viernes, 14 de junio de 2013

INSTRUCCIONES PARA VIVIR EN LA TIERRA


Instrucciones para vivir en la tierra


Recuerdo que antes que yo naciera, estaba preocupado porque no 
conocía el mundo al que llegaría.

Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.

Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:
Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz 
mayor.
Sé como los pájaros. Come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores. Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Sé como el buen perro. Obediente, pero nada más a su Señor.
Sé como la fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día. Que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis. Da tu agua al sediento.
Sé como el río. Siempre hacia adelante.
Sé como la luciérnaga. Aunque pequeña, emite su propia luz.
Sé como el agua. Buena y transparente.
Sé como José. Cree en tus sueños.
Sé como Lázaro. Levántate y anda.
Y sobre todas las cosas, Sé como el cielo: la morada de Dios.

Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar donde 
Tú quieres.

DESDE EL PECADO HACIA EL AMOR

Autor: P.Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Desde el pecado hacia el amor
Para el cristiano, el pecado es siempre una grave ofensa al amor. El pecado lleva al hombre a ir contra Dios.
 
Desde el pecado hacia el amor


El pecado deja huellas profundas y heridas duraderas. Uno de sus mayores daños consiste en hundir al pecador en la tristeza, la amargura, la desesperanza. Otro daño es el de la dejadez: si caigo una y otra vez en lo mismo, ¿para qué luchar por el cambio? Un daño más profundo y sutil consiste en llegar a la idea de que, en el fondo, el pecado no es tan malo, incluso podría ser bueno para uno en su situación actual...

Para el cristiano, el pecado es siempre una grave ofensa al amor. El pecado lleva al hombre a ir contra Dios, al optar por su egoísmo, y contra el prójimo, al preferir el propio bienestar en perjuicio de otros.

Pero si la ofensa es grave, si implica un desorden en el universo, la mano tendida de Dios puede provocar un cambio radical, incluso una situación paradójicamente favorable para el bien.

El pecador que pide misericordia, que se siente perdonado, permite el ingreso en el mundo de una inmensa infusión de bien y de esperanza. La acción de Dios, al ofrecer su perdón, suscita en los corazones una "nueva creación".

"Convertíos y apartaos de todos vuestros crímenes; no haya para vosotros más ocasión de culpa. Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Yahvéh. Convertíos y vivid" (Ez 18,30-32).

El corazón que se deja tocar por el perdón de Dios entra en una nueva vida, empieza a existir en el Reino de la misericordia. Si antes sufría bajo las cadenas del pecado, ahora goza en el mundo del amor.

Los que antes éramos "no-pueblo" podemos llegar a ser Pueblo de Dios. Los que vivíamos sin compasión, podemos ahora ser compadecidos (cf. 1P 2,10).

La Encarnación, la Muerte, la Resurrección de Cristo, han abierto las puertas de los cielos, han abierto las puertas de la misericordia. Si el pecado introdujo el misterio del mal en el mundo, la obediencia del Hijo al Padre ha provocado la revolución más profunda en la historia humana: el perdón.

Quien acoge ese perdón, quien se deja tocar por el Amor redentor de Cristo, ya no puede volver a pensar ni a vivir como pecador. Paradójicamente, el pecado “provocó” la llegada de la gracia. Quien ha sido tocado por la misericordia, quien ha abierto su alma a la conversión, empieza a vivir en el mundo del amor.

"¿Qué diremos, pues? ¿Que debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? ¡De ningún modo! Los que hemos muerto al pecado ¿cómo seguir viviendo en él? ¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. Porque si nos hemos hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, a fin de que fuera destruido este cuerpo de pecado y cesáramos de ser esclavos del pecado" (Rm 6,1-6).

Desde el pecado, borrado por la Cruz del Señor, podemos avanzar hacia el amor. Quien ha recibido tanto amor, sólo puede responder con amor. Quien ha sido perdonado, empieza a comprender que también él necesita perdonar a sus hermanos (cf. Lc 6,37).

Sólo entonces seremos semejantes al Padre de los cielos, que es bueno con todos, también con los ingratos y los perversos (cf. Lc 6,35).

Porque tristemente un día fui pecador. Pero Jesús, en su bondad, me dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más" (Jn 8,11).

  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC 

    PENSAMIENTO SOBRE LA ORACIÓN


    jueves, 13 de junio de 2013

    EL EVANGELIO DE HOY: 13.06.2013

    Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net
    Perdón de las ofensas
    Mateo 5, 20-26. Tiempo Ordinario. Pedir a Dios la gracia de saber perdonar y no juzgar.
     
    Perdón de las ofensas
    Del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26 


    En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos. Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: "No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal." Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo. Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. 

    Oración introductoria

    Señor, gracias por recordarme que no quieres ofrecimientos ni una oración alejada de la realidad mi vida. Limpia mi corazón de todo resentimiento y amargura, de todo rencor o envidia, con tu gracia podré ser un instrumento de tu paz.

    Petición

    Señor, concédeme disculpar de inmediato, con un gesto bondadoso, todas las ofensas y pequeñas molestias del día.

    Meditación del Papa

    Esto es gratuidad: la disponibilidad a dar el primer paso, a ser el primero en salir al encuentro del otro, a ofrecerle la reconciliación, a asumir el sufrimiento que implica renunciar a tener la razón. No ceder en la voluntad de reconciliación. Dios nos ha dado ejemplo de ello, y ésta es la manera de llegar a ser semejantes a él, una actitud que siempre necesitamos, una y otra vez, en el mundo. Hoy debemos volver a aprender la capacidad de reconocer la culpa, debemos renunciar a la falsa convicción de que somos inocentes. Debemos aprender la capacidad de hacer penitencia, de dejarnos transformar; de salir al encuentro del otro y de pedir a Dios que nos dé el valor y la fuerza para esa renovación. En nuestro mundo actual debemos redescubrir el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación. El hecho de que este sacramento en buena parte haya desaparecido de las costumbres existenciales de los cristianos es un síntoma de una pérdida de veracidad respecto a nosotros mismos y a Dios; una pérdida que pone en peligro nuestra humanidad y disminuye nuestra capacidad de paz. Benedicto XVI, 21 de diciembre de 2009.

    Reflexión

    Jesús habla de la realidad dándole un nuevo sentido, iluminándola con el espíritu de la Ley. Para ejemplificar el amor al prójimo, habla de la historia del buen samaritano y concluye, ahora "ve y haz tú lo mismo". Y cuando baja a los detalles de la vida cotidiana sabe que la mayoría de sus oyentes podrían ser protagonistas en sus ejemplos...

    Si es verdad que el amor es el primer mandamiento ¿cómo se pone en práctica? Jesús nos ilustra con tres casos.

    Constituyen el primer grado, lo que hay que evitar. El insulto, la enemistad y la querella contra el prójimo no serán propias de un cristiano. Pero más allá del precepto negativo "no matarás"... se nos abre el horizonte ilimitado del amor al prójimo.

    El primer paso es evitar esas tres actitudes, pero Jesús no se detendrá en ellas mas que como un mero paso intermedio, él va más allá. Por tanto es un buen momento para hacer nosotros también nuestro propio examen de conciencia. Para preguntarnos, a la luz de la fe, ¿qué hay de todo esto en mi corazón? Saber perdonar, no guardar rencores e imitar con ello a Jesucristo es exigente, pero al mismo tiempo liberador.

    La gracia de Dios nos impulsa a ello, es una obra propia del Espíritu Santo, si le dejamos actuar en nuestra alma.

    Propósito

    Si estoy distanciado de alguna persona, dar el primer paso para la reconciliación.

    Diálogo con Cristo

    Lo que cultivo en mi corazón, bueno o malo, va floreciendo y eventualmente se manifiesta en mis acciones. Gracias, Jesucristo, Tú me has enseñado a amar y a buscar la santidad. Me has dado la fe, la esperanza y la caridad para sostenerme y orientarme hacia la fuente de tu gracia, para poder vivir el amor diariamente. María, madre de la misericordia, ayúdame a cultivar un corazón semejante al tuyo 

    ACTITUD POSITIVA


    Actitud positiva 

    Normalmente encontramos dos clases de personas en la vida:
    1. Las que siempre esperan lo peor en cualquier situación.
    2. Las que imaginan lo mejor y esperan lo positivo.

    ¿En cuál grupo estás? Con los pesimistas o con los optimistas. Ojalá seas de aquellos que cuando se propone algo bueno comienzan a generar ideas para ver como se puede hacer.

    En efecto, es desesperante tratar a los que buscan razones y sinrazones para mostrar que algo no se puede hacer.

    Ojalá un día lluvioso sea para ti un día diferente y no un día terrible, ojalá veas en cada obstáculo un desafío y no un problema.

    Está demostrado que atraemos lo que pensamos. De ahí que sí esperas lo peor vas a encontrarlo. Elige concentrarte en lo positivo.

    Pobre de ti si en cada heridita ves ya una hinchazón, en cada resfriado una pulmonía y en cada llovizna una tempestad.

    Ten presente que el optimista siempre gana ya que suponiendo que las cosas se agraven el no anticipar su dolor ni su angustia. Elige contemplar la cara risueña de la existencia.

    A NUESTRO CORAZÓN


    A nuestro corazón

    Amado corazón:

    Tú no estas solo, jamás lo estarás. Dios está contigo en cada segundo de  tu vida, más cerca que tus propios sentimientos. Sólo es tu idea la que te  hace creer que Dios te puede abandonar, pero esto es imposible.

    Te voy a explicar: Dios está en el aire que estás respirando y te da la vida . Si te pones, la mano en el corazón. El sol que nos viene alumbrar cada  mañana es una bendición de Dios para ti, para que vivas y seas feliz.

    ¡ Tú no tienes porqué estar triste nunca! El estado natural del hombre es la alegría , lo que pasa es que vivimos quejándonos por todo lo malo, en vez de dar gracias por todo lo que tenemos y esto nos pone tristes.

    Comienza ya a dar gracias por el aire que respiras, cada objeto de vestir o de adorno que llevas en el cuerpo, por la cama que tienes, por cada pedacito de comida que te llevas a la boca , por cada canción que te sabes. Cada vez que pienses en quejarte , busca algo por lo cual dar gracias a Dios.

    Acostúmbrate a decir por todo "GRACIAS PADRE". Tú vas a ver como tu mundo va a cambiar.

    Comienza a sonreírle a todo, y no importa lo que te diga la gente, es mejor sonreír que estar mal encarado. Sonríele al guardia, al médico, al abogado, barrendero, al ascensorista, al cajero, a los que cocinan, al chofer, a la enfermera. Sonríele al mundo y verás que el mundo te sonreirá también. El rencor y el odio son la madre de la infelicidad.

    Comienza a perdonar ya a todo el mundo, no importa lo que te hayan hecho o dicho, eso es problema del que condena; el tuyo es el de perdonarlos. Diles : Te doy mi amor y mi perdón.

    Si hablan mal de ti, te critican o te condenan, eso no importa, de los más grandes seres se han dicho las peores cosas. Piensa: Si eso lo dicen ,  ¿dónde está lo que hacen? Yo soy un ser que hago y con eso me entiendo con los que hacen y no con los que dicen. Decir, cualquiera dice: para hacer hay que saber y yo soy un ser de acción.

    Si has perdido algo o te han robado, eso tampoco importa. Acuérdate que lo verdaderamente valioso y eterno en ti nadie te lo puede quitar, es tu SER y tu derecho soberano de sentir y pensar. "Lo maravilloso de cuando se pierde es que siempre nos queda Dios".

    Acostúmbrate a bendecir en vez de maldecir o decir malas palabras y verás que as cosas se transforman. Di constantemente a todas las cosas y a todas las personas, no importa lo que sean, hagan o digan, "Dios te Bendice".

    Cada vez que no sepas qué hacer y estés desesperado y no te acuerdes de  nada, repite simplemente el nombre de Dios, tantas veces como te sea  necesario y verás milagros.

    ORACIÓN A SAN ANTONIO DE PADUA


    ORACIÓN A SAN ANTONIO DE PADUA

    ¡Oh admirable y esclarecido protector mío,
    San Antonio de Padua!
    Siempre he tenido grandísima confianza en que me habéis de ayudar en todas mis necesidades,
    rogando por mi al Señor a quien servisteis,
    a la Virgen Santísima a quien amasteis
    y al divino Niño Jesús que tantos favores os hizo.
    Rogadles por mi,
    para que por vuestra poderosa intercesión me concedan lo que pido.

    ¡Oh Glorioso San Antonio!
    Pues las cosas perdidas son halladas por vuestra mediación
    y obráis tantos prodigios con vuestros devotos;
    yo os ruego y suplico me alcancéis de la Divina Majestad
    el recobrar la gracia que he perdido por mis pecados,
    y el favor que ahora deseo y pido,
    siendo para Gloria de Dios
    y bien de mi alma.
    Amén.

    Ésta y muchas oraciones las encontrarán en DEVOCIONARIO CATOLICO 

    miércoles, 12 de junio de 2013

    OFRECIMIENTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESUS


    OFRECIMIENTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESUS

    ¡Divino Corazón de Jesús! Por medio del Corazón Inmaculado de María, te ofrezco las oraciones, obras y trabajos de este día, para corresponder a tu gran amor. Te presento mi vida entera para que se haga tu voluntad y no la mía. Haz que toda mi persona contribuya a la construcción de tu Reino. Que mi corazón responda a los impulsos de tu Corazón. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

    LA ORACIÓN DEL "NO SÉ" UN MODO SENCILLO DE ORAR


    Autor: P. Guillermo Serra, L.C | Fuente: la-oracion.com
    La oración del "NO SÉ" un modo sencillo de rezar
    Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo.
    La oración del

    La oración es fácil y difícil a la vez. Es fácil porque es Dios el que toma la iniciativa y a nosotros nos toca responder. Es difícil porque nos gustaría "saber" muchas cosas en esta relación con Dios, pero con humildad tenemos que reconocer que no sabemos. Pero es precisamente en este "no saber" donde encontramos una gran riqueza si dejamos que Jesús nos hable...

    Les presento una oración sencilla para poder rezar con humildad aprovechando nuestras debilidades.

    1. Mi alma le dice a Jesús: no sé, y Jesús le contesta a mi alma...

    Mi alma: no sé qué decir...

    Jesús: es que no tienes que decir nada, tan sólo escucha.

    Mi alma: no sé cómo comenzar...

    Jesús: es que no hay que comenzar lo que inició desde toda la eternidad. Yo te amé con amor eterno.

    Mi alma: no sé cómo entrar en presencia de Dios...

    Jesús: me tienes dentro, busca bien, eres templo de Dios, haz silencio

    Mi alma: no sé qué hacer en la oración...

    Jesús: no tienes que hacer nada, sino dejarte mirar por mí, escucharme, lo demás, llega sólo.

    Mi alma: no sé cómo escuchar...

    Jesús: mi Palabra es eterna, inclínate hacia tu corazón, escúchalo, ahí está grabada


    2. La oración del no sé en algunos personajes del Nuevo Testamento

    Magdalena: no sé perdonarme...

    Jesús: no tienes que perdonarte, Yo te perdono y te levanto con dignidad, porque eres hija de un Rey.

    Tomás: no sé cuál es el camino...

    Jesús: ¿no ves el camino? Soy Yo, tócame, si te sujetas de mí y caminas a mi lado ya estás en el Camino y llegarás a la Verdad y la Vida.

    Felipe: no sé quién es el Padre, no lo veo...

    Jesús: quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. Yo hago lo que es de su agrado.

    Pedro: no sé caminar sobre el agua...

    Jesús: fija en mí la mirada y podrás caminar sobre cualquier obstáculo. Si quitas tu mirada, te hundirás.

    Samaritana: no sé dónde puedo saciar mi sed...

    Jesús: ven a saciarte en mi fuente, Y soy el Agua que salta hasta la vida eterna.

    Lázaro: no sé cómo asumir el dolor y la muerte...

    Jesús: ¡no temas!, Yo Soy el Médico y la Medicina; la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá para siempre.

    Zaqueo: no sé cómo llenar el vacío de mi vida...

    Jesús: déjame entrar en tu casa y llenarte con mi compañía.

    Juan: no sé permanecer de pie junto a la cruz sin sentirme desfallecer...

    Jesús: si te caes, yo te sostendré. La fidelidad pasa por la valentía de reconocer que sin mí nada puedes, que tu fuerza soy yo.

    Marta: no sé qué hacer con mis cansancios y preocupaciones...

    Jesús: siéntate a mis pies, escucha mis Palabras, no te afanes tanto, no necesito que hagas mucho sino que ames mucho.

    Buen ladrón: no sé cómo reparar mi daño, devolver lo que he robado...

    Jesús: déjame robarte el corazón y llevarlo conmigo al cielo.

    3. Ejercicio para la oración:

    Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo y así, dejar que te llene de su sabiduría. Nosotros no sabemosÉl es la sabiduría infinita que nos ama, nos conoce y nos abraza.

    Nos quiere enriquecer y por eso: "si quieres saber algo, no quieras saber algo en nada" (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo)






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    PENSAMIENTOS SOBRE EL SANTO ROSARIO


    PENSAMIENTOS SOBRE EL SANTO ROSARIO

    "No encuentro otro medio más poderoso para atraer sobre nosotros el Reino de Dios, la Sabiduría, que unir a la oración vocal la oración mental, rezando el Santo Rosario y meditando sus misterios". San Luis María Griñón de Montfort 

    "El Padre Pío tenía Rosarios en todas partes, bajo la almohada, en la mesilla de noche, en los bolsillos, dondequiera... Era el religioso del rosario. Consideraba el Rosario como su arma predilecta contra toda clase de enemigos. En alguna ocasión llegó a afirmar: “ Quisiera que los días tuvieran 48 horas para poder redoblar los rosarios”. Cuando le preguntaban por su herencia espiritual, San Pío de Pietrelcina no dudaba en afirmar que era el Rosario: “¡Amad a la Virgen y hacedla amar. Recitad siempre el Rosario!” San Pío de Pietrelcina 

    "Entre las devociones aprobadas por la Iglesia ninguna más dulce ni más eficaz que el Santísimo Rosario. San Antonio María Claret. 

    ¡Cuántos por el Rosario han salido del pecado! ¡Cuántos han llegado a la santidad! ¡Cuantos han conseguido con una muerte dichosa, la salvación eterna! San Alfonso María Ligorio. 

    Con el Rosario, los enfermos recobrarán la salud o no morirán sin los sacramentos. San Francisco Javier 

    El Rosario es la salvación de los fieles. Papa Clemente VIII 
    El Rosario aplaca la justa indignación de Dios. Papa Gregorio XIV 
    El Rosario es una parte y forma de oración, bellísima acomodada a nuestros tiempos, fácil de practicar y muy fructuosa . Papa León XIII. 

    "En el Rosario se nos hacen visibles las huellas de Jesús en el mundo. <Yo he salido del Padre y he venido al mundo, y ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre>. Del Padre hacia el Padre conduce este camino. Entretanto, el Señor recorrió los muchos caminos de este mundo atravesando en todas direcciones el país. 
    De perla en perla, de decena en decena, recorremos nosotros los caminos de Jesús. A través de los misterios de su niñez, a través de las estaciones de su pasión redentora, podemos nosotros, con María, caminar hacia su plenitud y glorificación. Sus caminos se convierten en nuestros caminos". Cardenal Joachim Meisner 

    "El Rosario invita a nuestros dedos, a nuestros labios y a nuestro corazón a entonar una gran sinfonía de súplica y oración, y por estos motivos es la plegaria más grandiosa que jamás haya compuesto el hombre. El Rosario es un sitio de encuentro de los no instruidos y de los sabios; es la escuela donde el amor sencillo se acrecienta en conocimientos y donde los sabios aumentan su amor". Monseñor Fulton J. Sheen 

    "Rezar el Rosario es revivir con María los mayores sucesos de la Historia. Cuando lo rezamos nos dirigimos precisamente a Dios Padre que nos ha dado a su hijo Jesucristo, pero lo hacemos poniendo de intermediaria a la Virgen Madre de Dios". "El Rosario es una cadena misteriosa formada con eslabones de confianza que nos une indisolublemente al corazón de la Madre de Dios y de los Hombres". P. Anselmo del Álamo 

    "Si nos dieran un programa más difícil de salvación, muchas almas que se condenarán tendrían el pretexto de que no pudieron realizar dicho programa. Pero ahora el programa es brevísimo y fácil: rezar el Santo Rosario. Con el Rosario practicaremos los Santos Mandamientos, aprovecharemos la frecuencia de los Sacramentos, procuraremos cumplir perfectamente nuestros deberes de estado y hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros". Sor Lucía de Fátima.

    "Para el que es espiritual, para el que ha avanzado por el camino de oración, el Rosario es el modo más simple a vivir la oración de modo concreto y prolongado... No temo en afirmar que quien rece este tipo de oración y se encuentra a gusto recitándolo es un contemplativo o ciertamente está en camino de serlo". Carlo Carretto 

    "El rezo del Santo Rosario, con la consideración de los misterios, la repetición del Padrenuestro y del Avemaría, las alabanzas a la Beatísima Trinidad y la constante invocación a la Madre de Dios, es un continuo acto de fe, de esperanza y de amor, de adoración y reparación". San Josemaría Escrivá de Balaguer.

    "La oración es la única fuente posible de toda comprensión. ¿El Rosario? ¡Admirable creación! ¿Rezar meditando los misterios? Este es el camino". Miguel de Unamuno 

    Amemos a Nuestro Amado Señor Jesús recordando y meditando su vida en cada Misterio, rezando la oración que Él mismo nos enseñó con el Padre Nuestro, saludando a Nuestra Madre Bendita con cada Ave María, Y Glorificando a Nuestro Dios en cada Gloria. Unámonos en oración por Amor a Jesús. Y mientras vamos uniéndonos, todos los que seguimos esta devoción, formaremos en el mundo entero millones de rosas que suben al Cielo recordando a nuestro Señor que somos velas siempre encendidas hacia su Amor. 

    LOS TRES SACERDOTES DEL TITANIC


    LOS TRES SACERDOTES DEL TITANIC

    Tres sacerdotes se encontraban a bordo del barco la noche del penoso hundimiento y ayudaron heroicamente a muchos pasajeros a subirse a los botes salvavidas y, en los momentos finales, acompañaron con los sacramentos y la oración a las víctimas del desastre, ofreciendo sus vidas por los demás.

    El padre Juozas Montvila, sacerdote nacido en 1885 en Lituania, era el más joven de los tres presbíteros a bordo del transatlántico. Se dirigía a Estados Unidos para servir pastoralmente a las comunidades de inmigrantes lituanos en Nueva York o en Massachusetts. Al presbítero le había sido prohibido el ejercer su ministerio católico en su tierra natal, en medio de la represión religiosa de los zares rusos.

    De acuerdo con el testimonio de varios supervivientes, Montvila “cumplió su misión hasta el fin”, rechazando la 
    posibilidad de salvarse, mientras ayudaba a otros pasajeros a alcanzar los botes salvavidas. El presbítero es considerado un héroe en Lituania.

    Por su parte el padre Joseph Peruschitz , sacerdote benedictino alemán, viajaba a Estados Unidos para asumir el cargo de director de la escuela de preparación de los benedictinos en Collegeville, Minnesota. Durante el viaje, y a semejanza de los otros dos sacerdotes, el presbítero escuchó confesiones y celebró misa cada día.

    Según el testimonio de un superviviente, en los últimos minutos de la tragedia, Peruschitz junto al padre Thomas Byles dirigieron el rezo del Rosario junto a las víctimas que habían quedado a bordo, al mismo tiempo que las olas llegaban a la cubierta.

    El Padre Byles viajaba rumbo a Norteamérica para presidir el matrimonio de su hermano William. En el momento de la colisión del Titanic contra el iceberg que ocasionó la catástrofe, Byles se encontraba rezando con su breviario.

    Todos los testimonios de los supervivientes coinciden en destacar el gran liderazgo y el valor demostrado por el sacerdote británico.

    A las 2:20 h. de la madrugada del 15 de abril, la hora en que se hundió completamente el barco, Byles rezó el Acto de Contrición junto a los fieles que permanecían de rodillas junto a él, y les dio la absolución general.

    Una historia particular es la del padre Francis Browne, quien viajó a bordo del Titanic pero como seminarista jesuita y se libró de la tragedia. En abril de 1912, recibió un regalo de su tío: un pasaje para el primer viaje del Titanic en su tramo europeo, desde Southampton, Inglaterra hasta Queenstown, Irlanda, vía Cherbourg, Francia. Durante el trayecto, entabló amistad con una pareja de millonarios americanos, que estaban gozando de la compañía del seminarista. Tanto es así, que decidieron ofrecerle pagarle el pasaje de ida y vuelta a Nueva York. Browne telegrafió a su Superior para pedirle permiso, pero su respuesta negativa fue muy contundente: "Salga de ese barco". El seminarista obedeció y probablemente salvó su vida gracias a ello. El sacerdote jesuita mantuvo esa nota en su billetera hasta el último de sus días de vida.  Sin embargo, durante el poco tiempo que estuvo en el interior del Titanic, el entonces joven seminarista, aficionado a la fotografía, retrató el estilo de vida de los pasajeros y la tripulación del transatlántico.  Browne sirvió luego como capellán de las fuerzas irlandesas durante la I Guerra Mundial, demostrando gran valor, lo que le fue recompensado con varias condecoraciones, entre ellas la Cruz Militar. Recorrió pastoralmente toda Irlanda y Australia, fotografiando todo a su paso. En el momento de su muerte, en 1960, las imágenes que había recopilado ascendían a 42.000.

    El padre Edward O’Donnell, compañero del padre Browne, sacó a la luz sus fotografías olvidadas y las calificó como un “equivalente fotográfico al descubrimiento de los pergaminos del mar muerto”. Se sabe con certeza también que la orquesta del Titanic, en medio de la zozobra por el inminente hundimiento, tocó la emocionante y significativa ‘Cerca de Ti, Señor’, minutos antes del ‘final’.

    JESÚS ESTÁ EN LA VENTANA


    JESÚS ESTÁ EN LA VENTANA

    Durante el verano, Juan y su hermanita Teresa fueron a pasar unos días a la granja de sus abuelos. Como el niño no paraba quieto, su abuelo le dejó que jugara fuera y que practicara con su tirachinas. No lograba darle a ninguna de las latas que había preparado para hacer blanco. Desanimado, se dispuso a regresar a casa para cenar.

    Mientras caminaba de regreso, vio un pato, al parecer el más querido por su abuela. Y, como un impulso, cogió el tirachinas y lanzó la piedra, sin pensar que podría acertar. Le dio al pato en plena cabeza y cayó en redondo. Él estaba impresionado y consternado. En un momento de pánico, escondió el pato muerto detrás de unas maderas. En ese momento vio que su hermana lo estaba observando. Teresa lo había visto todo, pero no dijo nada. Después del almuerzo del día siguiente, 
    la abuela dijo:
    - Teresa, vamos a lavar los platos.
    Pero Teresa dijo:
    - Abuela, Juan me ha dicho que él quería ayudarte en la cocina.
    Luego le susurró a él:
    - ¿Recuerdas lo del pato?
    Así es que Juan lavó los platos.
    Más tarde, ese mismo día, el abuelo les preguntó a los niños si querían ir a pescar, y la abuela 
    dijo:
    - Lo siento, pero necesito que Teresa me ayude a hacer la compra.
    Teresa sonrió y dijo:
    - Bueno, no hay problema, porque a Juan le apetece mucho ayudar a la abuela con la compra.
    Ella, de nuevo, se acercó a su hermano y en voz baja le dijo:
    - ¿Recuerdas al pato?
    Así es que Teresa se fue a pescar y Juan se quedó ayudando.

    Después de varios días en los que Juan hacía tanto sus tareas como las de su hermana, no aguantó más y decidió poner fin a lo que le estaba fastidiando las vacaciones. Le confesó a su abuela que había matado al pato.

    La abuela reaccionó rápido, abrazó a su nieto y le dijo:
    - Corazón, ya lo sabía. ¿Sabes? Yo estaba en la ventana cuando sucedió y vi todo lo que pasó. Pero, porque te quiero, te perdono. Sólo me preguntaba cuánto tiempo tardarías en decidirte y en permitir que tu hermana Teresa te hiciera chantaje. Nunca hay que tener miedo a decir la verdad, además siempre puede haber alguien que te vea por la ventana. Me preguntaba cuánto tiempo mas permitirías que Teresa te hiciera su esclavo.

    Moraleja: 

    Lo que hayas hecho en tu pasado y el Diablo continúe restregándotelo en tu cara (mentiras, deudas, miedos, odios, ira, falta de perdón, amargura, etc.), cualquier error que hayas cometido, has de saber que Jesús estaba parado en la ventana y Él vio todo lo sucedido. 

    Él ha visto tu vida completa y quiere que sepas que te Ama y que si le pides perdón, estás perdonado. Él sólo se está preguntando cuánto tiempo más dejarás que el Diablo te esclavice. 

    Lo maravilloso de Jesús es que cuando tú pides perdón, Él no sólo te perdona si no que lo olvida, porque nos salva por medio de Su Gracia y Su Misericordia. 

    Y recuerda siempre que... ¡Jesús está en la Ventana! 

    SERÁS UN TRIUNFADOR


    SERÁS UN TRIUNFADOR

    Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar. 
    Cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qué dirán. 
    Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados. 
    Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida. 
    Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.

    Cuando actúes por convicción y no por adulación. 
    Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad. 
    Cuando sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas. 
    Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un dios.
    Cuando sepas enfrentar tus errores tan fácil y positivamente como tus aciertos. 
    Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza. 
    Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.
    Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer.
    Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona. 
    Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y sólo entonces, serás... ¡UN TRIUNFADOR!

    EL EVANGELIO DE HOY: 12-06-2013

    Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net
    Jesús ante la Ley antigua
    Mateo 5, 17-19. Tiempo Ordinario. No basta cumplir con reglas para estar cerca de Dios, hay que amarlo.
     
    Jesús ante la Ley antigua
    Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19 


    «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. 

    Oración introductoria

    Dios mío, me postro ante Ti en esta oración, quiero escucharte y ser dócil a tus inspiraciones, porque sólo Tú podrás dar plenitud a mi vida.

    Petición

    Señor, dame la gracia para que nunca contradiga tus mandamientos, concédeme ser un auténtico seguidor y testigo de tu amor.

    Meditación del Papa

    La mentalidad actual propone una libertad desvinculada de valores, de reglas, de normas objetivas, y que invita a rechazar todo lo que suponga un límite a los deseos momentáneos. Pero este tipo de propuesta, en lugar de conducir a la verdadera libertad, lleva a la persona a ser esclava de sí misma, de sus deseos inmediatos, de los ídolos como el poder, el dinero, el placer desenfrenado y las seducciones del mundo, haciéndola incapaz de seguir su innata vocación al amor.
    Dios nos da los mandamientos porque nos quiere educar en la verdadera libertad, porque quiere construir con nosotros un reino de amor, de justicia y de paz. Escucharlos y ponerlos en práctica no significa alienarse, sino encontrar el auténtico camino de la libertad y del amor, porque los mandamientos no limitan la felicidad, sino que indican cómo encontrarla. Jesús, al principio del diálogo con el joven rico, recuerda que la ley dada por Dios es buena, porque "Dios es bueno". Benedicto XVI, Mensaje para la XXV Jornada de la Juventud, 2010.

    Reflexión

    Toda esa tremenda legislación se convirtió en una carga demasiado pesada. Los mismos judíos experimentan esta casi insuperable dificultad. Ser un hombre perfecto, como Dios lo quiere, sin estar unido verdaderamente a Dios desde el interior, es una tarea imposible.

    Los actos externos, el culto, los ritos y todos los sacrificios, no pueden todo unido llegar al valor de un simple acto de contricción, de una simple y sencilla oración que nace del corazón y que diga: "Señor, ten piedad de mi, porque soy un pecador... un corazón contrito y humillado tú, Oh Dios, no lo desprecias", dice el salmo. Cuántos se habían olvidado de esto en aquellos tiempos, y cuántos hoy pensamos que para tranquilizar la conciencia basta un acto externo, una limosna, o ni siquiera eso... Hemos adaptado tanto a nuestro antojo la ley de Dios que su contenido casi ha desaparecido o nos contentamos con "decir algo a Dios de vez en cuando"...

    El camino de una verdadera conversión interior, es el de un leal esfuerzo por interiorizar nuestra experiencia y relación con Él, pero sin dejar de aprovechar las riquezas espirituales de la Iglesia, sobre todo a través de los sacramentos. Ahí encontraremos al Señor siempre que le busquemos. Su espíritu está ahí presente y actúa por encima de las instituciones y de las personas... Yo estaré con vosotros hasta el final del mundo...

    Propósito

    Cumplir siempre las leyes civiles y de la Iglesia y reflexionar en qué sentido me lleva a vivir más plenamente el amor.

    Diálogo con Cristo

    Señor, erróneamente existe la tendencia de pensar que así como el agua y el aceite no se mezclan, tampoco lo hacen tus mandamientos y la felicidad. Por eso, con diligencia voy adormilando mi conciencia, y sutilmente hago a un lado todo lo que implique renuncia, esfuerzo, sacrificio. Gracias por recordarme que me ofreces tu gracia y amor para ser fiel siempre a tu ley, que tiene como fundamento el amor. 

    martes, 11 de junio de 2013

    Cristo, lo que el hombre de hoy y de siempre espera

    Autor: P. Juan P. Ferrer | Fuente: Catholic.net
    Cristo, lo que el hombre de hoy y de siempre espera
    ¿Tú, Cristo, eres capaz de llenar de alegría mi vida, de gozo mi corazón, de ilusión mi caminar ?
     
    Cristo, lo que el hombre de hoy y de siempre espera


    Los hombres de todos los tiempos se han preguntado una y otra vez por la felicidad, aunque tal vez nunca comprendieran qué es realmente eso de la felicidad. Y se han dedicado siempre a buscarla por todos los conductos y todos los medios. Han elaborado teorías tan variopintas que entre unas y otras se dan profundas contradicciones. Y, siempre al final, se tiene la impresión de que no se acaba de acertar: ni la vida fácil, ni el estudio de la filosofía, ni el dinero, ni la fama, ni el progreso, ni muchas otras cosas son capaces de llenar el corazón infinito del hombre. Por ello, es que muchos seres humanos al vuelto los ojos hacia la figura de Cristo y le han preguntado si él puede de veras llenar el corazón humano de paz y de gozo. Hoy se lo queremos preguntar nosotros.

    ¿Eres tú, Cristo, lo que el hombre de hoy y de siempre espera? Todos sabemos por la historia que Jesús era un hombre excepcional, pero eso no basta para llenar el corazón humano. Juan Bautista envió a Cristo una legación para preguntarle: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? (Mt 11,3). Éste es el interrogante que siempre se plantea el ser humano. Cristo responde afirmativamente a la pregunta de Juan Bautista, explayándose sobre sus propias obras que constituyen la prueba ineludible de los tiempos mesiánicos. Él, por tanto, afirma que es lo que el hombre de antaño, de hoy, y de mañana ha esperado, espera y esperará.

    ¿Tú, Cristo, puedes llenar siempre el corazón humano, infinito por su propia capacidad? Jesús no sólo fue un hombre perfecto, sino que era por antonomasia Dios Perfecto. En su condición de Dios, Jesús puede garantizarnos a los seres humanos su capacidad infinita en el tiempo y en la eternidad de llenar el corazón humano.

    ¿Quién en esta vida nos puede asegurar que nos querrá siempre? ¿Qué en esta vida nos podrá certificar que nos agradará siempre? ¿Qué en esta vida nos podrá vender la mentira de que siempre nos llenará de satisfacción? Todo, y todo lo que no sea Dios, es caduco, no podrá nunca asegurarnos un estado de felicidad infinita. Basta ver cómo se derrumban las esperanzas que tantos seres humanos han construido esperándolo todo de ellas. Sólo Cristo permanece.

    Finalmente, ¿Tú, Cristo, eres capaz de llenar de alegría mi vida, de gozo mi corazón, de ilusión mi caminar con ese Evangelio en donde sólo los pobres, los mansos, los misericordiosos, los perseguidos van a ser felices? Y Cristo nos asegura que sí, que Él es capaz de llenar nuestras vidas con todo esto que el mundo desprecia y rechaza, porque los bienaventurados del mundo moderno son los poderosos, los dominadores, los ricos, los vengativos, los iracundos, los reconocidos, los que ríen. Es tremendo ver cómo se puede concebir de forma tan distinta la felicidad, pero ya la historia va dando de sobra la razón al Evangelio. Porque del Evangelio han salido los hombres felices, en paz, llenos de ilusión y esperanza. De las teorías del mundo moderno han salido las depresiones, las ansiedades, las angustias, la tristeza.

    En conclusión, aceptemos a Cristo con ilusión, como la esperanza que se coloca por encima de cualquier otra esperanza, como la promesa que hace realidad lo más apetecido por el ser humano, como la certeza de un futuro lleno de sentido y de gozo. Cristo, Hijo de Dios, Perfecto Dios y Perfecto Hombre es la medida del corazón humano. 

    Donde haya un árbol que plantar...


    Donde haya un árbol que plantar...
    Autor: Gabriela Mistral


    "Donde haya un árbol que plantar, 
    plántalo tú; 
    donde haya un error que enmendar, 
    enmiéndalo tú; 
    donde haya un esfuerzo que todos esquiven,
    acéptalo tú. 

    Sé el que aparta el camino la piedra,
    el odio de los corazones y las dificultades del problema.

    Hay la alegría de ser sano y justo; 
    pero hay,  sobre todo, 
    la inmensa alegría de servir. 

    ¡Que triste sería el mundo
    si en él todo estuviera hecho! 
    Si no hubiera un rosal que plantar, 
    una empresa que emprender. 

    No caigas en el error de pensar
    que sólo se hacen méritos 
    con los grandes trabajos.

    Hay pequeños servicios, 
    preciosos a los ojos de Dios: 
    barrer la casa,
    recoger basura,
    poner una mesa,
    ordenar unos libros..... 

    El servir no es una faena de esclavos.
    Dios, que es todo poderoso sirve, 
    y nos enseña a servir. 

    Servir al pobre,
    al niño, al enfermo, 
    al débil, al anciano, 
    a todos los necesitados,
    es servir a DIOS".

    ORACIÓN A SAN ANTONIO DE PADUA PARA OBTENER UN TRABAJO


    JUVENTUD


    Juventud
    Autor: Samuel Ullman


    La juventud no es una época de la vida; es un estado mental. No consiste en tener mejillas sonrosadas, labios rojos y piernas ágiles. Es cuestión de voluntad; implica una cualidad de la imaginación; un vigor de las emociones; es la frescura de las profundas fuentes de la vida.

    Juventud es el dominio temperamental del arrojo sobre la pusilanimidad de los apetitos; del ímpetu aventurero sobre el apego a la comodidad. Esta actitud a menudo se encuentra más en un hombre de 60 años que en un muchacho de 20. Nadie envejece meramente por el número de años que ha cumplido. Envejecemos cuando desertamos de nuestros ideales.

    Los años pueden arrugar la piel; pero cuando se renuncia al entusiasmo le salen arrugas al alma. las preocupaciones, el temor, la falta de confianza en uno mismo, encogen el corazón y aniquilan el espíritu.

    Lo mismo a los 60 que a los 16, en todo corazón humano palpitan el ansia por lo maravilloso y el constante apetito - como de niño - por lo que ha de venir y la alegría inherente al juego de la vida. En el centro del corazón - del tuyo y del mío - existe una estación de radio. Mientras reciba mensajes de belleza, esperanza, alegría, valor y fuerza, tanto de los hombres como del Infinito, seguirás siendo joven.

    Cuando se abatan tus antenas, cuando las nieves del cinismo y el hielo del pesimismo cubran tu espíritu, entonces sí habrás envejecido, aunque sólo tengas 20 años. Pero mientras tus antenas sigan en alto, dispuestas a captar las ondas del optimismo, hay esperanzas de que mueras joven, aún cuando seas un octogenario.

    JESÚS PARA EL HOMBRE DE HOY

    Jesús para el hombre de hoy
    Autor: P. José Luis Richard 


    La memoria del hombre no es infalible. Existe la famosa curva del olvido: después de aprender algo, poco a poco el tiempo lo oscurece y confunde y quizá hasta lo borra. 

    Algo así parece que ha pasado con la imagen de Cristo. Ha sufrido esa misma curva del olvido. Muchos hombres aún distinguen una imagen más o menos clara de Cristo aunque algo desfigurada. Otros la ven ya un poco borrosa. Algunos la han perdido. Hoy Cristo nos pregunta la opinión que de Él tiene el mundo como aquel día preguntó a sus discípulos en Cesarea de Filipo: ¿Quién dice la muchedumbre que soy yo? 

    También nosotros tendríamos que responderle: "los hombres dicen que eres Elías o uno de los antiguos profetas". Hablan de Cristo como si se tratara de un monumento histórico o de un personaje legendario. Para muchos hombres Cristo ha perdido su actualidad. No ejerce atractivo en el mundo. Su doctrina ha pasado de moda. No tiene nada que enseñar a los hombres tan avanzados de hoy. 

    Otros comparan a Cristo con Juan el Bautista. Lo creen demasiado sobrio y difícil, demasiado austero. Les parece demasiado exigente y su doctrina muy pesada para los hombres de hoy. O quizá ellos son demasiado cómodos y buscan llegar a la cima sin moverse ni sudar. Ciertamente reconocen la validez de su doctrina pero no se animan a hacerla propia.

    Preferirían alcanzar a Cristo más fácilmente. Ser virtuosos, pero sin esfuerzo. Desearían que Cristo no hubiera hablado de cruz, que se hubiera limitado a contarles esas cosas tan bonitas del cielo, del banquete, de los lirios del campo... 

    En cambio, Pedro exclama, jubiloso, su experiencia de Cristo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. 

    No sabe bien todavía cómo ha llegado a esa conclusión pero su corazón asiente a lo que acaba de decir. Al inicio él había seguido a Cristo atraído por su liderazgo, su personalidad. El rostro de Cristo irradiaba alegría y atractivo. Nadie como Él de íntegro: buscaban prenderlo pero no encontraban falta alguna en él. Ninguno tan recio y varonil y, al mismo tiempo, tan cariñoso con los niños y bondadoso con los enfermos y pecadores. Sabía apreciar mejor que nadie la belleza de una flor, del lago, del cielo... 

    Después Jesús había confirmado su fe incipiente con imponentes milagros, le había enseñado, orientado... incluso le había corregido varias veces. También le había puesto a prueba alguna vez, pero su amistad se había mantenido firme: "Señor, ¿a quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68).

    Y ahora que Jesús se enfrenta con la hostilidad y el rechazo y ha tenido que abandonar Jerusalén, él le vuelve a reiterar su fe y su adhesión. Pero en esta ocasión, sus palabras denotan ya mayor profundidad y emoción: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.

    Tres experiencias de Cristo. Tres fotos. Pero válida sólo la que sacó Pedro. Los otros se la sacaron a un fantasma, no al Cristo auténtico.

    Cristo está vivo. No luchamos por una figura histórica solamente. Como hace veinte siglos, Él es motivo de amor y de odio. Contra Él chocan las olas de la humanidad y en Él se dividen las vidas de los hombres.

    EL EVANGELIO DE HOY: 11.06.2013

    Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net
    Ustedes son la luz del mundo
    Mateo 5, 13-16. Tiempo Ordinario. Quien verdaderamente se ha encontrado con Jesús, no puede callar.
     
    Ustedes son la luz del mundo
    Del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16

    «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

    Oración introductoria

    Dios mío, me has llamado a la santidad. Ilumina mi mente y mi corazón en esta oración para descubrir dónde se encuentra la verdadera felicidad, sólo ésta quiero desear y no las burdas imitaciones que me ofrece el mundo.

    Petición

    Señor, te pido que deje entrar tu luz a mi conciencia para ser sal que ilumine y dé sabor a la vida de los demás.

    Meditación del Papa

    La verdad misma siempre va a estar más allá de nuestro alcance. Podemos buscarla y acercarnos a ella, pero no podemos poseerla del todo: más bien, es ella la que nos posee a nosotros y la que nos motiva. En el ejercicio intelectual y docente, la humildad es asimismo una virtud indispensable, que protege de la vanidad que cierra el acceso a la verdad. No debemos atraer a los estudiantes a nosotros mismos, sino encaminarlos hacia esa verdad que todos buscamos. A esto os ayudará el Señor, que os propone ser sencillos y eficaces como la sal, o como la lámpara, que da luz sin hacer ruido. Todo esto nos invita a volver siempre la mirada a Cristo, en cuyo rostro resplandece la Verdad que nos ilumina, pero que también es el Camino que lleva a la plenitud perdurable, siendo Caminante junto a nosotros y sosteniéndonos con su amor. Arraigados en Él, seréis buenos guías de nuestros jóvenes. Con esa esperanza, os pongo bajo el amparo de la Virgen María, Trono de la Sabiduría, para que Ella os haga colaboradores de su Hijo con una vida colmada de sentido para vosotros mismos y fecunda en frutos, tanto de conocimiento como de fe. Benedicto XVI, 19 de agosto de 2011.

    Reflexión

    Esos a quienes llamamos santos lograron la nota más alta en su vida porque se dedicaron a servir. Porque se entregaron sin límites a sus hermanos. La alegría del cristiano es una alegría verdadera, profunda que está llamada a ser sal de la tierra. No puede quedarse oculta. Siendo lo que es, debe calar y debe motivarnos a transmitirla, a darla a conocer a los demás. Está felicidad se halla en el encuentro personal con Cristo. Sí, antes de salir a predicar, los santos se encontraron con Jesús. Por ello, tan sólo les bastaba una sonrisa para trasmitir a Dios, lo irradiaban, estaban rebosantes de Él.

    Cuentan que un día, san Francisco de Asís le pidió a uno de los frailes cofundadores que se preparara para salir a predicar con él. Salieron y estuvieron caminando y dando vueltas por todo Asís, durante una hora y media. En un cierto momento, el fraile que lo acompañaba le preguntó a san Francisco: “Padre Francisco, usted me dijo que saldríamos a predicar. Hasta ahora, sólo hemos caminado y recorrido todo el pueblo”. San Francisco le respondió: “Hermano, llevamos una hora y media de predicación. No hay mejor predicación que la sonrisa y el testimonio de una vida auténticamente cristiana”.

    Ojalá que también nosotros prediquemos el mensaje de la felicidad, de la sonrisa, de la plenitud cristiana. Que seamos sal y luz para nuestros familiares y amigos. Quien verdaderamente se ha encontrado con Jesús no puede callar, no puede encerrarse en sí mismo, debe compartirlo con todo el mundo.

    Propósito

    Ser el primero en disculparme u ofrecer una solución en alguna discusión que se presente.

    Diálogo con Cristo

    Jesús, me llamas a ser la sal y la luz para los demás, esto implica que mi testimonio de vida, palabras y acciones deben ser un reflejo de tu amor, de tu misericordia infinita. Tu gracia es la fuente para la felicidad. Ayúdame, Señor, a guiarme en todo por el Espíritu Santo, para que Él sea quien edifique, en mí, al auténtico testigo de tu amor.


    La gente que ama mucho sonríe fácilmente, porque la sonrisa es, ante todo, una gran fidelidad a sí mismo. Y atención porque se habla de sonrisa y no de risa. "Mayor felicidad hay en dar que en recibir" (Hch 20, 35).
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