Autor: Caludio de Castro | Fuente: Catholic.net En medio de la enfermedad | |
He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios. | |
He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios. Tus fuerzas te abandonan y tú te abandonas ante su presencia soberana. Entonces surge Dios y dice: "No temas, Yo estoy contigo". Y todo cambia. Comprendes que hay un sentido para todo, incluso tu enfermedad. Por momentos, acostado, me trasladaba con mi mente a una capilla donde esta expuesto Jesús Sacramentado. Me detengo frente a Jesús y lo miro. Y le digo que lo quiero. "Eres mi mejor amigo, Señor". No hacemos más que eso. Pero me siento tan feliz de poder entregarle estos pequeños gestos de amor. Comprendo lo frágiles que somos los humanos y la grandeza de nuestro espíritu. Anoche, ocurrió algo significativo. Me dormí profundamente y dormido, en sueños, me puse a rezar. Entonces escuché la voz paternal de Dios que se preguntaba: "¿Qué haré contigo?" Yo, intuitivamente respondí: "Devolverme la salud". De pronto surgió una pregunta que me estremeció: "¿Y qué hiciste con la salud que te di?" Me vi entonces en un tranque vehicular gritándole al conductor de al lado... luego, molesto con una cajera que no me atendió a tiempo. Surgieron así, en cuestión de segundos, cientos de situaciones similares de las que me avergoncé. Sin dejar de amarme, Dios preguntó: "¿Amaste?" “Muy poco Señor”, reconocí, "creo que fui egoísta con el tiempo que me diste". "Está bien reconocerlo”, dijo con ternura… “Tendrás otra oportunidad. Ama y haz todo el bien que puedas". Entonces desperté. Algo pasó en ese sueño, que me llenó de esperanza. La gripe está cediendo y pronto volveré a salir. Pero esta vez seré diferente. Trataré de ver al prójimo como a mi hermano, y estaré más cerca de Dios: amando, ayudando al que pueda. |
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viernes, 28 de junio de 2013
EN MEDIO DE LA ENFERMEDAD
AFICIONARSE A ORAR
Aficionarse a orar
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
Santa Teresa comienza el libro de su Autobiografía con un grato reconocimiento al testimonio de sus padres.”El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastará ,si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena.
Era mi padre aficionado a leer buenos libros. Con el cuidado que mi madre tenia de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nuestra Señora y de algunos santos, comenzó a despertarme de edad – a mi parecer- de seis a siete años.
Ayudábame no ver en mis padres favor sino para la virtud. Tenían muchas”.
"La familia -decía el Decreto sobre el Apostolado de los Seglares, n. 11- ha recibido directamente de Dios la misión de ser la célula primera y vital de la sociedad. Cumplirá esta misión si, por la mutua piedad de sus miembros y la oración en común dirigida a Dios, se ofrece como santuario doméstico de la Iglesia ... si la familia practica el ejercicio de la hospitalidad y promueve la justicia y demás obras buenas al servicio de todos los humanos que padecen necesidad"
Santa Teresa tuvo la suerte de tener unos padres virtuosos que, además de preocuparse de que sus hijos crecieran en la fe, eran testimonio de vida. De ellos heredó nuestra Santa el amar a Dios sobre todas las cosas y a sentirse amada por Él.
Los padres deben hablar de Dios y hacer que sus hijos crezan en este respeto y amor al Padre de todos. A los pequeños se les enseña a comer, a caminar, a hablar, ¿ por qué no se les puede enseñar y "hacer rezar" y poner cuidado en que sean devotos de la Virgen y los santos? Lo que se aprende en los primeros años, sirve para toda la vida.
El chaval tiene que orar en común con sus padres en toda ocasión : en las alegrías, tristezas, cumpleaños, aniversarios, al dormir, al levantarse de la cama, al bendecir la mesa, en las reuniones familiares. Con los padres visitará a Jesús en el Sagrario, conversará con El como amiguito, participará en la Eucaristía.
Conviene, además, que los esposos tengan tiempo para la reflexión conjunta, para orar como pareja, sobre todo, cuando el amor se debilita y el diálogo flaquea. En esos momentos de dificultad, habrá que repetir con frecuencia la vieja plegaria del Evangelio: "Señor : nos estamos quedando sin vino".
"Oh Dios de quien procede toda la paternidad en el cielo y en la tierra...haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de las familias y de todas las familias del mundo. Haz que las nuevas generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor. Haz que el amor corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que pasan las familias" (Juan Pablo II)
PEDRO Y PABLO EN EL AÑO DE LA FE
Autor: P. Javier Leoz Ventura | Fuente: www.revistaecclesia.com Pedro y Pablo en el Año de la Fe | |||
Dos personas que fueron cimientos y puntales de los primeros tiempos de la evangelización cristiana: Pedro y Pablo | |||
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EL ARTE DE LA SERENIDAD
El arte de la serenidad
Autor: Seneca
El material del que está hecho la vida es el tiempo. Aquí se dan 40
consejos para su sabia administración y disfrute.
1. Nuestra vida se extiende mucho para quien sabe administrarla bien.
2. ¿Se atreve alguien a quejarse de la soberbia del otro cuando él
mismo nunca tiene tiempo libre para sí?
3. Nada puede ejercitarse bien por un hombre ocupado, ni la
elocuencia, ni las artes liberales, pues cuando un espíritu es
distraído, no cobija nada muy elevado, sino que todo lo rechaza como si fuese inculcado a la fuerza.
4. A los hombres más poderosos, los que están situados en altos
cargos, se les escapan palabras en las que anhelan el descanso, lo
alaban, lo prefieren antes que a todos sus bienes.
5.-. Hay que suavizar todas las cosas y hay que sobrellevar todas con buen ánimo.
6. Aquel que dedica todo el tiempo a su propia utilidad, el que
dirige cada día como si fuese el último, ni suspira por el mañana, ni
lo teme.
7. Debe conservarse con sumo cuidado lo que no se sabe cuando va a faltar.
8. El mayor impedimento para vivir es la espera, porque dependiendo del mañana se pierde el hoy.
9. Este camino de la vida, continuo y apresuradísimo, que, en vela o
dormidos, recorremos al mismo paso, no es visible a los hombres
ocupados sino hasta que han llegado al final.
10. Es propio de una mente segura y tranquila el recorrer todas las
partes de su vida. Los espíritus de las personas ocupadas, como si
estuviesen bajo un yugo, no pueden volver, ni mirar hacia atrás.
11. El tiempo presente sólo pertenece a los hombres ocupados, el cual es tan breve que no puede atraparse, y este mismo se les sustrae, turbados como están en sus muchas ocupaciones.
12. Hay que ser indulgentes con el espíritu, y hay que darle descanso una y otra vez.
13. Es ocioso aquel que tiene sentido para su ocio.
14. No son ociosos aquellos cuyos placeres encierran buena parte de trabajo.
15. De todos, sólo son ociosos quienes tienen tiempo libre para la
sabiduría, pues no sólo defienden bien su vida: cualquier tiempo lo
añaden al suyo.
16. La vida mas breve y mas llena de inquietudes es la de aquellos
que olvidan el pasado, miran con indiferencia el presente, temen el
futuro.
17. La vida de quienes preparan con un gran esfuerzo lo que poseerán con un esfuerzo mayor es desgraciadísima. Con gran trabajo consiguen las cosas que quieren, con ansiedad mantienen las que han conseguido, entretanto no hay ningún cálculo del tiempo, de ese que no va a tornar nunca más.
18. No esperes hasta que las circunstancias te dejen en libertad,
sino sepárate tú mismo de ellas.
19. Es enemigo de la serenidad un compañero perturbado y que se
lamenta de todo.
20. Hay que pensar cuánto más leve sea el dolor de no tener que el de perder, y comprenderemos que a la pobreza le corresponde un tormento menor en cuanto es menor la posibilidad de mermar.
21. Habituémonos a desprendernos de la pompa y a valorar la utilidad de las cosas, no sus adornos.
22. En todas partes es un vicio lo que es excesivo.
23. Da entrada a la razón en las dificultades: pueden ablandarse las
circunstancias duras, dársele amplitud a las estrechas y las graves
oprimir menos a quienes las soportan con elegancia.
24. No envidiemos a los que están situados por encima de nosotros:
las cosas que parecían más excelsas se derrumbaron.
25. Quien tema a la muerte, no hará nunca nada por un hombre vivo, pero quien sepa que este hecho estaba pactado en el mismo momento en que fue concebido, vivirá según la ley de la naturaleza, y, a su vez, con la misma fortaleza de espíritu, se mantendrá firme para que ninguna cosa que le suceda sea inesperada.
26. Es más tolerable y más fácil no adquirir que perder.
27. Que no se apodere de nosotros la inconstancia, vicio en extremo
enemigo de la serenidad.
28. Quien se dedica a muchas cosas, a menudo entrega a la suerte el
dominio de sí mismo.
29. Es propio del hombre reírse de la vida antes que lamentarse.
30. Es mejor aceptar con tranquilidad las costumbres públicas y los
defectos humanos, y que no se escapen involuntariamente ni la risa ni las lágrimas.
31. En tus males conviene que te conduzcas de tal modo que des al
dolor sólo cuanto la naturaleza ordene, no cuanto ordene la
costumbre.
32. No es grata y segura la vida de quienes viven siempre bajo una
máscara.
33. Hay que mezclar y alternar estas cosas: la soledad y la compañía de la multitud.
34. No hay que tener la mente en la misma tensión constantemente.
35. Hay que dar un alivio a nuestros espíritus: tras haber descansado surgen los mejores y más vivos proyectos.
36. A través de las ocupaciones se pasa la vida.
37. Ante todas las cosas es necesario evaluarse a uno mismo, porque las más veces nos parece que podemos más de lo que en verdad podemos.
38. Los patrimonios, causa máxima de las aflicciones humanas.
39. La mejor medida del dinero es no caer en la pobreza ni alejarse
demasiado de la pobreza.
40. ¡Qué tarde es comenzar a vivir cuando hay que abandonar la vida!
NO ACUMULES PENAS
No acumules penas
Acostumbro tener un calendario del cual día a día arranco la hoja del día anterior.
Algo bastante simple, excepto cuando dejé de hacerlo por un par de meses, y al tratar de arrancar todas las hojas atrasadas no pude hacerlo, pues una a la vez es fácil, pero todas juntas es muy diferente.
Lo mismo sucede con nosotros cuando no nos perdonamos día a día, o cuando guardamos rencores o sufrimientos.
Muchas veces nosotros mismos no nos perdonamos errores y decidimos cargarlos en silencio, haciendo cada vez más difícil la tarea de arrancarlos de nuestras vidas.
Pero no acumules más hojas de tu vida; decide hoy arrancarlas de ti y ser libre, pues para eso fuiste hecho.
No acumules tus penas y dáselas cada día a quien ya pagó por todas y cada una de ellas en una cruz.
EL EVANGELIO DE HOY: 28.06.2013
Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net La curación de un leproso | |
Mateo 8, 1-4. Tiempo Ordinario. Cristo nos consuela en nuestros sufrimientos, basta confiar en Él, nuestro Padre misericordioso que quiere nuestra felicidad. | |
Cuando bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre. En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme». Él extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. Y Jesús le dice: «Mira, no se los digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio. Oración introductoria Señor, yo creo en ti y en tu amor. Si quieres puedes convertir este momento de oración en una experiencia de amor que transforme toda mi vida; sé que lo puedes hacer y humildemente te suplico que lo hagas. Petición Jesús, cúrame de todo eso que me aparta del camino del bien porque quiero vivir en todo, y sobre todo, tu caridad. Meditación del Papa El domingo pasado vimos que Jesús, en su vida pública sanó a muchos enfermos, revelando que Dios quiere para el hombre la vida y la vida en abundancia. El evangelio de este domingo nos muestra a Jesús en contacto con una forma de enfermedad considerada en ese momento como la más seria, tanto que volvía a la persona "impura" y la excluía de las relaciones sociales: hablamos de la lepra. Una ley especial reservaba a los sacerdotes la tarea de declarar a la persona leprosa, es decir impura; y también correspondía al sacerdote declarar la curación y readmitir al enfermo sanado a la vida normal. Mientras Jesús estaba predicando en las aldeas de Galilea, un leproso se le acercó y le dijo: "Si quieres, puedes limpiarme". Jesús no evade el contacto con este hombre, sino, impulsado por una íntima participación de su condición, extiende su mano y le toca --superando la prohibición legal--, y le dice: "Quiero, queda limpio.". (Benedicto XVI, 12 de febrero de 2012). Reflexión No hay duda que la vida de los hombres está llena de sufrimientos más o menos visibles, físicos, mentales, morales. El leproso del evangelio de hoy es una de estas miserias. Aunque los hombres se afanen por buscar las riquezas y finjan vivir en un mundo inmortal, los signos de la muerte que cada hombre lleva en sí mismo son inevitables. Los encontramos en cada paso de nuestra vida. Drogas, matrimonios deshechos, suicidios, abusos, enfermedades y un sin fin de desgracias que hasta el hombre más famoso, más rico, más sabio y más sano conoce personalmente. Para muchas personas muchas de estas realidades son hechos de cada día. Sin embargo, ellas mismas saben que a pesar de ello se debe ir adelante en la vida lo mejor posible. Por eso, Jesús pone en sus manos este elenco de desdichas y lo transforma en gracias y en bendiciones. Realiza milagros para que veamos que es capaz de darnos una vida que no sólo es sufrimiento sino que también hay consuelos físicos y morales que, son más profundos porque tocan el alma misma. Para esto ha venido a esta vida, para traernos un reino de amor y unión. Basta que nosotros usemos correctamente nuestra libertad para que se realicen todas las gracias que Cristo quiere darnos. Basta confiar en Él, en su palabra que nos habla del Padre misericordioso e interesado por nuestra felicidad. Diálogo con Cristo Señor, yo creo en Ti, en la abundancia y gratuidad de tu amor. Dame la gracia de corresponderte con un corazón benigno y sincero, que cure la vida de los demás con mis palabras, mis acciones y mi testimonio. Ayúdame a vivir en tu luz para experimentar la alegría de sanación que viene con tu amistad. Propósito Orar con la ilusión y con la confianza de creer, y saber, que Dios me dará todo lo que necesito. |
jueves, 27 de junio de 2013
CÓMO PEDIR FAVORES A LA VIRGEN DE FORMA EFECTIVA
CÓMO PEDIR FAVORES A LA VIRGEN DE FORMA EFECTIVA
De San Antonio María Claret, gigante espiritual que llena todo el siglo XIX de la Iglesia española, nos cuentan sus biógrafos infinidad de anécdotas y sucesos relacionados con su ardentísima devoción a la Virgen. No olvidemos que es uno de los mayores santos marianos que han existido. Desde niño destacaba ya por su amor y piedad para con la Virgen. Nos fijamos ahora en el siguiente relato recogido en una de sus documentadas biografías:
Siendo todavía joven seglar hubo de hacer un viaje en compañía de un buen caballero, quien observó los claros signos de devoción mariana de que, tanto en sus conversaciones como en su conducta, daba muestras el joven Claret.
El señor Portellas –así se llamaba el acompañante- admirado de su piedad, le habló de esta manera: - "Paréceme, Antonio, que eres muy devoto de la Virgen".
La respuesta fue contundente: "¿Cómo no, si todo cuanto le pido me lo alcanza?"
–"¿Qué me dices? Explícame el modo de pedírselo".
Claret le contestó: "Le pido lo que deseo con amor y confianza. Y si veo que no me escucha, me acerco más a Ella, la cojo del manto y le digo: si no me lo alcanzáis, a fuerza de tiraros, rasgaré el manto. Y entonces ya me escucha". Hasta aquí la anécdota narrada por el diligente biógrafo.
COMENTARIO BREVE. Aquí tenemos una hermosa lección sobre cómo debemos orar y suplicar a María. Se nos ofrecen tres requisitos esenciales: amor, confianza y perseverancia. Esta última condición nos falla muy a menudo, pues cuando nos dirigimos a la Virgen queremos obtener un determinado favor o gracia con la mayor prontitud, y nos ponemos impacientes si no sucede así. ¿Y qué decir del amor y la confianza, como clave del fruto de la oración?
La Iglesia nos enseña a ejercitar la oración perseverante y se muestra insistentemente repetitiva en muchas de sus plegarias. Ha aprendido el aviso del Señor en la parábola del amigo importuno (Lc 11,5-8). El Padre nuestro, que es la oración por antonomasia del cristiano, nos enseña a orar y el orden que han de seguir nuestras peticiones. Jesús nos ha recordado con encarecimiento: "Pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad y se os abrirá". Eso mismo nos susurra la Virgen. Ella nunca desoye nuestras súplicas y las encauza hacia lo que verdaderamente nos conviene, si pedimos algo no conforme con los designios divinos.
Aprendamos de San Antonio María Claret a "tirar del manto" de María, hermosa metáfora que tanto nos dice a todos. Y sobre todo procuremos introducirnos en su Corazón Inmaculado para oír –si fuera posible- sus dulces latidos. Ninguna petición a la Virgen se perderá en el camino, aunque Ella se vea obligada a cambiar, con solicitud materna, el curso de nuestras plegarias. Supliquemos su amorosa y poderosa intercesión en todas nuestras necesidades espirituales, corporales y temporales. María se hará siempre presente con su auxilio oportuno. Pero no dejemos de insistirle, como hacía con tanto amor y confianza el joven Claret, extraordinario y ejemplar devoto de María.
ORACIÓN ANTE LA TRISTEZA
ORACIÓN ANTE LA TRISTEZA
Hoy señor me siento triste
muy cansado de luchar
pero se que con tu ayuda
todo esto PASARA
Hoy debo luchar conmigo
aceptar como son los demás
pero se que con tu ayuda
todo esto PASARA
Si no es buena mi salud
y no veo brillar el sol
yo se que con tu ayuda
todo esto PASARA
Dame Señor fortaleza
llena mi vida de amor
porque se que con tu ayuda
todo esto PASARA.
Amen.
FUERZA EN LA DEBILIDAD
Fuerza en la debilidad
Un joven de 15 años sufrió un accidente con su ciclomotor y tuvieron que amputarle el brazo izquierdo. Luego de un año de recuperación decidió aprender Judo. Su Sensei (maestro) era un anciano experto en este arte marcial.
Al cabo de tres meses y pese a demostrar gran entusiasmo, el maestro sólo le había enseñado un movimiento. Lo aprendió a la perfección, pero comenzó a aburrirse. Pidió que le enseñara más ; le dijo que por ahora era todo lo que él necesitaría aprender.
Cansado de repetir hasta el cansancio la misma toma miles de veces, abandonó la práctica.
Una tarde recibió un llamado del maestro invitándolo a competir en un torneo.
Luego de varias rondas clasificó para disputar la final. Su adversario era grande y demostraba mucha destreza. El sentía poca confianza pero el maestro lo alentaba a continuar.
Fue una larga lucha, su oponente perdía concentración. Rápidamente, el muchacho aprovechó ésto y logró vencerlo.
De regreso a casa el muchacho preguntó: "¿Cómo pude ganar un torneo con sólo un movimiento?"
El Sensei contestó: "Tú has logrado dominar uno de los movimientos más difíciles en el judo. La única defensa contra esa toma era que tu rival se agarrase de tu brazo izquierdo".
Todos tenemos un brazo izquierdo, un flanco aparentemente débil. Cuando concentramos el foco y logramos transformar esa debilidad en una fortaleza, el resultado sobrepasa cualquier expectativa, derriba toda estrategia.
Ser fuertes en nuestra debilidad nos hace imbatibles.
ANTE LA PRESENCIA DE JESÚS.. UN CONSOLADOR RECUERDO
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo | |
Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo latir tu corazón y adivino el mirar de tus ojos en la espera. | |
Las personas en medio de este mundo caótico se sienten solas y esa soledad abraza su espíritu con un abrazo de ahogo y tristeza infinita. Así me sentía yo... y hoy vengo ante ti, mi amado Jesús, y el recuerdo, aunque lejano de un tiempo pasado, de una tarde como esta ante tu Presencia en el Sacramento de la Eucaristía, buscando lo que solo Tu podías entender, mis dolores, mis agobios... voy recordando: La puerta de la pequeña Iglesia, de un pueblecito más pequeño aún, perdido en la serranía, dio un lastimero crujido cuando la empujé... la nave, humilde y sencilla, silenciosa y vacía...Tenía una luz que se filtraba atravesando unos ventanales en forma de arcos que le daban claridad a la semipenumbra del recinto, pero... ahí estabas Tu, al frente, ahí donde brillaba una lucecita roja que parpadeaba como si fuese la señal del latir de tu Corazón. Despacio llegué hasta Ti...me puse de rodillas y suavemente fue brotando este pequeño verso ante aquel Sagrario, que ya nunca olvidaré... Jesús : Ya no me importa la soledad, ni el sufrimiento ya me acobarda... Tu me enseñaste que es estar solo.... ¡que es entregarse con toda el alma! ¿Cómo podré correr ansiosamente tras el lujo, la vida loca y vana, si aprendí la mejor lección del mundo, en esta Iglesia, tan pequeña y olvidada? ¡Tu Rey de reyes, Tu que todo lo hiciste de la nada! ¡Encerrado en un Sagrario de madera sin pulir, sin pintar....! y sobre el altar, cuatro flores empolvadas! ¡Tu que Todo lo eres, te perdiste en la Nada...!. ¡Qué infinita humildad!. Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo latir tu corazón y adivino el mirar de tus ojos en la espera ... Han de ser tan dulces, tan sinceros.... han de ser tus ojos, Jesús mío, la apoteosis de la luz y la belleza. De tal modo se hirió mi corazón, ante tanta grandeza y humildad, que ahora vivo prisionera del recuerdo, y ese recuerdo Divino es como un faro bendito, que alumbra mi oscuridad.... Este mi pequeño verso es mi mejor reflexión para adorarte y bendecirte, mi amado Jesús Sacramentado. |
EL EVANGELIO DE HOY: 27.06.2013
Autor: P José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net La verdadera sabiduria | |
Mateo 7, 21-29. Tiempo Ordinario. Si construyes en roca firme, tendrás tu casa bien sólida en los días de tempestad. | |
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina. Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas. Oración introductoria Señor, me acerco a Ti en esta oración para construir mi vida sobre la roca firme de tu amor. No permitas que me conforme con invocar tu nombre con los brazos cruzados, mis ojos cerrados y mis oídos tapados. Tengo sed de Ti, de encontrarme contigo, de dejarme guiar por Ti en esta meditación. Petición Padre Santo, dame el don de construir mi vida sobre la roca firme de tu amor. Meditación del Papa Jesús mismo reprende a sus discípulos: "¿Por qué me llamáis: ¡Señor, Señor!, y no hacéis lo que digo?". Y recurriendo a la imagen de la construcción de la casa, añade: "El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra… se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida". Queridos amigos, construid vuestra casa sobre roca, como el hombre que "cavó y ahondó". Intentad también vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Escuchadle como al verdadero Amigo con quien compartir el camino de vuestra vida. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos. Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no dan serenidad ni alegría. Sólo la Palabra de Dios nos muestra la auténtica senda, sólo la fe que nos ha sido transmitida es la luz que ilumina el camino. Benedicto XVI, Mensaje para la XXVI Jornada de la Juventud, 2011. Reflexión Nuestro Señor sabía algo de arquitectura, porque si alguien intenta construir en roca firme, tendrá su casa bien sólida en los días de tempestad, y si una persona quiere construir en arena no le durará su morada en pie. Además si es verdad en la vida terrena, ¿cuanto más lo será para la vida espiritual?. En el alma los cimientos son las palabras que Cristo nos ha dejado. Por eso tenemos que leer con frecuencia el evangelio, que es en donde se recogen todas las palabras del Señor. En ellos encontraremos las fuerzas necesarias para ser fieles y tener una casa espiritual bien fundada en Cristo. Así busquemos vivir siempre con el evangelio en la mano para cimentar bien nuestra vida y vivir fieles a Dios, siendo así ejemplo para todos nuestros hermanos. Diálogo con Cristo Jesús, contigo cada día es una bella oportunidad para hacer crecer mi amor por Ti y a los demás. Ayúdame a darte un «sí» en cada momento de mi vida, viviendo con la conciencia de que me creaste para ser santo y que la santidad no es sino una respuesta de amor, en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande. |
miércoles, 26 de junio de 2013
LA AMISTAD
La amistad
Es el más noble de los sentimientos
y es siempre el más humilde.
Crece al amparo del desinterés, se nutre brindándose y
florece cada día con la comprensión.
Su sitio está junto al amor, y
únicamente los honrados pueden
tener amigos, porque la amistad
el más ligero de los cálculos la lesiona.
Como es un bien reservado a los elegidos
resulta el sentimiento más
incomprendido y el peor interpretado
No admite sombras ni dobleces,
rusticidades ni renunciamientos.
Exige en cambio, sacrificio y valor,
comprensión y verdad
¡Verdad! sobre todas las cosas
EL EVANGELIO DE HOY: 26.06.2013
Autor: Gustavo Velázquez | Fuente: Catholic.net Por sus frutos los conoceréis | |
Mateo 7, 15-20. Tiempo Ordinario. Estar cerca de la Eucaristía, apacigua nuestros miedos, transforma la tristeza en alegría, y convierte el odio en Amor. | |
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis. Oración introductoria Jesús, Tú nos hablas hoy de los malos profetas, pero al mismo tiempo nos hablas de nosotros. Dices que al árbol se le conoce por sus frutos, por sus obras. Que no es suficiente con ver su tronco o su follaje para conocerlo, sino que necesitamos recurrir a sus frutos: como cuando buscaste higos en la higuera. Por eso, deseo unirme a ti, para que Tú produzcas en mí frutos de amor y de entrega. Petición Jesús, concédeme unirme a tu Eucaristía, para que circule tu savia por mis venas, y así pueda dar frutos que salten hasta la vida eterna. Meditación del Papa Nosotros celebramos la Eucaristía sabiendo que su precio fue la muerte del Hijo – el sacrificio de su vida, que en ella está presente. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, nosotros anunciamos la muerte del Señor hasta que Él vuelva, dice san Pablo (cfr Co 11,26). Pero también sabemos que de esta muerte brota la vida, porque Jesús la ha transformado en un gesto de entrega, en un acto de amor, dándole de esta forma su sentido más profundo: el amor ha vencido a la muerte. En la santa Eucaristía Él, desde la cruz, nos atrae a todos hacia Sí (Jn 12,32) y hace que nos convirtamos en los sarmientos de la vid que es Él mismo. Si permanecemos unidos a Él, entonces también nosotros produciremos frutos, y entonces ya no saldrá de nosotros el vinagre de la autosuficiencia, del descontento de Dios y de su creación, sino el vino bueno de la alegría en Dios y del amor al prójimo. Benedicto XVI, 23 de octubre 2005. Reflexión La unión frecuente con Cristo Eucarístico cambia forzosamente nuestra forma de pensar y de actuar. Porque, o comulgando su Cuerpo, nos convertimos, o permaneciendo en nuestras malas costumbres, dejamos de comulgarlo. Cuando recibimos la Eucaristía, Dios nos asimila en sí mismo, nos transforma en sus sarmientos, en extensiones de su amor a los hombres. Los frutos producidos de esta ventajosa unión, son increíbles. Porque apacigua nuestros miedos, transforma nuestras tristezas en alegría, y convierte nuestros odios en Amor. Propósito Buscaré comulgar con mayor frecuencia, y, en la comunión del próximo domingo, le diré: "Concédeme nunca más apartarme de ti". Diálogo con Cristo Jesús, Tú eres la Vid en la que quiero insertarme para dar buenos frutos. Sé que por mis propias fuerzas, puedo poco; pero que unido a ti, lo puedo todo. No me deseches nunca de tu Corazón, antes bien, concédeme ser fiel a tu presencia en mi vida. "Concédeme vivir siempre tus mandamientos y no permitas que me separe de ti". El efecto propio de este sacramento es la conversión del hombre en Cristo, para que diga con el Apóstol: Vivo, no yo, sino que Cristo vive en mí (Santo Tomás, Coment. IV al Libro de las Sentencias, d. 12, q. 2, a. 1) |
martes, 25 de junio de 2013
¿A que llamamos error?
¿A que llamamos error?
Libro: "El Camino hacia Tu Ángel Solar"
Decimos que "Errar es humano" y somos humanos.
¿Porqué acusarnos entonces de aquello que consideramos que hemos hecho de manera equivocada.?
Justamente es allí donde está la enseñanza...
Si podemos ver nuestro error, es que hemos podido tomar en cuenta el hecho de las consecuencias que emanan de él.
Entonces, lo lógico es quitarnos el complejo de culpa y ver con alegría el aprendizaje que nos dejó.
Si lo vemos desde otro punto de vista, el no equivocarnos hubiera sido acertar con la decisión justa, en el momento preciso.
El pasado es pasado y no vuelve, no hay corrección al respecto.
Entonces vivamos el presente con la alegría correspondiente a hoy, porque sabemos que si en algún momento se nos presenta algo similar, ya no va a ser acertar a tientas ni a ciegas, sino dar con lo justo por experiencia propia.
Si sabemos recoger las enseñanzas no hay motivos de sentirnos culpables
.De eso se trata la vida... es una ilación continua de enseñanzas y aprendizajes.
Entonces desterramos la palabra error y con ella el complejo de culpa y tomamos a aquello que tanto nos marcó como la enseñanza maestra oportuna.
Esto nos lleva derechito al perdón.
Perdónate a ti mismo, por haberte culpado !!!
No juzgar y perdonar... empiezan por no juzgarte y perdonarte.
EL ARTE DE AMAR A LOS ENEMIGOS
Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net El arte de amar a los enemigos | |
¿Cómo es posible perdonar?: También nosotros, todos nosotros, tenemos enemigos, todos. Algunos enemigos débiles, algunos fuertes. | |
Amar a nuestros enemigos, a quienes nos persiguen y nos hacen sufrir es difícil; ni siquiera es un "buen negocio", porque nos empobrece. Sin embargo este es el camino indicado y recorrido por Jesús para nuestra salvación. ¿Cómo es posible perdonar?: También nosotros, todos nosotros, tenemos enemigos, todos. Algunos enemigos débiles, algunos fuertes. También nosotros muchas veces nos convertimos en enemigos de otros; no les queremos. Jesús nos dice que debemos amar a los enemigos. No se trata de una tarea fácil y generalmente, pensamos que Jesús nos pide demasiado. Pensamos: "Dejemos estas cosas a las monjas de clausura que son santas o a alguna otra alma santa". No es la actitud justa. «Jesús dice que se debe hacer esto porque sino sois como los publicanos, como los paganos, y no sois cristianos». ¿Cómo se puede amar «a quienes toman la decisión de bombardear o matar a tantas personas? ¿Cómo se puede amar a aquellos que por amor al dinero no permiten que las medicinas lleguen a quien la necesita, a los ancianos, y les dejan morir?». Aún más: «¿Cómo se puede amar a las personas que buscan sólo su interés, su poder y hacen tanto mal?». No sé «cómo se puede hacer. Pero Jesús nos dice dos cosas: primero, mirar al Padre. Nuestro Padre es Dios: hace salir el sol sobre malos y buenos; hace llover sobre justos e injustos. Nuestro Padre, por la mañana, no dice al sol: "Hoy ilumina a estos y a estos; a estos no, déjales en sombra". Dice: "Ilumina a todos". Su amor es para todos, su amor es un don para todos, buenos y malos. Y Jesús concluye con este consejo: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial". Por lo tanto, la indicación de Jesús consiste en imitar al Padre en la perfección del amor. Él perdona a sus enemigos. Hace todo por perdonarles. Pensemos en la ternura con la que Jesús recibe a Judas en el huerto de los Olivos, cuando entre los discípulos se pensaba en la venganza. La venganza, es ese plato tan rico cuando se come frío; y por ello esperamos el momento preciso para realizarla. «Pero esto no es cristiano. Jesús nos pide amar a los enemigos. ¿Cómo se puede hacer? Jesús nos dice: rezad, rezad por vuestros enemigos. La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía, «alguna pequeña enemistad». Entonces es necesario rezar, porque «es como si el Señor viniera con el óleo y preparara nuestro corazón para la paz». Pero «ahora desearía dejaros una pregunta, a la cual cada uno puede responder en su corazón: ¿rezo por mis enemigos? ¿Rezo por quienes no me quieren? Si decimos que sí, yo os digo: ¡adelante!, reza más, porque éste es un buen camino. Si la respuesta es no, el Señor dice: ¡pobrecillo! También tú eres enemigo de los demás. Entonces es necesario rezar para que el Señor cambie su corazón». Debemos mirar más el ejemplo de Jesús: «Conocéis, en efecto, la gracia de la que habla hoy el apóstol Pablo: de rico que era, se hizo pobre por vosotros, para que vosotros llegarais a ser ricos por medio de su pobreza. Es verdad: el amor a los enemigos nos empobrece, nos hace pobres, como Jesús, quien, cuando vino, se abajó hasta hacerse pobre. Tal vez no es un "buen negocio" o al menos no lo es según la lógica del mundo. Sin embargo «es el camino que recorrió Dios, el camino que recorrió Jesús» hasta conquistarnos la gracia que nos ha hecho ricos. Este es el misterio de la salvación: con el perdón, con el amor hacia el enemigo nos hacemos más pobres. Pero esa pobreza es semilla fecunda para los demás, como la pobreza de Jesús llegó a ser gracia y salvación para todos nosotros. Pensemos en nuestros enemigos, en quien no nos quiere. Sería hermoso si ofreciéramos la misa por ellos, si ofreciéramos el sacrificio de Jesús por quienes no nos aman. Y también por nosotros, para que el Señor nos enseñe esta sabiduría: tan difícil pero también tan bella, y que nos hace semejantes a su Hijo, quien al abajarse se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. |
OBSTÁCULOS
Obstáculos
Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió para ver si alguien quitaba la tremenda roca.
Algunos de los comerciantes más adinerados del reino y varios cortesanos pasaron por el camino y simplemente le dieron una vuelta; muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, pudo lograrlo.
Mientras recogía su carga de vegetales, notó una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.
El campesino sabía lo que los otros nunca entendieron: “Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar tu condición”.
ÓMNIBUS AL PARAISO
Ómnibus al paraíso
Autor: Leo Buscaglia
Libro: Ómnibus al paraíso
Uno de los personajes más memorables de mi niñez fue un caballero bastante excéntrico al que todos conocían simplemente como Carlos. Cuando recuerdo mi antiguo barrio, vienen a mi mente un sin fin de personajes, pero los recuerdos de Carlo son siempre felices. Yo era muy joven cuando vi por primera vez a Carlo. Estaba haciendo lo que más le gustaba: caminando al fresco, aparentemente sin destino, cantando una ópera.
¡Qué bien cantaba ese hombre! Arias de Puccini, Verdi y Donizetti. Algunas veces se detenía por un instante, alcanzaba una nota alta y gesticulaba dramáticamente ignorando a los que lo rodeaban. Mamá decía que debía de estar un poco loco pero que cantaba bien y eso era muy hermoso. Todos estábamos de acuerdo. Puesto que sólo actuaba algunas veces, nunca dejó de resultarme novedoso escucharlo cantar de ese modo. Nunca nadie se sintió molesto u ofendido. Las personas lo miraban y sonreían. A Carlo no le importaba su opinión. Simplemente caminaba haciendo lo que le gustaba.
Nunca supe qué fue lo que le sucedió a Carlos. Sólo sé que dejó de venir. Quizás esté dando serenatas, en otros barrios. Siempre he sospechado que muchos de los que consideraban que era un poco raro, también lo admiraban secretamente. Él se atrevía a compartir con los demás lo que la mayoría de nosotros, por temor al qué dirán, nos guardamos en nuestro interior. Después de todo, las personas ‘‘normales’’ cantamos debajo de la ducha. Pero este individuo se dejaba llevar por su propio impulso gozoso, sin preocuparse por la reacción de los demás. La historia conlleva una sabia moraleja: Tienes derecho a ser tú mismo.
Muchos pasamos la vida complaciendo a los demás y adaptándonos a la imagen que tienen de nosotros. Dentro nuestro siempre hay una voz insistente que nos recuerda, si la escuchamos, quiénes somos y qué es lo correcto para nosotros.
Es reconfortante saber que las personas que nos son importantes seguirán amándonos, aun cuando algunas veces “nuestra forma de ser resulte un poco alocada. Estas personas son tan especiales porque nos aceptan tanto en la locura como en la cordura. Reconocemos y valoramos esto cuando decimos cosas tales como: ‘‘Puedo ser yo mismo cuando estoy con él”, o “Le gusto a ella tal cual soy”. Tarde o temprano descubrimos siempre que no podemos personificar a otro a la perfección. Las personas siempre me dicen: ‘‘Gracias por ser usted’’. Y siempre respondo: “Durante años traté de ser otro y no funcionó”.
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