jueves, 28 de diciembre de 2017

6 DATOS QUE TAL VEZ NO CONOCÍAS DE LOS SANTOS INOCENTES


6 datos que tal vez no conocías de los Santos Inocentes
El Triunfo de los Inocentes / Imagen: William Holman Hunt (Wikimedia Commons)





 (ACI).- En el marco de la Fiesta de los Santos Inocentes, hace un año el SIAME publicó un artículo del P. Sergio Román, en el que presenta 6 datos que tal vez no conocías sobre estos mártires cuyas muertes siguen repercutiendo en la sociedad de hoy.

1. La muerte de los Santos Inocentes fue un genocidio

Herodes les dijo a los Magos de Oriente que estaba muy interesado en el rey que acababa de nacer y les pidió que a su regreso le informaran sobre éste para ir también a adorarlo. La estrella guio a los magos hasta el Niño, y cumplida su misión, regresaron a sus patrias por otros caminos, pues un ángel les avisó en sueños que Herodes quería matar a Jesús.

Engañado por los Magos, Herodes pidió matar a todos los niños menores de dos años con el deseo de acabar con aquel Rey nacido en Belén, que ponía en peligro su propio reinado.

Se produjo un genocidio conocido como la matanza de los inocentes. La Iglesia los recuerda el 28 de diciembre, unidos a la Navidad, porque ellos no murieron por Cristo, sino en lugar de Cristo.


2. El rey que los mandó a matar ya era conocido por sus crímenes

Así se hacía llamar aquel rey de Palestina, títere del imperio romano. Fue grande porque supo ganar guerras y conquistar tierras para su reino, pero también por sus crímenes: se casó con Mariamme, hija del sumo sacerdote Hircano II. Temeroso de que aspiraran a su reino, mandó matar a su yerno, José; a Salomé; al sumo sacerdote Hircano II; a su esposa Mariamme; a los hermanos de ella, Aristóbulo y Alejandra; a sus propios hijos, Aristóbulo, Alejandro y Antípatro.

Cuando se sintió enfermo mandó encerrar a todos los personajes importantes de Jericó con la orden de que tan pronto como muriera los mataran a flechazos. Muerto Herodes, no se cumplió esta orden. Con estos datos, podemos comprender que para él fue fácil mandar matar a los Santos Inocentes. ¿Cuántos fueron? Hoy se sabe que Belén no debió tener más de mil habitantes y que a ese número, probablemente, correspondería una población de 20 niños varones.

3. La cueva de Belén se dedicó a su memoria

Santa Elena, madre del emperador Constantino, que dio paz a los cristianos en el siglo IV, construyó una Basílica sobre la cueva de Belén en la que nació el Niño Jesús. Esa Basílica, reconstruida, todavía existe y guarda en su cripta la preciosa cueva en donde una estrella de plata señala el lugar del santo nacimiento. “Aquí nació Jesucristo de María la Virgen”, dice la inscripción en Latín.

La cueva de Belén es un sistema de cavernas que se prolongan debajo de la antigua basílica y del templo católico de Santa Catalina. En una de estas cavernas fueron encontrados restos de niños enterrados. El primer pensamiento fue que eran los restos de los Santos Inocentes, pero los féretros correspondían a una época muy posterior. De todos modos, esa caverna se dedicó a la memoria de los Santos Inocentes.

4. Juan el Bautista se salvó de la persecución

Ain Karen es un pueblo cercano a Jerusalén. Según la tradición, es el lugar de “La Visitación” y del nacimiento de Juan el Bautista. Éste era mayor que Jesús tan solo seis meses y existe la leyenda de que también iba a ser víctima de Herodes. Perseguida su madre, Isabel, por los soldados asesinos, buscó una roca en el monte detrás de la cual ocultó al pequeño Juan antes de que los soldados la alcanzaran.

Cuando los soldados le dieron alcance, la registraron y buscaron incluso detrás de la roca, pero no vieron nada. Cuando se fueron, Isabel corrió a buscar a su niño y descubrió que la roca se había ahuecado para dar lugar en su interior al pequeño perseguido y así se salvó Juan el Bautista. En la Basílica de la Visitación, sobre el monte, se guarda una extraña roca ahuecada que recuerda esta anécdota.

5. En la actualidad existen santos inocentes

La celebración litúrgica debe recordarnos no solo a aquellos niños asesinados en lugar de Cristo, sino a todos aquellos inocentes perseguidos y asesinados en la actualidad. Los humanos somos capaces de monstruosidades que nos avergüenzan.

Seguimos asesinándonos por motivos religiosos, políticos, económicos y cada vez que denunciamos uno de estos crímenes clamamos indignados “¡Nunca más!”, para luego repetir la historia. No permanezcamos indiferentes ante estos genocidios, despertemos en nosotros la solidaridad y unamos nuestras voces y nuestras acciones a las de estos inocentes que siguen muriendo en lugar de Cristo.

6. Surgieron tradiciones populares a partir de esta fiesta litúrgica

La vida cristiana hace surgir tradiciones populares que refuerzan la celebración de las fiestas y las hace memorables. En Hispanoamérica es costumbre realizar bromas de toda índole.

CON MARÍA, EL DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES


Con María, el día de los Santos Inocentes
Te hablaré de una noche que me pareció eterna. De una noche anunciada, pero olvidada luego por muchos..


Por: Maía Susana Ratero | Fuente: Catholic.net 




Existen, en nuestra vida, dolores que nos resultan incomprensibles, atroces, injustos y, sobre todo, inmerecidos. Pero, sea cual fuere la reacción que tengamos frente al dolor, él sigue allí, y nos atraviesa el alma como una afilada espada. Hoy mi dolor y mi tristeza no me dejan verte, María, como ansía mi corazón, pero sé que estas allí, aunque no pueda sentirte, estas detrás de mi dolor para sostenerme, para transformar el llanto en camino hacia al Padre.

- En profecía cumplida… -dices a mi corazón, mas, no comprendo.

- Hoy voy a hablarte de esos dolores incomprensibles que desgarran el alma y que luego, por la misericordia de Dios, se transforman en camino.

- Háblame Señora, que mi alma tiene tanta sed de tu compañía. Mi alma ansía caminos que no encuentro en la oscuridad de esta noche demasiado larga.

- Yo conozco bien las noches largas. Te hablaré de una en especial, que me pareció eterna. De una noche anunciada, tan anunciada como la nochebuena, pero olvidada luego por muchos y, lo que me desgarra el alma, una recordación tomada hoy, por tantos, como excusa para bromas.

Esta vez temo seguirte, no sé si tendré valor, pero igualmente me llevas…me llevas… y estamos nuevamente en el recinto de Belén. Vemos como José está despidiendo a tres extraños extranjeros que le habían llevado a tu hijo oro, como símbolo de su dignidad y gran valor, incienso, como símbolo de su comunión con Dios y mirra, para preparar el aceite sagrado de su unción. Tres extraños venidos de lejanas tierras siguiendo una estrella, tres extraños que, buscando al Rey de la Vida, fueron a preguntarle a un rey embriagado de poder, el camino para hallarlo…. y, sin quererlo, despertaron en él fantasmas olvidados… la profecía, la profecía de Belén…

Los extranjeros, que el mundo llamará más tarde los tres Reyes Magos, parten a su tierra por otro camino, evitando pasar cerca del palacio de Herodes, quien los aguarda como un tigre al acecho, para saltar sobre el pequeño Rey desconocido que amenaza su seguridad.

Entramos a la precaria vivienda. José nos sigue y comienza a trabajar, pues el dueño de la finca le había encargado unos arreglos y le pagaría un buen precio por ellos. José tiene los pies sobre la tierra, sabe que debe alimentar a su familia y para ello sólo conoce un modo: su trabajo.

Tu, María, te dispones a preparar la cena. José no aparta la mirada de su labor, pero es evidente que sus pensamientos están en otro sitio, quizás detrás de los muros de un palacio, tratando de leer los pensamientos de un hombre fuera de sí, mas nada te dice. La cena transcurre en paz. La presencia de esos hombres y sus obsequios han dejado más preguntas que respuestas...¿Quiénes eran? ¿Por qué habían venido? ¿Cuál era el real significado de su presencia? ... quizás representan a todos aquellos que no pertenecen al pueblo de Israel y para cuya Salvación también ha venido este niño. Demasiados acontecimientos y pocas explicaciones. La pareja se dispone a descansar pues al día siguiente deberán iniciar el camino hacia Jerusalén, para realizar la purificación de María, tal como lo establece la Ley.

Yo estoy allí, con ellos, no puedo dormir, siento miedo… conozco la historia… la he escuchado mil veces de labios de los sacerdotes. La he leído, pero no es lo mismo estar… estar… y todos, de alguna manera, alguna vez en la vida, también estamos dentro de esta historia… sólo que, enceguecidos por nuestro propio dolor, no nos damos cuenta.

A la mañana siguiente parten hacia Jerusalén, María me hace señas de que los siga. El camino es largo, el niño, pequeño aún. El animal que nos acompaña va cargado de las pocas pertenencias de los padres y, en su mayor parte, de los pañales y ropita del bebé, recibida generosamente de la esposa del dueño del pesebre.

Luego de la ceremonia del Templo volvimos a Belén, José se nota nervioso… no como quien desconfía de la protección de Dios, sino como un padre responsable que sólo desea actuar correctamente y no sabe cómo, pues presiente que Herodes no ha olvidado la presencia de los extranjeros, ni se quedará quieto ante lo que él considera una amenaza.

Durante los siguientes tres días la familia se dedica a organizar el retorno a Nazaret. José termina sus trabajos pendientes, consiguiendo de esta manera dinero para el viaje y retribuyendo, al mismo tiempo, la hospitalidad al dueño del pesebre, quien sólo pide como pago, el arreglo de una vieja mesa labrada herencia de su padre, trabajo realizado impecablemente por José.

Los planes del Señor y nuestros propios planes no van siempre por iguales caminos. La noche del tercer día no aparenta nada en especial, sólo un cielo cargado de nubarrones amenazantes. Hace frío, María amamanta a su niño y lo recuesta bien calentito en la cuna hecha por su esposo, y una blanca piel de cordero cubre las demás mantas con las que la joven madre abriga a su pequeño. El matrimonio cena al tiempo que comenta los últimos acontecimientos. José tiene largos silencios que inquietan el corazón de María quien, como esposa prudente, no pregunta. Tiran las mantas en el suelo y se disponen a dormir, yo hago lo mismo, María me besa la frente y me dice “Valor, amiga, lo necesitarás...” es la noche de la locura, pero igualmente me quedo dormida... lástima, no tuve el valor de esperar despierta, como tantas veces en la vida en las que no tengo el valor de dominar mi voluntad.

Me despiertan los gritos de José. El hombre está sentado en el suelo, empapado en sudor, su rostro está aterrado pero es sólo por un instante... enseguida se pone en pie, da vueltas en el recinto tratando de ordenar sus pensamientos, seguidamente despierta a María, la toma por los hombros al tiempo que le clama en voz baja:

- ¡María, María! Por el amor de Dios despiértate María! – y la sacude casi con violencia.

Ella abre los ojos y se asusta...

- ¿Qué pasa, José? ¡Por Dios! ¿Por qué hablas de esa forma? ¡Jesús, Jesús! ¿Le pasó algo al niño?

- No, pero le pasará si sigues allí acostada... María... he tenido un sueño, que no fue un sueño en realidad... un hombre vestido de blanco me clamaba que te tomara a ti y al niño y huyera a Egipto, pues Herodes busca al niño para matarlo.

- ¡Matarlo!...Dios mío José, que atroz pesadilla.

- María, esposa mía ¡Nos vamos a Egipto! ¡Y nos vamos ya! ¿Comprendes? ¡Ya!.

- ¿Qué dices? José... ¿Te das cuenta la distancia que nos separa de Egipto, que es medianoche, afuera arrecia el viento y el frío cala los huesos?...

- María ¿Confías en mí?

- José, confío en ti más que en nadie en esta tierra

- Entonces, amada mía, junta todo y vámonos, los soldados se aproximan cada minuto, por cada palabra que decimos ellos están un metro más cerca... y vienen a matarlo... y no están jugando, pues un loco asesino les ha ordenado deshacerse de Jesús... la pregunta es ¿Cómo lo encontraran? Mientras a ese loco no se le ocurra... ¡Dios no puedo ni pensarlo!

- Mientras no se le ocurra matarlos a todos... - y María se estremece tanto que José debe sostenerla para que no caiga.

Yo estoy inmóvil, hubiera querido traerles un vehículo, un helicóptero, sacarlos prontamente de allí, pero eso pasa en las películas y esto es la vida real. Los padres (ahora me voy dando cuenta la clase de padre que Dios eligió para Jesús, un Hombre con mayúsculas) preparan todo prontamente, llevan sólo lo indispensable, deben dejar muebles, cuna, todo lo hecho por José. El oro de los magos les permitiría establecerse en Egipto. Dios siempre tan previsor, nos manda las pruebas y los medios para enfrentarlas. Salimos, el viento me termina de despertar, tengo varias mantas puestas encima, pero tiemblo como una hoja, parece que el corazón se me saldrá del pecho en cualquier momento. Montan los animales, María me hizo un lugar en el suyo... partimos... se ve poco, pero se ve, hay luna llena, los nubarrones ya no están, José se encamina hacia Egipto a través de la desértica región, apura el paso, no hay miradas extrañas que noten nuestra presencia. El hombre anda varias horas a marcha forzada, de tanto en tanto mira hacia atrás, con angustia, casi con desesperación. Yo, yo estoy muerta de miedo... veo soldados por todas partes... sé de sobra que no nos alcanzarán... pero una cosa es leerlo y otra estar... estar...

Falta poco para el amanecer. De pronto se escucha un galope cercano, se ve la arena removida por los cascos del animal que se acerca, es un jinete solitario, pero se dirige, peligrosamente, hacia nosotros. José nos recomienda calma, y no decir el nombre del niño. Por fin llega el personaje, un hombre más bien anciano, con la mirada perdida... loco... pobre infeliz... sólo decía:

- ¡Madres, corran, corran con sus hijos! ¡Huyan!...

José baja de su asno y se acerca al pobre hombre:

- ¿Qué le ocurre, amigo? ¿Se siente usted bien?...

- ¡Huyan, huyan mujeres con sus hijos! Sangre... muerte... niños muertos, en todo Belén... niños degollados, atravesadas sus carnecitas por las espadas de los soldados... no escapó ni uno... todo Belén es un grito... solo los pequeños murieron... los menores de dos años... ¿Por qué?¿Por qué Dios?- grita desgarradoramente el infeliz mirando al cielo- Huyan mujeres... huyan... corran... corran...

El pobre desquiciado comienza a cabalgar nuevamente repitiendo el ya inútil consejo. Tanto horror le ha enloquecido. Se pierde en el paisaje, queriendo huir de los macabros recuerdos pero no hay lugar en donde uno pueda esconderse de los recuerdos.

José y María se miran, abundantes lágrimas caen por sus mejillas, se abrazan y abrazan al niño. Es la noche más larga, más atroz, más cruel, que les ha tocado vivir a ambos. Es la noche anunciada por el profeta Jeremías:

“En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen porque ya no existen”( Mt.2,18)

La travesía dura largos días, María se esconde muchas veces a llorar para que José no la vea... no quiere preocuparlo, más su corazón de madre está destrozado. Recuerda la espada anunciada por el anciano Simeón... ya ha comenzado a lastimarla. También veo a José llorar a escondidas, es el llanto de un hombre que se siente impotente ante la injusticia, es el llanto de un hombre justo clamando justicia.

Las primeras casas del poblado egipcio se divisan a la distancia. La noche larga ha terminado, el niño está a salvo, momentáneamente.

- Amiga- dices María, mirándome a los ojos,( mientras tus ropas y las mías vuelven a estos tiempos y el ruido de los automóviles nos sorprende frente la parroquia de Luján, en mi barrio) gracias por compartir conmigo esta noche, una de las más duras de mi tiempo en esta tierra. Realmente, cuesta ver a Dios detrás de tanto dolor, cuesta poder encontrarlo para que nos tome de la mano, cuesta no enloquecer como ese pobre viejo del desierto... cuesta, buena amiga, pero no es imposible, es más, es el único camino. Dios, tras el dolor que nos causan los seres humanos. Dios, sosteniendo. Dios, poniendo rosas sobre tantas espinas. Dios, transformando el dolor en camino de salvación. Dios, permitiendo que nuestra angustia ayude a otros a superar la suya. Cuando tu alma tenga más preguntas que respuestas, más dolor del que crees poder soportar, más soledad que compañía, más desilusión que sueños entonces, más que nunca, búscalo; que siempre habrá un Egipto donde puedas esconderte hasta que pase el temporal.

- Señora- y apenas si puedo contener mis lágrimas- ¡Cuánto, cuánto me amas, cuánto me cuidas, cuánto me enseñas! ¿Te dije ya cuánto te amo?- y me arrojo en tus brazos y lloro por los niños muertos, lloro por mí, lloro por la humanidad.

Mientras te alejas, y yo seco mis lágrimas, un grupo de jóvenes pasa riéndose de uno de ellos, al tiempo que le dicen “¡Qué la inocencia te valga! Ja,ja,ja” típico comentario de las bromas del Día de los Inocentes.

Tengo ganas de gritar, ganas de decirles que el origen de esa recordación es la sangre de niños pequeños derramada por Jesús, pero siento que no vale la pena; prefiero escribir este relato, escribirlo para que tú, después de leerlo, ya no rías con las bromas de los 28 de diciembre. Porque si tú no ríes, si le cuentas esta historia a un amigo y él ya tampoco ríe... entonces... entonces algo habrá cambiado en este mundo... porque recordando a nuestros mártires, los honramos.



NOTA de la autora:

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."

LOS SANTOS INOCENTES, 28 DE DICIEMBRE


28 de Diciembre
Los Santos Inocentes
Dios hace fracasar los planes de los malvados (S. Biblia).





Hoy celebramos la fiesta de los Niños Inocentes que mandó matar el cruel Herodes.

Nos cuenta el evangelio de San Mateo que unos Magos llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en el oriente, y recordaban la profecía del Antiguo Testamento que decía: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones" (Números 24, 17) y por eso se habían venido de sus lejanas tierras a adorar al recién nacido.

Dice San Mateo que Herodes se asustó mucho con esta noticia y la ciudad de Jerusalén se conmovió ante el anuncio tan importante de que ahora sí había nacido el rey que iba a gobernar el mundo entero. Herodes era tan terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo en el puesto de gobernante del país que había asesinado a dos de sus esposas y asesinó también a varios de sus hijos, porque tenía temor de que pudieran tratar de reemplazarlo por otro. Llevaba muchos años gobernando de la manera más cruel y feroz, y estaba resuelto a mandar matar a todo el que pretendiera ser rey de Israel. Por eso la noticia de que acababa de nacer un niñito que iba a ser rey poderosísimo, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas para precaverse.

Herodes mandó llamar a los especialistas en Biblia (a los Sumos Sacerdotes y a los escribas) y les preguntó en qué sitio exacto tenía que nacer el rey de Israel que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

Nacimiento de nuestro SeñorEntonces Herodes se propuso averiguar bien exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo todo lo contrario, les dijo a los Magos: - "Vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

Y sucedió que en sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo.

Entonces rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores. Ya podemos imaginar la terribilísima angustia para los papás de los niños al ver que a sus casas llegaban los herodianos y ante sus ojos asesinaban a su hijo tan querido. Con razón el emperador César Augusto decía con burla que ante Herodes era más peligroso ser Hijo (Huios) que cerdo (Hus), porque a los hijos los mataba sin compasión, en cambio a los cerdos no, porque entre los judíos esta prohibido comer carne de ese animal.

San Mateo dice que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matar.

Y aquellos 30 niños inocentes, volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones. Y que rueguen también por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy necesitados del perdón de Dios. 

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 28 DICIEMBRE 2017, LOS SANTOS INOCENTES


Lecturas de hoy Los Santos Inocentes
Hoy, jueves, 28 de diciembre de 2017




Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1,5–2,2):

Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 123,2-3.4-5.7b-8

R/. Hemos salvado la vida, 
como un pájaro de la trampa del cazador

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres, 
nos habrían tragado vivos: 
tanto ardía su ira contra nosotros. R/.

Nos habrían arrollado las aguas, 
llegándonos el torrente hasta el cuello; 
nos habrían llegado hasta el cuello 
las aguas espumantes. R/.

La trampa se rompió, y escapamos. 
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, 
que hizo el cielo y la tierra. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-18):

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» 
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 28 de diciembre de 2017
Fernando Prado, cmf


Saludos, amigos,

El día de los santos inocentes no es un día para tomárselo a broma. En la historia bíblica aparece, con toda su densidad, el misterio del mal. La historia de Herodes, que no sabe refrenar su ira ante la frustración, nos habla de cómo el ser humano es capaz de lo peor cuando no puede salirse con la suya. Lo vemos, a veces impasiblemente, en muchos ámbitos de la vida. La frustración genera siempre violencia. Más o menos intensa. La tendencia es a proyectar esta violencia hacia los demás y, por lo general, suele resultar que se hace de forma airada, desproporcionada, sin calcular las consecuencias.

En un mundo como el nuestro, tan interconectado, nadie está libre de las descontroladas consecuencias del mal encauzamiento de la frustración de otros. Es lo que sucede a quienes no fabricaron las guerras y, sin embargo, las padecen. Tantos niños, por ejemplo, que ni comprenden las cosas todavía, se ven envueltos en situaciones terribles, fruto de las frustraciones ideológicas de unos adultos que no calculan las consecuencias de los actos que estas ideas, pretensiones o sueños irresponsables desencadenan. Lo podemos aplicar a muchas otras situaciones. No es la guerra únicamente la que deja sufrimiento y víctimas inocentes. Hay tantos inocentes, víctimas de injusticias políticas, sociales, laborales…

Jesús experimentó desde bien pequeño, en su propia carne ­–que es la nuestra- lo que es ser víctima de la injusticia. Es una forma más que tiene Dios de mostrarnos que comparte su camino con los hombres, especialmente con los que sufren. Huye a Egipto para volver de Egipto, como el pueblo de Israel. No es un extraño. Comparte nuestro dolor, nuestra vida, nuestra carne.

Y en medio de esta historia y de este proceder injusto de Herodes, aparece, como una suave luz, la figura de José –el justo-, su padre. José es custodio de la humanidad y de la vida amenazada del niño. En él vemos la respuesta humana del hombre que procede de forma diferente a la de Herodes. Ante la violencia y la incomprensible amenaza (es el misterio del mal), aparece esta pequeña pero brillante luz que alumbra, de alguna manera, nuestro camino y nuestra tarea: custodiar y proteger la vida, como José.   

Pidamos al Señor en este día la gracia de sentir que Él no es alguien extraño a nosotros. Pidámosle huir siempre de la actitud violenta de Herodes, que no sabe encauzar su frustración. Que seamos más bien como José, custodios de la vida amenazada. Que tengamos un buen día y que el Señor nos siga bendiciendo con su cercanía.

Un saludo cordial de vuestro hermano
Fernando Prado, cmf.

BUENOS DÍAS!!





miércoles, 27 de diciembre de 2017

TAREA DE NAVIDAD


Tarea de Navidad





Jesús aparece en medio de nosotros en Navidad. Quiere sacudir nuestro letargo y ayudarnos a tomar conciencia de las semillas que están dormidas en nuestro corazón. Ellas aguardan que tú les des oportunidad de desplegar su fuerza germinativa y producir abundantes frutos en tu vida. Jesús te visitó con su amor. Él espera que tú lo hagas con los que están a tu lado.

Cuando se termina el canto de los ángeles, cuando se apaga la estrella del firmamento, cuando los reyes vuelven a sus palacios, cuando los pastores se reúnen con sus rebaños, entonces empieza la tarea de Navidad: encontrar al perdido, curar al decaído, alimentar al hambriento, liberar al prisionero, reconstruir las naciones, llevar la paz a los hermanos, hacer música con el corazón.

Si Navidad es amor, la fuerza de esta celebración anual, te motiva y dinamiza para que intentes de nuevo ser, como Jesús, fuente de bondad, consuelo, alegría y paz. Vale la pena volver a intentarlo y permanecer firmes en la tarea asignada. Jesús te acompaña.



* Enviado por el P. Natalio

CÓMO EXPLICARLE A UN ADOLESCENTE ALGO DE DIOS


Cómo explicarle a un adolescente algo de Dios
Si eliges que Dios no existe, no leas esto


Por: CoronelPakez | Fuente: Religión en Libertad 




Empecemos por el principio y tienes que elegir: Dios existe o Dios no existe. No hay opciones intermedias, del mismo modo que no hay opciones intermedias para el sistema binario "1-0" de la informática y la inteligencia artificial. El concepto de vaguedad no se puede aplicar a la robótica ni al ser humano porque lleva a un infinito de posibilidades, y la duda es el planteamiento binario por excelencia: preguntar o dudar es exponer y enfrentarse a una elección. No decidirse es inviable en el mismo sentido en que no avanzar es retroceder.

El mundo no deja de moverse.

Volvamos a Dios. Si eliges que no existe, deja de leer ahora mismo. No lo podrás demostrar. Has elegido la fe de no creer. Nadie ha podido demostrar que Dios no existe. Pero punto final. Haz lo que quieras, menos criticar a quienes sí que creen en Dios, porque ellos están como tú: no lo pueden demostrar.

Supongamos que crees en Dios. ¿En qué Dios? Si hay muchos, por definición, no son Dios. Pueden ser dioses, en el sentido de seres espirituales más o menos poderosos y más o menos creados o engendrados o procedentes de algo o alguien.

Si tampoco crees en el mundo espritual, también puedes dejar de leer. Piensa tan solo que la ciencia empírica conoce el 10% escaso del universo; el resto dice que es "materia oscura" para ocultar que no tiene ni idea de qué está hablando.

Si hay muchos dioses, pues, no son Dios en el sentido de causa primera increada de todo lo creado. Que la materia sea eterna es muy improbable porque tiende a la muerte, a la descomposición, a la corrupción -al mal- y a la nada. La energía se transforma hasta que desaparece: un ser humano reducido a polvo tras la muerte deja de ser energía y, por supuesto, deja de ser y de ser humano. El mal, la corrupción de lo vivo -lo bueno-, lleva en consecuencia a la nada. Y la nada no puede crear nada.

Lo vivo es bueno. Nadie quiere morir y todos queremos ser felices. La felicidad ¿qué es? ¿De dónde surge este deseo? ¿La música de Bach está en el piano? ¿La de Clapton en la guitarra? No. Y tampoco está en la partitura. La música existe en la acción de tocar música.

Dios es análogo a la música. El espíritu, también. Las neuronas y la química cerebral son el equivalente del piano, la guitarra o la partitura. La partituta es el ADN, en el caso de los seres vivos.

El espíritu, dice el Dios cristiano, "da la vida, la carne no sirve para nada". Esto es como decir: "el músico hace la música cuando toca, el piano solo no sirve para nada".

Dios, entonces, para ser Dios tiene que ser eterno, infinito, creador e increado; omnipotente y omnisciente; único en su simplicidad, porque si es divisible es corruptible y por lo tanto ya no sería Dios. Dividir, trocear, es igual a morir, a separar cuerpo y espíritu: separar es corromper. El mal es corrupción del bien.
Un bien absoluto -Dios- no puede ser corruptible. Es "1" o es "0", como decía al principio. No hay término medio, ni para Dios ni para la vida. No se está muerto a medias, ni vivo a medias.

Este Dios puede tener muchos nombres pero solo hay tres religiones que lo identifican como único, eterno, infinito y todopoderoso: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Este Dios, siguieno el esquema 1-0, ha dicho: "el que no está conmigo está contra mí". No se está con Dios a medias. Si no se está con Él, bien absoluto o "1", se está con el mal o "0". El mal tiene distintas formas también espirituales, y se llaman demonios.

Estos demonios han tomado y toman diversos nombres a través de la historia: en Babilonia, en Egipto, en Roma o en Cuzco y México; en la India o en Japón. De Anubis a Quetzalcoatl, de Baal a Luzbel; de Gaia a Moloch.

Buscan que se les adore a través de sacrificios humanos -niños, por ejemplo- o prácticas que reducen a la persona a una nada que es un suicidio espiritual: ni sufro, ni amo, ni pienso, ni siento. La nada es "0".

Las técnicas para llegar a esa nada son varias: yoga, reiki, meditación trascendental o drogas; chamanismo, magia -toda es negra- y brujería. En todos estos casos, el espíritu del mal se introduce en la persona y la destruye.

La prueba de que es el espíritu del mal consiste en que, en casos extremos, necesitan exorcismos y tienen reacciones violentas ante la presencia de sacerdotes u objetos sagrados cristianos.

La indeferencia o la burla de lo cristiano es un signo del mal.
Ningún buen creyente de una religión se burla del fiel de otra fe.
Ningún buen creyente desprecia a otro creyente.

Por consiguiente, no existen prácticas espirituales inofensivas e inocuas: o te llevan al Dios único de la paz y del amor, o te llevan a los dioses-demonios del egoísmo, la autosatisfacción, el vicio disfrazado de libertad y la esclavitud del mal.

El universo es binario: 1-0. Mal y Bien. Tú decides

SAN JUAN APÓSTOL, AMIGO DE CRISTO, 27 DICIEMBRE


Juan apóstol, amigo de Cristo
Juan se caracterizó por su gran amor a Cristo. Y es lo que yo necesito, amar a Dios, sentirlo cercano, necesario.


Por: P. Juan J. Ferrán | Fuente: Catholic.net 




Juan era hijo de Zebedeo, pescador de Betsaida y de Salomé, una de las mujeres que estuvieron al servicio de Jesús. Era hermano de Santiago, a quienes se les designaba con el título de "hijos del trueno". Fue discípulo de Juan el Bautista de donde pasó a ser seguidor de Cristo, convirtiéndose en uno de sus apóstoles preferidos, el “discípulo amado".
Parece ser que Juan vivió después de todo esto en Antioquía y en Efeso. Además de escribir el Evangelio, Juan escribió el Apocalipsis y tres cartas. Finalmente recordamos que fue el acompañante de María .

Entre todos los aspectos que podríamos señalar en S. Juan, vamos a quedarnos en esta meditación con esa realidad que le caracteriza tanto: su amor a Cristo.

En la vida de todo hombre están en disputa siempre una serie de valores que compiten entre sí por su primacía. Muchas veces en la esfera de la mente y de la razón se hace evidente para un cristiano que Dios es lo primero. Pero posteriormente en la esfera de lo existencial, de lo vital, del día a día, Dios se oscurece en la conciencia para dar paso a otras realidades que copan plenamente la energía, la atención, el pensamiento, la preocupación, hasta el punto de que se convierten así en las verdaderas razones de nuestro existir.

Es ésta una lucha constante y normal en nuestro interior. La realidad de Dios se ve frecuentemente vapuleada por otras realidades que la desplazan. Se termina teniendo tiempo para casi todo, pero no para Dios. Hay frases muy usadas y muy conocidas como "no tengo tiempo para el espíritu", "me es imposible ir a misa", "no encuentro tiempo para confesarme", "ya quisiera tener un minuto para poder leer el Evangelio o algún libro formativo". En el fondo de todo ello está la derrota del espíritu frente a la fuerza y empuje de lo material, de lo inmanente, de lo pasajero. A veces queremos reaccionar frente a esta situación, pero enseguida el tráfago de la vida y las ocupaciones nos apartan de nuestros propósitos.

Como consecuencia de todo ello, sentimos que el espíritu empieza a perder entusiasmo por Dios y nos encontramos cada vez más con un vacío que nos angustia y llena de culpabilidad. Es como si mascáramos el fracaso de una vida que, a medida que avanza, se siente más vacía. Y es que no podemos apagar la sed del espíritu, es que no podemos negar al corazón lo que el corazón necesita de veras, porque tras el olvido de Dios llega a continuación el poner en un lugar también secundario la familia, la esposa, los hijos, la honradez, la verdad. El fracaso del espíritu siempre arrastra tras sí a todo el hombre.

Todo ello hace comprender por qué Dios quiere ser Dios en nuestra vida o por qué el hombre no puede concebir una vida sin Dios. La medida de nuestra dicha, de nuestro gozo, de nuestra paz no puede ser otro que Dios. "Nos hiciste, Señor, para ti". Son palabras que han tenido, tienen y seguirán teniendo una fuerza y una verdad incontestables. Por más que los hombres se empeñen en llenar el vacío de Dios con otras realidades, nunca lo lograrán. Ahí está el porqué Dios es el Señor de nuestras vidas. Sería un suicidio querer plantear una vida y un futuro lejos de Él.

Pero no basta que Dios sea Dios en nuestra vida. Desde su realidad de Dios, Dios debe ser vivido como Padre, Amigo, Compañero, Confidente. Un Dios en quien se crea, pero que no afecte cordialmente a mi vida, con quien yo no tenga una relación personal e íntima, que yo no sienta a mi lado, nunca terminaría convirtiéndose en mi vida en lo primero. Puedo creer en Dios, puedo respetar a Dios, puedo temer a Dios, pero esto necesariamente no es amor. Y realmente lo que necesito es amar a Dios, es decir, sentirlo como persona, sentirlo cercano, sentirlo necesario.

POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Por las almas del purgatorio



Se dice que en la Navidad y el Día de Difuntos muchas almas del purgatorio son liberadas. Lo que nos hace no sólo recordar que debemos orar por ellos.

Y en este momento tan especial de la Navidad, pedir al Niño que ilumine nuestras almas –en lo más profundo– y las purifique. Iluminar y purificar: esto es la petición. Y será contestado por el Espíritu Santo.

Esto nos lleva a un escrito de María Valtorta del 24 de octubre de 1944, a quien Jesús le dictó una oración para rezar por los difuntos. Ruega así por ellos:

¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los ‘hijos de Dios’, concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora.

Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.

¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.

Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: ‘He aquí que la paz se abre para vosotros’.

Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para nosotros el beso que añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de los ‘benditos’ que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios, el encontraros como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo.

SUPERSTICIONES Y RITOS DE FIN DE AÑO SON TRAMPAS DEL DEMONIO, ADVIERTEN SACERDOTES


Supersticiones y ritos de fin del año son trampas del demonio, advierten dos sacerdotes
Poner la fe en supersticiones es dar la espalda a Dios

Incluso aquello que en apariencia es sólo una cábala, un acto trivial de la celebración, tiene consecuencias 


Por: Ana Beatriz Becerra | Fuente: PortaLuz.org 




En las fiestas que celebran el término de un año y comienzo de otro, es común que muchas personas participen de ciertos ritos, buscando con ellos asegurarse beneficios o evitar males. De origen comercial algunos, paganos la mayoría e incluso satanistas otros, son realizados por las personas sin considerar las consecuencias espirituales que involucran estos actos.

Comer 12 uvas, salir a caminar con una maleta, utilizar ropa interior amarilla o roja, comer lentejas o depositarlas en los bolsillos, ponerse un billete en zapato, uso de espigas de trigo o quemar muñecos, son los ritos más recurrentes. Pero también los cultos paganos y satanistas se expresan en las horas de tránsito entre el 31 de diciembre y el 1° de enero.

Portaluz consultó sobre este asunto al exorcista padre Luis Escobar Torrealba de Chile y al Asesor de la Renovación Carismática Católica de Colombia, padre Robín Argel Bravo. Ambos fueron enfáticos para advertir que no es compatible la fe católica con estas supersticiones, creencias y rituales.

El exorcista Escobar recordó que “Jesús habla y condena la superstición como un pecado”, puesto que con ella la persona “deja de creer en Dios y pone su confianza en el objeto, en la creatura y eso es idolatría”, puntualizó. Peor aún, agregó el exorcista, cuando la confianza se pone en el demonio.

Estas prácticas logran seducir a millones de personas que confían sus expectativas -invocando lo deseado- a estos rituales mítico-mágicos. Pero representan también un negocio, pues generan ingresos por venta de los objetos necesarios para el ritual y las celebraciones; o incluso más… paquetes turísticos que seducen para visitar lugares donde se invoca a ídolos con actos rituales que son una festividad masiva, como ocurre con la Macumba de Brasil que venera a Iemanjá o los muñecos que se queman en Colombia.

“Todas las prácticas supersticiosas suplantan a Dios y suplantan su misericordia para con nosotros”, denuncia padre Robin Argel e insiste en señalar que todo lo que nos aleje de Dios… “tiene su origen en el demonio”.

¿Quién se acuerda de Dios el día 31 de diciembre, mientras se desgranan las últimas horas de ese día calendario y al romper el alba del nuevo año?

El exorcista Luis Escobar refrenda lo dicho por padre Robin pues reconoce que más de una vez ha debido atender a personas dañadas por el demonio debido a que creían y practicaban algunas supersticiones. “…Recuerdo el caso de una profesional de la salud. Ella estaba practicando cierta corrientes esotéricas y le habían pedido que pusiera en su casa un objeto: el ‘ojo que todo lo ve’. Comenzó a estar muy mal hasta quedar postrada en la cama. Fuimos con unos hermanos de la Renovación y cuando encontramos todas estas cosas se las botamos, hice una bendición, le rezamos y cuando le puse un Cristo de san Benito insólitamente se recuperó de todo. En los grupos que participaba le habían dicho que no bautizara a su hijo menor. Generalmente una de las primeras puertas para que el demonio ingrese es la superstición. El miedo, la culpa, la brujería son puertas que abrimos, pero la superstición es una puerta grave porque es una forma de decirle no a Dios; la persona pierde libertad, se hace esclava… no paso por debajo de una escalera porque me va a dar mala suerte, si veo un gato negro me paralizo porque me va a ir mal, si derrama sal en la mesa voy a tener grandes problemas, si tienes una hilacha en el abrigo entonces no te la puedo sacar porque vamos a terminar peleando. Debemos poner nuestra confianza en Dios”.

Ama a Dios… pasa el tránsito entre un año y otro junto a Jesucristo, presencia real en la Eucaristía. Adóralo en alguna capilla de adoración eucarística perpetua.

Quienes manejan el negocio de las Nuevas Tecnologías lejos de generar sabiduría a las personas en esta materia, son cómplices al transformar a celulares y otros soportes informáticos en cajas de resonancia de aplicaciones o páginas web que difunden las supuestas bondades de los ritos, tiradas de tarot, horóscopos, cartas astrales, augurios de diverso pelaje y cultos abiertamente satanistas. Una bacanal bien servida que la televisión también se encarga de replicar para beneficio del rating. “Hay ignorancia y la ignorancia suele ser atrevida”, dice sin rodeos el exorcista Escobar.

Padre Robín, con años de experiencia como Asesor de la Renovación Carismática en Colombia agrega que es precisamente el no relacionarse habitualmente con Dios, la peor ignorancia, lo que expone a toda persona a la realidad de mal que las supersticiones atraen. Y destaca que siempre hay consecuencias por estas prácticas. Lo primero porque con ellas se rompe la comunión con Dios, dice, se comete pecado. “El demonio esclaviza con todas estas cosas y quita la libertad…”, finaliza.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 27 DICIEMBRE


Los cinco minutos de María
Diciembre 27





Juan Evangelista recibió a María por Madre. Jesús no podía otorgarle título más tierno y embellecedor que el de “Hijo de María”.

Como dice la liturgia, nosotros compartimos su honor, pues también nosotros somos hijos de María, Su honor y su responsabilidad.

Amemos a María y hagamos siempre cuanto le agrada a tan buena Madre. ¡La Madre de Dios es mi Madre!

María, quiero ser buen hijo tuyo, amarte con todas mis fuerzas y todo tu corazón.



* P. Alfonso Milagro 

PERÚ: TICKETS NO SERÁN INDISPENSABLES PARA MISA DEL PAPA FRANCISCO EN TRUJILLO


Perú: Tickets no serán indispensables para Misa del Papa Francisco en Trujillo
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




LIMA, 26 Dic. 17 / 10:01 pm (ACI).- El Arzobispo de Trujillo (Perú), Mons. Héctor Cabrejos Vidarte, anunció que ya no será un requisito indispensable el ticket físico o electrónico para participar en la Misa que el Papa Francisco presidirá en esta ciudad el próximo 20 de enero.

“El Papa Francisco desea orar con una inmensa comunidad de fieles, porque cuando se ora con mucha fe y con una intención común, la oración tiene mayor fuerza y efecto”, señaló.

“En este sentido, hacemos extensiva la invitación a todos nuestros hermanos en la fe y a las personas de buena voluntad, sin restricciones ni condiciones, a participar en la Gran Celebración Eucarística en la Explanada de Huanchaco, porque el Papa desea que el pueblo de Dios acuda masivamente para alabar y recibir la bendición del Creador”, expresó Mons. Cabrejos.

Según informó la Arquidiócesis de Trujillo, el Prelado aseguró que ese es el “anhelo del Papa, quien viene al encuentro de los fieles de todo el norte y del país entero para ratificar que la Iglesia mantiene siempre sus puertas abiertas para recibir con el mismo amor a todos los hijos de Dios”.

“Ante este pedido del Papa Francisco, consideramos que todos, sin excepción, están invitados a su encuentro para compartir como hijos de Dios y como la gran familia que somos todos; por lo tanto, el ticket impreso o electrónico no es un requisito indispensable para esta reunión eucarística con el representante de Cristo en la tierra”, reiteró el Arzobispo de Trujillo.

El Papa Francisco visitará Perú del 18 al 21 de enero de 2018. El Santo Padre estará en la ciudad selvática de Puerto Maldonado, Trujillo y Lima.

Antes de llegar a Perú, el Pontífice realizará una visita apostólica a Chile.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 27 DICIEMBRE 2017, SAN JUAN EVANGELISTA


Lecturas de hoy San Juan. Apóstol y evangelista
Hoy, miércoles, 27 de diciembre de 2017



Primera lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Juan (1,1-4):

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 96,1-2.5-6.11-12

R/. Alegraos, justos, con el Señor

El Señor reina, la tierra goza, 
se alegran las islas innumerables. 
Tiniebla y nube lo rodean, 
justicia y derecho sostienen su trono. R/.

Los montes se derriten como cera 
ante el dueño de toda la tierra; 
los cielos pregonan su justicia, 
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

Amanece la luz para el justo, 
y la alegría para los rectos de corazón. 
Alegraos, justos, con el Señor, 
celebrad su santo nombre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,2-8):

El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 
27 de diciembre de 2017
Fernando Prado, cmf



San Juan apóstol y evangelista

Queridos hermanos:

“Lo que existía en el principio, lo que nosotros mismos hemos visto y oído (…) eso os anunciamos, para que vuestra alegría sea completa”. El anuncio del Evangelio no puede ser sino el anuncio de una inmensa alegría. Eso sí, no es una alegría forzada ni forzosa. No es esa alegría “por decreto” que parece que hay que manifestar, de manera especial, en las fiestas de Navidad. La alegría del Evangelio es una alegría diferente. Es una serena alegría que se funda en la experiencia de un encuentro con Jesucristo vivo. A veces, incluso permanece la alegría en medio de la prueba, la dificultad o las lágrimas.

No es una experiencia esotérica, reservada a los místicos o a los más listos o intuitivos, a aquellos que son capaces de captar las cosas mejor que los demás. Es la experiencia de un encuentro sencillo, por el que –misterio de la Fe- Dios se hace el encontradizo cuando uno lo busca, bendiciéndole con un maravilloso regalo, un tesoro que permanece para siempre. Es un regalo que aparece como experiencia de perdón, de misericordia, de amor inmerecido. Quien se encuentra con Jesucristo vivo, siente que su vida se siente acompañada, su soledad habitada, su enfermedad sanada, su corazón lleno. Es un Misterio, pero es así. Es el testimonio de los primeros testigos, como Juan evangelista. Eso es lo que anunciamos… “para que vuestra alegría sea completa”.

Que el Señor nos bendiga en este día con la gracia de ese encuentro. Dejémonos encontrar por Él. Entreguémonos a esa confianza. Él está ahí. Él es Dios-con-nosotros. Él nos acompaña y nos quiere bendecir con su alegría.
Un saludo cordial para todos en este día. Vuestro hermano,

Fernando Prado, CMF.

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