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viernes, 20 de enero de 2017

LA CONVERSIÓN DE UN FUTBOLISTA


La conversión de un futbolista 



1)  Para saber
A inicios del año, el Papa Francisco se dirigió a unos convencionistas en vistas a una Asamblea que tendrá como tema ‘Jóvenes, fe y discernimiento vocacional’.
Hoy en día, dijo el Papa, los jóvenes tienen necesidad de una fuente de agua fresca para saciar su sed, y después proseguir en su camino de búsqueda. ¿De dónde la beberán? Esa agua saldrá de las personas que saben decirle al Señor un sí total y generoso con una vida entregada. Su ejemplo de vida será parecida a una fuente de agua, nacida hace mucho tiempo en la profundidad de la tierra, que sale al exterior mediante un goteo de pureza y frescura.

2) Para pensar
Alberto García Aspe fue un exitoso futbolista mexicano. Jugó para los clubes mexicanos Pumas, Necaxa, América, Puebla y el club argentino River Plate. También fue seleccionado nacional para las Copas Mundiales de Estados Unidos 94, Francia 98 y Corea-Japón 2002. Ahora es comentarista de la cadena Fox Sports. Hace poco dio su testimonio sobre su fe en Dios y su amor hacia la Virgen de Guadalupe: “Hoy me siento realmente orgulloso de poder dar a conocer lo que Dios ha logrado en mí y en mi familia, desde que tuve mi encuentro con Él”.

Alberto reconoce que no siempre tuvo una fe viva: “Provengo de padres católicos, pero la práctica de nuestra religión se limitaba a ir los domingos a Misa, o alguna celebración; es decir, como católicos ‘light’. No practicábamos verdaderamente la oración, ni hacíamos ayuno… ¡Hoy todo eso ha cambiado!”, explicó.

En su vida el éxito y la fama lo llevaron a descuidar a la familia. Hubo momentos difíciles, incluso llegó a pensar en el suicidio. Pero un día le avisaron del hospital que su esposa estaba muy grave. El mismo médico le pidió que rezara mucho por ella. Entonces ocurrieron dos sucesos que nunca olvidaría: Ya para ser intervenida, una enfermera traía en su broche su nombre: Guadalupe. Su esposa le preguntó si creía en la Virgen. La enfermera le respondió: ‘¡Sí, no se preocupe, le aseguro que todo va a estar bien!’.

Luego, esperando el resultado de la delicada intervención una amiga invitó a rezar el Santo Rosario, y aunque al principio Alberto no quería, cedió. Y justo en el momento en que terminó el rezo, sonó el teléfono; era el doctor con la noticia de que su esposa estaba fuera de peligro. ¡Gracias a Dios estaba a salvo! Entonces, pensó el jugador: “Comprendí que el Señor aún tenía planes para mí”. Una enfermera con fe y una amiga que invita a rezar. Ambas coherentes con su vocación y Dios se valió de ello para reavivarle la fe a otros. Concluía Alberto: “detalles que definitivamente me acercaron más a Dios y a la Virgen de Guadalupe”.

3) Para vivir
Ayudar a otros a descubrir su vocación, es ayudarles a ser felices. Para ello es preciso saberlos escuchar, estar dispuesto a dedicarles nuestro tiempo, a convivir y, desde ahí, saber transmitirles la belleza, el estupor y la maravilla de estar enamorados de Dios.
Cuando se es fiel a la propia vocación, además de encontrar el sentido de la propia vida, Dios presta su ayuda para llevarla a cabo. El Señor encuentra ‘camino libre’ para obrar maravillas y hacer mucho bien a otras personas.


© Pbro. José Martínez Colín

martes, 17 de enero de 2017

LA NIETA QUE SE NOS FUE AL CIELO


La Nieta que se nos fue al Cielo
Inés vivió diez horas fuera del seno materno, para alegría de todos, y se nos fue directa al Cielo.


Porque quizás a alguien le ayude, querría contar algunos detalles del tránsito por la tierra de nuestra nieta Inés, que, gracias a Dios, fue tan breve como maravilloso.


Por: Tomás Melendo | Fuente: www.edufamilia.com 



Inesita.
Porque quizás a alguien le ayude, querría contar algunos detalles del tránsito por la tierra de nuestra nieta Inés, que, gracias a Dios, fue tan breve como maravilloso.
María, nuestra hija mayor, y Angelma, su esposo, tienen tres hijos varones.
Como estaba previsto, el domingo, 10 de mayo de 2015, María dio a luz a su cuarto-quinto hijo, la primera niña.
Cuarto-quinto porque el primer embarazo fue extrauterino: hubo que extirpar la trompa y el bebé no fue viable. Los tres que ahora mismo viven son Jaime (siete años cuando nació Inés), Pablo (seis, en aquel momento) y Alejandro (cinco, también entonces).
Inés vivió diez horas fuera del seno materno, para alegría de todos, y se nos fue directa al Cielo.
Ya lo sabíamos. Desde la segunda ecografía se advirtió que tenía una anencefalia: en estas circunstancias, el líquido amniótico impide el desarrollo del cerebro, por lo que las funciones vitales, una vez que deja el útero materno, mantienen al niño o a la niña en vida minutos, horas y, en algunos casos excepcionalísimos, días. Pero no más.
Todos éramos bien conscientes y, de nuevo gracias a Dios, estábamos ya preparados.
Los hechos
Según suele ocurrir, la realidad superó todas nuestras expectativas. El dolor es y seguirá siendo real —lo contrario sería antinatural—, aunque va disminuyendo con el transcurrir del tiempo, al paso que aumenta el gozo, sobrenatural e incluso humano.
Fue una auténtica bendición que el ginecólogo, José Ignacio, sea un estupendo creyente, con enorme prestigio en su hospital y una humanidad y una visión sobrenatural muy fuera de lo común. Supo orientar a María y Angelma en todo momento, cuidando hasta los menores detalles, con infinito cariño. Y la siguió atendiendo durante los días que pasó en el hospital y, como es lógico, también cuando lo dejó.
Ya dentro del quirófano todo era excepcional. Por desgracia, no suelen nacer los niños aquejados por esta dolencia: bien porque los abortan, bien porque fallecen en el seno materno. De ahí que bastantes de los médicos, enfermeros y enfermeras de guardia ese domingo, quisieran asistir al parto, movidos por un interés a la vez profesional y humano.
Según lo previsto, hubo cesárea, la cuarta de María, y la pequeña Inés fue bautizada en cuanto la sacaron del útero, en los brazos de su padre, Angelma, al que, por excepción, permitieron asistir a la cesárea.
Angelma se echó a llorar, emocionado, en cuanto la tuvo en sus brazos. María me comentó que es la única vez que lo ha visto llorar. Pero también lo hicieron alguno de los médicos y el capellán de la clínica que la bautizó. Este último, no durante el bautizo, sino al salir del quirófano. Ante la pregunta de una enfermera, cuando empezaba a responder, no pudo contenerse y rompió a llorar. Ella le comentó, con cierto asombro, que ya debía estar acostumbrado a situaciones análogas, a lo que el sacerdote asintió, pero añadiendo que nunca había visto a un padre agarrar con tanta fuerza a su hijo, como queriendo darle su propia vida.
Eso fue hacia las once de la mañana. A las doce, más o menos, llevaron a María para que se repusiera de la anestesia, y la pequeña Inés se vino con su padre, sus tres hermanos, los padres de Angelma, Lourdes y yo.
Primeras reacciones
La impresión, en cuanto nos quedamos con Inés, fue grande, al menos la mía. Poco más arriba de las cejas comenzaba una especie de gorrito, que habían colocado para que no se viera la enorme herida, en el lugar donde debería estar el cráneo. Los ojos eran un poco extraños —algo saltones— y también parte de la nariz; pero desde ahí hasta la punta de los pies Inesita era perfecta. La carita, que pronto comenzó a adquirir un tono levemente azulado, por faltarle el oxígeno, producía una ternura difícil de describir.
Sus hermanos, a quienes María y Angelma venían preparando desde tiempo atrás, se hicieron varias fotos con ella y con su padre; también Lourdes y yo, y lo mismo Vicentina y Valentín, sus abuelos por línea paterna.
La pudimos disfrutar, en esta primera etapa, hasta algo más de las dos de la tarde. Jaime, Pablo y Alejandro entendieron muy bien que el niño Jesús quisiera tanto a su hermanita que deseara llevársela ya consigo. Eso no impidió que se emocionaran, sobre todo el más pequeño de los tres, que parece el más brutote, como sucede a menudo entre los niños. Pero hacia las dos acusaron el cansancio de estar encerrados tanto tiempo en un cuarto pequeño: Valentín y yo nos lo llevamos a comer, dejando a Angelma y las dos abuelas con Inesita.
Conforme pasaban las horas de esa mañana, la primera sensación de cierta extrañeza dejó paso a una paz muy fuera de lo común, con la conciencia clara y palpable de que la Trinidad habitaba en esa criatura, que pronto iría a unirse completamente con Ella. Casi podía tocar a Dios. Algo que nunca en mi vida había sentido, al menos de ese modo.
Lourdes y Vicentina, que habían renunciado a comer para aprovechar más las horas de vida de su nieta, la dejaron cuando María, repuesta de la anestesia, regresó a su habitación y llevaron a Inesita con ella y con su esposo. Estuvieron los tres solos hasta alrededor de las seis.
A esa hora se celebró una Misa, que no pudo ser la de gloria —para agradecer a Dios que ya estuviera en el Cielo—, pues Inesita seguía aún luchando por vivir. Al terminar, casi todos los asistentes pasaron un momento a la habitación, para ver a la niña y a la madre, y luego nos quedamos de nuevo solos María, Angelma, Lourdes y yo, con la niña (los padres de Angelma tuvieron la sacrificada delicadeza de dejarnos solos, por eso de que la madre es nuestra hija: se lo agradeceremos siempre).
La marcha al Cielo
Todo el personal sanitario, con el ginecólogo a la cabeza, se portó de maravilla. Ya al acompañarnos a la pequeña salita donde nos instalamos, se les veía emocionados y atentos, desviviéndose en mil detalles. Como estaban poniendo tanto mimo, hubo un momento en que, casi sin pensarlo, di un beso de gratitud a las dos mujeres-médico presentes, repitiendo con énfasis: «muchísimas gracias». Ya entonces, y varias veces más a lo largo del día, una de ellas comentó, siempre con palabras parecidas y como explicando su actitud: «¡Con tanto cariño alrededor…!»
Cada media hora, más o menos, los médicos volvían a la habitación para ver cómo seguía Inesita. José Ignacio, el ginecólogo, además, para continuar dando ánimos a María y Angelma. Nos impresionó mucho que en una de las ocasiones, tras apenas saludar a María, se quedó alrededor de un cuarto de hora, con los codos apoyados en la cunita, sin decir palabra, contemplando a la niña a la que había ayudado a nacer.
Hacia las nueve de la noche nos dijeron que el corazón latía ya mucho más débil. Lourdes y yo dejamos la habitación, para que María y Angelma pudieran estar solos con su hija en esos últimos momentos. A las 21:50 nos dejó y se fue al Cielo. Nos permitieron tenerla un rato más con nosotros, recostada en el regazo de María.
Hay fotos y videos repletos de ternura.
Una vida breve, pero inmensamente fecunda
A partir del día siguiente, lunes, comenzaron las visitas. Familia más o menos cercana, amigos de María, de Angelma, etc. Todas muy emotivas y cariñosas. La tónica general era de gratitud y admiración contenida hacia los padres por haber querido gestar y dar a luz a una niña, sabiendo que la iban a tener pocas horas consigo, para entregarla inmediatamente a Dios.
Una última anécdota de estos primeros días. El martes por la mañana, al llevarle la comunión, el capellán que había bautizado a Inesita pidió a María hablar un momento con ella. Le preguntamos si prefería estar a solas, pero nos dijo que no, que nos quedáramos. Al cabo de unos veinte minutos se veía que quería llegar al terreno personal… y al fin lo hizo.
Primero agradeció a María, también para que se lo dijera a Angelma, el que hubieran tenido la generosidad de respetar la vida de la niña. Y varias veces, con leves modificaciones, repitió dos ideas.
a) La primera, que a él todo esto le había hecho pensar y orar mucho, y que le había llevado a “recolocar” varias cuestiones personales (obviamente, cada vez que lo recuerdo vuelvo a dar gracias a Dios).
b) La segunda, que le había impresionado cómo, mientras bautizaba a la niña, María, desde la cama donde estaba siendo operada, forzando la vista por detrás de ella, tenía los ojos fijos en Angelma, en esos momentos llorando emocionado, como queriendo darle ánimos, olvidada de sí misma: algo, efectivamente, muy femenino y muy maternal.
Cuando se marchó el sacerdote y María terminó su acción de gracias, de nuevo llorando de emoción, me dijo: «¡Papá, pero si yo no he hecho nada!»
Comentamos que así es Dios: que resultaba grandioso que Dios pudiera darle las gracias a ella por hacer lo que debía y permitir de ese modo a su hija recibir el bautismo, por lo que Inesita sería inmensamente feliz en el Cielo… y Dios se alegraría con la felicidad de esa criatura.
Bastantes veces, sobre todo cuando se trata de un grupo cercano, encuadro mis conferencias en la idea de que nuestro paso por este mundo es, más que la prueba, la gran oportunidad que Dios nos da para ir aprendiendo a amar más y mejor, de modo que vayamos siendo ya más felices aquí y, al término, habiendo dilatado las fronteras de nuestro corazón, nos quepa más Dios en el alma y seamos más felices por toda la eternidad.
Siempre me rondaba por la cabeza, junto a otros mil interrogantes y consciente de la pequeñez de mis “explicaciones”, qué sucedía con los recién nacidos que mueren. En esta ocasión vi muy claro que el engrandecimiento del corazón de Inesita era al menos proporcional al que había provocado en nosotros —sus padres, abuelos, hermanos y mucha gente más— ayudándonos a querer un poco más y mejor.
¡Qué fecundidad la de esas diez horas! La querría yo para mí.
Favores
Muy pronto, al menos los más allegados, comenzamos a encomendarnos a su intercesión. A Angelma le contaron que, en una situación análoga, san Josemaría había dicho al padre de un niño —muerto también a muy temprana edad— que no olvidara que, en el Cielo, seguía siendo hijo suyo y, por lo tanto, que le debía obediencia, y que lo “aprovechara”.
Angelma lo hace constantemente e Inesita, de ordinario, le “obedece”, dando lugar a múltiples anécdotas. Resumo una de las más simpáticas. Angelma cursó la carrera de farmacia y, después de un largo período en Dublín, se ha ido haciendo cargo de la farmacia que fue de su madre. Los sábados suele estar solo en la farmacia y hay poquísimos clientes. El que siguió al fallecimiento de Inés, apelando a su autoridad como padre, le pidió que esa tarde sí que hubiera ventas y, según nos comentó después, fue uno de los días en que más productos se vendieron: hasta una especie de crecepelos para varones de mi estilo —es decir, calvos, pelones—, muy caro y de muy difícil salida.
La última que recojo es bastante impresionante. Estando toda la familia de acampada, una de las hijas, de dos años de edad, desapareció una tarde. Estuvieron buscándola lo que quedaba de día, sin éxito. A la mañana siguiente, la madre, ya resignada a no hallarla viva, pidió por intercesión de Inesita —sus hijos van al mismo colegio que nuestros nietos— que, al menos, la encontraran, aunque fuera muerta.
Como es lógico, habían avisado a la policía y esta a los vecinos de la zona. Esa misma mañana llamó el dueño de una finca, porque había oído llorar no hacía mucho, se acercó y se topó con la niña: estaba viva, con rasguños y síntomas de deshidratación; pero se repuso rápidamente.
Para María y Angelma, Inesita ha pasado a ser un miembro más —muy especial, sin duda— de la familia. Se refieren a ella con toda naturalidad, le siguen pidiendo favores y fomentan en sus hermanos el cariño hacia la que ya tienen en el Cielo.
Para concluir…
Termino con un nuevo “favor” de Inesita. En uno de mis correos a un grupo de matrimonios mexicanos a los que me había dirigido durante un curso, les conté la historia de Inesita y les animé a encomendarse a ella, si les parecía, como ahora hago con quienes me lean. Me respondieron muchos, pero este que recojo es un testimonio muy particular.
El 2015-10-26, uno de los alumnos me escribe:
«Gracias a Dios, 31 años de casados. De los retos familiares, lo más destacable es que D. y nuestra hija G., la mayor, no han podido encargar su bebé, llevan cinco años de casados, los encomendamos a Inés para que Dios les dé el milagro de la vida. Un abrazo»
El 2015-10-30 recibo este otro mensaje, del mismo matrimonio:
«Tomás y Lourdes, con gran alegría les avisamos que Inesita ya intercedió para que Dios nos hiciera ese gran milagro y nuestra hija G. y D. ya están esperando su bebé, hoy recibimos esa gran noticia y se las compartimos con una gran gusto, ¡muy agradecidos por sus oraciones!»

Tomás Melendo

viernes, 13 de enero de 2017

BRUCE SPRINGSTEEN DESVELA QUE SIGUE SIENDO CATÓLICO

Bruce Springsteen desvela que sigue siendo católico
Bruce Springsteen cree en la capacidad de Jesús para salvarnos


Por: Álex Rosal | Fuente: Religion en Libertad 



Bruce Springsteen cuenta por primera vez su vida en un libro de más de 500 páginas. No es un ajuste de cuentas, tampoco una biografía al uso... más bien parece unareconciliación con sus raíces, su familia y, también, con sus creencias católicas.

Ahora con 67 años, tras vender la friolera de 120 millones de discos por todo el mundo y de acaparar un total de diez discos números uno; registro solo superado por The Beatles y Jay-Z, ha decidido explicar a sus incondicionales de dónde viene su música.

"Born to run" es el título de la biografía que ha publicado en España Literatura Ramdom House.


Mostrar al lector la mente del escritor...
"Escribir sobre uno mismo es algo muy curioso. (...) Pero en un proyecto como este el escritor hace una promesa: mostrarle su mente al lector. Y eso es lo que he intentado hacer en estas páginas".

Una larga conversación con la audiencia
“Toda mi vida ha sido una larga conversación con la audiencia, y por el momento no tengo la inclinación de ponerle fin –afirma Bruce Springsteen–. Una charla un poco abstracta si se quiere, que me ha ayudado a entender cómo mi música toca emocionalmente a los demás y me afecta a mí mismo, cómo inspira tristeza y alegría, la búsqueda de un mundo lleno de posibilidades. El libro es una continuación de ese proceso”.

Volver a los orígenes
Con la atalaya que suponen esos 67 años de vida, Bruce escribe con cierta nostalgía sobre infancia. Su familia, en especial su madre, el clan de los irlandeses en New Jersey, el colegio de las monjas dominicas de santa Rosa de Lima... “He vuelto a mis orígenes, al lugar donde crecí, tengo familia y conozco a los vecinos. He conocido el mundo, he viajado, he vivido en California y he regresado a New Jersey, donde están mis raíces”, señala The Boss (El jefe), el apodo con el que es conocido por sus fans, en la presentación de su libro en Londres y que recoge La Vanguardia.

The Boss se sigue considerando católico
Bruce también escribe sobre sus creencias, sin complejos, después de haberlo meditado durante más de 50 años, y lo plasma en su libro a modo de reconciliación con la Iglesia: "No soy un practicante asiduo de mi religión, pero sé que en algún lugar muy adentro... sigo formando parte del equipo".

"Un católico lo es para siempre"
Posiblemente a Bruce le pasó como a tantos niños de la época. Después de vivir una formación religiosa con una carga excesiva de moralismo, unido a una escasa experiencia espiritual, decidió, llegado a la adolescencia, romper con la Iglesia y decir: "Nunca más"...

"Con los años, como alumno de Santa Rosa, llegué a sentir la fatiga emocional y corporal del catolicismo -escribe Springsteen-. El día de mi graduación del octavo curso, salí de todo aquello, harto, diciéndome a mí mismo `Nunca más´. Era libre, por fin libre... Y me lo creí... durante bastante tiempo. Sin embargo, conforme me hacía mayor, fui detectando ciertas cosas en mi forma de pensar, reaccionar y comportarme. Y llegué a entender, con perplejidad y tristeza, que un católico lo es para siempre. Y dejé de engañarme. No soy un practicante asiduo de mi religión, perosé que en algún lugar muy adentro... sigo formando parte del equipo".


"Creo en la capacidad de Jesús en salvarnos"
En "Born to run" Springsteen desnuda su alma para mostrar sus secretos más íntimos y desvelar que "tengo una relación `personal´ con Jesucristo (...) creo profundamente en su amor y en su capacidad de salvarnos".

No es de extrañar que muchas de sus letras que hablan de la redención, condena, paraíso, pecado o salvación, sean una expresión de sus propias vivencias y, como dice Bruce: “Mi lenguaje procede de la Biblia”.


"Tengo una relación `personal´con Jesús"
"Ese era el mundo en el que encontré los orígenes de mi canción. En el catolicismo existían la poesía, el peligro y la oscuridad que reflejaban mi imaginación y mi yo interior. Descubrí una tierra de gran y escabrosa belleza, historias fantásticas, castigos inimaginables y recompensa infinita. Era un lugar glorioso y patético en el que encajas o te hacen encajar. Ha estado junto a mí como un sueño en vigilia durante toda mi vida. Y ya de joven adulto, traté de darle sentido. Intenté enfrentarme al desafío por la misma razón de que hay almas que se pierden y un reino de amor que conquistar. Expuse lo que había absorbido a través de las duras y desgraciadas vidas de mi familia, mis amigos y vecinos. Lo transformé en algo a lo que pudiese aferrarme, comprender, algo en lo que incluso pudiese tener fe. Por divertido que pueda parecer, tengo una relación `personal´ con Jesucristo (...) creo profundamente en su amor y en su capacidad de salvarnos".

El Padrenuestro de reconciliación...
En una de las páginas más bellas de la biografía, ese muchacho adolescente que soñaba que Mick Jagger se ponía enfermo, y le llamaban para ocupar su lugar en losRolling, y lo hacía tan bien que le fichaban para reemplazarlo... escribe el momento en que se sintió reconciliado con su propio pasado, su familia, el colegio de Santa Rosa...asumiendo esa etapa con la oración del Padrenuestro y recibiendo así una bendición.

"Una vez más bajo la sombra del campanario, allí de pie sintiendo sobre mis espaldas el alma vieja de mi árbol, de mi pueblo, regresaron a mí unas palabras y una bendición. Las había caturreado sin pensar, una y otra vez, vestido con mi chaqueta verde, mi camisa color marfil y mi corbata verde de todos los discípulos reacios de Santa Rosa. Esa noche acudieron a mí y fluyeron de un modo distinto.Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...".
Nota de Catholic.net: Hemos decidido reproducir el artículo, no por que el señor Bruce Springsteen represente el ideal de comportamiento católico al que los demás debamos imitar, sino porque sabemos que muchos renuncian a la fe justamente por no ser practicantes asiduos de su religión, pero sabemos que “la Iglesia no es un museo de santos sino un hospital para pecadores” que sinceramente buscan tener una relación personal con Jesús, misma que verdaderamente tan sólo se logrará si vivimos más sacramentalmente unidos al Cuerpo de Cristo (la Iglesia).

viernes, 28 de octubre de 2016

EL ESPÍRITU Y LA SANTERÍA, TESTIMONIO DE LA VIDA REAL


El Espíritu y la Santería: Testimonio de la Vida Real
Pero tanto dio ese amigo que fui a su casa, y allí conocí a su señora, una gran persona y a varias más; y después de la presentaciones empezó la reunión. Había un vaso de agua en una mesita que tenía un mantel blanco y dentro del vaso un crucifijo. 



El Espíritu y la Santería: Testimonio de la Vida Real

Voy a tratar de relatarles de una manera sencilla, algunos aspectos de mi vida; en todo caso los más relacionados con mi vida religiosa y haciendo énfasis en la mistificación religiosa en que yo caí, buscando a Dios por un camino equivocado.

Pero gracias a la misericordia Divina encontré el camino recto, el camino de la verdad, y se obró en tan mí una conversión; conversión que ha ido creciendo y madurando a través de los años y fortaleciéndome espiritualmente. He llenado mí  pobre mente del verdadero significado de ser católico de ser hijo de Dios y templo vivo del Espíritu Santo, de sentir que la gracia de Dios me llena y reboza mi corazón, al saberme amado por un Dios que se nos entrega en la Eucaristía en la más sublime de las expresiones.

Hace 35 años había dejado mi patria obligado por la represión. Un mes después que yo llegué a EE.UU., todos mis compañeros cayeron bajo balas de la tiranía. Yo me sentí desconsolado no sólo por la pérdida de gente querida sino por haberlos dejado. Pensé, “qué cobarde soy”, y me preguntaba, “¿porqué ellos y yo no?”. La amargura llenaba mi alma y el odio tan profundo que sentía llenaba mis días. Mis nervios explotaban por cualquier cosa, tenía deseos de pelear, de desahogar mi furia con alguien. Así fue pasando el tiempo y un compañero de trabajo me invitó en varias ocasiones a reuniones que se celebraban en su casa y lo que hacían era rezar. Y yo me preguntaba, ¿rezar, si ya se me había olvidado cómo hacerlo, y además Dios tiene un mundo entero de gente, porqué se va fijar en mí?.

Pero tanto dio ese amigo que fui a su casa, y allí conocí a su señora, una gran persona y a varias más; y después de la presentaciones empezó la reunión. Había un vaso de agua en una mesita que tenía un mantel blanco y dentro del vaso un crucifijo. En un rincón de la sala otra mesa, muchos vasos y velas. A eso se le llamaba la “Bóveda Espiritual”. Que conste mis queridos amigos, que no estoy burlando ni estoy atacando a nadie, respeto mucho la manera de sentir a actuar de los demás.



Y esa fue mi primera experiencia de una Reunión Espiritual. Hubieron muchas más, y dentro de ese ambiente nuevo para mí, fui conociendo a más y más personas y me sentí un poco mejor. De todos modos, no hacíamos nada malo ya que rezábamos aunque algo me inquietaba. ¿Estaba bien que llamáramos a los muertos? ¿No dice la Biblia que el alma viene de Dios y debe regresar a Dios? ¿Quiénes éramos nosotros para romper esa ley divina?   Eso me inquietaba, pero me lo quitaba de la mente y trataba de pensar en otra cosa. Sin embargo, volvía a mi mente esa inquietud y en todo este proceso, yo no había conocido a nadie que fuera a la Iglesia o que practicara una religión, que se me acercara y me dijera si yo estaba bien o mal.

Empezaron a ir a nuestras reuniones personas que practicaban la Santería. Aquí voy a hacer un alto en mi relato y les voy a explicar un poco sobre lo que es la Santería. El nombre verdadero es Religión Somba Lucumi, (Lucumi quiere decir “yo soy tu amigo”, que es lo que le decían a esos pobres negros los que los esclavizaban durante la colonización de América). Ellos hablaban tres lenguas: el Somba, el Ejito y el Fon. La dos primeras eran de Nigeria y la última de Dohomey. La Santería no es Brujería o Magia Negra, esta encierra en sí un sentido activo del mal que no aparece en la Santería. La Santería del Caribe por lo general no practica el mal. Por el contrario, busca la protección del Santo contra todo lo malo que hay en el mundo. La Santería no es Vudú, que es una de tantas religiones que llegaron del África, ésta se quedó en Haití y tiene bastante relación con la Magia Negra. La Santería no es espiritismo, pues el que lo practica trata de comunicarse con un espíritu por medio de un médium, aunque en la Santería también se observa el fenómeno de la posesión. No es extraño ver en casa de un santero un crucifijo en un vaso de agua; como tampoco es extraño ver a un espiritista usar yerbas para hacer un despojo. La Santería tampoco es ñañiguismo; el término ñáñigo se aplica solamente a la sociedad secreta Abakuá.

Muchas de las personas que conocí en las reuniones Espiritistas me simpatizaron y me invitaron a sus casas a ver su “cuarto de Santo” o “sopera”, En realidad no puedo precisar cuando y en qué momento fue que yo me involucré completamente en los ritos, consultas con cocos y toque de Santo. Pero si puedo decirles que recibí collares de mi Padrino, un santero.(el que te pone collares es tu padrino) y participé en el sacrificio de animales junto a un Babalao (Las mujeres o los homosexuales no pueden ser Babalaos, solo Santeros) Así pasaron años, entre espiritistas y Santeros que trataron de hacerme Santo sin costarme nada pero yo siempre me negué. Habían cosas que no me acababan de gustar y una de éstas era que los Santeros se criticaban unos a otros y la falta de amor que se veía entre ellos. Creo que Dios estaba empezando a obrar en mí, pues mi señora muchas veces me pedía ir a Misa y yo la complacía y allí en la tranquilidad del Templo, sentía yo una paz, una tranquilidad tan grande. Era como si el tiempo se detuviera, como si retrocediera y cerrara los ojos y me veía en aquella iglesia del barrio donde yo vivía, recibiendo mi primera Comunión. Volvía a sentir la alegría de aquel gran día. Cuando terminaba la Misa, me quedaba hablando con personas de esa parroquia, en realidad me sentía bien.

Habían pasado años(creo que 10) y había creado una gran reputación como espiritista y conocía yanto de la regla de Ocha como cualquiera a que llevara la vida en eso. Y Dios seguía trabajando lentamente  en mi mente y en mi corazón y me ponía personas en mi camino, que me daban mucho para meditar. También había algo que me inquietaba. Soñaba con muchas regularidad con su sacerdote que me miraba fijamente decía: “deja en lo que estás, ¿no te das cuenta de que estás buscando en el camino equivocado? Me despertaba y me parecía que lo estaba viendo. Era tan real que a veces dudaba si era sueño o realidad, pero nunca sentí miedo y que conste, que yo no soy muy valiente que digamos.

Tengo una prima en Miami muy activa en la Iglesia y que siempre mantuvo una comunicación muy estrecha conmigo y venía a cada rato a mi casa y aunque respetaba mis creencias, me dejaba caer alguna crítica y de manera muy sutil algo de religión. Yo no discutía, solo la oía, porque  en mi interior sabía que tenía razón. Ya yo estaba convencido de que tenía que dejar todo aquello. Pero el problema de todo el que tiene collares p prendas es el miedo y yo lo sentía, no por mi, sino por mi esposa y mi hijo. Yo tenía que tener la seguridad de algo o alguien que me protegiera de la ira de lo que yo iba s dejar.

Pobre de mí, que no me daba cuenta de que sí ponía mi confianza en Jesús, el Espíritu Santo tendería un manto de protección sobre mí y mi familia  y ninguna fuerza podría contra el Gran Poder de Dios. Todo consistía en abandonarme en sus brazos. A mi prima un día le dije, “todos mis hermanos están en mi país, esos que sufren por ellos daría la vida” Y mi prima de dijo, “todos somos hermanos, si es que de verdad crees que Jesús es el hijo de Dios” Casi que me ofendí y le dije, “siempre lo he creído, lo que sí creo es que Él me ha olvidado”. “Ella se sonrió y me dijo, ¿nunca has pensado el por qué tú estás aquí y tus amigos murieron? Y un sacerdote me preguntó:   ¿No crees acaso que Dios tiene planes contigo? Acuérdate de que los misterios de Dios nadie los sabe”.

Fue pasando el tiempo y yo fui poco a poco abandonando las reuniones. Aquellos años de mi vida habían sido muy duros. 

Primero el odio y la amargura que sembró dentro de un pueblo un régimen ateo, después un exilio voluntario y más tarde la búsqueda de un Dios por caminos equivocados, teniéndole tan cerca y yo tan ciego. Un día mi hermana me dijo por  teléfono. “Pedro, los caminos del Señor son misteriosos, yo estoy segura de que tu experiencia puede ser beneficiosa para otros que quizás estén cometiendo el mismo error involuntario”.

Me involucré en todo lo que nuestra Iglesia nos pedía, más que nada, apostolado activo en mi parroquia hasta que la compañera que Dios me dio cayó en cama y se mantiene invalida. No es fácil, créanme, pero yo estoy acostumbrado a luchar y ahora no puedo temer ni fallar, pues tengo el Espíritu Santo que me fortalece y además tengo una familia que me ama y buenos amigos a los que puedo acudir y que también me quieren. Tengo mis días en que caigo en depresión pero me recupero, no puedo fallarle al Señor que tanto me da. 

Estas prácticas primitivas son personas religiosas y de fe. Pero algunos cristianos con sus prejuicios y su ignorancia provocan una reacción contraproducente, cuando se encuentran con devotos de la Santería. Primero la burla, la risa de las costumbres de los que la practican por considerarlos incivilizados e inferiores. Los que se burlan de estos creyentes manifiestan su ignorancia frente a la búsqueda de Dios en los demás.

Hoy, después de Concilio Vaticano, estamos obligados y comprometidos a ser evangelizadores. No estamos en el tiempo de las Cruzadas. No es la fuerza de las armas, sino la fuerza del amor la que tenemos que emplear. Jesús nos llama a que busquemos las ovejas perdidas. Frente a cultos como la Santería tenemos una sola arma: el Evangelio y recordarles a los hermanos confundidos, que Cristo es el Camino, La Verdad y La Vida  y sólo a través de Él llegaremos al Padre.

Por: Escuela de la Fe | Fuente: Tiempos de Fe, año 1, No. 

lunes, 22 de agosto de 2016

POR QUÉ MADRE ANGÉLICA ES LA PERSONA FAVORITA DE ESTA EX GIMNASTA OLÍMPICA?


¿Por qué Madre Angélica es la persona favorita de esta ex gimnasta olímpica?
Por Diego López Marina



WASHINGTON D.C., 21 Ago. 16 /  (ACI).- El diario estadounidense The New York Times (NYT) entrevistó a la ex gimnasta olímpica estadounidense Dominique Dawes quien aseguró que si pudiera cenar con alguna persona ya fallecida esa sería la Madre Angélica, fundadora de Eternal Word Television Network (EWTN).

“Si pudiera elegir cenar con alguien que ya falleció, yo elegiría a la Madre Angélica. La invitaría a mi casa y se sentaría en la cabecera de la mesa, al lado de mi esposo y mis dos niñas”, dijo la atleta.

Dominique Dawes, apodada “la impresionante Dawes”, fue la primera gimnasta artística afroamericana en ganar una medalla individual y participar en tres juegos olímpicos (Barcelona 92, Atlanta 96 y Sidney 2002), obteniendo una medalla de oro y tres de bronce.

En diciembre de 2012 Dawes se comprometió con el maestro de una escuela católica Jeff Thompson, se convirtió al catolicismo y se casaron el 25 de mayo de 2013.

“La cena que le prepararía sería alimento para el alma, esta consistiría en tripa de cerdo u otro animal, col, sémola de queso y papas confitadas. La Madre Angélica entendería la cena: se crió junto a los negros e italianos en el barrio de Canton en Ohio (Estados Unidos). Ella conocía la gente, comprendía las difíciles situaciones que pasaban, ¡era uno de ellos! También sabía cómo recuperarse, sobre todo porque fue criada por una joven madre soltera después de que su padre las abandonara”, relató.

Rita Rizzo –nombre que le dieron sus padres a la Madre Angélica– nació el 20 de abril de 1923. Su vida estuvo marcada por muchas pruebas, como el divorcio de sus padres cuando tenía seis años y la situación de pobreza que enfrentó junto a su madre.

Dawes aseguró que después de la cena le pediría una bendición y le preguntaría algunas cosas sobre su vida y sobre su fortaleza.

“Un sacerdote me dijo una vez que es muy difícil tener una relación con el Padre Celestial después de que su padre terrenal te ha abandonado. A menudo me pregunto ¿cómo superó este abandono?, ¿aprendió a perdonar a su padre y, finalmente, confiar en Dios?”.

La gimnasta admitió ser introvertida por naturaleza, y que haber participado delante de millones de personas durante los Juegos Olímpicos le daba ansiedad. No comprende cómo la Madre Angélica se desenvolvió como presentadora de televisión.

“Ella era una monja de clausura, que vivió en un convento, sin embargo, fue vista por cientos de millones de personas en todo el mundo como protagonista de una serie de EWTN. ¿Cómo era capaz de abrazar ambas vocaciones tan opuestas?”.

Añadió que durante la cena estaría “fascinada” en saber la manera en que la Madre Angélica canalizó a su propio dolor para un propósito mayor.

“Le preguntaría cómo podría ayudar a los demás, a los que sufren de ansiedad, depresión, adicción, enfermedades físicas o el dolor del abandono o divorcio. Toda su vida, después de todo, se dedicó a ayudar a los demás, especialmente a los marginados”.

“Madre Angélica, ¿cómo podemos aquí en la tierra emular lo que usted hizo, incluso en una forma más pequeña, ofreciendo ayuda a los demás en un mundo que lo necesita tan desesperadamente?”, concluyó Dawes.

La entrevista fue realizada para una serie de publicaciones denominada Breaking Bread (Partiendo el Pan) de NYT y cuya impronta es: “Si pudieras cenar con una persona que ya no está con nosotros, y cuyo obituario fue publicado en The New York Times, ¿quién sería y por qué esa persona?”.

jueves, 11 de agosto de 2016

MUJER RECUPERA VISTA POR INTERCESIÓN DE SAN CHARBEL Y CONSTRUYEN SANTUARIO EN SU HONOR


Mujer recupera vista por intercesión de santo y construyen santuario en su honor
Por Eduardo Berdejo


 (ACI).- San Charbel, monje maronita canonizado por el Beato Papa Pablo VI, tendrá pronto un santuario en Phoenix (Estados Unidos), como respuesta a la gran devoción que sigue creciendo entre los fieles, luego que su intercesión ante Dios hiciera que Dafne Gutiérrez, una madre hispana, recuperara la vista de manera milagrosa en enero pasado.

El anuncio de la construcción fue hecho por el sacerdote de origen libanés, P. Wissam Akiki, quien dirige la iglesia católica maronita San José en Phoenix.

En declaraciones a la prensa local, el sacerdote dijo que ya se colocó “la primera piedra donde irá la gran escultura”. Explicó que el santuario se levantará en un terreno frente a la parroquia y que el 9 de octubre habrá una ceremonia donde le van a dedicar el altar. Indicó que se eligió esa fecha porque ese día, en 1977, el Beato Pablo VI canonizó al monje libanés.

Sin embargo, señaló que para poder culminar la obra se están aceptando donaciones. “La meta es recaudar 85.000 dólares para la construcción y arquitectura de la capilla, que estará abierta las 24 horas para cualquier persona que desee venir a rezar o prender una veladora”, indicó.

Además, se informó que debido a la gran devoción, se ha dejado en la parroquia una de las reliquias de San Charbel.


La curación de Dafne

Sobre el milagro atribuido a la intercesión del monje del siglo XIX, el P. Akiki recordó que Dafne “vino y se confesó conmigo, le dije que hiciera oración y tuviera fe, luego le hice la señal de la cruz en la frente y los ojos, y luego el santo Charbel hizo el milagro, para beneficio de sus tres hijos”.

A causa de un tumor, la mujer llevaba dos años sin ver por un ojo y en noviembre de 2015 perdió completamente la vista. Sin embargo, a través de los medios se enteró que en enero llegaban al país las reliquias de San Charbel, las cuales estarían expuestas a los creyentes durante tres días.

“Tomé la Eucaristía y no volví a sentir mi cuerpo igual. No veía, pero sentía el cuerpo diferente, Me dije ¿Qué me está pasando y qué siento?” recordó a la prensa estadounidense. Dos días después “me levanté en la madrugada y le dije a mi esposo, ‘me duelen mis ojos. Me tiemblan, me duelen’. Él me dice que me sale un olor a carne quemada”. “Abrí los ojos, y ‘te miro y no solo con un ojo, sino con los dos’”, le dijo a su esposo.

Sin embargo, su caso debió pasar por un estudio y el jueves 18 de febrero de 2016 la Iglesia Católica Maronita, representada por el Obispo de la Eparquía de Nuestra Señora del Líbano en Los Ángeles, Mons. Elias Zaidan, y el P. Wissam Akiki; junto a los médicos que siguieron la enfermedad de Dafne, confirmaron que se trata de una curación científicamente inexplicable.

La Iglesia atribuyó la sanación a la intercesión de San Charbel.

"Hoy se cumple un mes de esa vez que yo vine a tocar la reliquia y de que por fin Dios me escuchó", sostuvo la mujer a Univisión.

Ese día el médico internista Jorge Sánchez dijo que “como doctor es obviamente interesante”. “Vamos a seguir a Dafne a mirarla por los siguientes años con la esperanza de descubrir algo nuevo o no descubrir nada nuevo” y llegar a que es un hecho que no tiene explicación, añadió.

Por su parte, la también médico internista Anne Borik afirmó que “hemos hecho todo lo posible para explicar el caso de Dafne y entonces nos debemos preguntar: ¿es esto algo que se pueda explicar médicamente? Y la respuesta es que no tenemos una justificación médica para explicar cómo ella pudo estar completamente ciega un día y luego, 48 horas después, haber recuperado la visión”.

Debido al escepticismo de los médicos, la mujer sigue siendo sometida a análisis dos veces por semana, pero Dafne, junto a los numerosos fieles que siguen visitando la parroquia de Phoenix, confían en el veredicto de la Iglesia de que es un milagro gracias a la intercesión de San Charbel.

martes, 2 de agosto de 2016

CONVERSIÓN AL CATOLICISMO


Conversión al catolicismo


En cierta ocasión, una señora protestante se acercó al gran obispo húngaro Tihamer Toth y le dijo:

“—No soy católica; pero, desde hace diez años, vengo a esta Iglesia a escuchar sus homilías y ahora quiero hacerme católica.

—Y dígame ¿qué es lo que más la ha llevado a tomar esta decisión?

—En primer lugar y, sobre todo, la presencia de Jesús en la Eucaristía. Yo quiero tener a Jesús todo entero y recibirlo en la comunión. También me ha atraído la confesión, porque mi alma necesita recibir el perdón de Dios, según la promesa de Jesús: “Al que perdonen los pecados, le serán perdonados”.

Pero hay otro punto para mí muy importante, es el amor de María. Veo que los católicos la aman como una madre. Y yo quiero también amarla y honrarla como a una verdadera madre mía.”

Sí, María te lleva a Jesús, no te roba el amor de Jesús. “María es el camino seguro para encontrar a Cristo” (EA 11). Ella te inspira pureza, cariño, ternura, amor y confianza como buena madre. ¡Cuántas bendiciones ha recibido la humanidad a través del amor de María! ¡A cuántos ha salvado Dios por medio de ella! ¡Cuántos milagros realizados por su intercesión en Lourdes y Fátima! ¡Cuánta bondad ha inspirado siempre a todos los que con devoción han recitado el Ave María! ¡Cuántos soldados habrán muerto con el Ave María en sus labios! ¡Cuántas madres la invocan para pedir por sus hijos ausentes o alejados!


* Enviado por el P. Natalio

LA ASOMBROSA HISTORIA DE CONVERSIÓN DE FRED WOLFF - JOVEN JUDÍO SE CONVIERTE A CRISTO

La asombrosa historia de conversión de Fred Wolff
Joven judío que se aventuró en el ocultismo y tras descubrir con horror que el demonio existe, se convierte a Cristo


Por: Fred Wolff // P.J.Ginés | Fuente: Religion en Libertad // PortaLuz.org 



Fred Wolff es un norteamericano, nacido en una familia judía pero que desde joven se aventuró en el neopaganismo y el ocultismo, padeciendo según testimonia… aterradoras experiencias del demonio.
Esta es la historia de su azaroso trayecto de vida, que publicó el 18 de julio de 2016 el portal The Coming Home Network [1] publicado luego en español por Religión en Libertad, algunos de cuyos textos hemos incorporado.
Una familia judía devota
“Nací en un hogar judío conservador –comienza narrando Fred- …Mis padres, aunque no demasiado ‘religiosos’, hicieron todo lo posible para seguir las costumbres y tradiciones judías. Mi madre mantenía una casa kosher bastante bien. Cuando tuve la edad necesaria me enviaron a la escuela hebrea donde aprendí a leer, escribir, hablar hebreo y estudié acerca de la fe judía. Por supuesto, el Antiguo Testamento ocupó una gran parte de mis estudios. A los trece años, hice mi Bar Mitzvá y desde entonces fui un miembro del club, por así decirlo, un Judío de pleno derecho…”
Sin embargo cuando tenía 16 años la rebeldía inherente a esa edad marcaría el futuro de Fred. Cuenta que estaba en la pequeña sinagoga cercana al hogar por la fiesta de Rosh Hashanah, cuando vio a una señora de pie. Sin dudarlo le ofreció su silla. Pero entonces se acercó uno de los empleados encargados del orden y se lo prohibió arguyendo que sólo las personas al corriente de los pagos a la sinagoga podían usar silla. Molesto, Fred se marchó y nunca más volvió al culto hebreo.


Probando el tentador neopaganismo
Tras cumplir los 17 años un amigo le presentó a su primo, quien administraba una librería de temas ocultos. Allí conoció luego a Janice y Rich, dos personas que parecían muy agradables. Además eran neopaganos (wiccas o wicanos) que practicaban rituales de magia "blanca", es decir, no "maligna" le dijeron. A Fred le interesó el tema y pronto le formaron en sus enseñanzas: deidades, rituales, etc... Empezó así a practicar rituales "blancos" con ellos. Tiempo después cuando ingresó en la Fuerza Aérea, Janice y Rich continuaron ‘guiándolo’ presentándole grupos neopaganos en diversos lugares de Estados Unidos.
NOTA: La Iglesia Católica conoce y enseña que no existe la "magia blanca". Todo asunto de estas características es superstición -que es un pecado- o peor aún, actividad demoníaca. Pero Fred por entonces no conocía la verdad, no vivía la fe de la Iglesia.

Atreviéndose con el Satanismo
Un día, estando en California, conoció a un hombre que le dijo pertenecía a la llamada "Primera Iglesia de Satán", con sede en San Francisco. Le invitó a una ceremonia asegurándole que le gustaría. Fred se dejó seducir y acudió. Pero ya en el lugar al ver que celebraban una misa negra, se sintió fuera de sitio. Él no sabía nada de las misas católicas y no podía darse cuenta de hasta qué punto era una parodia perversa del rito eucarístico. Pero veía que había algo malvado en ello. Más adelante averiguaría que el oficiante era un ex-sacerdote católico… "En vez de bendecir las formas y el vino, empezaron a hacer cosas asquerosas y viles con ellas. Me pilló tan por sorpresa que estaba como atado a la silla, incapaz de moverme. Quería salir corriendo pero no podía, como si estuviera pegado al asiento", escribe.
Fred no volvió con esa gente, decidiendo participar solo de los grupos que practicaban "magia blanca". Además -se dijo a sí mismo, contentándose- a diferencia de otros aquelarres que realizaban rituales desnudos, su grupo los hacía vestidos. Con el tiempo logró incluso ascender a "gran sacerdote" en un aquelarre de su ciudad.
El ritual donde conoció al demonio
Un día, Rich -su mentor en las artes ocultas y paganas-, le invitó a ser parte de algo nuevo. El asunto era ni más menos que… invocar a un demonio. Para convencerlo, recuerda Fred, le contó que tenía los libros y conocía los rituales necesarios. Todo transcurriría sin inconvenientes, le aseguró, agregando que estarían a salvo "mientras permanezcamos dentro del círculo trazado sobre el suelo".
Fred accedió a participar. Si algo quedaba de inocencia en él, esa noche se esfumó y hoy da gracias a Dios por haber salvado entonces su vida. Así narra lo ocurrido duranteel rito:
Una mujer increíblemente hermosa apareció fuera del círculo y trataba de convencerme para que yo saliera. Pero yo estaba demasiado asustado como para moverme. Entonces ella se convirtió en la cosa más horrible que jamás he visto. Cuando ella desapareció un verdadero espectáculo comenzó. Parecía como si una de las paredes de la casa de Rich se desvanecía y al instante nos saludabauna visión del infierno. El olor era atroz -a huevos podridos, azufre- no tengo como describirlo. Luego, vino el demonio que Rich había invocado y pensé que mi vida terminaba. Ellos pueden tomar formas aunque sean seres espirituales. Asumió la forma más espantosa imaginable. Si quería asustarnos, tuvo éxito. Se rió y dijo a Rich: ¿De verdad piensas que ese círculo puede detenerme? Rich fue alzado del suelo y estampado contra la pared que estaba a 5 metros de distancia. Eso era ya demasiado para mí. Corrí hacia la parte trasera de la casa, me encerré en el cuarto de baño y permanecí allí no sé cuánto tiempo”.
Cuando Fred salió, buscó a Rich pensando que estaría muerto. Lo encontró en el suelo, murmurando incoherencias, con espuma en la boca. Llamó al 911 pidiendo ayuda y la Policía al llegar al no ver restos de drogas ni daños físicos visibles, no hizo mayores preguntas.
Rich pasaría los siguientes 20 años en un instituto psiquiátrico de Long Island, al parecer completamente loco. Murió después de heridas que se infligió él mismo, recuerda Fred.
Dejar el paganismo, acudir a Cristo
Al día siguiente de vivir aquél infierno, Fred se reunió con los miembros de su aquelarre de magia blanca informándoles que los abandonaba. Se dijeron cosas feas y llegaron a los puñetazos. Pero Fred tenía claro que no quería nada más de ocultismo para su vida.
Recordó entonces a un colega de profesión que era cristiano quien a veces le había hablado de la fe, aunque Fred siempre evitaba el tema. Lo buscó “...y le supliqué que me llevase a su iglesia”. Allí, hablando con un pastor baptista, “acepté a Jesús como mi Señor y Salvador y fui liberado de años de opresión oculta”, señala. Aunque no llegaron a bautizarle, agrega, sentía que con Cristo como protector, declarándole Señor, “el demonio ya no tenía poder sobre mí”.
Sin embargo temía al pensar que sus padres se enfadarían cuando supieran que era cristiano. “Durante un tiempo no se los dije, temía su reacción. El nombre ‘Jesús’ era anatema para la mayoría de los judíos y mis padres no eran distintos”.
Continuaba en búsqueda
Acudió a esa iglesia baptista sólo hasta que conoció a una chica que sería su novia y luego su esposa. Ella era evangélica luterana. Se casaron en 1984 y ello lo impulsaba hacia su iglesia. Pero a Fred le llamaba la atención que tanto en la iglesia baptista como en la luterana era común que el pastor o alguien más hablaran mal de los católicos “del fondo de la calle”.
Al cabo de un tiempo, después de mudarse a otra zona, dejaron de ir a la iglesia. Cuando nació su hijo, en 1997, ella quiso que fuera bautizado, y así lo hicieron, pero en la iglesia episcopaliana local. Con el tiempo no acudieron ya casi a ninguna iglesia. Luego se divorciaron.
Deprimido, Fred no se negó cuando un amigo le invitó a una iglesia pentecostal. “Tenían muy buena música, había gente de distintas edades y eran todos muy agradables”. Le gustó, se quedó y hasta llegó a ser el técnico de sonido de esa comunidad.
¿Qué pasa con esos católicos?
Cuando llevaba cuatro años con estos pentecostales, se dio cuenta de que también ellos criticaban insistentemente a los católicos, como ejemplo de religiosidad vacía, de ritualismo que no salva.
Él, en realidad, no sabía nada de los católicos, y le llamaba la atención que tantos grupos distintos coincidieran en criticarlos casi obsesivamente. ¿Qué tenían esos católicos? ¿Por qué les criticaban a ellos y no a otros?
En 2009 decidió investigarlo. Y para eso tenía Internet. Se propuso leer acerca del conflicto en doctrinas y visión entre los católicos y otras comunidades cristianas. Y los que más le ilustraron fueron exprotestantes que ahora eran católicos y apologistas como Scott Hahn, Tim Staples o Patrick Madrid, entre otros. “Cuanto más leía, más me convencía de que la Iglesia Católica era la Iglesia fundada por Cristo”, dice.
En 2010 se apuntó al RCIA, el curso de iniciación cristiana para adultos que se imparte en Estados Unidos a los que quieren hacerse católicos. En la Vigilia Pascual de 2011, Fred Wolff, que de hecho nunca había llegado a ser bautizado, recibió las aguas del bautismo, los óleos de la confirmación y la Sagrada Comunión. “Supe en mi corazón y mi espíritu que Jesús era realmente el Mesías y mi Redentor”, concluye.
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[1] The Coming Home Network es un apostolado católico fundado por Marcus Grodi cuyo objetivo principal es el ayudar a clérigos no católicos a hacer de la Iglesia Católica su hogar, es conocido por muchos por ser el conductor del programa The Journey Home (El Regreso a Casa) en EWTN
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