domingo, 31 de julio de 2016

EL BAUTISMO, EN NOMBRE DE QUIÉN?


El bautismo ¿en el nombre de quien?
La frase: en el nombre de Jesús, no es una referencia a alguna fórmula bautismal, sino es una referencia a la autoridad por la cual se confiere el sacramento. 


Por: Joel Adán Domínguez Gallo | Fuente: Apolog?ca Siloe 




Varios grupos evangélicos unicitarios -rechazan el dogma de la Santísima Trinidad- afirman que el bautismo debe ser en el nombre de Jesucristo, esto no lo dicen estudiando conceptos teológicos ni antropológicos, ni mucho menos algo de historia, sino para afirmar que ellos son la iglesia primitiva y engañar a los demás, para ello usan el Libro de los Hechos donde se menciona el bautismo en el nombre de Jesucristo, ahora pasemos a explicar por que se menciona así.

Por si usted no lo sabía, muchísimas culturas en el mundo utilizan una especie de baño sagrado, o sea bautismo, por ejemplo:

El agua se utilizaba como símbolo de purificación en muchas religiones desde fechas muy lejanas. En el mundo antiguo, las aguas del Ganges en India, del Éufrates en Babilonia, y del Nilo en Egipto se utilizaban para baños sagrados.

El baño sagrado era también conocido en cultos mistéricos helénos. La ley judía establecía la utilización del agua como limpieza ritual (Lev. 11,25-40; 15,5-7); y Elisha ordenó al dirigente sirio Naaman que se sumergiera en el río Jordán para ser limpiado de lepra.

Antes del siglo I d.C., se pedía a los conversos al judaísmo que se bañaran (o bautizaran) ellos mismos como signo de aceptación de la alianza (tebilath gerim).

Algunos de los profetas consideraron más tarde que los exiliados judíos que volvían a casa cruzarían el río Jordán y serían rociados con su agua para ser limpiados de sus pecados antes del establecimiento del reino de Dios (Ez. 36,25).

En esta tradición, el contemporáneo de más edad que Jesús, Juan Bautista, urgió a los judíos a bautizarse en el Jordán para la remisión de sus pecados (Mc. 1,4).

Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005. 1993-2004
Microsoft Corporatión.Reservados todos los derechos.

Por tanto el bautismo no es un ritual solo cristiano, cuando el escritor del Libro de los Hechos (San Lucas) menciona el bautismo en "nombre de Jesucristo" no lo hace mencionando la fórmula bautismal, sino que intenta diferenciar el bautismo cristiano del bautismo de las demás culturas, (entre ellos el bautismo de Juan el bautista), indicando que se lo hace con la autoridad otorgada por Jesús a sus apóstoles.

La frase "en el nombre de Jesús" o "en el nombre del Señor Jesús" no es una referencia a alguna fórmula bautismal, sino es una referencia a la autoridad. Es similar a un policía diciendo: "¡Deténgase en el nombre de la Ley!". Entendemos que en el "nombre de la Ley" significa con la autoridad con que la Ley ha revestido a ese policía. Sucede lo mismo con el bautismo "en el nombre de Jesús". Bautizar en el nombre de Jesús es bautizar en la autoridad de Jesús.

En realidad "en el nombre de Jesucristo" no es fórmula bautismal, sino aquello que se acaba de mencionar, ¿por qué? Por que si fuera fórmula bautismal seria expresado siempre de una sola manera en todos los casos del Libro de los Hechos, y vemos que no es así:

HECH 2,38…en el nombre de Jesucristo

HECH 8,16…en el nombre de Jesús

HECH 10,48…en el nombre del Señor Jesús

HECH 19,5…en el nombre del Señor Jesús

Los hermanos que hacen uso de esta supuesta fórmula bautismal, mencionan el siguiente texto:

HECH 4,12…Por que no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres por el que podamos ser salvos

Esta bien, pero aquí no menciona nada en absoluto sobre el bautismo. Cuando Jesús hace un mandato, no hay por que cambiar nada en absoluto, el dijo:

Mt 28,19… por tanto, ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y esa es la forma correcta de bautizar: la que nos enseñó Jesus.

¿Que dice la historia?

Según los escritos apostólicos de los primeros siglos, el bautismo no era un mero acto simbólico de arrepentimiento o conversión, entre los principales documentos encontramos la Didajé o Didaché del siglo I y San Ireneo del siglo II, pero veamos que dicen:

Didajé Cáp. VII…En cuanto al bautismo, he aquí como hay que administrarle: Después de haber enseñado los anteriores preceptos (evangelizar), bautizad en el agua viva, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Si no pudiere ser en el agua viva,(por inmersión) puedes utilizar otra; si no pudieres hacerlo con agua fría, puedes servirte de agua caliente; si no tuvieres a mano ni una ni otra, echa tres veces agua sobre la cabeza, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes del bautismo, debe procurarse que el que lo administra, el que va a ser bautizado, y otras personas, si pudiere ser, ayunen.

Este documento apostólico del siglo I en el año 60, representaba para los primeros cristianos lo que hoy conocemos como el catecismo de la iglesia, en este tramo extraído se nota que no era necesario por inmersión, y se utiliza también el método de aspersión, también menciona que de ser posible ayunen antes del bautismo así como el presbítero (sacerdote) y claro un niño no puede ayunar, por eso es "si pudieren".

Este documento también con esto nos hace ver que las sectas unicitarias no son la restauración de la iglesia primitiva, como ellos afirman.

San Ireneo (Siglo II):

"He aquí lo que nos asegura la Fe, tal como los presbíteros, discípulos de los apóstoles nos la transmitieron. Lo primero de todo, recomienda que nos acordemos de que hemos recibido el bautismo para el perdón de los pecados en el nombre del Padre y en el nombre de Jesucristo y del Espíritu Santo"

Vemos claramente que la Iglesia primitiva practicaba el bautismo con la misma fórmula que seguimos usando, en nuestros días, aquellos que cumplimos con lo que Jesús nos ordena hacer.

COMER EN FAMILIA, FORMA HIJOS SEGUROS Y EDUCADOS


Comer en familia
Si quieren formar hijos seguros, libres de todo mal, educados y valiosos, vuelvan a comer en familia


Por: Alfonso Llano Escobar, S.J. | Fuente: es.catholic.net 




Comer, como tantas otras necesidades de nuestro cuerpo, se puede satisfacer de varias maneras: a solas, como mera necesidad fisiológica; socialmente, ajustándose a las normas de la urbanidad; finalmente, en familia, como cristianos, como conviene a hijos de Dios que saben y confiesan que el Padre del cielo es quien nos da el pan nuestro de cada día.

Comer es una necesidad de nuestro organismo. La auténtica tradición judeocristiana le encontrará a la necesidad orgánica de comer una forma que satisface los tres niveles: el orgánico, el social y el cristiano: comer en familia.

Es casi un sacramento, vale decir, una forma de hacer presente a Jesús resucitado en medio de nosotros. Comer en familia, al menos una vez al día, eleva esa necesidad material de comer a un acto social y cristiano; se convierte en una sinfonía de arpegios y melodías prácticamente celestiales.

Comer en familia: no se trata ya de un acto privado y egoísta de engullir rápidamente alimentos como quien en contados minutos llena el tanque de su automóvil, sino de poner en artística ejecución a la orquesta más humana y divina que haya creado Dios: la familia.

El comedor era y debería volver a serlo, el lugar más importante de la casa. El centro del hogar, que recoge bajo un mismo techo y alimenta con un mismo pan a los miembros todos de una familia.

La vida moderna, con sus distancias entre oficina, colegio y hogar; sus múltiples faenas y ruidos, su caótica escala de intereses, acaba con el comedor, con la comida en familia y, lamentablemente, va acabando hasta con la familia.

Cada hogar, si quiere volver a ser tal, deberá imponerse el deber de sentarse todos los días a la mesa, por lo menos, una vez al día y, ciertamente, en fin de semana. Todos sentados al tiempo, sin afanes, radio, televisión ni computadora prendidos, sin partidos de fútbol, prensa ni revista que distraigan la atención ni el ritmo de la vida en familia. Todos sentados a la mesa aprendiendo cultura y urbanidad, oyendo las tradiciones familiares, y oyéndose mutuamente lo que cada uno hace, sufre y goza.

Allí, sentados a la mesa, se deben hacer las deliberaciones y tomar las grandes y pequeñas decisiones de familia. Así, los hijos aprenden a deliberar y decidir, y a caer en la cuenta de que son importantes en la familia.

La vida en familia da seguridad a los hijos, los aparta de los vicios y las malas compañías, les ayuda a despejar sus dudas religiosas y morales, les compensa las fatigas del día. Recuerden como fuimos educados los que ya peinamos canas. Comimos juntos y crecimos juntos. Al calor de los "viejos" bebimos tradiciones, cultura y amor.

Comimos y oramos juntos antes de lanzarnos a la vida, como hombres, a cumplir la misión que nos asignó el Señor. Jamás se nos ocurrió la fuga hacia el licor, la droga, la calle o la perdición. El hogar, el dulce hogar, nos educó y nos defendió.

Padres de familia: si quieren formar hijas e hijos seguros, libres de todo mal, educados y valiosos, vuelvan a comer en familia.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, JULIO 31


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Julio 31



¡Qué poco cuesta ser agradecido y, sin embargo, cuánto se estima la gratitud!

Esa propina que dejas sobre la mesa del restaurante sin decir palabra, sabría mejor si añadieras una sola palabrita y fácil de pronunciar: “¡Gracias!”. Esas monedas que depositas en la mano del que te lustra los zapatos, serían recibidas con mayor alegría si las acompañaras de una palabra que diera a conocer a ese hombre a tus pies que su trabajo es dignificador y que por ello le estás agradecido.

Esa carta que recibes, esa verdura que compras, ese llamado telefónico que atiendes, ese servicio que te presta un empleado público, esa información que te dan en la estación terminal… todo eso y muchas otras cosas, si estuvieran salpicadas de la palabrita “¡Gracias!” y de una amable sonrisa, sincera, cálida, no dejarían de llegar hasta el corazón de los demás y los volvería más abiertos, más dispuestos a la ayuda del prójimo, más solícitos.

Si cada día dijeras “¡Gracias!” a Dios por darte un nuevo día y por hacerte gozar de salud y de tantas otras cosas, la vida de tu espíritu sería más intensa y la vivirías con otra proyección.

“Cristo sanó a los diez leprosos de su enfermedad; solamente uno de ellos volvió para agradecer a Dios la salud recibida; Cristo tomó la palabra y dijo: ¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero? Y agregó: Levántate y vete, tu fe te ha salvado” (Lc 17, 11-19).


* P. Alfonso Milagro

FELIZ DOMINGO!!!


sábado, 30 de julio de 2016

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 30 DE JULIO 2016 - HERODES MANDA MATAR A JUAN BAUTISTA


Herodes manda matar a Juan Bautista
Tiempo Ordinario


Mateo 14, 1-12. Tiempo Ordinario. La experiencia de Cristo nos da la fuerza para dar testimonio de Él. 


Por: P. Francisco Javier Arriola, LC | Fuente: Catholic.net 



Del Evangelio según san Mateo 14, 1-12
En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: «Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos». Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: «Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús. 

Oración Introductoria
Señor mío y Dios mío, me pongo en tu presencia para escuchar tus palabras y para buscar tu voluntad. Ilumina mi entendimiento para comprender tu verdad y da fuerza a mi voluntad para cambiar lo que en mi vida deba enmendar para agradarte, bendecirte y ser una persona digna de tu amor y predilección.

Petición
Haz, Jesús Misericordioso, que te conozca personalmente para que no preste oídos a lo que el mundo dice de ti. No permitas que por debilidad e indiferencia pierda tu amistad. Jesús, que no me deje llevar por el "qué dirán" los demás, sino por lo que Tú dices de mí y para mí.

Meditación del Papa Francisco
Juan se consagró totalmente a Dios y a su enviado, Jesús. Pero, al final, ¿qué sucedió? Murió por causa de la verdad, cuando denunció el adulterio del rey Herodes y Herodías. ¡Cuántas personas pagan a caro precio el compromiso por la verdad! Cuántos hombres rectos prefieren ir a contracorriente, con tal de no negar la voz de la conciencia, la voz de la verdad. Personas rectas, que no tienen miedo de ir a contracorriente. Y nosotros, no debemos tener miedo. Entre vosotros hay muchos jóvenes. A vosotros jóvenes os digo: No tengáis miedo de ir a contracorriente, cuando nos quieren robar la esperanza, cuando nos proponen estos valores que están pervertidos, valores como el alimento en mal estado, y cuando el alimento está en mal estado, nos hace mal. Estos valores nos hacen mal. ¡Debemos ir a contracorriente! Y vosotros jóvenes, sois los primeros: Id a contracorriente y tened este orgullo de ir precisamente a contracorriente. ¡Adelante, sed valientes e id a contracorriente! ¡Y estad orgullosos de hacerlo!
Queridos amigos, acojamos con alegría esta palabra de Jesús. Es una norma de vida propuesta a todos. Que san Juan Bautista nos ayude a ponerla por obra. Por este camino nos precede, como siempre, nuestra Madre, María santísima: ella perdió su vida por Jesús, hasta la Cruz, y la recibió en plenitud, con toda la luz y la belleza de la Resurrección. Que María nos ayude a hacer cada vez más nuestra la lógica del Evangelio. (S.S. Francisco, 23 de junio de 2013) .

Reflexión 
San Mateo comienza diciendo que tenía curiosidad de lo que oía acerca de Jesús. Así nos puede pasar cuando conocemos sólo de oídas a Dios. De ser así, nos arriesgamos a escuchar de un dios que es vengativo, castigador, lejano, indiferente al sufrimiento de las personas, injusto y sordo a la voz de los que le llaman y le invocan en su dolor. Este es el dios de quienes no le conocen más que de escuchar a los que se lamentan y a los que elaboran un dios a la medida de las fantasías humanas y filosóficas.

Pero hay otro extremo: también nos puede pasar que creemos en el único Dios verdadero, pero lo tenemos maniatado, encadenado en el calabozo de nuestra indiferencia y olvido. También podemos convertirnos en otros "herodes" en nuestra vida espiritual: nos da curiosidad "ese tal" Jesús que hace milagros, pero que no lo podemos dejar actuar libremente en nuestra vida porque tememos que nos pida todo, aun aquello que más nos cuesta y no somos capaces de dárselo. Nos da curiosidad y le atribuimos aspectos mágicos que están opuestos a la fe, pero por miedo al "qué dirán", lo dejamos relegado en la prisión de nuestra falta de generosidad. Y si no hay generosidad, podemos ahogar las palabras que el Señor nos dirige en el fondo del corazón hasta que terminamos por eliminarlo con nuestro pecado e insensibilidad. Esto nos entristece, pero es lo que pasa cuando el mundo pide la "cabeza de dios" en la bandeja del materialismo, del hedonismo, del racionalismo, del laicismo a ultranza desligado de los deberes, pero que clama y reclama derechos que ni siquiera merece. Este es el mundo que grita la muerte de Dios y quiere verlo desaparecer porque Él no deja en paz su conciencia y desea justificar su maldad con la ilusión de una libertad que es libertinaje.

Sí, esto nos entristece como a Herodes, pero podemos caer en el mismo escollo y sucumbir ante los ataques del mundo, del demonio y de la carne si no luchamos por defender la vida del Señor en nuestra alma en la lucha contra el pecado, contra la frivolidad, la falta de fe, de confianza y amor. Pero el Señor no nos deja solos, y esto es lo que nos consuela, saber que, a pesar de nuestras debilidades y reticencias, Él sigue manteniendo su promesa y su amor incondicional. Es cierto que hay cosas que están mal, pero hay muchas otras muy buenas y santas que no podemos ignorar: la Eucaristía, la Sma. Virgen, la fe, los santos, el testimonio de quienes aman a Dios, y los muchos pecadores que se levantan y vuelven pidiendo perdón al Señor de la Misericordia infinita. Nosotros, pecadores, gozamos del derecho a su Misericordia, porque más la necesitamos, según dice en sus revelaciones a Santa Faustina Kowalska. Nadie se arrepentirá nunca de haber buscado al Señor y conocerlo experiencial y personalmente porque quedará saciado de la bondad de Dios.

«Mirad cuán grande cosa es la virtud. Herodes tuvo miedo de Juan a pesar de estar muerto, y por eso habla de su resurrección»… Esto es lo que nos dice san Juan Crisóstomo de Herodes. El ser humano queda perplejo ante las obras de Dios en el mundo, sobre todo aquellos que quiere borrar de sí las insistencias de su conciencia para dejar el mal y abrazar el bien. El santo temor de Dios corrige nuestras faltas, el temor de los hombres, en cambio, aplaza nuestros actos, pero no cambia la voluntad, de tal modo que quien se detiene por este motivo ante el mal, termina por ceder.

Cristo nos sigue pidiendo ser luz del mundo. Creer en Jesús es dar testimonio de Él. A unos Dios les pedirá el testimonio con su sangre, a otros el testimonio con sus actos y buen ejemplo, y a otros el testimonio con la vida entera dedicada a Él. Sabemos que nuestra debilidad será siempre un obstáculo para nuestra fidelidad, pero contamos con la fuerza del que todo lo puede. San Pablo dice, "todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Fil. 4, 13). No hay nada que temer si Él está con nosotros, pues nada nos puede separar de su amor, ni la muerte ni la vida ni ninguna otra criatura lo hará (cf. Rom 8, 38) si nosotros nos anclamos al Corazón de Jesús y nos dejamos amar por Él.
Propósito
Ofreceré el rezo de un misterio del santo rosario por todos aquellos cristianos que son perseguidos a causa de su fe, por los que sufren injusticias y por los más necesitados para que Dios y María santísima les fortalezcan y les hagan firmes testigos de Cristo resucitado, verdadera Luz y Vida del mundo.

Diálogo con Cristo
Jesús manso y humilde de Corazón, que cautivas y consuelas a los que se acercan a ti, vengo a suplicarte que fortalezcas mi fe para defenderte con mis palabras, con mis obras y con mi vida. Concédeme conocerte más, para amarte más, para llenar mi corazón de tu amor y darte a conocer a los demás. Ayúdame a cumplir fielmente tu voluntad y nunca permitas que me separe de ti.

«Con mucha frecuencia el testimonio de la Iglesia, que va contracorriente, es mal interpretado, como algo retrasado y negativo en la sociedad actual. Por eso es importante destacar la buena nueva, el mensaje del Evangelio que da vida y la da en abundancia (cf. Jn 10, 10). Aunque es necesario denunciar con fuerza los males que nos amenazan, debemos corregir la idea de que el catolicismo no es más que "una serie de prohibiciones"».Benedicto XVI a los obispos de la Conferencia Episcopal de Irlanda, 28 de octubre de 2006

Preguntas o comentarios al autor P. Francisco Javier Arriola, LC

LECTURAS BÍBLICAS, EL EVANGELIO Y MEDITACIÓN DEL DOMINGO 31 DE JULIO DEL 2016


XVIII del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 31 de Julio de 2016



Primera lectura
Lectura del del Eclesiastés (1,2;2,21-23):

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave desgracia. Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.

Palabra de Dios    

______________________

Salmo
Salmo Responsorial: 89

R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R/.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

______________________

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 
(3,1-5.9-11):

Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.

Palabra de Dios

________________________

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (12,13-21)

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.” Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.” Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?” Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»

Palabra del Señor




Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 12,13-21

DESENMASCARAR LA INSENSATEZ

El protagonista de la pequeña parábola del «rico insensato» es un terrateniente como aquellos que conoció Jesús en Galilea. Hombres poderosos que explotaban sin piedad a los campesinos, pensando solo en aumentar su bienestar. La gente los temía y envidiaba: sin duda eran los más afortunados. Para Jesús, son los más insensatos.

Sorprendido por una cosecha que desborda sus expectativas, el rico propietario se ve obligado a reflexionar: «¿Qué haré?». Habla consigo mismo. En su horizonte no aparece nadie más. No parece tener esposa, hijos, amigos ni vecinos. No piensa en los campesinos que trabajan sus tierras. Solo le preocupa su bienestar y su riqueza: mi cosecha, mis graneros, mis bienes, mi vida…

El rico no se da cuenta de que vive encerrado en sí mismo, prisionero de una lógica que lo deshumaniza vaciándolo de toda dignidad. Solo vive para acumular, almacenar y aumentar su bienestar material: «Construiré graneros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come y date buena vida».

De pronto, de manera inesperada, Jesús le hace intervenir al mismo Dios. Su grito interrumpe los sueños e ilusiones del rico: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?». Esta es la sentencia de Dios: la vida de este rico es un fracaso y una insensatez.

Agranda sus graneros, pero no sabe ensanchar el horizonte de su vida. Acrecienta su riqueza, pero empequeñece y empobrece su vida. Acumula bienes, pero no conoce la amistad, el amor generoso, la alegría ni la solidaridad. No sabe dar ni compartir, solo acaparar. ¿Qué hay de humano en esta vida?

La crisis económica que estamos sufriendo es una «crisis de ambición»: los países ricos, los grandes bancos, los poderosos de la tierra… hemos querido vivir por encima de nuestras posibilidades, soñando con acumular bienestar sin límite alguno y olvidando cada vez más a los que se hunden en la pobreza y el hambre. Pero, de pronto nuestra seguridad se ha venido abajo.

Esta crisis no es una más. Es un «signo de los tiempos» que hemos de leer a la luz del evangelio. No es difícil escuchar la voz de Dios en el fondo de nuestras conciencias: «Basta ya de tanta insensatez y tanta insolidaridad cruel». Nunca superaremos nuestras crisis económicas sin luchar por un cambio profundo de nuestro estilo de vida: hemos de vivir de manera más austera; hemos de compartir más nuestro bienestar.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...