sábado, 30 de julio de 2016

SALMO 68, ESCÚCHAME, SEÑOR, EL DÍA DE TU FAVOR



Salmo 68

R/. Escúchame, Señor, el día de tu favor

Arráncame del cieno, que no me hunda;
líbrame de los que me aborrecen,
y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el torbellino,
que no se cierre la poza sobre mí. R/.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.

PUEDES CAMBIAR


Puedes cambiar


Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a cambiar para bien, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza renovadora.

Si pudiéramos cambiar la mentira por la verdad. El recibir por el dar. El odio por el perdón. La duda por la fe. La envidia por la aceptación. La intolerancia por la paciencia. La dureza por la flexibilidad. El miedo por el coraje. El abandonar por el perseverar. Las palabras de más por la prudencia. La soberbia por la humildad. La burla por la piedad. El conformarse por el progresar. El ocio por el trabajo. Los sueños por su realización. La ambición desmedida por el honor. Si pudiéramos cambiar esto, sentiríamos más cerca que nunca la presencia de Dios en nuestro corazón.

“Si yo cambiara mi manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno. Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás, los haría felices. Si yo aceptara a todos como  son, sufriría menos. Si yo me aceptara tal cual soy, quitándome mis defectos, ¡cuánto mejoraría mi hogar y mi entorno! Si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!”. Anímate a dar pasos positivos.


* Enviado por el P. Natalio

EL SEGUNDO TRAJE


El segundo traje



Cierta vez un hombre visitó a su consejero y le relató su problema.

- Soy un sastre. Con los años gané una excelente reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos meses, recibí el encargo más importante de mi vida. El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país. Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte, y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia. Pero cuando le presenté la prenda terminada, comenzó a gritar e insultarme:

- ¿Esto es lo mejor que puedes hacer? ¡Es una atrocidad! ¿Quién te enseñó a coser?

Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí. ¡Estoy arruinado! Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación ha sido totalmente destruida. ¡Nadie volverá a encargarme una prenda luego de esto! ¡No entiendo qué sucedió, fue el mejor trabajo que hice en años!

- Vuelve a tu negocio -dijo el sabio- descose cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías hecho antes. Luego llévala al príncipe.

- ¡Pero obtendré el mismo atuendo que tengo ahora! -protestó el sastre- Además mi estado de ánimo no es el de siempre.

- Haz lo que te indico, y Dios te ayudar" -dijo el hombre.

Dos semanas después, el sastre retornó.
- ¡Usted ha salvado mi vida! Cuando le presenté nuevamente el ropaje, el rostro del noble se iluminó: ¡Hermoso!, exclamó. ¡Este es el más hermoso y delicado traje que haya visto! Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y recomendarme a sus amigos. Pero, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre la primer prenda y la segunda?

- El primer traje –explicó- fue cosido con arrogancia y orgullo. El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la segunda costura fue hecha con humildad y el corazón quebrado, transmitiendo una belleza esencial que provocaba admiración en cada uno que la veía.

Ahora una pregunta al que lee: ¿Y tú cómo haces tu trabajo profesional, familiar, personal, etc.? ¿Con arrogancia y orgullo, o con humildad en el corazón?

EL PAPA A LOS SACERDOTES: QUÉ NOS PIDE JESÚS?, QUE SEAMOS MISERICORDIOSOS


El Papa a los sacerdotes: ¿Qué nos pide Jesús?, que seamos misericordiosos



CRACOVIA, 30 Jul. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco presidió este sábado en el Santuario de San Juan Pablo II, en Cracovia (Polonia) la Misa con los sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas, a quienes pidió “ser escritores vivos del Evangelio” con obras de misericordia, pues Cristo no quiere discípulos duros, sino que habiendo experimentado el perdón de Dios, lo derramen con compasión sobre los hermanos.

El Pontífice hizo esta exhortación frente a los más de 100 obispos de diferentes países y 2.000 personas reunidas en el templo, entre sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas de toda Polonia. Además, la Eucaristía fue seguida fuera del santuario por otras 5.000 personas.

“¿Qué es lo que nos pide Jesús? Quiere corazones verdaderamente consagrados, que viven del perdón que han recibido de Él, para derramarlo con compasión sobre los hermanos. Jesús busca corazones abiertos y tiernos con los débiles, nunca duros; corazones dóciles y transparentes, que no disimulen ante los que tienen la misión en la Iglesia de orientar en el camino”, afirmó.

Francisco reflexionó sobre el pasaje evangélico que narra la aparición de Jesús a los discípulos luego de su Resurrección. Los discípulos, recordó, estaban encerrados, pero Cristo “entra, se pone en medio y trae su paz, el Espíritu Santo y el perdón de los pecados: en una palabra, la misericordia de Dios”; y les dice que “como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”.

El Papa indicó que esto quiere decir que el Señor quiere una Iglesia en salida y que vaya al mundo “no como un poderoso, sino en forma de siervo” y que propague “el perdón y la paz de Dios”. “¿Cómo no sentir aquí el eco de la gran exhortación de san Juan Pablo II: ‘¡Abrid las puertas!’?”, expresó.

Francisco reconoció que está la tentación “de quedarse un poco encerrados, por miedo o por comodidad, en nosotros mismos y en nuestros ámbitos. Pero la dirección que Jesús indica es de sentido único: salir de nosotros mismos. Es un viaje sin billete de vuelta”.

“Quien ha optado por configurar toda su existencia con Jesús ya no elige dónde estar, sino que va allá donde se le envía, dispuesto a responder a quien lo llama; tampoco dispone de su propio tiempo. La casa en la que reside no le pertenece, porque la Iglesia y el mundo son los espacios abiertos de su misión”, insistió.

Por ello los exhortó a no subir “a los estrados vacilantes de los poderes del mundo” ni adaptarse “a las comodidades que aflojan la evangelización”. La persona que se ha consagrado a Dios “no se conforma con una vida mediocre, sino que tiene un deseo ardiente de ser testigo”, afirmó.

Francisco señaló que el pasaje evangélico también hace referencia al apóstol Tomás. “Este discípulo se nos asemeja un poco, y hasta nos resulta simpático. Sin saberlo, nos hace un gran regalo: nos acerca a Dios, porque Dios no se oculta a quien lo busca. Jesús le mostró sus llagas gloriosas, le hizo tocar con la mano la ternura infinita de Dios”, señaló.

En ese sentido, recordó que Jesús dijo a Santa Faustina Kowalska que quiere que lo busquen con una oración transparente, confiándole y encomendándole “las miserias, las dificultades y las resistencias”. “El corazón de Jesús se conquista con la apertura sincera”, afirmó el Papa.

Finalmente, el Santo Padre recordó que Juan narra en su Evangelio que “no están escritos muchos otros signos que hizo Jesús”. “Después del gran signo de su misericordia —podemos pensar—, ya no se ha necesitado añadir nada más. Pero queda todavía un desafío, queda espacio para los signos que podemos hacer nosotros, que hemos recibido el Espíritu del amor y estamos llamados a difundir la misericordia”.

“Se puede decir –indicó Francisco– que el Evangelio, libro vivo de la misericordia de Dios, que hay que leer y releer continuamente, todavía tiene al final páginas en blanco: es un libro abierto, que estamos llamados a escribir con el mismo estilo, es decir, realizando obras de misericordia”.

Por ello, “les pregunto: ¿Cómo están las páginas del libro de cada uno de vosotros? ¿Se escriben cada día? ¿Están escritas sólo en parte? ¿Están en blanco? Que la Madre de Dios nos ayude en ello: que ella, que ha acogido plenamente la Palabra de Dios en su vida, nos de la gracia de ser escritores vivos del Evangelio”, alentó.

Por su parte, al final de la Misa, el Arzobispo de Cracovia y Delegado de la Conferencia Episcopal Polaca para el Clero, Cardenal Stanislaw Dziwisz, agradeció al Papa por sus palabras y por la celebración Eucarística.

El Purpurado destacó las numerosas vocaciones que tiene la Iglesia en Polonia y que le permite estar abierta “a las necesidades de otras Iglesias”. “Hoy un grupo numeroso de misioneros y misioneras polacos anuncian a Cristo en todos los continentes. De esta manera pagamos también la deuda por el bautismo recibido de nuestros antepasados hace 1050 años”, afirmó.

Además, recordó que durante el periodo comunista “los jóvenes polacos veían en la Iglesia el terreno en el cual podían servir a los hermanos y hermanas, anunciándoles, con la vida y la palabra, la verdad plena sobre Dios y el hombre”.

El también exsecretario de San Juan Pablo II afirmó que los sacerdotes y consagrados polacos “llevan el peso de los compromisos apostólicos buscando al mismo tiempo de dar un testimonio transparente del Evangelio. Buscamos de convertirnos continuamente a un estilo evangélico de vida y de servicio”, inspirándose también en el Papa polaco.

“Padre Santo, que nos refuerce tu bendición, para que podamos ser todavía más fieles a Cristo, a fin que podamos convertirnos siempre en mejor sal de la tierra y luz del mundo”, concluyó el Purpurado.

Al término de la Misa, el Papa Francisco bendijo las reliquias de San Juan Pablo II, consistente en una ampolla con la sangre del santo polaco que le extrajeron en uno de sus últimos exámenes médicos antes de fallecer en el Policlínico Gemelli, en Roma (Italia).

Asimismo, donó al Santuario San Juan Pablo II una cruz para el altar hecho en madreperla.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, JULIO 30


LOS CINCO  MINUTOS DE DIOS
Julio 30


Lleno de significado el relato de aquella señora: fue al Hospital de Niños llevando golosinas y juguetes; iba pasando de una cama a otra, depositando en las manos de los enfermitos su obsequio; pero una niña enferma, de rostro tristón, no quiso recibir nada.

Al preguntarle por qué no quería recibir ni juguetes ni golosinas, respondió que no era eso lo que ella esperaba. Se le preguntó de nuevo qué esperaba, qué deseaba, y ella replicó:

- Lo que yo espero es a alguien que me dé un beso.
Son muchas las personas que en su interior llevan un niño que fácilmente se despierta y no deja de llorar hasta que le dan lo que necesita.

¿Por qué no te preocupas por descubrir al niño de cada uno y darle un poco de afecto, algo más de bondad, una sonrisa, una compañía al menos de media hora de conversación?

El mundo se muere por falta de afecto, por frío de corazones.
“Cualquier otro mandamiento se resume en éste: Amarás al prójimo como a ti mismo… el amor es la plenitud de la ley” (Rom 13,9-10). “Esta doctrina posee hoy extraordinaria importancia a causa de dos hechos: la creciente interdependencia mutua de los hombres y la unificación, asimismo creciente, del mundo” (GS 24).


* P. Alfonso Milagro

DECRETAR O DECLARAR


Decretar o declarar
Un pensamiento mágico religioso que no lo debe hacer un cristiano 



Por: P. Modesto Lule Zavala msp | Fuente: www.modestolule.com 




Hoy algunos predicadores protestantes y algunos católicos proclaman una  nueva moda que ha resultado muy eficaz para mantener contentos a esa gente, dicen:DECRETA tu prosperidad;  DECLARA tu sanidad y recíbela en el nombre de Jesús;  PROCLAMA Y DECRETA que ya eres libre de las deudas y créelo, porque para el que cree todo es posible. Todo esto se presenta como mágico. Esto es lo que sucede cuando no se profundiza la palabra de Dios y se camina por lo erróneo y se proclama un pensamiento mágico. Tan solo con decir las palabras te va a ocurrir. Ya nada más falta que se utilice una varita mágica. En algunos casos a lo mejor no se utiliza, pero si se promueve agua, aceite, sales, cirios y pañuelos que supuestamente si los llevas a tu casa sanarás o conseguirás lo que tanto anhelas. Esto ya raya en la superstición y hasta la idolatría.
Al promover ese pensamiento mágico religioso lo único que se está enseñando es que  Dios está obligado a cumplir su palabra, por tanto debemos ordenarle para que lo haga.
Algunos predicadores y promotores de este pensamiento mágico religioso llegan a decir: Tus palabras tienen poder, declara por fe que ya tienes lo que pides, llama a las cosas que no son como si ya fuesen ¡Ejercita tu fe! Y Jesucristo que dijo que TODO  lo que pidiéramos en su nombre se nos daría. Busquen Mateo 7, 7 – 8, que dice: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. O como dice en Marcos 11, 24: Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán.
Imagínense a hombres mortales, que no somos más que polvo;  a pecadores débiles, llenos de egoísmo, avaricia, vanagloria y muchas cosas más ordenándole al Dios todopoderoso que se hagan las cosas como yo las pido o yo las quiero.
Estas cosas llegan a darse por desconocimiento de la palabra de Dios. Por eso se cae en estos absurdos. Pero también pudiera ser que los que ya han leído la Biblia y presumen de conocedores la utilicen para llenar su egoísmo, para satisfacer su avaricia. Digo que la han leído y la memorizaron pero no la conocen porque si la conocieran no harían eso.


En la cita de Mateo 7, 7 se nos invita a pedir y a buscar pero Dios no nos concede caprichos. Dice san Agustín que Dios nos concede las cosas cuando nuestro corazón ya está preparado para recibirlas y nos las concede si eso que pedimos es para nuestro bien. En la cita de Marcos se nos invita a tener confianza y esperanza cuando pedimos a Dios.
LA BIBLIA NOS ENSEÑA COMO ACTUABAN LOS HOMBRES DE DIOS
Jesús suplicó por Pedro al Padre: pero YO HE ROGADO por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.(Lucas 22, 32)
Jesús suplicó al Padre por sus discípulos: YO TE RUEGO por ellos; no ruego por los que son del mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. (Juan 17, 9)
Jesús suplicó a Dios Padre por sí mismo: Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas ORÓ Y SUPLICÓ A DIOS, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. 8 Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, SUFRIENDO APRENDIÓ LO QUE ES LA OBEDIENCIA(Hebreos 5, 7-8)
San Pablo enseñó a la iglesia cómo orar al Padre: No dejen ustedes de orar:RUEGUEN Y PIDAN A DIOS SIEMPRE, GUIADOS por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo. (Efesios 6, 18)
Ordenar a Dios cuando oramos es una de las peores blasfemias contra su divinidad y autoridad. Por si la palabra blasfemia no se comprende vamos a ver lo que dice la etimología, es decir la raíz de la palabra o el origen. Blasfemia viene del griego y significa hablar contra Dios.
Dentro de la óptica que presentamos creemos que Dios contesta nuestras oraciones, aquellas que hacemos con temor reverente y sabiduría y no caprichos humanos. Creemos que Dios tiene el poder de sanar, libertar, restaurar y toda clase de cosas positivas suceden cuando clamamos con fe. Dentro de nuestra fe alcanzamos la respuesta y misericordia de Dios cuando reconocemos su grandeza y nuestra bajeza, es decir, Dios es el rey y nosotros los siervos. Creemos que Dios atiende nuestras suplicas, clamor, ruego, pedido, y mira nuestra actitud.
Nosotros como cristianos, nos postramos en humillación delante de Dios, y es Dios quien decreta, no nosotros. Nosotros no decretamos ni declaramos, nosotros esperamos en la voluntad de Dios.
Hay que tener presente que muchos decretan o declaran. Dicen declaro en nombre de Dios sanidad o libertad en esta persona o declaro felicidad. Declarar según el Diccionario de la real academia de la Lengua Española es: exponer, dar a conocer o explicar. Pero en el ambiente cristiano se ha tergiversado este término y lo que se hace es como estipular o determinar y no anunciar, que es el verdadero sentido de la palabra. Yo mismo anuncio la palabra de Dios en los programas de radio, podría decirse que declaro ante los que me escuchan que Dios tiene poder para cambiar las vidas de todos aquellos que dispongan su corazón ante su presencia.
El diccionario de la real academia de la lengua española dice de la palabra DECRETAR: Dicho de la persona que tiene autoridad o facultades para ello: Resolver, decidir.  Con el sentido común debemos de entender que para un cristiano NO es correcto andar decretando por aquí y por allá. Un día me encontré con una persona después de 15 años y al despedirse me dijo que decretaba felicidad sobre mi persona. No pude corregirle pues ya nos despedíamos, pero espero vea este mensaje.
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