domingo, 17 de julio de 2022

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 17 DE JULIO DE 2022



Domingo XVI (C) del tiempo ordinario

Domingo 17 de julio de 2022


1ª Lectura (Gén 18,1-10a): En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo: «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo». Contestaron: «Bien, haz lo que dices».

Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: «Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas». Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían. Después le dijeron: «Dónde está Sara, tu mujer?». Contestó: «Aquí, en la tienda». Y uno añadió: «Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre Sara habrá tenido un hijo».



Salmo responsorial: 14

R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.


El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.


El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará.

2ª Lectura (Col 1,24-28): Hermanos: Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo.

Versículo antes del Evangelio (Cf. Lc 8,15): Aleluya. Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».



«Hay necesidad (...) de una sola [cosa]»

Rev. D. Bernat GIMENO i Capín

(Barcelona, España)


Hoy vemos a un Jesús tan divino como humano: está cansado del viaje y se deja acoger por esta familia que tanto ama, en Betania. Aprovechará la ocasión para hacernos saber qué es “lo más importante”.

En la actitud de estas dos hermanas se acostumbra a ver reflejadas dos maneras de vivir la vocación cristiana: la vida activa y la vida contemplativa. María, «sentada a los pies del Señor»; Marta, atareada por muchas cosas y ocupaciones, siempre sirviendo y contenta, pero cansada (cf. Lc 10,39-40.42). —«Calma», le dice Jesús, «es importante lo que haces, pero es necesario que descanses, y más importante aun, que descanses estando conmigo, mirándome y escuchándome». Dos modelos de vida cristiana que hemos de coordinar y de integrar: vivir tanto la vida de Marta como la de María. Hemos de estar atentos a la Palabra del Señor, y vigilantes, ya que el ruido y el tráfico del día a día —frecuentemente— esconde la presencia de Dios. Porque la vida y la fuerza de un cristiano solamente se mantienen firmes y crecen si él permanece unido a la verdadera vid, de donde le viene la vida, el amor, las ganas de continuar adelante... y de no mirar atrás.

A la mayoría, Dios nos ha llamado a ser como “Marta”. Pero no hemos de olvidar que el Señor quiere que seamos cada vez más como “María”: Jesucristo también nos ha llamado a “escoger la mejor parte” y a no dejar que nadie nos la quite.

Él nos recuerda que lo más importante no es lo que podamos hacer, sino la Palabra de Dios que ilumina nuestras vidas, y, así por el Espíritu Santo nuestras obras quedan impregnadas de su amor.

Descansar en el Señor solamente es posible si gozamos de su presencia real ante la Eucaristía. ¡Oración ante el sagrario!: es el tesoro más grande que tenemos los cristianos. Recordemos el título de la última encíclica de san Juan Pablo II: La Iglesia vive de la Eucaristía. El Señor tiene muchas cosas que decirnos, más de las que nos pensamos. Busquemos, pues, momentos de silencio y de paz para encontrar a Jesús y, en Él, reencontrarnos a nosotros mismos. Jesucristo nos invita hoy a hacer una opción: escoger «la parte buena» (Lc 10,42).

 

FELIZ DOMINGO!!!!!





 

EL PAPA FRANCISCO INVITA A REZAR ESTA ORACIÓN EN EL DÍA DE LA VIRGEN DEL CARMEN



El Papa Francisco invita a rezar esta oración en el día de la Virgen del Carmen

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa



El Papa Francisco compartió a sus seguidores en Twitter una oración en honor a la Virgen del Carmen, cuya fiesta litúrgica se celebra este sábado 16 de julio.


A continuación la oración publicada por el Santo Padre.

Oh María, Estrella del Mar, Madre de Dios y Madre

nuestra, dirige tu mirada dulcísima sobre quienes

afrontan a diario el peligro del mar para garantizar a

sus familias el sustento, para tutelar el respeto de la

creación, para servir la paz entre los pueblos.


Refugio de los pecadores, obtén la conversión

del corazón de cuantos generan guerra, odio y

pobreza.


Modelo de caridad, bendice a los hombres y

mujeres de buena voluntad que acogen y sirven a los

migrantes y los refugiados: que el amor recibido y

donado sea semilla de nuevos lazos fraternos y

aurora de un mundo de paz. 

domingo, 10 de julio de 2022

LA PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO


LA PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO


 Es una parábola muy conocida para la época que vivimos, y más cuando se utilizan este nombre en campañas para recaudar fondos para los necesitados, es más, muchas organizaciones encargadas de ayudar a los demás, utilizan este nombre como eslogan “buen samaritano”, pero será que, en el tiempo que Jesús estuvo en la tierra, los judíos y samaritanos se las llevaban bien. La respuesta es no, pues la misma Biblia lo expresa en el evangelio de Juan de manera clara, pues la mujer samaritana le dice a Jesús “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí” (Juan 4:9), hay versiones que dicen “no se las llevan bien”. Los judíos pensaban que los samaritanos eran una mezcla de judíos y gentiles (no judíos), y no representaban su raza.

El tema central de la parábola es que debemos amar a nuestro prójimo, y nuestro prójimo es esa persona cercana que necesita de nuestra ayuda, auxilio, socorro, atención, independientemente de su credo, nacionalidad, raza, etc.

Ahora, veamos el contexto en que fue dada esta parábola por Jesús. Un interprete de la ley quería ponerlo a prueba y le hizo una pregunta, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?, esta misma pregunta fue realizada a Jesús en otros contextos, como lo observamos con el joven rico en Mateo 19:16, Marcos 10:17 y Lucas 18:18. De igual manera, para probarle le hicieron una pregunta en Mateo 22:36, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?; las respuestas a estas preguntas tiene que ver con el mismo tema, el gran mandamiento de Dios y el segundo en importancia, que están en Deuteronomio 6:5 y Levíticos 19:18, respectivamente. Jesús le hace una contra pregunta: «¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees allí?», y fue cuanto el interprete de la ley le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo.», seguido Jesús le dice: «Has contestado correctamente. Haz esto, y vivirás.», pero el queriendo justificarse, le pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?», y es cuando Jesús le relata la parábola del buen samaritano. Esto de queriendo justificarse se refiere más al hecho que para los judíos contemporáneos de este tiempo, el prójimo lo consideraban como otro judío cercano.

El relato de la parábola en pocas palabras es que un hombre viajaba de Jerusalén a Jericó, en el camino aparecieron unos ladrones que lo despojaron de sus cosas y lo dejaron casi como muerto, quedando tendido en el suelo, después pasó un sacerdote, después un levita cerca, y ninguno de los dos le ayudaron, a pesar de que lo vieron; al pasar más tarde un samaritano, este le auxilió e inclusive lo llevó a una posada y le dejó pagó varias días hasta su regreso. Jesús después le pregunta al interprete de la ley: de los tres, ¿cuál crees que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Y responde: «El que tuvo compasión de él.», Jesús le dijo: «Pues ve y haz tú lo mismo.», observemos que ni siquiera menciona la palabra samaritano, sino el que el tuvo compasión con él.

Hay varias cosas para resaltar que giran en torno al tema central de la parábola, que es que debemos amar a nuestro prójimo, y nuestro prójimo es esa persona cercana que necesita atención:

Jesús no cedió a la pretensión del interprete de hacerle caer delante de los demás judíos por la interpretación de la ley.

Jesucristo no vino abolir la ley de Dios, sino a darle cumplimiento.

Jesucristo quería enseñarles a los judíos que los samaritanos, muy rechazados, eran también bienvenidos como parte del plan de salvación de Dios. El orden de la gran comisión lo revela en Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Jesús cuando envió a sus discípulos de dos en dos a predicar diciéndoles: no vayan por camino de samaritanos ni de gentiles, sino a la casa perdida de Israel (Mateo 10:5), pero a medida avanzaba su ministerio, quería que cada persona nacida de nuevo amará a su prójimo, esa persona cercana que necesitaba de ayuda. No era que solo se amarían y ayudarán entre judíos, entre su propia raza, sino que debía ampliarse el campo de entrega, samaritanos y gentiles.

Jesús quiere que todos sus discípulos amen a su prójimo, como así él nos amó. Sus oyentes deben comprender que Dios es amor, y que el mayor mandamiento de todos es el amar a Dios sobre todas las cosas y el segundo en importancia es amarás a tu prójimo como a ti mismo, más adelante les da el mandamiento nuevo, no cambia el propósito de Dios, sino la fuente de ese amor, como lo expresa Juan 13:14-15 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

Para finalizar con esta reflexión, observemos que Jesús le dice al interprete de la ley: «Pues ve y haz tú lo mismo.», hay que concentrarnos en adorar a Dios, glorificarle, exaltarle, ver su majestad y amarle con todo nuestro ser en Cristo, para así poner en práctica lo que tenemos en nuestra mente y corazón; debemos amar a nuestro prójimo, a esa persona cercana que necesita de nuestra ayuda, para que Dios sea glorificado, como lo expresa Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”


Elaborado por Pr. Jair Sánchez O.

Ministerio El Mensaje de Jesús

LOS HERIDOS DE LAS CUNETAS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 10 DE JULIO DE 2022



 Los heridos de las cunetas


La parábola del «buen samaritano» le salió a Jesús del corazón, pues caminaba por Galilea muy atento a los mendigos y enfermos que veía en las cunetas de los caminos. Quería enseñar a todos a caminar por la vida con «compasión», pero pensaba sobre todo en los dirigentes religiosos.

En la cuneta de un camino peligroso un hombre asaltado y robado ha sido abandonado «medio muerto». Afortunadamente, por el camino llega un sacerdote y luego un levita. Ambos pertenecen al mundo oficial del templo. Son personas religiosas. Sin duda se apiadarán de él.

No es así. Al ver al herido, los dos cierran sus ojos y su corazón. Para ellos es como si aquel hombre no existiera: «Dan un rodeo y pasan de largo», sin detenerse. Ocupados en su piedad y su culto a Dios, siguen su camino. Su preocupación no son los que sufren.

En el horizonte aparece un tercer viajero. No es sacerdote ni levita. No viene del templo ni pertenece siquiera al pueblo elegido. Es un despreciable «samaritano». Se puede esperar de él lo peor.

Sin embargo, al ver al herido «se le conmueven las entrañas». No pasa de largo. Se acerca a él y hace todo lo que puede: desinfecta sus heridas, las cura y las venda. Luego lo lleva en su cabalgadura hasta una posada. Allí lo cuida personalmente y procura que lo sigan atendiendo.

Es difícil imaginar una llamada más provocativa de Jesús a sus seguidores, y de manera directa a los dirigentes religiosos. No basta que en la Iglesia haya instituciones, organismos y personas que están junto a los que sufren. Es toda la Iglesia la que ha de aparecer públicamente como la institución más sensible y comprometida con los que sufren física y moralmente.

Si a la Iglesia no se le conmueven las entrañas ante los heridos de las cunetas, lo que haga y lo que diga será bastante irrelevante. Solo la compasión puede hacer hoy a la Iglesia de Jesús más humana y creíble.


(Padre José Antonio Pagola)

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 10 DE JULIO DE 2022



Domingo XV (C) del tiempo ordinario

Domingo 10 de julio de 2022



1ª Lectura (Dt 30,10-14): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir: ‘¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?’. Ni está más allá del mar, para poder decir: ‘¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?’. El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas».


Salmo responsorial: 68

R/. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Mi oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mi.

Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias.

Miradlo, los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos.

Dios salvará a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá. La estirpe de sus siervos la heredará, los que aman su nombre vivirán en ella.


O bien: Sal 18

R/ Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.

El temor del Señor es puro y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila.


2ª Lectura (Col 1,15-20): Cristo Jesús es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Versículo antes del Evangelio (Jn 6,63c.68c): Aleluya. Tus palabras, Señor, son Espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 10,25-37): En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley, y para poner a prueba a Jesús, le preguntó: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?». Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo». Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás».

Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?». Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva’.»¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?». Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo».





«Un samaritano (...) tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas (...) y, montándole sobre su propia cabalgadura...»

Rev. D. Jordi POU i Sabater

(Sant Jordi Desvalls, Girona, España)


Hoy, nos preguntamos: «Y, ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10,29). Cuentan de unos judíos que sentían curiosidad al ver desaparecer su rabino en la vigilia del sábado. Sospecharon que tenía un secreto, quizá con Dios, y confiaron a uno el encargo de seguirlo... Y así lo hizo, lleno de emoción, hasta una barriada miserable, donde vio al rabino cuidando y barriendo la casa de una mujer: era paralítica, y la servía y le preparaba una comida especial para la fiesta. Cuando volvió, le preguntaron al espía: «¿Dónde ha ido?; ¿al cielo, entre las nubes y las estrellas?». Y éste contestó: «¡No!, ha subido mucho más arriba».

Amar a los otros con obras es lo más alto; es donde se manifiesta el amor. ¡No pasar de largo!: «Es el propio Cristo quien alza su voz en los pobres para despertar la caridad de sus discípulos», afirma el Concilio Vaticano II en un documento.

Hacer de buen samaritano significa cambiar los planes («llegó junto a él»), dedicar tiempo («cuidó de él»)... Esto nos lleva a contemplar también la figura del posadero, como dijo san Juan Pablo II: «¡Qué habría podido hacer sin él? De hecho, el posadero, permaneciendo en el anonimato, realizó la mayor parte de la tarea. Todos podemos actuar como él cumpliendo las propias tareas con espíritu de servicio. Toda ocupación ofrece la oportunidad, más o menos directa, de ayudar a quien lo necesita (...). El cumplimiento fiel de los propios deberes profesionales ya es practicar el amor por las personas y la sociedad».

Dejarlo todo para acoger a quien lo necesita (el buen samaritano) y hacer bien el trabajo por amor (el posadero), son las dos formas de amar que nos corresponden: «‘¿Quién (...) te parece que fue prójimo?’. ‘El que practicó la misericordia con él’. Díjole Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo’» (Lc 10,36-37).

Acudamos a la Virgen María y Ella —que es modelo— nos ayude a descubrir las necesidades de los otros, materiales y espirituales. 

¿CÓMO ES DIOS? SEGÚN LOS SALMOS


 

15 FORMAS DE EXPRESAR AMOR AL PRÓJIMO



15 formas sencillas de expresar amor al prójimo

Sonreír ¡Un cristiano siempre es alegre!

Por: Luisa Restrepo | Fuente: Catholic-link.com



Hemos querido hacer una recopilación de actos sencillos de amor que muchas veces pasamos por alto pero que, en su sencillez son manifestaciones concretas del amor de Dios. Un corazón que se ha encontrado con Él no puede permanecer indiferente a los demás. ¡No privemos a los demás de nuestra sonrisa, de nuestra alegría, de la esperanza que nos da Cristo! El mundo lo necesita.


1) Sonreír ¡Un cristiano siempre es alegre!

No nos damos cuenta pero cuando sonreímos aligeramos la carga a quienes nos rodean. Cuando vamos por la calle, en el trabajo, en la casa, en la universidad. La felicidad del cristiano es una bendición para los demás y para uno mismo. ¡Quién tiene a Cristo en su vida no puede estar triste!


2) Dar las gracias siempre (aunque no "debas" hacerlo).

Nunca te acostumbres a recibir porque lo necesitas o porque tienes "derecho a". Todo lo recibes como un regalo, nada te "lo deben" aunque hayas pagado por ello. Da siempre las gracias. Es más feliz quien es agradecido.


3) Saludar con alegría a esas personas que ves a diario.

Seguro es quien abre la puerta, quien limpia, quien contesta las llamadas. Lo ves a diario y al saludarlo le recuerdas que es importantísimo lo que hace. Tanto tu trabajo como el de él/ella se hace más a gusto si le haces ver que es valioso para otros, que su presencia cambia las cosas.


4) Recordarle a los demás cuánto los amas.

Tú sabes que los amas ... ¿y ellos? Las caricias, los abrazos y las palabras nunca sobran. Si Jesús no se hubiera hecho carne, nosotros jamás habríamos entendido que Dios es Amor.


5) Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor.

¿Qué puede hacernos más humanos que saber escuchar? Cada historia que te cuentan te une más con el otro: sus hijos, su pareja, la jefa, el profesor, sus preocupaciones y alegrías ... tú sabes que no sólo son palabras, son partes de su vida que necesitan ser compartidas.


6) Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.

¿Qué más podemos decir? No importa si es un problema de matemáticas, una simple pregunta o alguien que tiene hambre ¡jamás sobra la ayuda! Todos necesitamos de los demás. Aunque suelas ayudar, recuerda que tu también eres necesitado.


7) Levantarle los ánimos a alguien.

Sabes que no anda bien o nada bien y no sabes qué hacer. Decides sacarle una sonrisa para hacerle saber que no todo es malo. Siempre es bueno saber que hay alguien que te ama y que estará siempre a pesar de las dificultades.


8) Celebrar las cualidades o éxitos de otro.

Solemos callarnos lo que nos gusta y nos alegra de los demás: sus éxitos, sus cualidades, sus buenas actitudes. Simples frases como "¡Felicidades!", "Me alegro mucho por ti" o "Ese color te queda muy bien" le han hecho el día a tu compañero y nos ayudan a vernos entre nosotros como Dios nos ve.


9) Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.

¿Te has imaginado alguna vez que tu playera favorita de cuando tenías 17 años, ahora es la playera favorita de una adolescente que no tiene mucho que ponerse? Si eres hermano mayor, lo sabes. Por eso es bueno acostumbrarnos a valorar lo que tenemos y si tenemos más de lo que necesitamos, regalarlo nos ensancha el corazón y protege del frío a otro.


10) Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.

Esto se vive en las familias: cuando uno descansa otro trabaja. Nada más hermoso que saber que alguien más ya comenzó a hacer algo que necesitabas por ti o que siempre puedes pedir ayuda. Cuando nos ayudamos mutuamente a llevar las responsabilidades diarias la vida es más llevadera.


11) Corregir con amor, no callar por miedo.

Corregir es un arte. Muchas veces nos encontramos en situaciones que no sabemos manejar. El mejor método es el amor. El amor no sólo sabe corregir, sino que sabe perdonar, aceptar y seguir adelante. No tengas miedo de corregir y ser corregido, eso es una muestra que los demás apuestan por ti y quieren que seas mejor.


12) Tener buenos detalles con los que están cerca de ti.

Sabes lo que le gusta mejor que nadie, ¿por qué no aprovechar eso? Nada se disfruta más que aquello que es dado con amor, él se gana unos minutos de descanso y tú una sonrisa auténtica. Salir de uno mismo y pensar en los demás siempre es mejor y alegra el corazón.


13) Limpiar lo que uso en casa.

Si vives con tu familia o ya vives fuera de casa, sabes lo importante que es recoger y limpiar lo que usas. Hay una voz dentro de ti que te dice que deberías ayudar un poco más de lo que quisieras... Y sorprendentemente te sientes muy bien de hacerlo.


14) Llamar por teléfono a tus padres.

Ahora tú vives solo, te mueves solo y quizá hasta tienes tu propia familia. Sin embargo, tus padres aún se conmueven cuando les haces saber que piensas en ellos. Estar atentos a lo que necesitan o simplemente saber cómo están es algo que no te cuesta mucho y es un gesto enorme de gratitud.


15) Ayudar a los demás a superar obstáculos.

De chiquitos lo hacíamos, ¿porqué no hacerlo ahora? Ayudarle a alcanzar el transporte, a cargar sus maletas, a cruzar la calle o regalarle unas monedas para que pueda pagar. Esos detalles nunca se olvidan. Eres el extraño que aún cree en la humanidad.

¿POR QUÉ ALGUIEN QUE HA SIDO CREYENTE ABANDONA LA FE?









 

sábado, 9 de julio de 2022

IMÁGENES DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

 















 

ESTE ES EL SIGNIFICADO DE LA MEDALLA DE SAN BENITO



 Este es el significado de la medalla de San Benito

Redacción ACI Prensa



Una de las medallas más difundidas entre los cristianos es la atribuida a San Benito, el santo abad y patrono de Europa, debido a su estrecho vínculo con la lucha contra el mal.

Esto se debe a que en el siglo XVII, unas mujeres acusadas de brujería en Alemania dijeron que no tenían poder sobre la Abadía de Metten porque estaba bajo la protección de la cruz.

Durante la investigación, se hallaron en las paredes del recinto varias cruces pintadas y rodeadas por las letras que se encuentran ahora en las medallas.

Más adelante, se encontró un pergamino con la imagen de San Benito y las frases completas que sirvieron para escribir las abreviaturas.

A continuación te explicamos con una infografía el significado de las frases en latín y las abreviaturas presentes a ambos lados de la medalla de San Benito:






domingo, 3 de julio de 2022

DOS CONSIGNAS DE JESÚS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 3 DE JULIO DE 2022



DOS CONSIGNAS DE JESÚS

Después de veinte siglos de cristianismo es difícil escuchar las instrucciones de Jesús a los suyos sin sentir sonrojo. No se trata de vivirlas al pie de la letra. No. Simplemente de no actuar contra el espíritu que encierran. Solo recordaré dos consignas.

Jesús envía a sus discípulos por las aldeas de Galilea como «corderos en medio de lobos». ¿Quién cree hoy que esta ha de ser nuestra identidad en una sociedad atravesada por toda clase de conflictos y enfrentamientos? Y, sin embargo, no necesitamos entre nosotros más lobos, sino más corderos. Cada vez que desde la Iglesia o su entorno se alimenta la agresividad y el resentimiento, o se lanzan insultos y ataques que hacen más difícil el mutuo entendimiento, estamos actuando contra el espíritu de Jesús.

Lo «primero» que han de comunicar sus discípulos al entrar en una casa es: «Paz a esta casa». La paz es la primera señal del reino de Dios. Si la Iglesia no introduce paz en la convivencia, los cristianos estamos anulando de raíz nuestra primera tarea.

La otra consigna es más desconcertante: «No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias». Los seguidores de Jesús vivirán como los vagabundos que encuentran en su camino. No llevarán dinero ni provisiones. Caminarán descalzos, como tantos pobres que no tienen un par de sandalias de cuero. No llevarán siquiera una alforja, como hacían ciertos filósofos itinerantes.

Todos podrán ver en su manera de vestir y de equiparse su pasión por los últimos. Lo sorprendente es que Jesús no está pensando en lo que han de llevar consigo, sino precisamente en lo contrario: en lo que no deben llevar; no sea que se distancien demasiado de los más pobres.

¿Cómo se puede traducir hoy este espíritu de Jesús en la sociedad del bienestar? No simplemente recurriendo a un atuendo que nos identifique como miembros de una institución religiosa o responsables de un cargo en la Iglesia. Cada cual hemos de revisar con humildad qué nivel de vida, qué comportamientos, qué palabra, qué actitud nos identifican mejor con los últimos. 


Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola

gruposdejesus.com

Lc (10,1-12.17-20)

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