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lunes, 12 de mayo de 2014
EL ANILLO DE LA SERENIDAD
El anillo de la serenidad
Un rey convocó a la corte a todos los magos del reino y les dijo: “Querría ser siempre un buen ejemplo para mis súbditos. Presentarme siempre como un hombre fuerte y seguro, sereno e impasible frente a las vicisitudes de la vida. Me ocurre a veces que me encuentro triste o deprimido por una mala noticia. Otras veces una alegría imprevista o un gran éxito me ponen en un estado de sobreexcitación anormal. Todo eso no me gusta. Me hace sentirme como una brizna que lleva el viento de la suerte. Fabricadme un amuleto que me proteja de esos estados de ánimo y estos cambios de humor”.
Uno tras otro, los magos se echaron atrás. Sabían hacer amuletos de todas las clases para los incautos que se acercaban a pedirles ayuda, pero no era fácil engatusar a un rey. Y a un rey que, además, pretendía un amuleto de efecto tan difícil.
El rey estaba a punto de estallar de ira, cuando se adelantó un viejo sabio que dijo: “Majestad, mañana te traeré el anillo que buscas. Cada vez que lo mires, si estás triste te pondrás alegre y si te encuentras nervioso, podrás calmarte. Simplemente bastará que leas la frase mágica grabada en el anillo”.
Al día siguiente, el sabio volvió y, en medio de un silencio general, ya que todos tenían curiosidad por conocer la frase mágica, alargó el anillo al rey. El rey lo miró y leyó la frase grabada sobre el aro de plata: “También esto pasará”.
Recuerda que ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
¿POR QUÉ AMO LA ESCUELA?
Autor: Papa Francisco | Fuente: es.radiovaticana.va ¿Por qué amo la escuela? | |||
La escuela es el complemento de la familia: palabras del Papa Francisco en su encuentro con las escuelas italianas. 10 mayo 2014 | |||
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EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA
« El Tercer Secreto de Fátima »
Texto original del Tercer Secreto de Fátima y explicación de Su Eminencia Josef Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Tercera parte del secreto de Fátima, revelado el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcillos en la Cueva de Iria-Fátima y transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944. Hecho público por el Secretario de Estado, Su Eminencia, Angelo Cardenal Sodano, el 13 de mayo del 2000.
"Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía.
"Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Angel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Angel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: 'algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él' a un Obispo vestido de Blanco 'hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Angeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios".
Comentario Teológico del Card. Joseph Ratzinger
El Comentario Teológico del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe está dividido en tres partes: Revelación pública y revelaciones privadas, su lugar teológico; La estructura antropológica de las revelaciones privadas; Un intento de interpretación del secreto de Fátima.
1) "El término 'revelación pública' designa la acción reveladora de Dios destinada a toda la humanidad, que ha encontrado su expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Se llama 'revelación' porque en ella Dios se ha dado a conocer progresivamente a los hombres, hasta el punto de hacerse él mismo hombre, para atraer a sí y para reunir en sí a todo el mundo por medio del Hijo encarnado, Jesucristo.
En Cristo Dios ha dicho todo, es decir, se ha manifestado a sí mismo y, por lo tanto, la revelación ha concluido con la realización del misterio de Cristo que ha encontrado su expresión en el Nuevo Testamento".
2)La "revelación privada", en cambio, "se refiere a todas las visiones y revelaciones que tienen lugar una vez terminado el Nuevo Testamento; es ésta la categoría dentro de la cual debemos colocar el mensaje de Fátima.
La autoridad de las revelaciones privadas -prosigue el cardenal Ratzinger- es esencialmente diversa de la única revelación pública: ésta exige nuestra fe". La revelación privada, en cambio, "es una ayuda para la fe, y se manifiesta como creíble precisamente porque remite a la única revelación pública".
Citando al teólogo flamenco E. Dhanis, el prefecto para la Fe afirma que "la aprobación eclesiástica de una revelación privada contiene tres elementos: el mensaje en cuestión no contiene nada que vaya contra la fe y las buenas costumbres; es lícito hacerlo público, y los fieles están autorizados a darle en forma prudente su adhesión". "Un mensaje así puede ser una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el momento presente; por esto no se debe descartar. Es una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio hacer uso de la misma".
El cardenal Ratzinger subraya también que "la profecía en el sentido de la Biblia no quiere decir predecir el futuro, sino explicar la voluntad de Dios para el presente, lo cual muestra el recto camino hacia el futuro".
La parte más importante del Comentario Teológico está dedicada a "un intento de interpretación del secreto de Fátima". Del mismo modo que la palabra clave de la primera y de la segunda parte del "secreto" es la de "salvar almas", "la palabra clave de este 'secreto' es el triple grito: '¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!'. Viene a la mente el comienzo del Evangelio: 'paenitemini et credite evangelio' (Mc 1,15). Comprender los signos de los tiempos significa comprender la urgencia de la penitencia, de la conversión y de la fe. Esta es la respuesta adecuada al momento histórico, que se caracteriza por grandes peligros y que serán descritos en las imágenes sucesivas. Me permito insertar aquí un recuerdo personal: en una conversación conmigo, Sor Lucia me dijo que le resultaba cada vez más claro que el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Todo el resto era sólo para conducir a esto".
3) Después, el prefecto de la Congregación para la Fe pasa revista a las "imágenes" del secreto. "El ángel con la espada de fuego a la derecha de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas en el Apocalipsis. Representa la amenaza del juicio que incumbe sobre el mundo. La perspectiva de que el mundo podría ser reducido a cenizas en un mar de llamas, hoy no es considerada absolutamente pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego".
"La visión muestra después la fuerza que se opone al poder de destrucción: el esplendor de la Madre de Dios, y proveniente siempre de él, la llamada a la penitencia. De este modo se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está determinado de un modo inmutable, y la imagen que vieron los niños no es una película anticipada del futuro, de la cual nada podría cambiarse. En realidad, toda la visión tiene lugar sólo para llamar la atención sobre la libertad y para dirigirla en una dirección positiva. (...) Su sentido es el de movilizar las fuerzas del cambio hacia el bien. Por eso están totalmente fuera de lugar las explicaciones fatalísticas del 'secreto' que dicen que el atentador del 13 de mayo de 1981 habría sido en definitiva un instrumento de la Providencia. (...) La visión habla más bien de los peligros y del camino para salvarse de los mismos".
Pasando a las siguientes imágenes, "el lugar de la acción -explica el cardenal Ratzinger- aparece descrito con tres símbolos: una montaña escarpada, una gran ciudad medio en ruinas, y finalmente una gran cruz de troncos rústicos. Montaña y ciudad simbolizan el lugar de la historia humana: la historia como costosa subida hacia lo alto, la historia como lugar de la humana creatividad y de la convivencia, pero al mismo tiempo como lugar de las destrucciones, en las que el hombre destruye la obra de su proprio trabajo (...) Sobre la montaña está la cruz, meta y punto de orientación de la historia. En la cruz la destrucción se transforma en salvación; se levanta como signo de la miseria de la historia y como promesa para la misma".
"Aparecen después aquí personas humanas: el Obispo vestido de blanco ('hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'), otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y, finalmente, hombres y mujeres de todas las clases y estratos sociales. El Papa parece que precede a los otros, temblando y sufriendo por todos los horrores que lo rodean. No sólo las casas de la ciudad están medio en ruinas, sino que su camino pasa
en medio de los cuerpos de los muertes. El camino de la Iglesia se describe así como un viacrucis, como camino en un tiempo de violencia, de destrucciones y de persecuciones. En esta imagen, se puede ver representada la historia de todo un siglo. Del mismo modo que los lugares de la tierra están sintéticamente representados en las dos imágenes de la montaña y de la ciudad, y están orientados hacia la cruz, también los tiempos son representados de forma compacta".
"En la visión podemos reconocer el siglo pasado como siglo de los mártires, como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia, como el siglo de las guerras mundiales y de muchas guerras locales que han llenado toda su segunda mitad y han hecho experimentar nuevas formas de crueldad. En el 'espejo' de esta visión vemos pasar a los testigos de la fe de decenios".
El prefecto de la Congrenación de la Doctrina de la Fe afirma también que en el viacrucis de este siglo "la figura del Papa tiene un papel especial. En su fatigoso subir a la montaña podemos encontrar indicados con seguridad juntos diversos Papa, que empezando por Pío X hasta el Papa actual han compartido los sufrimientos de este siglo y se han esforzado por avanzar entre ellos por el camino que lleva a la cruz. En la visión también el Papa es matado en el camino de los mártires )No podía el Santo Padre, cuando después del atentado del 13 de mayo de 1981 se hizo llevar el texto de la tercera parte del 'secreto', reconocer en él su proprio destino? Había estado muy cerca de las puertas de la muerte y él mismo explicó el haberse salvado con las siguientes palabras: 'fue una mano materna la que guió la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se detuvo en el umbral de la muerte' (13 de mayo de 1994). Que 'una mano materna' haya desviado la bala mortal muestra sólo una vez más que no existe un destino inmutable, que la fe y la oración son poderosas, que pueden influir en la historia y, que al final, la oración es más fuerte que las balas, la fe más potente que las divisiones".
La conclusión del secreto, prosigue el cardenal Ratzinger, "recuerda imágenes que Lucía puede haber visto en libros piadosos, y cuyo contenido deriva de antiguas intuiciones de fe. Es una visión consoladora, que quiere hacer maleable por el poder salvador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan con ella las almas que se acercan a Dios. La sangre de Cristo y la sangre de los mártires están aquí consideradas juntas: la sangre de los mártires fluye de los brazos de la cruz. Su martirio se lleva a cabo de manera solidaria con la pasión de Cristo y se convierte en una sola cosa con ella".
"La visión de la tercera parte del secreto tan angustiosa en su comienzo, se concluye pues con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano y, precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en señal orientadora para la búsqueda de Dios por parte del hombre (...) del sufrimiento de los testigos deriva una fuerza de purificación y de renovación, porque es actualización del sufrimiento mismo de Cristo y transmite en el presente su eficacia salvífica".
¿Qué significa en su conjunto (en sus tres partes), el "secreto" de Fátima?, se pregunta por último el cardenal Ratzinger. "Ante todo debemos afirmar con el cardenal Sodano: 'los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del 'secreto' de Fátima parecen pertenecer ya al pasado'. En la medida en que se refiere a acontecimientos concretos ya pertenecen al pasado. Quien había esperado impresionantes revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro de la historia se desilusionará. Fátima no nos ofrece este tipo de satisfacción de nuestra curiosidad, lo mismo que la fe cristiana no quiere y no puede ser un mero alimento para nuestra curiosidad. Lo que queda de válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nuestras reflexiones sobre el texto del 'secreto': la exhortación a la oración como camino para la 'salvación de las almas' y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión".
"Quisiera al final volver aún sobre otra palabra clave del 'secreto', que con razón se ha hecho famosa: 'mi Corazón Inmaculado triunfará'.¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma. El fiat de María, la palabra de su corazón, ha cambiado la historia del mundo, porque ella ha introducido en el mundo al Salvador, porque gracias a este 'sí' Dios pudo hacerse hombre en nuestro mundo y así permanece ahora y para siempre. El maligno tiene poder en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente; él tiene poder porque nuestra libertad se deja alejar continuamente de Dios".
"Pero desde que Dios mismo tiene corazón humano y de ese modo ha dirigido la libertad del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra. Desde aquel momento cobran todo su valor las palabras de Jesús: 'padeceréis tribulaciones en el mundo, pero tened confianza; yo he vencido al mundo' (Jn 16,33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa".
LETANÍAS A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Letanías a Nuestra Señora de Fátima
Señora de Fátima, ruega por nuestro
querido país.
Señora de Fátima, santifica al clero.
Señora de Fátima, aumenta el fervor
de los católicos.
Señora de Fátima, guía e inspira a
nuestros gobernantes.
Señora de Fátima, consuela a los que
sufren y en ti confían.
Señora de Fátima, ayuda a los que
te invocan.
Señora de Fátima, líbranos de todo peligro.
Señora de Fátima, ayúdanos a resistir
la tentación.
Señora de Fátima, obtén para nosotros
aquello que te suplicamos.
Señora de Fátima, regresa al buen camino
a nuestros hermanos que se han alejado.
Señora de Fátima, perdona nuestros múltiples pecados y ofensas.
Señora de Fátima, trae a la humanidad a los pies del Divino Niño.
Señora de Fátima, obtén la paz para el mundo.
Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos. Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y a la hora de nuestra muerte.
Amén.
ORACIÓN:
Oh Dios de bondad y misericordia infinita, te rogamos inflames nuestros corazones para que rebocen de confianza en Tu querida Madre, a quien invocamos bajo el título de Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de Fátima. Concédenos por medio de su poderosa intercesión las gracias, espirituales y materiales, que necesitamos y pedimos.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
LA SONRISA DEL HOMBRE
LA SONRISA DEL HOMBRE
Sólo del hombre es el privilegio de la sonrisa.
Mira que el sol calienta, da salud, hace germinar las plantas... su misión es muy grande. Sin él, el mundo no podría existir, pero... ¿sonríe? No, aunque él alimenta el día del universo.
Cuando el hombre sonríe, es más grande que el sol. Es expresión, es dulzura, es alegría, es amor. Es algo que el sol, por muy astro que sea, por muy grande que sea, no tendrá nunca.
¿Sonríen las plantas, las flores? Tampoco. Alimentan al hombre, le cobija su sombra, embellecen los montes y los campos, perfuman las flores con aromas deliciosos. Pero ¿sonríen...? No. Tienen para mí ante el hombre más influencia que el sol. No sonríen pero pueden hace sonreír al hombre, por su belleza, por su aroma, por su sombra...
Mirad los animales, el pájaro, el felino, el pez ¿sonríen ... ? No. Al hombre pueden hacerle sonreir, pero jamás se dibujará en su rostro la sonrisa.
Mirad el mar, el valle, la montaña, el cielo, las estrellas... Son hermosos y pueden ser inmensos o estar llenos de majestuosa estampa. Pero no pueden sonreír, aunque también pueden provocar en el hombre, la sonrisa de placer.
Por eso, yo pido al hombre que sonría, que haga uso de ese privilegio exclusivo creado para él. Si el hombre sonriera más, habría en su mirada la pureza del niño, la paz en la conciencia, el entendimiento con el hermano... La mano del que lo tiene todo, se parecería al del que no tiene nada.. :
Si el hombre sonriera más, si utilizara más ese "don" único que le regala la gracia de Dios, haría de la sonrisa un gran manto de amor que cubriría la tierra, como la mejor ofrenda en el altar de la vida, porque en la sonrisa del hombre, está ¡la sonrisa de Dios!
FLORECILLAS A MARÍA: 12 DE MAYO
FLORECILLAS A MARÍA
Flor del 12 de mayo: Madre del buen ejemplo
Flor del 12 de mayo: Madre del buen ejemplo
Meditación: “Sigue fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2,10). María la más fiel… “hágase en mí según Tu Palabra”. Grande fue la fe de María, quien cumplió a la perfección la Santa Voluntad de Dios, ya que a El todo entregó. En el Calvario a su Hijo dio y confiada con llagas en su Corazón esperó la Resurrección. ¿Somos realmente “fieles” a Dios y a Su Iglesia, cuando no cumplimos nuestro deber, cuando no nos comprometemos con el Señor y tenemos un tibio corazón lleno de vanidad y sin amor?. ¿Somos ejemplo como María, o somos un alma sin vida que no cumple con lo que Dios dicta?. Pregúntate en éste día: ¿he favorecido con mis obras y palabras al Señor, o al maligno?. Sigamos a María con un corazón pequeño y recto.
Oración: ¡Oh Madre que nos guiaste, que todo entregaste!. Dígnate Madre a enseñarnos y a llevarnos siempre de tu mano, para que seamos realmente cristianos, perteneciendo a Cristo, tu Hijo Amado. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Ser un Jesús y una María para los que nos rodean, como testimonio de cristiandad.
EL TAPIZ MARAVILLOSO
EL TAPIZ MARAVILLOSO
Un buen hombre recibió una carta de un amigo. Le comunicaba que le iba a regalar un hermoso tapiz. Era precioso, le decía, y hacía los mayores elogios del tapiz precioso que iba a recibir todo él bordado en oro, representaba primorosamente unas escenas bellísimas de cacería, los colores estaban perfectamente conseguidos. Su valor, en una palabra, era incalculable.
A los pocos días llamaron a su puerta para entregarle el tapiz.
Lo desembaló a toda prisa, y al verlo, no pudo menos de sentirse defraudado. Aquello no era sino un montón de hilos mal distribuidos sin formar dibujo alguno inteligible. Aquí y allá se veían nudos empalmados de cualquier manera. Por ningún sitio veía aquellas maravillosas escenas de cacería de que le había hablado. ¿No será fruto de la imaginación de mi amigo?, llegó a pensar. ¡Tantos elogios para tan poca cosa!
De repente, y casi sin advertirlo, dio la vuelta al regalo y respiró aliviado. Desgraciadamente, lo había estado mirando del revés. Ahora sí pudo admirar los riquísimos matices de los colores, las bellas escenas representadas... En fin, le pareció que su amigo se había quedado corto en las alabanzas.
Así nos ocurre a nosotros con el dolor. Depende de por dónde lo miremos. Mirado de un lado nos parece un sinsentido, un absurdo. Visto desde los ojos de Dios puede convertirse en una ocasión maravillosa para encontrarnos con lo mejor de nosotros mismos, con los demás y con el mismo Dios.
OFRECER UN CONSEJO
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Ofrecer un consejo
Es hermoso ofrecer consejos, sobre todo si son buenos. Es más hermoso todavía hacerlo de modo correcto.
Un consejo llega a nuestros oídos. "Calma, calma..." Por el tono de voz, podemos distinguir si se trata de un reproche amargado o de una invitación desde el cariño.
También nosotros a veces damos consejos y exhortaciones a otros desde diferentes estados de ánimo. En ocasiones, lo hacemos con el alma inquieta o incluso con rabia. Más que ofrecer una palabra buena para ayudar, tomamos una actitud negativa hacia el otro.
Otras veces el momento y el tono de voz desvelan en nuestro corazón una actitud cercana, buena, comprensiva hacia quien ofrecemos nuestro consejo, con un deseo humilde y sincero de dar una mano.
Es hermoso ofrecer consejos, sobre todo si son buenos. Es más hermoso todavía hacerlo de modo correcto. El arte de la corrección fraterna no es fácil, pues requiere de mucha paciencia, tacto, empatía. Por eso necesitamos estar atentos a la hora de encontrar el modo que permita ayudar amablemente a un familiar o conocido.
¿Cómo ofrecer un consejo de modo oportuno y cordial? Primero, desde la paciencia. Una palabra dicha con prisas, casi para deshacernos del otro, seguramente estará herida. Más vale esperar un momento adecuado que lanzar un dardo que pueda herir a mi hermano.
Segundo, desde la propia experiencia. Cuando alguien nos ha dicho algo bueno con un tono de enfado e impaciencia, sentimos cierta pena. Al revés, la ternura de un familiar o amigo que nos aconseja con respeto suaviza nuestro corazón y nos hace disponibles a la acogida. Desde esa introspección podemos aprender cómo aconsejar a quienes viven a nuestro lado.
Ofrecer un consejo es todo un arte. Podemos mejorar mucho si encontramos rostros amables que nos orientan hacia el buen camino. Podemos apoyar a otros con una palabra serena y dicha en el momento adecuado.
"Calma, calma..." Sí, acepto tu consejo, porque me lo ofreces con ese afecto que tanto necesita cada corazón humano; porque con tus palabras reflejas un poco la bondad de Dios, que es tierno y amable con cada uno de sus hijos.
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 12 DE MAYO DEL 2014
Autor: Luis E. Camarena | Fuente: Catholic.net ¡El Señor es mi Pastor! | |
Juan 10, 11-18. Pascua. Cristo sigue tocando a la puerta de nuestro corazón para que nos abramos a la conversión | |
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre. Oración introductoria Señor, dame tu gracia para darme cuenta que tú estás realmente presente en todo momento de mi vida, que nunca me olvide que estás junto a mí y que eres el huésped de mi corazón. Dame tu gracia para ser dócil a tus inspiraciones, a tus sugerencias para identificarme contigo, para confiar plenamente en tu voluntad y tus designios, especialmente cuando son contrarios a mis puntos de vista. Transforma mi corazón para que sepa amar de verdad, desinteresadamente, para descubrirte en quien me humilla y ofende y para ser un reflejo de tu ternura para los más débiles y necesitados. Que María, nuestra Madre, me lleve siempre de la mano para caminar junto a ti. Petición Señor que vea en cada sufrimiento, en cada incomodidad, en cada contratiempo una oportunidad para corresponder a tu infinito amor por mí. Meditación del Papa Francisco En estos días, Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos misioneros; han escuchado la voz del Buen Pastor que les ha llamado por su nombre y han reconocido la voz que les llamaba. ¿No es verdad que, en esta voz que ha resonado en sus corazones, han sentido la ternura del amor de Dios? ¿Han percibido la belleza de seguir a Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿Han comprendido mejor que el evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena? ¿Es verdad? […] Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor. (S.S. Francisco, 28 de julio de 2013). Reflexión "Yo soy el buen pastor". Esta afirmación es una de las más bellas del evangelio, pues refleja con muchísima claridad el corazón de Cristo. No fue sólo un título usado por Cristo para describir su misión, sino algo que llevó a cabo, de allí que sus primeros discípulos hayan resumido su vida con esta frase: "pasó haciendo el bien" (Hch 10, 38). Cristo pasa todavía por nuestras vidas haciendo el bien como hace dos mil años, Cristo sigue tocando a la puerta de nuestro corazón para que nos abramos a la conversión cómo lo hicieron Mateo, María Magdalena, el buen ladrón, Cristo sigue sufriendo su Via Crucis cuando nosotros lo ofendemos y no somos capaces de amar como Él, pero Cristo, también, se alegra hoy cuando ve al hijo pródigo regresar a casa porque Él es el buen pastor. "Conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí". Cristo nos ama porque nos conoce, porque nuestra grandeza y nuestra miseria no son desconocidas para Él, precisamente, porque nos conoce, vino a este mundo para salvarnos, porque nos conoce quiso quedarse en la eucaristía y dejarnos su perdón en el sacramento de la penitencia. Pero ahora nos debemos preguntar ¿Realmente conozco a Cristo? ¿Realmente lo conozco como el buen pastor? Que nunca nos olvidemos que Dios, que se ha revelado por Jesucristo, es Amor, es misericordia, comprensión y perdón. El profeta Ezequiel decía: Porque así dice el Señor Yavé: Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y las reuniré... Yo mismo apacentaré a mis ovejas y yo mismo las llevaré a la majada..., buscaré la oveja perdida, traeré a la extraviada, vendaré la perniquebrada y curaré la enferma... apacentaré con justicia. (Ez 34, 11, 15-16). Que este evangelio sea para nosotros una invitación a ser también los buenos pastores para con nuestros hermanos los hombres, que con sus nombres y apellidos se cruzan todos los días por nuestras vidas. Que realmente seamos ese bálsamo que sane sus heridas, que cure sus almas atribuladas por el dolor, la tristeza, el odio. Que les demos de comer manjares de eternidad con nuestra palabra y testimonio de cristianos auténticos. Que al final nuestras vidas se puedan resumir al igual que la de Cristo: Pasó haciendo el bien. Propósito Buscar reflejar a Cristo, Buen Pastor, preocupándome más por los demás que de mí mismo. Diálogo con Cristo Jesús manso y humilde de corazón has mi corazón semejante al tuyo. Que tú seas siempre mi modelo y mi guía a lo largo de mi vida, que siempre camine a tu lado y que nunca me separe de ti. Por último, te pido Señor que me des la fortaleza que necesito para ser tu apóstol que no se canse de gritar a este mundo que tú eres el único que da sentido a nuestras vidas, que tú eres el único que me conduce a la verdadera felicidad. Al meditar en el Evangelio del buen Pastor, pidamos al Señor que abra cada vez más nuestro corazón y nuestra mente para escuchar su llamada. En verdad, Jesús "nos conoce" más profundamente de lo que nos conocemos a nosotros mismos, y tiene un plan para cada uno de nosotros. También sabemos que donde él nos llama encontraremos felicidad y realización personal, pues nos encontraremos a nosotros mismos. (Benedicto XVI, 10 de mayo de 2009) |
domingo, 11 de mayo de 2014
LA FELICIDAD ESTÁ A CUATRO PASOS
LA FELICIDAD ESTÁ A CUATRO PASOS
Muchas veces decimos que un sitio "está a cuatro pasos" para indicar que está muy cerca. Pues bien, amigos, la felicidad está a cuatro pasos. Todos buscamos la felicidad, pero no somos conscientes de que en realidad, puede estar mucho más cerca de lo que pensamos. Además, una vez encontrada, no será algo efímero, sino que puede ser permanente. Entonces, ¿cuáles son esos cuatro pasos para alcanzar la felicidad?
1.- MANTENER LA FE.
La fe es aceptar lo imposible, arreglárselas sin lo indispensable y sobrellevar lo intolerable.
La fe ve lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible.
La fe es ociosa cuando las circunstancias son favorables; es únicamente ante la adversidad cuando ejercitamos nuestra fe en Dios.
La fe, igual que un músculo, se vuelve fuerte y flexible con el ejercicio.
Nunca aprenderemos a tener más fe mientras estemos rodeados de comodidades.
Las victorias más grandes son las victorias de la fe.
Lo que cuenta no es tanto lo que podemos hacer, sino lo que podemos creer que Dios hará.
La fe acaba donde comienza la preocupación y la preocupación acaba donde comienza la fe.
2.- PERSEVERAR EN LA ORACIÓN
Nadie puede vivir con dudas si ha orado con fe.
Dios no concede giros cuando no hay depósitos.
Para alcanzar una elevada estatura espiritual, antes hay que aprender a arrodillarse.
Cuando recibes el pan de cada día por el cual siempre oras, no te quejes de que no sea un pastel.
Alguna gente dice que el Cielo queda muy lejos. Los que están destinados a él sólo necesitan unas pocas palabras para llegar.
Tal vez nuestros problemas serían mayores, si Dios respondiera todas nuestras oraciones.
3.- LLENARNOS DE PAZ
La paz no se hace en las mesas de negociaciones ni con tratados, sino en los corazones de los hombres.
Cuando Cristo es Señor de la mente, la paz es señora del día.
La paz de Dios sobrepasa todo entendimiento y malentendido.
Si tenemos paz en nuestras almas, nada nos afectará.
La paz no es la ausencia de conflictos, sino la presencia de Dios, sea cual sea el conflicto.
4.- DISFRUTAR DE LA FELICIDAD
La felicidad no se encuentra ni dentro ni fuera de nosotros, sino que es fruto de nuestra comunión con Dios.
Estar felices con lo que tenemos es la mayor de todas las riquezas.
La diferencia entre los placeres espirituales y los terrenales es tan grande como la que existe entre un banquete del que uno disfruta y uno retratado sobre un muro.
Hay dos maneras de ser rico: una es tener todo lo que uno quiere y la otra es estar satisfecho con lo que uno tiene.
Seremos más felices si damos a los demás un pedacito de nuestro corazón, en lugar de un producto de nuestra mente.
Nuestro corazón es más feliz cuando late por los demás.
DE PROFESIÓN .... MAMÁ
DE PROFESIÓN... MAMÁ
El trabajo en el hogar es, sin duda alguna, el trabajo con mayor dimensión social que existe.
Aún desarrollándose entre cuatro paredes, tiene una repercusión importantísima en la buena salud de la sociedad.
Cuando una madre funciona bien, funciona bien la familia y, a su vez, funciona bien toda la colectividad.
Mis logros personales no pueden competir con los de un alto ejecutivo, ni salen en televisión, ni cotizan en la bolsa. Sin embargo, yo no lo cambio por nada.
Mis satisfacciones son mucho mayores, y en mis manos está el mejor negocio de mi vida pues me siento como la empresaria más importante del planeta.
Me animo a escribir estas sencillas reflexiones pensando, en especial, en aquellas mujeres, trabajadoras como yo, cuyo sueldo es el apoyo y la ayuda de sus maridos y la sonrisa de sus hijos.
Pertenezco a una empresa familiar ubicada en un edificio ocupado, en su mayoría, por negocios similares al mío.
Como toda buena compañía que se precie, goza de unas instalaciones dignas, sencillas, soleadas y, sobretodo, muy acogedoras.
Así, estamos convencidos, se trabaja más, mejor y se está a gusto. La sala de juntas, por ejemplo, es amplia, luminosa, sin ningún elemento decorativo ostentoso (porque ni nos da para ello ni es nuestro estilo) y hace las veces de biblioteca, sala de reuniones, estudio con audiovisuales, aula de descanso..., lo que haga falta.
Sin embargo, es en el que podríamos llamar laboratorio, donde paso la mayor parte del tiempo.
Es aquí donde intento transformar las materias primas que recibo de mis proveedores en exquisitos productos elaborados; donde se lavan los trapos sucios de la empresa, se alisan las arrugas de la convivencia, y un montón de cosas más.
La mesa de mi despacho está entre la nevera y el microondas. El hilo musical que suena de fondo es el del lavaplatos (por cierto, Dios mío, gracias por poder tenerlo porque ¡el trabajo que ahorra!). El sillón de cuero lo sustituí por una banqueta de cocina, bastante cómoda también.
En ocasiones, me traslado momentáneamente al despacho de otro trabajador para poder usar el ordenador. Es una habitación compartida con un futbolín, un corralito y su habitante eventual (al que tengo que atender a cada frase), libros, enseres de descanso, un armario que antes creía muy amplio, cachibaches por doquier, etc.
Y pues, como si de cualquier otro ministro se tratara, me resulta bastante difícil hacer algo sin interrupción, puesto que, esté donde esté, en mi lugar de trabajo entran cada dos por tres mis secretarios particulares de 1, 3, 6, 8 y 10 años, solicitando mi atención para resolver cualquier tipo de problema socio-laboral o simplemente de subsistencia.
Es muy gratificante pensar que eres necesario para los demás. En lo que respecta a mis secretarios, hablaría de ellos horas y horas, como lo haría una madre de sus pequeñuelos.
Digo bien cuando los llamo secretarios porque están bien enseñados (nuestros esfuerzos nos cuesta) y colaboran en el bien de la empresa, ¡todos!
Por supuesto que cada uno ha de ocuparse de que sus pertenencias y material de trabajo esté recogido. Pero, aparte, cada uno tiene un pequeño encargo pensado un poco en el servicio a los demás.
Por ejemplo, José Ramón limpia los zapatos, los suyos y los de sus hermanos; Fran riega las plantas, a veces, cuando ya están un poco desmayadas y piden el agua a gritos; Covadonga repone el papel higiénico en los baños, importantísimo; Macarena se encarga de sacar la basura a la escalera, y ¡por Dios! que nadie se la saque porque sino tenemos follón; por último, Ignacio, que como todavía no sabe caminar (aunque eso no es excusa pues con el andador llega a todos los sitios, lo tenemos comprobado), de momento sólo recoge sus juguetes en el cesto.
Esto, escrito así, se ve muy bonito, pero dada la corta edad laboral de la mayoría del personal, para su buen funcionamiento, requiere una ardua tarea de inspección y seguimiento.
Y como la voluntad tarda más en desarrollarse que la inteligencia hay que repetir las cosas infinidad de veces. Aquí, la paciencia juega un papel fundamental. La paciencia y la gracia del sacramento del matrimonio que en ocasiones creo haberla visto materialmente. ¡Como para desperdiciarla!
Por otro lado, estos empleadillos, son muy dados a pedir enseguida recompensa. Es, entonces, cuando se reúnen los sindicatos con la patronal para llegar a un acuerdo. Por mi parte, quedan desterradas las pagas por recompensar un servicio o una ayuda que, a fin de cuentas, no tiene precio.
La colaboración entre los trabajadores no se puede expresar con dinero, y además, somos de la opinión de que cuanto menos tengan de eso, mejor. Sí suelo ser generosa en besos y achuchones (no creo que sea acoso sexual en el trabajo) y también muy efusiva en halagos y felicitaciones. Procuro que el premio lo vean ellos mismos con la satisfacción del trabajo bien hecho, ¡y cómo cuesta convencerles a veces!
Y con todo esto, que quizás a algunos le parezcan paparruchas ... ¡no me siento maruja! Es más, me horroriza la expresión. Y protesto enérgicamente contra aquellos que piensan que las amas de casa, madres de familia, nos dedicamos a esto porque no dimos para más y ahí estamos, sufriendo en silencio, como si de almorranas se tratara.
Tengo estudios universitarios y he ejercido mi profesión antes de casarme. Ahora no tengo un sueldo (bien que lo siento) pero mi trabajo, de horario más amplio y de mayores alegrías, es una especie de conglomerado de varios ministerios.
Ejerzo de ministra de educación y ciencia al hacer los deberes con mis hijos, o al asistir a las reuniones del colegio, del brazo de mi marido, en las que tanto aprendemos y tan bien lo pasamos. O cuando, simplemente, les enseño a actuar de tal o tal manera porque honradamente es lo más correcto; al hacer las cosas con orden, cumplir un horario, o una promesa,...
Como ministra de sanidad, poco a poco me fui soltando: no llego a recetar pero sí me ahorro alguna que otra visita al pediatra, porque de todo se aprende.
En cuanto al ministerio de agricultura, pesca y alimentación lo voy manejando mejor, aunque me costó lo mío. No es que cultive nada, pero cuando te casas sin saber cocinar ...
Sobre la cartera de asuntos sociales, sólo señalar que el hecho de que se vea pasear por la calle a una familia de más de cuatro miembros, es ya una buena aportación a la sociedad.
Dado el número de empleados que tenemos, es el ministerio de economía el que nos trae más de cabeza. Es por ello que hicimos de una frase que repetía mi padre un lema familiar: "soldado que se guarda, vale para segunda vez" y la herencia ha venido a formar parte de nuestras vidas. Sólo hay que cuidar las cosas un poquito.
Todo esto se lleva a cabo con una estrecha colaboración entre marido y mujer, por supuesto.
He de reconocer que la cartera de deportes se la lleva él. Como también quisiera señalar que hay otro aspecto que ejerzo en solitario, al igual que cantidad de mujeres en mi misma situación. Yo lo llamaría el ministerio de imagen y buen aspecto: hemos de ser verdaderas expertas en combinación de colores y prendas.
Tengo, en ocasiones, la tentación de hacer un esquema y pegarlo por dentro del armario: tal pantalón va con tal jersey: si pones este jersey, con tal y tal camisa o color de calcetín, ... Es posible que algún marido se sienta un tanto ofendido, pero hasta nuestra redacción no nos han llegado noticias de ninguno que tenga esta capacidad.
Para terminar, si se me admite un consejo, animaría a todas mis colegas a defender su profesión con la cabeza bien alta. A prepararse de alguna manera para mejorarla, tanto en la cocina como en la educación de los hijos y en muchas cosas más.
Y a no sentir ningún complejo de inferioridad ante esas "supermujeres" que nos vende la televisión, de maletín, peluquería y alta costura, porque en valía personal, como mínimo, estamos a la misma altura.
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