lunes, 17 de septiembre de 2012

OFENSAS ENTERRADAS


Ofensas enterradas
Autor: Carol Parrott

        Un buen día yo enterré una ofensa que dolía.
        Creí que podría olvidarla si la dejaba escondida.
        El agravio iba creciendo.
        Cada día lo tapaba.
        No logré dejarlo atrás.
        Mucho, mucho me costaba.
        La alegría me abandonó, no conocí sino penas.
        Incapaz era de amar, tenía el alma en cadenas.
        A la vera de aquel hoyo clamé con el alma a Dios:
        «Sana esta herida profunda,
        Tú que eres el Dios de amor».

        Sentí entonces Su presencia; en Sus brazos me sentí.
        Enjugó mis agrias lágrimas, hizo azul el cielo gris.
        Sincerándome con Él, le expliqué mi gran afrenta.
        Me prestó Su atento oído mientras yo le daba cuenta.
        Cavé, ahondé y arranqué la afrenta que me oprimía,
        y entregándola el Maestro libre al fin quedé aquel día.

        Así fue como Él quitó la negrura de mi alma
        y algo hermoso fue a nacer;
        donde había estado la llaga.

        Cuando vi en qué convirtió mi tormento y mi pesar,
        aprendí a dárselo a Él y no enterrarlo jamás.

UN RATO DE LIBERTAD...

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Un rato de libertad
Tal vez sea difícil encontrar momentos así, disponibles para llevar a cabo lo que más anhelo...
 
Un rato de libertad

Las prisas cubren nuestras vidas. Tenemos mil cosas que hacer en cada instante. Sentimos por momentos agobios que asfixian. Buscamos entonces pequeños oasis de libertad para serenar el alma.

En otras ocasiones vivimos más serenos, tocamos instantes de paz. Nadie nos pide acciones urgentes. Nadie nos interpela sobre lo que hagamos o dejemos de hacer. Tenemos ante nosotros tiempo disponible para ocuparlo solo en aquello que deseamos desde lo más íntimo del alma.

Si encuentro un rato de libertad, ¿qué viene a mi mente y a mi corazón? ¿Qué escojo si la decisión de lo que voy a hacer depende por completo de mí?

Habrá quien tome un libro y empiece a leer una novela tantas veces programada y dejada una y otra vez para más tarde. Otro buscará en Internet una música que le hará volver a su infancia. Otro abrirá el armario de los recuerdos y releerá cartas y cartas de familiares y amigos. En la era electrónica, más de uno buceará en la famosa carpeta de “asuntos pendientes” que lleva demasiado tiempo sin ser "desempolvada".

Un cristiano, un seguidor de Jesucristo, ¿qué desearía hacer si contase con un rato de libertad? Sería hermoso que pensase en su Amigo, que dedicase algo de tiempo a la oración, que abriese una Biblia y pudiera releer palabras que Dios ofrece a los hombres. De este modo, recordaría "lo único necesario", lo que vale la pena más allá de las prisas de nuestro mundo desquiciado.

También sería "lógico" que un cristiano, en un rato de libertad, mirase a su alrededor y dedicase lo mejor de esos instantes "libres" para ayudar al hambriento, al sediento, a quien busca un poco de consuelo y de esperanza.

Yo, ¿qué haría si se me concediese ahora un poco de tiempo libre? ¿Qué ideas ocuparían mi mente inquieta? ¿Qué deseos surgirían en mi corazón? ¿Qué planes y proyectos nacerían desde mi voluntad?

Si tuviese un rato de libertad... Tal vez sea difícil encontrar momentos así, disponibles para llevar a cabo lo que más anhela mi alma. Pero si llegase un momento así, desvelaría dimensiones profundas de mi vida que no aparecen por culpa de las prisas que me agobian.

Sería triste si un rato de libertad me hiciera descubrir que vivo de modo egoísta, sin dejar espacio ni a Dios ni a mis hermanos. Sería hermoso si un momento así desvelase que en mi existencia Cristo no es sólo un nombre del pasado, sino un Amigo que me indica el Camino y que me invita a avanzar hacia la fe y hacia el amor sincero a los hermanos.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    FELIZ LUNES


    domingo, 16 de septiembre de 2012

    LOS CUATRO NOVIOS

     
    LOS CUATRO NOVIOS.
    Había una vez una joven que tenía cuatro novios.
    Al cuarto lo amaba muchísimo: le regalaba elegantes trajes, le servía deliciosas comidas.
    Al tercero también lo amaba mucho. Iban de paseo a los mejores resorts, pero temía que algún día la abandonara.
    El segundo era su confidente. Confiaba en él. La ayudaba a salir de las dificultades.
    El primer novio era muy leal. Hacía grandes esfuerzos por ayudarla. Ella apenas le hacía caso, a pesar de que él la amaba profundamente.
    Un día cayó enferma. Le quedaba poco tiempo. Pensó en su vida de lujos y que al morir estaría sola.Entonces dijo al cuarto: “Te he amado mucho y cuidado grandemente. Estoy muriendo. ¿Te irías conmigo?”.
    “¡Ni soñarlo!”-y se alejó rápidamente. Ella sintió un cuchillo en su corazón.
    Preguntó al tercero: “Te he amado toda mi vida. Estoy muriendo. ¿Te irías conmigo?”
    “¡No! La vida es demasiado buena. Cuando mueras, me iré con otra”. Ella quedó devastada.
    Al segundo le dijo: “Siempre me has apoyado. Cuando muera, ¿me acompañarás?”
    “Lo lamento. Tan sólo hasta la tumba.” Fue como si le cayera un rayo.
    Entonces oyó una voz que le decía: “Yo iré contigo. Te seguiré donde vayas.” Vio que era su primer novio, bien delgado porque sufría de malnutrición y descuido.
    Sorprendida, le contestó: “¡Debí haberte cuidado mucho mejor cuando podía!”

    Y es que todos tenemos cuatro novios, o cuatro novias, según sea el caso.

    El cuarto es tu cuerpo. Por más que lo cuides, te dejará cuando mueras.

    El tercero son tus bienes. Al morir pasarán a otros.

    El segundo son la familia y los amigos. Por mucho que les hayas dado, te acompañarán solamente hasta la tumba.

    El primero, el alma. Siempre maltrecha por tú perseguir riquezas, poder y placeres.
    Es lo único que tendrás donde vayas. Cultívala, fortalécela, dale cariño. Será la única que te seguirá hasta el trono de Dios y continuará contigo por toda la eternidad.

    lunes, 10 de septiembre de 2012

    QUIÉN TIENE UN AMIGO... TIENE UN TESORO



    Quién tiene un amigo, tiene un tesoro
    Un amigo que es desde siempre y para siempre. Sabe transformar el juicio en perdón, la culpabilidad en inocencia, el sufrimiento en amor.
    Autor: Jaime Bordons, L.C. | Fuente: Catholic.net


    Distraigo su atención sólo para compartir con ustedes algo que viví hace poco.

    Yo no sé porqué desde hace mucho tiempo escucho que el mejor amigo del hombre es el perro. Yo tenía uno y la verdad es que nunca lo percibí como a un amigo.


    Cuando la vida arrecia fuerte, los problemas pesan mucho y las lágrimas surgen en lo más íntimo del corazón, se apetece la compañía de un amigo y se entiende mejor aquello que dice la Sagrada Escritura "quién tiene un amigo, tiene un tesoro"

    Recientemente tuve el gozo (y digo bien, ¡gozo!) de atender espiritualmente a personas cuyas vidas no son un poema de amor, que conocen en carne propia el sabor de la derrota y el aroma del fracaso en sus múltiples variedades de dolor y desesperación.

    Aquí lo fácil es juzgar y condenar, señalar con el dedo y alegrarnos nosotros de no ser así, de haber tenido mejor suerte.

    A un amigo se le reconoce cuando lo necesitamos, cuando requerimos de un consejo, cuando nos hace falta que alguien nos escuche y comprenda.

    En esas personas, después de conocer sus vidas y las heridas que laceraban sus almas, su fondo y la amargura de su dolor, vi de pronto brillar una esperanza. Habían encontrado, sorpresivamente, al mejor amigo.

    Un amigo que es desde siempre y para siempre. Un amigo que sabe transformar el juicio en perdón, el pecado en pureza, la culpabilidad en inocencia, el sufrimiento en amor.

    Uno de ellos me preguntó si el Cielo todavía era para él... Coloqué una imagen de ese amigo con el rostro agonizante en la mesa, comentamos juntos lo hizo por cada uno de nosotros y no fue necesaria otra respuesta. Gran hallazgo, ese amigo también había creado el Cielo para ellos, y diría más, pensando en ellos.

    ¡Cuánto nos hace falta descubrir el amor!

    Esas personas que les comento, descubrieron que precisamente, cuando sentimos que tocamos fondo en la vida, cuando ya no le encontramos gusto a las cosas, es ahí precisamente, cuando en nuestra conciencia resuena la voz del amigo que viene en nuestra ayuda.

    Su voz es suave y si no queremos no la escuchamos porque no usa violencia alguna, nunca sale en la radio ni en la televisión. Sólo gusta hablarnos en lo íntimo de la conciencia.

    El amigo que así habla no busca nunca su propio interés sino el nuestro, sabe de dolores ya que Él los vivió primero que nosotros en carne propia y le agrada curar nuestras heridas más profundas, aquellas que tantas veces no nos atrevemos a reconocer.

    Para mí fue un privilegio estar con ellos y poder contemplar y ser testigo que Él está cuando otros ya no quieren saber nada y nos ofrece sinceramente su amistad y su perdón. Y después dicen algunos por ahí que es aburrido ser sacerdote...

    A todos ellos les vi con el rostro distinto, más tarde, terminada la Misa, con paz en el corazón y con una ilusión renovada en la vida.

    ¡Habían encontrado al amigo de sus almas!, "nadie tiene amor mayor que el que da la vida por sus amigos"... nos enseñaba el Señor.

    Por cierto, que no se me olvide decirles dónde vive ese amigo para que lo puedan encontrar (si así lo desean), vive en dos lugares a la vez: en el Cielo y en el Sagrario de la Capilla, en realidad los dos son lo mismo.

    Desde allí, enseña a los que le visitan cómo cambiar en el dolor en esperanza, el olvido en amor, la propia cruz de cada día en vida eterna, porque precisamente es "el mejor amigo"


    Que no nos engañen más con aquello de que el mejor amigo del hombre es el...

    EL PENSAMIENTO DEL DÍA


    EL PODER DE UN BUEN PROPÓSITO


    El poder de un buen propósito

    ¡Ahora! Vuelve a tu vida noble ahora. -No te dejes engañar: "ahora" no es demasiado pronto... ni demasiado tarde.

    ¿Quieres que te diga todo lo que pienso de "tu camino"? -Pues, mira: que si correspondes a la llamada, trabajarás por Cristo como el que más: que si te haces hombre de oración, tendrás la correspondencia de que hablo antes y buscarás, con hambre de sacrificio, los trabajos más duros... Y serás feliz aquí y felicísimo luego, en la Vida.

    Esa llaga duele. -Pero está en vías de curación: sé consecuente con tus propósitos. Y pronto el dolor será gozosa paz.

    Estás como un saco de arena. -No haces nada de tu parte. Y así no es extraño que comiences a sentir los síntomas de la tibieza. -Reacciona.



     Fr. Nelson M.
    amigos@fraynelson.com

    DE NUEVO, SOBRE EL PECADO...

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    De nuevo, sobre el pecado
    Hace falta, tener valor para llamar las cosas por su nombre y para reconocer la propia falta.
     
    De nuevo, sobre el pecado

    No resulta fácil hablar del pecado. Primero, porque personalmente a nadie le gusta encararse con esta realidad. Segundo, porque provoca extrañeza tocar el argumento en ambientes donde el pecado es visto como un residuo de culturas ya superadas.

    Nos cuesta, sí, en lo personal, hablar del pecado. Si hemos fallado a una promesa, si el egoísmo nos encerró en un capricho deshonesto, si dejamos abandonado al necesitado, con facilidad inventamos excusas que "borren" nuestro pecado.

    "Estaba cansado... No era para tanto... En el mundo en el que vivimos no podemos ser perfectos... No siempre tengo que ser yo quien tienda una mano... Me encontraba en un momento muy tenso y me permití aquello como desahogo..."

    Pero las muchas excusas que pasan por la cabeza no son suficientes para eliminar esa voz interior que nos susurra, respetuosamente, que hemos actuado mal, que hemos pecado.

    Hace falta, en lo personal, tener valor para llamar las cosas por su nombre y para reconocer la propia falta. Sólo desde una actitud de sinceridad y desde la grandeza de alma podremos decir, sin excusas falsas: he pecado, he fallado ante Dios y ante mis hermanos.

    Palpamos, además, que en muchos ambientes la gente ha cerrado los ojos y el corazón ante la idea del pecado. Psicólogos y sociólogos, filósofos y pensadores, literatos y personas “de la calle”, rechazan cualquier idea de pecado como obsoleta o incluso dañina.

    Por eso explican las acciones ajenas (además de las propias) desde teorías más o menos articuladas. Algunos explican todo lo que hacemos o dejamos de hacer con la educación recibida en casa, en la escuela o en el grupo. Otros ven como origen de nuestros actos las fuerzas interiores de la propia psicología. Otros simplemente niegan la libertad y consideran que cada comportamiento humano está controlado por el destino, por las neuronas o por férreas "leyes de la naturaleza".

    En esas perspectivas, no es posible negar que existen actos que causan rechazo y que son condenados. Pero incluso la condena queda explicada simplemente por el disgusto que esos actos provocan en algunos, sin que haya que calificarlos con una palabra, "pecado", que consideran fuera de lugar en un mundo moderno y maduro.

    Las negaciones de uno mismo o de otros no pueden suprimir la realidad profunda del pecado, de ese acto que realizamos, con un conocimiento claro y con una aceptación plena, contra el amor. Porque en el fondo del pecado hay, como ya explicaba san Agustín, un rechazo a Dios y una opción extraña y egoísta por uno mismo. Es decir, el pecado nos aparta del núcleo más hermoso de toda existencia humana, porque nos impide amar a Dios y entregarnos sanamente a los hermanos.

    Hace falta tener valor para recordar lo que es el pecado. Sólo entonces comprenderemos por qué Cristo vino al mundo y por qué murió en un Calvario. Manifestó, de esa manera, lo grave que es el pecado, al mismo tiempo que reveló esa verdad que da sentido a toda la existencia humana: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él" (Jn 3,16-17).

    Cuando reconocemos, sencilla y honestamente, que hemos pecado, estamos listos para dar los siguientes pasos: pedir perdón, acoger la misericordia en el sacramento de la confesión, reparar el daño cometido, y empezar a vivir llenos de gratitud desde el abrazo que nos llega de un Dios cercano y misericordioso.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    FELIZ LUNES


    miércoles, 5 de septiembre de 2012

    TERESA DE CALCUTA, 5 DE SEPTIEMBRE

    Autor: Judith Corsino | Fuente: judithcorsino.com
    Teresa de Calcuta, Beata
    Fundadora, 5 de septiembre
     
    Teresa de Calcuta, Beata

    Teresa (Inés) Gonhxa Bojaxhiu
    Fundadora

    Martirologio Romano: En la ciudad de Calcuta, en la India, beata Teresa (Inés) Gonhxa Bojaxhiu, virgen, que, nacida en Albania, trató de apagar la sed de Cristo clavado en la cruz atendiendo con eximia caridad a los hermanos más pobres, y fundó las congregaciones de Misioneros y Misioneras de la Caridad, para servir a los enfermos y abandonados (1997).

    La Madre Teresa fue albanesa de nacimiento y su nombre original es Agnes Gonxha Bojaxhiu. En el año 1948 la Madre Teresa adquirió la ciudadanía hindú. A los 18 años de edad, la Madre Teresa ingresó a la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto en Irlanda. Recibió su formación religiosa en Dublín, Irlanda y en Dardjiling, India.

    En el año 1931, la Madre Teresa tomó el nombre de Teresa en honor a una monja francesa, Thérèse Martin quien fue canonizada en 1927 con el título de Santa Thérèse de Lisieux. En el año 1937 la Madre Teresa tomó los votos religiosos y enseñó por 20 años en el Colegio Santa María en Calcuta, India y en el año 1946, precisamente el 10 de setiembre, recibió otro llamado de Dios, el servicio hacia los más pobres. En el año 1948, el Papa Pio XII le concedió a la Madre Teresa permiso para dejar sus funciones como monja independiente y empezó a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos.

    La Madre Teresa fundó una congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.

    La Madre Teresa merece un lugar especial en esta red gigantesca de comunicación porque su obra es un mensaje de amor. Su trabajo demuestra que una convicción verdadera siempre está acompañada por una acción, que el amor en acción es servicio. Ganó el Premio Nobel de la Paz en el año 1979 contra su voluntad pero que agradeció en nombre de los más pobres entre los pobres.

    Beatificación: 19 Octubre, 2003

    Una mujer, una verdadera heroína


    Sito oficial motherteresacause.info

    ORACIÓN POR LAS SONRISAS


    CUANDO LA RAIZ ES EL AMOR Y LA FE

    Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
    Cuando la raíz es el amor y la fe
    Lo que nos mantiene firmes en los momentos difíciles, no son las apariencias, sino lo que está oculto en las raíces, dentro de tu corazón.
     
    Cuando la raíz es el amor y la fe


    El hombre hoy se jacta de su belleza física y gasta dinero e invierte tiempo en mantenerse por fuera en perfecto estado, con una figura esbelta cuidada a base de dietas, pastillitas e idas al gimnasio; son horas tras horas que se dedica a engrandecer su figura, minutos y minutos que detrás de un espejo se contempla airoso y lleno de orgullo y algo de vanidad.

    Y para variar, luego lo va exponiendo sin reparos ni pudor.. Para muchos, la vida se ha reducido sólo a ello, pero sabemos que todo no termina aquí, la vida nos enseña que las tormentas se superan cuando la casa se ha edificado sobre roca y no sirve de nada una mansión hermosísima por fuera si no tiene los fundamentos capaces de superar los fuertes vientos y las constantes lluvias. Por eso, antes de mirarte al espejo y verte con tu figura como dios o diosa griega, piensa si tienes los fundamentos que te aseguran la verdadera felicidad. Ama y haz lo que quieras decía San Agustín, es decir, comprométete, sacrifícate, sé fiel, cree en Dios y hunde profundamente tus raíces en el Ser y no en el tener ni el aparecer.

    Cerca de un arroyo de aguas frescas, había un pequeño bosque. Los árboles eran muy variados.

    Todos gastaban las energías en ser más altos y grandes, con muchas flores y perfumes, pero quedaban débiles y tenían poca fuerza para echar raíz.

    En cambio, un laurel dijo:

    "Yo, mejor, voy a invertir mi savia en tener una buena raíz: así creceré y podré dar mis hojas a todos los que me necesiten".

    Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos; ¡en ningún lado había tantos colores y perfumes! Y no dejaban de admirarse y de hablar de los encantos de unos y otros, y así, todo el tiempo, mirándose y riéndose de los demás.

    El laurel sufría a cada instante esas burlas.

    Se reían de él, señoreando sus flores y perfumes, meneando el abundante follaje.

    "¡Laurel!...le decían, - ¿para qué quieres tanta raíz? Mira, a nosotros todos nos alaban porque tenemos poca raíz y mucha belleza. ¡Deja de pensar en los demás! ¡Preocúpate solo de ti!"

    Pero el laurel estaba convencido de lo contrario; deseaba amar a los demás y por eso tenía raíces fuertes.

    Un buen día vino una gran tormenta, y sacudió, sopló y resopló sobre el bosque.

    Los árboles más grandes, que tenían un ramaje inmenso, se vieron tan fuertemente golpeados, que por más que gritaban no pudieron evitar que el viento los volteara.

    En cambio, el pequeño laurel, como tenía pocas ramas y mucha raíz, apenas si perdió unas cuantas hojas. Entonces todos comprendieron que:

    Lo que nos mantiene firmes en los momentos difíciles, no son las apariencias, sino lo que está oculto en las raíces, dentro de tu corazón... allí... en tu alma... Y ESO SE LLAMA AMOR Y FE.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Dennis Doren LC

    FELIZ MIERCOLES


    martes, 4 de septiembre de 2012

    EL PENSAMIENTO DEL DÍA


    EL CANSANCIO DE LA VIDA

     
    El cansancio de la vida

    ¿Quién no ha sentido en algún momento de su vida tristeza, amargura o resentimiento? Nadie escapa a estos sentimientos, y el sentirlos de vez en cuando es normal, es parte de nuestra naturaleza humana.

    Llorar es bastante sano cuando se trata de un acontecimiento eventual, el llanto es parte de la liberación. Pero ¿qué pasa cuando estas emociones quedan alojadas en nuestro corazón de manera permanente?... ¿cuando el dolor, la amargura y la tristeza representan nuestra propia personalidad?

    Hoy en día los males provenientes del corazón son muy comunes; los rompimientos familiares, la frustración, la represión, el fracaso y lo que llamaríamos "el cansancio de vida" se apodera de nosotros cuando vemos que a pesar de nuestro esfuerzo, las cosas "nunca funcionan", "todo nos sale mal" porque "la vida ha sido muy injusta con nosotros".

    Es entonces cuando el resentimiento, la autocompasión y la tristeza pueden quedar instalados en nuestro corazón de manera permanente.

    Esta actitud hace que todo en la vida lo veamos a través de un "cristal empañado", es decir, nuestra perspectiva de vida se torna gris, ya no vemos la belleza de la vida, los buenos momentos se vuelven indiferentes ante nosotros, dejamos ir oportunidades y empezamos a crear una realidad falsa al creer que "nadie nos quiere" o "todos quieren hacerme daño", nuestra visión actúa y distorsiona todo desde nuestro cristal empañado.

    El guardar por mucho tiempo esta actitud o este sentimiento, además de prolongar nuestro sufrimiento, nos trae como consecuencia enfermedades derivadas de "un corazón triste"

    Ningún medicamento, dieta o ejercicio pueden evitar o curar enfermedades si no nos conectamos con la alegría de vivir, con el amor a la vida. La alegría es la única medicina para un corazón que revive constantemente en su presente las heridas del pasado. Sin la alegría, nuestra vida se frena, nuestros pasos se alentan, ya no queremos saber de nada.

    Estamos tan deprimidos y con un constante dolor de piernas, que ya no podemos dar un paso más. Sufrimos también a causa de nuestra soledad por tener nuestro corazón cerrado al amor. No sabemos darlo, mucho menos recibirlo. Seguimos sufriendo porque las pastillas no son suficientes para un corazón que frena el amor, que lo tiene por esencia, pero no lo deja salir (se ahoga y se asfixia hasta morir).

    "Semillas de Vida"
     

    DE LA MANO...

    De la manoCreo que no existe nada más sincero que "caminar de la mano con alguien". En el sentido amplio de la palabra, caminar con su compañera/o, de la mano, sea por la calle o por la vida...

    Nada más lindo... También en el sentido figurado, o sea, estar siempre listo para caminar "de la mano" con una persona amiga, ayudándola en el más amplio sentido de la palabra (una ayuda moral), oyendo un desahogo... o socorriéndola en una necesidad.

    En fin... ¿puede existir algo más lindo que una pareja de viejitos, que después de caminar la vida entera, lado a lado, de la mano, aún losigan haciendo en un inocente paseo, en un parque o en la playa?

    Es importante que aprendamos el valor que representa el calor de las "manos juntas".

    ¿Existe algo más agradable que simplemente oír un desahogo de una persona amiga? Si hay algo que decir para ayudarla o consolarla, hazlo, si nada puedes hacer sólo la actitud de oír ya valió la pena....

    Nos posibilita reanudar lazos perdidos en el tiempo, posibilitando una comunicación con personas que ya juzgábamos irremediablemente apartadas... sean parientes o amigos.

    Así, si las personas buscarán más la unión en las "manos dadas" (de la mano), ciertamente el mundo sería mejor.
     

     
     

    ORACIÓN BREVE A MARÍA SANTÍSIMA



     
     ORACIÓN BREVE A MARÍA SANTÍSIMA

    ¡Oh María, Hija humildísima del Padre, Madre Purísima del Hijo, Esposa amadísima del Espíritu Santo! Yo te amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas. Madre admirable, Consuelo del que llora, Abogada dulcísima de los pecadores, ten piedad de todos aquellos a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario de la Santísima Trinidad, Asiento de tu poder, Trono de Sabiduría y Piélago de bondad, alcánzanos que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre, Alcánzame lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma, ¡Virgen Santa, Esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre! Amén.

     

    EL LIBRO HERMOSO: LA BIBLIA


    EL LIBRO MAS ASOMBROSO QUE EXISTE SE LLAMA :
    !!! LA BIBLIA !!! 



    Nunca ha existido otro libro como este, sus características
                únicas lo hacen un libro tan especial que nadie debería perdérselo.

                Aunque tan antiguo su relevancia permanece intacta hasta hoy.

    A logrado penetrar en todas las culturas, ha sido traducido a mas de 2000 idiomas, es el libro de mayor venta que jamás haya existido.
     Existen más copias antiguas escritas a mano que de ningún otro escrito antiguo.

    Considerado el primer libro de importancia impreso en el mundo por Gutenberg.

    Por si todavía no lo descubriste estamos hablando de la Biblia, pero ¿qué lo hace un escrito tan especial?.
                 
    En estos mensajes responderemos estas y otras interrogantes acerca de la Biblia y sus llamativas características.
    ¿Que clase de libro es la biblia?
    ¿Que clase de temas trata la biblia?
    ¿Cuál es el tema central del libro?
                ¿De qué manera han verificado los descubrimientos arqueológicos la veracidad de la
    Biblia?
    ¿Por qué debería leer la biblia?
    ¿Cómo comienzo?...

    lunes, 3 de septiembre de 2012

    EL AMOR...



    El amor

            Es una palabra que lo dice todo y no dice nada.
            Es la comunión de dos almas que sólo buscan ser una misma.
            Es la mano que se extiende para dar y para darse.
            Son los nombres de los que amamos.

            Son los ojos que nos miran de una manera diferente.
            Es el rostro que miramos tratando de entregarle el alma.
            Es la fecha que no olvidamos.
            El día que pensamos que realmente comenzamos a vivir.
            El momento en que el dolor nos arropó y un abrazo nos hizo regresar a la vida.
            Son las canciones que nos hablan de nuestras historias.

            Son las lágrimas de una madre que se acaba de enterar que carga en su vientre a un hijo.
            Son las palpitaciones en el corazón del padre que espera su llegada.
            Es la sonrisa de un niño luego de haber pintado su tarea.
            Es la carta que se escribe con ilusión y añoranza.
            Es despertarse cada mañana y tener a alguien en quien pensar.
            Son los amigos que siempre nos aman y no desaparecen con el tiempo.

            Es perdón... es respeto...es cuando todo tiene sentido si se trata de nosotros.
            Son los momentos de silencio. Es la risa y el llanto.
            Es cuando puedo recostar mi cabeza
            en el hombro de alguien y cuando presto mi hombro para que ese alguien haga lo mismo.
            Es cuando miramos ese ser querido y sin querer,
            pensamos en todas las razones por las cuales le queremos tanto...

            Es el perfume que nos recuerda ese alguien especial.
            Es la respuesta a cualquier pregunta.
            Es lo que somos y la razón por la que existimos.

            Es un madero y su historia.
            Son los amigos que se aman como hermanos.
            Es un suspiro... una emocionada caricia... un beso.
            Es una palabra en el momento correcto e indicado
            buscando afanosamente expresarlo todo.

            Es la razón de vivir de cada hombre y mujer sobre la tierra.
            Es lo que muchos buscamos sobre la tierra.
            Lo que otros condenan y rechazan.
            Es todo lo que queremos, y cuando está en nuestras manos,
            es como nada.
            Es el sinónimo de vida en cuatro letras....
            AMOR

    DAME TU MANO...


    Dame tu mano...

    Autor: Himno de las Liturgia de las horas

    Libra mis ojos de la muerte;
    dales la luz, que es su destino.
    Yo, como el ciego del camino,
    pido un milagro para verte.

    Haz de esta piedra de mis manos
    una herramienta constructiva,
    cura su fiebre posesiva
    y ábrela al bien de mis hermanos.

    Haz que mi pie vaya ligero.
    Da de tu pan y de tu vaso
    al que te sigue, paso a paso,
    por lo más duro del sendero.

    Que yo comprenda, Señor mío,
    al que se queja y retrocede;
    que el corazón no se me quede
    desentendidamente frío.

    Guarda mi fe del enemigo.
    ¡Tantos me dicen que estás muerto!
    Y entre la sombra y el desierto
    dame tu mano y ven conmigo.

    Amén

    PARTES DE LA SANTA MISA

    .............................

    SEPTIEMBRE... MES DE LA BIBLIA


    SEPTIEMBRE... MES DE LA BIBLIA 



    Durante todo el mes de Setiembre, la Iglesia celebra el mes de la Biblia. La intención es que durante este mes, en todas las comunidades cristianas, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.


    ¿Por qué celebramos en Septiembre el Mes de la Biblia?

    Porque en un día 26 de Septiembre de 1569, se termina de imprimir totalmente la Biblia en español  llamada “Biblia del Oso”. 

    Fue traducida por Casiodoro de Reina.

     En esa oportunidad salieron 260 ejemplares en Basilea, Suiza.
     De ese acontecimiento hace ya 434 años.

    Propuestas para escuchar la Palabra- La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios. De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos. 


    - También nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia.

    - Otra posibilidad para poner en práctica este mes (y tal vez iniciar un hábito necesario y constructivo) es la oración con los salmos. 

    Aprender a rezar con los Salmos es una “puerta siempre abierta” 
    para el encuentro con el Dios de la Vida.

    - La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. 

    Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe.

    ANCLADO EN LA ESPERANZA...

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    Anclado en la esperanza
    A veces quedamos anclados en el pasado, inmovilizados por la pena ante lo sucedido. Una y otra vez nos lamemos la herida.
     
    Anclado en la esperanza

    Ocurrió. Cometí ese pecado que tanto daño me hizo. Falté a una promesa dada. No ayudé a un familiar que me necesitaba. Traicioné la confianza de un amigo. O, simplemente, fui víctima de los actos que otros cometieron con una malicia que me llena de rabia.

    Ocurrió. A veces quedamos anclados en el pasado, inmovilizados por la pena ante lo sucedido. Una y otra vez nos lamemos la herida. La pena domina nuestras almas.

    Vivir así, con la mirada puesta en los errores pasados, puede llevarnos hacia la apatía y la desgana, hacia tristezas enfermizas, hacia reproches continuos hacia otros o hacia uno mismo.

    Tenemos, sin embargo, un presente en nuestras manos y un futuro abierto a mil posibilidades. Miradas de amigos y familiares me invitan a dar un paso hacia adelante, sin dejarme apresar por las arenas movedizas de un pasado que no puedo cambiar.

    Incluso Dios mismo me mira con un afecto particular, intenso. Me busca para lavar mis faltas. Me invita a perdonar a quien me haya traicionado. Me lanza a edificar mi vida no desde lágrimas amargas sino desde una esperanza que viene de lo alto.

    Necesito dejar de lado actitudes malsanas que me arrastran a la pereza. Sólo entonces empezaré a vivir anclado en la esperanza.

    Amanece un nuevo día. Dios me renueva su amor de Padre y me regala su gracia. Tomado de su mano puedo emprender esta jornada con el deseo de dar mi tiempo, mis cualidades y mi corazón al servicio de quien necesita a su lado una mano amiga y llena de esperanza.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    FELIZ SEMANA



    viernes, 31 de agosto de 2012

    CADA UNO ....


     
    Cada Uno...

    Cada uno puede construir su vida para llegar a ser... una voz serena entre el fragor de los apasionamientos… una luz para quienes andan en las sombras de la ignorancia... una sonrisa para quienes están tristes y deprimidos... palabras de aliento, para quienes quieren darse por vencidos... una mano amiga, que levanta a alguien caído... un amor desinteresado, para quien ha sido engañado y menospreciado...
    La Madre Teresa dijo alguna vez: "a veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota".

    PAN DE LOS ÁNGELES

    El Pan de los ángeles.
    No en vano ha sido llamada la Eucaristía pan de los ángeles y vino que engendra vírgenes. Los jóvenes sobre todo necesitan de este divino remedio para contrarrestar el ardor de sus pasiones juveniles.
    P. Antonio Royo Marín O.P.

    EN UNIÓN CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO


    Autor: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org
    En unión con las almas del Purgatorio


    Rezar por ellas es un ida y vuelta, nosotros pedimos por ellas mientras que interceden por nosotros.


    En unión con las almas del Purgatorio
    ¡Cuantos misterios esconde la Voluntad de Dios!. Y muchos de ellos sólo se nos revelarán cuando ya sea tarde para corregir nuestro rumbo, y no nos quede otra opción más que someternos a la Justicia de Dios. ¡Si pudiéramos hablar con las almas purgantes, cuantos consejos nos darían!. Ellas nos enseñarían que la diferencia más grande entre el infierno y el Purgatorio radica en que mientras en el fuego eterno las almas blasfeman y rechazan a Dios (llevando al infinito el rechazo y odio que tuvieron en vida), en el Purgatorio las almas buscan y desean a Dios. Y es ese el mayor castigo: no tener a Dios. Pero también es el mayor consuelo el saber que lo tendrán, luego de purificarse y ser almas dignas de estar en el Reino, en Su Presencia por toda la eternidad.

    Ellas nos dirían que no desperdiciemos la gracia de poder hacer que el sufrimiento sirva para evitar la purificación por la que ellas pasan, ya que mientras en vida las buenas obras, el amor y el dolor suman y preparan el alma, en el Purgatorio solo queda sufrir y esperar el momento de subir al Cielo. ¡Que desperdicio el nuestro!. Ellas nos ven malgastar nuestro día en banalidades que luego deberemos pagar, sometidos a la Justicia Perfecta de Dios. Y que nos dirían nuestros ángeles custodios, viendo que vamos camino al sufrimiento, como niños que irresponsablemente juegan al borde del precipicio, inconscientes del peligro que los acecha. Las almas purgantes y los ángeles son testigos de nuestros errores, y con enorme amor ruegan a Dios para que cambiemos nuestro rumbo y busquemos a Jesús, que lo deseemos con un corazón que reconoce que sólo Dios cuenta.

    Imaginen que inútil aparece para estas almas todo nuestro superficial mundo, nuestras preocupaciones, mientras tenemos tiempo y la oportunidad de mostrarle a Dios que podemos entrar a Su Reino por el camino del Amor Perfecto, esto es, por medio de la fe, la esperanza y la caridad.

    En el Purgatorio se ama, se ama sin limites, y se arrepiente el alma de tanta ceguera vivida en la vida terrenal. Ellas esperan el consuelo de María y de San Miguel, de los ángeles que acuden en su apoyo, recordándoles que después del sufrimiento tendrán la gloria de llegar al gozo infinito. Allí se pide oración: cuando ellos reciben el amor de los que aun estamos aquí hecho alabanza a Dios, no sólo se consuelan sino que acortan su sufrimiento. Y lo devuelven cuando llegan al Cielo, intercediendo por quienes los supieron ayudar a disminuir sus sufrimientos.

    ¿Quieres hacer un buen negocio, el mejor de todos?. Une tu alma a las de las almas purgantes, ora por ellas, siente que estás unido a su dolor y las consuelas, mientras ellas adquieren la luminosidad que les permita subir a la Gloria. Verás entonces que los dolores de aquí adquieren un significado distinto, son un trampolín para el crecimiento del alma, te hacen sentirte unido a Dios, trabajando para El. Pocas obras son tan agradables a Jesús y María como la oración de quienes se unen espiritualmente a las almas purgantes. Es un ida y vuelta, un fluir de alabanzas que sube y baja, y que ayuda tanto a unos como a otros.

    Un día se escuchó, durante la segunda guerra mundial, una multitud aplaudiendo y aclamando en la iglesia de Santa María de la Gracia, en San Giovanni Rotondo. Pero a nadie se vio allí, por lo que los pocos que estaban presentes preguntaron a San Pío de Pietrelcina que había ocurrido. El les dijo: “he estado rezando durante muchos días por los soldados que mueren en el campo de batalla, y una multitud de ellos ha venido a agradecerme porque han salido del Purgatorio y han entrado al Cielo”. La oración de Pío, poderoso intercesor ante Dios, les había acortado el sufrimiento.

    Oremos por las almas purgantes, porque serán ellas las que intercederán por nosotros cuando tengamos que purificar nuestra alma. Y serán entonces ellas las que nos darán la bienvenida al Cielo, cuando Dios en Su Infinita Misericordia nos conceda esa Gracia.

    ¡Trabajemos por ello, tenemos nuestra vida para lograrlo, ese es el sentido de nuestra presencia aquí!.

    viernes, 24 de agosto de 2012

    LA VIRGEN MARÍA TE AMA



    QUEMAR LAS NAVES


         Quemar las naves
    Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
    Sitio del Padre



      Cuando Hernán Cortés llegó con su ejército para la conquista de México desembarcó en el puerto de Veracruz. Allí tuvo conocimiento del poderoso y organizado ejército de los aztecas. Las noticias fueron tan alarmantes que algunos de sus oficiales se desanimaron y prefirieron abandonarlo en secreto, regresando a Cuba, que ha había sido conquistada.

    Hernán Cortés supo lo que tramaban hacer, y esa misma noche se acercó a los barcos y los quemó. De esa manera ya no era posible dar un paso atrás, No les quedaba otra alternativa que lanzarse a la conquista de la gran Tenochtitlán.

    En nuestro caso no es suficiente decir que queremos conquistar la Nueva vida traída por Jesús. Es necesario quemar las naves que nos conducen al pecado para jamás poder retornar a él.

    Así como Dios abrió el Mar Rojo para que su pueblo lo atravesara rumbo a la tierra de libertad, lo cerró inmediatamente. Es necesario que Dios cierre ese mar para que jamás podamos regresar a la esclavitud del pecado. Es necesario que nosotros decidamos que jamás queremos regresar allá, y quemar todos los medios que nos pudieran ayudar a retornar…

    José H. Prado Flores


    A los discípulos que siguen a Jesús se les exige:

    Dejarlo todo inmediatamente, ya que El es lo más importante (Lc 9.60).

    Amar a Jesús sobre todas las cosas y personas (Lc 44.16).

    Aceptar un camino imprevisible: no tener dónde reclinar la cabeza (Mt. 8.18-19).

    Negarse a sí mismos, cargar con la cruz, estar dispuestos a perder la vida (Mc.8.34).

    La opción por Cristo ocupa, pues, el primer lugar en el Evangelio.

    Quien ha puesto los ojos en Jesús, nada ni nadie le apartará del camino emprendido. Un buen ejemplo de fidelidad lo encontramos en Sancho Panza, cuado tratan de convencerle para que abandone a don Quijote, ya que con él no llegará a obtener ninguna ganancia en esos reinos inexistentes, sino burlas y sonrisas de la gente. La razón que da para seguirle, es la siguiente:

    “Lo sigo porque…lo quiero, lo quiero mucho y ya no puedo dejarlo solo. Aunque no alcancemos las estrellas ni venzamos enemigos. Aunque no derrotemos los gigantes del mal ni desencantemos las princesas…lo he de seguir hasta el final Si no, ¿quién lo va a levantar cuando el molino de viento lo derribe? ¿Quién lo va a curar de las heridas? ¿Quién se atreverá a ser escudero suyo? ¿Quién compartirá sus desgracias?”

    Quien siga a Jesús, estará obligado a quemar “todas las naves” donde vive el pecado, Satanás y todas sus obras. Quien cierra la puerta al pecado, se la está abriendo a Jesús, para que viva como único Señor en el corazón libre de quien en un tiempo fue esclavo.

    Cada cosa que se deja, va desgarrando el alma; no es la nada que se deja, es un algo que se acaba.

    Dejar y soltar amarras, es quedarse en soledad, sentado en el olvido y las alas rotas sin volar.

    En cada adiós de la vida, llora el viento y ríe el mar.

    En cada minuto que pasa, sufre el sol, brama el maizal.

    ORACIÓN A SAN BARTOLOMÉ


    SE BUSCA UN SANTO...


        Se busca un Santo

            Perdóname, Señor, que venga a molestarte, pero se me acaba de ocurrir una idea:

            Dicen que tienes necesidad de un Santo y pienso que tal vez podría servirte yo...

            Vengo, pues, a ofrecerme para tal empleo; creo que podría cumplir bien esa ocupación.


            A pesar de lo que digan, el mundo está lleno de personas perfectas.

            Hay muchos que te ofrecen tantos sacrificios que, para que no te equivoques al contarlos, los marcan con pequeñas cruces en un
            cuadernillo. A mí, la verdad, no me gustan los sacrificios, me fastidian enormemente...

            Lo que te he dado, Señor, tú sabes bien que lo has cogido tú mismo sin pedirme permiso y, lo más que yo he hecho, ha sido no protestar...

            Hay también otros que se corrigen de un defecto por semana y ¡claro! serán forzosamente perfectos al cabo de un trimestre.

            Pero yo no tengo suficiente confianza en mí para hacer eso, ¿quién sabe si perseveraré al cabo de la primera semana?
            ¡Soy tan impulsivo, Dios mío!

    Por eso, prefiero quedarme con mis defectos, aunque usándolos lo menos posible...

            Las personas perfectas tienen tantas cualidades, que no hay sitio en su alma para otra cosa y por lo tanto nunca llegaran a ser Santos.
     
    Además, tampoco tienen ganas de serlo por miedo a faltar a la humildad.

            Pero un Santo, Señor, yo creo que es ser un vaso vacío, que tú llenarás de tu gracia, con el amor que desborda tu Corazón, con la santidad de los Tres...

            Mira, Señor, que yo soy eso: un vaso vacío, sin nada; sólo hay un poco de fango estancado en el fondo y no está muy limpio, ya lo sé...

            Pero seguro que ahí arriba tú tienes algún detergente celestial! y además, ¿para qué serviría el Agua de tu Costado sino para lavarlo antes de usarlo?

            Pero si tampoco tú quieres de mí, Señor, no insistiré...
            Piensa, sin embargo, en mi propuesta, que va en serio.
            Cuando vayas a tu bodega a sacar el vino de tu amor, acuérdate que, en cierto lugar de la tierra, tienes un pequeño vaso a tu disposición.

            Y  YO... ¿QUÉ HAGO?

    LAS TRES ORACIONES DIARIAS

    LAS TRES ORACIONES DIARIAS

    (Jesús pide que se recen diariamente estas tres oraciones)


    I
    NOVENA DE CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    Oh Señor Jesucristo, yo confío esta intención a tu Sacratísimo Corazón:
    (Indicar la petición)

    Mírame solamente Jesús, y luego haz que Tu Sacratísimo Corazón te inspire. Que tu Sagrado Corazón decida. ¡Yo cuento con Él! ¡Yo confío en él! ¡Yo me entrego a Su Misericordia! Señor Jesús, Tu no me defraudarás. Sagrado Corazón de Jesús, yo confío en Ti. Sagrado Corazón de Jesús, yo creo en Tu Amor por mí. Sagrado Corazón de Jesús, que venga tu reino. ¡Oh! Sagrado Corazón de Jesús, yo te he pedido muchas gracias, pero imploro ardientemente esta. Tómala, ponla en Tu Sagrado Corazón. Cuando El Padre Eterno la vea, cubierta con Tu Preciosa Sangre, no la rechazará. Ya no será mi plegaria, sino la tuya, oh Jesús. Oh Sagrado Corazón de Jesús, yo pongo mi confianza en Tí. Que jamás sea confundido. Amén.
    II



    ACORDAOS (De San Bernardo)

    Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esa confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
    III



    INVOCACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

    San Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate; sé nuestro auxilio contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y Tú, Príncipe de la milicia Celestial, lanza al infierno con el divino Poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
    María, Reina de los ángeles - ¡Ruega por nosotros !

    FELIZ VIERNES


    BARTOLOMÉ, EL HOMBRE QUE SE ENTUSIASMÓ POR CRISTO

    Autor: P. Juan P. Ferrer | Fuente: Catholic.net
    Bartolomé, el hombre que se entusiasmó por Cristo
    Si dejas a Dios de veras entrar en tu corazón, todo lo que anhelabas, esperabas, deseabas, se convertirá en realidad.
    Bartolomé, el hombre que se entusiasmó por Cristo


    Vamos a contemplar en la figura del Apóstol Bartolomé el entusiasmo por Cristo de un hombre que poco antes, ante las palabras de Felipe, había dicho: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?

    San Juan nos trasmite una historia bellísima en el relato de la vocación de los primeros discípulos (Jn 1, 45-51). Felipe, a quien poco antes el Señor había llamado a su seguimiento, se encuentra con Natanael y le dice lleno de gozo: AAquel de quien, escribió Moisés en la ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret. El bueno de Natanael le responde con un cierto aire de desconfianza: ¿De Nazaret puede haber cosa buena?. Poco después tras el encuentro de Jesús y Natanael, éste último exclama con ilusión y fuera de sí: "Rabbi, tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel", y todo porque el Maestro le había dicho que lo había visto debajo de la higuera. Parece una escena surrealista, pero encierra una gran verdad, que vamos a comentar.


    ¿De Nazaret puede haber cosa buena? (Jn 1,46). Natanael, tal vez acostumbrado ya a tantos falsos mesías que habían salido como estrellas fugaces en la historia del pueblo de Israel, se extraña de aquellas palabras tan encendidas de Felipe en las que le comunica que un tal Jesús, de Nazaret, hijo de José, es el anunciado por Moisés y los profetas. No es rara esta experiencia para el hombre de hoy y de siempre, que lo ha esperado todo de todo y de todos y casi siempre se ha visto a sí mismo sorprendido por la inconsistencia de las cosas. Por eso, Natanael se sorprende y responde con esa pregunta: ¿De Nazaret puede haber cosa buena?.

    Este tipo de repuestas se encuentran en los labios de muchos hombres de hoy a propósito de cualquier nueva proposición de dicha ofrecida por la sociedad o por un amigo. La desilusión y la desconfianza se han instalado en ese corazón ya un poco seco y pasota del hombre moderno.

    "Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel" (Jn 1,49). Después de que Felipe le invite a acercarse a Cristo y de que Cristo hable de su honradez y rectitud, son esas palabras de Cristo: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi", (Jn 1,48), las que mueven de una forma terrible el interior de Natanael y en un grito de admiración y de reconocimiento llama a Jesús "Hijo de Dios".

    Para Natanael, tal vez un inquieto rabino o estudioso de las Escrituras, de repente la vida se ha iluminado con la presencia de aquel hombre que le ha presentado su amigo Felipe. En él ha encontrado de repente y de golpe a quien buscaba y lo que buscaba en una armoniosa síntesis. Es como si una vida ya al borde del desencanto se encontrara de repente con esa verdad que lo explica todo y llena de paz y felicidad el corazón. Todavía no sabe cómo, pero Natanael intuye que aquel hombre va a colmar todas sus expectativas.

    "Has de ver cosas mayores" (Jn 1,50). Jesús le anuncia que aquella primera experiencia se va a multiplicar. Es como si le dijese: si dejas a Dios de veras entrar en tu corazón, todo lo que anhelabas, esperabas, deseabas, se convertirá en realidad. Y es que Dios es mucho más de lo que el hombre puede imaginarse. En realidad la felicidad que el hombre busca no es nada al lado de lo que Dios le ofrece. Dios siempre supera toda expectativa, todo deseo, toda esperanza. Natanael, el desconfiado, de repente ha quedado cogido por Cristo y un sentimiento de entusiasmo se apodera de él. En adelante será un don, una gracia, un privilegio servir a aquel Maestro que ya le había visto cuando estaba debajo de la higuera.

    Si nosotros dejáramos a Dios entrar en nuestro corazón a fondo, si nosotros hiciéramos una experiencia auténtica de Dios, si nosotros nos liberáramos del miedo a abrir las puertas del corazón a Dios, también diríamos, llenos de entusiasmo y gozo, "Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios".



    Este Apóstol, con su admiración por Cristo, nos puede enseñar a nosotros, hombres de hoy, una serie de actitudes muy necesarias frente a las cosas de Dios, pues a lo mejor es posible que nuestra vida espiritual y religiosa esté impregnada de modos fríos, racionalistas, calculadores, lejanos todos ellos de ese talante alegre, cordial y humano que debe caracterizarnos como hijos de Dios. Hay que decir que a veces el debilitamiento en la fe de muchos hermanos nuestros ha sido culpa de no ver en la religión a una persona, sino sólo un conjunto de principios y normas. Si nuestra religión no es Cristo, si el porqué de nuestra fidelidad no es su Persona, si en cada mandamiento no vemos el rostro de Jesús, la religión terminará agobiándonos, porque se convertirá en un montón de deberes, sin relación a Aquél a quien nosotros queremos servir. Vamos, pues, a exponer algunas de las características que deben brillar en la vivencia de nuestra fe y de nuestros deberes religiosos.

    Si Cristo, don de Dios al mundo, es lo mejor para el hombre, entonces es imposible no vivir con gozo y alegría profunda la fe, es decir, la relación personal del hombre con Dios. Muchas veces los cristianos con nuestro estilo de vivir la fe, marcado por la tristeza, la indiferencia, el cansancio, estamos demostrando a quienes buscan en nosotros un signo de vida una profunda contradicción. El cristianismo es la religión de la alegría y no puede producir hombres insatisfechos. Al revés, la religión vivida de veras, como fe en Jesucristo, confiere al hombre plenitud, gozo, ilusión. Frente a todas las propuestas de felicidad, que terminan con el hombre en la desesperación, Cristo es la respuesta verdadera que no sólo no engaña sino que colma mucho más de lo esperado. Esta certeza debe reflejarse en nuestro rostro, rostro de resucitados, rostro de hombres salvados.

    Si Cristo está vivo y es Hijo de Dios, mi relación con él tiene que ser mucho más personal, cercana e íntima. Tal vez ha faltado en muchas educaciones religiosas ese acercamiento humano a la figura de Cristo, un acercamiento que nos permite establecer con él una relación más cordial y sincera, como la que se tiene con un amigo. Es fácil comprender por qué con frecuencia la vida de oración de muchos creyentes es árida, seca, distraída. No se entra en contacto con la Persona, sino sólo tal vez con una idea de Dios, aun dentro del respeto y de la veneración. De ahí el peligro para muchos hombres de racionalizar la misma oración, convirtiéndola en reflexión religiosa, pero no en experiencia de Dios. Lógicamente la fe se empobrece mucho así. Y no debe ser así. La fe ha de ser vivida como experiencia personal de Cristo, y por tanto en un clima de cordialidad y de cercanía.


    Si Cristo es, en fin, la esperanza del mundo, de la que hablaron Moisés y los profetas, entonces hay que vivir en la práctica la fe con seguridad y convencimiento. Podemos dar la impresión los cristianos de que creemos en Cristo, pero no lo suficiente como para abandonar otros caminos de felicidad al margen de él, de su Evangelio, de su Persona. Y esto en la vida se convierte en una contradicción práctica. Aparentamos tener lo mejor, pero nos cuidamos las espaldas teniendo reemplazos. Es como si afirmáramos que tal vez la fe en Cristo no es del todo segura y cierta, que tal vez él nos puede fallar. El mundo necesita de nosotros hoy la certeza de nuestra fe, una certeza que nos lleve a quemar los barcos, porque ya no los necesitamos, seguros como estamos de que hemos elegido la mejor parte.


    Conclusión. Cómo se necesita en estos momentos en nuestra vida de cristianos y creyentes estas características en nuestra relación con Dios: un estilo de fe lleno de gozo y de entusiasmo, una relación con Dios cercana y cordial, una certeza absoluta de Dios como lo mejor para el hombre de hoy. En esta sociedad en que por desgracia la fe se ha convertido en una carga, hacen falta testigos vivos de un Evangelio moderno y verdadero. En este mundo en que falta alegría en muchos cristianos que viven un poco a la fuerza su fe, hacen falta rostros alegres porque saben vivir su religión en la libertad. Y en este peregrinar hacia la eternidad en el que muchos creyentes miran hacia atrás acordándose de lo que dejan, hacen falta hombres que caminen con seguridad y certeza, sin volver los ojos atrás, hacia el futuro que Dios nos promete.
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