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domingo, 18 de noviembre de 2018

PERSEGUIDOS


Perseguidos



Siguen viniendo.  Siete mil personas –hombres, mujeres, y niños– están en marcha.  Por la mayor parte son hondureños.  Pero hay guatemaltecos, y probablemente salvadoreños y mexicanos también.  Están atravesando México a la frontera con el EEUU.  Allá van a declararse como refugiados.  ¿Quién puede negar que han experimentado amenazas y quizás asesinos en sus pueblos? Son personas perseguidas aunque no es cierto que puedan convencer a los jueces americanos de sus casos.  De todos modos son como las gentes en las tres lecturas de la misa hoy.

En la primera lectura el “tiempo de angustia” refiere a la persecución de los judíos en el segundo siglo antes de Cristo.  Entonces los griegos regían a Israel.  Trataron a convertir a los judíos al paganismo por fuerza.  Se presume que los dirigidos de la Carta a los Hebreos eran cristianos judíos.  A lo mejor no estaban perseguidos por una fuerza exterior sino por las dificultades de vivir la fe en el mundo.  No obstante, el autor identifica estas pruebas como hombres cuando dice que Cristo está aguardando “a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies”.

El evangelio narra la predicción de Jesús sobre la persecución de sus discípulos en el tiempo venidero.  Cuando dice que será “gran tribulación”, los cristianos del primer siglo tendrán en cuenta varios crímenes del imperio romano.  Cuando el emperador acusó falsamente a los cristianos de poner fuego a Roma, creó una reacción atroz entre la gente.  San Pedro y San Pablo entre muchos otros cristianos fueron martirizados.  También, las turbas ahuyentaron a muchas cristianos de la ciudad.

Las persecuciones contra la Iglesia no han cesado hasta el día hoy.  Hace unos años el Estado Islámico publicó en el Internet un video de la ejecución de trientes cristianos.  Ahora los radicales en Pakistán están insistiendo que una cristiana sea ejecutada por supuestamente blasfemando al profeta Mohamed aunque la corte suprema allá le ha declarado inocente.  Sí es la verdad que la mayoría de los cristianos en el mundo no tienen que preocuparse de la pérdida de vida.  Sin embargo, a menudo enfrentan la persecución de modos más sutiles.

Algunos políticos no pueden votar con su consciencia sobre el aborto por miedo de perder el apoyo de su partido.  El aborto se ha vuelto en la cuestión más controvertida en la política norteamericana de modo que un partido prácticamente haya prohibido a sus representantes a tomar una posición en pro de vida.

Muchos jóvenes entran en guerra contra sus conciencias por miedo de perder una experiencia considerada buena.  Se les hacen sentir como desvalidos si no tienen relaciones antes de casarse o si no prueban drogas.  Es difícil decir “no” a la tentación cuando los medios masivos glorifican el sexo y promueven la legalización de marihuana.

No es raro que nos sintamos perseguidos en el trabajo.  Puede ser por un jefe que siempre nos corrige aun cuando hacemos todo bien.  Puede ser por las palabrotas de compañeros que nos quitan la paz.  Puede ser por el pago insuficiente para cubrir las necesidades de la casa.  No sabemos qué hacer cuando no se oyen nuestras quejas y no es factible buscar otro empleo.

En el evangelio el Señor Jesús promete a sus discípulos que vendrá cuando la situación parezca no aguantable.  Rescatará a su pueblo de la persecución y terminará sus dolores.  Tan cierto como la higuera echa hojas en el verano, Jesús premiará a sus fieles con la salvación.

Hasta entonces es de nosotros a seguir luchando.  Pero no deberíamos pensar que estemos en la guerra solos.  Pues tenemos el apoyo de Jesús mismo.  Él forma a otros fieles mujeres y hombres para aliviarnos.  Él despacha al Espíritu Santo para iluminarnos a discernir entre lo bueno y lo malo.  Sobre todo él nos viene en el sacramento que ya estamos para recibir.  Su Cuerpo nos dará sustancia para resistir las tentaciones.  Su Sangre nos levantará el ánimo para mantener el gozo a pesar de las dificultades.  En el Día de Acción de Gracias qué no olvidemos a agradecer a Dios por el acompañamiento de Jesús.



Padre Carmelo Mele O. P.

viernes, 16 de noviembre de 2018

DECÁLOGO DE LA SERENIDAD


Decálogo de la serenidad



San Juan XXIII, un Papa visionario de alma joven que lanzó a la Iglesia a la aventura del Concilio Vaticano II, dejó a los jóvenes algunos consejos prácticos para vivir con intensidad:

1. Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los problemas de mi vida todos de una vez.

2. Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto; seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé criticar o castigar a nadie, sino a mí mismo.

3. Solo por hoy seré feliz con la certeza de que he sido creado para encontrar la felicidad, no solo en el otro mundo sino en éste también.

4. Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a todos mis caprichos y deseos.

5. Solo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

6. Solo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

7. Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiere ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.

8. Solo por hoy me haré un programa detallado para llenar mi día. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

9. Solo por hoy creeré firmemente, aunque las circunstancias me demuestren lo contrario, que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.

10. Solo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.

Este decálogo de la serenidad, cuyo autor es San Juan XXIII, se le conoce también con el nombre de decálogo de la cotidianeidad.

EL PESO DEL RENCOR


El peso del rencor 




El tema del día era “El Resentimiento” y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase elegimos una papa por cada persona a la que guardábamos resentimiento. Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa.

Algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí.

Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra mochila sentimental. Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi estrés, no dormía bien y mi atención se dispersaba.

Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.

Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los más beneficiados somos nosotros mismos.

El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.

Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te tiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza lo recursos emocionales que tienes. El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.

Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

¿Con qué personas estás resentido? ¿A quiénes no puedes perdonar?

¡Aliviana tu carga y estarás más libre para moverte hacia tus objetivos!

jueves, 15 de noviembre de 2018

PENSAR Y SENTIR CON ACIERTO


Pensar y sentir con acierto



Según pienses y sientas en tu corazón, así serás y así te irá en la vida. Sabiduría tuya será elegir los pensamientos habituales que estarán en la base de tus decisiones y conductas. Vigila además para que no se instalen en tu mente ideas negativas que erosionen tus aspiraciones profundas.

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras porque se volverán actos.
Cuida tus actos porque se harán costumbres.
Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida. (M. Gandhi)

La vida de cada uno es el resultado de sus pensamientos habituales. Sí tienes pensamientos felices, serás feliz. Si tienes pensamientos desdichados, serás desdichado. Si tienes pensamientos temerosos, tendrás miedo. Si piensas en el fracaso, seguramente fracasarás. Según un hombre piensa en su corazón, así es él. Elige bien. Hasta mañana.



* Enviado por el P. Natalio

LAS TAREAS COTIDIANAS


Las tareas cotidianas



Tu vida, como la de todos, transcurre, entre sencillas tareas. Puedes caer en el grave error de juzgarlas sin importancia y hacerlas sin implicarte con entusiasmo y amor poniendo lo mejor de ti mismo. No olvides que “no hay virtud más eminente que la de hacer sencillamente lo que tenemos que hacer”. Que descubras y vivas la felicidad y paz del deber cumplido.

Es el primer día de clase. La maestra está haciendo la ficha de cada niño del Jardín de infantes.
—¿Qué hace tu mamá? –le pregunta al pequeñín, refiriéndose a su trabajo. —Prepara la comida –contesta el niño. —Bien, es ama de casa, ¿y tu papá? —Se la come.

Las tareas sencillas y cotidianas son realmente responsabilidades simples; pero, ser fieles al quehacer de cada día es algo importante. La felicidad humana generalmente no se logra con acciones de especial relevancia, que pueden acontecer muy raras veces, sino en ese sencillo deber que realizas todos los días con mucho amor. Valorízalo en ti y en los demás.



* Enviado por el P. Natalio

lunes, 12 de noviembre de 2018

EL DELICIOSOS PASTEL


El delicioso pastel




 A veces me pregunto: ¿qué hice para padecer esto?, ¿por qué Dios lo permitió? ¡Aquí hay una explicación maravillosa!

Una hija le comentaba a su madre cómo todo le iba mal. Había suspendido álgebra, su novio cortó con ella y su mejor amiga se esta mudando de ciudad.

Mientras charlaban, su mamá estaba preparando un pastel y le preguntó a su hija:

- ¿Quieres comer algo ?

Y la hija le respondió: - Claro mamá, ¿me das un pedazo de tu pastel?

La mamá le contestó: -Ten , tómate este aceite.

- ¡Venga ya!, respondió la hija.

- ¿Qué tal un par de huevos crudos?, preguntó la madre.

- ¡Que asco, mamá!, respondió la hija.

- Entonces, ¿quieres algo de harina? ¿O qué tal bicarbonato?, insistió la madre.

- Mamá, ¡todo eso es asqueroso!, respondió la hija.

A lo cual la madre responde : - Sí, todas esas cosas parecen malas por sí solas. Pero cuando las unes de la manera adecuada, hacen un pastel delicioso.

Así trabaja Dios. Muchas veces nos preguntamos por qué nos permite pasar por tiempos tan malos y difíciles. Pero Dios sabe que cuando pone todas estas cosas en orden, siempre serán para nuestro bien.

Sólo tenemos que confiar en Él y, tarde o temprano, ¡estas cosas harán algo maravilloso!



Web católico de Javier

domingo, 11 de noviembre de 2018

MENSAJEROS DE PAZ


Mensajeros de paz



Defiende y cultiva la paz en tu corazón, porque es el clima indispensable para crecer en plenitud en todas las dimensiones de tu vida. Vigila cuanto entra en tu corazón para que no se infiltre en él el polvo de la ansiedad, el ácido de la irritación, o el veneno del odio. Gozar de la paz profunda del alma merece tu permanente alerta. Lee un mensaje de la Reina de la paz.

“Queridos hijos! Hoy les agradezco por cada sacrificio que han ofrecido por mis intenciones. Hijitos, los invito a ser mis apóstoles de paz y de amor en sus familias y en el mundo. Oren para que el Espíritu Santo los ilumine y los guíe por el camino de la santidad. Yo estoy con ustedes y los bendigo a todos con mi bendición maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La ambición desmedida, la agitación y el ritmo descontrolado de las ocupaciones pueden llevarte a olvidar las cosas esenciales de la vida. La Virgen María te invita a la oración para perseverar en difundir paz y amor a tu alrededor. Cultiva con incansable dedicación la paz interior.



* Enviado por el P. Natalio

viernes, 9 de noviembre de 2018

JESÚS TE INVITA A SU FIESTA


Jesús te invita a su fiesta



El momento de la comunión es el momento más sublime para nosotros, porque es el momento de mayor cercanía y encuentro con Dios trino por medio de Jesús, el hombre Dios. Es el momento de mayor identificación con Jesucristo. Durante los momentos en que las especies eucarísticas están presentes en nosotros, hay entre Jesús y nosotros una identificación plena.

Jesús nos invita a su fiesta cada domingo, nos invita a su cena, a la cena del Señor, que es la Eucaristía. Por ello, nos dice: He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguno me abre, entraré a él y cenaré con él y él conmigo (Ap 3, 20) ¿Le diremos que estamos demasiado ocupados o que tenemos cosas más importantes que Él? En la Didascalia, escrito del siglo III, se dice: Dejen todo el día del Señor y corran con diligencia a sus asambleas. ¿Qué disculpa tendrán ante Dios aquellos que no se reúnen en el día del Señor para escuchar la palabra de vida y nutrirse con el alimento divino, que es eterno?

Cuando comulgues, mira a Jesús con los ojos del alma. Es el mismo Jesús de Nazaret que hace dos mil años perdonaba a los pecadores, bendecía a los niños y sanaba a los enfermos. Por eso, es el mejor momento para pedir, para adorar, alabar… y amar. Es el momento clave de tu vida. No te acostumbres a comulgar, ni lo hagas por rutina y sin preparación.



* Enviado por el P. Natalio

jueves, 8 de noviembre de 2018

LA JUSTICIA


La justicia




“Dar a cada quien lo suyo”. 
Así se ha definido siempre la justicia.

Si vamos a la etimología, justicia proviene del sustantivo latino “ius”, que significa derecho. Es justo el hombre que concede a cada uno sus derechos, lo que le es debido por ser lo que es en todos los órdenes. Por tanto, la justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es debido.

La justicia es un valor que acompaña el ejercicio de la correspondiente virtud moral cardinal. Desde el punto de vista subjetivo, la justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona. Desde el punto de vista objetivo, este valor y virtud constituye el criterio determinante de moralidad en el ámbito intersubjetivo y social.

Hoy la justicia se muestra particularmente importante en el contexto actual, en que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, está seriamente amenazado por la generalizada tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad y del tener.

La justicia no es una simple convención humana, porque lo que es “justo” no es originalmente determinado por la ley, sino por la identidad profunda del ser humano.

Esta virtud regula las relaciones entre los hombres en sus múltiples manifestaciones: con Dios, con los demás y consigo mismo.

Tenemos que ser justos, primero, con Dios. La justicia con Dios se llama virtud de religión. Debemos dar a Dios honor y gloria. Debemos dar a Dios el primer lugar. Y esto se demuestra en dedicar un tiempo al día para agradecerle la vida, la fe, y tantas gracias que a diario Él nos da en el orden espiritual y material, familiar y laboral. Aquí entrarían esos minutos al día para leer la Biblia y entrar en diálogo con Él. Aquí entraría ese participar activa y fervorosamente de la misa dominical. Aquí también la oración de agradecimiento antes de las comidas. O ese rezo del Rosario en familia. Todo esto es justicia con Dios por ser quien es: nuestro Señor, nuestro Padre y nuestro Dios.

Tenemos que ser justos, sobre todo, con los demás. Esta justicia garantiza básicamente el respeto mutuo en el uso de los bienes que Dios nos ha otorgado, que son para todos y que miran no sólo a nuestra utilidad en este mundo, sino también para que nos ayuden a llegar hasta Dios. El Magisterio social de la Iglesia evoca al respecto tres formas clásicas de justicia: la conmutativa, la distributiva y la legal. Dice el Catecismo de la Iglesia católica: “Los contratos están sometidos a la justicia conmutativa, que regula los intercambios entre las personas y entre las instituciones en el respeto exacto de sus derechos. La justicia conmutativa obliga estrictamente; exige la salvaguardia de los derechos de propiedad, el pago de las deudas y el cumplimiento de obligaciones libremente contraídas. Sin justicia conmutativa no es posible ninguna otra forma de justicia. La justicia conmutativa se distingue de la justicia legal, que se refiere a lo que el ciudadano debe equitativamente a la comunidad, y de la justicia distributiva que regula lo que la comunidad debe a los ciudadanos en proporción a sus contribuciones y a sus necesidades” (número 2411). “En virtud de la justicia conmutativa, la reparación de la injusticia cometida exige la restitución del bien robado a su propietario…” (número 2412).

Por tanto, bajando a detalles, se falta a la justicia, y a veces gravemente, mediante el hurto, la rapiña, el fraude, la usura, la extorsión, el plagio, la retención injusta del algo ajeno. Se falta a la justicia, cuando por negligencia se retrasan los salarios o pagos, pudiendo hacerlo a tiempo. Mientras se pueda, convendría pagar al contado, sobre todo a los que lo necesitan, y al día siguiente de terminar el mes.

Falta a la justicia:
• El patrón que retrasa el pago del salario a los obreros, sin causa justa.
• El que se niega a pagar sus deudas pudiendo hacerlo.
• Los que no devuelven las cosas prestadas o las devuelven en mal estado.
• Los que engañan en la administración de bienes ajenos.
• Los que falsifican dinero.
• El que estafa a quien le confió la administración de sus bienes.
• Los que guardan la cosa perdida sin buscar al dueño.
• El que con gastos excesivos se imposibilita para pagar sus deudas.
• Los comerciantes que provocan quiebras ficticias para declararse insolventes.
• El que sabiendo que en el supermercado se ha equivocado la cajera y le ha dado dinero de más, y no hace nada por devolverlo.

Tenemos que ser justos, finalmente, con nosotros mismos. A esto lo llamamos humildad. La justicia con nosotros mismos significa ponernos en el lugar que nos corresponde: ni arriba ni abajo. Y si ahondamos un poco, sabemos que el lugar que nos corresponde es el último, porque somos criaturas de Dios, servidores de nuestros hermanos y además pesa sobre nosotros una realidad profunda: somos pecadores.

Tratemos de vivir esta virtud de la justicia con más conciencia, sobre todo con nuestro prójimo. Y unamos a la virtud de la justicia, la virtud del amor y de la solidaridad. Sólo así superaremos la visión contractual de la justicia, que es visión limitada. La justicia sola no basta. Puede incluso llegar a negarse a sí misma, si no se abre a aquella fuerza más profunda que es el amor.



Autor: P. Antonio Rivero, LC

LA FAMILIA QUE ENCONTRÓ A CRISTO


La familia que encontró a Cristo



Te cuento el caso de una familia que se marchó detrás de Cristo, dejando castillos, riquezas y títulos de nobleza. Es el comienzo de la historia de san Bernardo, Padre de la Iglesia por la calidad de sus escritos, abad del monasterio de Claraval por muchos años y legado del Papa para restablecer la paz y la unión entre los reinos de Europa.

Bernardo volvió a su familia a contar la decisión que había tomado y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y treinta amigos de la nobleza que dejaron todo para unirse a Cristo.
Dicen que cuando anunciaron a Nervando, el hermano menor, que se iban de religiosos, el joven les dijo: "¡Ajá! ¿Ustedes se van para ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo acepto". Y poco después, también él se hizo religioso del Císter.

Esa familia se decidió a seguir con generosidad a Cristo pobre, casto y humilde. Sintieron y siguieron el llamado a una vida entregada totalmente a dar testimonio de los valores del Evangelio. Los bautizados estamos llamados a ser testigos de que el amor a Cristo puede llenar nuestra vida en cualquier condición nos encontremos.


* Enviado por el P. Natalio

NO TIENES MÉDICO DE TU ALMA?


¿No tienes médico de tu alma?
Eran tan extraños a su hondo significado que sobrepasaba los límites de sus conocimientos religiosos.


Por: Felipe Santos sdb | Fuente: Catholic.net 




Hablando con un grupo de chicos y chicas, les insinué que hicieran una encuesta por distintos lugares de la ciudad, pueblos y costa. Tardaron más de 15 días. Con sus caras alegres y al mismo tiempo preocupadas por los resultados de la encuesta, nos sentamos tranquilos a estudiarlas.

Una de la preguntas que figuraban en la encuesta era la que encabeza el artículo.

Al revisarla, una minoría tiene su médico del alma. Otra gran parte no sabe ni tiene idea de lo que es.

Algunos comentaban que para la mayoría el significado de médico del alma ni les sonaba. Eran tan extraños a su hondo significado que sobrepasaba los límites de sus conocimientos religiosos.

Entonces, le había dicho anteriormente, que les dijeran el significado de sacerdote o cura.

Sacerdote significa aquel que “te da lo sagrado”. Y cura es la persona consagrada por Dios para cuidar de las almas. Sí, amigo/a, no eres sólo un bello cuerpo escultural. Tienes un alma unida íntimamente a tu físico. Y si en la parte externa tienes tu médico de cabecera y los especialistas, también estos seres dedicados por entero al bien de las almas, son quienes han estado muchos años estudiando Biblia, Moral, Filosofía, Psicología y Teología para tener unos conocimientos profundos acerca de las debilidades del alma ye de los tratamientos para progresar adecuadamente por los caminos de tu perfección espiritual.

Otros de la encuesta me decían que una buena parte frecuenta el Sacramento de l Eucaristía, pero sin reconciliarse antes con Dios. Dicen que se las entienden directamente con El. No les hacen falta los curas. ¿No haces de vez en cuando un chequeo a tu cuerpo para ver cómo van todas sus constantes vitales?- Sí, eso sí, me gusta estar en forma para que me vean con buen tipo.

Y si Dios te hiciera un chequeo, ¿qué encontraría en ti? Dudas...sin respuestas.

Y se advierte cada día más- en esta sociedad de consumo y dada al divismo de las estrellas- que hay un gran vacío de Dios. ¿Cómo explicas si no, tanta ansiedad, estrés y aburrimiento interno en la gente?

La única respuesta es que no cuentan para nada con los especialistas en la dirección y cuidado de su alma.

PERSEVERANCIA
Una de las constantes que se observa en mucha gente es que, tras la primera comunión o la confirmación, es el abandono radical de la vivencia religiosa. Y tienes muchos altibajos en tu vida porque te falta la conexión que te “religue” (religión) con el Trascendente, hecho visible en los signos que él mismo ha establecido para que la humanidad esté en sintonía con El: los sacramentos.

Un pequeño grupo que había visitado centros y parroquias de vida intensa, constataba que aquella juventud era feliz en su trabajo, en su diversión y en el equilibrio que asomaba que se detectaba en su forma de expresarse y en su modo de valorar todo cuanto ocurre y pasa.

Lo primero que hizo Santo Domingo Savio, muerto a los 15 años, fue buscar a un director de su alma. Se encontró con un sacerdote, D. Bosco, que supo orientarlo poco a por la autopista de Dios. Sí, amigo, sí. Y no se estrelló contra nadie.

Simplemente hizo algo extraordinario: Vivir la vida alegremente. Grita, salta, corre, baila...con tal de que la alegría sea en ti el sello de tu identidad cristiana. Tan es así, que, en lugar de aislarse y pensar como tú piensas, que el tema del alma es cosa tuya y de Dios, él se entregó a formar el Grupo o Sociedad de la Alegría. Misión: Que nadie estuviera triste en su vida interior. La exterior se pone alegre en seguida por las copas y el éxtasis. Pero no dan perseverancia ni consistencia para forjarse una fuerte personalidad cristiana y humana.

Terminado el estudio de la encuesta, los animadores se vieron contentos porque existen jóvenes que viven esta dirección espiritual, este contacto con el médico de sus almas. Y van- en general- muy bien en sus estudios, trabajo y en sus relaciones con los demás.

Tan sólo así puedes progresar en tu amplia y rica vida de creyente. Lo demás es una pamema que haces a los 10 años y se acabó. Una pena. Anímate y cambia tus estrechos derroteros. ¿No eres joven? Busca horizontes nuevos.

jueves, 1 de noviembre de 2018

SÉ LUZ EN EL MUNDO


Sé luz en el mundo




El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y con la palabra. Jesús te anima a hacer brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti (Mateo 5, 13-15). Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos importantes aunque parezcan limitadas. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas.                  

Si puedes ser una estrella en el cielo, sé una estrella en el cielo. Si no puedes ser una estrella en el cielo, sé una hoguera en la montaña. Si no puedes ser una hoguera en la montaña, sé una lámpara en tu casa.

Esto me hace recordar un aviso para cierta celebración, cuya ambigüedad  hizo sonreír a todos los presentes: “El párroco encenderá su vela en la del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila”. Ojalá que todos fuéramos antorchas vivientes de Cristo Jesús “luz del mundo”, para iluminar a tantos que todavía “yacen en tinieblas y en sombras de muerte”. Que Dios, que “es luz y en quien no hay tiniebla alguna”, te bendiga e impulse a tu misión.



* Enviado por el P. Natalio

lunes, 29 de octubre de 2018

EL RATÓN MIEDOSO

El ratón miedoso



Temor a los ascensores, horror a hablar en público, pavor a comer delante de otros, terror a los aviones, éstas son algunas de las fobias más frecuentes que afectan al hombre moderno. Un sudor frío recorre la espalda, siente dificultad en respirar, aumenta el ritmo cardíaco, las manos comienzan a temblar y no hay forma de controlarlas, etc. Estos son los efectos somáticos de la angustia del miedo. Pero hay solución y tratamiento efectivo para esta debilidad sicológica.

En la India se cuenta una antigua fábula: había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo al gato. Un hechicero se compadeció de él y lo convirtió... en gato. Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. Entonces el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador. Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón”.

Además de las terapias de los profesionales, yo te sugiero la sanación profunda de tus miedos por la oración hecha con fe. Repite y siente en tu corazón estas palabras sagradas: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?” (Sal 27). “Sé valiente y firme, no temas ni te acobardes, porque yo, el Señor, tu Dios, estaré contigo dondequiera que vayas», (Jos. 1,1-8). El Señor te protege y bendice.



* Enviado por el P. Natalio

domingo, 28 de octubre de 2018

JESÚS Y EL CIEGO BARTIMEO


JESÚS Y EL CIEGO BARTIMEO



El ciego oye que pasa Jesús y le llama a gritos. No quiere dejar pasar a Jesús sin obtener su ayuda. Jesús le pregunta, ¿qué quieres? Jesús sabía lo que el ciego necesitaba, pero quiere que se lo 
pidamos.


El ciego le pide ver. Nosotros muchas veces también necesitamos ver la voluntad de Dios en nuestra vida: para saber perdonar de corazón, para ver el valor redentor del dolor, para corregir nuestros defectos, etc.

El ciego llamaba a Jesús, y los demás le decían que se calle. El mundo no tolera que se confiese la fe. Lo malo es que muchos católicos caen en la trampa, y se avergüenzan de ser católicos. Lo disimulan. Y si lo manifiestan, lo hacen tímidamente, como pidiendo perdón por serlo.

Dijo Cristo: «A quien me confiese ante los hombres, yo lo defenderé ante mi Padre. Pero no al que se avergüence de Mí».
Tenemos que ser valientes en defender a Cristo y a su Iglesia, siempre que se nos presente ocasión. Hacerlo con prudencia, pero con valentía. Y si esto nos causa contratiempos, Dios nos lo premiará.


Padre Jorge Loring S.J.

jueves, 25 de octubre de 2018

EL ESCLAVO Y EL LEÓN


El esclavo y el león




Grande es la bondad de Dios que puso al hombre en medio del escenario maravilloso de su creación. Además de variadísimas especies de plantas, creó los animales, siempre sorprendentes, en todas las zonas y paisajes de nuestro planeta. Tratemos de no “hacer de la Tierra un Infierno para los pobres animales”.

El esclavo Androcles se escapó un día y corrió a ocultarse en el bosque. Mientras caminaba sin rumbo halló a un león acurrucado, que gimiendo le suplicó: —Por favor, ayúdame. Tropecé con una planta y una espina se me enterró en la garra y me duele mucho. El esclavo lo examinó y extrajo la espina. El león lo invitó a su cueva donde compartieron el alimento. Pero días después el esclavo y el león fueron encontrados. Conducido Androcles ante el emperador, fue condenado a ser devorado por los leones. Una vez en la arena, fue soltado un león, y al acercarse a él reconoció a su bienhechor y lo lamió cariñosamente como un gato a su dueño. Sorprendido el emperador por lo que veía y conocida la historia, perdonó al esclavo y liberó en el bosque al león (Esopo).

El filósofo Arthur Schopenhauer escribió: “La compasión con los animales está ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar que, quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una conmiseración por todos los seres vivos es prueba firme y segura de la conducta moral”. Admiremos y respetemos la naturaleza.




* Enviado por el P. Natalio

HA HECHO PRODIGIOS


Ha hecho prodigios



La Biblia narra la historia de la salvación humana. Es una historia de bondad y misericordia. La meditación de las obras portentosas del Señor, proclamado una y otra vez en las sagradas páginas autor de maravillas, enciende en el alma el deseo de glorificarlo y bendecirlo. Los salmos con palabras inspiradas cantan las maravillas del Señor en mi favor.

- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.
- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.

- Bendice, alma mía al Señor, y no olvides nunca sus beneficios.
- Ha hecho por mí, prodigios de misericordia.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.

El eje de la historia de la salvación empieza con la rebelión y caída del hombre creado por Dios. Desde el primer libro el Señor despliega un plan de redención universal a partir de unas tribus dedicadas a servirlo con una vida honesta. De este pueblo, cuidado paternalmente por Dios con líderes y profetas, saldrá el Mesías redentor que traerá del Cielo la salvación prometida. Es una historia que nos implica a todos y que ofrece lecciones sabias y prudentes: camino de salvación personal y colectiva. Aficiónate a meditar esas palabras que son espíritu y vida 



* Enviado por el P. Natalio

martes, 23 de octubre de 2018

TESTIMONIO DE UN TAXISTA


Testimonio de un taxista



Me sorprendió gratamente. En un mismo día de trasiego por Madrid, en el que hube de tomar varios taxis, vi que en dos de ellos había colgado un rosario en lugar preferente y muy visible. Pregunté a los taxistas por qué llevaban allí el rosario. Las respuestas no se hicieron esperar:

¿Dónde quiere usted que lo lleve? me dijo uno.

No, si me parece muy bien. Pero sospecho que esto le habrá costado aguantar alguna que otra sonrisita irónica, le contesté.

Pues mire qué le digo. Ciertamente, algunos gamberros han comentado entre sí en el asiento de detrás mi ocurrencia. Piense que lo llevo ahí más de diez años, y en tanto tiempo han subido al taxi miles de personas, de todas las ideologías y educaciones. Pero le aseguro que si alguno me hubiera dicho a mí directamente algo contra el rosario o contra la Virgen, se hubiera acordado para toda su vida. No me gusta que se juegue con las cosas sagradas y tengo derecho a pensar como quiera y a no esconder mi fe y mi devoción a la Virgen. Yo no me meto con nadie. Y el que se meta conmigo por mi fe, «no le arriendo las ganancias». Lo menos que haría sería decirle: bájese usted y tome otro taxi que no lleve rosario. ¿Ofendo yo a alguien con llevarlo?

Así me gusta, hombre. Que la Virgen acoja con su bondad de Madre el buen corazón y la valentía que demuestra.

El otro taxista me explicó que se había encontrado el rosario en la parte trasera del coche, sin duda olvidado por algún cliente. Y lo puso en el lugar de honor del taxi. Así, si alguna vez vuelve a subir el que lo perdió, lo reconocerá y se lo podré restituir. Y mientras tanto, ahí va haciendo algún bien: a mí me recuerda muchas cosas buenas y, a los que suban, les dice que en este taxi se ha de respetar al Señor y a la Virgen. Ah, y conste que por esto no soy más santo que los demás. Pero, esto sí, ganas no me faltan y por lo menos doy testimonio de mi fe.


Fr. José A. M. Puche, O.P.

lunes, 22 de octubre de 2018

ERIZOS EN DIFICULTADES


Erizos en dificultades



Tú eres parte de grupos humanos y tus tareas contribuyen a lograr los objetivos que dan sentido a la empresa común. Por lo tanto es importante que aprecies y respetes a todos –incluso a los más humildes– porque todos llevan adelante la organización. Y sientas la alegría y la responsabilidad de aportar lo que te corresponde para tu propio bien y el de tus compañeros. 

Durante la era glacial, muchos animales morían a causa del frío. Los erizos, percibieron esta situación, acordaron vivir en grupo, así se daban abrigo y se protegían mutuamente. Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, justamente a aquellos que les brindaban calor, y por eso se separaron unos de otros. Pero volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión, pues o desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría, decidieron volver a vivir juntos. Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana podía ocasionar, porque lo que realmente era importante era el calor del otro. ¡Sobrevivieron!

Es conocido el sabio refrán: “grano no hace granero, pero ayuda al compañero”. Esto significa que la unión de lo pequeño e insignificante genera gran fuerza para lograr hermosos objetivos. Una comunidad es fuerte y sana cuando todos están unidos por vínculos de amistad y cada uno siente como propio, los objetivos comunes y aporta solidariamente su colaboración.



* Enviado por el P. Natalio

SAN JUAN PABLO II Y LAS VOCACIONES


Juan Pablo II y las vocaciones



«Vale la pena dedicarse a la causa de Cristo, que quiere corazones valientes y decididos. Vale la pena dedicarse a ayudar al hombre en el camino hacia la eternidad. Vale la pena hacer la opción por un ideal que proporciona grandes alegrías, aunque exija no pocos sacrificios». Juan Pablo II, (México, 30-1-1979).  Del mismo Papa es esta oración:

Señor Jesús, te pedimos por los muchachos y chicas que invitas a seguirte de cerca; haz que sean capaces de desapegarse de las cosas de este mundo y abran su corazón a la voz que los llama.; que sientan el coraje de dedicarse por toda la vida, con un corazón no dividido, a ti y a la Iglesia; que crean que la gracia les dará la fuerza para tal donación y vean la belleza y la grandeza de la vida sacerdotal, religiosa y misionera. Haz, Señor, que los jóvenes sepan acoger con coherente aplicación las exigencias del llamado para el sacerdocio y para las otras formas de vida consagrada; bendícelos con la misericordia infinita de tu corazón. Amén.

La vocación es una llamada que Dios hace a quien él quiere, y que exige una gran renuncia de sí mismo para poder amar a todos. Es un servicio, es un testimonio, es amor. Es en definitiva, una llamada a vivir plenamente la gracia bautismal. Es vivir un riesgo absurdo a los ojos de los hombres, pero maravilloso a la luz de la fe.



* Enviado por el P. Natalio

sábado, 20 de octubre de 2018

EL NUDO DE AMOR


El nudo de amor



En una junta de padres de familia de cierta escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible. Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres y madres de aquella comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños. 

Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenia tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.

Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría. Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela.

El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse entre sí. Aquel padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que nos olvidamos de lo principal, que es la comunicación a través del sentimiento.

Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías. Es válido que nos preocupemos por las personas, pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo.

Para que exista la comunicación es necesario que las personas "escuchen" el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad.

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aunque ese gesto sea solamente un nudo.
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