Mostrando entradas con la etiqueta MES DE SEPTIEMBRE - MES DE LA BIBLIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta MES DE SEPTIEMBRE - MES DE LA BIBLIA. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de septiembre de 2021

DIEZ RAZONES PARA LEER LA BIBLIA



 Diez razones para leer la Biblia

Aprovecha para leerla, saborearla, meditarla, permitirle que sea lámpara para tus pasos, luz en tu sendero.

Por: Alejandra María Sosa Elízaga | Fuente: http://www.ediciones72.com



Aprovecha para leerla, saborearla, meditarla, permitirle que sea lámpara para tus pasos, luz en tu sendero. Considera que tienes al menos diez razones para adentrarte en el fascinante mundo de la Sagrada Escritura:


1. Conocer a Dios

Sería para nosotros imposible saber algo acerca de Dios si Él no nos lo hubiera revelado. Y lo hizo a través de Su Palabra. Así que para que puedas conocerlo y consiguientemente entablar con Él una relación personal de amor y confianza, es indispensable que leas Su Palabra.


2. Conocerse uno mismo

La Palabra de Dios "penetra hasta las fronteras del alma y del espíritu" (Heb 4,12). Leerla te permite conocerte a fondo, pero no desde la óptica humana de juicio y condena, sino desde la mirada esperanzadora y misericordiosa de Dios.


3. Recibir luz

Dice el salmista que la Palabra es “lámpara para sus pasos, luz en su sendero” (ver Sal 119, 105).

Siempre tiene un mensaje para iluminar tu situación actual, siempre tiene algo pertinente que decirte; a veces te consuela, a veces te exhorta, a veces te tranquiliza, a veces te inquieta y te sacude, pero puedes tener la certeza de que siempre te da lo que tu alma necesita.


4. Dialogar con Dios

Hay quien cree que orar consiste sólo en hablar y hablar con Dios pues Él no dice nada. Pero Dios sí habla: a través de Su Palabra. Leer la Biblia te permite escuchar lo que quiere decirte, para poder después responderle, dialogar con Él y, con Su gracia, hacerlo vida.


5. Participar de la reflexión y oración de toda la Iglesia

Cuando lees los textos que se proclaman cada día en Misa o en la Liturgia de las Horas, te unes a millones de católicos en todo el mundo que en ese mismo momento están leyendo, escuchando, reflexionando, orando con esas mismas palabras. Leer así la Palabra te permite participar activamente en la unidad y universalidad de la Iglesia


6. Situarte dentro de la historia de la salvación

Leer la Biblia te permite descubrir cómo fue que Dios se reveló al ser humano; estableció una alianza con el hombre, le prometió Su amor y salvación y lo cumplió. Conocer el pasado te permite comprender el presente y vivirlo desde el gozo de saber que formas parte del pueblo de Dios, que eres miembro de Su rebaño, oveja del Buen Pastor.


7. Conocer, comprender y amar a la Iglesia

Leer la Biblia te permite conocer la Iglesia de la que formas parte para comprenderla y amarla más, y gozarte de pertenecer a ella sabiendo que fue fundada por Cristo, y aunque está formada por seres humanos susceptibles de fallar, como tú y como yo, es conducida a través de la historia, por el Espíritu de Dios.


8. Anunciar la Buena Nueva

Leer la Biblia te permite cumplir el mandato de Jesús de ir por todo el mundo a anunciar la Buena Nueva (ver Mc 16, 15). Sólo si conoces la Escritura puedes compartir Su luz con otros.


9. Conocer y defender la fe

Dice San Pablo que todo texto de la Escritura es útil para enseñar (ver 2Tim 3,16). Conocer la Biblia te permite enfrentar a quienes atacan tu fe católica y responderles no sólo con caridad sino con argumentos sólidos.


10. Vivir con libertad y alegría

Leer la Biblia te da libertad y alegría. La libertad de que gozan quienes abandonan la inmovilidad de las tinieblas y caminan hacia Aquel que es la Luz; la alegría de saber que Él está contigo todos los días hasta el fin del mundo, y la alegría de anunciarlo a los demás, como pide el Papa Francisco.

lunes, 28 de septiembre de 2020

EL MEJOR MÉTODO PARA ESTUDIAR LA BIBLIA DESDE CERO Y SABER CUÁL VERSIÓN ESCOGER


 El mejor método para estudiar la Biblia desde cero y saber cuál versión escoger

Te ofrecemos un método efectivo para que te inicies en el estudio de la Biblia


Por: n/a | Fuente: PildorasdeFe.net


Hoy día en muchas familias católicas encontramos la Biblia como el libro sagrado de la casa. Ojalá que pronto llegue el día que cada católico sea un asiduo lector de la Escritura Sagrada.

Pero muchos que comienzan a leerla, después de algunos capítulos la dejan de lado por no comprender casi nada. Dicen que leer la Biblia les resulta difícil. Es un libro tan largo y a veces difícil, especialmente para uno que sabe poca historia y poca geografía, y no tiene costumbre de ubicar lo que lee en su propio contexto.

También se da el caso de católicos que, comienzan a leer la Biblia, y se dejan llevar por interpretaciones parciales, caprichosas y fanáticas que poco a poco lo llevan a uno a adherir, por mero sentimentalismo, a algunas de las muchas sectas bíblicas ya existentes, apartándose, por ignorancia, de la Iglesia Católica.

Y no faltan los que quieren leer toda la Biblia sin alguna explicación; o toman la Biblia como un juego de naipes abriendo el libro al azar, o saltando por aquí o por allá y piensan que Dios automáticamente les comienza a hablar. Es un riesgo muy grande; es como jugar a la suerte.

Para evitar estos peligros, no basta leer la Biblia con fe y devoción. Hay que juntar la fe, la oración y la devoción con el estudio. Leer la Biblia sin una adecuada preparación es tentar a Dios. Hay que prepararse para leerla. Si no, puede suceder cualquier cosa. La historia de nuestra fe es así.

Queridos hermanos, esta carta tiene como finalidad introducirnos en el estudio de la Biblia. Hoy, más que nunca, debemos tener una cierta preparación para iniciar una lectura seria de la Biblia.

Para muchos, la Biblia sigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca. El problema es: ¿cómo leer, cómo comenzar con este libro? Siempre ha sido difícil la iniciación a la lectura de la Biblia. Exige de nosotros paciencia, humildad, serenidad y una cierta disciplina intelectual.

En esta carta vamos a indicarles algunos consejos prácticos para comenzar el estudio de la Biblia.


1.- Las mejores Biblias

Muchas personas se preguntan cómo conseguir una buena edición moderna de la Biblia Católica. Recuerda que ésta tiene 73 libros, está completa para el estudio y debe tener aprobación eclesiástica (Imprimatur)


Hoy existen muy buenas Biblias católicas; les recomendamos la Biblia de Jerusalén, la Biblia de América, La Nueva Biblia Americana, la Biblia de Navarra, Biblia Latinoamericana, la Biblia del Peregrino, Nacar-Colunga, entre otras.

Da pena ver gente ansiosa de conocer la Biblia y lo hace con ediciones demasiado antiguas, incluso incompletas, sin introducciones, ni comentarios; o con ediciones de bolsillo que está bien para llevarlas a un paseo pero no para hacer estudios serios con ellas.

2.- Una Biblia de uso personal

Conviene que cada persona tenga su propia Biblia en la que libremente vaya subrayando los textos más importantes o más significativos en relación con nuestra vida de fe, con nuestro seguimiento de Cristo, con nuestra vida de oración, de evangelización, etc.

E incluso uno va poniendo anotaciones personales, inquietudes originadas de la propia reflexión y experiencia pastoral, apuntes tomados de cursillos, retiros, libros... Sólo así se aprenden las cosas, y con gusto.


3.- Conocer bien la Biblia

Es decir, antes de estudiar el texto sagrado, hay que echar un vistazo general a la edición de su Biblia; ver qué dicen los editores sobre el manejo del libro, ver cómo se citan los libros, qué introducciones hay, qué notas, mapas, o temas especiales, etc...

Esto puede ahorrar mucho tiempo y trabajo. No hay por qué anotar en cuadernos o papelitos cosas que ya están muy bien puestas en las notas más importantes

Así por ejemplo, la Biblia Latinoamericana pone una especie de introducción muy buena, titulada: "¿Qué hubo en el mundo antes de la Biblia?". También tiene un "Indice del Evangelio" bien práctico y una serie de temas breves con el título de "La enseñanza bíblica" que pueden ayudar mucho. Además hay otros temas.

La Biblia de Jerusalén, entre tantas cosas excelentes, trae casi al final una sinopsis cronológica muy útil para ubicar los acontecimientos bíblicos dentro de la historia, de la geografía y de las otras culturas relacionadas con la Biblia.

La Nueva Biblia Española tiene, al final, un vocabulario bíblico teológico muy bueno. Cada uno debe familiarizarse bien con su propia Biblia.


4.- Leer y estudiar las Introducciones

Es muy conveniente leer las Introducciones que se ponen a cada libro o a los diversos grupos de libros.

Casi todas las Biblias modernas católicas tienen muy buenas introducciones. La Biblia de Jerusalén es excelente en este punto y es la que ha inspirado casi todas las ediciones posteriores de la Biblia.

Algunas personas se dedican primero a leer y estudiar todas las introducciones de cada libro y luego comienzan la lectura del texto bíblico mismo. Es lo mejor.


5.- Leer y meditar la Biblia

A continuación, ya se puede comenzar a leer y a estudiar el texto bíblico. Pero la Biblia es muy larga, y para todos nosotros nos resultará muy difícil, si no imposible, leerla toda desde la primera página hasta la última. Por tanto, hay que ser prácticos.

Si es la primera vez que te acercas a la Biblia, te proponemos un itinerario de lectura:

Empieza con el Evangelio de San Lucas. En él podrás conocer los rasgos más atrayentes de Jesús de Nazaret, nacido de María.


Continúa con el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí podrás ver la hermosa actividad de la Iglesia naciente.

Después te recomendamos volver a los Evangelios, primero Marcos, luego el de Mateo y finalmente el de Juan.

Puedes intercalar, al fin, la lectura de alguna Carta de los Apóstoles: por ejemplo, a los Corintios, los Tesalonicenses, etc.

Otra forma es tener un calendario litúrgico y leer las lecturas que corresponden al día.


6-. El Nuevo Testamento

Para el cristiano lo más importante son los cuatro Evangelios, que son el alma de toda la Biblia, y luego los otros libros del Nuevo Testamento. Eso ha de ser el objetivo constante de nuestra lectura o estudio.

Pero es bueno conocer, siquiera básicamente, el Antiguo Testamento: Génesis, Exodo, Deuteronomio, Josué, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar, Sabiduría, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós, Miqueas, Jonás y el Libro de Revelaciones (Apocalipsis)


7.- Lectura y meditación de la Biblia

Después de haber leído la introducción de un libro, comienza a leer el texto mismo. No te apresures en leer todo de una vez. Lee solamente un pasaje, o un párrafo. Lee con atención y respeto, abriendo tu corazón a lo que Dios te quiere expresar. Subraya los textos que te impactan.

En la primera lectura de un texto, te conviene leer siempre las notas explicativas que se encuentran debajo del texto bíblico. Estas notas explicativas y los comentarios van a clarificarte la comprensión de los textos bíblicos más difíciles.

Son explicaciones escritas por especialistas y hay que tratar de entenderlas y, normalmente, han de ser aceptadas con confianza. Muchas personas, por no leer atentamente las notas explicativas quedan sin comprender un texto en su contexto propio, sin comprender los diversos estilos y doctrinas, y luego abandonan la lectura por aburrimiento.

Los cursillos bíblicos intensivos, con un buen profesor, pueden ayudar mucho, y quizás sean imprescindibles para comprender ciertos problemas y notas técnicas.

Y ahora, ¡a comenzar!... Trata de organizar tu vida de tal manera que todos los días encuentres un momento de 5 a 10 minutos para la Biblia. Busca un lugar tranquilo. Lee sistemáticamente, no saltando de una parte a otra, ni abriendo el libro al azar.

Nunca leas la Biblia para satisfacer tu curiosidad o sólo para saber más, sino para indagar lo que Dios quiere decirte, pues la Biblia es la Palabra de Dios, es la carta que El envía a sus hijos.

En la Biblia no busques ciencia, sino sabiduría. No tengas miedo de subrayar y poner anotaciones en tu Biblia. La Biblia no es un libro para guardar, sino para ser leída. Dice san Jerónimo:

"No debes retirarte al descanso nocturno sin haber llenado tu corazón con una pequeña parte de la Palabra de Dios".


Principales Biblias Católicas

Entre las Biblias Católicas más conocidas, y más usadas hoy entre nosotros, y entre las que podemos recomendar (hay muchas más) están las siguientes:


1.- Biblia de Jerusalén

Se llama así sencillamente por haber sido preparada por un numeroso equipo internacional de biblistas, bajo la dirección de la famosa Escuela Bíblica de Jerusalén. Apareció primeramente en francés (1956), de la que se sacó la primera edición española en 1967.

Luego ha seguido una segunda edición española en 1975, revisada y mejorada. Es la mejor Biblia desde el punto de vista crítico, teológico y académico, con notas explicativas. Su criterio ha influido decididamente en todas las otras ediciones de la Biblia.

Es imprescindible para un estudio serio de la Biblia. Sin embargo el precio de esta Biblia es generalmente muy elevado.


2.- Biblia de América

Esta versión de la Biblia apareció en 1994 y es una adaptación para América de la Biblia traducida y editada en España por la Casa de la Biblia.  Actualmente es distribuida por Verbo Divino.

Según expertos Teólogos esta Biblia de América es mucho mejor que la Latinoamericana, en lo que se refiere a traducción, notas, comentarios y temas de estudio.


3.- La Nueva Biblia Americana

Publicado el 9 de marzo del 2011, la Nueva Biblia Americana, Edición Revisada (NABRE) es la culminación de casi 20 años de trabajo de un grupo de cerca de 100 estudiosos y teólogos, entre ellos obispos, revisores y editores.

Esta versión de la Biblia incluye una traducción recién revisada de todo el Antiguo Testamento (incluyendo el Libro de los Salmos) junto con la edición de 1986 del Nuevo Testamento.

De hecho el Website del Vaticano (en inglés) utiliza esta versión de la Biblia: Vatican.va/archive/ENG0839/_INDEX.HTM


4.- Biblia del Peregrino

El traductor de la Biblia del Peregrino, Luis Alonso Schökel, fue profesor en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. La Biblia del peregrino (1993), cuenta con una traducción hermosa, ágil y fiel, y es considerada hoy en día como la más bella traducción de los textos bíblicos.

La Biblia del Peregrino, ha tenido una gran influencia en la liturgia (especialmente los Salmos, que se ha convertido en la versión oficial). Sobresale por la bella traducción de los textos poéticos (Profetas, Job, Cantar, Proverbios, etc.) y el dinamismo de los textos narrativos.


5.- Biblia Latinoamericana

Se la conoce con este nombre, ya muy popularizado. Fue preparada por un equipo latinoamericano de pastoral. Ya han salido, al menos, 81 ediciones (1990).

Tiene el mérito de estar muy adaptada al lenguaje latinoamericano y, sobre todo, en las introducciones y comentarios refleja muy bien la realidad y problemática socio-político-religiosa de América Latina.

Ha recibido muchas alabanzas y fuertes críticas de distintos sectores de la Iglesia y de la sociedad. En nuestro medio ambiente y para fines pastorales es, una muy buena Biblia. Generalmente no es un libro muy caro; muchas veces ha sido subvencionada para el bien del pueblo.

También existe un Nuevo Testamento Latinoamericano, que es la parte más importante de toda la Biblia Latinoamericana.


6.- Otras Biblias

Hay también muchas otras ediciones católicas de la Biblia, todas muy buenas, aunque no hayan tenido, en nuestro medio, el éxito de las dos mencionadas. Entre éstas no podemos dejar de nombrar las Biblias: Nacar-Colunga, Biblia de Navarra, Biblia de Straubinger

El gran valor de estas ediciones modernas de la Biblia es, sobre todo, que se basan en los textos originales (hebreo-griego), y no en la Vulgata Latina como anteriormente se hacía.

Además en sus introducciones y comentarios recogen lo mejor de las investigaciones bíblicas modernas.

Ultimamente apareció la Biblia de Estudio de las Sociedades Bíblicas, elaborada por biblistas católicos y evangélicos, y que cuenta con el respaldo del CELAM para ser utilizada en América Latina.

"Quien medita cada día la sagrada ley divina con esta meditación a la gloria se encamina. Quien medita cada día las Sagradas Escrituras verá la mano de Dios en todas las criaturas".

jueves, 17 de septiembre de 2020

LOS LIBROS DE LA BIBLIA



 Los libros de la Biblia


Los 7 libros del Antiguo Testamento escritos en griego han sido causa de muchas discusiones. La Iglesia Católica dio a estos 7 libros el nombre de «libros deuterocanónicos»


Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe 


Hoy día vamos a conversar sobre la Biblia: ¿Cuántos libros tiene la Biblia? ¿Qué diferencias hay entre las Biblias católicas y las Biblias protestantes? La Biblia no es un solo libro, como algunos creen, sino una biblioteca completa. Toda la Biblia está compuesta por 73 libros, algunos de los cuales son bastante extensos, como el del profeta Isaías, y otros son más breves, como el del profeta Abdías.

Estos 73 libros están repartidos de tal forma, que al Antiguo Testamento (AT) le corresponden 46, y al Nuevo Testamento (NT) 27 libros.

De vez en cuando suele caer en nuestras manos alguna Biblia protestante, y nos llevamos la sorpresa de que le faltan siete libros, por lo cual tan sólo tiene 66 libros.

Este vacío se encuentra en el Antiguo Testamento y se debe a la ausencia de los siguientes libros: Tobías, Judit, 1 Macabeos, 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y el de Baruc.


¿Por qué esta diferencia entre la Biblia católica y la protestante?

Es un problema histórico-teológico muy complejo. Resumiendo mucho, trataremos de contestar esta pregunta.

Primero vamos a explicar cómo se formó la colección de libros sagrados del Antiguo Testamento dentro del pueblo judío. Y luego veremos cómo los cristianos aceptaron estos libros del A.T. junto con los libros del N.T. para formar la Biblia completa.


La antigua comunidad judía de Palestina 

En tiempos de Jesucristo, encontramos que en Palestina el pueblo judío sólo aceptaba el A.T. Y todavía no habían definido la lista completa de sus libros sagrados, es decir, seguía abierta la posibilidad de agregar nuevos escritos a la colección de libros inspirados.

Pero desde hacía mucho tiempo, desde alrededor de los años 600 antes de Cristo, con la destrucción de Jerusalén y la desaparición del Estado judío, estaba latente la preocupación de concretar oficialmente la lista de libros sagrados. ¿Qué criterios usaron los judíos para fijar esta lista de libros sagrados? Debían ser libros sagrados en los cuales se reconocía la verdadera fe de Israel, para asegurar la continuidad de esta fe en el pueblo. Había varios escritos que parecían dudosos en asuntos de fe, e incluso francamente peligrosos, de manera que fueron excluidos de la lista oficial. Además aceptaron solamente libros sagrados escritos originalmente en hebreo (o arameo). Los libros religiosos escritos en griego fueron rechazados por ser libros muy recientes, o de origen no-judío. (Este último dato es muy importante, porque de ahí viene después el problema de la diferencia de libros.)

Así se fijó entonces una lista de libros religiosos que eran de verdadera inspiración divina y entraron en la colección de la Escritura Sagrada. A esta lista oficial de libros inspirados se dará, con el tiempo, el nombre de «Canon», o «Libros canónicos». La palabra griega Canon significa regla , norma, y quiere decir que los libros canónicos reflejan «la regla de vida», o «la norma de vida» para quienes creen en estos escritos. Todos los libros canónicos de la comunidad de Palestina eran libros originalmente escritos en hebreo-arameo.

Los libros religiosos escritos en griego no entraron en el canon, pero recibieron el nombre de «apócrifos», «libros apócrifos» (= ocultos), porque tenían doctrinas dudosas y se los consideraba «de origen oculto».

En el primer siglo de nuestra era (año 90 después de Cristo) la comunidad judía de Palestina había llegado a reconocer en la práctica 39 libros como inspirados oficialmente.

Esta lista de los 39 libros de A.T. es el llamado «Canon de Palestina», o «el Canon de Jerusalén».


La comunidad judía de Alejandría 

Simultáneamente existía una comunidad judía en Alejandría, en Egipto. Era una colonia judía muy numerosa fuera de Palestina, pues contaba con más de 100.000 israelitas. Los judíos en Egipto ya no entendían el hebreo, porque hacía tiempo habían aceptado el griego, que era la lengua oficial en todo el Cercano Oriente. En sus reuniones religiosas, en sus sinagogas, ellos usaban una traducción de la Sagrada Escritura del hebreo al griego que se llamaba «de los Setenta». Según una leyenda muy antigua esta traducción «de los Setenta» había sido hecha casi milagrosamente por 70 sabios (entre los años 250 y 150 antes de Cristo).

La traducción griega de los Setenta conservaba los 39 libros que tenía el Canon de Palestina (canon hebreo), más otros 7 libros en griego. Así se formó el famoso «Canon de Alejandría» con un total de 46 libros sagrados.

La comunidad judía de Palestina nunca vio con buenos ojos esta diferencia de sus hermanos alejandrinos, y rechazaban aquellos 7 libros, porque estaban escritos originalmente en griego y eran libros agregados posteriormente.

Era una realidad que, al tiempo del nacimiento del cristianismo, había dos grandes centros religiosos del judaísmo: el de Jerusalén (en Palestina), y el de Alejandría (en Egipto). En ambos lugares tenían autorizados los libros del A.T: en Jerusalén 39 libros (en hebreo- arameo), en Alejandría 46 libros (en griego).


Los primeros cristianos y los libros sagrados del A.T. 

El cristianismo nació como un movimiento religioso dentro del pueblo judío. Jesús mismo era judío y no rechazaba los libros sagrados de su pueblo. Además los primeros cristianos habían oído decir a Jesús que El no había venido a suprimir el A.T. sino a completarlo (Mt. 5, 17). Por eso los cristianos reconocieron también como libros inspirados los textos del A.T. que usaban los judíos.

Pero se vieron en dificultades. ¿Debían usar el canon breve de Palestina con 39 libros, o el canon largo de Alejandría con 46 libros?

De hecho, por causa de la persecución contra los cristianos, el cristianismo se extendió prioritariamente fuera de Palestina, por el mundo griego y romano. Al menos en su redacción definitiva y cuando en los libros del N.T. se citaban textos del A.T. (más de 300 veces), naturalmente se citaban en griego, según el Canon largo de Alejandría.

Era lo más lógico, por tanto, que los primeros cristianos tomaran este Canon griego de Alejandría, porque los mismos destinatarios a quienes debían llevar la palabra de Dios todos hablaban griego. Por lo tanto, el cristianismo aceptó desde el comienzo la versión griega del A.T. con 46 libros.


La reacción de los judíos contra los cristianos

Los judíos consideraban a los cristianos como herejes del judaísmo. No les gustó para nada que los cristianos usaran los libros sagrados del A.T. Y para peor, los cristianos indicaban profecías del A.T. para justificar su fe en Jesús de Nazaret. Además los cristianos comenzaron a escribir nuevos libros sagrados: el Nuevo Testamento.

Todo esto fue motivo para que los judíos resolvieran cerrar definitivamente el Canon de sus libros sagrados. Y en reacción contra los cristianos, que usaban el Canon largo de Alejandría con sus 46 libros del A.T., todos los judíos optaron por el Canon breve de Palestina con 39 libros.

Los 7 libros griegos del Canon de Alejandría fueron declarados como libros «apócrifos» y no inspirados. Esta fue la decisión que tomaron los responsables del judaísmo en el año 90 después de Cristo y proclamaron oficialmente el Canon judío para sus libros sagrados.

Los cristianos, por su parte, y sin que la Iglesia resolviera nada oficialmente, siguieron con la costumbre de usar los 46 libros como libros inspirados del A.T. De vez en cuando había algunas voces discordantes dentro de la Iglesia que querían imponer el Canon oficial de los judíos con sus 39 libros. Pero varios concilios, dentro de la Iglesia, definieron que los 46 libros del A.T. son realmente libros inspirados y sagrados.


¿Qué pasó con la Reforma?

En el año 1517 Martín Lutero se separó de la Iglesia Católica. Y entre los muchos cambios que introdujo para formar su nueva iglesia, estuvo el de tomar el Canon breve de los judíos de Palestina, que tenía 39 libros para el A.T. Algo muy extraño, porque iba en contra de una larga tradición de la Iglesia, que viene de los apóstoles. Los cristianos, durante más de 1.500 años, contaban entre los libros sagrados los 46 libros del A.T.

Sin embargo, a Lutero le molestaban los 7 libros escritos en lengua griega y que no figuraban en los de lengua hebrea.

Ante esta situación los obispos de todo el mundo se reunieron en el famoso Concilio de Trento y fijaron definitivamente el Canon de las Escrituras en 46 libros para el A.T. y en 27 para el N.T.

Pero los protestantes y las muchas sectas nacidas de ellos, comenzaron a usar el Canon de los judíos palestinos que tenían sólo 39 libros del AT.

De ahí vienen las diferencias de libros entre las Biblias católicas y las Biblias evangélicas.


Los libros canónicos

Los 7 libros del A.T. escritos en griego han sido causa de muchas discusiones. La Iglesia Católica dio a estos 7 libros el nombre de «libros deuterocanónicos». La palabra griega «deutero» significa Segundo. Así la Iglesia Católica declara que son libros de segunda aparición en el Canon o en la lista oficial de libros del A.T. porque pasaron en un segundo momento a formar parte del Canon.

Los otros 39 libros del A.T., escritos en hebreo, son los llamados «libros protocanónicos». La palabra «proto» significa «Primero», ya que desde el primer momento estos libros integraron el Canon del A.T.


Qumram

En el año 1947 los arqueólogos descubrieron en Qumram (Palestina) escritos muy antiguos y encontraron entre ellos los libros de Judit, Baruc, Eclesiástico y 1 de Macabeos escritos originalmente en hebreo, y el libro de Tobías en arameo. Quiere decir que solamente los libros de Sabiduría y 2 de Macabeos fueron redactados en griego. Así el argumento de no aceptar estos 7 libros por estar escritos en griego ya no es válido. Además la Iglesia Católica nunca aceptó este argumento.


Consideraciones finales

Después de todo, nos damos cuenta de que este problema acerca de los libros, es una cuestión histórico-teológica muy compleja, y con diversas interpretaciones y apreciaciones. Con todo, es indudable que la Iglesia Católica, respecto a este punto, goza de una base histórica y doctrinal que, muy razonablemente, la presenta como la más segura.

Sin embargo, desde que Lutero tomó la decisión de no aceptar esta tradición de la Iglesia Católica, todas las iglesias protestantes rechazaron los libros Deuterocanónicos como libros inspirados y declararon estos 7 libros como libros «apócrifos».

En los últimos años hay, de parte de muchos protestantes, una actitud más moderada para con estos 7 libros e incluso se editan Biblias ecuménicas con los Libros Deuterocanónicos.

En efecto, han ido comprendiendo que ciertas doctrinas bíblicas, como la resurrección de los muertos, el tema de los ángeles, el concepto de retribución, la noción de purgatorio, empiezan a aparecer ya en estos 7 libros tardíos.

Por el hecho de haber suprimido estos libros se dan cuenta de que hay un salto muy grande hasta el N.T. (más o menos una época de 300 años sin libros inspirados). Sin embargo estos 7 libros griegos revelan un eslabón precioso hacia el N.T. Las enseñanzas de estos escritos muestran una mayor armonía en toda la Revelación Divina en la Biblia.

Por este motivo, se ven ya algunas Biblias protestantes que, al final, incluyen estos 7 libros, aunque con un valor secundario.

Quiera Dios que llegue pronto el día en que los protestantes den un paso más y los acepten definitivamente con la importancia propia de la Palabra de Dios, para volver a la unidad que un día perdimos.



Cuestionario

¿De cuántos libros está formada la Biblia Católica y de cuántos la Evangélica? ¿Cómo se originó esta diferencia? ¿Cuáles son los libros canónicos y los Deuterocanónicos? ¿Por qué se llaman así? ¿Qué aporte hacen estos libros a la Revelación? ¿Qué pasó con la Reforma de Lutero en lo referente al número de los libros de la Biblia? ¿Qué se confirmó con los hallazgos de Qumram? ¿Incluyen últimamente algunas Biblias protestantes los libros Deuterocanónicos? ¿Qué sería deseable a futuro?

domingo, 13 de septiembre de 2020

¿CONOCES LA BIBLIA?


¿Conoces la Biblia?
La Biblia revela al alma la verdadera sabiduría, su lectura frecuente nos hace obrar por amor a Dios, nos mueve a la ardua labor de la virtud.


Por: hombrenuevo.net | Fuente: hombrenuevo.net 




...¿CONOCES LA BIBLIA?...

"Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí".Juan 5,39.

¿CONOCES TU LA BIBLIA?

"La Biblia revela al alma la verdadera sabiduría. Transporta el espíritu al cielo. Vivifica en el corazón la alabanza. Aparta al hombre de los deseos del mundo. Deja en la mente un único pensamiento: el de la otra vida.

La lectura frecuente de la Biblia nos hace obrar por amor a Dios, nos mueve a la ardua labor de la virtud. Nos pone de manifiesto el auxilio providencial de Dios, la fortaleza de los justos, la bondad divina, la excelencia de su recompensa.

Nos excita a imitar a los siervos de Dios. Nos da fuerzas para la batalla de la santidad. Renueva nuestra fe en las promesas divinas.

La Biblia es la consoladora de los tristes, puerto seguro y tranquilo, fortaleza inexpugnable, torre inconmovible, impenetrable armadura, serenidad de espíritu, verdad indestructible, alegría perdurable.

"Es preciso, pues, que leamos con la máxima atención la Biblia. Si lo hacemos obtendremos la verdadera ciencia”.

Al que con piedad y fe recorra los Santos Libros... el Señor que baja a nuestros corazones, iluminar su espíritu. Expandir sobre su alma rayos de luz, descubriéndole cosas ocultas y enseñándole todo cuanto ignora. El quiere ser nuestro Maestro: ´A nadie llamáis Maestro vuestro´. (S. Juan Crisóstomo, "La asidua lectura de la Biblia").

¿OBEDECES TU A CRISTO?

Es útil el saber citas de memoria, pero si no pones en práctica las enseñanzas que contienen de nada te sirve. Jesucristo dijo: "Escudriñad las Escrituras". (Juan 5,39.) ¿Y qué significa esto sino que es necesario llegar, mediante un estudio profundo, a comprender su verdadero sentido?

Pero hoy hay muchos pastores que engañan a la gente haciéndole creer que "escudriñar" significa "interpretar", y esto según el parecer de cada quien. (Principio protestante del juicio privado).

¿COMO DEBEMOS LEER LAS SAGRADAS ESCRITURAS?

La misma Biblia nos dice cómo. Recuerda el pasaje del eunuco de la reina de Etiopía. "Mientras viajaba en coche, iba ocupado en la santa lectura". Lee: Hechos 8, 26-39.

1. La leía con celo y ardor.

Considera su mérito de no dejar la lectura ni siquiera en el camino, ni siquiera en el coche con ruedas de madera, por un camino de piedras.

2. Tenía muchas excusas para no hacerlo.

El eunuco no era cristiano, ni judío, y además era rico; todo esto le daba justificación para ser negligente, sin embargo, no se excusó como nosotros: "no tengo tiempo", "no entiendo".

3. Dios le ayuda.

Antes de concederle su gracia, Dios espera a que el eunuco haya hecho todo cuanto de él depende.

Dios te ayuda a ti también, pero tú tienes que hacer primero lo que te corresponde: adquirir la Biblia, leerla, estudiarla.

4. Le manda un apóstol.

Con la sola Biblia no pudo entender todo. Dios podía haberle enviado su Espíritu. ¡Claro que sí! Pero el hecho es que no lo hizo, para enseñarnos a nosotros que es necesario un maestro autorizado. Dios le ayuda a penetrar las Escrituras mediante un maestro de la Iglesia: el diácono Felipe. Lee: Lucas 10,16.

La misma Escritura nos enseña que la Iglesia primitiva no era la Iglesia de la sola Biblia sino la Iglesia de los maestros: "acudían asiduamente a las enseñanzas de los apóstoles". Lee: Hechos 2,42. Si hay enseñanza, tiene que haber maestros; y si hay maestros, debemos aceptar su magisterio.

Por el contrario, si no hay Magisterio, como algunos afirman, no debería haber maestros y nadie debería enseñar la Biblia. Para salvarnos, bastaría traer "la sola Biblia" bajo el brazo y leerla.

Lo que no podemos aceptar, es que por un lado nos digan que no son necesarios los maestros ni el Magisterio y después, ellos mismos, se nos presenten como únicos maestros infalibles de la Biblia.

¿QUE DICE LA IGLESIA DE LA BIBLIA?

La Iglesia considera como suprema norma de su fe la Escritura unida a la Tradición, ya que, inspirada por Dios y escrita de una vez para siempre, nos transmite inmutablemente la palabra del mismo Dios.

Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye el sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual. Lee: Documentos del Concilio: "Dei Verbum" No. 21.

La Iglesia no añade nada a la Escritura, sino que crece en la comprensión de las palabras. Estudia: "Dei Verbum" No. 8. Pero tampoco saca de la Escritura todo lo revelado, porque lo revelado abarca tanto lo transmitido por carta, la Biblia, como lo de viva voz, la Tradición. Lee: 1 Corintios 11,23 y 2 Tesalonicenses 2,15.

"Los libros inspirados enseñan la verdad. Sin embargo, la fe cristiana no es una ´religión del Libro´. El Cristianismo es la religión de la "Palabra" de Dios, ´no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo´". CIC = Catecismo de la Iglesia Católica n.108.

El Concilio recomienda insistentemente a todos los fieles la lectura asidua de la Escritura para que adquieran la suprema ciencia de Jesucristo. Lee: Filipenses 3,8.

LA RESPUESTA CATÓLICA.

1. Es necesario un Magisterio que nos explique como Felipe al eunuco.

Todos los cristianos creemos que la Biblia dice la verdad. Nadie niega eso, pero esa verdad no es clara y evidente para todos.

La Biblia lo dice. El eunuco no era ningún ignorante, tenía la Biblia en la mano y la escudriñaba como Jesús lo había mandado. Sin embargo, cuando Felipe le pregunta: "Comprendes lo que lees?" El responde: "¿Cómo voy a entender si nadie me lo explica?"

La experiencia lo demuestra. Los fundamentalistas bíblicos afirman: la Biblia dice la verdad. Pero el caso es que ellos mismos no se pueden poner de acuerdo en cuál es esa verdad. Si la conocieran no estarían divididos en multitud de iglesias.

2. Es necesaria la luz de Cristo.

Para comprender lo escrito en un libro no basta saber leer, es necesaria la luz. De la misma manera, para entender la Biblia se necesita que Cristo por medio de su Espíritu nos ilumine. Lee: CIC 108.

Esto se ve claro en el pasaje de los discípulos de Emaús. Cuando ellos quisieron interpretar las Escrituras según su propio entender se fueron alejando desilusionados, pero cuando Cristo les abrió la inteligencia, regresaron con gozo a la comunidad, a la Iglesia de Cristo. Lee: Lucas 24, 33 y 45.

Cristo no nos dejó la Biblia para inventar o discutir la fe, por el contrario, nos dio la fe de la Iglesia para entender la Biblia. CIC 113-114.

3. La Biblia no estuvo muda 2,000 años.

Todos los cristianos creemos que Dios nos habla por medio de la Biblia. Si esto es verdad, y no estuvo muda y silenciosa durante 2,000 años, algo debió de haber dicho a los que la tuvieron en la mano antes que nosotros y, por tanto, antes de dar nuestra interpretación, deberíamos de consultar lo que la Biblia dijo a los que la estudiaron antes que nosotros.

La Biblia no se escribió la semana pasada, y citarla como si tú fueras el primero que la entiende es arrogancia. Más aún, si lo que te dice la Biblia hoy a ti, contradice o niega lo que la Biblia dijo ayer, una de dos, o la Biblia dice mentiras o tú estás equivocado.

Precisamente por eso los que predican opiniones que cambian, y no verdades que permanecen, rechazan el Magisterio que está para conservar, exponer y custodiar esas verdades, válidas para todos los hombres de todos los tiempos. Lee: CIC 86.

Pero entonces, ¿cómo es que hay muchas enseñanzas católicas que no están en la Biblia?

La primera razón es que no basta saber leer para entender. ¿Cómo quieres entender en una semana lo que a la Iglesia le costó 2,000 años de meditación y estudio? Dei Verbum n. 8.

La segunda razón es que nosotros aceptamos todo lo que la Tradición Apostólica nos ha transmitido, no sólo por escrito sino también de palabra. Lee: 1 Tesalonicenses 2,5. Estudia: CIC 80 ss.

Lutero tenía razón al subrayar que la Escritura habla en un lenguaje que cada hombre puede entender. Hasta los niños y los iletrados entienden el Sermón de la Montaña, el mandamiento del amor al prójimo, la parábola del hijo pródigo. La Biblia para aplicarla a mi vida y para hablar con Dios está al alcance de todos. Lee: CIC 104. Pero "el oficio de interpretar ha sido encomendado únicamente al Magisterio" CIC 85 ss.

Poca Biblia aleja de la Iglesia, mucha Biblia acerca a ella.

Scott Hann era un pastor presbiteriano, profesor de Sagradas Escrituras. Su amor a la Biblia era tan grande como su antipatía por la Iglesia Católica. Un día, uno de sus estudiantes le preguntó:

"¿Dónde enseña la Biblia el principio protestante de la sola Biblia?"

Scott dio las conocidas citas de 2 Timoteo 3, 15 y 1 Tesalonicenses 2,13.

A la primera cita el estudiante replicó que lo que ahí se dice es que la Biblia tiene autoridad, pero no que es la única autoridad; y a la segunda, que S. Pablo se refiere a lo que él ha predicado y no a lo escrito. Aunque el maestro no aceptó en ese momento la réplica del alumno, su amor a la verdad le hizo reflexionar y estudiar más a fondo la Escritura. Tiempo después se convirtió a la fe Católica.

ORACIÓN:

"Señor Jesús, haz que la lectura de la Biblia sea luz para mis pasos, pan para mi alma, sal que da sazón a mi vida y me lleve a ser fermento de vida cristiana y apóstol intrépido de tu palabra."

domingo, 6 de septiembre de 2020

¿SE PUEDE LEER LA BIBLIA EN FAMILIA?


¿Se puede leer la Biblia en familia?
La mejor forma de enseñarles a leerla es hacerlo en familia por eso aquí les dejo mis 5 Tips


Por: Silvia del Valle | Fuente: www.tipsmama5hijos.com




Septiembre es el mes de la Biblia y por eso es bueno educar a nuestros hijos para que sepan leerla y discernir lo que Dios les quiere decir por medio de Su Palabra.

La mejor forma de enseñarles a leerla es hacerlo en familia por eso aquí les dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Escoge una Biblia con letra grande

La idea es que sea una Biblia grande, con letra adecuada para que todos la puedan leer.

De preferencia que sea la Biblia de Jerusalem o la Latinoamericana que tienen traducciones claras y entendible para todos.

En casa tenemos una que nos regalaron cuando nos casamos y tiene además las pastas gruesas, esto ayuda a que su manejo sea seguro.

SEGUNDO. Busca apoyos didácticos

Para que sea más fácil su uso podemos adaptarle unos separadores hechos a base de listones delgado pegados en un cartón y se le pueden meter entre la pasta y las hojas para dejar señalado donde nos quedamos y así al día siguiente comenzar fácilmente.

También es bueno poner la Biblia en un lugar especial, a la vista de todos y cerca de donde convivimos más. Puede ser entre el comedor y la sala o a la entrada de la casa. La idea es que tenga un lugar especial.

También puedes imprimir algunos dibujos para los más pequeños de casa para que mientras los demás leen ellos iluminen algo acorde a la lectura.


TERCERO. Establece una hora para leerla

Tener un horario para cada actividad siempre es muy bueno. Y también lo es para la lectura de la Biblia.

Primero que nada debemos establecer cada cuanto la vamos a leer y de ahí sale también por cuanto tiempo lo vamos a hacer, es decir, podemos leerla una vez por semana y leer un capítulo completo o podemos leerla diario leyendo sólo uno cuantos versículos.

Esto nos permitirá establecer un horario fijo para la lectura de la Biblia.

Nosotros por ejemplo intentamos leerla a diario. Pero cuando no podemos hacerlo pues también se lo ofrecemos a Dios, pero si buscamos tener el tiempo para hacerlo.

CUARTO. Que todos participen

Cuando tenemos hijos es muy bueno que desde pequeñitos se acostumbren a leer la Biblia.

Podemos decir que desde que aprenden a leer debemos dejarlos que participen en la lectura de la Palabra de Dios.

Por supuesto que será sólo un vehículo pero con eso los acostumbramos muy bien al uso de la Biblia.

También es bueno que todos participemos no solo en la lectura, sino también en el discernimiento de lo que nos ha querido decir Dios en esas líneas.

Porque de nada sirve solo la lectura, es necesario aplicarla a nuestras vidas.

QUINTO. Para los más pequeños busca una Biblia infantil

Cuando nuestros hijos estaban muy pequeñitos buscamos una Biblia para niños que tuviera dibujos claros y pocas letras para que comenzaran a conocerla.

La verdad es que les gustaba mucho y cuando nosotros leíamos nuestra Biblia ellos leían la suya y así relacionaban los libros que forma la Biblia y tenía idea de que trataba cada uno.

La verdad es que entre más pequeños los iniciemos en la práctica de leer la Biblia es más fácil que a nuestros hijos se les haga ese hábito y les de gusto hacerlo y de grandes sigan con esa bella y muy buena costumbre.

Leer en familia la Biblia es algo que no tiene precio porque es compartir la Palabra de Dios y aplicarla a nuestra vida familiar.


¡Animémonos a leer la Biblia en familia!

miércoles, 2 de septiembre de 2020

IMÁGENES DE SEPTIEMBRE, MES DE LA BIBLIA













21 RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUALES DIOS NOS ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN


21 Razones Bíblicas por las cuales Dios no escucha nuestra oración.
¿Por qué si hay fe, no somos escuchados?


Por: Lic. Manuel Mondragón Lechuga | Fuente: ApologeticaSiloe.net




Aunque Dios es un Padre Amoroso y su misericordia sobrepasa aún nuestros pecados. (Sal 86, 15 ) y Jesús nos dice “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá . Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y Al que llama se le abre” (Mt 7, 7-8). De la misma manera el Pbro. Juan del Rizzo atinadamente (Famoso por su Devoción al Divino Niño) dice que hay que “Pedir milagros, aunque no seamos santos, porque lo que obtiene milagros no es la santidad sino la fe”. Y esto es cierto, ya que el primer elemento de la oración : es la FE , y muchas veces se da, por ello entre el Pueblo de Dios se oye decir “Yo tengo mucha fe… pero Dios no me escucha” ¿Por qué si hay fe, no somos escuchados? Sencillo porque la Fe se traduce en la Obediencia (Mat 7, 21; Stg 2, 24).

La Biblia menciona que hay mínimo 21 casos donde el Señor no responde la Oración:

1) Si en nuestra oración pedimos mal o tiene motivos personales y egoístas: “Si piden algo, no lo consiguen porque piden mal; y no lo consiguen porque lo derrocharían para divertirse”. (Santiago 4,3) Muchos pedimos cosas malas: la amante o el amante “la muerte del esposo(a), el violador encontrar una víctima, el delincuente que no sea descubierto” Dios NUNCA responderá eso, porque Él da lo mejor. “Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan” (Lucas 11, 13).

2) Porque no es el tiempo oportuno. Abraham tuvo que esperar 40 años, para recibir la promesa que Dios le había dado. Génesis 18; 14; “Pues hay para cada cosa un tiempo y un criterio” (Ecle 8,6)

3) Cuando oramos sin fe. “Pero hay que pedir con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar que están a merced del viento. Esa gente no puede esperar nada del Señor, son personas divididas y toda su existencia será inestable.” (Santiago 1, 6-8).


4) Si al pedir oramos guardando maldad en nuestros corazones: “Si hubiere visto maldad en mi corazón, el Señor no me habría escuchado”. (Salmo 66, 18).

5) Porque oramos, pero permaneciendo en el pecado: “Sino que los pecados de ustedes han cavado un abismo entre ustedes y su Dios. Sus pecados han hecho que Él vuelva su cara para no atenderlos” (Isaías 59,2); Jn 9, 31 dice: “Es sabido que Dios no escucha a los pecadores, pero al que honra a Dios y cumple su voluntad, Dios lo escucha”.

6) La oración de los que NO obedecen o niegan la Ley de Dios: “El que se niega a escuchar la Ley, hasta su oración indispone a Dios” (Pro 28,9) “Pero ellos no quisieron que les hablara, me volvieron la espalda y se tapaban los oídos para no escucharme;” endurecieron el corazón como el diamante. Rechazaron la Ley y los mensajes que Yahvé de los Ejércitos les mandaba por medio de los antiguos profetas, a los cuales inspiraba. Yahvé se enojó mucho con esto, y se les dijo: Si ustedes no le hacen caso cuando él los llama, también ustedes gritarán sin que Él los atienda” (Zacarías 7, 11-13).

7) Si cuando oramos, servimos indignamente a Dios: “Miren, ustedes presentan sobre mi altar alimentos impuros. Ustedes seguramente replicarán: “¿En qué te hemos profanado?” Lo han hecho cuando han pensado que la mesa de Yahvé no merece respeto. Cuando ustedes traen para sacrificarla una bestia ciega, o cuando presentan una coja o enferma, ¿creen que actúan bien? Llévasela al gobernador a ver si queda contento o si te recibe bien, dice Yahvé de los ejércitos. Así es como ustedes piden a Dios sus favores. Pero, ¿creen ustedes que los atenderá?” (Malaquías 1, 7-9)

8) La Oración de los que se han apartado de Dios: “Esto dice Yahvé respecto de este pueblo: ¡Cómo les gusta correr de acá para allá, si no paran un momento! Yahvé no los quiere, pues se acuerda ahora de sus crímenes y del castigo que merecen. Y añadió Yahvé: No ruegues por la felicidad de este pueblo. Aunque ayunen, no escucharé su súplica; aunque me presenten holocaustos y ofrendas, no los aceptaré. Al contrario, me preparo para acabar con ellos por la espada, el hambre y la peste” (Jeremías 14, 10-12) También el Señor en el Libro de los Proverbios nos dice: “¿Se van a rehusar cuando los llamo, no van a poner atención cuando les tiendo la mano?, ¿No quieren hacer caso de mis consejos y rechazan mis advertencias?. Yo también me reiré de su miseria, me burlaré cuando el miedo los domine, cuando les llegue el huracán del terror y se los lleve el torbellino de las desdichas, cuando queden bajo el peso de la miseria y de la angustia. Entonces me llamarán pero no responderé, me buscarán pero no me hallarán” (Proverbios 1,24-25.28).

9) La oración de los que hacen sus oídos sordos al clamor del pobre o del que sufre: “El que pone oídos sordos al grito del afligido, cuando llame no le responderán” (Proverbios 21, 13).

10) La oración de los que son violentos , asesinos, mentirosos y calumniadores: “Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucharé, porque veo la sangre en sus manos”. (Isaías 1,15) o porque “Los pecados de ustedes han cavado un abismo entre ustedes y su Dios. Sus pecados han hecho que él vuelva su cara para no atenderlos. Pues las manos de ustedes están manchadas de sangre, y sus dedos, de crímenes, sus labios pronuncian la mentira y su lengua murmura la falsedad”. (Isaías 59, 2-3)

11) Porque la persona que ora, está bajo juicio. Las personas que están bajo juicio, van de problema en problema, de dificultad en dificultad hasta que Dios les levanta el juicio, cuando tienen un arrepentimiento sincero delante de Dios; todo esto no fue castigo de Dios, sino consecuencias de su pecado. “No se engañen, nadie se burla de Dios: al final cada uno cosechará lo que ha sembrado” (Gálatas 6,7a). Las consecuencias del pecado de David, la sufrieron sus hijos, lo que les trajo muerte y violencia, por más que digamos: “Señor, escucha mi oración, atiende a mis plegarias, respóndeme, tú que eres fiel y justo. No llames a juicio a tu siervo pues no hay quien sea justo en tu presencia” (Salmo 143, 1-3) pero el Señor no la responderá.

12) Porque la persona que ora, está bajo prueba. “Busqué al Señor en el momento de la prueba, de noche sin descanso hacia él tendí mi mano y mi alma se negó a ser consolada” (Salmo 77, 2) ¿Por qué Dios nos prueba? “Se prueba la plata en el fuego, se coloca el oro en el crisol: cada uno debe probar a los que lo aman” (Proverbios 27, 21)

13) La oración de los que le rinden culto a los ídolos o a Satanás (Brujerías): “Por eso, así habla Yavé: Les voy a mandar una catástrofe de la cual nadie podrá escapar. Y aunque me pidan auxilio, no los ayudaré. ¡Que vayan, entonces, las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén a clamar a los dioses a los que quemaban incienso! Estos dioses no les darán ningún socorro cuando les pase la desgracia. ¡Porque tan numerosos como tus ciudades son tus dioses, Judá! E igual al número de las calles de Jerusalén es la cantidad de altares que ustedes han levantado para ofrecer incienso a Baal. En cuanto a ti, no ruegues por este pueblo, ni eleves por él súplicas ni oraciones; porque no los voy a oír cuando me llamen en el momento de la desgracia” (Jeremías 11, 11-14) “Me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre? Todavía verás abominaciones mayores que éstas.» Me condujo luego al atrio interior de la Casa de Yahveh. Y he aquí que a la entrada del santuario de Yahveh, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que, vuelta la espalda al santuario de Yahveh y la cara a oriente, se postraban en dirección a oriente hacia el sol. Y me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre? ¿Aún no le bastan a la casa de Judá las abominaciones que cometen aquí, para que llenen también la tierra de violencia y vuelvan a irritarme? Mira cómo se llevan el ramo a la nariz. Pues yo también he de obrar con furor; no tendré una mirada de piedad, no perdonaré. Con voz fuerte gritarán a mis oídos, pero yo no les escucharé” (Ezequiel 8,15-18)

14) Las oraciones con hipocresía o sólo por cumplimiento: “Entre tanto se habían reunido miles y miles de personas, hasta el punto de que se aplastaban unos a otros. Entonces Jesús se puso a decir, especialmente para sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”. Lucas 12,1.

15) Las oraciones de los Soberbios u Orgullosos: “Pero Dios tiene mejores cosas que dar. Y la Escritura añade: Dios resiste a los orgullosos, pero hace favores a los humildes”.(Santiago 4,6).

16) Las oraciones donde falta perdonar. “Y cuando se pongan de pie para orar, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que su Padre del Cielo les perdone también a ustedes sus faltas” (Marcos 11, 25-26)

17) Las oraciones de los que no se sujetan a los presbíteros (sacerdotes): “También ustedes, los más jóvenes, sean sumisos a la autoridad de los Presbíteros. Traten de rivalizar en sencillez y humildad unos con otros, porque Dios resiste a los orgullosos, pero da su gracia a los humildes”. (1 Pedro 5, 5)

18) Las oraciones de los que maldicen a sus padres: “¿Ha maldecido a su padre y a su madre? Su lámpara se apagará en el lugar más oscuro” (Proverbios 20,20) y “El que deja sin nada a su padre y echa a su madre es un hijo infame y desnaturalizado” (Proverbios 19, 26). ¡Y vea Marcos 7,10!

19) Cuando el marido no da honor a la mujer: “Y ustedes, maridos, sean a su vez comprensivos en la vida en común. Sabiendo que sus compañeras son seres más delicados, y que ambos comparten la gracia que lleva a la vida, eviten las amenazas. Este será un buen medio para que Dios escuche lo que ustedes le pidan” (1 Pedro 3,7).

20) Los que oran auto justificándose: “El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano, Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas. Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador”. Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido.” (Lucas 18, 11-14).

21) La oración de los que maltratan el Pueblo de Dios: “Haces que mis enemigos den la espalda, y a cuantos me odiaban aniquilo. Aunque griten, nadie los salvará, claman al Señor, pero no les responde” (Salmo 18, 40-41) “Ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos. Ustedes pueden comerse la carne de mi pueblo, partir sus huesos y echarlos a la olla, pero cuando me llamen no les haré caso, sino que les ocultaré mi cara por sus malas acciones” (Miqueas 3, 2-4).
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...