lunes, 20 de noviembre de 2017

DECÁLOGO PARA ORGANIZAR TU TIEMPO




Decálogo para organizar tu tiempo
Aprovechar el tiempo para dedicarlo a lo esencial 


Por: P. Dennis Doren, LC | Fuente: Somos RC 




En medio de nuestro frenetismo, de tantas y tantas cosas y preocupaciones, de tantos y tantos pendientes que se van acumulando en nuestra mesa y en nuestro corazón, necesitamos detenernos un momento para analizar cómo estamos viviendo nuestro día, en pocas palabras, cómo estamos aprovechando nuestro tiempo y si realmente lo estamos dedicando a lo esencial, o se nos escurre de entre las manos como el agua sin saber a dónde se nos va, llenando el tiempo en salir al paso de esas miles de necesidades cotidianas que nos hacen pensar cuántas cosas he hecho y que, en definitiva, todas juntas no hacen ni una sola de las que realmente valen. Por eso detente un momento, es necesario. Tal vez esta reflexión cambiará para bien tu vida. Te comparto este decálogo de cómo utilizar bien tu tiempo.

1.- Busca tiempo para meditar, es un ejercicio necesario para llegar a la profundidad de tu corazón, ahí podrás descubrir y discernir qué es lo que Dios quiere de ti.

2.- Busca tiempo para leer, es una manera de crecer con el saber de los demás, tantas buenas lecturas de personas sabias que han sabido estampar en letras el valor y sentido de la vida.

3.- Busca tiempo para rezar, es el modo de entrar en contacto con Dios y expresarle tu amor, necesitas estar en comunicación frecuente con aquel que te enseña el camino del bien y de la verdad.

4.- Busca tiempo para dialogar, es la acción más noble del ser humano a través de la cual uno escucha y habla, recibe y da, y así crece y se consolida la amistad, el respeto y la comprensión.


5.- Busca tiempo para amar, es la esencia de la vida que brinda al ser humano sentido y felicidad, el corazón que ama siempre está dispuesto a dar.

6.- Busca tiempo para contemplar la naturaleza, es el arte de Dios, donde Él se ha manifestado con toda su belleza, ahí lo descubrirás, en la creación Dios ha estampado su firma.

7.- Busca tiempo para trabajar diligentemente, es el precio que has de pagar para realizarte a ti mismo, ser útil a los demás y construir una sociedad más justa y humana.

8.- Busca tiempo para viajar, es una actividad que enriquece en gran manera, porque entras en contacto con gente y culturas diversas que te pueden complementar y así contemplas diferentes realidades de la vida.

9.- Busca tiempo para evaluarte a ti mismo, es un momento propicio para hacer balance y decidir con energía lo bueno que debes potenciar y lo malo que debes corregir.

10.- Busca tiempo para observar a los demás, es una actitud que te enseñará mucho, te ayudará a imitar lo positivo de los otros y a evitar sus defectos.

Con estas 10 pautas puedes hacer de tu vida una verdadera aventura que valga la pena. San Bernardo decía: "no hay nada tan precioso que el tiempo y no hay nada tan menospreciado". Cada momento utilizado según Dios, si estamos en estado de gracia, puede merecernos tesoros de gloria y alegría eternas. El tiempo es la moneda del cielo. Cada momento vale una eternidad. Cada segundo del tiempo es un destello minucioso de la vida que queda atrás. El tiempo no perdona. El tiempo recorre sin piedad sus senderos y tarde o temprano a todos se nos termina.










LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 NOVIEMBRE




Los Cinco Minutos de María
 20 de Noviembre




La devoción que tengas a la Virgen María y la seguridad que por ello tengas de su protección no puede eximirte de poner tu esfuerzo personal, que te obligue a apartarte del pecado y a ejercitar tu alma en todas las virtudes.

La devoción a la Virgen potenciará y elevará tu acción personal, pero no se puede potenciar la nada, no se pueden elevar las obras si no las pones; haz tu esfuerzo personal y ofrecerlo a la Virgen; deja que lo demás corra por su cuenta.

Nuestra Señora en la Natividad dió a luz al Verbo de Dios y lo ofreció a la adoración de todos los que lo buscan.

* P. Alfonso Milagro








EL EVANGELIO DE HOY LUNES 20 NOVIEMBRE 2017



Lecturas de hoy Lunes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, lunes, 20 de noviembre de 2017




Primera lectura
Lectura del primer libro de los Macabeos
 (1,10-15.41-43.54-57.62-64):

En aquellos días, brotó un vástago perverso: Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén, y subió al trono el año ciento treinta y siete de la era seléucida.
Por entonces hubo unos israelitas apóstatas que convencieron a muchos: «¡Vamos a hacer un pacto con las naciones vecinas, pues, desde que nos hemos aislado, nos han venido muchas desgracias!»
Gustó la propuesta, y algunos del pueblo se decidieron a ir al rey. El rey los autorizó a adoptar las costumbres paganas, y entonces, acomodándose a los usos paganos, construyeron un gimnasio en Jerusalén; disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, emparentaron con los paganos y se vendieron para hacer el mal. El rey Antíoco decretó la unidad nacional para todos los súbditos de su imperio, obligando a cada uno a abandonar su legislación particular. Todas las naciones acataron la orden del rey, e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el Sábado. El día quince del mes de Casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey mandó poner sobre el altar un ara sacrílega, y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno; quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; los libros de la Ley que encontraban, los rasgaban y echaban al fuego, al que le encontraban en casa un libro de la alianza y al que vivía de acuerdo con la Ley, lo ajusticiaban, según el decreto real. Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no comer alimentos impuros; prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos y profanar la alianza santa. Y murieron. Una cólera terrible se abatió sobre Israel.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 118,53.61.134.150.155.158

R/. Dame vida, Señor, para que observe tus decretos

Sentí indignación ante los malvados, 
que abandonan tu voluntad. R/.

Los lazos de los malvados me envuelven, 
pero no olvido tu voluntad. R/.

Líbrame de la opresión de los hombres, 
y guardaré tus decretos. R/.

Ya se acercan mis inicuos perseguidores, 
están lejos de tu voluntad. R/.

La justicia está lejos de los malvados 
que no buscan tus leyes. R/.

Viendo a los renegados, sentía asco, 
porque no guardan tus mandatos. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (18, 35-43):

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. 
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa Jesús Nazareno.»
Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»
Él dijo: «Señor, que vea otra vez.»
Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.»
En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy lunes, 20 de noviembre de 2017
 Imprimir Bonifacio Fernandez, cmf



Queridos amigos y amigas:

Los personajes del evangelio de hoy son el ciego, Jesús, la gente en camino con Jesús hacia Jerusalén...

El ciego: Lucas omite su nombre; simplemente es un ciego y mendigo a la entrada de Jericó. Del ciego se nos dice que oye, pregunta, que empieza a gritar.... que grita mucho más fuerte. Lo que pide no es una limosna. No pide una ayuda para comer. Va directamente a la raíz de su exclusión y su condición: “Hijo de David, ten compasión de mi”. A la pregunta de Jesús “¿qué quieres que te haga”? responde el ciego exponiendo su necesidad fundamental: ¡Señor, que vea!. Recobró la vista. Siguió al Hijo de David.

El personaje central de este relato milagroso es Jesús el Nazareno. Recibe también el título de Hijo de David y Señor. Pasa y va camino de Jerusalén; escucha los gritos del ciego; se para; lo manda traer, le pregunta: ¿Qué quieres que te haga?. Lo cura con un lacónico mandato lleno de autoridad: “Ve. Tu fe te ha salvado”. No se refiere explícitamente a la ceguera: muestra que el encuentro confiado con él, resulta ser curativo, iluminador y salvador.

El tercer personaje de la narración es la gente que acompaña a Jesús. Informan al ciego de lo que pasa; le increpan para que se calle; acercan el ciego a Jesús. Son testigos de la curación. La ven y alaban a Dios uniéndose a la alabanza del curado.

A través de esta narración, Dios nos habla a nosotros hoy; nos sale al encuentro. ¿Qué palabra escuchamos? ¿Con qué personaje me identifico hoy al escuchar la narración? ¿Qué palabras del texto me resuenan más dentro? ¿Qué palabras o acciones necesito repetir hoy?.

Vuestro hermano en la fe.
Bonifacio Fernández cmf

BUENOS DÍAS!!





domingo, 19 de noviembre de 2017

BLOG CATÓLICO NAVIDEÑO!!! VISÍTANOS!!



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PAPA FRANCISCO INVITA A ALMORZAR A 1500 POBRES EN EL VATICANO


El Papa invita a almorzar a 1.500 pobres en el Vaticano: así fue su gran día
Por Álvaro de Juana
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 19 Nov. 17 / 08:03 am (ACI).- Un día para ellos, para demostrarles que la Iglesia los ama y que son el “corazón del Evangelio”. Un día en el que dejar atrás la indiferencia y en el que tomar conciencia del sufrimiento del prójimo.

Este domingo se ha celebrado la I Jornada Mundial de los Pobres por iniciativa del Papa Francisco. “Estamos llamados a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma”, dice el Pontífice en el mensaje de esta Jornada.

A primera hora de la mañana, Francisco presidió una solemne Misa en la Basílica de San Pedro en la que participaron unos 8.000 pobres. También enfermos y personas que se ocupan de ellas, miembros de asociaciones e instituciones laicas y religiosas de la Iglesia.

En la homilía recordó que en la debilidad de los pobres “hay una fuerza salvadora”. “Y si a los ojos del mundo tienen poco valor, son ellos los que nos abren el camino hacia el cielo, son nuestro pasaporte para el paraíso”.

Después, el Pontífice rezó el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, como hace cada domingo, y rápidamente al acabar se trasladó hasta el Aula Pablo VI, donde ya estaba todo preparado para el almuerzo a 1,500 pobres.

El Papa, entre ellos, les habló, sonrió y animó.  A su llegada les dio la bienvenida y poco después se sentó junto a ellos en una de las mesas preparadas para la comida.

“Sed bienvenidos todos. Ahora, vamos a rezar para que Dios os bendiga, para que bendiga el almuerzo, para que bendiga a todos los que lo han preparado, para nos bendiga a todos nosotros, a nuestros corazones, a nuestras familias, nuestros deseos y nuestras vidas, para que nos de salud y fortaleza”, dijo el Papa al inicio del almuerzo y con un micrófono.

Para que todo saliera a la perfección, los pobres fueron servidos por 40 diáconos de Roma y unos 150 voluntarios de parroquias de otras diócesis de Italia.

Pero, ¿cuál fue el menú? El encargado de deleitar a los pobres con una buena comida fue el restaurante “Al Pioppeto” de Sergio Dussin, encargado en el Vaticano de los almuerzos oficiales o los catering y conocido por su “buena mano” entre los fogones.

Como no podía ser de otra manera, el menú estuvo compuesto de platos típicos italianos: comenzaron por unos gnocchetti (pasta elaborada con patata) tradicionales de la región de Cerdeña, acompañados de tomate, aceitunas y queso Collina Veneta. Luego continuaron con unos ‘bocaditos de ternera’ con verduras, polenta (harina de maíz) y brócoli procedente de la región de Bassano.

El postre fue un tiramisú a la “veneta” y café, y todo el almuerzo contó con agua y refresco de naranja.

“También pedimos una bendición para todos los que están en otros comedores sociales en toda Roma. Roma está llena hoy de ellos. Un saludo y un aplauso para todos”, añadió el Papa ante la atenta mirada de sus convidados. Los pobres, entonces, aplaudieron a Francisco calurosamente y comenzaron a comer con una sonrisa dibujada en su rostro.

ESCONDER LOS TALENTOS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 19 NOVIEMBRE 2017


Esconder los talentos
Meditación. Los talentos que Dios concede


Por: P. José Luis Richard | Fuente: Catholic.net 




Los talentos, es decir, los dones de la vida, aquello que somos, los podemos considerar como una fortuna. Pero haremos bien en no olvidar nuestra responsabilidad: del uso que hagamos de ellos dependerá nuestra salvación.

Así lo manifiesta el Evangelio. Al siervo negligente lo condena no por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer. No porque perdió el dinero, sino porque no lo usó: y a ese siervo inútil, arrojadle a las tinieblas. En el juicio final, no acusa a los que están a su izquierda de haberle golpeado, insultado o robado. Cristo no les reprocha alguna acción deshonesta que hayan cometido. Sólo les echa en cara el bien que no le hicieron: cuando no lo hicisteis a mis hermanos, tampoco a mí me lo hicisteis.

Malvado llama Cristo al siervo perezoso. ¿Por qué?

Porque el talento que había recibido no le pertenecía. Era de Dios. El mismo lo confiesa: Señor, aquí tienes tu talento. A él le correspondía administrarlo conforme al deseo de su dueño.

Pero es que, además, cuando Dios concede a alguien un talento, está pensando en todos aquellos a quienes beneficiará cuando ese talento produzca. De ahí que el pecado de omisión, el no producir intereses con el talento recibido, se convierta en un auténtico robo, en traición a los hermanos para quienes estaba destinado.

Nos escandaliza y duele la traición de Judas. La Iglesia naciente chorreó sangre y se estremeció en sus cimientos ante ella. Pero salió victoriosa por la fidelidad militante y operosa de los once apóstoles. Si éstos no hubieran trabajado hasta la muerte por el triunfo de la Iglesia, ¿no hubieran sido ellos los auténticos traidores, mil veces más culpables que el mismo Judas?

Nuestra tarea como cristianos es similar a la de los once. Dios en su designio misterioso ha querido ligar la salvación de los hombres a nuestra fidelidad y a nuestro celo apostólico de cada cristiano. Ahí está el gran talento que coloca con cuidado en nuestras manos. ¡Qué misterio de bondad por parte de Dios pero qué inmensa responsabilidad para cada uno de nosotros!

No omitamos, pues, ni la más pequeña ocasión para hacer el bien. Cuesta poco y da mucho fruto saludar con una sonrisa al vecino, felicitar al compañero de trabajo cuando le ha salido bien su tarea, defender al Papa en una conversación, visitar a tal enferma que se encuentra enferma o sola...

Valoremos nuestros talentos. Seamos conscientes de las inmensas oportunidades que Dios nos da durante el día para colaborar con Él en la extensión de su Reino. Así podremos escuchar de sus labios aquellas otras palabras tan consoladoras: "Animo, siervo bueno y fiel..."

Gracias, Señor, por los talentos que me has dado y la confianza que me muestras. Lucharé con celo por hacerlos fructificar. Pero sin angustia: lo esencial para Ti no es la cantidad conseguida, sino el amor y el esfuerzo.

PAPA FRANCISCO: SI NO CONFIAMOS EN DIOS, EL MIEDO NOS BLOQUEARÁ


Si no confiamos en Dios, el miedo nos bloqueará y no daremos frutos, advierte el Papa
Por Álvaro de Juana
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
VATICANO, 19 Nov. 17 / 06:37 am (ACI).- En el Ángelus de este domingo, también fueron protagonistas los pobres, cuya Jornada Mundial instituida por el Papa Francisco se celebró durante todo el día. Primero con una Misa y después con un almuerzo para 1.500 de ellos en el Aula Pablo VI del Vaticano en el que participó el Pontífice.

Luego de la Misa en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre presidió el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico y explicó el Evangelio del día en el que se narra la parábola de los talentos.

El Papa contó que el siervo malo esconde los talentos y nos los hace fructificar porque tuvo miedo de su jefe. “El miedo inmoviliza siempre y a menudo hace que se tomen decisiones equivocadas”.

“El miedo desanima para tomar iniciativas, induce a refugiarse en soluciones seguras y garantizadas, y así se termina por no realizar nada bueno. Para ir adelante y crecer en el camino de la vida se necesita tener confianza”, señaló.

“Esta parábola nos hace entender cómo de importante es tener una idea verdadera de Dios. No debemos pensar que Él sea un jefe malvado, duro y severo que quiere castigarnos. Si dentro de nosotros existe esta imagen equivocada de Dios, entonces nuestra vida no podrá ser fecundada, porque viviremos en el miedo y este no nos llevará a nada constructivo”.

Al contrario, “Jesús nos ha mostrado que Dios es un padre lleno de amor, de ternura, de bondad” y por eso “podemos y debemos tener una inmensa confianza en Él”.

Francisco también explicó que Jesús muestra cómo de generoso y solicito es Dios sobre todo “con la acogida que hace de todos, especialmente de los pecadores, los pequeños y los pobres”. Pero también “con sus advertencias, que revelan su interés para que no desperdiciemos inútilmente nuestra vida”.

“La parábola de los talentos nos llama de nuevo a una responsabilidad personal y a una fidelidad que sea también capaz de ponernos continuamente en camino sobre nuevas vías, sin enterrar el talento, es decir, lo dones que Dios nos ha confiado y de los que nos pedirá cuentas”.

Después de rezar, el Papa hizo referencia a la Jornada Mundial de los Pobres, y pidió que tanto en la diócesis de Roma como en el resto del mundo los pobres “sean el centro de nuestras comunidades”, pero “no solo en momentos como este, sino siempre”.

“Ellos son el corazón del Evangelio, en ellos encontramos a Jesús que nos habla y nos interpela a través de sus sufrimientos y sus necesidades”. 

ORACIÓN DE PERDÓN


 
Oración de perdón


Hay males en nuestra esfera psíquica con los que fácilmente condescendemos y nos impiden adquirir una auténtica madurez. La oración de perdón es un arma poderosa en la lucha contra el mal que se oculta en nuestro interior y atrae la fuerza de Dios para purificarnos de los malos hábitos. Vale la pena practicarla cada día. Aquí tienes una oración del P. Víctor Fernández para ambientarte.

Señor, recuerdo tu amor y quiero pedirte perdón, porque quisiste para mí una vida más santa, pero yo elegí la tibieza y la mediocridad. Pero no quiero quedarme postrado espiritualmente. Sé que allí está tu mirada de cariño y tus brazos que quieren levantarme. Ten misericordia de mí, Señor, por tu bondad. Perdóname por el mal que hice y por el bien que no quise hacer. Piedad de mí, Señor, piedad de mí, que soy frágil e imperfecto. Tú sabes que te amo. Pero soy débil y vuelvo a caer. Por eso te pido: renuévame por dentro, santifícame, libérame, límpiame de mi maldad y quedaré más blanco que la nieve. Amén.

Es una oración buena para ambientarte, pero hay que bajar a lo concreto, por ejemplo: perdóname, Señor, mis faltas de amor, de comprensión y misericordia; por encerrarme en mí mismo; por las veces que me dejo llevar del pesimismo y la desesperanza; porque constato que la vanidad y el deseo de alabanza motivan con frecuencia mis obras; etc. La gracia del Señor te ayudará en este combate espiritual.


* Enviado por el P. Natalio 




EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 19 NOVIEMBRE 2017




Domingo 33º del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 19 de noviembre de 2017

“Trabajaré agradecido los talentos que me confías“



Primera lectura
Lectura del libro de los Proverbios (31,10-13.19-20.30-31):

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios

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Salmo

Salmo 127,1-2.3.4-5

R/. Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6):

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Palabra de Dios

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 
(25, 14-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.” El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”»

Palabra del Señor

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Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 25, 14-30

BÚSQUEDA CREATIVA

A pesar de su aparente inocencia, la parábola de los talentos encierra una carga explosiva. Es sorprendente ver que el tercer criado es condenado sin haber cometido ninguna acción mala. Su único error consiste en no hacer nada: no arriesga su talento, no lo hace fructificar, lo conserva intacto en un lugar seguro.

El mensaje de Jesús es claro. No al conservadurismo, sí a la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al trabajo comprometido en abrir caminos al reino de Dios.

El gran pecado de los seguidores de Jesús puede ser siempre el no arriesgarnos a seguirlo de manera creativa. Es significativo observar el lenguaje que se ha empleado entre los cristianos a lo largo de los años para ver en qué hemos centrado con frecuencia la atención: conservar el depósito de la fe; conservar la tradición; conservar las buenas costumbres; conservar la gracia; conservar la vocación…

Esta tentación de conservadurismo es más fuerte en tiempos de crisis religiosa. Es fácil entonces invocar la necesidad de controlar la ortodoxia, reforzar la disciplina y la normativa, asegurar la pertenencia a la Iglesia… Todo puede ser explicable, pero, ¿no es con frecuencia una manera de desvirtuar el Evangelio y congelar la creatividad del Espíritu?

Para los dirigentes religiosos y los responsables de las comunidades cristianas puede ser más cómodo «repetir» de manera monótona los caminos heredados del pasado, ignorando los interrogantes, las contradicciones y los planteamientos del hombre moderno, pero ¿de qué sirve todo ello si no somos capaces de transmitir luz y esperanza a los problemas y sufrimientos que sacuden a los hombres y mujeres de nuestros días?

Las actitudes que hemos de cuidar hoy en el interior de la Iglesia no se llaman «prudencia», «fidelidad al pasado», «resignación»… Llevan más bien otro nombre: «búsqueda creativa», «audacia», «capacidad de riesgo», «escucha del Espíritu», que todo lo hace nuevo.

Lo más grave puede ser que, lo mismo que el tercer criado de la parábola, también nosotros creamos que estamos respondiendo fielmente a Dios con nuestra actitud conservadora, cuando en realidad estamos defraudando sus expectativas. El principal quehacer de la Iglesia hoy no puede ser conservar el pasado, sino aprender a comunicar la Buena Noticia de Jesús en una sociedad sacudida por cambios socioculturales sin precedentes.

  

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 NOVIEMBRE




Los Cinco Minutos de María
19 de Noviembre



Nunca diga tu boca lo que tu pensamiento acepta; nunca diga tu boca lo que tu vida no predica y nunca vivas como no piensas que se debe vivir.

Pocas son las ocasiones en las que el Evangelio nos menciona a la Virgen María; menos aún las veces en las que ella tomó la palabra; pero las pocas palabras suyas que nos han sido trasmitidas brillan por su prudencia y por su mesura, como dándonos ejemplo y enseñándonos el modo como nosotros debemos hablar siempre verdaderamente y con debida prudencia.

Nuestra Señora en el Magníficat cantó profeticamente la libertad de los hijos de Dios y el cumplimiento de la promesa.

* P. Alfonso Milagro



FELIZ DOMINGO!!


sábado, 18 de noviembre de 2017

TRES RAZONES PARA PERDONAR


Tres razones para perdonar



¿Cómo podríamos decir que amamos a Dios si en vez de amar a nuestros hermanos, guardamos rencores? El perdón y la reconciliación son los boletos principales para llegar a ser parte del reino que Jesús nos ha mostrado. Nos lo hizo recordar también en la oración del Padrenuestro: “perdónanos como nosotros perdonamos”

A veces se falla en esto, y es donde debemos pedir la intervención de Dios en nuestra vida para que nos transforme y nos haga seres capaces de pedir perdón con humildad a aquellos que nos han dañado o hemos dañados, porque reconciliándonos con ellos, encontramos la reconciliación con Dios, la restauración de su gracia y de su amor en mí.

Habrás oído decir una frase que dice: "El perdón no es un sentimiento sino una decisión" y te preguntarás ¿cómo puedo yo decidir perdonar, si yo siento esto o esto otro...?

Jesús también nos confirmó que perdonar es una decisión, aunque de otro modo, Él nos dijo en el evangelio de Mateo (5,23-24): "Si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda"...

¿Nos dimos cuenta? Jesús, dijo: "ve a reconciliarte con tu hermano", en ningún momento dijo: "ve si primero sientes que los puedes perdonar y luego reconcíliate con tu hermano", tampoco dijo: "ve si crees que el otro se merece tu perdón y reconcíliate con él"...

Perdonar no es un acto mágico, no es que alguien mueva el botón del control y ya todo es diferente. Perdonar es un proceso. No es un sentimiento, es una decisión que implica acciones concretas y constantes en la vida. No siempre el perdón es fruto de que ya no siento nada en el corazón ante la persona que me ha fallado; hay momentos en que decido perdonar a pesar de que me sigue doliendo, a pesar de que sigo con ira y con dolor contra esa persona que me dañó.

Muchas veces el perdón no es la consecuencia sino la causa de la paz, es decir, hay veces en las que te perdono porque siento paz en mi corazón a pesar de lo que me hiciste y otras en las que te perdono para sentir paz. Por eso, hoy quiero invitarte a tomar la decisión de perdonar y te propongo tres razones para hacerlo:

1.- Perdonando vas a encontrar la paz que en este momento tienes perdida.
Podrás recuperar la serenidad y armonía que esa acción te quitó. Es el momento de recuperar la serenidad y armonía que esa acción te quitó. Es el momento de recuperar ese estado en el que produces más, tienes mejores relaciones interpersonales y puedes soñar con mayor libertad.

2.- La justicia no está en tus manos.
Tu sufrimiento, tu ardor, tu dolor, tu rabia, tu rencor no garantizan que la otra persona pagará por lo que hizo, eso no está en tus manos. Es más, ni siquiera un acto de venganza te da lo que has perdido. Querer desquitarte te pone en el mismo nivel de la persona que te ofendió. Por eso, lo mejor es perdonar.

3.- Dios siempre nos da una nueva oportunidad
Lee Lucas 15,11-32, y si Él lo hace con nosotros, que le hemos fallado tanto en nuestro camino de vida, más estamos nosotros invitados a hacerlo con los demás, a abrir el corazón de par en par y esparcir ese hermoso regalo que es el perdón


© Qriswell J. Quero | PildorasdeFe.net

LA SILLA VACÍA


La silla vacía



Tal vez no has encontrado todavía un modo fácil y efectivo de entablar comunicación con Dios, pues en la oración se trata de eso: de dialogar sencillamente con Jesús. Esta anécdota podría activar tu creatividad.

Un sacerdote que visitó varias veces a un enfermo, observó con extrañeza la presencia de una silla vacía junto a su cabecera. Por fin una vez le preguntó para qué tenía una silla vacía junto a la cama. — No está vacía, —contestó el enfermo. Yo he ubicado a Jesús en esa silla y estaba conversando con él hasta que llegó usted. —Y añadió.  —Durante años me resultó difícil hacer oración, hasta que un buen amigo me explicó que orar no es hacer otra cosa más que hablar con Jesús. Al mismo tiempo me aconsejó colocar una silla vacía junto a mí, imaginando a Jesús sentado en ella hablando conmigo y yo con él. Desde aquel día ya no tuve dificultad en orar.
Algunos días después llegó apresuradamente la hija del enfermo a la casa parroquial para comunicar al sacerdote que el enfermo había fallecido. Y dijo: — Lo veía tan lleno de paz que me atreví a dejarlo solo, ausentándome un par de horas. Cuando volví a casa, entrando en la habitación lo encontré sin vida. Sin embargo, algo me ha resultado extraño, su posición: la cabeza no reposaba sobre la almohada del lecho, sino sobre la silla colocada junto a él.

“Desde aquel día ya no tuve dificultad en orar”. Ojalá acontezca lo mismo contigo, así como también esa irradiación de paz que daba un aura especial al rostro del enfermo. Siempre me impresionó aquella afirmación de san Alfonso María de Ligorio, doctor de la iglesia: “El que ora se salva; el que no ora se condena”. 


* Enviado por el P. Natalio

CÓMO SER SANTOS EN LAS COSAS PEQUEÑAS E INSIGNIFICANTES


Cómo ser Santos en las cosas pequeñas e insignificantes
El ser santos no está en la grandeza de nuestras acciones, sino en la pureza de la intención


Por: Fr. Ed Bromm | Fuente: FatherBroom.com // PildoradeFe.net 




Para poder guiarte en tu propio proceso de conversión y llegar a la santidad a través de cosas que nos parecen pequeñas e insignificantes, voy a dejarte por aquí algunos ejemplos bíblicos que te servirá de apoyo en este propósito.

1.- La ofrenda de la viuda pobre

Mientras Jesús observaba en la entrada del templo el dinero en la caja del tesoro, no prestaba mucha atención a los ricos y a las grandes cantidades que dejaban. Realmente lo que querían era ser vistos y aplaudidos por su ostentosa y abundante ofrenda.

Luego una pobre viuda dejó unas cuantas monedas en la caja que apenas y alcanzaban para algo. Ésta fue la persona que Jesús miró con gran amor y aprobación. ¿Por qué? No por la sustancia económica de su ofrenda – apenas y era algo. Sino que Jesús leyó las profundidades de su corazón. Ella estaba dando generosamente todo lo que tenía para vivir.

Mensaje de reflexión

El hombre puede ver y juzgar basado en puras apariencias, pero Jesús lee los movimientos internos del corazón humano.

Lo que usualmente es digno de alabanza a los ojos del mundo, Jesús lo desprecia. Por el contrario, lo que el mundo considera insignificante, Jesús lo aprueba y alaba grandemente.


2.- Santa Teresa y las tareas ordinarias

Santa Teresa y su Pequeño Camino puede ser nuestro camino hacia la santidad.

La santidad no depende simplemente de la grandeza de nuestras acciones, sino de la intensidad del amor que acompaña a la acción.

En otras palabras, el secreto para la santidad es hacer las cosas ordinarias de la vida diaria con un amor extraordinario todos los días. ¡Ésa es la clave!

Santa Teresa decía:

"Recoge un alfiler por amor a Dios y salvarás un alma".

Recoger un alfiler, hablando físicamente, no es gran cosa. Sin embargo, si la acción es realizada en la Presencia de Dios, por la intención de agradar a Dios con gran pureza, entonces tiene un valor infinito a los ojos de Dios.

La mayoría de nosotros no estamos involucrados en tareas monumentales o monolíticas que aparecerán en las portadas de los periódicos más famosos del mundo. Por el contrario, muchas de nuestras acciones son las más ordinarias y mundanas. Pero pueden tener un valor infinito si conocemos el secreto de ofrecerlas a Dios.

3.- Una madre trabajando con alegría y amor

La mayoría de las actividades normales de una ama de casa no aparecen en el periódico ni en el noticiero de las 6:00 p.m. Barrer el piso, sacar la basura, hacer las compras, preparar y servir comidas y luego limpiar los sartenes y platos, todas estas actividades son la gloriosa rutina de las amas de casa y de las madres.

Si la madre realiza todo esto con una actitud de quejas, con el ceño fruncido y haciendo el papel de víctima, entonces sus méritos a los ojos de Dios son reducidos a casi nada.

Sin embargo, si una madre se levanta en la mañana ofreciendo su día a Jesús a través del Inmaculado Corazón de María, dispuesta a ofrecer todo lo que hace para agradar a Dios, para santificar a su familia y salvar sus almas, entonces sus acciones tienen gran valor.

Lo que puede ser de valor infinito para la salvación entre las actividades diarias que realizamos son dos acciones e intenciones específicas. Realicemos nuestras actividades a través de la poderosa intercesión de María, “Obra maestra de la creación de Dios” y únamos nuestras acciones al Santo Sacrificio de la Misa.

4.- San Luis María y su amor por María

La importancia de ir a Jesús a través de la intercesión de María. María es un atajo hacia el Sagrado Corazón de Jesús.

San Luis de Montfort pinta esta imagen. Un hombre pobre quiere darle una manzana golpeada al Rey. No es posible que el pobre hombre tenga acceso al rey; y más aún el Rey no aceptará la manzana, menos golpeada. Sin embargo, si el pobre hombre conociera a la Reina, y la Reina tiene un aprecio verdadero por este pobre hombre, entonces la Reina aceptará la manzana, la limpiará, la pulirá y la pondrá en una bandeja dorada junto a una rosa. El Rey, que ama a la Reina, recibirá con mucho gusto la manzana; no por la calidad de la manzana, sino por la persona que le dio la manzana, su amada esposa, la Reina.

Por lo tanto, ¡para nosotros debe ser así también! Nuestas acciones son como la manzana. Casi siempre están manchadas o golpeadas por nuestro enorme amor propio y egoísmo.

Sin embargo, si podemos entregarnos a nosotros mismos y nuestras acciones a Jesús a través de las manos y el corazón de la Reina, entonces el Rey – Jesús, Rey de Reyes y Señor de Señores – no podrá negarse.

En otras palabras, María puede ennoblecer y santificar nuestras pequeñas acciones ¡Créelo!

5.- La Santa Misa como sacrificio

Debemos unir nuestras acciones e intenciones con Jesús en el Santo Sacrificio de la Misa.

Cada Santa Misa ofrecida tiene un valor infinito. ¿Por qué? Por la simple pero profunda razón de que Jesús se ofrece a sí mismo como Víctima de Expiación para el Padre. El Padre mira a Su Hijo y dice:

"Éste es mi Hijo amado en quien me complazco".

¡El Padre no puede negarle nada a Su Hijo!

¿Cómo traducir esto de lo místico a lo práctico? ¡No es tan complicado! Asistan a Misa, pero lleguen temprano. Permítanse 15 minutos. Abran sus corazones al máximo con una confianza infinita en Jesús, Su amor por el Padre, Su amor por ustedes y Su amor por el mundo entero. Al hacerlo, estarán poniendo todo lo que fueron, son y serán en el altar antes de que inicie la Misa.

Los días, actividades – dejen todo en el altar, absolutamente todo – no se guarden nada. La cocina, la limpieza, las peleas con tu hijo adolescente, tus peleas con tu pareja, tu miedo del futuro y las inseguridades del presente, tu leve dolor de cabeza y tu mente aturdida.

La clave es poner todo ante el altar antes de que inicie la Misa. Así se estarán ofreciendo a sí mismos y todo lo que han sido, son y serán a lo largo del día.

Cada detalle acerca de quién eres, tus deseos para tu familia y para ti, son de extrema importancia para Jesús. Nada se escapa del ojo amoroso de Jesús. Él conoce incluso cuántos cabellos tenemos en la cabeza y cuando uno se cae al piso.

El Señor Jesús se preocupa verdaderamente por el mundo entero y por todos y cada uno de nosotros individualmente.

Luego, cuando se ofrezca la Misa, especialmente durante la Consagración del Cuerpo y la Sangre, todo lo que pusieron sobre el altar será elevado al Trono Majestuoso del Padre Eterno en Su Hijo amado en quien Él se complace. A este Hijo, Él no puede negarle nada.

6.- La Misa del Padre Pio

Finalmente, y más importante aún, reciban la Sagrada Comunión en las profundidades de sus almas, como lo aconsejaba el Padre Pío

Si están bien dispuestos con un corazón ardiendo y lleno de amor por el Señor Jesús, habrá una explosión de gracias. Sus pequeñas acciones tendrán valor infinito porque aún la más pequeña de ellas fueron ofrecidas al Padre Eterno a través del amoroso Corazón de Jesús.

En resumen, aprendamos el arte de la santidad. No está en la grandeza de nuestras acciones, sino en la pureza de la intención.

Sin embargo, es de mucha importancia aprender a ofrecernos a nosotros mismos a Dios a través del puro e Inmaculado Corazón de María y a través de Jesús, la Víctima sin mancha ofrecida a Dios Padre en el Santísimo Sacrificio de la Misa.
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