor, dame la gracia de conocer y vivir tu doctrina del amor para entregarme a los demás con total desinterés y donación.

Meditación del Papa Francisco
La gente estaba impresionada por la enseñanza de Jesús, porque su palabra tenía autoridad. Jesús no era un predicador común porque su autoridad le venía de la unción especial del Espíritu Santo. Jesús es el Hijo de Dios ungido y enviado para traer la salvación, traer la libertad. Y algunos se escandalizaban de este estilo de Jesús, de su identidad y libertad.
Y nosotros, ¿podemos preguntarnos cuál es nuestra identidad de cristianos? Y Pablo lo dice bien. 'De estas cosas nosotros hablamos no con palabras sugeridas por la sabiduría humana'. La predicación de Pablo no es porque ha hecho un curso en la Lateranense, en la Gregoriana... ¡No, no, no! ¡Sabiduría humana, no! Sino enseñadas por el Espíritu: Pablo predicaba con la unción del Espíritu, expresando cosas espirituales del Espíritu en términos espirituales. Pero, el hombre abandonado a sus fuerzas no comprende las cosas del Espíritu de Dios: el hombre solo no puede entender esto. (Cf. S.S. Francisco, 2 de septiembre de 2014, homilía en Santa Marta).
Reflexión
Resulta gracioso oír a la gente que dice creer en Dios, en la Encarnación de Cristo pero no en la Iglesia, que ellos solos se pueden relacionar con Cristo.

Sin embargo vemos que Jesús acudía a la sinagoga a cumplir con los preceptos siendo Él Dios. Acudía allí a hablar de su Padre y con su Padre.

Observamos que predicaba con autoridad, con la autoridad de quien está apasionado con lo que dice. Los escribas y los fariseos hablaban de lo que habían estudiado pero ¿lo amaban de verdad? ¿Creían de verdad en aquel que esperaban?

Estas mismas preguntas nos llegan hasta nuestros oídos, a nuestras conciencias. ¿Amamos apasionadamente a Aquel que seguimos o es sólo una tradición más? Hay católicos entre nosotros que enseñan con autoridad su fe gracias al testimonio de sus propias vidas y hay otros que la viven exteriormente pero sin amar plenamente a Cristo y a su Esposa, la Santa Iglesia.

¿En qué grupo nos encontramos? Sea cual sea la respuesta, mantengámonos constantes en nuestra lucha para que esa autoridad en la fe crezca en nuestro interior y dejemos de lado lo que quiera mandar más que ella.

Propósito
Ante el dolor y situaciones difíciles, identificarme con Cristo al vivirlas con serenidad y confianza.

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por enseñarme que lo fundamental en mi vida es la caridad. Ayúdame a amar a mi prójimo con el mismo amor con que te amo a Ti. Dame la gracia de descubrirte y servirte en los demás, porque eso es la verdadera fe cristiana. El milagro de la curación del hombre poseído por un espíritu inmundo me recuerda que quieres hacer conmigo el mayor de los milagros: mi santidad.

FOTOS DEL PAPA FRANCISCO A SU LLEGADA SRI LANKA

















TEXTO COMPLETO DEL DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A SU LLEGADA A SRI LANKA


Texto completo del discurso del Santo Padre 
a su llegada a Sri Lanka
Francisco afirma que el proceso de recuperación de un país 'debe incluir también la búsqueda de la verdad, no con el fin de abrir viejas heridas, sino como un medio para promover la justicia, la recuperación y la unidad'

Ciudad del Vaticano, 13 de enero de 2015 (Zenit.org)


Estas son las palabras del Santo Padre, en el aeropuerto de Colombo, Sri Lanka, a su llegada tras el vuelo desde Roma.


Señor Presidente
Distinguidas Autoridades del Gobierno
Eminencia, Excelencias

Queridos amigos
Quiero agradecerles su cordial recibimiento. He deseado mucho esta visita a Sri Lanka y pasar estos días junto a ustedes. Sri Lanka es conocida como la Perla del Océano Índico por su belleza natural. Pero es aún más importante que esta isla sea célebre por la calidez de su gente y la rica diversidad de sus tradiciones culturales y religiosas.

Señor Presidente, le expreso mis mejores deseos en su nueva responsabilidad. Le agradezco
su invitación a visitar Sri Lanka y sus palabras de bienvenida. Saludo a los distinguidos miembros del Gobierno y autoridades civiles que nos honran con su presencia. Agradezco especialmente la presencia de los distinguidos líderes religiosos, que desempeñan un papel tan importante en la vida de este país. Y naturalmente, quisiera expresar mi agradecimiento a los fieles, al coro, y a todas las personas que han contribuido a hacer posible esta visita. Agradezco de corazón a todos su amabilidad y hospitalidad. Mi visita a Sri Lanka es fundamentalmente pastoral. Como Pastor universal de la Iglesia católica, he venido para conocer, animar y rezar con los fieles católicos de esta isla. Un momento culminante de esta visita será la canonización del beato José Vaz, cuyo ejemplo de caridad cristiana y respeto a todas las personas, independientemente de su raza o religión, sigue siendo una fuente de inspiración y enseñanza en la actualidad. Pero mi visita también quiere expresar el amor y preocupación de la Iglesia por todos los ciudadanos de Sri Lanka, y confirmar el deseo de la comunidad católica de participar activamente en la vida de esta sociedad.

Una tragedia constante en nuestro mundo es que tantas comunidades estén en guerra entre sí. La incapacidad para conciliar diferencias y desacuerdos, ya sean antiguos o nuevos, ha dado lugar a tensiones étnicas y religiosas, acompañadas con frecuencia por brotes de violencia.

Durante muchos años, Sri Lanka ha conocido los horrores de la contienda civil, y ahora trata de consolidar la paz y curar las heridas de esos años. No es tarea fácil superar el amargo legado de injusticias, hostilidad y desconfianza que dejó el conflicto. Esto sólo se puede conseguir venciendo el mal con el bien (cf. Rm 12,21) y mediante el cultivo de las virtudes que favorecen la reconciliación, la solidaridad y la paz. El proceso de recuperación debe incluir también la búsqueda de la verdad, no con el fin de abrir viejas heridas, sino más bien como un medio necesario para promover la justicia, la recuperación y la unidad.

Queridos amigos, estoy convencido de que los creyentes de las diversas tradiciones religiosas tienen un papel esencial en el delicado proceso de reconciliación y reconstrucción que se está llevando a cabo en este país. Para que el proceso tenga éxito, todos los miembros de la sociedad deben trabajar juntos; todos han de tener voz. Todos han de sentirse libres de expresar sus inquietudes, sus necesidades, sus aspiraciones y sus temores. Pero lo más importante es que todos deben estar dispuestos a aceptarse mutuamente, a respetar las legítimas diferencias y a aprender a vivir como una única familia. Siempre que las personas se escuchan unos a otros con humildad y franqueza, sus valores y aspiraciones comunes se hacen más evidentes. La diversidad ya no se ve como una amenaza, sino como una fuente de enriquecimiento. El camino hacia la justicia, la reconciliación y la armonía social se ve con más claridad aún.

En este sentido, la gran obra de reconstrucción debe abarcar no sólo la mejora de las infraestructuras y la satisfacción de las necesidades materiales, sino también, y más importante aún, la promoción de la dignidad humana, el respeto de los derechos humanos y la plena inclusión de cada miembro de la sociedad. Tengo la esperanza de que los líderes políticos, religiosos y culturales de Sri Lanka, considerando el bien y el efecto positivo de cada una de sus palabras y actuaciones, contribuirán de manera duradera al progreso material y espiritual del pueblo de Sri Lanka.

Señor Presidente, queridos amigos, les doy las gracias una vez más por su acogida. Que estos días que pasaremos juntos sean días de amistad, diálogo y solidaridad. Invoco la abundancia de las bendiciones de Dios sobre Sri Lanka, la Perla del Océano Índico, y rezo para que su belleza resplandezca en la prosperidad y la paz de todos sus habitantes.

Texto distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

(13 de enero de 2015) © Innovative Media Inc.

UN NUEVO SACERDOTE, UN NUEVO SUSURRO DE DIOS

Un nuevo sacerdote, un nuevo susurro de Dios
Cada joven que se ordena se deja invitar, como Pedro, a caminar sobre las aguas
Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net



Dios sigue entre nosotros. Sigue en cada obispo, en cada sacerdote, en cada cristiano que vive a fondo el Evangelio. Sigue en su cariño, en la lluvia y el sol, en el pan y en el hogar, en cada niño que nace y en la fidelidad de unos esposos que se aman con locura.

Dios no se cansa de amarnos, de buscarnos, de caminar a nuestro lado. Es verdad que a veces el mal parece tan grande que nos olvidamos de su amor, que pensamos en su silencio como si fuese debilidad o impotencia.

Pero Dios no calla. Responde a nuestra oración de súplica. Susurra que nos ama, para siempre, cuando un joven dice sí a Cristo, cuando un obispo consagra un nuevo sacerdote.

Cada sacerdote es un mensaje de Dios, un grito que nos recuerda lo mucho que nos ama. Y esos gritos son miles, aunque no aparezcan en la prensa.

Esos jóvenes o adultos que se ofrecen, que se entregan, que se dejan tocar por el Espíritu Santo, nos recuerdan un Amor eterno, inmutable, respetuoso, de un Padre que suplica que volvamos.

Con sus manos, estos nuevos sacerdotes llevarán la Eucaristía a tantos rincones del planeta. Prestarán sus labios a Cristo para repetir, con una emoción profunda, “yo te perdono tus pecados”. Ungirán con sus dedos a los enfermos, o juntarán las manos de quienes prometen amor hasta la muerte en el matrimonio.

Dios habla, grita, exhorta, anima o reprende a través de las palabras de cada sacerdote. Frente a los males del mundo, frente al misterio de la guerra, frente al drama de la injusticia o del abandono, frente al hambre, el aborto y el odio, Dios vuelve a enviar sus mensajeros.

Cada joven que se ordena se deja invitar, como Pedro, a caminar sobre las aguas. Tendrá miedo, temblará ante lo que empieza. Alguno, tal vez, no será digno, quedará herido en el camino. No importa. Dios está a su lado. Desde su corazón y desde su vida, también Dios besará las heridas de los hombres, aliviará sus dolores, y curará, como buen samaritano, corazones que han apagado la esperanza y han perdido el norte de sus vidas.

También este año Dios nos ha dado el regalo de nuevos sacerdotes, ha mantenido su fidelidad y su misericordia hacia los hombres. Rezaremos por ellos, caminaremos a su lado, nos dejaremos ayudar por sus palabras. Podremos ver, en sus ojos, la mirada de Cristo. Nos darán fuerza para seguir adelante, como Iglesia, como Pueblo de Dios, hacia el encuentro definitivo, eterno, venturoso, con su Amor.

Dios no nos ha dejado solos. El bien, una vez más, en silencio, brilla entre las sombras. En cada nuevo sacerdote se enciende la esperanza de quien nos dijo, tras la Pascua: “No tengáis miedo... Yo estoy con vosotros...”

LA FRUSTRACIÓN BENDITA


La frustración bendita
Muchas veces tendremos que renunciar a nuestros más apreciados dones para llevar a cabo la voluntad de Dios; las diferentes formas de cumplirla vendrán dadas por la diversidad de planes y designios que el Señor ha previsto para cada uno de nosotros


Por: Emiliano Hernández | Fuente: http://www.forumlibertas.com



Me llama la atención la afirmación del escritor Juan Manuel de Prada, hombre con el que siempre estaremos en deuda por su labor apologética en defensa de la fe católica, de que “quienes amamos nuestra vocación –refiriéndose a la literatura-, antes nos dejaríamos capar que renunciar a ella; podremos, en todo caso, ejercerla en secreto, lejos de las alharacas mundanas, pero nunca renegar de ella”. Quizás con ello se refería a su cejo y empeño en la escritura como medio para glorificar a Dios, el mismo que acompañó a su apreciada escritora católica -o si mejor se quiere, católica escritora- Flannery O'Connor, según reconoce en su biografía Persiguiendo la Alegría: la vida y el tiempo de Flannery O'Connor. 

De acuerdo con el autor de dicha publicación, William Sessions, tanto la vocación religiosa como la de escritora latían en su interior. Dios escuchó sus oraciones y de esta manera pudo ver cumplidos ambos deseos, y fue, precisamente, durante su enfermedad cuando escribió sus mejores obras y cuando el sufrimiento la acercó aún más a Dios.

Efectivamente, no hay que enterrar ni esconder lo que es valioso, “no se enciende una lámpara y se esconde debajo del celemín, sino que se pone sobre el candelero para que alumbre toda la estancia” (Mateo 5, 15). Pero también pudiera suceder que, al cabo del tiempo, Dios nos pidiera que nos desprendamos de un talento que previamente nos ha dado para que podamos seguirle con mayor fidelidad; o bien, que permita que ese talento se nos sea robado de manera que tal acción sea una gracia para alcanzar la libertad de la persona que ha sido despojado de él. 

El Señor tiene planes y designios distintos para cada uno de nosotros, que somos descubridores pero no inventores de la vocación que Él nos ha encomendado. Para llevar a cabo estos planes, Dios necesita de nuestro consentimiento; a fin de que nos impliquemos en Su misterio de redención: “el que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Es necesario aceptar este despojamiento como una gracia, pues de lo contrario la persona se cierra a la acción del Espíritu Santo y cae en la desesperación al tratar de recuperar el don perdido por todos los medios.

 “Cuando un don no es tomado como un medio para hacer la voluntad de Dios y se toma como un fin en sí mismo, su perdida llega, incluso, a provocar intentos de suicidio. Nosotros estamos siempre llenos de planes y visiones propios, mientras que la voluntad y los planes de Dios, con frecuencia, son distintos. Pero cuando Dios frustra nuestros planes se trata de una frustración bendita, porque está hecha por el amor, que siempre busca nuestro bien.” (Tadeusz Dajczer)

En San Alberto Chmielowski, considerado el San Francisco polaco del siglo XX, tenemos un buen ejemplo de lo que constituyó renunciar a las aspiraciones artísticas por amor al Señor, consagrando toda su persona a vivir al lado de los marginados. Cuando se dedicaba cada vez más intensamente a la pintura, Cristo le hizo escuchar la llamada de su verdadera vocación y le invitó a seguir buscando cada vez más: “Aprende de mí, que soy manso y humilde de corazón... Aprende”.

No es de extrañar que para san Juan Pablo II, que pasó por una experiencia parecida, la figura de San Alberto Chmielowski ocupase un lugar preeminente en su vida: “Para mí, decía el Papa polaco, fue un ejemplo en mi alejamiento del arte, de la literatura y del teatro, por la elección radical de la vocación al sacerdocio… yo, siendo joven sacerdote, en la época en que era coadjutor en la iglesia de San Florián de Cracovia, le dediqué una obra dramática llamada El Hermano de nuestro Dios, saldando así la gran deuda de gratitud que había contraído con él”.

Muchas veces tendremos que renunciar a nuestros más apreciados dones para llevar a cabo la voluntad de Dios; las diferentes formas de cumplirla vendrán dadas por la diversidad de planes y designios que el Señor ha previsto para cada uno de nosotros. 

En definitiva, la auténtica y única vocación es aquella que nace de Dios; las demás, las que por un tiempo equivocadamente consideramos como verdaderas, debemos sacrificarlas con el abrazo de la cruz para proseguir en el sendero de la fe, tal como Fr. Nelson Medina nos confiesa en su poema:


Tarda el alma en comprender
que aquello que Dios le ha dado
si después le fuere quitado
será sólo por su bien.

Y tarda más en aceptar
que si todo ha de partir
empezarse a despedir
es ser sabio de verdad.

Tarda el alma en acoger
con genuina gratitud
el abrazo de la cruz
y el sendero de la fe.

Pero al fin triunfa el amor,
y, pasada noche oscura,
el alma goza y se inunda
de la paz de Cristo Dios.

CUANDO FACEBOOK DAÑA A LA FAMILIA



Cuando Facebook daña a la familia

El “remedio” ante este tipo de peligros radica en construir vidas familiares sanas, llenas de ingenio e interé


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net



De un modo sutil, Facebook u otras redes sociales pueden dañar la vida de una familia cuando uno o varios miembros quedan atrapados continuamente en diálogos a través de la red mientras debilitan las relaciones vivas en el propio hogar.
¿Por qué ocurre esto? Las redes sociales reúnen características que atraen. Son dinámicas, quedan “fijas” en sus fotos o textos, se mueven con rapidez, alcanzan a muchas personas. Un diálogo en casa procede desde recuerdos o tensiones que a veces dificultan la relación, por lo que algunos prefieren sumergirse en el mundo virtual en vez de afrontar los problemas de quienes están más cerca.
Además, es fácil y hasta agradable dialogar con otros en las redes sociales. No es tan fácil, y en ocasiones resulta problemático, mantener una comunicación directa y viva en el hogar, o entre los compañeros de trabajo y personas cercanas.
La provocativa frase de que la tecnología nos acerca a los lejanos y nos aleja de los cercanos se aplica, cuando ocurre lo anterior, a Facebook. Porque resulta agradable saludar “online” a viejos compañeros de escuela o a personas encontradas durante las vacaciones, mientras no es tan agradable hablar con quien nos va a pedir ayuda a la hora de limpiar la casa o de ordenar los libros en la sala de visitas.
El “remedio” ante este tipo de peligros radica en construir vidas familiares sanas, llenas de ingenio e interés por los demás. En un mundo de prisas, con un continuo peligro de atomizarnos y de encerrarnos en burbujas cómodas, resulta sumamente bello esforzarse por mantener fresco el cariño en el hogar.
Entonces, y sólo entonces, al regresar a casa, uno sentirá el deseo de apagar el propio móvil (celular). O, al menos, lo dejará a un lado, precisamente porque vale la pena dedicar lo mejor del propio tiempo al esposo, a la esposa, a los hijos, a los padres, a los abuelos.
Además, y eso es lo más importante, con menos tiempo en Facebook habrá más tiempo para Dios, que es el verdadero corazón de una sana y fecunda vida familiar..

DIOS PADRE ESCOGIÓ LA POBREZA PARA SU HIJO


Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo
El pobre de espíritu es aquel que no pone su esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. 
Por: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net



Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.

Esta decisión de Dios de escoger la pobreza pone en jaque la manera de pensar y especialmente de vivir de muchos hombres hoy en día. Es de suponer que Dios, sabiduría infinita, siempre escoge lo mejor. Al escoger la pobreza margina la riqueza. Más tarde Cristo iba a explicar esta opción cuando puso como primera bienaventuranza la pobreza de espíritu: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3).

La pobreza que exigió Cristo a sus seguidores no se refería a una condición socio-económica, sino a una actitud religiosa. El “pobre de espíritu” es aquel que no pone su esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. No hay duda de que las riquezas pueden atar el corazón humano y bloquearle de tal manera que ya no busca la dicha en Dios sino en las cosas. El hombre se enamora de las creaturas y se olvida del Creador. También cierra su corazón a las necesidades de los demás.

En este mundo donde el hombre lucha por poseer más y más, por acumular más y más, por tener más y más, siguiendo los instintos de su avaricia y ambición; en este mundo en que los hombres sólo se preocupan por almacenar sus bienes sin compartirlos; en este mundo en donde el pobre no es tenido en cuenta, Belén es un signo y una profecía para todos nosotros. Signo en cuanto que nos descubre que la pobreza, desde el punto de vista divino, es riqueza, es salvación, es bendición; y profecía en cuanto que nos abre a la verdad de la pobreza como senda de felicidad y de realización personal.

lunes, 12 de enero de 2015

VIAJE APÓSTOLICO DEL PAPA FRANCISCO A SRI LANKA, DEL 13 AL 15 DE ENERO - SU CRONOGRAMA


Programa completo del viaje del Papa a Sri Lanka y Filipinas
Del lunes 12 al lunes 19 de enero 2015

Roma, 11 de enero de 2015 (Zenit.org) 


 LUNES 12 -
16,50 - Parte el Papa y la comitiva desde Roma, en un airbus A330 de Alitalia. Un viaje de 9,30 horas.


MARTES 13
9, 00- el avión llega a Sri Lanka, a la ciudad de Colombo, donde le dan el bienvenido con una ceremonia en la que pronunciarán discursos. Desde el aeropuerto hay una recorrido de 25 km hasta la ciudad de Colombo, en el cual la gente podrá saludarlo.

13,15- En lanunciatura y al arzobispado, encuentro con los obispos del país, unos veinte

El Papa lleva como don un documento en bronce, en idioma de Siri Lanka antiguo, en el que el Rey de Kandy autorizaba la conversión al catolicismo.

17,00- Visita de cortesía en el palacio presidencial.

18,15- Después un encuentro interreligioso, entre el budismo, que es mayoritario con el 70 por ciento, el hinduismo un 13 por ciento, el islam con un 10 por ciento y los católicos que son el 7 por ciento. Hay que tener en cuenta que las religiones están generalmente relacionadas con algunas etnias. Además del discurso del Papa, habrá otro de un líder budista.

MIÉRCOLES 14 -
8,30- Con la misa presidida por Francisco en la que se canoniza a José Vas, primer beato de Sri Lanka, procamado hace 20 años por Juan Pablo II. Un oratoriano que evangelizó entre el siglo XVII y el XVIII, en situación de dificultad por el pasaje de la colonización portuguesa a la holandesa. La canonización se realiza con el procedimiento que no requiere un milagro aprobado formalmente.
14,00- Viaje en helicóptero a Madhu

15,30- Oración mariana en el santuario mariano de Madhu, en la región Tamil, donde la guerra civil fue intensa. O sea que se espera una invitación a la paz y al diálogo. Hay un rol particular de la Iglesia porque los católicos son sea tamiles que singaleses, mientas que los tamiles son hinduistas y los singaleses son mayoritariamente budistas. Allí el Pontífice realizará una oración mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rosario. Regresa en helicóptero a Colombo.

El JUEVES 15 -
8,15- Visita a la capilla “Our Lady of Lanka” en Bolawalana. Antes de llegar al aeropuerto el Papa pasa por el Instituto cultural Benedicto XVI, que colabora en el diálogo interreligioso después de la guerra civil. Se despide en el aeropuerto, sin discursos aunque allí estará el presidente del país.
8,45- Ceremonia de despedida en el aeropuerto Internacional de Colombo.
9,00- Parte el avión de la compañia Sri Lankan

(Viaje a Filipinas de 4,500 kilómetros)
17,45 Llegada a Manila, en la Air Base Villamor, donde le espera el presidente filipino, y diversas delegaciones y va a la nunciatura.

VIERNES 16 -  
9,15- Ceremonia de bienvenido en el Palacio presidencial.
10,15 Visita al palacio presidencial, donde encuentra a las autoridades y al cuerpo diplomático. Habrá un discurso sea del papa que del presidente.
11,15 Misa en la catedral de la Inmaculada Concepción, símbolo de la evangelización, con el clero y religiosos. Sigue la comida en la nunciatura.
17,15 Es el encuentro con las familias, en el Mall of Asia Arena a Manila. Con testimonios, intenciones, grupos familiares uno de los cuales con la presencia de trisnientos. Habrá también testimonios sobre el problema de la pobreza y emigración, y lo que esto último significa como prueba para las familias. También habrá un testimonio sobre los diversamente hábiles.

SÁBADO 17 - 
8,15- Parte de Manila
9,30- Llegada al aeropuerto de Tacloban, a 650 kilómetros de Manila, para encontrar a las víctimas y afectados por el tifón.
10,00- Santa misa al lado del Tacloban International Airport. Después va por 12 kilómetros en papamóvil hasta la residencia del arzobispo, donde el Santo Padre.
12,45- Almuerzo del Papa con unos 30 sobrevivientes del tifón y de un anterior terremoto.
15,00- El Papa bendice el centro de ayuda, el Pope Francis Center for de Poor, relacionado con el dicasterio vaticano Cor Unum.
15,15- En la catedral tendrá un encuentro con los religiosos que viven con el pueblo la tragedia del tifón. Y se regresa a Manila, antes de las 17 horas locales, debido a la falta de iluminación del aeropuerto.
18,15- Llegada a Manila en la la Villamor Air Base.

El DOMINGO 18 -
9,45- En Manila visita la Universidad Católica Santo Tomás, con 400 años de fundación. Aquí encuentra a líderes religiosos. 
10,30- Encuentro con los jóvenes, en el campo deportivo de la Universidad, con tres testimonios importantes: una jóven de la calle que ahora es estudiante; el de un estudiante, sobre la falta de orientación y el tercero, un muchacho que hizo voluntariado después del tifón. El Pontífice rezará al concluir, la oración del ángelus.
13,00- Almuerzo en la nunciatura.
15,30- Santa misa en el Riza Park, en Manila. (Allí fue la histórica de Juan Pablo II en 1985, en la que se habla de 4,5 millones de personas. Misa del 'Santo Niño', dedicada al Niño Jesús. Al anochecer hay un 'envío misionero' con el encenderse de las velas, como conclusión del viaje del Papa.

LUNES 19 -
9,45 Ceremonia de despedida en la base aérea de Villamor
10,00 Parte el avión de Manila hacia Roma
17,40 Llegada al aeropuerto Ciampino de Roma.

Uso orario
Roma: +1h UTC
Colombo: +5h,30’ UTC
Madhu: +5h,30’ UTC
Manila: +8h UTC
Tacloban: +8h UTC

(11 de enero de 2015) © Innovative Media Inc.

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 12 DE ENERO DEL 2015


Vocación de los primeros discípulos
Tiempo Ordinario

Marcos 1, 14-20. Tiempo Ordinario. El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él. 


Por: Juan Mª Piñero | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: Decía: -El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertios y creed en la Buena Nueva. Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: -Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres. Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.

Oración introductoria
Jesús, creo en tu Evangelio y estoy arrepentido de mis faltas de amor. Me toca a mí y de mí depende el que tus palabras no se pierdan. Me toca a mí el que tu mensaje de salvación llegue a todos los hombres. Te suplico, en esta oración, me des la gracia de comprender que depende de mí que Tú seas más conocido, más amado y más seguido.

Petición
Señor, dame la gracia de seguir tu llamado, cueste lo que cueste.

Meditación del Papa Francisco
Jesús llama a Pedro, Andrés, Santiago y Juan: están pescando, pero dejan enseguida las redes y le siguen. El Señor quiere preparar a sus discípulos para su nueva misión. Es precisamente de Dios, del amor de Dios, preparar los caminos... preparar nuestras vidas, para cada uno de nosotros. Él no nos hace cristianos por generación espontánea: ¡Él prepara! Prepara nuestro camino, prepara nuestra vida, desde hace tiempo:
Parece que Simón, Andrés, Santiago y Juan hayan sido elegidos definitivamente aquí, ¡sí han sido elegidos! ¡Pero ellos en este momento no han sido definitivamente fieles! Después de esta elección se han equivocado, han hecho propuestas no cristianas al Señor: ¡han renegado al Señor! Pedro en grado superlativo, los otros por temor: tienen miedo y se van. Han abandonado al Señor. El Señor prepara. Y luego, después de la Resurrección, el Señor ha tenido que continuar en este camino de preparación hasta el día de Pentecostés. Y después de Pentecostés también, alguno de estos – Pedro, por ejemplo – se ha equivocado y Pablo ha tenido que corregirlo. Pero el Señor prepara. (Cf. S.S. Francisco, 13 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
Reflexión
En este pasaje podemos comprobar cómo Jesús pasa a nuestro lado y nos llama. Cristo se presenta a nosotros en las actividades diarias, cuando menos lo esperamos, ya sea en la oficina, ya sea en las labores de casa. Él nos ve y nos llama.

El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él totalmente. Esto no significa que haya que dejar de trabajar en ese momento o salir del trabajo para estar con Él (aunque si fuera posible sería maravilloso, como quien atiende a su mejor amigo recibiéndole en casa y no sólo llamando por teléfono). Jesús nos llama sin importarle lo que somos o cómo somos. No le importa si somos un banquero, un albañil, un ama de casa, un pecador o un santo. Eso sí, una vez que le hemos respondido se nos pide dejarlo todo y seguirlo. Escogió a pescadores y a publicanos. Y no fueran los más inteligentes o capaces de su tiempo. Dios escoge a quien quiere. No hay motivos para tener miedo a fallarle, a no ser del todo fieles a Cristo en nuestro trabajo. Los apóstoles también le dejaron pero, sin embargo, tuvieron el valor de levantarse.

El Papa Juan Pablo II lo dijo al inicio de su pontificado; "no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo". Hagámoslo porque para Dios nada es imposible.

Propósito
Ser fiel al horario destinado a mi oración diaria, para que Cristo dirija mi pensamiento y mis acciones.

Diálogo con Cristo 
Gracias por ese rato de oración, Padre bueno. Quiero salir de ella convencido de que soy un pobre instrumento, pero que, aun así, Tú me has llamado a colaborar en la extensión de tu Reino. Muchas veces no logro seguirte en todo, me acomodo a lo que implica el menos esfuerzo, pero hoy tengo el firme propósito, confiando en tu gracia, que puedo mejorar.

LA SABIDURÍA DEL DOLOR


La sabiduría del dolor


Todos de alguna forma u otra sufrimos en la vida, nos guste o no.
Cuando aparece el dolor, cuando llega el sufrimiento por pequeño o grande que sea, es necesario aceptarlo con paz.

Decimos que el mejor maestro es el dolor...
Es que nos hace más sensibles y comprensivos ante el dolor ajeno, quien ha sufrido, siempre sabrá escuchar, comprender, disculpar.
El dolor nos madura, humaniza, nos hace humildes, nos hace capaz de pedir ayuda y dar consuelo.

Dicen que los ojos que han llorado ven mejor, y es cierto, las lágrimas limpian el alma y no le impiden la entrada a Dios en nuestro corazón.

Al dolor debemos tomarlo como una parte de la vida y aprender que es una forma de irnos madurando, nos hace crecer espiritualmente si sabemos sacarle provecho.

Cuando en nuestra vida todo es plenitud, salud, viajes, etc., no se elevan los ojos al cielo, todo al suelo, a lo terrenal.

Pero cuando se sufre de soledad, enfermedad, tristeza, vacío del alma, aprendemos a elevar los ojos hacia Dios, nuestro padre.
La alegría fabricada es mala, es como una copa de alcohol que embriaga y hace olvidar por un rato la realidad en que vivimos.
Es necesario aceptar la realidad aunque sea dolorosa, esto siempre será mejor, el dolor nos enseña a amar, a perdonar, a ser humildes, el dolor es parte de la vida y es el mejor método para madurar.

Autor desconocido
 

IMÁGENES DE LOS MISTERIOS GLORIOSOS DEL SANTO ROSARIO : REZA MIÉRCOLES Y DOMINGO







EL CIEGO


EL CIEGO


Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:

"POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. 

Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. 

Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. 

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. 

El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito. 

El publicista le contestó:

"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino. 

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:

"HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA".

Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo, y verán que puede que resulte mejor de esa manera. 

Te deseo un Feliz Día... y ten en mente que todo cambio, renueva día a día tu vida... 

Lo difícil es encontrar nuevas estrategias para lograr respuestas diferentes.

Decía Einstein:

"Si hace lo que siempre ha hecho,
obtendrá los resultados que siempre ha obtenido" 

Bastante obvio, tanto que se nos olvida...

HA LLEGADO UNA PETICIÓN


Ha llegado una petición
Ha llegado una petición a las puertas de mi vida. Soy libre de dar una respuesta. Si amo, no podré cerrar nuevamente la mano.


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Corazones.org



Ha llegado una petición a la puerta de mi vida. Dar una mano, arreglar una computadora, acompañar en un paseo, ir a visitar a un amigo común, dialogar un rato sobre Dios.

La petición entra en mi vida. Tengo un programa lleno. Mis planes, mis deseos, han invadido los espacios de la agenda. Hay tanto que hacer. La lista de correos pendientes se alarga. Además, uno quiere ver aquel vídeo, escuchar esa música, poner mensajes en Facebook...

Una petición ha llegado. Puedo responder, como tantas veces, que no tengo tiempo. Me cierro en mis seguridades. Prefiero mis proyectos. Además, ¿no hay otros capaces de atender esa petición?

En mi corazón, sin embargo, algo cambia. Si tantas veces he dicho “no”, ¿por qué no dar un "sí"? Es cierto: dar un sí me obligará a ajustar mis planes, quitará tiempo a otros asuntos.

Hasta ahora he pensado en mí: lo que me costaría atender la petición, lo que perdería, lo que ganaría (hay peticiones que atiendo con gusto porque luego lograré una contrapartida...). ¿Y el otro?

La perspectiva cambia completamente cuando acojo la petición desde el otro lado. Alguien está ahí, a la puerta de mi vida. Espera que le dé tiempo, cariño, atenciones, respuestas, ayudas concretas (técnicas o materiales).

Ese alguien, lo sabemos por el Evangelio, es en cierto modo Cristo mismo. "A mí me lo hicisteis" (cf. Mt 25,40). Con humildad, con respeto, confía en que le dé una respuesta positiva, un gesto de ayuda en algo muy concreto.

Ha llegado una petición a las puertas de mi vida. Soy libre de dar una respuesta. Si amo, no podré cerrar nuevamente la mano. Ante mí unos ojos esperan palabras y gestos de afecto, de solidaridad, de amor sincero...
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