martes, 7 de febrero de 2012

¿CUÁL ES LA MEJOR RECETA PARA EMPEZAR BIEN TU ORACIÓN?

Autor: P. Juan Antonio Ruiz J., L.C. | Fuente: www.la-oracion.com
¿Cuál es la mejor receta para empezar bien tu oración?
¡No importa lo que hagas o en medio de quién estás: siempre puedes ponerte delante de Dios y elevar tu alma a Él!
¿Cuál es la mejor receta para empezar bien tu oración?

¡Cristo, como luz, ilumina y guíame!
¡Cristo como escudo, excede y cúbreme!
Cristo conmigo, Cristo frente a mí,
Cristo tras de mí, Cristo en mí,
Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda,
Cristo al descansar, Cristo al levantarme,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
(San Patricio)


Nuestras acciones están, casi siempre, determinadas por la presencia de otras personas a nuestro alrededor. Hay cosas que no haríamos delante de algunos y cosas que, totalmente solos, no tenemos reparo en hacer. Imagínense, por ejemplo, que reciben la invitación del presidente de su país para visitar su casa. ¿Cómo se comportarían? Seguramente con la mayor educación posible. Al llegar a la sala, no me tiro en el sofá, sino que me siento con educación; en la mesa cuido de no hablar con la boca abierta, de usar adecuadamente los cubiertos, etc. Y ¿qué es lo que me mueve a comportarme así? La importancia de la persona que tengo delante. En cambio, si estoy en casa, tal vez no es necesaria tanta atención...

Nuestra oración es, justamente, una invitación de Dios para visitarle y hablar con Él. Es un momento en que dialogo con el Señor de todo el Universo que -¡oh, maravilla!- me llama su amigo. ¿Cómo me comporto delante de Dios?

Bueno… de acuerdo: no es tan sencillo como parece. Porque a Dios no lo vemos físicamente y en ocasiones es fácil distraerse con cualquier cosa. Sobre todo al inicio… ¡cuánto cuesta empezar bien la oración!

San Patricio nos da una pista para empezar bien nuestra oración: saber ver a Dios en todo. Y al inicio de cada momento de oración, es importante hacer lo que comúnmente se llama ponerse en la presencia de Dios. Saber que estoy delante de Dios; repetírmelo a la mente y al corazón.

¡Decírselo a Dios!: Señor, vengo a tu presencia, ayúdame a darme cuenta de ello!. Darme cuenta de que REALMENTE Él me escucha y quiere hablarme. Sobrecogerme ante el misterio de su presencia y agradecerle que quiera venir a hablar conmigo.

Se puede hacer de modo espontáneo (personalmente lo recomiendo) con una oración hecha por mí. Pero si en un primer momento no sale, las oraciones hechas, como el himno de San Patricio de arriba, pueden ayudar. Así, poco a poco, lograremos ponernos delante de Dios... incluso en medio de ocupaciones muy variadas. El ejemplo de Juan Pablo II, que podía abstraerse en misas multitudinarias, es excepcional en este sentido.

¡No importa lo que hagas o en medio de quién estás: siempre puedes ponerte delante de Dios y elevar tu alma a Él!

Esto, a su vez, también nos ayudará a descubrir a Dios en todas las cosas, en cada momento de nuestra vida... y ¡maravillarnos! Como un enamorado, que ve a su amada en todo lo que vive y la extraña en cada momento. Así viviremos nosotros con Dios, sabiendo que, como rezaba el bueno de San Patricio, Él está presente a mi derecha, a mi izquierda, en cada persona que tengo delante. Y, de modo particular, en cada oración en la que voy a dialogar con Él.


lunes, 6 de febrero de 2012

EL PENSAMIENTO DEL DÍA

A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.

 Gilbert Keith Chesterton

CAMINANDO CON FE...

Caminando con fe


"El que con fe se acerca a Dios, no vuelve con la canasta vacía"

"Fe es lo que da valor a las cosas que no podemos ver"

"Fe es acercarse a Dios"

"Fe es llevar fruto aun en la debilidad"

"Fe es la palabra de aliento para los que están en sufrimiento"

"Fe es la justificación que tenemos para lograr la paz
con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo"

"Fe es lo que recibimos al oír la palabra de Dios"

"Fe es la que debe permanecer en nuestros corazones,
junto con la esperanza y el amor."

"Fe es lo que nos hace caminar confiados en los senderos
espirituales"

"Fe es el escudo o defensa que tenemos los cristianos
para rechazar

"Fe para vivir con gozo y fe para morir en paz"
gracia santificante, la he recobrado ahora por este acto de amor a Dios. Hago propósito de confesarme en el momento más oportuno.

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOURDES PARA PEDIR SALUD

Oración para pedir la salud por los enfermos a la Virgen de Lourdes

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra! Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a vuestro maternal corazón, para pediros que derraméis a manos llenas el tesoro de vuestras misericordias sobre nosotros.

Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuchéis: pero acordaos, os diré con vuestro siervo San Bernardo, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Vos haya sido abandonado de Vos.¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por vuestra mano curaciones sin cuento en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guardad también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero  mucho más alcanzadnos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.

Virgen de Lourdes, rogad por nosotros.
Consuelo de los afligidos, rogad por nosotros.
Salud de los enfermos, rogad por nosotros.

Rezar tres Avemarías.

SENCILLO VS. VERDADERO


SENCILLO vs. VERDADERO

Un amigo SENCILLO nunca te ha visto llorar.
Un amigo VERDADERO tiene los hombros húmedos por causa de tus lágrimas.

Un amigo SENCILLO no conoce los nombres de tus padres.
Un amigo VERDADERO tiene sus números de teléfono en su libreta de direcciones.

Un amigo SENCILLO trae una botella de vino a tu fiesta.
Un amigo VERDADERO llega temprano para ayudarte a cocinar y se queda hasta tarde para ayudarte a limpiar.

Un amigo SENCILLO odia cuando le llamas después de haberse acostado.
Un amigo VERDADERO te pregunta por qué te tardaste tanto en llamar.

Un amigo SENCILLO procura hablar contigo acerca de tus problemas.
Un amigo VERDADERO procura ayudarte con tus problemas.

Un amigo SENCILLO se imagina tu vida romántica.
Un amigo VERDADERO podría chantajearte con ella.

Un amigo SENCILLO, al visitarte, actúa como un invitado.
Un amigo VERDADERO abre el refrigerador y toma lo que necesita.

Un amigo SENCILLO piensa que ha terminado la amistad después de un argumento.
Un amigo VERDADERO sabe que no tienen una amistad sino hasta después de haber tenido una pelea.

Un amigo SENCILLO espera que siempre estés ahí para Él o ella.
Un amigo VERDADERO siempre estará ahí para ti.

Un amigo SENCILLO leerá esto y lo lanzará a la basura.
Un amigo VERDADERO te lo enviará hasta que esté seguro de que lo has recibido.

GRACIAS SOLO GRACIAS...

Autor: P Idar Hidalgo | Fuente: Catholic.net
Gracias solo gracias
Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse.
 
Gracias solo gracias
Hoy puede tener más sentido la frase: en vida hermano, en vida... después de la experiencia.

Siempre suele suceder así, que vamos aprendiendo en el camino, y que hay que estar despierto para que nuestros prejuicios o nuestras ocupaciones no nos permitan pasar de largo frente a quien nos esta pidiendo un "te quiero", o simplemente deseando que alguien lo valore.. para poder dar más.

Es verdaderamente una fortuna... desear estar despierto aún cuando las cosas no van como uno desearía.. lo importante es saber dar gracias. Vivir en gratuidad... porque todo es regalo, todo es don.

Un periódico italiano comentaba que el Papa Benedicto XVI, es el Papa de las gracias, porque a todos les da las gracias, a los gendarmes que lo custodian, a su secretario, al que le abre la puerta, a la que le pasa un vaso de agua... ¡que maravilla! Si aprendemos a dar las gracias, creo que nos cambiaría la vida y hasta los estados de ánimo... recibimos tanto y damos tan poco!

Se nos regala un nuevo día, se nos regala las manos con estos dedos que teclean mis ideas y las van esculpiendo en la pantalla de la computadora y mis palabras como huellas llevan una dirección... son para alguien. Se nos regala la tecnología y en cada instante un poco de aire para seguir viviendo, se me regala la fe y la esperanza sin mérito alguno. Y bien se que doy muy poco, por eso tengo deseos de agradecer.

Gracias, sería una nueva palabra que podíamos agregar a nuestro diccionario diario. Pero no solo decirlo, es necesario que esa palabra nazca del silencio, después de tomar conciencia que somos consentidos de Dios, que se nos regala Él mismo en cada Eucaristía, en cada Evangelio.

Es curioso... pero también Dios nos da las gracias, porque nos bendice (bien dice), porque habla bien de nosotros y cuando damos gracias se multiplican las bendiciones y tenemos más para repartir y regalando lo que Dios nos da, más crecemos, somos más cristianos, somos más divinos.

Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse. Decir gracias a cada regalo nos conduce a la paz y a la alegría y es que en el mundo siempre hay más bien que mal, hay mas personas buenas que malas y a nosotros Dios nos ha rodeado de personas maravillosas.

Es cierto que tenemos heridas... pero son buenas. Yo mismo soy una persona herida que busca bálsamo para sus heridas y solo en la gratuidad va uno encontrando la alegría siempre nueva del que se encuentra con la sorpresa del regalo.

Ser conciente de que hoy puedo caminar... ¡cómo lo he de agradecer! Darme cuenta que puedo ver... ¡cuánto he de agradecer! Darme cuenta que puedo oír... Todo es regalo, todo tiene su encanto, todo tiene su sorpresa.

Porque el amor hace nueva todas las cosas, el amor hace eterno el instante y es desde ahí donde puedo agradecer.

Gracias, la palabra puede no decirnos nada... pero unida a nuestra existencia puede decirlo todo porque toda nuestra vida será justamente eso "una acción de gracias" después de todo la misma Eucaristía es eso... "ACCIÓN DE GRACIAS".

Toda la vida como un don.. pero es cierto que hay que pasar por la experiencia de la ausencia del don para darse cuenta del valor de la presencia, es necesario, vivir la ausencia del don, para ser conciente de que nada nos corresponde como mérito, que he correspondido muy poco para lo mucho que se me ha dado.

Vivir la gratuidad puede cambiar nuestra vida y nuestra manera de ver la vida... y no lo digo como una "auto-ayuda" sino como la realidad misma de la existencia que veo dibujada en la existencia de Cristo y en su oración: "gracias padre porque así te ha parecido bien" o en la misma actitud de Job "si de Dios recibimos los bienes porque no hemos de aceptar los "males".

Dios nos quiere libres y un corazón agradecido no está atado a la criatura porque bien sabe que no es dueño sino solo administrador de todos los bienes que Dios le ha querido compartir.... y hemos de dar gracias también por nuestras limitaciones que nos hacen vivir en la realidad humana y no angelical y que nos permite vivir en humildad, sabiendo que no merecemos sino que todo se nos da por amor.

Y es verdad que Dios no se entrega a nosotros en pedazos sino que se da totalmente y a pesar de nuestras miserias el sigue hablando bien de nosotros y nos sigue bendiciendo...

Por todo lo anterior que bueno que hoy tengo la oportunidad de decir gracias, por compartir así como soy sin ese afán de llenar expectativas... sin ese afán de perfeccionista ni con la inquietud del "deber ser." Simplemente ser y ser lo que se es.

Que nuestra vida sea Eucarística y al final sea una acción de gracias y podamos dejar está vida con estás palabras: "gracias Padre porque así te pareció bien... "

Qué mayor alegría que recibir los regalos, viviendo cada día como algo totalmente nuevo. Vendrán otros 6 de febrero... vendrán otras horas, pero este día jamás se volvera a repetir... hoy es totalmente nuevo.... por eso hoy quiero que este día sea para tí y para mi... un motivo para decir GRACIAS y sentir muy dentro de nuestro corazón la alegría de saber dar gracias.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Idar Hidalgo

    domingo, 5 de febrero de 2012

    GRACIAS A TI..

    Gracias A Ti

    Han habido montañas y mares que cruzar,
    pruebas y cambios que superar,
    pero gracias a ti, he superado esos tiempos,
    de verdad que en decir esto no te miento.

    Tantas cosas me han pasado,
    tantas veces me han ignorado,
    pero gracias a ti, la confianza he recuperado
    y nunca me has abandonado.

    Hemos compartido tristezas y alegrías,
    y agradezco a Dios cada día
    de tenerte en la vida mía
    porque sin tu amistad un tesoro perdería.

    INVITACIÓN A LA PAZ 2

     INVITACIÓN A LA PAZ 2

    Hablar mucho de paz puede ser un indicio de falta de paz. También el sediento  repite sin cesar la palabra "agua", porque la necesita.
    ¡Ojalá que mi insistencia y la tuya por vivir en paz sea una aspiración sincera de armonía con Dios, con nosotros mismos y con la naturaleza.¡
    ¡Ojalá que no sea una palabra una falta de paz¡

    LA PAZ...


    ¿QUÉ ES EL DIÁLOGO?

    ¿Qué es diálogo?


    * Diálogo es la capacidad de estar con los otros (esposo, esposa, hijos, familia...) de modo que se den cuenta de nuestro interés por ellos.

    * Diálogo es hacer sentir al otro que es aceptado, querido, valorado por mí, aunque no esté de acuerdo con su opinión.

    * Diálogo es acercarme al otro cuando está triste, preocupado, enfadado... y tener gestos que expresen que estoy con él: una palmadita, una mirada acogedora, un beso...

    * Diálogo es expresar al otro con palabras o con gestos lo bueno que ha hecho, animándole, y cuando hace algo mal, hablar con él con muchos respeto y  amor, sin reprocharle, mostrando siempre CONFIANZA en él, pero invitándole a la reflexión, al cambio.

    * Diálogo es ponerme siempre en el lugar del otro, haciéndole sentir que todo lo de él me interesa, sin haciéndole sentir que todo lo de él me interesa, sin dejarme llevar de mi buen o mal humor.

    * Diálogo es expresar mis sentimientos y pensamientos y dejar que el otro los exprese e invitarle a que lo haga, con respeto a su intimidad.

    * Diálogo es MIRAR, ESCUCHAR, dejar que el otro se exprese sin cortarle cuando está hablando.

    * Diálogo es reconoce que me he equivocado y pedir disculpa, siendo  PACIENTE ante las dificultades de la vida diaria.

    JESÚS PRESENTE EN CADA SANTA MISA



    Autor: Ma. Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
    En la misa Jesús, estás vivo y presente
    Es la media hora más grandiosa porque nos ponemos en tu presencia y en la Iglesia, que es tu casa y te levantamos nuestro corazón.


    En la misa Jesús, estás vivo y presente
    Cuando estoy en tu presencia, Jesús Sacramentado, pienso con dolor: ¿Cómo no apreciamos este Misterio de amor donde te quedaste para ser nuestro confidente y nuestro alimento? ¡Qué frío es nuestro corazón!


    Nos decimos católicos pero tampoco meditamos en tu entrega al Padre la noche del Jueves Santo al instituir la Sagrada Eucaristía. Nos parece que fue ya hace muchos años, sin embargo vuelve a suceder todos los días, a toda hora en el mundo entero, siempre que se esté celebrando la Santa Misa. En ella Tu vuelves a inmolarte, a ofrecerte al Padre por todos y cada uno de nosotros... de la misma manera que lo hiciste por primera vez. No nos detenemos a pensar ni un momento en la grandiosidad del valor de una Misa. Y de una manera simple y tranquila dejamos el cumplimiento al tercer Mandamiento de la Ley de Dios, que creo yo, proviene de la falta de preparación que tenemos los católicos respecto a lo que en sí es la Santa Misa.

    Por cualquier motivo: paseo, fútbol, gusto por quedarse en casa cómodamente en "pants" y pantuflas, por unas visitas... porque el domingo "es para descansar"... y no salir para nada, en fin, porque "no me late", porque si no "siento un verdadero deseo de ir a la Iglesia... ¿para qué voy?"... y así podríamos llenar páginas enteras con mil y variados pretextos, que a nuestro modo de ver, son tan solo la consecuencia de no saber con plena conciencia que la Misa es lo más grande y hermoso que tenemos los católicos.

    Que participar en ella es estar Contigo, vivo y presente, tal como estuviste en el tiempo en que habitaste entre nosotros.

    ¿Dónde está nuestra fe? ¿Es que hemos llegado a creer que ya no necesitamos estar presentes, dar testimonio, a nuestros hijos, a nuestros familiares y amigos de que somos cumplidores de los Mandamientos de la Ley de Dios y acudir a la Iglesia para orar y tanto a pedirte perdón como darte gracias a Dios por tanto beneficio que de Ti recibimos con nuestro cumplimiento y alabanza?... No basta con ser buenas personas y tratar de hacer el bien a nuestros semejantes... pues igual que no basta la fe para salvarse sin caridad y buenas obras, así no bastan las buenas obras sin fe y sin oración.

    A parte de que no asistir a Misa los Domingos (que es el día del Señor) y días "indicados" de fiesta, es pecado grave, es saber que es la media hora más grandiosa porque nos ponemos en tu presencia y en la Iglesia, que es tu casa te levantamos nuestro corazón.

    Señor mío, mi Jesús... pensando todas esta cosas que si a mi me dan pena....para Ti han de ser de un gran dolor pues pareciera que no tenemos ningún interés por conocerte mejor, indiferencia hacia tanto amor y absoluto desdén hacia lo es realmente la misa.

    Señor, ya no más tibieza...tenemos que encender nuestro corazón para ir con amor y espíritu de agradecimiento a la Iglesia, a tu Casa, Señor, a participar en la Santa Misa (no a papar moscas y a ponernos "palomita" porque.....¡ya cumplimos!) para alimentarnos con tu Cuerpo y tu Sangre y pronto veremos cómo florece la Vida de la Gracia en nuestros corazones y en todos los actos de nuestra vida.


    Busquemos con la lectura, formación y preparación lo que nos hace falta saber sobre lo que realmente es la Santa Misa, nos vamos a admirar de su contenido y valor. No lo dejemos pasar si realmente queremos saber lo QUE ESA MEDIA HORA REPRESENTA EN NUESTRA VIDA .





  • Preguntas o comentarios al autor
  • Ma. Esther de Ariño

    sábado, 4 de febrero de 2012

    EL PENSAMIENTO DEL DÍA

    Aceptar mis miserias, es confiar en Dios que me ha creado tal y como soy.  Este acto de aceptación implica la existencia de fe en Dios.

     Jacques Philippe

    RECUERDA...

    Recuerda...
    Autor: Collin Mc Carty
         

    Cuando la vida no te sea fácil, recuerda siempre esto...

    Que sepas, en tu corazón, que hay otros que nunca te olvidan.
    Que siempre encuentres un arco iris después de una tormenta.

    Que celebres las cosas maravillosas que hay en tí.

    Y cuando llegue mañana, que puedas comenzar de nuevo.

    Que recuerdes cuántas sonrisas pueden llenar un dia.

    Que creas que tus anhelos serán una realidad.

    Que encuentres tiempo para apreciar la vida
    y tiempo para compartir tu belleza espiritual.

    Que veas tu presente como un regalo, y tu futuro como otro más.

    Que agregues una página dorada al diario de cada nuevo día,
    y que puedas convertir "La felicidad eterna en eterna felicidad".

    Sigue siempre sembrando las semillas de tus sueños.
    Porque si sigues creyendo en ellos, tus sueños seguirán tratando
    de florecer en ti.

    INVITACIÓN A LA PAZ 1

     INVITACIÓN A LA PAZ 1

    Las palabras se pueden entender mal. Uno grita: "justicia" y está hablando de venganza. Otro anuncia: "Amor", pero solo se trata de egoísmo.

    La vida de una persona es la mejor interpretación de sus palabras.

    También la palabra "Paz" es ambigua. Lo pertinente no es preguntar si hablas de paz, sino si vives la paz. Sólo viviéndola, tiene sentido la paz.

    Vive de moddo que todos entendamos tu palabra de paz. Y nos contagie la realidad de tu paz.

    INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA...

    INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA...

    El Corazón de María es también un corazón humano, muy humano. Es el corazón de la Madre: Todos los hombres hemos sido engendrados en el Corazón Inmaculado de Maria: "Mujer, he ahí a tu hijo" (Jn 19,26. San Juan nos representaba a todos. Poque amó mucho mereció ser Madre de Dios y atrajo el Verbo a la tierra; con sufrimiento y con dolor, ha merecido ser Madre nuestra. El amor a su Hjo y a sus hijos es tan entrañable, que guarda en su corazón las acciones más insignificantes de sus hijos, hermanos de su Hijo Jesús, el Hermano Mayor.
     
    Dios quiere conceder sus gracias a los hombres por el Corazón Inmaculado de María. Es el cuello del Cuerpo Místico por donde descienden las gracias de la Cabeza. Sus hijos predilectos son los santos. Ella goza cuando interceden por nosotros, y goza viendo que las gracias que le piden llegan a nosotros a través de Ella. Por su Corazón pasa todo cuanto ennoblece y dignifica al mundo: las gracias de conversión, la paz de las conciencias, las santas aspiraciones, el heroismo de los santos, los rayos más luminosos que señalan al mundo los caminos de salvación. Como la imaginación, abandonada a sí misma es la loca de la casa, el corazón dejado a la deriva, sin educar, es la perdición de toda nuestra persona, María nos enseña a amar con ardor, pero con gran pureza. El amor a Dios, a nosotros mismos y a nuestros hermanos, halla el modelo humano más perfecto en el Corazón Inmaculado de Maria.
     
     Si María fuera sólo Madre de la Iglesia como comunidad, y no Madre de cada uno de los miembros, sólo se preocuparía del bien de la Iglesia. Pero cada cristiano carecería de seguridad. Sería como un general que ama mucho a su ejército, pero no vacila en sacrificar a todos los soldados para salvar a la nación; y de intimidad, porque en una multitud tan grande, ¿cómo puede cada uno acercarse a Ella? Así como el soldado no tiene acceso fácil al general; ni el ciudadano al Jefe del Estado, María no sería nuestra Madre, sino nuestra Reina, o nuestro general, distante de nuestras pequeñas preocupaciones, si sólo nos mirara como comunidad.
     
     Si una madre de diez hijos los amara sólo en grupo, y no se preocupara de cada uno en particular; si preparara comida, camas, descanso, trabajo, recreo para sus hijos, no sería madre de familia, sino administradora de un colegio o de un cuartel, donde la revisión médica y la vacuna colectiva se hace para todos una vez. La madre de familia, lleva al médico a cada hijo siempre que lo necesita o se queja: no tiene un día al año de revisión ni de vacuna para todos. Con la Virgen María no estamos en un cuartel, ni en un colegio, sino en una familia: "No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre se ha complacido en daros el Reino" (Lc. 12,32).
     
      A María le sobra corazón para atendernos a todos como si fuéramos únicos: Dios le ha dado Corazón de Madre para que con él ame a todos y cada uno de los hombres, los de hoy y todos los de ayer y de mañana. Nosotros somos como la última floración, como el benjamín, al que prodiga sus cuidados.

    SOY TU MADRE...

    Autor: H. Javier Ayala, | Fuente: Catholic.net
    Soy tu Madre
    En medio de la oscuridad, en medio del desierto no temo, María, porque tú estás conmigo.
     
    Soy tu Madre

    Mamá

    Es la primera palabra que aprenden los niños. Los niños crecen seguros cuando han logrado estrechar una relación con su madre. No importa que no la vean, saben que está ahí y por eso no tienen miedo.

    ¿Quién es esta Mujer? Juan Pablo II la invocaba: «totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt». Y la tenía en su escudo y en su corazón.

    ¿Quién es esta Mujer? Se le apareció a una niñita en una cueva y le dijo: «Yo soy la Inmaculada Concepción». ¿Quién es esta Mujer?

    Miguel Ángel la esculpió en mármol de Carrara.

    ¿Quién es esta Mujer? París puso su nombre a su catedral.

    ¿Quién es esta Mujer? Éfeso le dio el título más grande que jamás ha recibido alguna mujer.

    ¿Quién es esta Mujer? En torno a Ella la Iglesia primitiva perseveraba unida en la oración.

    ¿Quién es esta Mujer? El ángel le dijo: «no temas».

    Mujer, tú que escuchaste del ángel del Señor: «no temas», dinos: ¿es verdad? ¿Es verdad que no hay que tener miedo? Mira el mundo… Mira la Iglesia… Mira mi vida… Mira mi pecado… ¿Es verdad, Mujer? ¿Es verdad que no hemos de temer?

    Dinos, Mujer, ¿qué le dijiste a san Juan Diego en el Tepeyac? ¿Qué le dijiste al joven Karol Wojtyla que después, siendo Papa, tantas veces nos repitió «no tengáis miedo»?

    Respóndenos, Mujer, dinos algo… ¿quién eres?

    No temas esta enfermedad, ni ninguna otra enfermedad, ni cosa difícil o aflictiva. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?.

    Si es así, si eres mi Madre, si estás aquí… no temo, María. En medio de la oscuridad, en medio del desierto no temo, María, porque tú estás conmigo. Estoy a punto de comenzar una misión y no sé lo que me espera, pero no temo porque tú estás conmigo. En unos meses pueden pasar muchas cosas pero no temo porque tú estás conmigo.

    Tengo una responsabilidad muy grande sobre mis hombros, no sé si puedo, pero no temo porque tú estás conmigo. Entonces, mi última palabra en la hora de mi muerte será la misma que la primera que pronuncié de niño… «Mamá».




  • Preguntas o comentarios al autor
  • H. Javier Ayala, LC

    viernes, 3 de febrero de 2012

    ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


    CALUMNIAS ....

    Calumnias


    Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, y todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

    Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

    "Quiero arreglar todo lo que hice, ¿como puedo hacerlo?", a lo que el sabio respondió:

    "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas donde quiera que vallas".

    El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y en el cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:

    "Ya he terminado", entonces el sabio contesto:

    "Esa era la parte fácil... ahora debes volver a llenar el saco con esas mismas plumas que soltaste, sal a la calle y búscalas".

    El hombre se sintió muy triste pues sabía lo que eso significaba, y no pudo juntar casi ninguna. Al volver el hombre sabio le dijo:

    "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya esta hecho.

    Lo único que puedes hacer ahora es perdirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

    BENDICE MIS MANOS...


    Bendice mis manos
    Autor:  Sabine Naegeli



    Señor, bendice mis manos
    para que sean delicadas y sepan tomar
    sin jamás aprisionar,
    que sepan dar sin calcular
    y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

    Señor, bendice mis ojos
    para que sepan ver la necesidad
    y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
    que vean detrás de la superficie
    para que los demás se sientan felices
    por mi modo de mirarles.

    Señor, bendice mis oídos
    para que sepan oír tu voz
    y perciban muy claramente
    el grito de los afligidos;
    que sepan quedarse sordos
    al ruido inútil y la palabrería,
    pero no a las voces que llaman
    y piden que las oigan y comprendan
    aunque turben mi comodidad.

    Señor, bendice mi boca
    para que dé testimonio de Ti
    y no diga nada que hiera o destruya;
    que sólo pronuncie palabras que alivian,
    que nunca traicione confidencias y secretos,
    que consiga despertar sonrisas.

    Señor, bendice mi corazón
    para que sea templo vivo de tu Espíritu
    y sepa dar calor y refugio;
    que sea generoso en perdonar y comprender
    y aprenda a compartir dolor y alegría
    con un gran amor.
    Dios mío, que puedas disponer de mí
    con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

    PARÁBOLA DEL SALUDO...

    Parábola del saludo


    El saludo de todos los días es como una tarjeta de presentación ante los demás. Al saludar evita usar formas establecidas y protocolarias, rebuscadas por la vanidad de los hombres. Es mejor un saludo lleno de simplicidad, sin abusar de los saludos que por ahí corren.

    Saludo chuleta: "¡Hola! No tengo tiempo ahora porque llego tarde. Ya nos veremos". Tan rápido es que ni siquiera da tiempo a contestar. Con este saludo (?) no se siente ni pena ni gozo, sino todo lo contrario.

    Saludo paliza: contrario al anterio, pues es un saludo que nunca acaba y más parece discurso oficial que otra cosa, pues te cuentan la vida propia y la ajena, y al final no sabes si te han saludado o te han recitado la Biblia en pasta, Dios me perdone.

    Saludo dentífrico: "¡Qué bien estás! Buen tiempo tenemos, ¿verdad?". Esto se va diciendo con la voz engolada y sin dejar de enseñar los dientes. Te quedas perplejo, porque el remedo de beso se pierde en el aire y no sabes si te han saludado a ti o a la pelusa del aire. Parece que eso es cumplir el expediente o salir del paso, y para eso mejor es no perder el tiempo.

    El arte de saludar a quienes nos encontramos en el camino debe ser aprendido por todos, de tal manera, que nos quitemos de la cabeza esos saludos tontos, sinsentido, que están llenos de palabras de adulación... Cuando se saluden entre ustedes, haganlo con sencillez y con verdad, pues el hermano lee mejor el corazón que entiende los sonidos.

    El documento Nican Mopohua (1649) describe los encuentros de la Virgen Santa María de Guadalupe con el indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac. La Señora se presenta como "la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive...". Juan Diego dice, por su parte, que ante ella se siente "un hombrecillo, cordel, escalerilla de tablas, cola, hoja, gente menuda". A ella se dirige el indio candorosamente: "Niña mía, la más pequeña de mis hijas, Señora, ojalá estés contenta. ¿Cómo has amanecido? ¿estás bien de salud, Señora y Niña mía?" Es este saludo un poema de sencillez. La preocupación primera de Juan Diego es si nuestra Señora está contenta, si en su corazón se aposenta la alegría.

    Cuando saludemos, no usemos, pues, fórmulas establecidas... Ni siquiera esos saludos tontos de los que hemos hablado más arriba. Que nuestro saludo sea sencillo y sincero, que de la abundancia de nuestro corazón hable y bese nuestra boca.

    Nunca he entendido a los estirados que no contestan al saludo o, si lo hacen, parece que están concediendo un favor, pasando una factura o perdonando la vida. Sépanlo, no hay cargo ni encomienda ni prebenda que sitúe a un hombre por encima de otro hombre, pues todos tenemos dos agujeritos en la nariz y algún remiendo en el alma, y Dios nos hizo a todos lo mismito de importantes.

    No neguemos el saludo, aunque seamos muy importantes, que la verdadera importancia está en la nobleza del corazón y su tarjeta de identidad es el saludo. Mientras más nobles, más sencillos. El que no se adelanta a saludar por mantener las distancias, va haciéndose cada vez más lejano y termina siendo extraño a los hermanos.

    EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ES MISERICORDIA

    ¡Oh Sagrado Corazón, Corazón Misericordioso!

    Meditación: El viento arrecia, parece que la tierra se pone desierta, todo se oscurece...se va la Luz del mundo, y te escucho decir: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen..." y de repente se oye un grito desgarrador: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu". Mi Dulce Jesús ha muerto, mi Dios ha muerto...lo hemos matado. De nuestro corazón aún hoy lo arrancamos, la tierra tiembla...por eso nuevamente están aquí las tinieblas. Tu Cuerpo Santo cuelga inerte, pero a pesar del temor, un soldado con la lanza abre Tu Costado, y brotan de Él Tu última gota de Sangre, y Agua. La Sangre de la Redención, el Agua del Perdón. Así la Luz de Tu Misericordia nos baña en los sublimes Sacramentos que dejaste en Tu Iglesia Santa. Señor, mi Jesús amado, mi Redentor, me atrevo a pedirte a Vos que me liberes hoy y me enseñes a pedir perdón, para mi sanación, bañándome con los Rayos de Tu Misericordioso Corazón. Que goce así de la Nueva Jerusalén que algún día veré.

    Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
    ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

    LEVANTAR EL CORAZÓN...

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    Levantar el corazón
    Al llegar a una situación de fracaso, el corazón corre el riesgo de hundirse. Duele no conseguir un deseo fuertemente anhelado.
     
    Levantar el corazón


    No podemos realizar tantas cosas que desearíamos... A veces, por factores que escapan a nuestro control. Otras veces, por culpa nuestra. Fallamos en la organización, o quisimos ir más allá de nuestras posibilidades, o prometimos lo que no podíamos dar, o dejamos de lado el propio deber para encontrarnos, al final, sin recursos y sin tiempo.

    Al llegar a una situación de fracaso, el corazón corre el riesgo de hundirse. Duele no conseguir un deseo fuertemente anhelado. Duele ver fracasar una obra que prometía tantos resultados. Duele descubrir que las manos están vacías y que no se ha conseguido prácticamente nada.

    Son momentos en los que quisiéramos llorar. Será, tal vez, con lágrimas de pena, sobre todo si le hemos fallado a otros. Será, puede ocurrirnos, con lágrimas de amargura, que nos atan todavía más a la desesperanza. Será, ojalá, con lágrimas de quien mira al cielo y pide ayuda.

    Porque en lo más hondo de la fosa cualquier cristiano puede levantar el corazón y recordar que Dios vino para todos. También para quien fracasa y siente en su alma pena por sí mismo y pena por otros.

    Miramos, entonces, hacia el cielo. Descubrimos que allí se encuentra un Sumo Sacerdote que fue en todo, menos en el pecado, semejante a nosotros. Sentimos la seguridad de que podemos encontrar un ancla que nos acerque a la morada eterna y segura, la que nos ha preparado para siempre Cristo (cf. Heb 6,18-20; Jn 14,1-3).

    Entonces llega el momento de tomar, nuevamente, el arado. No mirar hacia atrás, pues queda mucho camino por recorrer. No llorar con amargura, porque las lágrimas sólo sirven si nos acercan al consuelo divino y nos permiten volver a empezar. No sentirnos nunca solos, porque tenemos siempre a nuestro lado, también después de un fracaso, a un Amigo bueno, fiel, dispuesto a consolarnos.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    jueves, 2 de febrero de 2012

    OH MARÍA¡

    Oh María...

    ¡Oh María! Quien te mira se queda reconfortado en todos sus dolores, tribulaciones y penas y vence todas las tentaciones. Quien no sepa lo que Dios es, que recurra a ti, ¡oh María! Quien no encuentre misericordia en Dios, que recurra a ti, ¡oh María! Quien no se conforme con la voluntad de Dios, que recurra a ti, ¡oh María! Quien sienta desfallecer, que recurra a ti que eres fortaleza y poder.
    Quien se encuentra en una lucha continua, que recurra a ti que eres un mar pacífico . Quien se encuentre en tentación, que recurra a ti que eres madre de humildad y no hay nada que ahuyente tan fácilmente al demonio como la humildad. Que acuda a ti, que acuda a ti, ¡oh María!

    Santa María Magdalena de Pazzi

    SEÑOR VEN A MI PUERTA...

    Señor, ven a mi puerta

    Ven a tocar mi puerta Jesús Divino,
    antes que el sueño de la muerte venga,
    y me cubra de frío y de silencio...

    Cierto es, que a veces, en forma de un anciano
    solo y triste llegaste hasta mi puerta,
    y al verte ahí,
    Apoyando la mano en tu cayado;
    con polvo del camino y tan cansado

    ¡No te abrí!
    A veces eras niño con hambre y mucho frío
    y ni un trocito de pan, menos de cariño
    ¡No tuve para ti!

    Y aquella otra ocasión, un pobre enfermo
    reflejaba el dolor en su semblante;
    y tocando con mano vacilante,
    una limosna por amor rogaba.

    Esta vez al abrir, sentí de pronto,
    el horror que aquel hombre me causaba,
    las llagas de su cuerpo supuraban;
    y al pesar que su mal me contagiara;
    ¡Cerré la puerta, de golpe y en su cara!

    En forma de un mendigo o de un lisiado
    ¡Cuantas veces SEÑOR habrás tocado!
    y yo me he hecho sordo a tu llamado.

    Buscaste caridad donde no había,
    un poco de calor y no lo hallabas;
    solo hubo mezquindad y en mi osadía,
    negaba todo a aquel que me lo daba.

    Si al corazón contrito y humillado,
    por tu inmensa bondad has perdonado,
    ¡Perdóname SEÑOR, ven a mi puerta!
    Hay tanta soledad y esta desierta

    Presentación de Jesús en el Templo


    Presentación de Jesús en el Templo

    Según la Ley de Moisés, el primer hijo en nacer, el primogénito, le pertenecía a Dios.  El niño debía ser "rescatado" llevándolo al Templo a los 40 días de nacido y pagando por él al Templo con un cordero o, si fuesen pobres, con un par de  palomas.  La liturgia celebra la presentación de Jesús el 2 de febrero por ser esta fecha 40 días después del 25 de diciembre.

    José y María cumplieron la ley:

    (Lc 2, 22-25, 34-35)
    “Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. (...) Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. (...)Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.”

    ¿Por que el "rescate" con un cordero o paloma?
    En algunas de las religiones paganas de aquel tiempo, los padres mataban a sus hijos primogénitos para ofrecerlos a los dioses. Dios enseñó a los judíos que esa práctica es una abominación.  En vez de matar al niño debían ofrecer un cordero por su rescate.

    Un sacerdote recibía a los padres a la puerta del Templo y hacía la oración de presentación.

    El dueño de todo se hizo por amor tan pobre que sus padres no tenían cordero con que rescatarlo. Sin embargo el mismo es el Cordero de Dios que se ofreció para rescatar a toda la humanidad.

    Según una costumbre católica los niños se presentan este día en la iglesia al Señor y a la Virgen.

    MARÍA PRESENTA A SU HIJO

    Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
    María presenta a su Hijo
    La fiesta de hoy debe recordarnos la decisión de cumplir la voluntad de Dios con Espíritu de humildad.
     
    María presenta a su Hijo
    Hoy celebramos una fiesta muy hermosa: la purificación de María y la presentación del Niño en el templo. En esta fiesta se dan la mano la humildad de María y el amor a la misión de Cristo. Ni María necesitaba ofrecerse al Padre, pues toda su vida no tenía otro sentido, otra finalidad distinta de la de hacer la voluntad de Dios. Ojalá aprendamos en este día estos dos aspectos tan bellos: la humildad y el sentido de la consagración, como ofrecimiento permanente a Dios ... Humildad que es actitud filial en manos de Dios, reconocimiento de nuestra pequeñez y miseria. Humildad que es mansedumbre en nuestras relaciones con el prójimo, que es servicialidad, que es desprendimiento propio.

    María, como Cristo, quiso cumplir hasta la última tilde de la ley; por eso se acerca al templo para cumplir con todos las obligaciones que exigía la ley a la mujer que había dado a luz su primogénito.

    Este misterio, como los demás de la vida de Cristo, entraña un significado salvífico y espiritual.

    Desde los primeros siglos, la Iglesia ha enseñado que en el ofrecimiento de Cristo en el templo también estaba incluido el ofrecimiento de María. En esta fiesta de la purificación de María se confirma de nuevo su sí incondicional dado en la Anunciación: “fiat” y la aceptación del querer de Dios, así como la participación a la obra redentora de su hijo. Se puede, pues, afirmar que María ofreciendo al Hijo, se ofrece también a sí misma.

    María hace este ofrecimiento con el mismo Espíritu de humildad con el que había prometido a Dios, desde el primer momento, cumplir su voluntad: “he aquí la esclava el Señor”.

    Aunque la Iglesia, al recoger este ejemplo de María, lo refiere fundamentalmente a la donación de las almas consagradas, sin embargo, tiene también su aplicación para todo cristiano. El cristiano es, por el bautismo, un consagrado, un ofrecido a Dios. “Sois linaje escogido, sacerdocio regio y nación santa” (1Pe 2, 9). Más aún, la presencia de Dios por la gracia nos convierte en templos de la Trinidad: pertenecemos a Dios.

    La festividad debe recordarnos la decisión de cumplir la voluntad de Dios con Espíritu de humildad: somos creaturas de Dios y nuestra santificación depende de la perfección con que cumplamos su santa voluntad. (Cfr 1Ts 4, 3).

    Conforme al mandato de la ley y a la narración del evangelio, pasados cuarenta días del nacimiento de Jesús, el Señor es presentado en el templo por sus padres. Están presentes en el templo una virgen y una madre, pero no de cualquier criatura, sino de Dios. Se presenta a un niño, lo establecido por la ley, pero no para purificarlo de una culpa, sino para anunciar abiertamente el misterio.

    Todos los fieles saben que la madre del Redentor desde su nacimiento no había contraído mancha alguna por la que debiera de purificarse. No había concebido de modo carnal, sino de forma virginal....

    El evangelista, al narrarnos el hecho, presenta a la Virgen como Madre obediente a la ley. Era comprensible y no nos debe de maravillar que la madre observara la ley, porque su hijo había venido no para abolir la ley, sino darle cumplimiento. Ella sabía muy bien cómo lo había engendrado y cómo lo había dado a luz y quien era el que lo había engendrado. Pero, observando la ley común, esperó el día de la purificación y así ocultó la dignidad del hijo.


    ¿Quién crees, oh Madre, que pueda describir tu particular sujeción? ¿Quién podrá describir tus sentimientos? Por una parte, contemplas a un niño pequeño que tu has engendrado y por otra descubres la inmensidad de Dios. Por una parte, contemplamos una criatura, por otra al Creador. (Ambrosio Autperto, siglo VIII, homilía en la purificación de Santa María).


    ¡Oh tú, Virgen María, que has subido al cielo y has entrado en lo más profundo del templo divino! Dígnate bendecir, oh Madre de Dios, toda la tierra. Concédenos, por tu intercesión un tiempo que sea saludable y pacífico y tranquilidad a tu Iglesia; concédenos pureza y firmeza en la fe; aparta a nuestros enemigos y protege a todo el pueblo cristiano. Amén. (Teodoro Estudita, siglo VIII)



    Meditación del Papa Juan Pablo II Presentación de Jesús en el Templo Audiencia General del miércoles 20 de junio de de 1990

    miércoles, 1 de febrero de 2012

    PENSAMIENTO MARIANO 13



    Pensamiento Mariano

    "Oh excelente belleza, oh mujer que eres la imagen de la salvación, potente por causa del fruto de tu parto y que gustas por tu virginidad, por tu medio la salvación del mundo se ha dignodo nacer y restaurar el género humano que la soberbia Eva ha traído al mundo". 


    San Venancio Fortunato

    ESCOGER UNO DE LOS DOS RÍOS

    Escoger uno de los dos ríos


    1) Para saber

    Con fecha del 29 de Junio, el Papa Benedicto XVI nos proporciona su tercera encíclica: “El amor en la verdad”, o dicho en latín, que es el lenguaje oficial con que se escribe, “Caritas in veritate”.

    Es una encíclica que ayuda a comprender la doctrina social de la Iglesia. Hoy reflexionaremos sobre el primer punto.

    El Papa nos indica que la caridad, el amor, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad. El amor “es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz… Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre (cf. Jn 8,22)”.

    2) Para pensar

    En un relato adaptado por el p. Mariano de Blas describe las consecuencias de vivir o no la caridad.
    Hay en Tierra Santa dos lagos alimentados por el mismo río: el río Jordán. Están situados a pocos kilómetros de distancia el uno del otro. Pero, ambos poseen características asombrosamente distintas. Uno es el Lago de Genesaret, conocido también como Mar de Galilea. El otro es el llamado "Mar Muerto". El primero es azul, lleno de vida y de contrastes, de calma y de borrasca. En sus orillas se reflejan delicadamente las flores amarillas de sus bellísimas praderas. El Mar Muerto es una laguna salitrosa y densa, donde no hay vida y queda estancada el agua que viene del río.

    ¿Qué es lo que hace tan diferentes a los dos lagos alimentados por el mismo río? Es sencillamente esto: El Lago de Genesaret trasmite generosamente lo que recibe. Su agua parte para remediar la sequía de los campos. Sacia la sed de los hombres y de los animales. Podríamos decir que es un “agua altruista”. En cambio, el agua del Mar Muerto se estanca. Es salitrosa. Mata. Podríamos decir que es un “agua egoísta”, inútil.

    Algo semejante pasa con las personas. Hay las que viven dando y dándose a los demás, generosamente, sin esperar recompensa... Viven y hacen vivir, siendo y haciendo feliz a los demás. Por otro lado están las que, egoístamente, reciben y guardan ni dan ni se dan, como esa agua estancada, que muere y causa la muerte a su alrededor, fabricándose una vida amarga e infeliz.

    Cuánto más damos, más recibimos. Cuanto menos repartimos, más pobres nos volvemos. El que acumula para sí solo, llama a la infelicidad. El que reparte, la felicidad toca a su puerta y entra dichosa.

    3) Para vivir

    El Papa nos propone que, si queremos vivir la caridad, es preciso permanecer en la verdad, defenderla, proponerla con humildad y dar ejemplo de ella. Es más, la vocación de cada persona es vivir en el amor y en la verdad. Nuestro Señor Jesucristo es quien nos hará encontrar precisamente la Verdad Plena mostrándonos el Amor de Dios.

    Señala el Papa que en “Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad”. Busquemos, pues, esa unidad con Cristo, en especial en la Eucaristía, para vivir ese Amor.

    Pbro. José Martínez Colín

    MEDITACIÓN BREVE...

    MEDITACIÓN BREVE...

    Si cuidas una abeja, habrá más miel en el panal.
    Si evitas una injusticia, habrá más justicia en el mundo.
    Si cultivas un rosal, habrá más rosas en el jardín.
    Si amas, Dios estará más presente en el mundo.
    Si siembras un grano de trigo, habrá más pan sobre la tierra.
    Si creces tú como persona, habrá más humanidad en el mundo.
    Si enciendes una vela, habrá más luz en la noche.
    Si vives en la verdad, habrá menos mentira en el mundo.
    Si cuidas un nido de golondrinas, habrá, más golondrinas en Primavera.
    Si vives en libertad, habrá más libertad en el mundo.
    Si enciendes un fuego, habrá menos frío en el invierno.
    Si irradias tu alegría, habrá menos tristeza en el mundo.
    Si esperas cambiar tú cuando haya cambiado el mundo, morirás sin haber vivido.
    Si comienzas cambiando tú, ya estás cambiando el mundo.

    NOS PONEMOS EN TU PRESENCIA...

    NOS PONEMOS EN TU PRESENCIA..

    Nos ponemos en tu presencia, Dios bondadoso y Padre nuestro.
    Te agradecemos que nos hayas dejado empezar el presente día pues despertamos, una vez más, al conocimiento de nuestra propia existencia... que tu amor nos concede y sostiene.
    El saber que existimos es el don más grande de tu bondad.
    ¿De que nos serviría existir, ante tu presencia, si no estuviéramos conscientes de ello?
    Además, nuestra vida está profundamente unida a la tuya, por el gran amor del cual nos has hecho participar... De tu amor no podemos dudar.
    Es el nuestro hacia ti...el que falla con mucha frecuencia.
    Nos disponemos, ante la grandeza de tu majestad, a los Cinco Minutos de Oración.
    Te pedimos que des fuerza a la debilidad de nuestra mente y enciendas el fuego de tu amor en nuestros corazones.
    Padre nuestro...

     
     

    Descálzate por un momento, verás la diferencia...

    Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
    Descálzate por un momento, verás la diferencia...
    Descalzo puedo sentir el terreno que piso y estar atento al interior de las personas que se me pasan por alto cuando entro calzado.
     
    Descálzate por un momento, verás la diferencia...

    ¡Qué diferente serían las relaciones entre los hombres si tuviésemos la prudencia, el equilibrio, el tino para ver, sentir e intuir cómo está la persona con la cual voy a tener una comunicación!.

    Muchas veces no vemos más que nuestras pequeñas y miopes percepciones personales de los acontecimientos, de las situaciones, y tal vez, por lo general, no vemos lo que está pasando en el corazón, en los sentimientos de la otra persona. Si, y entramos con todo, devastando, dañando, hiriendo, y para eso somos muy agudos y sutiles, incluso expertos; pero una vez que lo hicimos no hay vuelta de hoja, tarde para arrepentirse, y claro, luego nos entran los remordimientos.

    Nos decimos: ahora sí se va a enterar fulanito de tal. Pisamos fuerte y no nos damos cuenta que tal vez la táctica, el modo para solucionar, curar, pegar lo roto es la suavidad, es tener que descalzarme un momento, para pisar con cuidado; y si entro en el interior de alguien, lo hago a tientas.

    ¡Cuántos de nosotros no sabemos esperar el momento, no pensamos que lo que voy a decir va a traer más perjuicio que beneficio, que voy a destruir más que construir!

    Dame Señor la prudencia, el cariño, la paz interior, para que esa paz la pueda llevar en cualquier situación y circunstancia, y que siempre sepa decir en el momento oportuno y con las mejores palabras la verdad, para no herir ni lastimar.

    Habitualmente entramos en el interior de los demás sin fijarnos en el modo en que lo hacemos, pisando fuerte o con gran descuido; pero comprendí que descalzo puedo sentir el terreno que piso y estar atento al interior de las personas que se me pasan por alto cuando entro calzado.

    Al descalzarme, camino más lentamente, tratando de pisar suavemente para no dejar marcas que lastimen.

    Descalzarse es entrar sin prejuicios, es estar atento a la necesidad del otro, sin esperar una respuesta determinada, es entrar sin intereses y con mucho respeto. Cuanto más difícil sea el terreno interior de los demás, más suavidad y más cuidado debo tener para entrar. Y esto lo debo conocer antes de entrar.

    Que estas sencillas reflexiones, nos ayuden a pensar en la posibilidad de hacer de nuestra sociedad un lugar más humano, con una convivencia con más tolerancia y paciencia, con una mayor capacidad de pensar más en los otros que en uno mismo.

    Cultivemos actitudes sencillas, como ceder el paso, ceder la conversación, el esperar que el otro termine para yo hacer mi intervención, esperar y retirarme si mis palabras van a herir o dañar una relación.

    ¡Cuánto control de uno mismo! y al mismo tiempo ¡cuánta capacidad de amar! pues en mi corazón siempre busco el mayor bien. Yo sé que podemos cambiar y mejorar nuestra sociedad, nuestra familia, nuestro entorno ¿por qué esperar para mañana si puedo comenzar el cambio hoy?

    Porque creo, Señor, que estás vivo y presente en el corazón de mis hermanos, me comprometo a detenerme, a descalzarme y entrar en cada uno como en un lugar sagrado.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Dennis Doren LC

    martes, 31 de enero de 2012

    ORACIÓN PARA OBTENER ALGUNA GRACIA ESPECIAL A SAN JUAN BOSCO

    ORACIÓN PARA OBTENER ALGUNA
    GRACIA ESPECIAL A SAN JUAN BOSCO


    Oh Don Bosco Santo, cuando estabais en esta tierra no había nadie que acudiendo a Vos, no fuera, por Vos mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder vuestro gran corazón en amor hacia los necesitados! Ved, pues, mis presentes necesidades y ayudadme obteniéndome del Señor (pídase la gracia).

    También Vos habéis experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabéis qué cosa es sufrir.

    Ea, pues, oh Don Bosco Santo, volved hacia mí vuestra bondadosa mirada y obtenedme del Señor cuánto pido, si es ventajoso para mí alma; o si no, obtenedme alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Así sea.

    HABLEMOS DE LA PACIENCIA...

    Hablemos de la paciencia...
    Autor: Pbro. Dr. Francisco Fernández Carvajal


    La paciencia, según San Agustín, es «la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males». Y añadía: «no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores». Esta virtud lleva a soportar con buen ánimo, por amor a Dios, sin quejas, los sufrimientos físicos y morales de la vida. Frecuentemente tendremos que ejercerla sobre todo en lo ordinario, quizá en cosas que parecen triviales: un defecto que no se acaba de vencer, aceptar que las cosas no salgan como nosotros querríamos, los imprevistos que surgen, el carácter de una persona con la que hemos de convivir en el trabajo, gentes bien dispuestas pero que no entienden, aglomeraciones en el tráfico, retraso de los medios públicos de transporte, llamadas imprevistas que impiden terminar el trabajo a su hora, olvidos... Son ocasiones para afirmar la humildad, para hacer más fina la caridad.


    La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas, como venidos del amor de Dios. Identificamos entonces nuestra voluntad con la del Señor, y eso nos permite mantener la fidelidad en medio de las persecuciones y pruebas, y es el fundamento de la grandeza de ánimo y de la alegría de quien está seguro de recibir unos bienes futuros mayores.
    III. Caritas patiens est., la caridad está llena de paciencia. Y al mismo tiempo esta virtud es el gran soporte de la caridad, sin el cual no podría subsistir. Para el apostolado, singular manifestación de la caridad, la paciencia es absolutamente imprescindible. El Señor quiere que tengamos la calma del sembrador que echa su semilla sobre el terreno que ha preparado previamente y sigue los ritmos de las estaciones, esperando el momento oportuno, sin desánimos, con la confianza puesta en que aquel pequeño tallo que acaba de aparecer será un día espiga granada.
    Si tenemos paciencia, seremos fieles, salvaremos nuestras almas y también las de muchos otros que la Virgen Nuestra Madre pone constantemente en nuestro camino.

    SIETE VENTAJAS PRECIOSAS PARA EL QUE PROPAGA LA DEVOCIÓN AL ESPÍRITU SANTO

    SIETE VENTAJAS PRECIOSAS PARA EL QUE PROPAGA LA DEVOCIÓN AL ESPÍRITU SANTO

    1ª   Se crea un lazo de amor entre nuestra alma y la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

    2ª   Un aumento notable de todas nuestras devociones, especialmente a la Sagrada Eucaristía, al Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen.

    3ª   Una seguridad de recibir en el alma más inspiraciones del Espíritu Santo y la fuerza para ponerlas en práctica.

    4ª   Procurar de una manera excelente la gloria de Dios, trabajando cada día en hacer conocer y amar al Santificador de las almas.

    5ª   Trabajar muy especialmente por el advenimiento del reinado de Dios en el mundo, por la acción del Espíritu vivificante.

    6ª   Ser verdadera y prácticamente apóstol del Espíritu Santo.

    7ª   Atraer sobre el alma auxilios espirituales del Espíritu Santo, más íntima unión con Dios por medio del Santificador, mayor progreso en la oración mental, más consuelo y hasta alegría en la hora de la muerte, después de tan sublime apostolado.

    El invocar a menudo al Espíritu Santo es prenda segura de acierto en las situaciones variadas de nuestra vida.

    ORACIÓN AL PADRE

    Oración al Padre


    Concédeme Padre que al orar:
    Cuando te diga PADRE, que realmente me porte como hija tuya.

    Cuando te diga NUESTRO, que salga yo
    de mí egoísmo.

    Cuando te diga CIELO, que no piense en cosas terrenas.

    Cuando de diga SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, que verdaderamente te honre.

    Cuando te diga VENGA TU REINO, que no lo confunda con el éxito material.

    Cuando te diga HÁGASE TU VOLUNTAD, que la acepté aún cuando sea dolorosa.

    Cuando te diga DANOS HOY NUESTRO PAN, que me preocupe por la gente con hambre, sin medicinas, sin libros y sin vivienda.

    Cuando te diga PERDONA NUESTRAS OFENSAS, que no guarde rencor hacia ninguno de mis hermanos.

    Cuando te diga NONOS DEJES CAER EN TENTACIÓN, que no tenga intención de seguir pecando.

    Cuando te diga LÍBRANOS DEL MAL. que tome partido contra el mal.

    Y al final, cuando te diga AMEN, que haya tomado en serio las palabras del PADRE NUESTRO.

    lunes, 30 de enero de 2012

    GRACIAS MI SEÑOR..


    Gracias, Señor, por buscarme constantemente y mostrarme tu infinita misericordia, a pesar de mi debilidad, de mi infidelidad. Aumenta mi caridad para que viva atento a las múltiples oportunidades que me das para colaborar con tu gracia y crecer en el amor. Que sepa tomar cada encuentro con los otros como una oportunidad para dar testimonio de Jesucristo.

    FALTAS TÚ...

    Faltas Tú...


    Dios me pidió un poema sobre las bellezas de la creación, y yo me puse a hablar de las cosas que El creó.

    Hablé del sol, y sentí sus manos calentándome.

    Hablé de la luna, y sentí su brillo envolviéndome.

    Hablé de la noche, y sentí sobre mí su manto de estrellas.

    Hablé de todo lo verde del planeta, y sentí su soplo de esperanza.

    Hablé de las aguas, y sentí su inmersión en el misterio de mi espíritu.

    Hablé del cielo, y sentí que su azul me protegía.

    Hablé del fuego, y sentí sus llamas quemando mis penas.

    Hablé del aire, y sentí su soplo divino renovándome.

    Hablé de todos los seres, y sentí su presencia en cada forma viviente.

    Y a El le presente todo lo que escribí: " Aquí está el poema que pediste, espero que apruebes todo lo que escribí "

    Y oí su respuesta: " Prosigue, aún no has hablado de ti"

    BAJO TU AMPARO..


    EL PAN DE VIDA...

    El pan de vida
    Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD


    Había un capitán de un barco que todo lo que tenía de sabiduría le faltaba de dominio propio. A pesar de que comulgaba todos los días, no lograba dominar su genio. Cansados los marineros de soportarle, le dijo uno de ellos: “Más valdría que no comulgara, ya que nos trata así”. A lo que el capitán respondió: “Gracias a que comulgo cada día porque, si no, los hubiera tirado a todos al mar”.

                La Eucaristía es comida, fuerza para navegar por la vida. La forma que Cristo pensó para darse en la Eucaristía fue la comida. Comer y beber con otros, sobre todo para las culturas orientales, están cargados de un gran significado.

    El pueblo judío practicó el lenguaje simbólico de la comida. Cada año celebraban en la cena pascual la salvación del éxodo.

    Jesús se sirvió del lenguaje “comer con” en su anuncio del Reino. Él comparte la mesa con otros: Lázaro, Mateo, Simón, Zaqueo... Los discípulos tuvieron el privilegio de comer con el Resucitado (Hch 10,40-42).

    En nuestras comidas sellamos nuestra amistad, contratos, negocios... Invitamos a comer a un amigo, a alguien que queremos que nos conozca.

                La Eucaristía es comida. Necesitamos comer y beber para alimentarnos, poder vivir y trabajar. Compartir la misma mesa conlleva amistad, familiaridad. Esto mismo Pablo lo aplicará en sentido espiritual: “Somos un pan y un cuerpo, porque todos participamos del mismo Pan” (1 Co 10,16).

                Cristo en la comida pascual escogió el pan y el vino. El pan es la comida común en muchas culturas. Es símbolo de hambre y de alimento, de alegría, de fuerza. Es fruto de la tierra y del trabajo del ser humano. Éste tendrá que “ganar el pan con el sudor de su frente”.

                Jesús es el pan de vida. Lo repite Juan varias veces en el capítulo sexto de su evangelio: “Si uno come de este pan vivirá para siempre” (Jn 6,51). El que come a Cristo tendrá la vida que brota de él, vida abundante, vida verdadera y vida eterna. El que no come su carne ni bebe su sangre no tiene vida. Sin él, sin estar unido a él, no se puede tener vida.

    Quien come a Cristo aumenta la fe; para comerlo se necesita fe. La Eucaristía no es el algo mágico; sólo tiene sentido desde la fe en el Hijo del Hombre y en la acción del Espíritu.

                “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56). Somos lo que comemos; nos convertimos en lo que comemos. Quien come a Cristo permanece en él, en su amistad, en su amor. La Eucaristía nos cristifica, nos hace cristianos.
                La Eucaristía no sólo es comida y bebida, es también reunión de creyentes. Al comulgar con Cristo hemos de comprometernos a comulgar con los hermanos. Es fácil decir sí a Cristo, pero es más difícil decir sí al hermano. No puede haber Eucaristía sin fraternidad, sin una actitud de apertura, de entrega y de unión con los demás.

    LA SEGUNDA TENTACIÓN

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    La segunda tentación
    Ésta paraliza el corazón, encadena la voluntad, hiere mortalmente la esperanza, nos aparta de Dios.
     
    La segunda tentación
    Llega una tentación. De avaricia o de lujuria, de envidia o de soberbia, de pereza o de egoísmo, de vanidad o de ira.

    Si no estuvimos atentos, si no recurrimos a la ayuda divina, la tentación penetra, poco a poco, en el alma. Luego crece desde las pasiones, entre dudas y ansiedades. Al final, sucumbimos. Hemos pecado.

    Entonces puede insinuarse la segunda tentación. Esa que nos hace pensar que no ha pasado nada. O esa que nos dice que es imposible volver a empezar. O esa que nos aparta de Dios: si hemos sido tan malos, ¿con qué cara podemos pedir misericordia?

    La segunda tentación es terrible: paraliza el corazón, encadena la voluntad, hiere mortalmente la esperanza, prepara el terreno a nuevos pecados, nos aparta de Dios.

    Si el pecado ha vencido en nuestras vidas, si nos ha robado la amistad con Dios y la unión con los hermanos, necesitamos más que nunca pedir la gracia del perdón. No podemos permitir que la segunda tentación nos hunda más y más en el mal cometido. No podemos dejar crecer el monstruo de la desconfianza que destruye tantas vidas. No podemos abrir las puertas al pecado diabólico por excelencia: pensar que ni siquiera Dios es capaz de perdonarnos.

    Resistir la primera tentación es posible sólo con Dios. Si el pecado se hizo presente por nuestra culpa, necesitamos más que nunca volver a Dios para resistir al más terrible de los males: la segunda tentación.

    Para ello, hemos de aprender a ver nuestro pecado como Dios lo ve: como la herida en un hijo. Porque para Dios el hijo no deja de serlo si está enfermo. Somos también suyos en medio del lodo del pecado.

    La mirada paterna del Dios de misericordia nos da fuerzas para reemprender la lucha, para acudir al sacramento de la confesión, para amar más porque hemos sido muy amados, para perdonar a mis hermanos porque también yo, mil y mil veces, he sido perdonado...



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC
    Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...