viernes, 25 de mayo de 2012

No se pueden contar todas las piedras


        No se pueden contar todas las piedras
 Autor:  Padre Eusebio Gómez Navarro OCD

                    En el Japón hay de piedras cercano a un templo en la ciudad de Kyoto. Según la tradición, allí hay quince piedras de distintos tamaños, que simbolizan los problemas básicos de la humanidad. Cada visitante elige cuales son. Lo curioso es que las piedras están ordenadas de tal modo que no se pueden ver todas al mismo tiempo.

        "Es imposible ver todas las piedras al mismo tiempo", es imposible abarcar todas las dificultades que surgen a lo largo de la vida. Todos los problemas básicos de la humanidad los podemos englobar bajo la palabra cruz.

                    La cruz no ha sido un invento del cristianismo; es un hecho de nuestra condición humana. Por el simple hecho de ser vivientes, nos acompaña  a cualquier edad, en los trabajos, en la convivencia. Otras, son producto del pecado: droga, dinero, juego, placer, envidia, poder, fama...

                    La cruz en sí misma no tiene ningún valor, inclusive es negativa y destructora. Ella nos habla del poder del mal. Este es fuerte y aparece persistente en forma de violencia, injusticia, materialismo y miseria. Muchos sufren todo este tipo de cruces y quisieran acabar con el mal para transformar la historia y lo único que pueden percibir es una total impotencia ante los tentáculos del mal organizado.

                    Además de las cruces que nos vienen por nuestra condición humana y por el pecado, hay otras que son consecuencia del ser cristiano. La cruz cristiana es el precio que hay que pagar por la conversión de renuncia a vivir "según la carne" (Mt 18,8).La fidelidad al reino de Dios conlleva la cruz de Cristo.

                    La Iglesia y el cristiano deben caminar por el mismo camino que Cristo, es decir, por el camino del servicio y del amor. "Como Cristo realizó la obra de la redención en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia está destinada a recorrer el mismo camino...; así también la Iglesia, aunque necesita de medios humanos para cumplir su misión, no fue instituída para buscar la gloria terrena, sino para proclamar la humildad y abnegación, también con su ejemplo" (LG 8).

                    La cruz cristiana encierra una fuerza redentora. Para Juan de la Cruz no es sencillamente sufrimiento, sino gloria de Dios anticipada. En ella triunfa Jesús y desde entonces se ha convertido en signo de salvación. Todo aquel que la mira con ojos de fe y ve en ella a Jesús, podrán tener la misma actitud de los apóstoles en las horas de prueba:"Ellos se fueron contentos de la presencia del Consejo, porque habían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús"(Hch5, 41).
                    La cruz que debemos cargar es la que brota del amor. Tenemos que ser, pues, cirineos para poder aliviar los sufrimientos y cargas de los otros.

LOS 7 DONES DEL ESPIRITU SANTO


Los siete dones del Espíritu Santo son:
1. Sabiduría
2. Inteligencia
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Santo Temor de Dios









FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO


Los frutos del Espíritu Santo nos ayudan a saborear la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:
1. Caridad
2. Gozo
3. Paz
4. Paciencia
5. Generosidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fidelidad
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad

El pecado mortal es el peor enemigo del Espíritu Santo, pues si lo cometemos expulsamos de nuestra alma a su dulce huésped.

No tengamos miedo de ser testigos de Dios en la sociedad, pues si contamos con el Espíritu Santo, toda dificultad será vencida, todo cansancio refrescado y cada tristeza consolada.

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador. Y renueva la faz de la Tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Amén.

jueves, 24 de mayo de 2012

UN AMIGO



PREGÚNTALE A LA ESTRELLA





Pregúntale a la estrella
Autor: Padre Justo López Melús


En la vida hay dos maneras de reaccionar frente a las realidades concretas. Unos contemplan melancólicamente las situaciones penosas de muchas personas, y se lamentan porque son tantas que no las van a poder remediar. Otros, en cambio, van más allá de las lamentaciones, se dejan de utopías y empiezan a actuar.
Estaba un escritor junto al mar y vio cómo un joven recogía las estrellas de mar que las olas lanzaban a la orilla, y las devolvía a su elemento, pues sabía que, si quedaban sin agua, en la marea baja morirían.

— No tiene sentido lo que haces —le dijo el escritor—. Hay miles de estrellas de mar en el Pacífico que se quedarán en seco y no podrás salvarlas a todas.
— ¿Qué no tiene sentido lo que hago? — le replicó el joven— ¿Por qué no le haces la misma pregunta a las estrellas de mar que acabo de salvar?
Y los dos se dedicaron durante un buen rato a salvar estrellas.
Tú no puedes hacer todo en el mundo, pero hay algo que sólo puedes hacer tú.

INSTRUCCIONES PARA VIVIR EN LA TIERRA


Instrucciones para vivir en la tierra

Recuerdo que antes que yo naciera, estaba preocupado porque no
conocía el mundo al que llegaría.

Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.

Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:
Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz
mayor.
Sé como los pájaros. Come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores. Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Sé como el buen perro. Obediente, pero nada más a su Señor.
Sé como la fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día. Que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis. Da tu agua al sediento.
Sé como el río. Siempre hacia adelante.
Sé como la luciérnaga. Aunque pequeña, emite su propia luz.
Sé como el agua. Buena y transparente.
Sé como José. Cree en tus sueños.
Sé como Lázaro. Levántate y anda.
Y sobre todas las cosas, Sé como el cielo: la morada de Dios.

Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar donde  Tú quieres.

CAMBIO DE DOMICILIO ...


Cambio de domicilio

Un banco de Bringhamton (Nueva York)
envió un ramo de flores a un banco de la competencia
con motivo de la inauguración de sus nuevas instalaciones.
Por una confusión,
la tarjeta que acompañaba las flores decía:
"Nuestras más sinceras condolencias".

Poco después, la florista que había cometido el error
llamó al banco para ofrecer sus disculpas.
Lo que más le preocupaba, agrego la muchacha,
era que el otro ramo, enviado a un funeral,
llevaba el saludo destinado originalmente al banco:
"Felicitaciones por su nuevo domicilio".

Para el cristiano,
morir es como mudarse a una vivienda mejor.
Estar con Jesús en un lugar hermoso,
dejar atrás pesares y dolores
y reencontrarse con sus seres queridos.
Debe ser causa de esperanza, no de temor.
Así pues, al creyente que fallece
podemos sin duda felicitarlo por su cambio de domicilio.

DE RODILLAS ANTE TI, PEDIMOS AYUDA AL ESPIRITU SANTO

Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
De rodillas ante Ti, pedimos ayuda al Espíritu Santo
Espíritu de alegría, consuelo y fortaleza, sánanos del desánimo, el miedo y la tristeza.
De rodillas ante Ti, pedimos  ayuda al Espíritu Santo
Hoy es jueves, Señor.


Hoy Jesús, vengo ante Ti con el alma aligerada, con la alegría de una gran emoción que ya conoces porque Tu lo sabes todo de tus amadas criaturas y de mí.

Pero se que te gusta que te cuente "mis cosas" ya que eres mi confidente, mi gran amigo... Pues bien, lo que trae mi alma conmovida es, que como tu ya sabes, México ha sido consagrado al Espíritu Santo, el Espíritu Santo que es frecuentemente el GRAN DESCONOCIDO, y que es el Espíritu de Dios.

El es, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Tres Personas distintas y un solo Dios Verdadero. Es el Misterio profundo de esa Trinidad donde ninguno es mayor ni menor que el otro. Tienen su propia personalidad, por decirlo así:



  • El Padre que no tuvo ni principio ni fin, que no fue hecho, ni creado, ni engendrado.
  • El Hijo no fue hecho, ni creado, sino engendrado en María la Virgen para hacerse hombre y
  • El Espíritu Santo que no fue hecho ni engendrado, sino que procede del Padre y del Hijo.

    Dios Padre se da plenamente al Hijo con infinito amor, el Hijo se da al Padre con el mismo infinito amor y de esta comunicación de amor brota el Espíritu Santo, amor sustancial del Padre y del Hijo, es así como nos lo enseña Santo Tomás en su Suma Teológica.

    Después de la muerte y a pesar de haber visto resucitado a Jesús, los apóstoles estaban sumidos en el miedo hecho terror. ¿Cómo ellos pobres pescadores, algunos analfabetos, podrían cumplir el mandato, la misión que les dejaba el Maestro y Señor?. Id, a predicar a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo... y también.... si yo no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros; pero si ve voy, os lo enviaré Y estando reunidos llegó el Espíritu de Dios y todo cambió para ellos.

    Así también nosotros hemos de llamarlo:

    ¡Ven Espíritu Santo!

    Él desea entrar para darnos sus Dones, es el Gran Consolador, Intercesor y Luz y se convierte en el dulce huésped del alma y nos llena de paz y de sabiduría. Lo necesitamos porque El es el fruto del Amor de Dios.

    Y para terminar esta pequeña charla contigo mi amado Jesús, te diré que es un beneficio inmenso que nuestro querido México se haya consagrado al Espíritu Santo, en estos tiempos tan difíciles, como ya pasó, cuando en México se derramó sangre por tu amor allá por los años de 1927 y más, en la Guerra Cristera, y ahora también las fuerzas del mal, vemos claramente, que están presentes.

    Vamos a tener la ayuda amadísima del Espíritu Santo y de rodillas ante ti, como lo haré todos los días pediré su ayuda y protección con esta oración.

    CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

    "Espíritu Santo, te consagramos nuestra patria. Intercede por quienes vivimos en ella.
    No nos dejes perdernos por caminos sin Dios, reoriéntanos al gozo de la fe y la verdad.

    Espíritu de paz, perdón y misericordia, líbranos de la violencia y la discordia y enséñanos a hablar las lenguas siempre nuevas de la fraternidad.

    Espíritu de alegría, consuelo y fortaleza, sánanos del desánimo, el miedo y la tristeza.

    Espíritu de generosidad y de justicia, apártanos del egoísmo y de la avaricia, inspíranos acciones para crear condiciones que permitan a todos vivir con dignidad.

    Tu eres fuente de la vida, rescátanos de la cultura de la muerte, fecúndanos con tus dones, tus frutos y carísmas.

    Ilumina nuestra tierra, renueva las naciones, ven como en Pentecostés e incendia con tu fuego de amor los corazones. AMÉN.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Ma. Esther de Ariño

    miércoles, 23 de mayo de 2012

    ORACIÓN A DIOS: SEMILLA DE ESPERANZA


    Semillas de esperanza

    Dios Padre bueno,
    que en tu providencia amorosa
    cuidas de los hombres,
    te rogamos que siembres con abundancia
    en el campo de la iglesia
    la semilla de la vocación sacerdotal.
    Que sea acogida con alegría
    en corazones nobles y generosos,
    que madure en el Seminario
    y que los nuevos sacerdotes sean para nuestro mundo,
    con su palabra y ejemplo,
    semillas de esperanza
    y testigos de tu amor.
    Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

    FRAGILIDAD...


    Fragilidad
    Autor:  Padre Guillermo Ortiz S.J.


    Todo camina hacia la ruina y se derrumba si no hay algo más que sostenga desde adentro la fragilidad de las cosas, la brevedad de la vida, así reflexionaba absorto Teófilo Pereyra, mientras compartía unos mates con su esposa, aquel. atardecer. No alcanza con este barro vacío que agoniza igual que el día, igual que este crepúsculo, no? , ¿ Qué nos sostiene Cecilia para seguir luchando? se preguntó Pereira, ¿qué luz puede romper la densidad de la noche? ...

    -La fe Teófilo, la fe que vos tenés es lo que nos ayuda, le respondió Cecilia... -No solamente nos ayuda, retornó Pereira, es algo desde muy adentro. No es el cauce de un río, es el agua.

    No es la leña, es el fuego, el calor. Es la vida que late o que no late en el pulso de la sangre, porque la sangre puede latir y estar vacía como en tanta gente que vive como muerta, sin ilusión, sin sentido, sin alegría. .

    -Es el Espíritu, simplificó, Cecilia, es el espíritu de Dios Pereira, sino ¿para qué nos bautizamos, para qué rezamos? Desde aquel día el mismo Amor del Padre de Jesús nos envuelve y nos fecunda, le da sentido y orientación a nuestra vida.

    -Tenemos que agradecer al Padre Dios este Espíritu suyo, Cecilia, este espíritu que da fuerza y sentido a nuestra vida, no? ¿Quiénes somos nosotros para tener a Dios adentro, para albergarlo en nuestro barro?

    CUANDO LA VIDA TE LLENA DE VIDA


    Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
    Cuando la vida te llena de vida
    La vida se siente, se palpa, porque cada goce arranca una sonrisa, y cada tropiezo arranca una palabra de aliento, de emoción, de empuje.
     


    Cuando la vida te llena de vida


    En el interior del ser humano es donde se enfrenta la vida y se eligen las actitudes. Una vida llena de sentido es la que contesta cada mañana a la pregunta ¿Vale la pena el día de hoy? con "sí" entusiasta, porque responde pensando en un alguien.

    El sentido de la vida se descubre cuando se ve el rostro feliz de aquel a quien se ama; por ello, la alegría proviene del interior, de la decisión personal de donarse a alguien; y todos los que alguna vez han hecho la prueba, tienen que aceptar que el resultado es positivo. "Hay más alegría en dar que en recibir". La alegría genuina, ilumina el espacio humano que toca. La persona que la vive, irradia a su alrededor una forma nueva de ver los acontecimientos.

    La realidad no cambia, pero sí los ojos con que se le ve. Camina el pesimista callado, taciturno y maldiciente. Camina el optimista confiado, alegre, lleno de vida y de esperanza. Se queja el pesimista  del sol, del aire, del agua y del viento. Bendice el optimista al viento, al sol, al agua y a todo lo que encuentra en su camino. Los días son pesados y duros para el pesimista. Los días son Bendiciones del  Cielo que recibe el optimista. El optimista se endereza camino de la luz. La tierra le brinda sus sonrisas en las flores, y el cielo le brinda sus sonrisas en las estrellas. La luz del sol penetra hasta su corazón y le da vida, fecundiza sus fuerzas y fortalece su voluntad, reanima su espíritu con esa poesía que se palpa y que se siente, y que brota de los labios para comunicarse al mundo y derrama la dicha en su derredor. Así marcha el optimista por el mundo. Sus días son triunfos. Vive las horas de la vida con su vida poderosa que hace vivir las horas.

    La vida se siente, se palpa, porque cada goce arranca una sonrisa, y cada tropiezo arranca una palabra de aliento, de emoción, de empuje. La vida del optimista está llena de esperanza.

    Espera de hoy, espera de mañana, y las esperanzas de mañana las hace realidad hoy. Los obstáculos le enardecen, las miserias no le afectan y mientras más duros son sus golpes y más grandes sus caídas, más sonriente y más grandioso se levanta. La gloria de la vida, la pujanza vital de ser engreído con la victoria, forma su entereza y va por su camino derramando aliento, sembrando energías, despertando ambiciones nobles y conquistando corazones amigos, que le contemplan en su lucha colosal y le imitan y le siguen.

    La vida del optimista es corriente de vida y de luz, y los que se envuelven en ella, viven la vida de gloria y de trabajo santificada por las edades, y escrita en los libros de granito que guarda la historia de los hombres vencedores. La vida te llenará de vida en la medida que la vivas con sencillez y con actitudes positivas.

    Ojalá que en tu entorno marques la pauta y así irradies esta luz.

    martes, 22 de mayo de 2012

    ORACION A SANTA RITA


    SALMO 30: EN TI ME COBIJO, DIOS MIO


    SALMO 30
    En ti, Dios, me cobijo,
    ¡nunca quede defraudado!
    ¡Líbrame conforme a tu justicia,
    tiende a mí tu oído, date prisa!

    Sé mi roca de refugio,
    alcázar donde me salve,
    pues tú eres mi peña y mi alcázar,
    por tu nombre me guías y diriges.

    Sácame de la red que me han tendido,
    pues tú eres mi refugio;
    en tus manos abandono mi vida
    y me libras, Yahvé, Dios fiel.

    Me alegraré y celebraré tu amor,
    pues te has fijado en mi aflicción,
    conoces las angustias que me ahogan;
    ten piedad de mí, Dios,
    que estoy en apuros.

    La pena debilita mis ojos,
    mi garganta y mis entrañas;
    mi vida se consume en aflicción,
    y en suspiros mis años;

    pero yo en ti confío, Yahvé,
    me digo: «Tú eres mi Dios».
    Mi destino está en tus manos, líbrame
    de las manos de enemigos que me acosan.

    Que brille tu rostro sobre tu siervo,
    ¡sálvame por tu amor!
    Dios, no quede yo defraudado
    después de haberte invocado;

    ¡qué grande es tu bondad, Dios!
    ¡Y yo que decía alarmado:
    «Estoy dejado de tus ojos»!
    Pero oías la voz de mi plegaria

    cuando te gritaba auxilio.
    ¡Tened valor, y firme el corazón,
    vosotros, los que esperáis en Dios!


    (Salmo 30)

    lunes, 21 de mayo de 2012

    OBSEQUIOS A LA VIRGEN MARÍA


        Obsequios a la Virgen María

    Que los hijos amantes suelen tributar a su Santísima Madre; y pueden servir de flores
    espirituales.
    1) Consagrarle el mes que va desde el 7 de noviembre al 7 de diciembre.
    2) Tener una imagen de María adornada en casa, y obsequiarla lo mejor que se pueda.
    3) Saludarla afectuosamente al pasar delante de alguna iglesia o imagen suya.
    4) Pedirle la bendición al levantarse por la mañana, y al acostarse por la noche.
    5) Al salir de casa pide a la Virgen que bendiga tus pasos y acciones.
    6) Inspirar la devoción de María a otros, sobre todo a los hijos y amigos.
    7) Decir con grande afecto el Avemaría cuando diere el reloj.
    8) En los peligros y tentaciones acogerse al manto de la Virgen invocando su auxilio.
    9) Decir mañana y tarde un Avemaría con alguna oración a la Virgen.
    10) Decir con toda confianza el “Acordaos” para alcanzar una buena muerte.

    11) No dejes pasar día alguno sin ofrecer tu familia y tus trabajos a la Virgen.
    12) Hacer a María protectora del hogar y la familia.
    13) Llevar siempre algún escapulario o medalla de la Virgen.
    14) Oír o hacer celebrar Misa en honor a María Santísima.
    15) Visitar alguna Iglesia o altar consagrado a María.
    16) Dar limosna a los pobres en obsequio de nuestra Señora.
    17) Visitar y consolar algún enfermo por amor a María.
    18) Socorrer a las almas del purgatorio más devotas de María rezando por ellas.
    19) Entrar en alguna Congregación de la Virgen y observar fielmente sus estatutos.
    20) Llevar medalla de la Virgen, y, apretándola de cuando en cuando al corazón, decirle: yo te lo  entrego para siempre, oh Madre mía.

    21) Compadecerse de los dolores de la Virgen y rezar en su honor siete Avemarías.
    22) Tener los sentidos, principalmente la vista, recogidos en honor de la Virgen.
    23) Rezar con especial devoción el Angelus.
    24) Ejercitarse en algún trabajo bajo y humilde por amor a María.
    25) Ofrecer de cuando en cuando las penas y trabajos a María.
    26) Imitar las virtudes de la Virgen, y para esto preguntarse a menudo: ¿qué haría María puesta
    en las circunstancias en que yo me hallo?
    27) Ofrecer el Corazón a la Virgen.
    28) Trabajar en la conversión de algún pecador.
    29) Frenar la lengua en honor de María.
    30) El principal obsequio y el más agradable a María es perseverar, en su devoción, cualquiera
    sea.

    31) Rezar por el Santo Padre.
    32) Hacer comuniones espirituales durante el día.
    33) Rezar con fervor el Santo Rosario. 34)Hacer alguna mortificación en la comida.
    35)Rezar por las misiones y los misioneros.
    36) Hacer una visita a Jesús sacramentado.
    37) Lectura espiritual sobre la Virgen.
    38) Rezar por nuestro Padre Fundador y sus intenciones.

    Fuente: cristorey.org

    EL ABRAZO DE OSO...



    El abrazo de oso


     
    Este cuento se refiere a un hombre joven cuyo hijo había nacido recientemente y era la primera vez que sentía la experiencia de ser papá.

    A este personaje lo llamaremos Alberto y en su corazón reinaba la alegría y los sentimientos de amor que brotaban a  raudales dentro de su ser.
             
     Un buen día le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir  del nacimiento de su bebé todo lo veía hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.
            
            Así fue que decidió ir a un bosque; quería oír el canto de los pájaros y disfrutar toda la belleza.
            Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares,
            cuando de repente vio posada en una rama a un águila, el cual desde el primer instante lo sorprendió por la belleza de su plumaje.
            El águila también había tenido la alegría de recibir a sus polluelos y tenía como objetivo llegar hasta el río más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar  y formar a sus aguiluchos, era enfrentar los retos que la vida ofrece al cumplir con la misión encomendada; era su único objetivo.
            
            El águila al notar la presencia de Alberto lo miró fijamente y le preguntó:
            
            "¿A dónde te diriges buen hombre?, veo en tus ojos la alegría"; por lo
            que Alberto le contestó: "Es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco  confundido ".

            El águila insistió: Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?,
            Alberto le contestó: "Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frío. Yo me encargaré  de que tenga todo lo que necesite, y día con día yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; lo defenderé de los enemigos que pueda tener y  nunca dejaré que pase situaciones difíciles".

            "No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquí, para que él nunca se esfuerce por nada", y para finalizar agregó: "Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe".
            El águila no salía de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que había oído.
            Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miró fijamente y dijo:
            
            Escúchame bien buen hombre. Cuando recibí el mandato de la naturaleza para empollar a mis  hijos, también recibí el mandato de construir mi nido, un  nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué?, porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún día, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido.
             
    Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio esfuerzo y aspiración para conquistarlo, con todo y sus montañas, sus ríos llenos de peces y praderas llenas de conejos.

    Si yo los abrazara como un oso, reprimiría sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruiría irremisiblemente su individualidad y haría de ellos individuos indolentes, sin ánimo de luchar, ni alegría de vivir. Tarde que temprano lloraría mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridículos representantes de su especie me llenaría de remordimiento y gran
            vergüenza, pues tendría que cosechar la  impertinencia de mis actos, viendo a mi decencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas.
     
    " Yo, amigo mío", dijo el águila, "podría jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de
            entender su juventud, pero no  participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que
            abusen de mí en aras de este amor que les profeso".
            
     
    El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguía confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte.
             
    Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso  en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.

    Alberto, reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo sólo sería por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera. A partir de ese día Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.

    RESERVADO PARA SUS AMIGOS..

    Reservado para sus amigos
    Autor: Santa Clara de Asís



    "Coloca tus ojos ante el espejo de la eternidad,
    coloca tu alma en el esplendor de la gloria,
    coloca tu corazón en aquel que es figura de la sustancia divina
    y transfórmate totalmente, por medio de la contemplación,
    en la imagen de su divinidad.

    Entonces también tú experimentarás
    lo que está reservado únicamente a sus amigos,
    y gustarás la dulzura secreta que Dios mismo ha reservado
    desde el inicio a los que lo aman.

    Sin conceder siquiera una mirada a las seducciones,
    que en este mundo falaz y agitado
    tienden lazos a los ciegos para atraer hacia ellas su corazón,
    con todo tu ser ama a aquel que por tu amor se entregó"

    ¿DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN, QUÉ?

    Autor: Karime Alle | Fuente: Catholic.net
    ¿Después de la Ascensión, qué?
    ¡No podemos quedarnos mirando al Cielo! Ahora nos toca a nosotros ser la voz de Jesús para alentar y consolar.
     
    ¿Después de la Ascensión,  qué?

    Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que anuncie la Buena Nueva. Ahora nos toca a nosotros, sus discípulos, hacerlo. Los Sacerdotes predicando(sobre todo)con la palabra, los laicos predicando(sobre todo) con el ejemplo, los padres de familia predicando con la palabra y el ejemplo.

    Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que compadezca a los pobres y lo enfermos. Ahora nos toca a nosotros.

    Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que multiplique los panes y los pescados para alimentar a las multitudes. Esa es ahora nuestra tarea, multiplicando nuestros esfuerzos para dar de comer sino a las multitudes, por lo menos a los pobres que podamos.

    Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que cuide a sus ovejas. Ahora nosotros tenemos que velar por ellas, especialmente por aquellas (el cónyuge, los hijos, los hermanos, los trabajadores) que Dios nos ha encomendado a cada uno.

    Después de la Ascensión a nosotros nos toca ser la voz de Jesús para alentar y consolar. Sus manos para tenderlas a todo el que necesite ayuda. Sus pies para llevarlo a donde no lo conocen.

    Después de la Ascensión:

    ¡No podemos quedarnos mirando al Cielo!

    viernes, 18 de mayo de 2012

    EL QUE AMA A MARIA, REZA DEVOTAMENTE EL AVE MARÍA



    El que ama a María, reza devotamente el Ave María
    Padre Pablo José María Frassinetti



    El Ave María es la oración más hermosa con que podemos alabar a María y conseguir de Ella las gracias necesarias; es la oración más frecuente en los labios de los cristianos. Sin embargo, justamente porque se reza tan frecuentemente,
    se reza con enorme distracción; se reza más con los labios que con el corazón;
    a veces se reza precipitadamente y omitiendo palabras. Los que aman a María no deben proceder así. Ellos considerando que el Ave María es la más bella y graciosa oración con que se honra a la Madre de Dios, deben rezarla con la mayor devoción que les sea posible; deben conocer su sentido y acompañarlo con el sentimiento
    de su corazón.

    -“Dios te salve María” es la mejor manera de saludar a la Virgen Santísima.
    -“Llena eres de gracia” llena para Ella y para nosotros aún más llena, para alcanzarnos la abundancia de gracia.
    -“El Señor es contigo” de manera más especial de lo que acontece con los
    demás santos.
    -“Bendita tú eres entre todas las mujeres” ya que tuvo el honor único e incomparable de la virginidad y de la maternidad divina.

    Esas palabras son del Ángel Gabriel a María en la Anunciación. Bendita entre las mujeres la saludó asimismo Santa Isabel al recibir su visita, agregando:

    -“y bendito es el fruto de tu vientre (Jesús)”; ya que a Jesús se dirigen todas
    las bendiciones de cielo y tierra, y Jesús es fuente de toda bendición que proviene de Arriba.

    La Iglesia agregó las demás palabras “Santa María, Madre de Dios ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Son palabras que no necesitan explicación.

    Recemos pues siempre con mucha devoción tan hermosa oración, y de vez en cuando hagámoslo más despacio y con mayor atención, diciéndole antes:

    “María, para saludarte menos indignamente quisiera ahora rezar esta oración con el respeto y la veneración con que te saludó el Ángel Gabriel, con el cariño y la admiración con que te saludó Santa Isabel, y con la devoción y confianza con que te saludaron los santos y santas en todos los siglos con el Ave María”.

    Padre Jose Frassinetti, "Amemos a María"

    ¿QUÉ SIGNIFICA EL AMOR?


    ¿Que significa el amor?



            Un grupo de profesionales le propuso a varios niños, con edades de 4 a 8 años, la pregunta ¿qué significa amor?, y las respuestas obtenidas fueron más amplias y profundas de lo que cualquiera pudo imaginar:

            "Amor es el primer sentimiento que hay antes de que todas las cosas malas aparezcan".

            "Cuando mi abuelita empezó a padecer artritis no podía pintarse las uñas de los pies; así que mi abuelito se las pintaba todo el tiempo aún cuando empezó a padecer artritis en sus manos, eso es amor."

            "Cuando alguien te ama, la forma en que esa persona dice tu nombre es diferente. Sabes que tu nombre está seguro en su boca"

            "Amor es cuando una muchacha se pone perfume y un muchacho se pone colonia, salen juntos y se huelen mutuamente."

            "El amor es cuando sales con alguien a comer y le das la mayoría de tus papitas a la francesa sin hacer que esa otra persona te dé de las suyas."

            "Amor es cuando alguien te hace daño, te enojas mucho, pero no le gritas porque sabes que eso herirá sus sentimientos."

            "Una vez mi hermana mayor enfermó, se le lleno todo su cuerpo de ronchitas, y su novio venía todos los días a verla y no le daba miedo enfermarse, él la acariciaba en las noches en su cama hasta que se dormía y luego se iba, eso es amor."

            "Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado."

            "Amor es cuando mi mamá hace café para mi papá y ella prueba un poquito primero antes de dárselo, para estar segura de que sabe bien."

            "Amor es cuando besas todo el tiempo, luego te cansas de besar, pero aún quieres estar junto a esa persona y entonces se hablan más."

            "Amor es lo que hay en el cuarto contigo en Navidad si dejas de abrir regalos y escuchas."

            "Cuando le dices a alguien algo malo acerca de ti mismo y tienes miedo de que no te quieran más; pero te sorprendes de que no sólo aún te aman, sino que te aman aun más."

            "Amor es cuando le dices a un muchacho que te gusta su camisa y él la usa todos los días."

            "Amor es como una viejita y un viejito que aún son amigos aún después de conocerse muy, pero muy bien."

            "Durante mi primer recital, yo estaba en el escenario muy asustada, miré a toda la gente que me estaba viendo y vi a mi papá saludándome y sonriéndome; él era el único haciendo eso y entonces ya no sentí miedo."

            "Mi mamá me ama más que nadie, nunca verás a nadie más besarme por las noches antes de irme a dormir."

            "Amor es cuando mami le da a papi el pedazo de pollo más grande."

            "Amor es cuando mami ve a papi sudoroso y oloroso y aún así dice que es más guapo que Robert Redford."

            "Amor es cuando tu perrito te chupa la cara aún cuando lo has dejado todo el día solo."

            "Yo sé que mi hermana mayor me ama porque ella me da toda su ropa que no usa y después ella tiene que ir a comprar otra."

            "Uno no debería decir "Te amo" cuando en realidad no es así... pero si realmente amas a alguien deberías decírselo, puede ser que a esa persona se le haya olvidado."

    DAME TUS PECADOS


    Dame tus pecados


            Una vez oí una historia respecto a un misionero que fue echado en la prisión por los oficiales comunistas rusos, por predicar el evangelio en lo que era la Unión Soviética. No le permitieron a este gran siervo de Dios ver a ningún otro ser humano, y le alimentaban pasándole la comida por debajo de la puerta. Años y años pasaron. Y un día el Señor se le apareció en la prisión.

            El hombre estaba tan agradecido con el Señor por haber venido a verle.

            - ¿Hay algo que pudiera darte para agradecerte? - le pregunto.

            - No, todo es Mío - respondió el Señor - . No hay nada que pudieras darme.

            - Pero, Señor, debe haber algo que pudiera darte para expresar mi gratitud.

            - No hay nada que puedas darme - repitió el Señor -. Hasta tu mismo cuerpo me pertenece. Tu misma vida es Mía.

            - Oh, por favor, debe haber alguna cosa que pudiera darte - el hombre volvió a preguntar.

            - La hay. Dame tus pecados. Eso es todo lo que quiero - dijo el Señor.

    ORACIÓN A JUAN PABLO II

    ORACIÓN  A JUAN PABLO II

    Oh Trinidad Santa,  te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.  Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.

    Padrenuestro, Avemaría, Gloria.




    Con aprobación eclesiástica

    miércoles, 16 de mayo de 2012

    UNA VELA CONTRA EL CANCER


    CARTA A LA VIRGEN MARÍA

    Carta a la Virgen María
    Padre Marcelino de Andrés, L.C.


    Muy querida Virgen María: 
    No sé si Jesús me haya guardado un secreto que le comuniqué hace poco con relación a ti. Siendo como es, me imagino que sí. Le prometí que yo mismo te lo haría saber dándote la sorpresa. Así que, aquí me tienes para contártelo.  

    Quería decirte que he escrito este libro sobre ti. Supuse que por tu profunda humildad, seguramente te hubieras opuesto a la idea. Por eso se lo conté antes a Jesús y le pedí que no te dijese nada al respecto. Ahora ya está hecho. Espero que te guste, o al menos que no tengas nada en contra.  

    Sé que no te agradan mucho los piropos, pero tú misma predijiste que te llamarían dichosa todas las generaciones. Yo te he llamado, además de dichosa, algunas otras cosas bonitas que sin duda te mereces. No era mi deseo sacarte los colores...  

    Te confieso que, repasando ahora lo que he descrito de ti, me doy cuenta de que me he quedado muy corto. A lo mejor tú dirás que no. Pero sé que es cierto. Y te pido perdón por ello. De verdad, siento mucho no haber podido expresarme mejor de ti. Te merecías mucho más. 

    Sabe al menos que mi intención era buena. Quería demostrarte la admiración, el aprecio y cariño inmenso que guardo hacia ti; y deseaba además lograr que otros muchos también te admiren y te amen. Espero haber logrado, al menos un poco, ambas cosas. ¡Qué dichoso me sentiría de saber que así ha sido!  

    Bueno, Virgen María, ya me despido. Soy muy feliz de tenerte como Madre y de saberme bajo tu mirada y continua protección. 
    Dale de mi parte un fuerte abrazo a Jesús.

    EL AGUA QUE QUERÍA SER FUEGO


    El agua que quería ser fuego.



    “Ya estoy cansada de ser fría y de correr río abajo. Dicen que soy necesaria. Pero yo preferiría ser hermosa. Y encender entusiasmos. Y hacer arder el corazón de los enamorados y ser roja y cálida. Dicen que yo purifico lo que toco, pero más fuerza purificadora tiene el fuego. Quisiera ser fuego y llama.”

    Así pensaba en septiembre el agua de un río de montaña.
    Y, como quería ser fuego, decidió escribir una carta a Dios y pedir que cambiara su identidad.

    “Querido Dios: Tú me hiciste agua. Pero quiero decirte con todo respeto que me he cansado de ser transparente.
    Prefiero el color rojo para mí. Desearía ser fuego. ¿Puede ser?
    Tú mismo, Señor, te identificaste con la zarza ardiente y dijiste que habías venido a poner fuego en la tierra. No recuerdo que te compararas con el agua.
    Por eso, creo que comprenderás mi deseo. No es un simple capricho. Yo necesito este cambio para mi realización personal...”

    El agua salía todas las mañanas a su orilla para ver si llegaba la respuesta de Dios.
    Una tarde pasó una lancha muy blanca y dejó caer al agua un sobre muy rojo. El agua lo abrió y lo leyó:

    “Querida hija: me apresuro a contestar tu carta. Parece que te has cansado de ser agua, yo lo siento mucho porque no eres un agua cualquiera. Tu abuela fue la que me bautizó en el Jordán, y yo te tenía destinada a caer sobre la cabeza de muchos niños. Tu preparas el camino del fuego. Mi espíritu no baja a nadie que no haya sido lavado por ti. El agua siempre es primero que el fuego.”

    Mientras el agua estaba embebida leyendo la carta, Dios bajó a su lado y la contempló en silencio. El agua se miró a sí misma y vio el rostro de Dios reflejado en ella.

    Y Dios seguía sonriendo, esperando una respuesta.

    Ella comprendió que el privilegio de reflejar el rostro de Dios, solo lo tiene el agua limpia...

    Suspiró y dijo: “Sí Señor, seguiré siendo agua, seguiré siendo tu espejo. Gracias.

    ¿QUÉ ES DIÁLOGO?


    ¿Qué es diálogo?


    * Diálogo es la capacidad de estar con los otros (esposo, esposa, hijos, familia...) de modo que se den cuenta de nuestro interés por ellos.

    * Diálogo es hacer sentir al otro que es aceptado, querido, valorado por mí, aunque no esté de acuerdo con su opinión.

    * Diálogo es acercarme al otro cuando está triste, preocupado, enfadado... y tener gestos que expresen que estoy con él: una palmadita, una mirada acogedora, un beso...

    * Diálogo es expresar al otro con palabras o con gestos lo bueno que ha hecho, animándole, y cuando hace algo mal, hablar con él con muchos respeto y  amor, sin reprocharle, mostrando siempre CONFIANZA en él, pero invitándole a la reflexión, al cambio.

    * Diálogo es ponerme siempre en el lugar del otro, haciéndole sentir que todo lo de él me interesa, sin haciéndole sentir que todo lo de él me interesa, sin dejarme llevar de mi buen o mal humor.

    * Diálogo es expresar mis sentimientos y pensamientos y dejar que el otro los exprese e invitarle a que lo haga, con respeto a su intimidad.

    * Diálogo es MIRAR, ESCUCHAR, dejar que el otro se exprese sin cortarle cuando está hablando.

    * Diálogo es reconoce que me he equivocado y pedir disculpa, siendo  PACIENTE ante las dificultades de la vida diaria.


    DIALOGA quien dedica:

    – Tiempo a estar junto a su esposa, esposo e hijos.

    – Tiempo para preguntarles e invitarles a contar sus preocupaciones, alegrías..., con mucho amor e interés.

    – Tiempo para jugar con ellos, hijos, esposo, esposa, familia...

    – Tiempo para MIRARLOS y contar las propias preocupaciones, alegrías, inquietudes...

    – Tiempo para ESCUCHAR...

    martes, 15 de mayo de 2012

    PARA SER UNA PEQUEÑA MARIA


    Para ser una pequeña María
    Chiara Lubich




    Deseo comunicar una experiencia mía, pequeña, personal, pero que ha incidido en mi alma y quizás puede ser útil a otros.
    Tomé en mis manos, en estos días, un libro que me regalaron. Se titula: El secreto de Madre Teresa de Calcuta, obviamente. Lo abro en la mitad, allí donde habla de “mística de la caridad”. Leo este capítulo y otros. Me sumerjo con gran interés en esas páginas. Todo lo que se refiere a esta próxima santa, me interesa personalmente: fue, por años, mi preciosísima amiga.
    Se me pone en evidencia lampante, la extrema radicalidad de su vida, de su vocación totalitaria, que impresiona, y casi asusta, pero, sobre todo, me empuja a imitarla en el típico compromiso, radical y totalitario, que Dios me pide a mí. De hecho, cada carisma es una maravillosa flor, única, irrepetible, distinta de las demás, como, por otra parte, pensaba Madre Teresa. Cuando teníamos ocasión de encontrarnos me repetía: “Lo que yo hago, tú no lo puedes hacer. Lo que tú haces, yo no lo puedo hacer”.

    Movida por esta convicción, tomo en mis manos el Estatuto del Movimiento, convencida de que allí habría encontrado la medida y el tipo de radicalidad de vida que el Señor me pide a mí. Abro, y enseguida, en la primera página, recibo un pequeño shock espiritual, como por un descubrimiento del momento. ¡Y son casi 60 años que lo conozco! Se trata de la “norma de las normas, premisa de toda regla” de la mía y de nuestra vida: generar –así se expresaba el Papa Pablo VI- y mantener, primero y ante todo, también en las grandes empresas, también en los compromisos extraordinarios, también en los triunfos por el Reino, a Jesús entre nosotros con el amor recíproco.
    Porque, entiendo enseguida, esta es la mía y nuestra tarea más importante, especialmente hoy: ser en la Iglesia una pequeña María, “una presencia suya en la tierra, casi su continuación” sola y con todo el movimiento; ser otra María que ofrece a Jesús al mundo.

    Pero es necesario ese amor ultrafino que no mide, que sabe hacerse espiritualmente nada delante de quien tiene al lado. En nuestra vida, no siempre todo es perfecto: alguna palabra de más, mía o de otros, algún silencio demasiado largo, algún juicio hecho sin razonar, algún pequeño apego, algún sufrimiento mal soportado, ofuscan la presencia de Jesús entre nosotros, si no llegan a impedirla.
    Comprendo que debo ser yo, en primera persona, quien debo darLe espacio, aplanando todo, colmando todo, condimentando todo con la máxima caridad; soportando todo, en quien me está a mí alrededor. Soportar -una palabra que por lo general nosotros no usamos, pero que recomienda el Apóstol Pablo- no es cualquier caridad. Es una caridad especial, la quinta esencia de la caridad.
    Empiezo. Y no va mal, ¡todo lo contrario!
    Siento el deber de hacer primero toda mi parte y tiene efecto. Además me llena el corazón de felicidad, quizás porque, de este modo, vuelve a aparecer la presencia de Jesús entre nosotros y permanece.

    Y es el colmo de mi alegría cuando me llegan las palabras de Jesús: “Misericordia quiero y no sacrificios” (Mt. 9, 13). ¡Misericordia! He aquí la caridad ultrafina que se nos pide y que vale más del sacrificio, porque el mejor sacrificio es este amor que también sabe soportar, que sabe, si es necesario, perdonar y olvidar.

    Para ser pequeñas María, para asegurar a Jesús al mundo, es necesario vivir la “premisa de toda regla”, en esa mutua y continua caridad que florece como misericordia.

    Es ésta la radicalidad, es ésta la totalitariedad que se le pide a nuestra vida.

    Fuente: Movimiento Focolare

    QUIEN ME AMA, TIENE FUERZA...

    Quien me ama, tiene Mi fuerza

            Del Cielo envío a todas las criaturas Mis riquezas y cada una las recibe en la medida necesaria a la manifestación de la belleza y bondad de Mi Padre, del Espíritu Divino y Mía, porque así queremos manifestar la Gloria de la cual tenemos vida común. La criatura recibe tanto, cuando Yo quiero darle y se sacia en el disfrute contínuo de los dones a ella reservados.

            Pero ocurre que, al faltar las disposiciones apropiadas para este disfrute, el Amor Divino debe detener su flujo y así el alma, ya no fiel, se siente descontenta, se agita y cree que no puede alcanzar aquello que sentía deber poseer.

            Esto vale para la luz que es de la inteligencia y también para el amor que es de la voluntad. A esto pongo remedio con sucesivos hechos de Gracia, y no Me canso porque quiero que Mi criatura acepte Mis efusiones de Belleza, Bondad y Amor.

            Quién podrá desconocer la tarea que He confiado a la que más amé en la tierra y que ahora es Reina de todos los ángeles y santos?

            Sepan, hijitos que, a Ella ha sido encomendada la protección de Mis fieles y de guiarlos por los caminos de la virtud en las actuales pruebas.

            Ella será escuchada, pero desgraciadamente no por todos y quien haga lo que Yo Hice en Nazaret, en consideración a ellos será confirmado en Gracia. Hoy no se distingue pero, pronto se verá en el mundo que son Mis hijos.

            El poder que tuve, en cuanto Hombre, lo doy a Mis seguidores a fin de que vengan en la lucha y venciendo, den testimonio de Mí. No con palabras, sino con hechos, es hora de demostrar que cree verdaderamente sólo quien sabe dar incluso la propia vida por Mí. Quien cree en Mí Me ama y quien Me ama tiene Mi fuerza.

            Jesús

    lunes, 14 de mayo de 2012

    ORACIÓN A SANTA GEMA GALGANI


    BIENAVENTURANZAS DE LA AMISTAD


    Bienaventuranzas de la amistad



    1.  Felices los amigos que son pobres de espíritu y siempre están abiertos a dar y recibir.

    2. Felices los amigos que aún en el dolor se dan con alegría.

    3. Felices los amigos que esperan con paciencia el crecimiento del amigo.

    4. Felices los amigos que juntos fomentan y viven la justicia y el amor.

    5. Felices los amigos que son compasivos y misericordiosos.

    6. Felices los amigos que promueven la paz y defienden la vida.

    7. Felices los amigos que temen la persecución por defender la verdad, la justicia y el amor.

    8. Felices los amigos que cantan su fe y la manifiestan con valor y esperanza.

    EL ERROR

      

    El error...



    "El error más grande lo cometes cuando,
    por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgar
    en el viaje hacia tus objetivos.

    No se equivoca el río cuando, al encontrar
    una montaña en su camino,
    retrocede para seguir avanzando hacia el mar;
    se equivoca el agua que por temor a equivocarse,
    se estanca y se pudre en la laguna.

    No se equivoca la semilla cuando
    muere en el surco para hacerse planta;
    se equivoca la que por no morir bajo la tierra,
    renuncia a la vida.

    No se equivoca el hombre que ensaya distintos
    caminos para alcanzar sus metas, se equivoca aquel que por temor
    a equivocarse no acciona.

    No se equivoca el pájaro que ensayando
    el primer vuelo cae al suelo,
    se equivoca aquel que por temor a caerse
    renuncia a volar permaneciendo en el nido.

    Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan
    que ser hombre es buscarse así mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.

    Creo que al final del camino no te premiarán
    por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente."

    María, madre del silencio


      
    María, madre del silencio
    J. M. Márquez


    Madre de nuestro silencio,
    tesoro de calma y serenidad,
    te amamos por tu rostro lleno de luz,
    por tu mirada llena de ternura,
    por lo profundo de tus palabras silenciosas,
    por tu transparente disponibilidad.

    Que en nuestras tareas cotidianas
    nos abras a lo profundo de las cosas que no se ven,
    nos ilumines con tu luz transparente,
    nos ensanches el corazón con el amor
    y la verdad de lo que es importante,
    nos contagies tu disponibilidad
    ante las sorpresas de Dios.

    Madre del silencio,
    enséñanos a callar...
    enséñanos a contemplar...

    CRISTO NOS INVITA... DESDE LA MONTAÑA

    Autor: P. José Luis Richard | Fuente: Catholic.net
    Cristo nos invita... desde la montaña.
    Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.
     
    Cristo nos invita... desde la montaña.

    En el Sermón de la Montaña, Cristo desborda su corazón, revela los misterios del Reino. Nos da a conocer la sabiduría de Dios y la clave de la felicidad: sembrar con paciencia para recoger los frutos llegado el tiempo, pagar el precio justo.

    Es impresionante cómo ha ido cambiando nuestro mundo y con qué rapidez. Para los hombres de hace medio siglo, sería una verdadera fantasía el pensar en la informática, tan avanzada y al alcance de todos. Nuestros bisabuelos nunca se imaginaron los nuevos artefactos de guerra tan sofisticados, tan precisos. Jamás soñaron con nuestros medios de transporte tan seguros y veloces...

    Los hombres de hace cincuenta o sesenta años sabían que si alguien quería una buena cosecha, tendría que trabajar muy duro durante todo el otoño y pasarse la primavera escardando sus campos. El alfarero, el zapatero, el herrero, todos ellos tenían muy bien sabido que si querían producir más, les hacían falta más horas de trabajo, más mano de obra...

    Nosotros, con nuestra tecnología, nos hemos acostumbrado a lo automático, a lo fácil, lo cómodo. A encender la televisión desde la cama con un botón, a abrir la puerta de casa desde el coche, a viajar cómodamente con la visa... pagando después.

    A la gente de nuestra época se le atrae así. Si quieren vendernos algo, que sea rápidamente y sin complicaciones.

    Si algo ha de producirnos comodidad, alegría, felicidad, placer, tiene que ser al instante, sin tardar. Si se oprime el botón, es para que el trabajo quede listo en un momento. No queremos trabajos sin frutos inmediatos. Queremos la mayor cantidad de bienes con el menor esfuerzo. Es la moda.

    Y sin embargo, Cristo, desde la montaña, usa un vocabulario completamente opuesto: Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.

    Cristo nos propone abandonarnos a nosotros mismos para seguir su Evangelio. No consentir a las pasiones. No ser tan delicados. Aguantar y ser firmes ante el sufrimiento. Ser generosos y aceptar el dolor por amor a Él, como un medio seguro para conseguir la ansiada felicidad. El Reino de los cielos no se consigue con palancas y botones sino con sacrificio y amor a Cristo.

    Nuestra misma sociedad puede explicarnos muy bien lo que Cristo nos invita a hacer desde la montaña. La vida actualmente es muy cara, muy difícil. Hay que pagar por todo. Nada se regala. También nuestra felicidad tiene un precio: pisar las mismas huellas de Cristo. Aunque más de una vez nuestros pies sangren.

    Señor, quiero desde hoy trabajar con paciencia y generosidad, sembrar sin prisas, para alcanzar con mi sacrificio la verdadera felicidad.


    jueves, 10 de mayo de 2012

    MARÍA, MADRE DE DIOS

        Las Virtudes de María
    Fe de María
    San Alfonso María de Ligorio



    Así como la santísima Virgen es madre del amor y de la esperanza, así también es madre de la fe. "Yo soy la madre del amor hermoso y del temor, del conocimiento y de la santa esperanza" (Ecclo 24,17). Y con razón, dice san Ireneo, porque el daño que hizo Eva con su incredulidad, María lo reparó con su fe. Eva, afirma Tertuliano, por creer a la serpiente contra lo que Dios le había dicho, trajo la muerte; pero nuestra reina, creyendo a la palabra del ángel al anunciarle que ella, permaneciendo virgen, se convertiría en madre del Señor, trajo al mundo la salvación. Mientras que María, dice san Agustín, dando su consentimiento a la encarnación del Verbo, por medio de su fe abrió a los hombres el paraíso. Ricardo, acerca de las palabras de san Pablo: "El varón infiel es santificado por la mujer fiel" (1Co 7,14), escribe: Esta es la mujer fiel por cuya fe se ha salvado Adán, el varón infiel, y toda su posteridad. Por esta fe, dijo Isabel a la Virgen: "Bienaventurada tú porque has creído, pues se cumplirán todas las cosas que te ha dicho el Señor" (Lc 1,45). Y añade san Agustín: Más bienaventurada es María recibiendo por la fe a Cristo, que concibiendo la carne de Cristo.

    Dice el P. Suárez que la Virgen tuvo más fe que todos los hombres y todos los ángeles juntos. Veía a su hijo en el establo de Belén y lo creía creador del mundo. Lo veía huyendo de Herodes y no dejaba de creer que era el rey de reyes; lo vio nacer y lo creyó eterno; lo vio pobre, necesitado de alimentos, y lo creyó señor del universo. Puesto sobre el heno, lo creyó omnipotente. Observó que no hablaba y creyó que era la sabiduría infinita; lo sentía llorar y creía que era el gozo del paraíso. Lo vio finalmente morir en la cruz, vilipendiado, y aunque vacilara la fe de los demás, María estuvo siempre firme en creer que era Dios. "Estaba junto a la cruz de Jesús su madre" (Jn 19,25). San Antonino comenta estas palabras: Estaba María sustentada por la fe, que conservó inquebrantable sobre la divinidad de Cristo; que por eso, dice el santo, en el oficio de las tinieblas se deja una sola vela encendida. San León a este propósito aplica a la Virgen aquella sentencia: "No se apaga por la noche su lámpara" (Pr 31,18). Y acerca de las palabras de Isaías: "Yo solo pisé el lagar. De mi pueblo ninguno hubo conmigo" (Is 63,3), escribe santo Tomás: Dice "ninguno" para excluir a la Virgen, en la que nunca desfalleció la fe. En ese trance, dice san Alberto Magno, María ejercitó una fe del todo excelente: Tuvo la fe en grado elevadísimo, sin fisura alguna, aun cuando dudaban los discípulos.

    Por eso María mereció por su gran fe ser hecha la iluminadora de todos los fieles, como la llama san Metodio. Y san Cirilo Alejandrino la aclama la reina de la verdadera fe: "Cetro de la fe auténtica". La misma santa Iglesia, por el mérito de su fe atribuye a la Virgen el poder ser la destructora de todas las herejías: Alégrate, virgen María, porque tú sola destruiste todas las herejías en el universo mundo. Santo Tomás de Villanueva, explicando las palabras del Espíritu Santo: "Me robaste el corazón, hermana mía, novia; me robaste el corazón con una mirada tuya" (Ct 4,9), dice que estos ojos fueron la fe de María por la que ella tanto agradó a Dios.

    San Ildefonso nos exhorta: Imitad la señal de la fe de María. Pero ¿cómo hemos de imitar esta fe de María? La fe es a la vez don y virtud. Es don de Dios en cuanto es una luz que Dios infunde en el alma, y es virtud en cuanto al ejercicio que de ella hace el alma. Por lo que la fe no sólo ha de servir como norma de lo que hay que creer, sino también como norma de lo que hay que hacer. Por eso dice san Gregorio: Verdaderamente cree quien ejercita con las obras lo que cree. Y san Agustín afirma: Dices creo. Haz lo que dices, y eso es la fe. Esto es, tener una fe viva, vivir como se cree. "Mi justo vive de la fe" (Hb 10,38). Así vivió la santísima Virgen a diferencia de los que no viven conforme a lo que creen, cuya fe está muerta como dice Santiago: "La fe sin obras está muerta" (St 2,26).

    Diógenes andaba buscando por la tierra un hombre. Dios, entre tantos fieles como hay, parece como si fuera buscando un cristiano. Son pocos los que tienen obras de cristianos, porque muchos sólo conservan de cristianos el nombre. A éstos debiera decirse lo que Alejandro a un soldado cobarde que también se llamaba Alejandro: O cambias de nombre o cambias de conducta. Más aún: a estos infieles se les debiera encerrar como a locos en un manicomio, según dice san Juan de Ávila, pues creyendo que hay preparada una eternidad feliz para los que viven santamente y una eternidad desgraciada para los que viven mal, viven como si nada de eso creyeran. Por eso san Agustín nos exhorta a que lo veamos todo con ojos cristianos, es decir, con los ojos de la fe. Tened ojos cristianos. Porque, decía santa Teresa, de la falta de fe nacen todos los pecados. Por eso, roguemos a la santísima Virgen que por el mérito de su fe nos otorgue una fe viva. Señora, auméntanos la fe.

    OLVIDA EL AYER

    Olvida el ayer
    Autor:C. Torres Pastorino


            "Recordar los malos ratos del pasado no aporta nada positivo al presente.

            ¿Por qué detenerse en el pasado si lo que importa es el futuro? El espejo retrovisor del automóvil te muestra el camino recorrido y sirve únicamente de aviso para ver los vehículos que te piden el paso y que podrían poner en peligro tu propio viaje.

            El pasado sirve de base al presente como los muros del primer piso que hoy sostienen la azotea de mañana.

            Quien está en el primer piso quiere sencillamente subir a la terraza y no detenerse escarbando en los cimientos de la casa porque encontraría sólo alacranes.

            Sube y contempla las estrellas que te muestran los caminos del futuro y deja que la animalidad se pierda entre los terrenos del suelo húmedo y frío.

            No vuelvas al pasado que se ha ido y no regresará jamás. Si regresara sería un gran impedimento para tu progreso.

            Lo que pasó, pasó. La vida pasada te dejó experiencias y conocimientos que tendrías que aprovechar.

            El estudiante experimenta en el laboratorio con instrumentos de química. Al salir del aula se lleva los conocimientos y deja las probetas y elementos porque ya no le sirven.

            ¿Qué ganamos con recordar errores, cuyas consecuencias nos hacen sufrir, si ya es imposible corregirlos y su recuerdo constante puede arruinar nuestro camino? Por eso, no vuelvas al pasado y mira hacia el porvenir.

            No remuevas la tierra con la azada y planta frutales que mañana te abriguen y alimenten.

            Olvida el ayer y orienta el corazón hacia mañana.

            Cuando el hoy despuntó con la aurora del nuevo día, el ayer había concluido.

            Táchalo en la hoja de tu vida.

            Prepara tus lecciones para el examen de mañana porque en el examen de ayer fuiste aprobado con notas demasiados bajas.

            Levántate y camina hacia lo alto y hacia adelante, dejando que los muertos en espíritu entierren a sus muertos (Mateo 8,22).

    CALMA...


    Calma...


            En la época del fax, los chips, el internet, el jet, el microondas y el control remoto, es difícil aceptar procesos con paciencia.

            Queremos que todo en la vida funcione tan rápido como las comunicaciones o las computadoras. Nos dejamos presionar por un inmediatismo estresante.

            Y está bien que exijamos rápidez a los lentos y los mediocres, pero no hasta el punto de querer en todo una velocidad de transbordador espacial.

            Por querer volar quemamos valiosas iniciativas, no le damos espacio a los procesos de maduración y olvidamos lo importante agobiados por lo urgente.

            La impaciencia nos hace tanto daño como el que sufren los niños cuyos papás quieren estos milagros: Que el pequeño a los 5 años hable tres idiomas, toque violín, sea estrella en un deporte, estudiante Uno. A. y experto karateca.

            Ojalá pongamos en nuestro espejo, en el closet y en la oficina un post-it con las letras PP de paciencia y procesos.

            Así tendremos ante los ojos por un buen tiempo un memorial de lo valioso que es actuar con calma y dejar tanto acelere. ¡Ojo, vísteme despacio que estoy de prisa!
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