lunes, 16 de enero de 2012

CAMINO...


Camino


Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna .

En determinado momento, se encuentra con un amigo.
El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.

Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:

- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano?
Si tú no ves...

Entonces, el ciego le responde:

- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...

- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...

CADA CUMPLEAÑOS...

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Cada cumpleaños...
Los festejos han terminado. Vuelve la vida ordinaria. El tiempo pasa. La vida no se detiene. Llega un nuevo cumpleaños.
 
Cada cumpleaños...
El tiempo pasa. La vida no se detiene. Llega un nuevo cumpleaños.

De niños, o también de grandes, el cumpleaños es el momento de los festejos. El pastel, las velas, las canciones, los aplausos, los regalos...

En cada cumpleaños recordamos a los propios padres. Fueron ellos quienes, desde su amor, se abrieron a la esperanza y a la vida. Fueron ellos quienes soportaron días y noches de lloriqueos o de caprichos. Fueron ellos quienes lavaron, compraron, levantaron, curaron, dieron de comer a un pequeñuelo indefenso y necesitado.

Recordamos a otros familiares: hermanos, abuelos, tíos, primos, sobrinos. En cada familia, ¡cuántas relaciones no sólo de carne y de sangre, sino de afectos y de cariño sincero!

Recordamos a educadores: en una primaria con niños que jugaban y que no sabían cómo escribir letras misteriosas, y en otras etapas de formación, donde hombres y mujeres dieron lo mejor de sí mismos para introducirnos en el mundo inmenso de la ciencia.

Recordamos a médicos, enfermeros, practicantes, farmacéuticos, profesionales de la salud, que nos “cosieron” una herida profunda, que nos dieron la medicina adecuada para curar una infección maligna, que nos sonrieron para hacer más llevadero el momento de esa inyección tan dolorosa.

Recordamos a catequistas, religiosas y laicos ejemplares; a sacerdotes que nos dieron los sacramentos, sobre todo ese magnífico regalo de la Eucaristía y ese encuentro purificador en cada confesión de los pecados.

Recordamos, en definitiva, a Dios. Él quiso nuestra llegada al mundo. Él quiso acompañarnos en tantas situaciones difíciles y en tantas alegrías. Él quiso iluminar los momentos de oscuridad y de dudas. Él quiso abrir ventanas de esperanza ante la pérdida de un empleo, el inicio de una enfermedad, o las caídas en ese mal tan destructivo que se llamada pecado.

Los festejos han terminado. Vuelve la vida ordinaria. El corazón ha sentido algo parecido al perfume de jazmines y al canto de los petirrojos: la belleza de una vida que inicia desde la bondad y que avanza, día a día, hacia el encuentro eterno con el Padre que nos ama, y con tantos seres queridos que fueron, o siguen siendo, faros de esperanza y de alegría.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    domingo, 15 de enero de 2012

    SER COMO ELLA...

    Ser como ella
    Autor:Reina del Cielo



    ¿Cómo hacerlo?. ¿Cómo puedo ser aunque más no sea un poco parecido a Ella?. Parece tan difícil, tan inalcanzable, tanta distancia hay entre la Pureza infinita de la Madre de Dios y nuestras debilidades cotidianas.

    Y sin embargo, se puede. Y justamente ese “se puede” esconde una parte enorme del misterio de la reconciliación de Dios con el hombre. María pudo, y tuvo un origen humano como todos nosotros, más allá de que Dios puso en Su Predilecta un origen Inmaculado que la elevó sobre el resto de la Creación. Pero Ella sigue siendo en su origen tan humana como tú, como yo.

    María es la felicidad de Dios encarnada, ya que más allá de todos los fracasos que hemos tenido los hombres a lo largo de los siglos en darle felicidad al Creador, Ella es el Santuario que recuerda a todo el Cielo que merecemos la Misericordia de Dios, porque si Ella pudo, otros podremos también.María fue el Arca de la Nueva Alianza, porque tuvo al Espíritu Santo en Ella desde siempre, y luego acogió al Verbo Encarnado, al que le dio vida como Hombre. María fue la Casa de Dios, el Hogar Perfecto para el mismo Divino Niño. Y así nosotros también tenemos que ser la Casa de Dios: nuestro corazón debe ser el hogar del Espíritu Santo, refugio de Dios, como lo fue María en su tiempo en la tierra.

    Y la Virgen también fue y es verdadera Corredentora, porque entregó todo al Padre, entregó a su Hijo Amado, y vivió místicamente lo que Jesús sufrió frente a sus propios ojos. Ninguna Criatura llevó jamás una Cruz más pesada que la de la Crucifixión de su Hijo. Sólo la Cruz de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre supera, y por mucha distancia, el sufrimiento de la Virgen. Y así tenemos que ser nosotros también corredentores, siguiendo el camino que María nos muestra. Tomar nuestra pequeña o gran cruz y seguirla, porque Ella nos lleva a Su Hijo, que nos espera, sabiendo que estamos en las mejores manos.

    María es la omnipotencia suplicante, es la oración hecha persona. Ella siempre oró a Dios, con sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos. Todo en María fue un canto al Creador. Y ahora más que nunca, en un mundo que parece no darse cuenta del peligro que lo acecha, Ella se nos presenta en muchos lugares para pedirnos oración: “oren hijitos míos, oren por los pecadores”.

    ¿Cuántas veces escuchamos este pedido?. Seamos como Ella una potencia suplicante, una oración cotidiana, un canto con el corazón abierto e inflamado de amor por Cristo, nuestro amado Jesús.María al pié de la Cruz, junto al Redentor. Y donde está el Cuerpo del Hijo, está la Madre. Ella nos lleva a la Eucaristía, al Milagro más admirado por los ángeles. ¿Y nosotros no nos damos cuenta de la majestuosidad del Dios de los hombres hecho Pan y Vino entre nosotros?. María nos lleva al Cuerpo y Sangre de Jesús, para que lleguemos como Ella al pie de la Cruz, cada día, en todos los Tabernáculos de la tierra.

    María, Reina de la Creación, lleva bajo Tu Manto a todos tus pequeños niños, para que sepamos imitarte como el verdadero modelo que Dios nos legó. Seamos como vos nos querés moldear, seamos dóciles y humildes alumnos de tu maternal escuela. Madre, deja que seamos a vos lo que Dios quiso que sea la naturaleza humana de Jesús: tu fiel reflejo.

    LOS PROBLEMAS...

    Los problemas...


    Cuentan que una persona deprimida por sus problemas ,propuso a un amigo pagarle una suma de dinero si la llevaba a algún lugar lugar donde no existieran éstos.
    El amigo aceptó con la condición que le pagara por adelantado.
    La persona aceptó la oferta y al día siguiente el amigo lo llevó al cementerio.
            
    Los problemas son parte de la vida, nosotros no tenemos la capacidad de impedirlos, lo que sí podemos definir es como reaccionamos ante ellos..

    SALMO 39: AQUI ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD...

    Autor: Ma. esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
    Aquí estoy Señor para hacer Tu Voluntad
    Esa voluntad donde para cumplirla y acatarla hay que poner el corazón adolorido en sus manos y poco a poco el dolor se va suavizando.

    Aquí estoy Señor para hacer Tu Voluntad

    En la Presencia de Jesús Sacramentado
    DEL SALMO 39



    Hoy la mañana tiene un olor nuevo, está fresca y el cielo es de un azul purísimo. Parece anunciar que el invierno empieza a alejarse, el aire es más tibio, los pájaros pían gozosos adelantando primavera y mí alma se me queda en suspenso al llegar hasta tí, Señor, para este nuevo encuentro, porque hay algo que me turba...hay un gran contraste en el nuevo despertar de este hermoso día con el velo de tristeza que cubre mi corazón. Me parecía que el invierno, los nublados, los días sin sol estaban más acordes con mi pena... y ahora que todo tiene más luz, más alegría, me cuesta más ofrecerte mi corazón adolorido y decirte : "Aqui estoy, Señor para hacer tu voluntad"...

    Porque hacer tu voluntad implica hacer y ser como tu quieres y permanecer en Ti pase lo que pase... y así decimos en la oración del Padrenuestro y así se lo dijiste Tu a tu amado Padre en el Huerto de los Olivos, "que se haga Tu voluntad y no la mía".

    Muchas veces en el silencio de la Capilla quise atravesar la puerta del Sagrario con mis ojos llenos de lágrimas y poder ver tu rostro amoroso y rogarte en una súplica desesperada : ¡Jesús, ten piedad, Señor ten piedad!.

    Tú me mirabas y sentías pena por mí... lo se Jesús, porque te dolía mi dolor, porque me veías con la esperanza puesta en Ti... ¡en quién sino, Señor!, pero sabías que las cosas no iban a se así.... y no fueron.

    Fueron como Tu sabías desde siempre, que iban a ser.

    Tu que nunca te equivocas, nosotros si. Tu que siempre hiciste la voluntas del Padre sabías que la voluntad del Padre, en sus designios misteriosos, eran... y aquí estoy hoy ,Señor, de rodillas para decirte "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad" Esa voluntad tuya que a veces nos cuesta tanto entender y hacer.

    Salmo 39 "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

    Esperé en el Señor con gran confianza. Él se inclinó hacia mi y escuchó mis plegarias. Él me puso en la boca un canto, un himno a nuestro Dios: Aquí estoy, Señor , para hacer tu voluntad.

    Esa voluntad donde para cumplirla y acatarla hay que poner el corazón adolorido en sus manos y poco a poco el dolor se va suavizando, se va aquietando, va llegando el bálsamo de la paz. Ya en los ojos solo queda el temblor de las lágrimas que han cesado de correr y los labios repiten una y otra vez "aquí estoy , Señor, para hacer tu voluntad" y se muy bien cual fue tu voluntad y solo quiero pedirte fuerza y ánimo para seguir alabándote, y amándote por siempre. Amén

    LO QUE VALE LA PENA RECORDAR...

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    Lo que vale la pena recordar
    El mundo nos ha llenado de prisas, de reacciones ante lo inmediato y nos hacen dejar de lado recuerdos importantes, decisivos.
     
    Lo que vale la pena recordar

    Olvidamos muchas cosas. Nombres, calles, lugares, hechos, datos.

    Hay, ciertamente, olvidos que se agradecen. A nadie le gusta recordar cómo nos falló aquel amigo, qué nos hizo un compañero de trabajo, cómo sufrimos ante un fracaso.

    Pero otros olvidos nos dañan en lo más profundo del alma. Porque no es sano olvidar que no hemos pedido perdón a quien hemos ofendido, o que no hemos dado gracias a quien nos tendió la mano en el momento en el que más lo necesitamos.

    El mundo nos ha llenado de prisas, de reacciones ante lo inmediato. Los mensajes del teléfono móvil, o los que transmitidos y recibimos en las redes sociales (Facebook, Twitter y compañía) nos encadenan al presente, y nos hacen dejar de lado recuerdos importantes, decisivos.

    Frente a tantas prisas, y ante el desgaste continuo de una memoria frágil, hay que aprender a recordar lo que vale la pena.

    Porque vale la pena recordar que tenemos unos familiares, cercanos o lejanos, a los que debemos mucho y que esperan un poco de cariño.

    Porque vale la pena recordar a esos hombres y mujeres que de manera oculta permiten que funcionen la electricidad, el agua y las ambulancias.

    Porque vale la pena recordar que son muchos los corazones buenos que dejaron su tiempo e incluso su salud para enseñarnos, para curarnos, para tendernos una mano cuando más lo necesitábamos.

    Porque vale la pena recordar que el mundo no viene de la nada, sino que surge desde un Amor inmenso, desde un Dios que recuerda, eternamente, a cada uno de sus hijos.

    Hay cosas que vale la pena recordar. Más allá de lo inmediato, una memoria abierta y un corazón sensible harán posible recuerdos valiosos, desde los que cada uno podrá dar gracias o pedir perdón.

    Con una buena memoria, también el presente se hará más llevadero y el futuro será afrontado con humildad, alegría y esperanza, porque sabremos vivir cada día recordando el inmenso Amor que Dios nos ofrece cada día.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    sábado, 14 de enero de 2012

    HOY

    Hoy...


    HOY NO HERIRÉ A NADIE:
    Si alguien es descortés, si alguien es impaciente, si alguien es poco amable...Yo no responderé de la misma manera

    HOY PEDIRÉ A DIOS QUE BENDIGA A MI ENEMIGO:
    Si me encuentro con alguien que me trata ásperamente o injustamente, yo calladamente pediré a Dios que lo bendiga. Entiendo que el "enemigo" puede ser un miembro de la familia, vecino, compañero de trabajo o extraño.

    HOY TENDRÉ CUIDADO CON MIS PALABRAS:
    Elegiré cuidadosamente mis palabras, y tendré cuidado en no ser chismoso ni rudo.

    HOY CAMINARÉ UNA MILLA EXTRA:
     Buscaré la manera de compartir la carga de otra persona.

    HOY PERDONARÉ:
    Perdonaré cualquier ofensa o agravio que venga a mí.

    HOY HARÉ ALGO REALMENTE HERMOSO PARA ALGUIEN, PERO LO HARÉ SECRETAMENTE:
    Me acercaré y bendeciré la vida de otros anónimamente.

    HOY TRATARÉ A LOS DEMÁS COMO ME GUSTARÍA SER TRATADO:
    Practicaré la regla de oro: "Haz a otros lo que te gustaría que te hicieran a ti".

    HOY LEVANTARÉ EL ÁNIMO DE ALGUIEN QUE ESTÉ DESANIMADO:
    Mi sonrisa, mis palabras, mi expresión y mi apoyo pueden hacer la diferencia en alguien que esté en un mal momento.

    HOY CUIDARÉ MI CUERPO:
    Comeré comida sana. Comeré menos comida basura. Agradeceré a Dios por su obra en mí.

    HOY CRECERÉ ESPIRITUALMENTE:
    Hoy pasaré más tiempo en oración. Comenzaré leyendo algo espiritual e inspiracional; buscaré un lugar tranquilo y escucharé la voz de Dios.

    RECOMENZAR...

    Recomenzar...

    Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el
    recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.

    Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad
    de crecer y vivir libre.

    Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía, pero gané el
    cariño y el ejemplo de sus vidas.

    Perdí momentos únicos porque lloraba en vez de sonreír, pero
    descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.

    Perdí muchas veces, muchas cosas en mi vida; pero junto con
    ese "perder" hoy intento el valor de "ganar". Porque siempre es

    posible luchar por lo que soñamos y porque siempre hay tiempo
    para empezar de nuevo.

    No importa en que momento te cansaste. Lo que importa es que
    siempre es necesario recomenzar. Recomenzar es darse una nueva
    oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante... es creer en uno mismo.

    ¿Sufriste mucho en algún período?... fue aprendizaje.

    ¿Lloraste mucho?... sirvió para limpiar el alma.

    ¿Sentiste rencor?... fue para aprender a perdonar.

    ¿Estuviste solo en un momento?... tal vez fue porque cerraste la puerta.

    ¿Te sentíste solo?... mirá alrededor y encontrarás mucha gente que
    espera tu sonrisa para acercarse más a ti.

    Hoy es un excelente día para comenzar un nuevo proyecto de vida.

    Mirá alto, sueñá alto, anhelá lo mejor; la vida nos trae lo que
    anhelamos. Si pensamos pequeño, vendrá lo pequeño. Si pensamos
    firme en lo mejor, en positivo y luchamos para alcanzarlo, eso llegará.

    Recuerdá que aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos otros
    que te han dejado su huella, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón.

    Arrojá lo malo a la basura, limpiá tu corazón y estarás listo para una
    nueva vida y para un nuevo amor.

    Si toda la vida es un camino y toda la vida es una búsqueda, aceptá
    (aunque duela) que toda la vida es una despedida. Y eso es crecer y
    acercarse a la plenitud.

    Despedirte de lo bueno que viviste, sin temor al futuro.

    Despedirte es dejar correr el río de la vida, que se lleva las aguas que estás viendo, para que aparezcan ante tus ojos aguas que todavía no viste y que están viniendo.

    Confiá en la vida, confiá en ti y ... ¡recomienzá!

    OH VIRGEN INMACULADA


    MAESTRA INCOMPARABLE EN EL CALLAR..

    Autor: Juan S. Clá Díaz | Fuente: Catholic.net
    Maestra incomparable en el callar
    La prudencia consiste en saber callar y saber hablar en el momento oportuno. María, prudente en el hablar ...como en el callar.
     
    Maestra incomparable  en el callar

    Una prueba muy elocuente de la prudencia de una persona consiste en saber callar y saber hablar en el momento oportuno; pues, como dice el Eclesiástico (III,7) hay un tiempo para callar y un tiempo para hablar. En lo uno y en lo otro, María fue incomparable.

    Podría haber hablado, observa justamente un piadoso autor, manifestando a José el secreto misterio que se había obrado en Ella, despejando así el desconcierto del amantísimo Esposo; pero eso hubiera sido revelar el secreto del Rey del Cielo; se hubiera convertido en una celebridad para Ella; prefirió, pues, callar y dejó que hablase Dios por medio del Ángel.

    Habría podido hablar en Belén, cuando le fue negado el hospedaje, dando a conocer la nobleza de su linaje, su sublime dignidad; la humildad profunda y el deseo de sufrir, de conformarse con la voluntad divina, La llevaron al silencio y calló.

    Cuántas cosas habría podido decir a los Pastores y a los Magos que fueron a visitar al Divino Infante. Esto podría haber alborotado la adoración y la contemplación de esos santos personajes delante de Jesús: la gloria de Dios, la caridad para con los Magos y los Pastores le impedían hablar y se calló.

    Oía con admiración todo lo que decían para gloria del Hijo, de su celestial doctrina, de sus milagros; María, más que los demás Lo admiraba en su corazón, y en éste conservaba con cuidado aquellas palabras y aquellos hechos.

    El anciano profeta Simeón le predijo los destinos del Hijo y sus futuros y atrocísimos tormentos; María no dice una sola palabra, pues está dispuesta para todo; no ensalza su resignación, escucha, se ofrece a Sí misma en holocausto juntamente con el Hijo y calla.

    Por las mismas justísimas razones, se calla al pie de la Cruz, se calla en las tribulaciones, en las humillaciones, como por modestia, se calla en la alegría y en la gloria. Estas son las pruebas admirables de prudencia divina que nos ofrece el silencio de María: Tempus tacendi.


    Maestra insuperable en el saber hablar

    Maestra incomparable en el callar cuando se debe callar, se mostró también maestra insuperable en el hablar a tiempo, en lugar y manera conveniente, es decir, cuando y cuanto conviene para dar gloria a Dios y hacer bien a los hombres.

    También están aquí los hechos que lo prueban. Habló al Arcángel San Gabriel y no podemos dejar de admirar la prudencia de sus palabras. Habló a su prima Santa Isabel y sus palabras hicieron saltar de gozo, antes de su nacimiento, al futuro Precursor de su Hijo. Sus palabras fueron una profesión de humildad, de gratitud, un cántico de alabanza, un himno sublime de agradecimiento al Omnipotente: Magnificat anima mea Dominum.

    Habló con el Hijo en el Templo y sus palabras fueron una admirable demostración de afecto y de solicitud maternales.

    Habló en las bodas de Caná y con sus palabras quedó patente su compasiva misericordia con los necesitados y su ilimitada confianza en Dios. ¡Oh admirable prudencia de María, prudencia incomparable, tanto en el hablar como en el callar!...

    viernes, 13 de enero de 2012

    LA RISA DEL PAYASO..


    La risa del payaso
    Autor: Padre José Alcázar Godoy


    Hubo una vez un hombre muy sabio que con su sabiduría quiso guiar a todos hacia la verdad.

    Pero la gente no le hacía caso. Es un sabio alejado de nuestra realidad, decían.

    Él tenía en sus manos la llave del conocimiento, pero nadie quería tomarla; por eso estaba muy triste.

    Pero un día, al sabio se le ocurrió que la risa podía liberar el corazón de los afanes y egoísmos. Entonces abandonó los libros y se convirtió en un payaso.

    El payaso iba de pueblo en pueblo con la cara pintada y la ropa desaliñada, haciendo reír a todo el mundo, hombres, mujeres y niños, con sus payasadas.

    La gente, al escuchar sus tonterías, experimentaba una alegría que los sustraía de las inquietudes y sinsabores de su realidad.

    Mas cuando el payaso abandonaba el lugar, retornaban los afanes y las amarguras al corazón de los oyentes. Sin embargo, él se sentía feliz comunicando chispas fugaces de la verdad.

    PODER OLVIDAR... DON DE DIOS

    Autor: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org
    Poder olvidar, don de Dios
    ¡Dejar el pasado totalmente enterrado! Y viviendo la alegría de los hijos de Dios que se saben perdonados, y acogidos.
     
    Poder olvidar, don de Dios


    Mientras miraba una pequeña herida que me hice hace pocos días en mi mano, observaba como el daño en mi piel iba hora a hora desapareciendo, borrándose. Las células de a poco se iban regenerando para dejar mi piel exactamente como era antes del corte. ¿Acaso alguien puede dudar de la existencia de Dios, al observar como se suelda un hueso quebrado, o se cicatriza una herida?. Los médicos, testigos cotidianos de tantos milagros de sanación, debieran ser los primeros evangelizadores, como lo fue San Lucas. ¿Qué extraña fuerza interior puede producir la recomposición de las fibras, la regeneración de lo lastimado, si no es Dios?.

    Hoy, meditando con inmenso dolor en muchas cosas no muy buenas que he hecho en mi pasado, he pensado que el poder olvidar es también un Don de Dios, es el equivalente a la cicatrización de las heridas. Es una forma que El nos concede de sanarnos interiormente, para poder seguir viviendo pese a los golpes que sufrimos en el transcurso de los años. Cuando el dolor o la culpa nos arrasan el alma, castigando nuestra mente con recuerdos dolorosos, sentimos una conmoción interior, una necesidad de apretar los dientes, una sacudida que nos dice, nos grita, ¡qué me ha pasado, qué he hecho!. Cuando estas arremetidas del pasado asaltan mi alma, suelo gritarle al Señor en mi interior: ¡piedad, Hijo de David!. Una y otra vez, le pido piedad a Jesús. Siento que estoy a la vera del camino de la vieja Palestina, mientras mi Señor pasa junto a mí, y le grito otra vez, ¡piedad, Hijo de David!. Sé que el dolor es parte de la sanación, pero cuando el Señor nos ha perdonado los pecados en el Sacramento de la Confesión, ¡El si que los ha olvidado!.

    Cómo nos cuesta entender y creer que Jesús realmente perdona y olvida nuestros pecados. Solemos confesar una y otra vez el mismo pecado cometido años atrás, demostrando falta de fe en nuestro Dios, que ya ha dado vuelta la página y nos ha lavado con el agua de Su Misericordia. Sin embargo, nosotros, seguimos volviendo a sentir esa espada que atraviesa nuestro corazón con ese recuerdo. Es en ese momento que debemos pedirle a Dios el Don de olvidar, de dejar atrás esa mancha oscura de nuestra alma, borrarla totalmente. Que hermoso es conocer gente que tiene ese Don, esa capacidad de levantarse pese a las más profundas caídas, y puede mirar una vez más el futuro con optimismo y esperanza. ¡Dejando el pasado totalmente enterrado detrás de sí!. Y viviendo la alegría de los hijos de Dios, que se saben perdonados, y acogidos nuevamente en los brazos amorosos de María, nuestra Madre Misericordiosa.

    El Señor nos ha dado todo lo que somos, ha impregnado nuestra naturaleza humana de dones, herramientas que debemos llevar por la vida como sostén de nuestro cuerpo y alma. El poder olvidar, dar vuelta la página de las etapas más dolorosas de nuestra vida, es también una herramienta que El nos concede. El poder olvidar es abrir las puertas a la cicatrización de las heridas del pasado, aceptando con fe, esperanza y alegría el perdón de nuestro Buen Dios.

    Jesús, como el Gran Médico de las almas, quiere que vivamos de cara al futuro, con esperanza, confiados en Su perdón, felices de tenerlo como Dios y Amigo. Sé que tienes dolores, que los recuerdos te asaltan como un ladrón en la noche, cuando menos los esperas. Que quisieras volver al pasado, y cambiar tu historia. No quisiste vivir tanto dolor, es demasiado fuerte para poder soportarlo. ¡Pero se ha ido!. Mira la luz, mira el día, mira a la Madre de Jesús que te invita a amarla, que te ofrece sus brazos amorosos para cobijarte, para tenerte allí, junto a Ella, como lo hizo Jesús. ¿Acaso no te ha perdonado tu Dios?. Da vuelta la página, ilumina tu rostro con una hermosa sonrisa, para que Jesús pueda mirarte, sonreír, y decirte:

    ¡Abrázame, dame tu amor, tu amistad, tu afecto, deseo tenerte en Mi, porque te quiero feliz de saber que te amo!


  • Preguntas o comentarios al autor
  • Oscar Schmidt

    VUELO DEL ALMA...

    Vuelo del Alma .....


    Cuando el camino se hace cuesta arriba, NO LO DEJES.

    Cuando las cosas andan mal, como a veces sucede, NO ABANDONES.

    Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas, NO TE RINDAS.

    Cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar, NO TE CAIGAS.

    Cuando la suerte te sea adversa y no encuentres fuerzas para seguir, NO RENUNCIES.

    Cuando no encuentres compañeros de lucha,
    NO TE APURES.

    ¡Hay manos que sostienen las tuyas !
    Cree y Siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma " vuele libre " por los jardines hermosos de la confianza en algo superior que llega donde nuestra visión no puede alcanzar, pero sí nuestro corazón puede sentir.

    ¡Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo!

    ¡ INTENTA !

    Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.

    No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra ,
    ni tener ya resueltos todos nuestros problemas, pero podemos a cada minuto mirar con ojos del amor a cada cosa.

    Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo que te encamina a la elevación y perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.

    Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.

    Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.

    Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan, hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente... no te quedes en el medio del camino porque allá, adelante...
    ¡¡ algo te espera !!

    CON JESÚS..


                                

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    La debilidad es fuerza.
    La pobreza es riqueza.
    La estrechez es holgura.
    El dolor es remedio.
    El sufrimiento es alivio.
    El silencio es testimonio.
    La derrota es victoria.
    La humillación es superación.
    La persecución es gloria.
    La guerra externa es paz interior.
    El hambre es alimento.
    La sed es bienestar.
    El trabajo es descanso.
    Las tinieblas son luz.
    El castigo es recompensa.
    El infierno es cielo.
    La muerte es vida.


    Dijo la Madre Teresa:
    Voy a pasar por la vida una sola vez,
    cualquier cosa buena que yo pueda hacer
    o alguna amabilidad que pueda hacer a algún humano,
    debo hacerlo ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí...
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    jueves, 12 de enero de 2012

    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


    DESDE LA EUCARISTÍA, JESÚS NOS BENDICE!!

    DESDE LA EUCARISTÍA, JESÚS NOS BENDICE!!

    Jesucristo, antes de irse al Cielo, bendice a los hombres que estaban con Él. Y sigue bendiciéndonos cuando Él, presente en la Hostia, dejándose llevar en las manos del sacerdote, nos hace la señal de la cruz.

    ¿Qué quiere decir que Jesús me bendice- Bendecir: decir bien; y lo que Dios dice se hace. Cuando bendice, dice y hace el bien, da su fuerza, su paz, su gracia, su eficacia a aquello que bendice. Es como si Jesucristo dijese: eso que bendigo lo apoyo, daré la fuerza que necesite, digo bien de eso, cuenta con mi gracia.

    Antes y después de lo que es propiamente la bendición aprovechamos para adorarle, para darle -hablando humanamente- un gustazo; procuramos que esté a gusto, que disfrute con nosotros.

    ALMA DE CRISTO..


    EL AMOR DE DIOS..

    El Amor de Dios


    Usa la imaginación que Dios te ha dado e imagínate como un bebe pequeño en los brazos de su padre y piensa que ese padre es Dios. Te quiere porque has nacido en su familia, eres parte suya.  Tienes su sangre, la de Jesús. El ha dado su vida, la vida eterna. La tienes dentro de ti, El quería otro hijo en la familia, por eso te engendró.

    Ahora, tú eres ese bebé en los brazos de tu Padre Dios y está durmiendo. Para qué le sirves?

                - Para que te mire. A Dios le gusta mirarte.
                - Para que te sienta. A Dios le gusta sentirte en sus brazos.
                - Para que te ame. Dios es amor y le gusta amar.
                - Para que te tenga. Dios es un Padrazo y le gusta tener hijos en su familia

                Qué tienes que hacer para que Dios te mire ? Nada
                Qué tienes que hacer para que Dios te sienta ? Nada
                Qué tienes que hacer para que Dios te tenga ? Nada
                Qué tienes que hacer para que Dios te... ? Nada
                Qué tienes que hacer para que Dios te ame ? 
    N... A... D... A...

    Dios te ama porque eres suyo. Si eres bueno o malo, todavía te ama. El padre amaba al hijo pródigo (y era malo) porque era su hijo. Dios te ama porque quiere amarte y no hay nada que puedas hacer para que te deje amar o puedas ganar su amor. Es su naturaleza amar.

    SEÑOR, HOY HE TIRADO UN CALENDARIO 2011 A L A BASURA...

    Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
    Señor, hoy he tirado un calendario 2011 a la basura...
    ¿Tiré también a la basura todas esas horas, todos esos días, todas esas semanas, todos esos meses, todo ese año?...
     
    Señor, hoy he tirado un  calendario 2011 a la basura...
    La Capilla se ha ido quedando poco a poco desierta.

    Se terminó la Misa y las personas, pocas, pues es una tarde muy fría y desapacible se han retirado. Todo está en silencio... las luces también, ya no todas están encendidas y hay una penumbra dulce y un poco triste que me acompaña y me arropa el alma para poder meditar mejor ante ti, Señor.

    La parpadeante lucecita roja que acompaña la figura del pequeño Sagrario parece que da calor a mi corazón que viene a buscar refugio en el tuyo para pedirte fuerzas para seguir caminando por este nuevo año, con sus meses, sus días y sus horas... Páginas en blanco que yo he de escribir con mi libre albedrío, con mis equivocaciones, con mis terquedades, con mis intolerancias... o quizá si te pido ayuda.... Tu me vas a guiar para ser más prudente, para saber aceptar, para saber perdonar.... para olvidarme un poco de mi y estar más pendiente de los que me rodean y procurar siempre hacerlos más felices.

    ¡Qué callado estás, Señor!. Dime, ¿estás triste?. Tal vez si.... ¿O me lo parece porque yo lo estoy? No sé, Jesús, pero lo que sí sé, es que me estabas esperando porque te quedaste para eso, para consolar al triste, para iluminar al que no sabe ni lo que quiere ni lo que busca,.... para dar fuerza a los que nos debatimos en la debilidad de esa lucha para seguir adelante.... para prestarnos tu hombro y que en él reclinemos la cabeza y tal vez lloremos con ese llanto suave y reparador cuando hay dolor en el alma...

    Me gusta, Jesús, sentirte como el mejor de los amigos y contarte mis cosas.... esas cosas de todos los días. Las cosas simples pero que siempre tienen un gran significado. Y hoy... te lo voy a contar..... aunque tu ya lo sepas:

    "Hoy he tirado un pequeño calendario del año 2011 a la basura.... He sentido algo extraño. Un pensamiento doloroso y oscuro ha cruzado por mi mente, ¿tiré también a la basura todas esas horas, todos esos días, todas esas semanas, todos esos meses, todo ese año?...

    Tuvo, como otros, días buenos, días malos, noches buenas, noches tristes, muy tristes, alegrías, temores, certezas, miedos, ilusiones, proyectos, anhelos , realidades, triunfos y derrotas.

    Pero... SI NO AMÉ MÁS,... PUEDE QUE SI, EFECTIVAMENTE LO TIRÉ A LA BASURA."

    Pongo en tus manos Señor el año que pasó en tu misericordia, y el año que empieza, en tu providencia...



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